La carta a los Gálatas se denomina el "grito de emancipación" porque subraya la libertad espiritual que disfrutan los cristianos a través de Jesucristo, quien los liberó del pecado y la ley. Pablo argumenta que los cristianos no están bajo la ley sino guiados por el Espíritu Santo para vivir en amor. La carta fue importante durante la reforma protestante para recordar que la salvación proviene de la gracia de Dios, no de las obras.