Este documento trata sobre la verdadera adoración a Dios. Explica que Dios merece ser adorado correctamente en espíritu y en verdad. También señala que la adoración debe enfocarse en Dios y no en objetos creados, y que su contenido principal debe ser meditar en el amor redentor de Dios. Además, enfatiza la importancia de educarse correctamente sobre la adoración para darle a Dios la mejor adoración posible.
2. Motivos de adoración.
Educar en la adoración.
Cómo adorar.
El contenido de nuestra adoración.
La falsa adoración.
En cierta ocasión, Dios mostró ante Ezequiel a
los ancianos de Israel adorando imágenes de
reptiles; a las mujeres adorando a Tamuz; y a
los sacerdotes adorando al sol (Ezequiel 8).
A todas estas formas de adorar, Dios las llamó
“abominaciones”. Incluso de ciertas formas
correctas de adoración a Dios, Él dijo “no lo
puedo sufrir” (Isaías 1:13).
A Dios le importa qué adoramos, cómo
adoramos y por qué adoramos. Por tanto, es
importante conocer los fundamentos de la
verdadera adoración.
3. “Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo” (Salmos 84:2)
Al igual que Dios puso el anhelo de eternidad en nuestro corazón (Eclesiastés 3:11),
ha colocado también un anhelo de adoración.
Conforme los seres humanos se han ido alejando de Dios, han buscado formas de
suplir este anhelo. En la antigüedad, generalmente lo suplieron adorando objetos o
seres creados (el sol, las estrellas, aves, reptiles, etc.)
En la actualidad, este anhelo toma
formas de adoración más sutiles: el
dinero; el poder; el sexo; deportistas de
élite; cantantes; líderes políticos o
espirituales; o a nosotros mismos.
Como nos muestra la historia de Sadrac,
Mesac y Abed-nego (Daniel 3), para Dios
es importante que enfoquemos nuestra
adoración correctamente: “Al Señor tu
Dios adorarás, y a él solo servirás”
(Lucas 4:8).
4. “No las encubriremos a sus hijos, contando a la
generación venidera las alabanzas de Jehová, y su
potencia, y las maravillas que hizo” (Salmos 78:4)
Dios le dio al pueblo de Israel un libro especial para
aprender a adorar: los Salmos.
Un ejemplo didáctico lo encontramos en el Salmo 78:
• Contando el poder,
las maravillas y las
leyes de Dios.
• Cantando todo esto
en alabanzas.
Cómo adorar
• Que las
generaciones
futuras conozcan a
Dios y lo alaben.
• Que no cometan los
errores de sus
antepasados.
Con qué
objetivo
• Confianza en Dios.
• Obediencia a los
mandamientos.
• Evitar la rebeldía.
• Fidelidad.
• Guardar el pacto.
• Permanecer unidos
a Dios.
Qué se
consigue
5. “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que
adoren” (Juan 4:24)
En su conversación con la mujer
samaritana, Jesús nos dio dos formas
básicas y necesarias para adorar a Dios:
• Nuestra adoración surge de nuestro
amor a Dios y de una experiencia
personal con Él. Es el fruto de la obra
del Espíritu Santo (Efesios 2:18).
En espíritu
• Con un conocimiento correcto de
Dios y de lo que Él requiere de
nosotros (Juan 4:22).
En verdad
La verdadera adoración
surge, pues, como
resultado de conocer y
obedecer a Dios, y del
estudio de las verdades
reveladas acerca de Dios.
6. EL CONTENIDO DE NUESTRA ADORACIÓN
“Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a
Jehová en la hermosura de la santidad” (Salmos 29:2)
Una de las escenas de adoración
más alegres la encontramos en
1ª de Crónicas 16. ¡David
danzaba alegremente ante el
arca y distribuía viandas entre el
pueblo!
Para David no podía haber mayor motivo de júbilo que
adorar a Dios en su Santuario (Salmo 84:2).
Y es que en el Santuario encontramos el verdadero
contenido y razón para nuestra adoración: el plan de
salvación prefigurado en cada uno de sus rincones.
Somos un pueblo santo que adoramos
a un Dios Santo (1ª de Pedro 2:9). Esa
santidad la alcanzamos gracias al
sacrificio de Cristo. Ése debe ser el
contenido principal de nuestra
adoración: meditar en el amor
redentor de Dios.
7. Como los fariseos de antaño (Marcos 7:1-13), el hombre
actual ha buscado muchas formas sutiles de adoración
basadas en filosofías y pensamientos humanos.
Éste no es un tema baladí. Antes de la Segunda Venida
de Jesús, la adoración dividirá al mundo en dos
partidos: los que adoran a Dios según Él desea, y los
que no (Apocalipsis 13).
Evidentemente, Dios acepta la adoración sincera
realizada en forma incorrecta cuando el adorador no
tiene mayor conocimiento (Hechos 10:34-35).
Pero Dios merece la mejor
y más perfecta adoración
que podamos darle. De
ahí la importancia de
educarnos correctamente
en la verdadera
adoración.
8. “Nuestra casa de oración podrá ser
humilde pero no por eso será menos
conocida por Dios. Si adoramos en
espíritu y en verdad y en la hermosura de
la santidad, ella será para nosotros la
misma puerta del cielo. Cuando se repiten
las asombrosas lecciones de las obras de
Dios y cuando la gratitud del corazón se
expresa en oración y canto, ángeles del
cielo inician una melodía y se unen en
alabanza y agradecimiento a Dios”
E.G.W. (En los lugares celestiales, 8 de octubre)