1. EL SUEÑO
El vocablo «sueño»
(del latín somnus, raíz original que
se conserva en los
cultismos somnífero, somnoliento
y sonámbulo) designa tanto el
acto de dormir como el deseo de
hacerlo (tener
sueño). Metafóricamente, se
afirma que una parte del
cuerpo se le ha dormido a uno,
cuando se pierde o reduce
pasajeramente la sensibilidad en
la misma (parestesia).
La actividad diaria produce un cansancio físico y mental y, para recuperar las
energías consumidas, es necesario dormir cierto número de horas cada día.
Cada persona necesita diferente cantidad de horas de sueño. La mayoría de los
adultos duermen algo menos de ocho horas, en tanto que los ancianos necesitan
menos horas. Los niños, hasta cumplir el primer año de vida, duermen unas 16
horas de cada 24; a partir de los 18 meses las pautas del sueño del niño varían,
hacia los tres años dejan de dormir después de las comidas y se despiertan más
temprano.
Se denomina sueño al estado de suspensión de las actividades mentales
conscientes, la voluntad y la vida de relación, que se produce normalmente de
forma periódica y que permite el reposo de los músculos voluntarios y, en parte,
del sistema nervioso.
La regulación de los estados sueño-vigilia se lleva a cabo en algunas partes del
cerebro, llamadas centros del sueño, sobre las cuales influyen numerosos
estímulos nerviosos y hormonales.
El sueño supone un estado de reposo, en el cual el organismo puede recuperarse
del gasto de energía surgido durante las actividades de la vigilia. El metabolismo
basal, es decir, el gasto energético básico y mínimo del organismo, alcanza sus
límites inferiores durante este período; el ritmo cardiaco es más lento, la presión
arterial disminuye, los músculos se relajan, las inspiraciones son más prolongadas
y las espiraciones más cortas.
La profundidad del sueño no es igual en toda su duración alternándose fases de
sueño ligero o leve y fases de sueño profundo, que pueden distinguirse por los
distintos trazados que muestra el electroencefalograma en cada una de ellas.
Aproximadamente del 20 al 25 por ciento del tiempo dormido corresponde a las
fases de sueño paradójico en las que se dan los sueños.
2. La alteración más común del sueño es el insomnio, es decir, la dificultad de
conciliarlo o de mantenerlo; generalmente se debe a alteraciones emocionales o
psíquicas, aunque en menor proporción es provocado por trastornos orgánicos
cerebrales o por intoxicaciones. La alteración contraria, es decir, el aumento de la
duración del sueño, denominada hipersomnia, puede ser debida a intoxicaciones o
bien ser manifestación de otras enfermedades, como encefalitis, tripanosomiasis,
etc.
Toda alteración del sueño debe ser diagnosticada y tratada oportunamente, según
sea su causa, ya que la correcta alternancia de períodos normales de sueño y
vigilia es indispensable para mantener una adecuada regulación de las actividades
físicas y mentales.
EL SUEÑO DE LOS NIÑOS
En general, los niños duermen cuando tienen sueño
y durante el tiempo que necesitan. Cuando son
pequeños no pueden inhibir el sueño ni despertarse
de forma deliberada, ya que para ellos no existe el
concepto de día ni de la noche.
Hacia el segundo año de vida es común que los
niños sufran pesadillas y se despierten de forma
brusca, gritando o llorando. En estos casos es
importante tranquilizarlos antes de que vuelvan a dormirse.
ETAPAS DEL SUEÑO
Usualmente quienes duermen pasan a través de cinco etapas: 1, 2, 3, 4, y sueño
REM (movimiento rápido de los ojos). Estas etapas progresan cíclicamente desde
1 hasta REM luego comienzan nuevamente con la etapa 1. Un ciclo de sueño
completo toma un promedio de 90 a 110 minutos. Los primeros ciclos de sueño
cada noche tienen sueños REM relativamente cortos y largos períodos de sueño
profundo pero más tarde en la noche, los períodos de REM se alargan y el tiempo
de sueño profundo desciende.
Etapa 1 es el sueño liviano cuando se entra y sale del sueño y se puede despertar
fácilmente. En esta etapa, los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular
se enlentece. Durante esta etapa, muchas personas experimentan contracciones
musculares repentinas precedidas de una sensación de estar cayendo.
En la etapa 2, el movimiento de ojos se detiene y las ondas cerebrales se vuelven
más lentas con sólo un estallido ocasional de ondas cerebrales rápidas. Cuando
una persona entra en la etapa 3, ondas cerebrales extremadamente lentas
llamadas ondas delta se intercalan con ondas más pequeñas, más rápidas. En la
etapa 4, el cerebro produce ondas delta casi exclusivamente. Las etapas 3 y 4 son
referidas como sueño profundo, y es muy difícil despertar a alguien de ellas. En el
3. sueño profundo, no hay movimiento ocular o actividad muscular. Es cuando
algunos niños experimentan mojar la cama, caminar dormidos o terrores
nocturnos.
En el período REM, la respiración se hace más rápida, irregular y superficial, los
ojos se agitan rápidamente y los músculos de los miembros se paralizan
temporalmente. Las ondas cerebrales durante esta etapa aumentan a niveles
experimentados cuando una persona está despierta. También, el ritmo cardíaco
aumenta, la presión arterial sube, los hombres experimentan erecciones y el
cuerpo pierde algo de la habilidad para regular su temperatura. Es el tiempo en
que ocurren la mayoría de los sueños, y, si es despertada durante el sueño REM,
una persona puede recordar los sueños. La mayoría de las personas
experimentan de tres a cinco intervalos de sueño REM cada noche.
Los niños pequeños pasan casi el 50% de su tiempo en sueño REM. Los adultos
pasan cerca de la mitad del tiempo que duermen en la etapa 2, cerca del 20% en
REM, y el otro 30% se divide entre las otras tres etapas. Los adultos más viejos
pasan progresivamente menos tiempo en el sueño REM.
Como la investigación acerca del sueño es aún un campo relativamente joven, los
científicos no descubrieron el sueño REM hasta 1953 cuando nuevas máquinas se
desarrollaron para monitorear la actividad cerebral. Antes de este descubrimiento
se creía que la mayoría de la actividad cerebral cesaba durante el sueño. Desde
entonces, los científicos también han refutado la idea de que la privación de sueño
REM puede llevar a la demencia y han encontrado que la falta de sueño REM
puede aliviar la depresión clínica aunque no saben por qué. Teorías recientes
unen al sueño REM con el aprendizaje y la memoria.
La forma de la onda durante el REM tiene bajas amplitudes y altas frecuencias, tal
como el estado de vigilia. Los primeros investigadores en realidad lo llamaron
"sueño paradojal".
De acuerdo a los resultados de un estudio completado por StatisticsCanada, la
cantidad de sueño que una persona tiene cada noche depende de una variedad
de factores, incluyendo género, estatus marital y laboral.
4. FUNCIONES BIOLOGICAS DEL SUEÑO
La hipótesis de que el sueño participa en la
consolidación de la memoria reciente ha
sido investigada mediante cuatro
paradigmas:
1. Efectos de la privación del sueño
sobre la consolidación de
recuerdos;
2. Efectos del aprendizaje sobre el
sueño post-entrenamiento;
3. Efectos de la estimulación durante el
sueño sobre los patrones de sueño
y sobre la memoria, y
4. Re-expresión de los patrones de
comportamiento específico neuronal durante el sueño post-entrenamiento.
Algunos de estos estudios confirman la idea de que el sueño está profundamente
implicado en las funciones de la memoria en humanos y animales. Sin embargo,
los datos disponibles aún son demasiado escasos y en ocasiones contradictorios
para confirmar o rechazar inequívocamente la hipótesis de que la consolidación de
memorias no-declarativa y declarativas respectivamente dependa de los procesos
de sueño MOR y NMOR. Por otra parte, no se ha encontrado ninguna correlación
entre la cantidad de sueño que se registra en una especie y su capacidad
intelectual; si el sueño sirviera para consolidar la memoria, un gato que duerme 16
horas diarias debería tener una memoria prodigiosa, superior a la de un ser
humano que sólo duerme ocho horas. También, personas que no presentan sueño
5. MOR, por ejemplo por lesiones traumáticas en el rombencéfalo o debido al
consumo de fármacos, no tienen ningún problema en consolidar sus aprendizajes.
Otros estudios más recientes comparan el proceso de ordenamiento de la
memoria durante el sueño con el proceso de desfragmentación de la memoria de
las computadoras, ambos persiguiendo un mismo objetivo de mantenimiento y
economía de recursos, preparándonos para una mejor disponibilidad operativa de
la memoria durante los momentos de mayor utilidad, como el estar despierto o en
actividad.