4. La memoria del óxido
El óxido o el material del que están hechos los sueños del tiempo. La historia
viva que late en las vidas del hierro. La memoria es óxido. La dulce mano del
tiempo trazando quiromancias en los colores del óxido, en los colores del
tiempo.
8. Una mañana soleada de invierno al abrigo de una mirada.
Descubrir la belleza en los objetos que amueblan el paisaje
urbano. Objetos cotidianos.
La vida y nuestra mirada conformada, dirigida. No buscamos la belleza de la
obra de arte allí donde ésta más se nos ofrece, donde más se encuentra a
nuestro alcance. Vamos a museos. Entramos en galerías de arte.Miramos obras
que son bellas, pero siempre manteniendo la distancia que nos imponen sus
custodios. Mira, pero no te acerques. No toques. No busques la proximidad.
Como en aquella obra de Tournier, en esos espacios acotados del arte todo es
para los ojos, nada para las manos.
Y, por el contrario, a nuestro alrededor, en las calles, en las viejas puertas, en los
muros de callejones olvidados, en la misma habitación donde paso las horas, el
arte se nos ofrece. Tócame, siénteme, disfrútame. Mira, no te limites a ver.
17. El relato de las puertas
Las puertas parecen tener importancia por lo que nos aguarda al otro lado o por
la protección que nos ofrecen, resguardándonos en el lado de acá. Las puertas,
antes, tenían una placa con el nombre de quienes habitaban el lugar y podían
franquearlas sin problemas. Todo era demasiado frío. La superficie de las
puertas parecía estar del lado de lo insignificante. Eran carne de olvido. Y sin
embargo, un día, empezaron a contar sus historias, sus relatos del tiempo y de
las manos, tantas, que con una frialdad inhumana se acercaban a sus manijas o
de las presencias, tantas, soñando con esa persona que estaba al otro lado
ignorante de ésa que la soñaba a ella mientras dormía. Un día, una serie de
puertas decidieron contar sus relatos y un grupo de calígrafos emergió de los
rincones de la ciudad para dar vida a esos susurros de silencio. De vez en
cuando, algo, un pilon de hierrro, por ejemplo, se animaba a seguir sus pasos.
18. Dibuix del seu cos
Zaragoza, febrero de 2005
"... y diez mil mundos para elegir" O. von Hörvath,
uTk
20. Y algo tan bonito allí, esperando una mirada
Zaragoza. Febrero 2005
"J no pudo aliarse con las artes, pero aún le quedaban los sueños". J.Carlos
Vellido
uTk
36. Memoria de la madera
El hierro y sus arcanos. La madera y sus relatos trenzados en leyendas del
origen. La madera, el lado oscuro, la penumbra de la memoria. Texturas. Olores.
Color. En las calles vestidas de callejas las palabras del tiempo pasean sus
voces tiernas. De vez en cuando alguien repara en esas puertas de madera y se
detiene y traza en ellas los fragmentos de ese relato que se ríe de las brújulas y
de los relojes y de la prisa y del llego tarde y del no tengo tiempo y del tiempo es
oro.
44. En el principio...
El principio no siempre está al principio. A veces, muchas, el principio ocupa su
lugar en un después. Estas dos fotografías abrieron el camino a las demás.
Primer relato de La memoria del óxido.
57. Micromega
Puedo escribir varias frases para describir las fotos. Pero son ellas las que
hablan. Son ellas las que no cesan de repetir una misma frase que leyeron en un
relato de Manuel Rivas: "la mirada es el personaje".
65. HISTORIAS DESGUAZADAS
La belleza de las ruinas de metal. Fragmentos de algo que un día rugió como un
dios moderno reescribiendo con furia todas las teogonías. Durante unos cuantos
días, en el tránsito del invierno a la primavera, solía fumar un cigarrillo mientras
escuchaba dos o tres canciones antes de empezar la jornada. Fumaba
paseando solo entre ese cementerio de hierros, piezas... Desguace de los
sueños. Amanecer frío, pálido, callado. Y yo entre los restos del naufragio
moderno.
72. Epílogo
Una mirada de verdad no conoce nunca un final. Toda mirada es un viaje en pos
del horizonte. La fotografía es, a veces, el vehículo que usa una mirada para irse
siempre más lejos, más lejos, más lejos. La fotografía no reproduce la realidad
exterior, la fotografía es el corazón de las miradas que la hacen posible.
"Olvídate del mapa, pero no te olvides del tesoro". Ray Loriga. Y así, intentando
cumplir el destino trazado por esa frase me voy convirtiendo en mis miradas.