11. Antes de modelarte en el seno materno, te conocí, antes que salieses de las entrañas te consagré, como profeta de las naciones te puse. Yo dije: "¡Ay, Señor! ¡Mira que no sé hablar, que soy un muchacho!" Y me dijo el Señor: No digas: "soy un muchacho", porque a todo lo que yo te envíe irás y todo lo que yo te mande hablarás no tengas miedo porque contigo estoy para salvarte. (Jer. 1, 4-8)