El cubismo fue un estilo de pintura creado por Picasso y Braque que rompió con la representación naturalista. En Las señoritas de Avignon, Picasso anticipó técnicas cubistas como la geometrización de figuras y la visión simultánea de puntos de vista. Durante el cubismo analítico, se enfocaron en temas cotidianos usando facetas para mostrar objetos desde varios ángulos. Luego, el cubismo sintético incorporó collages para simplificar las redes de facetas y crear imágenes figurativas a partir de formas
Las Artes Escenicas, origen y evolucion de la musica
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1. CUBISMO. El cubismo es un estilo de pintura intelectual, formalista y antinaturalista
pero figurativo, creado por el español Pablo Picasso y el francés Georges Braque, y
que atravesó tres fases sucesivas, conocidas como período formativo, cubismo
analítico y cubismo sintético. Al primero pertenece Las muchachas de la calle Avinyó,
más conocido como Las señoritas de Avignon, que tanto por su tema de
connotaciones eróticas como por su agresividad expresionista y su colorido, no es una
pintura propiamente cubista. Sin embargo en ella están presentes las principales
fuentes del cubismo (Cézanne y el arte africano) y se anticipan algunas de sus
técnicas, tales como la geometrización de las figuras, el uso de la faceta y la visión
simultánea de varios puntos de vista. Si observamos el Estudio para Las señoritas de
Avignon, veremos que originalmente se trataba de una escena de burdel en la que un
marinero estaba sentado entre cinco mujeres desnudas mientras otro hombre vestido
entraba por la izquierda. Al quitar a los hombres de la escena, el pintor cambió el foco
de la composición dirigiéndolo hacia afuera. La prostituta que estaba agachada frente
al marinero, ofreciéndose a él, ha girado la cabeza para mirar hacia afuera de la tela,
así como la fruta que se ha desplazado del espacio entre ambos hacia el primer plano.
La figura de la izquierda se convierte en una mujer parcialmente cubierta con una bata
que abre una cortina para hacer visibles a las dos figuras centrales, que posan para el
espectador. La cara de la prostituta agachada, tradicionalmente interpretada como una
máscara africana, es, para J. M. Nash “... una indecencia estética que transfiere de
forma metafórica el espectáculo obsceno, originalmente hecho para el marinero, al
espectador.”(27) Picasso ha tratado en forma diferente a las cinco protagonistas de la
pintura. La de la izquierda, como las pinturas egipcias, presenta el ojo de frente en el
rostro de perfil. Las del medio son distorsiones angulares de figuras clásicas, con la
nariz de perfil en el rostro de frente.
3. Las caras de las de la derecha parecen toscamente talladas en madera. La que ocupa
la esquina inferior, además la ha girado 180 grados hacia atrás, en una posición
imposible en la realidad, pero perfectamente presentable en una pintura que pretende
reunir varios puntos de vista en un sólo plano como ya había hecho Cézanne. La
influencia artística africana trasciende el asunto de las máscaras: está en el abordaje
conceptual del tema a tratar, que hace que las ideas que se tienen de las cosas sean
más importantes que la representación naturalista de las mismas, dando lugar a su
estilización, es decir, a la representación de sus rasgos esenciales. Según Gombrich, el
atractivo de la escultura africana residía en su prescindencia de lo que habían sido los
objetivos primordiales del arte occidental: La “imitación de la naturaleza” y la “belleza
ideal”. Al mismo tiempo, estas obras poseían lo que los occidentales habían perdido:
Expresividad, claridad y sencillez técnica. Las facetas, pequeñas zonas de contornos
rectos o curvos cuyo sombreado es independiente del conjunto y no responde a ningún
foco lumínico, desarticulan la escena y confunden las figuras y el fondo impidiendo la
noción de profundidad. Por ejemplo, el azul de la derecha debería retroceder, pero el
contorno blanco lo hace avanzar ocupando el mismo plano que los cuerpos femeninos.
Durante el período analítico, concentrándose en temas sencillos y cotidianos como
naturalezas muertas con botellas, instrumentos musicales, etc., y utilizando una austera
paleta de grises, negros, marrones y ocres, Picasso y Braque observaban el objeto de
todos los lados y agrupaban luego todas esas facetas en una vista única. De este modo,
incorporaron a la pintura la cuarta dimensión, el tiempo, porque la multiplicidad de
puntos de vista sólo es posible rodeando al objeto y esto implica una sucesión de
momentos que la obra cubista convierte en simultáneos.
4. Como en vez de registrar todos los datos visuales, se selecciona lo esencial para
organizarlo en la tela, el procedimiento que debía hacer al tema más fácil de
reconocer porque lo mostraba desde varios ángulos, obstaculizaba la
interpretación de una obra que sus autores insistieron en reivindicar como
figurativa (Picasso consideraba que lo invisible es impintable y que siempre hay
que partir de la naturaleza aunque permitiéndose ciertas libertades en los detalles).
Es por esto que muchos designan a este período, al que pertenece Mesa pedestal
de Braque, como cubismo hermético. Para superar esa indescifrabilidad, Picasso
y Braque fueron introduciendo detalles figurativos fácilmente reconocibles que
actuaran como claves para la comprensión del tema representado tales como
clavijas, naipes, etiquetas, titulares de periódicos, texturas de madera, etc. Así
nació la idea del collage, que incorpora materiales diversos pegándolos a la
superficie del cuadro y contribuyendo así a liberar a la pintura de su función
imitativa. Como se puede apreciar en el collage Naturaleza muerta con silla de
paja, en el que Picasso empleó un trozo de hule que reproducía el entramado de
las sillas de mimbre y una cuerda que enmarca el óvalo de la imagen, el collage
implicó la simplificación de las complejas redes de facetas y dio paso al cubismo
sintético en el que, siguiendo el proceso inverso al de la etapa analítica, se parte
de formas abstractas para crear una imagen figurativa. En esta fase, además de
incorporar la materia, regresará el color a la obra de los cubistas.
7. Los collages serán el campo de un vasto juego de realidad y ficción en el que se
emplean materiales como el cartón para dar tridimensionalidad sin ilusionismo
pictórico pero también se recurre al ilusionismo para imitar los materiales del
collage, por ejemplo imitando las vetas de la madera como si se la hubiese usado
en la obra. A esta fase del cubismo pertenecen el collage Guitarra y los óleos
Arlequín (que contrapone superficies planas y nítidamente delimitadas de color a
modo de pedazos de papel cortado) y Tres Músicos de Picasso. En este último el
artista representó las figuras de tres personajes de la comedia del Arte: un Pierrot
que toca el clarinete, un Arlequín con su guitarra y un monje que sostiene la
partitura. Por debajo de la mesa se asoma un perro.