La Iglesia Católica fue la institución más prestigiosa de la Edad Media. Los monjes se dedicaban a la oración, la penitencia, el trabajo y las actividades culturales como el estudio, la transcripción de libros y la enseñanza. La Iglesia estaba organizada de forma jerárquica con el Papa a la cabeza, seguido de cardenales, arzobispos, obispos y párrocos. Algunas de las principales órdenes religiosas fueron los benedictinos, franciscanos y dominicos.