1. NO PUEDE ESTAR MÁS CIEGO
SÓLO VE LO QUE QUIERE
HOMBRE DE NINGÚN LUGAR, ¿DE VERDAD QUE NO ME VES?
HOMBRE DE NINGÚN LUGAR, POR FAVOR, ESCUCHA
NO SABES LO QUE TE PIERDES
HOMBRE DE NINGÚN LUGAR, EL MUNDO ESTÁ A TU DISPOSICIÓN
“NOWHERE MAN”
THE BEATLES
¿QUÉ ES LA AUTOCOMPASIÓN?
Auto compadecerse es una manera de sentirse querido,
comprendido, apoyado, aceptado, en un entorno donde el
individuo, generalmente proveniente de una familia
controladora, represora o insensible, se siente
desubicado, aislado o empequeñecido.
Si la propia familia le dice a un niño: “eres
tonto”, “no sirves para nada”, lo más seguro es que,
cuando adulto, cumpla con esas premisas.
Sin embargo, auto compadecerse es evadir la
realidad.
La autocompasión es el sentimiento más pernicioso
que ha conocido la humanidad.
Sentir lástima por uno mismo es destructivo. No nos
permite hacer el esfuerzo para cambiar lo que aun se
puede. No nos permite ver que la vida nos presenta, aquí
y ahora, la oportunidad de ser felices.
La fachada de la autocompasión es la victimización,
funciona como escudo o como motivo de rendición.
El autocompasivo suele ser ocioso, acomodaticio y
autocomplaciente. Espera que un acontecimiento
prodigioso, en un mágico instante, cambie su
circunstancia. Tiende a conformarse con las migajas que
le lleguen. No obstante, puede optar por la
autoflagelación, puede también canalizar su resentimiento
buscando desquite. De cualquier manera, sus decisiones y
sus actos son contestatarios. Ve en las acciones
presentes y pasadas de los demás sospechosas agresiones.
Desde su baja autoestima, el autocompasivo no
intenta genuina y sanamente su realización personal. Todo
2. lo que hace tiene la intención de demostrar su enfado y
hacer sentir culpables a los demás.
Hubo un tiempo en que otros decidían por nosotros.
Fuimos humillados, lastimados psíquica y espiritualmente,
nos sentíamos débiles o vulnerables. Es cierto ¡Mas, es
el pasado! ¡Ahora, hay que crecer haciéndonos cargo de
nuestro destino! ¡Siempre puede cambiarse la situación!
Para liberarse, lo primero es aceptarnos como somos.
Desear haber sido diferente es negar los dones y talentos
que cada uno posee. La autonegación es un vano esfuerzo
por borrar los tormentosos recuerdos.
Lo segundo es soltar el pasado, dejar de ponerlo
como eje, y fijar el interés y el esfuerzo, en el
presente. Dejar de aferrarnos al dolor. Poner fin al
duelo perdonando. Debemos también perdonarnos por
nuestros errores. Reconocer que está bien equivocarse.
Y, desde luego, pedir el perdón de quienes
agraviamos no importando el motivo para cerrar esa
página; aceptarla como nuestro pasado de grandes
aprendizajes y comenzar. Verdaderamente comenzar.
Cada uno tiene el derecho y la obligación de ser
feliz y de hacer felices a los suyos. Solo es cosa de
decidirse, hacer planes y bregar por ellos.