La armonía se define como el equilibrio y orden que se percibe entre objetos o seres. Implica movimiento y estabilidad. Para vivir en armonía, debemos estar en equilibrio con los demás, la naturaleza y nosotros mismos. Reconocer las fortalezas de los demás y adaptarnos a sus valores nos permite convivir con armonía. Cada persona es importante y puede contribuir de manera positiva.
1. LA ARMONÍA
La armonía puede ser definida como la conjunción
entre el movimiento, el orden, la estabilidad y el
equilibrio que se percibe en un objeto real o
imaginario, lo cual estimula al sujeto,
produciéndole una agradable sensación de paz,
alegría o éxtasis interior. La naturaleza tiene
armonía, es decir posee un ordenamiento que no es
estático sino que está en permanente movimiento e
interactúan en ella ciertas fuerzas o principios
elementales. La armonía es, en cierta manera,
sinónimo de equilibrio y estabilidad, pero se
diferencia de estos dos términos en el sentido de
que abarca más cosas y entre ellas está el hecho de
que afecta sensiblemente y benéficamente a
nuestro estado de ánimo, a nuestros sentidos y en
especial a nuestros sentimientos.
Cuando observamos una correspondencia o
reciprocidad en el vínculo formado entre dos
o más seres o cosas, decimos entonces que
hay armonía en sus relaciones. Como
personas, debemos estar en Armonía con los
demás, con la naturaleza, con el mundo entero
y con nosotros mismos. Estar en Armonía con los demás
significa anhelar el bien para ellos, actuar de modo
constructivo y ayudarles en su camino a lograr lo que
quieren. No se refiere a hacer lo que otros quieran hacer,
dándoles el poder de decidir el rumbo de nuestra vida, sino
por el contrario, desempeñarnos en nuestras pasiones para
ser felices e impartirles felicidad. Y es aquí, cuando
primeramente logramos la Armonía con nosotros mismos.
El secreto para vivir en armonía:
El ser humano tiene cierta tendencia a buscar la falta, la
deficiencia. Nos cuesta buscar y reconocer lo que nos aporta
un valor del otro, en ocasiones simplemente porque lo damos
por descontado. Darnos cuenta de lo que un compañero nos
aporta, de sus fortalezas, nos permite tener una visión más
optimista, global y realista. Valorar lo que el otro nos aporta,
abrir nuestra mente a lo bueno que el otro tiene, es una llave
que abre el potencial de los equipos para colaborar y
cooperar en un entorno donde la competencia es el pan de
cada día. Con todo ello, ¿ambos comparten el mismo valor
universal de compañerismo? En
absoluto, cada uno dispone de su
definición y es tan buena como la del
otro pero sólo será efectiva cuando sea
en cierta medida consensuada. No
vivimos aislados, sin embargo los
valores que manejamos son individuales
y subjetivos, por tanto para poder
convivir con cierta armonía necesitamos
conocer, comprender y adaptarnos en
parte a los valores que expresan los
demás.
2. Cómo vivir en armonía:
•Cada vez que veas a una persona recuerda
que la mayoría de las personas que viven en el
mundo son idénticos a ti. Aprecia la
diversidad que viene del pequeño porcentaje
de variación. Eres parte de la configuración
única de la naturaleza humana.
•Reconoce de que cada persona debe buscar la
preservación personal, el crecimiento y
disfrutarlo. Busca el honor de esta naturaleza
en la armonía alrededor tuyo.
•Cada humano es importante para la
humanidad. Puede que encuentres a otras
personas como amenaza, pero eres capaz de
dar mucho más al mundo.
•Cada persona puede hacer una contribución a
alguna causa de su interés para ayudar al
progreso de la humanidad a través de la
imaginación y el trabajo. No te preocupes por
las preferencias políticas o religiosas de las
personas a tu alrededor.
•Aprecia el deseo natural de verte y actuar
bien. Es muy agradable que los demás lo
admiren a uno, así como también es agradable
admirar a otros.
•Reconoce que eres útil para otros, y que otros
son útiles para ti. Es normal sentir que otros
deben ayudarnos, pero debes tener en mente
que algunas personas no dudan en extender la
mano para ayudar a otros sin obtener nada a
cambio, sólo por la satisfacción propia de
ayudar
El poder de la mente:
1) abandonar cuanto antes la postura de victima...salir
del "pobre de mi."
2) dejar de ver y hablar del lado oscuro de la vida,
como si fuese la única realidad.
3) aprender a aceptar con amor las cosas que no
podemos cambiar.
4) tener pensamientos positivos y sentimientos nobles.
5) dejar de vivir recordando el pasado.
6) ser auténticamente uno mismo en todo momento.
7) tener confianza en si mismo y en el proceso de la
vida (fe)
8) disfrutar del silencio y de los momentos de soledad.
Tema:
“APRENDEMOS A VIVIR EN
ARMONÍA”
Responsable:
Estuardo Alejandro Lizarazo Grados
Fecha: Miércoles 30 de Abril del 2014
Hora: 8:30 AM
Lugar: Hospital de Especialidades
Básicas la Noria