2. La naturaleza genera autoconfianza
en los pequeños
• La naturaleza comporta peligros
reales, de ahí que surja el miedo y
la necesidad de proteger a los
niños. Pero no todos los peligros
son incontrolables. (el peligro de
caer de un árbol se puede
controlar si aprendes a subir, y no
te ahogarás si aprendes a nadar).
• Son los adultos los que
mantendrán a los pequeños lejos
de un peligro incontrolable para
protegerlos (jugar en la calle
cuando pasan coches) y les
enseñan a convivir con los
peligros controlables (ver a los
lados antes de cruzar la calle)
3. • Muchos adultos ven peligros en el juego al
aire libre (son ellos los que necesitan ayuda
en estos casos para superar sus miedos), pero
en cambio los niños lo adoran. Y es que en
realidad hay más cosas a experimentar y
descubrir fuera que dentro. Puedes dejar
volar la imaginación, usar todo tipo de
materiales naturales
(palos, hojas, arena, agua), hacer mucho
ruido.
• En definitiva, jugar al aire libre, proporciona a
los pequeños la oportunidad de desarrollar
su AUTOESTIMA.
4. Buena comida y participación
• En una escuela infantil de Berlín han
conseguido que los pequeños coman
sano a la vez que aprenden.
• Los pequeños influyen en la
elaboración del menú y participan
en su preparación.
• El menú se compone de alimentos
naturales de excelente calidad y
frescos.
• Muchos de los alimentos como las
frutas son cultivados en la misma
escuela de forma que los niños
observan y aprenden como crecen y
maduran.
5. • Los niños imitan a los adultos y además
hacen sus propias aportaciones.
• Así aprenden a conocer los ingredientes,
ponen en práctica sus habilidades motoras,
desarrollan sus habilidades sociales y
mejoran sus habilidades lingüísticas, es decir,
que se fomenta su AUTONOMÍA.
• Además esta rutina diaria favorece la
necesidad de vivir de una manera saludable.