La niña Manuela vive en una casa de dos pisos en el centro de la ciudad con su madre y perro. Cada mañana, ella y su madre van de compras al supermercado, y cuando regresan a casa a Manuela le gusta jugar con sus bloques de madera. Los fines de semana, Manuela y su madre visitan al abuelo Miguel en el campo para ayudarlo a recoger fruta.