Conocimiento abierto, objetos de aprendizaje y repositorios
1. Conocimiento abierto, objetos de aprendizaje y repositorios Julià Minguillón IN3 - UOC Ciclo Nuevas Tecnologías y Nueva Sociedad: del conocimiento con datos al conocimiento con personas 28 de Noviembre de 2007 Colegio Mayor Miraflores Zaragoza
En el entorno informal y no-formal los recursos educativos son mayoritariamente de acceso abierto, individualizados, orientados a conseguir outputs (Fordham, 1993), y en vez de tener un contenido académico acostumbran a estar más relacionado con experiencias, probablemente fruto de la conversión del conocimiento tácito. Estos entornos de aprendizaje suelen estar basados en aplicaciones sociales ( social software ) que se distinguen por permitir a los usuarios organizarse en una red basada en sus intereses o preferencias (Kaplan-Leiserson, 2003). Entre estas aplicaciones podemos encontrar los wikis, blogs, videoblogs, podcasting, sindicación, tags, folksonomies, trackbacks, etc. Se promueve la interacción entre personas en grupos numerosos, donde el efecto red significa que la interacción mejora cuantas más personas participan en ella. De hecho, uno de los principales problemas que afrontan los repositorios actuales de recursos educativos digitales, es que aunque postulan la filosofía de compartir recursos, ven a los profesores, y estudiantes como consumidores de contenido y con el interés principal de descargarse material útil. Una perspectiva más interesante y que asegura la sostenibilidad de estos proyectos es la de dar soporte precisamente a una comunidad de interés alrededor de un tema concreto (por ejemplo, historia o biología), crear mecanismos para que los usuarios interesados en el tema proporcionen contenidos, añadan comentarios sobre como usar mejor un contenido, documenten los resultados de sus proyectos, creen enlaces a contenidos relacionados y discutan sobre nuevos aspectos de su tema de interés. Las aplicaciones sociales son unas herramientas muy adecuadas para dar soporte a las comunidades de interés. Pero construir entornos de aprendizaje con estas nuevas herramientas sociales genera una serie de interrogantes. ¿Quien está detrás de estos servicios? ¿Quien controla los datos? ¿Saben los usuarios que sus comportamientos de navegación pueden acabar siendo vendidos? ¿Qué pasa si creamos contenidos en una de estas herramientas y después desaparece de Internet? (Attwell, 2006) Parte de las soluciones podrían proceder de las bibliotecas. Por ejemplo, podrían ofrecer servicios parecidos a Flickr [1] o a Del.icio.us [2] con garantías de supervivencia en el futuro y de garantías de privacidad con respecto a los datos de los usuarios y sus perfiles de navegación. Las bibliotecas universitarias, por otro lado, deberían plantearse qué hacer con los ePortfolios de los estudiantes una vez estos se gradúan. Los ePortfolios pueden considerarse como sistemas de gestión de información con los que los estudiantes construyen y mantienen su repositorio digital para poder demostrar sus competencias, reflejar su aprendizaje y mantener un presencia en línia (Downes, 2004). Una universidad británica ha establecido un sistema de pago para mantener los portafolios de los antiguos estudiantes (Attwell, comunicación personal). Cabría plantearse si este es el enfoque adecuado, o las bibliotecas pueden ser garantes y facilitadoras de los portafolios de los estudiantes o de conceptos más globales como el Personal Learning Environments (PLE) [3] (Downes, 2006). Los PLE permiten a los estudiantes disponer de un entorno distribuido que incluye personas en red, servicios y recursos. También permite que el estudiante no sólo consuma recursos didácticos si no que también los produzca y los pueda poner accesibles en estos entornos. Los PLE dan a los estudiantes el control sobre sus experiencias de aprendizaje puesto que son ellos los que gestionan los contenidos. La idea detrás de los PLE es que la gestión del aprendizaje migra des de la institución educativa al estudiante, puesto que el aprendizaje es episódico, el estudiante dedica periodos ocasionales a la educación formal y al aprendizaje, pero continuamente está aprendiendo en diferentes contextos y situaciones, con sistemas informales y no-formales, y no sólo de un solo proveedor de contenidos educativos. Comunitat de pràctica: bib local algutinant interessos persones properes, bottom up
En el entorno informal y no-formal los recursos educativos son mayoritariamente de acceso abierto, individualizados, orientados a conseguir outputs (Fordham, 1993), y en vez de tener un contenido académico acostumbran a estar más relacionado con experiencias, probablemente fruto de la conversión del conocimiento tácito. Estos entornos de aprendizaje suelen estar basados en aplicaciones sociales ( social software ) que se distinguen por permitir a los usuarios organizarse en una red basada en sus intereses o preferencias (Kaplan-Leiserson, 2003). Entre estas aplicaciones podemos encontrar los wikis, blogs, videoblogs, podcasting, sindicación, tags, folksonomies, trackbacks, etc. Se promueve la interacción entre personas en grupos numerosos, donde el efecto red significa que la interacción mejora cuantas más personas participan en ella. De hecho, uno de los principales problemas que afrontan los repositorios actuales de recursos educativos digitales, es que aunque postulan la filosofía de compartir recursos, ven a los profesores, y estudiantes como consumidores de contenido y con el interés principal de descargarse material útil. Una perspectiva más interesante y que asegura la sostenibilidad de estos proyectos es la de dar soporte precisamente a una comunidad de interés alrededor de un tema concreto (por ejemplo, historia o biología), crear mecanismos para que los usuarios interesados en el tema proporcionen contenidos, añadan comentarios sobre como usar mejor un contenido, documenten los resultados de sus proyectos, creen enlaces a contenidos relacionados y discutan sobre nuevos aspectos de su tema de interés. Las aplicaciones sociales son unas herramientas muy adecuadas para dar soporte a las comunidades de interés. Pero construir entornos de aprendizaje con estas nuevas herramientas sociales genera una serie de interrogantes. ¿Quien está detrás de estos servicios? ¿Quien controla los datos? ¿Saben los usuarios que sus comportamientos de navegación pueden acabar siendo vendidos? ¿Qué pasa si creamos contenidos en una de estas herramientas y después desaparece de Internet? (Attwell, 2006) Parte de las soluciones podrían proceder de las bibliotecas. Por ejemplo, podrían ofrecer servicios parecidos a Flickr [1] o a Del.icio.us [2] con garantías de supervivencia en el futuro y de garantías de privacidad con respecto a los datos de los usuarios y sus perfiles de navegación. Las bibliotecas universitarias, por otro lado, deberían plantearse qué hacer con los ePortfolios de los estudiantes una vez estos se gradúan. Los ePortfolios pueden considerarse como sistemas de gestión de información con los que los estudiantes construyen y mantienen su repositorio digital para poder demostrar sus competencias, reflejar su aprendizaje y mantener un presencia en línia (Downes, 2004). Una universidad británica ha establecido un sistema de pago para mantener los portafolios de los antiguos estudiantes (Attwell, comunicación personal). Cabría plantearse si este es el enfoque adecuado, o las bibliotecas pueden ser garantes y facilitadoras de los portafolios de los estudiantes o de conceptos más globales como el Personal Learning Environments (PLE) [3] (Downes, 2006). Los PLE permiten a los estudiantes disponer de un entorno distribuido que incluye personas en red, servicios y recursos. También permite que el estudiante no sólo consuma recursos didácticos si no que también los produzca y los pueda poner accesibles en estos entornos. Los PLE dan a los estudiantes el control sobre sus experiencias de aprendizaje puesto que son ellos los que gestionan los contenidos. La idea detrás de los PLE es que la gestión del aprendizaje migra des de la institución educativa al estudiante, puesto que el aprendizaje es episódico, el estudiante dedica periodos ocasionales a la educación formal y al aprendizaje, pero continuamente está aprendiendo en diferentes contextos y situaciones, con sistemas informales y no-formales, y no sólo de un solo proveedor de contenidos educativos. Comunitat de pràctica: bib local algutinant interessos persones properes, bottom up