Desde la más remota antiguedad, el ser humano se dio cuenta de dentro sí mismo habita un Testigo Silencioso, y de acuerdo con sus alcances y limitaciones de su comprensión intentó formular una explicación. Hoy en nuestros días aun sigue esta inquietud por dar una explicación acerca de este objeto de estudio.
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Estudio de la mente humana y la conducta
1. Estudio de la mente humana y la conducta.
Introducción
La mente se define como la capacidad del sistema nervioso central
de ser consciente de cada uno de los actos que realiza el sujeto, es
decir, los procesos y causas de su propia programación ocasionada
por estar en contacto, con un mundo en apariencia física y en el cual,
se llevan a cabo procesos macros y micros de carácter dinámicos.
En el ser humano esta función emergente del sistema nervioso es,
además, consciente de su propia existencia con capaz de decisión y
propósito, en un caso contrario a los animales y plantas.
Eso que llamamos “mente” no es algo con lo que el sujeto nace –
como nace con un cerebro- ni algo que el cerebro produce, sino una
dotación genética, por ejemplo un cerebro con una estructura y un
volumen determinado, que nos permite aprender de nuestra familia,
y más tarde en el entorno de los adultos, los resultados de una
tradición que no se transmiten por vía genética sino a través de
costumbres y hábitos sociales.
De este modo, el entorno familiar y social, es condicionante para el
desarrollo mental de la personas. Las normas, los hábitos, las
costumbres, inculcados a quienes se incorporan a la vida en sociedad
en un determinado país, le permiten el control sobre sus impulsos
instintivos, haciendo del “animal” humano un seguidor de normas a
partir de un modelo cultural.
Por lo tanto, la personalidad del hombre es un producto histórico-
cultural, y la mente viene a ser como una identidad extra-temporal, a-
histórica, extraña a la cultura. Sin olvidar, que el sujeto no es un
recepto pasivo, como lo consideraron John Locke y David Hume.
2. En relación a las sensaciones procedentes del mundo externo, la
mente del sujeto es un mecanismo activo caracterizado por su
capacidad psicológica de clasificar fenómenos, con ayuda de los
órganos sensoriales y el razonamiento.
Por su parte, George Herbert Mead (1863-1931), critica la teoría
contractualista de la sociedad, por suponer que los hombres dotados
de capacidad mental y autoconciencia, existieron antes del
surgimiento de la sociedad.
Por ejemplo, en su tesis señala que, el sujeto humano dotado de
mente y de un sentido del “yo” (identidad personal) es más bien
producto, no causa de la sociedad. Sostiene que la interacción
preverbal, es anterior y fundamental en el proceso por el que
desarrollamos el lenguaje, la mente y la autoconciencia.
Como en todos los problemas que existen en el universo y sobre todo
en nuestra sociedad, debemos de demostrar que existe este
problema que pretendemos plantear, en nuestro caso: la estructura y
funciones de la mente humana, y tratar de explicar este fenómeno a
través de ideas, nociones, conceptos, razonamientos, teorías y leyes
científicas, que den razón de su importancia y transcendencia.
Veamos, como aspecto principal: ¿Existe el problema de la mente
humana? Los avances extraordinarios del pensamiento positivista1
del siglo XIX, con las grandes revoluciones en la Física, Biología,
Química, es decir, en las ciencias naturales y sociales, han potenciado
posturas radicales y ortodoxas que intentan explicar este fenómeno.
1
El positivismo es una perspectiva científica que nació en 1840 en Europa propuesto por August Comte, creador
también de la Sociología. Sólo acepta como válidos los conocimientos que proceden de la Experiencia,
rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto. El hecho es la única realidad
científica y la experiencia y la inducción, son los métodos exclusivos de la ciencia. El positivismo niega lo ideal.
3. Por ejemplo, los militantes del primer grupo resumen su postura en la
afirmación, de que los que llamamos “estados y procesos mentales”,
simplemente no existen, y que lo único necesario para explicar
totalmente, el fenómeno humano es la observación simple de su
comportamiento (actos de su conducta), este grupo es conocido
como los conductistas primitivos, e inician sus estudios en 1906.
El argumento principal del conductismo, que se inicia con Watson en
los años 20, es que la “conducta de un organismo” no tiene causas
mentales, sino que es la consecuencia de o la respuesta a los
estímulos que recibe tanto del interior como del exterior el sujeto.
Sin embargo, sabemos que existen estímulos externos producto de la
luz solar, del calor, del frío, es decir, del medio ambiente (aspectos
ambientales de temperatura), así también otros, que son internos,
que provienen de las necesidades del cuerpo humano como un
organismo vivo, y estos son de carácter fisiológico y endocrino.
Desde el punto de vista de la investigación experimental, gracias a los
estudios emprendidos en la psicología a partir de 1870 al estudiar el
comportamiento de los animales y del hombre mismo, se logró
identificar y formular leyes, que regulan las relaciones causales entre
estímulos y respuestas.
Posteriormente, esto dio lugar al desarrollo de técnicas psicológicas
tan importantes, que han permitido estudiar la conducta animal y del
hombre a través del condicionamiento operante o instrumental.
La gente normal acepta la existencia de la mente como dato obvio de
la realidad cotidiana, debido a que ellos saben, que piensan, sienten
y tienen emociones y sentimientos sobre las demás personas y por los
objetos o situaciones, que se encuentran en el medio ambiente.
4. Por lo tanto, algunas personas comunes consideran, que estas
funciones y procesos, es decir, estados o manifestaciones mentales
(pensamientos, sentimientos, emociones, actitudes) se dan en todos
los seres humanos, no obstante, algunos de ellos se dan cuenta y una
gran mayoría, ni saben que esto ocurre o sucede.
Como podemos apreciar, esta teoría (conductismo) adscribe toda la
conducta humana al circuito estímulo-respuesta, sin contar con la
intervención de procesos selectivos intermedios modificadores y
organizadores, que permiten tomar decisiones acertadas a las
personas y además, les ayuda a adaptarse a su medio ambiente.
En particular, funciones tales como el pensamiento creativo, crítico,
innovador, la deliberación previa a la toma de decisiones, la fantasía y
el sentido del humor, no han encontrado una explicación convincente
con la sola ayuda del “conductismo radical2”.
Si bien es cierto, que en los últimos años las teorías conductistas, se
han sofisticado lo bastante como para ser capaces de conceder un
estatus limitado a la realidad mental.
Por ejemplo, por otra parte, el llamado “conductismo lógico”,
considera que algunos estados mentales pueden definirse como
predisposiciones a actuar de manera determinada, y así aceptarse
como un condicionante de la conducta, no realmente independiente
de la misma.
La utilización por Skinner del término “operante” frente al tradicional
de “instrumental” empleado por Thorndike (1898), que sugiere el uso
de instrumentos como medio para alcanzar una meta o conseguir un
2
Su precursor fue B. F. Skinner (1943) y su propósito se centró en estudiar el comportamiento humano y animal
a través del análisis experimental. Esta perspectiva dejó a un lado la introspección y el mentalismo, es decir, la
autoobservación y el autoconocimiento no son variables consideradas dentro de esta perspectiva científica.
5. fin, elimina los matices propositivos de la conducta que implica el
segundo término de Skinner (1963).
Según sugiere el término “instrumental”, un organismo se comporta
de una determinada forma, empleando instrumentos porque
pretende lograr una meta o espera obtener un determinado efecto o
consecuencia; ello en definitiva nos acerca a causas interiores
mentales como origen del comportamiento observable.
Otra postura, que estudia el fenómeno de la mente humana, que ha
logrado posicionarse en nuestros días, gracias a la tecnología de la
resonancia magnética y el uso de los Tacs ha sido la neurociencias.
Los neurocientíficos, hoy en nuestros días se apoyan de manera
exclusiva en la bioquímica y la actividad bioeléctrica y el dinamismo
anatómico del cerebro humano para estudiar la conducta humana.
El estudio del sistema nervioso, ha logrado resultados
revolucionarios, desde la localización anatómica de las funciones
motoras y sensoriales más complejas, hasta la identificación de
procesos bioquímicos moleculares responsables de las variaciones del
humor, pasando por la observación directa de la actividad cerebral en
distintos estados normales y patológicos.
Neurocientíficos como el premio Nobel Sir Jhon Eccles3 (1963), y el
neurocirujano Wildred Graves Penfield4 (1945), han contribuido de
manera importante al estudio de los fenómenos mentales.
3
Científico australiano quien ganó el premio Nobel de Medicina en 1963 y dirigió un laboratorio de
neurofisiología en Canberra, Australia. Fue alumno de Charles Scott Sherrington en la Universidad de Oxford,
autor del libro titulado: The Integrative Action of the Nervous System (1906). Vivió de 1903 a 1997.
4
Fue un neurocirujano estadounidense nació en Montreal el 26 de enero de 1891 y murió el 5 de abril de 1976.
Contribuyó con importantes avances en el estudio del tejido nervioso, de las enfermedades neurológicas,
especialmente en la epilepsia y en la técnica de la neurocirugía.
6. El primero de ellos, centró sus estudios en la fisiología del sistema
nervioso, desde los fenómenos iónicos de la sinapsis hasta el
cableado del cerebelo.
El análisis de la conducta humana a través de las neurociencias se
mueve a la luz de la observación objetiva de fenómenos externos.
¿Pero estamos seguros de que es allí donde se encuentra la solución?
Si damos una ojeada a la historia de la humanidad, nos podemos
percatar que la preocupación por comprender y explicar, este objeto
de estudio, ha sido de interés no solo de nosotros, sino de aborígenes
australianos, esquimales e indios del Amazonas y Mesoamérica, estos
parecen estar de acuerdo en la existencia de espíritus, que habitan
en el hombre, e incluso en los animales y plantas.
Esta creencia en espíritus, por cierto, no en absoluto desconocida
para el hombre moderno, por absurda que ahora nos parezca, debió
ser en su momento, un descubrimiento revolucionario típicamente
humano. Platón y filósofos de la antigüedad llamaron Pneuma.
Sin embargo, en una epístola del evangelio de Mateo5 en la Santa
Biblia reina Valera 1960, encontramos lo siguiente:
“Cuando llegó a la otra orilla [Jesús el hijo de Jehová Dios], a la tierra
de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados (dos
personas poseídas por una legión) que salían de los sepulcros, feroces
en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino”.
5
El libro de Mateo, es uno de cuatro libros como Marcos, Lucas y Juan, conocidos como los Evangelios. Inician
en la página 1329 y terminan en la 1512, estos hablan de personas que estaban poseídas por espíritus
inmundos o demonios. Afectaban su conducta y su forma de vida de manera importante, puesto que los
atormentaban de gran manera principalmente en su salud física y mental (psicológica), es decir, no tenían paz
mental. Estos libros fueron escritos por sus autores hace 2000 años a partir de esta fecha.
7. […], Él les dijo: Id. Y ellos (espíritus inmundos) salieron, y se fueron a
aquel hato (grupo) de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se
precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.
Como podemos apreciar en estos últimos párrafos, desde hace 2 mil
años, ya se encontraban personas que daban testimonio de fuerzas
invisibles (espíritus), que podían poseer a personas y provocar en
ellos, comportamientos agresivos y esta conducta los hacia refugiarse
en los lugares más apartados de las comunidades o pueblos.
Pasando a otro concepto del cual es muy importante en este tema,
dado que, se relaciona con lo que estamos tratando, la conciencia no
es una cualidad inmaterial que viene al hombre por insuflación
exterior, sino una propiedad producto de la evolución de las especies,
en el proceso de continuo repliegue de la materia sobre sí misma.
La conciencia no es localizable sino un estado de vigilancia (en el
interior del ser humano hay un testigo silencioso que observa todo lo
que acontece a cada instante tanto en el interior como exterior) o
conocimiento sensible del mundo interior y reflejo de mundo
exterior, que día a día, se amplía con la ayuda de la memoria a largo
plazo y la información sensible se convierte en recuerdos.
La actividad cerebral, es decir, las funciones de cada una de las parte
del cerebro: cerebelo, tálamo, hipotálamo, amígdala, encéfalo, los
cuatro lóbulos, etc., es el papel directivo ejercido por la conciencia lo
que le confiere responsabilidad a estas partes sobre la conducta o el
comportamiento del sujeto en los diferentes ámbitos o contextos en
los que se desenvuelva cada día de su vida.
De ahí que un robot, aún dotado con sensores y efectores perfectos,
no pueda ejecutar los mismos actos que un organismo consciente,
sin lugar a dudas, siempre será el hombre el que programe la
conducta del robot; éste no puede decidir ni programarse a sí
8. mismo, y carece, además, del factor de aprendizaje en la propia
experiencia, que caracteriza a todo ser humano.
La verdadera liberación del hombre de la situación en la que hoy se
encuentra, es a través del conocimiento de sí mismo, es decir, una
vez que acepte que no es todo aquello que hace, sino un ser divino
constituido por un cuerpo-alma-espíritu, y que sin darse cuenta, la
dualidad que ha construido de cuerpo-mente, le hace creer, que es
todo lo que el cuerpo le ordena o indica en cada día de su vida.
La vida del hombre no es posible describirla o explicarla como un
mero receptáculo de estados psíquicos (procesos mentales), sino el
conjunto de experiencias conscientes en función de un cuerpo, en
donde la conciencia actúa, como presencia del hombre ante sí mismo,
posibilitando el progreso espiritual a través de la oportunidad del
potencial de habilidades y capacidades innatas, que poseen el
hombre sin que este se dé cuenta de su existencia.
Si la psicología contemporánea excluye a la conciencia humana esto
supondría prescindir de uno de los más nobles atributos del hombre,
automatizando a éste e igualándolo a las especies inferiores o
simplemente a la semejanza de un robot.
Aristóteles que fue un filósofo heterodoxo y progresista, de quién se
tiene una idea equivocada por las versiones, que de él dieron San
Agustín de Hipona, Santo Tomás de Aquino y los antiempiristas
reaccionarios del siglo XVIII, difieren del mentalismo de su maestro.
Este gran filósofo griego, elaboró un sistema de conocimiento que
sitúa el estudio del alma en relación tanto empírica como racional
con el estudio de los organismos vivos.
9. En su definición de la naturaleza del alma y de sus actividades,
convirtió el alma en una expresión de la criatura viva, y a la criatura
viva en una expresión del alma, eliminando cada rudimento del
dualismo alma/cuerpo tal como estaban planteados entonces.
Hipócrates fue el primer médico serio que promovió la escuela
alejandrina, la cual logró perdurar gracias a Galeno, y podemos
mencionar que, Aristóteles es sin duda, el primer psicólogo, este tuvo
la enorme virtud de describir en detalle, la experiencia humana y el
comportamiento en términos concretos. Años más tarde Rene
Descartes bajo la concepción cartesiana consideró el cuerpo y alma.
Aristóteles definió la mente como un proceso, es decir, en términos
de lo que hace y de sus manifestaciones, más que como una esencia.
Este filósofo, además, estudió detenidamente los sentidos, el
aprendizaje, la memoria, la emoción, la imaginación y el
razonamiento, temas de gran importancia aún en nuestros días.
Por tanto, sentó las bases de un monismo inteligente, aplicando el
concepto de “forma” para explicar la mente humana, haciendo una
analogía entre la cera, como material básico, y la forma o troquelado
que adquiere esta cera cuando se aplica sobre ella un sello.
Como podemos apreciar, los griegos crearon una primera
epistemología, con el descubrimiento del principio de causalidad y el
desarrollo de métodos inductivos y deductivos (Sócrates, Platón y
Aristóteles).
Cabe enfatizar, que las creencias animistas primitivas, dejan paso a las
primeras conceptualizaciones racionales y agnósticas del estudio de la
mente humana y sus funciones, así como también su relación con la
conciencia y los mecanismos necesarios para interpretar la realidad.
10. Por ejemplo, el médico Hipócrates fundador de la medicina discípulo
de Asclepios (padre de la medicina), dejó bien claro en sus estudios
sobre la epilepsia la idea de que la mente es un producto humano,
no sobrenatural, y que sólo podía expresarse a través del cerebro.
Sin embargo, el teórico más influyente sobre la mente humana fue
Platón, quien elaboró el primer sistema filosófico coherente en el que
se incluye un claro dualismo psicofísico.
Este filósofo, introduce el concepto de apriorismo, según el cual es el
Alma Humana, quien posee ya este conocimiento de todas las cosas y
el disfrute de toda la belleza desde antes de morar en el cuerpo y sólo
necesita librarse de él para volver al mismo estado perfecto anterior.
Volviendo al fenómeno de la mente como objeto de estudio, surge
una pregunta como cuestión de cómo en un organismo puede
reproducirse el orden existente en su entorno, y asimismo también
las condiciones que posibilitan semejante reproducción.
Por ejemplo, tenemos la naturaleza, el mundo físico, el entorno en el
cual el sujeto se mueve y desarrolla su vida, que constituye el orden
del cual se derivan todos nuestros estímulos; conocidos algunos de
ellos, y otros ni cuenta nos damos.
El sistema nervioso, neural, por medio del cual tenemos estímulos, es
a su vez, parte del mundo, es decir, de la naturaleza. Por lo tanto, el
orden fenomenal, mental, de las sensaciones, y otros hechos
psíquicos o mentales, de cuyas relaciones no es posible dar completa
y perfecta cuenta por la vía del análisis, sólo podemos saber cómo,
pero no saber qué.
11. De este modo, se puede afirmar que no tenemos capacidad para
llegar a conocer plenamente el orden de la mente humana, puesto
que, algunos de los principios sobre los que descansa su
funcionamiento son de un grado de complejidad extraordinario que le
es propio, y no pueden ser analizados por la misma mente.
Para Hayek, la mente es lo pre-racional, es decir, es un conjunto de
principios que posibilitan el surgimiento, desarrollo y funcionamiento
de las capacidades racionales.
Su base orgánica, física y biológica, es el cerebro y la red de fibras
nerviosas, trasmisora de estímulos sensoriales provenientes del
mundo externo. Pero una cosas es el cerebro y otra, diferente el
intelecto y la mente humana.
La idea central de este autor, es que la estructura de la mente, los
principios o leyes, que la constituyen no tienen carácter innato. Esto
significa: 1). Un rechazo al materialismo marxista que se sumió en
alguna medida en un biologismo extremo; 2). Un rechazo al
apriorismo absoluto de Leibniz (el intelecto mismo) y al de Kant (las
categorías del intelecto).
En consonancia, con su teoría el aparato mental es el resultado de la
experiencia pasada, es decir, el sujeto ha estado en contacto con el
mundo físico y se han generado sensaciones e impresiones las cuales
se guardan en la memoria a largo plazo, sea esta individual o en
grupo.
Sin embargo, este empirismo (perspectiva filosófica que considera
que el conocimiento se construye a partir de las experiencias del
sujeto) resulta distinto del preconizado por John Locke o David Hume.
Este origen empírico de la estructura que constituye nuestro aparato
clasificatorio (mente humana) lo abre, por definición, al cambio.
12. Es decir, que no obstante y a pesar de ser base y condición del
conocimiento humano, la mente podría sufrir cambios a lo largo del
proceso evolutivo individual y/o grupal. Cambios producidos por la
experiencia tanto de la intuición como del sentimiento.
Para Hayek todo está sujeto a cambios y a transformaciones, desde el
mundo, la naturaleza, pasando por nuestras teorías al respecto, las
normas que hacen posible nuestro actuar, llegando hasta los
fundamentos mismos del conocer humano.
Nuevos hechos, pueden contradecir una teoría largamente aceptada;
nuevas experiencias pueden hacernos dudar de lo adecuado de una
norma de comportamiento, etc., por lo tanto, tener esto en mente,
nos puede ayudar a comprender mejor la postura de este autor.
En este trabajo nos interesa comprender y explicar a través de un
marco teórico, cómo esa potencia clasificatoria, que llamamos
“mente” llegó a formarse. En qué sentido es resultado de la
experiencia y cuál es la relación entre ese orden fenomenal y el orden
de lo físico.
Líneas arriba mencionamos que según algunos autores, señalaban
que todo su contenido de la mente provenía del tradicional binomio
alma-cuerpo, o partiendo de la dualidad psíquico-físico o desde una
perspectiva yo/no-yo.
Desde el momento mismo en que la mente, es una capacidad
ordenadora, basada en los estímulos endógenos y exógenos que
recibimos por medio de los nervios sensitivos y motores que forman
parte del sistema nervioso central, por lo tanto, todas aquellas
cuestiones metafísicas tan importantes para los empiristas y
racionalistas no tienen razón de ser.
13. Indubitablemente, reconocemos que existe una especie de unidad del
sujeto en la cual llamamos físico y lo que denominamos “psíquico” en
el lenguaje del dualismo, constituyen un todo.
Sin olvidar que, hace referencia concreta a que algunas cualidades
que tradicionalmente se consideran psíquicas en realidad pertenecen
a lo que de acuerdo a esa misma tradición, podría haberse llamado
físico, concretamente en lo relacionado a la memoria.
Todos los fenómenos denominados “psíquicos”, como por ejemplo:
discriminación, generalización, transferencia y conceptualización, son
directa o indirectamente afectados por los impulsos transmitidos por
la red nerviosa de neuronas.
Por lo tanto, la distinción entre el yo y el no yo, pierde a su vez,
importancia desde el momento en que nuestro sistema nervioso es
parte del mundo físico, del orden de la naturaleza.
Es más, nosotros mismos como seres humanos, somos parte de la
naturaleza en cuanto a organismos biológicos. Por tanto,
precisamente a eso, y aquí se plantea, el grave problema de la mente:
¿Cómo en un organismo pueden darse o reproducirse aspectos del
orden físico?
La mente humana, es pues, en cierto sentido un orden relacionado
con los acontecimientos del mundo físico; orden que se da en algunos
organismos y que pese a relacionarse con el entorno físico no es
idéntico a éste.
El problema de la mente no es meramente psicológico, sin restar
mérito a las investigaciones psicológicas, tampoco se trata de
minusvalorar la antropología física o la biología, aun cuando Hayek
reconoce aspectos positivos en tales investigaciones, señalando a la
14. vez, algunos errores a los que según él han conducido sobre todo en
el terreno de la sociobiología.
El problema de la mente es una cuestión de psicología filosófica, es
decir, dicho de otro modo, es una cuestión eminentemente filosófica.
Debido a este punto de enfoque, al igual que por la manera crítica de
encarar este objeto de estudio, puede decirse que, Hayek ha venido a
devolverle a la filosofía el sitio que mayormente tuvo en sus
principios, y la actitud positivista en Occidente irrumpió con la
supuesta cientificidad.
El positivismo de Augusto Comte (1840), vino a deshacerse de
manera tajante con los fenómenos humanos y sociales, sin piedad
alguna mutiló, destruyó todo lo que se encontró a su paso,
principalmente la riqueza de sus más hondas interrelaciones.
No obstante, en ese proceso destructivo, la filosofía también se vió
afectada, y no cayó como víctima contingente cuyo fin es
desaparecer, es decir, cayó presa del mal que cambio su antigua
identidad, rebajada crecientemente, después Comte, a meno análisis
sintáctico, semántico, o analítico del lenguaje, dejaron en un rincón
todos los avances que había logrado la filosofía.
Después de 1840, todos los fenómenos fueron reducidos a la
observación descriptiva objetivo, que ha de reducirse a fenómenos
cuantificables. Es una palabra, los hechos, lo factual, se erigieron en
origen y parámetro del conocimiento.
Este tenía que ser por su naturaleza a posteriori, y de este modo se
creyó superar el paradigma paralelo y antitético originado a fines del
siglo XVIII por Immanuel Kant (1781). El conocimiento en cuando
deducible de verdades a priori, es inevitablemente a priori.
15. En su teoría acerca de la mente y el conocimiento, Hayek acepta
tanto lo a priori, como lo a posteriori. Según este autor, aprendemos
del mundo físico (externo) a través de ciertas presuposiciones que
son a priori.
Sin embargo, éstas no son innatas, ni fijas ni independientes de la
experiencia cambiante o dinámica. Al contrario descansan sobre
experiencias pasadas (previas), ya sea del sujeto o del grupo que lo
socializa.
Las presuposiciones apriorísticas, son reproducciones generales de las
relaciones de los elementos del entorno ya experimentadas en el
pasado. Es éste el sentido en el que Hayek se aparta del subjetivismo
o idealismo de corte kantiano. Claramente establece que mente y
conciencia son, ambas, el resultado de la experiencia individual y
colectiva o grupal.
Para este autor, la experiencia del pasado precede a las sensaciones y
a las percepciones del presente. Consiste esa experiencia,
fundamentalmente en una interpretación y ordenación de los
eventos a los cuales, el sujeto se enfrentó; proceso a su vez basado en
las diferenciadas respuestas del organismo que evoluciona, lo cual
condujo a una clasificación u ordenamiento de los acontecimientos
del entorno.
Todavía más interesante resulta, su idea de que la conciencia, o la
mente humana no producen experiencia, y que ni siquiera, es ésta
una especie de función mental, pues, es más bien la experiencia la
que sustenta eso que llamamos “conciencia humana”.
Por lo tanto, esto implica que todo lo que hemos llegado a saber
(conocimiento), ha de ser sujeto de confirmación o refutación
recurriendo siempre a dicha experiencia sensorial.
16. De este modo queda al descubierto, el error cometido por el
empirismo supuesto por el pensamiento de Kant. Por otra parte,
también queda al desnudo el error aristotélico de creer que la
“experiencia” consiste en llegar a poseer la esencia (la verdad del
mundo físico y de los fenómenos) de las cosas (objetos físicos y
fenómenos sociales y psicológicos) por la vía de la abstracción.
En cierto, que no todos los empiristas comparten esa visión, pero
todos han brincado su apoyo a la doctrina que establece que: la
experiencia comienza con la recepción de datos sensoriales, que
constituyen las cualidades primarias o secundarias, considerando a
los objetos como constantes, sin darse cuenta que todo está
cambiando continuamente.
Algunos han ido más allá, al ampliar lo anterior con la conclusión de
que: así entramos en posesión de los correspondientes atributos de
los objetos externos que percibimos a través de los órganos
sensoriales.
De acuerdo con Hayek, lo que se halla presupuesto aquí, es que la
mente humana, posee capacidades propias, innatas, independientes
de todos los hechos del mundo físico, y que son, las que le permiten
ordenar, relacionar y reproducir los datos sensoriales, que se recogen
por medio de los sentidos el sujeto.
Por ejemplo en el sistema de David Hume (1739), este está edificado
sobre una concepción acerca de la “razón”, tal que ella constituye el
origen y la medida de lo que puede llamarse “conocimiento”. De este
modo, la figura de Hume para quien no existen supuestos dogmáticos
–principios a admitir independientes de la experiencia-, se derrumba:
él parte de suponer que existen capacidades inherentes al hombre y
que son las que le permiten “asociar” (capacidades asociativas del
sujeto) los datos sensoriales que recibe el sujeto.
17. Es posible establecer algunas diferencias entre la teoría de la mente
en Hayek y en Kant. Por ejemplo, viene el caso de recordar que Hayek
no se refiere a “estructuras” o “formas fijas”, invariables sino más
bien a conexiones, relaciones o productos de la experiencia, y
susceptibles de cambio por la experiencia misma como parte del
proceso evolutivo.
Además, hay que agregar que, tales concatenaciones o vínculos no
son consideradas como pertenecientes a las cosas o los hechos, son
más bien, resultados de la clasificación en que en virtud de ciertos
aspectos, construimos en todos los objetos que percibimos.
Para Immanuel Kant en su obra, Critica de la razón pura (1781), el
conocimiento viene a ser resultado de un acto inconsciente de
síntesis. Pero además, para este mismo autor la actividad cognitiva,
ha de encontrar su explicación en la aplicación de las formas puras del
entendimiento a los objetos de la intuición espacio-temporal.
Por lo tanto, este tipo de conocimiento es constitutivo de la
experiencia, a diferencia del metafísico que es meramente regulativo
del espíritu libre conocido también como noumenal para Leibniz.
Hayek afirma, en cambio que el aparato clasificatorio nos provee la
capacidad para experimentar y adquirir ulteriores conocimientos
acerca del mundo físico. Ve así mismo el aparato clasificatorio como
producto fisiológico, sujeto a modificaciones vía la experiencia,
considerándolo un derivado evolutivo aún en proceso.
Lo anterior significa, que la influencia del medio ambiente condujo a
los organismos: 1). A acumular información utilizable (pragmática)
posteriormente; 2). A adaptar su conducta, al igual que esos
mecanismos del conocimiento, con el fin de sobrevivir como especie y
como individuo. La mente es un grupo de reglas para el éxito.
18. Conclusiones
La mente humana es como el agua, cuando está en calma y en paz, es
capaz de reflejar la belleza en el mundo. Sin embargo, cuando esta
agitada (angustiada y desesperada por los problemas cotidianos),
puede tener el paraíso enfrente y no será capaz de reflejarlo.
Por lo tanto, una mente en paz consigo misma tiene grandes
ventajas, por ejemplo, es capaz de proteger y cuidar la salud del
cuerpo del cual forma parte. Esto debido a que existe una dualidad.
De lo contrario, una mente agitada por los muchos problemas
aumenta la vulnerabilidad frente a las enfermedades de todo tipo.
Señala, Arthur Schopenhauer (1836), filósofo alemán:
La Salud no lo es todo en la vida, sin embargo, sin ella todo lo
demás es nada. De esto se da cuenta generalmente, siempre
tarde el paciente.
Según la organización mundial de la salud (OMS), menciona que hay
más de 300 millones de personas en el mundo, que tienen algún tipo
de enfermedad crónico degenerativa, y esto es consecuencia del
estrés, que día a día, sufren en sus hogares, trabajo y sociedad.
Estas personas viven constantemente enfermas, puesto que, no
saben cómo lidiar o gestionar con sus pensamientos, emociones y
sentimientos entonces estos estados cognitivos y emocionales, se
vuelven tóxicos a través de segregaciones bioquímicas en el
organismo y producen patologías, que se manifiestan en
desequilibrios neurofisiológicos a través de enfermedades crónico
degenerativas que afecta la salud del paciente de manera importante.
19. Por su parte, las investigaciones del nuevo campo de la
Psiconeuroinmunología estudian las relaciones biológicas entre la
mente humana, el cerebro y el sistema inmunológico y han ido
descubrimiento una importante vinculación y relación que los focos
emocionales del cerebro humano se hallan estrechamente vinculados
no sólo al Sistema Inmunológico sino que también al Sistema
Cardiovascular.
A continuación, les comparto una noticia impresionante para la
mente humana. Gracias a los avanzados métodos científicos en
neurocirugía y a la tecnología moderna, al realizarle a un paciente un
implante esta persona recuperó la conciencia.
Un artículo publicado en la revista “Nature” de 2007, describió como
un paciente de 38 años de edad, durante años en estado de “mínima
conciencia” debido a una lesión cerebral, recuperó la capacidad de
hablar (área de broca), de comer, de comunicarse, de estar despierto
[…], y todo gracias a unos “alambres” (diminuto y delgados cables de
material especial) que estimularon el lado profundo del cerebro. Los
especialistas comentaron, maravillados, “ha vuelto a ser una
persona”.
Parece sencillo para algunas personas, sin embargo, entonces
tendríamos que plantearnos las preguntas siguientes:
1) ¿La conciencia es lo que nos hace ser personas?; 2). ¿La
conciencia se puede reemplazar o al menos estimular, con la
ayuda de un implante cerebral?
No obstante, […] las apariencias a simple vista engañan.
Indubitablemente, en las últimas décadas algunos aspectos de la
investigación en el estudio del cerebro humano se han vuelto, sino
sencillos, al menos abordables, es decir: se ha logrado entender cómo
20. funciona una neurona (Santiago Ramón y Cajal, propuso la Teoría de
la Neurona y ley de la polarización dinámica 1906; C. Scott
Sherrington en 1912 estudio la Sinapsis; J. Eccles [1963], Stanistas
Dehaene, Dámaso, entre otros), cómo charla con sus vecinas, cómo
se transmite la información a través de un nervio sensitivo, e incluso
cómo de pronto una célula que no sabe quién es, se convierte en una
neurona, y no en un hepatocito o un espermatozoide.
Sin embargo, lo que sí es seguro es que en ese lugar de preguntas no
entran otras como qué quiere decir sentir que tenemos un cuerpo, o
que estamos vivos, o que si nos pinchamos nos duele, o qué quiere
decir el “rojismo” de un color (cualidades de los objetos).
Como podemos apreciar, nos queda claro, que existen algunas
cuestiones más complicadas, y en un alarde de originalidad, algunos
científicos hoy en día, se regodean en llamarlas el “problema difícil”:
cómo un puñado de neuronas que de pronto, estas al interactuar
como una unidad dan forma a la Conciencia (atención perceptiva).
Nuevamente, es fácil la ilusión, que nos presenta el mundo físico al
hacernos llegar estímulos por todas las direcciones, y de pronto
somos capaces de ver un documental, o jugar un juego de ajedrez.
Pero reflexionemos por un momento, ¿cómo es que esos estímulos
externos de repente se convierten en estados mentales de los cuales
somos capaces de interpretar y decodificar, es decir, cómo poder
sentir y darnos cuenta que algo está pasando a nuestro interior?
Ante estas descripciones y explicaciones, es conveniente
cuestionarnos lo siguiente: qué es exactamente eso que llamamos
conciencia (atención perceptiva), y si nos damos cuenta, actualmente
y desde la antigüedad, son una gran cantidad de investigadores, que
andan tras su búsqueda, desde filósofos, biólogos, neurocientíficos,
informáticos, endocrinólogos, neurocirujanos, entre otros.
21. Como bien sabemos, los científicos en las ciencias duras, utilizan
instrumentos y aparatos (electrodos, cables, tubos de ensayo y
controles) para llevar a cabo sus experimentos y con la ayuda de las
matemáticas, siendo el caso de la estadística llevan a cabo sus análisis
de los datos obtenidos de las evidencias físicas y con esto logran
redactar sus conclusiones y recomendaciones.
Quizás en estos últimos dos mil años, una de las mayores
complicaciones en el problema de la conciencia, como objeto de
estudio, es poder abordarla a través de experimentos y encontrar una
vez por todo la diferencia entre la mente como un hiperfenómeno del
cerebro y su relación con la conciencia.
¿Cómo preguntarle a un sistema nervioso qué significa sentir, doler,
pensar, recordar, imaginar, fantasear, y todos los procesos mentales
y emocionales, que convergen a cada segundo en el interior del
cerebro humano?
Quizás en ciertos momentos, en algún rincón del mundo algún grupo
de científicos, se dieron cuenta que estudiar a la mente, cerebro y la
conciencia, no es una tarea sencilla de acuerdo con la tecnología, que
hasta el momento contamos, tal vez sea necesario, plantear un nuevo
marco teórico y diseñar nuevos dispositivos, que nos permitan poder
medir y encontrar realmente sus funciones y características.
En resumen, podemos mencionar que, todas las posturas acerca del
estudio de la mente humana coinciden en la afirmación de que la
experiencia depende completamente o parcialmente de la conciencia.
No obstante, Hayek habrá de afirmar, que como ya se mencionó
líneas arriba, que la misma “conciencia” es un producto de la cadena
de experiencias (contenido de la mente), que va acumulando el sujeto
de acuerdo con el entorno en el que se desenvuelva.
22. Fuentes de consulta
1. David A. Quebradas Angrino. La emoción, la razón y el cerebro humano. Cuaderno de
Neuropsicología Paranamericana Journal of Neurophychology. Vol. 5, no. 2, diciembre
de 2011. Disponible en: pepsic.bvsalud.org/pdf/cnps/v5n2/a06.pdf
2. Mente y Cerebro. Retrospectiva Charles Scott Sherrington, sinapsis y reflejos.
Disponible en: https://www.investigacionyciencia.es/revistas/mente-y-cerebro/los-
limites-del-ego-721/charles-scott-sherrington-sinapsis-y-reflejos-15793
3. Arthur, Schopenhauer (1844). El mundo como voluntad y representación. Disponible
en: juango.es/files/Arthur-Schopenhauer---El-mundo-como-voluntad-y-
representacion.pdf
4. Percy C. Acuña Vigil. El concepto de verdad y de certeza en Descartes. Universidad
Nacional de Ingeniería Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Disponible en:
www.urbanoperu.com/sites/urbanoperu.com/files/descargas/el_concepto_de_verda
d_y_de_certeza_en_descartes.pdf
5. Manuel Desviat. El error de Descartes. Disponible en: www.atopos.es/pdf_14/2-
4_El%20error%20de%Descartes.pdf
6. Alfredo Marcos. Filosofía de la naturaleza humana. Departamento de
Filosofía/Universidad de Valladolid, España. Disponible en:
7. René Descartes. Discurso del Método. Disponible en:
www.posgrado.unam.mx/musica/lecturas/LecturaIntroduccionInvestigacionMusical/
epistemologia/Descartes-Discurso-Del-Metodo.pdf
8. David Hume. Investigación sobre el conocimiento humano. Disponible en:
www.unizar.es/departamentos/filosofia/documents/Hume-David-Investigacion-
sobre-el conocimiento-humano.pdf
9. Stanislas Dehaene. La conciencia en el cerebro: Descifrando el enigma de cómo el
cerebro elabora nuestros pensamientos. Argentina, 2015. Disponible en:
10. J.L. González de Rivera. Estructura y función de la mente humana. Psiquis 346/87
volumen VIII/87. Disponible en:
11. Ruiz Limón, Ramón. El conocimiento silencioso. Disponible en:
http://www.eumed.net/libros-gratis/2007a/260/index.htm
12. Ruiz Limón, Ramón. Historia y evolución del pensamiento científico. Disponible en:
http://www.eumed.net/libros-gratis/2007a/257/index.htm
13. Capítulo IV. La mente humana. Tesis.