El documento analiza cómo los periodistas están sujetos a mecanismos de cooptación que los llevan a defender valores e ideas dominantes sin necesidad de conspiración. Explica que los medios están controlados por redes que trabajan de forma espontánea para defender el modelo dominante acordado entre una derecha sin ideas y una izquierda sin ideales. También señala que aunque los periodistas actúan de buena fe, han interiorizado tan bien la lógica del sistema que adhieren libremente a lo que les ordena creer sin necesidad de ponerse de acuerdo