2. Los sacramentos
La palabra sacramento viene del latín
Sacramentum. En la Antigua Roma esta
palabra era el compromiso o juramento que
unía a la gente involucrada en transacciones
financieras. También se refiería al juramento
del soldado para ser leal al emperador al
entrar al servicio militar.
Tertuliano, fue el primer escritor en aplicar la
palabra sacramento a una de las acciones
litúrgicas de la Iglesia. Se refirió al Bautismo
como sacramento, equiparando con ello la
promesa que los cristianos hicieron para
siempre al servicio de Cristo con la lealtad
jurada al emperador por parte de sus
soldados.
3. Una característica de nuestra Iglesia Católica Romana
es que es una Iglesia sacramental. En nuestra tradición
los sacramentos son considerados como maneras y
medios privilegiados por los que Dios se nos comunica.
Los sacramentos son los medios prinicipales en los
que encontramos a Cristo en su Iglesia. Se sustentan
en la gracia de Dios; son guiados por su Espíritu.
La definición tradicional de un sacramento es: un signo
visible instituido por Cristo para tansmitir la gracia.
Los sacramentos tienen que ver con lo sagrado. Son
las puertas al universo de lo sagrado: puertas de
entrada a través de las cuales podemos entrar de
manera segura a la “casa de Dios”.
4. Los sacramentos pertenecen a
la Iglesia y son para la Iglesia:
Los sacramentos son acciones para la Iglesia: hacen la
Iglesia, reúnen a sus miembros en asamblea y los autoriza
para hacer lo que hace la Iglesia. El significado y el poder de
los sacramentos no debe reducirse a los pocos momentos en
que permanecemos “en” el templo, durante su celebración.
Los sacramentos no son una clase de “paréntesis sagrado”
en la vida de los católicos. No son “tiempos fuera” o “pausa
en el tiempo” para hacer algo santo y luego retornar al
“mundo real”.
Mas bien, los sacramentos son las “palabras” de nuestra
vida, son aquellas acciones –celebradas en tiempo y
espacios especiales- que nos muestran de qué manera
hemos de actuar en todo momento y lugar.
Decimos que los sacramentos son de, y para la Iglesia,
debido a que esas acciones sagradas, celebradas
ordinariamente en el templo, son descripciones ,
orientaciones, guias-recursos espirituales- que nos indican
cómo nosotros, miembros de la Iglesia, debemos vivir.
5. LOS SACRAMENTOS SON
SIGNOS VISIBLES:
Al decir que los sacramentos son signos visibles,
estamos refiriéndonos a la parte ritual o
celebración litúrgica del sacramento; las cosas
que decimos, escuchamos y hacemos en el
templo: los símbolos o gestos que realizamos, las
palabras pronunciadas, el ministro del sacramento
y los receptores del sacramento.
Recibir un sacramento no significa simplemente
estar presente, mirar que alguien haga todo el
trabajo. Los sacramentos son dones u obsequios
pero, a diferencia de otros regalos, implican una
responsabilidad que acompaña al obsequio.
6. MATERIA Y FORMA DE LOS
SACRAMENTOS
*Cuando celebramos los sacramentos hacemos, usamos y decimos
cosas.
*Lo que se realiza, lo que se usa, lo que se dice constituyen la
“materia” y la “forma” del sacramento.
*La materia y la forma propias constituyen uno de tres elementos
requeridos para la celebración válida de un sacramento.
*Decimos que la materia y la forma son los elementos esenciales no
porque sean todo lo que constituye un sacramento, sino porque son
los elementos claves que definen más claramente lo que Cristo lleva a
cabo y lo que celebramos en tal o cual acción litúrgica en particular.
*En algunos sacramentos la materia propia no es ni un símbolo ni un
gesto propiamente hablando, sino la actitud o disposición de los que
participan en el sacramento (Reconciliacion y Matrimonio)
7. Los símbolos y los gestos de nuestras celebraciones
sacramentales no son en sí mismos misteriosos; no son
mágicos. Aceite, agua, pan y vino, el contacto humano:
todos estos elementos se encuentran entre las
realidades humanas mas elementales.
Como seres humanos somos criaturas que nos
comunicamos ampliamente por medio de símbolos. Los
símbolos que usamos son, la mayoría de las veces, las
palabras, pero estas no son los únicos símbolos.
Nuestros cuerpos mismos son símbolos de lo que
somos; medios a través de los cuales se percibe nuestro
espíritu, nuestra alma, nuestro corazón.
Además de ser los “instrumentos expresivos” de un rito
sacramental, la materia y la forma implican una
enseñanza teológica importante acerca de los
sacramentos.
8. Los sacramentos instituidos por Cristo se cuentan entre
los medios de la Iglesia, el cuerpo de Cristo en la tierra,
que prolongan los efectos de la encarnación, continúan
haciéndonos mas presente, mas real, el amor y la
gracia que Dios nos ofrece por mediación de Cristo.
Mediante los sacramentos, lo divino (la presencia de
Cristo) toma una forma que podemos ver y tocar (pan y
vino). Los sacramentos unen lo humano y lo divino.
Comenzamos con la materia, las cosas de este mundo,
pero cuando se añade la fe, se abre una “puerta a lo
sagrado” .
Los sacramentos son para la gente. Es decir que no
pueden administrarse a los muertos. Son para nuestro
beneficio. Dios no necesita de los sacramentos para
actuar en nuestro auxilio. Los sacramentos no son algo
que comprometan a Dios a hacer algo
obligatoriamente. Más bien, la celebración nos ayuda a
entender y a experimentar lo que Dios nos ofrece.
9. EL MINISTRO:
¿Qué es lo que la Iglesia requiere
de sus ministros cuando presiden
una celebración sacramental?
*el ministro debe intentar “hacer
lo que la Iglesia hace”.
*No es necesario que el ministro entienda todo
lo que hay que saber acerca de la teología de
un sacramento. Ni necesariamente debe creer
el ministro en todo aspecto de la enseñanza de
la Iglesia respecto al sacramento.
*El ministro puede no estar en estado de
gracia para presidir válidamente la celebración
de un sacramento.
10. *La gracia del sacramento viene por medio
de Cristo, no por medio del ministro. La
indignidad del ministro no impide que el
sacramento confiera la gracia que “contiene”.
No es el ministro humano, sino Cristo, la
“autoridad, el poder” que esta detrás de los
sacramentos.
*Esto es lo que la Iglesia quiere decir cuando
enseña que los sacramentos confieren la
gracia ex opere operato (“a traves de la obra
fecunda” ).
*La gracia y el poder de Cristo, y no la gracia
y el poder del ministro, es lo que se ofrece
mediante la celebración de los sacramentos.
Cristo es el sacramento fundamental, el
ministro primordial, la autoridad que avala los
sacramentos y estos, son encuentros con
Cristo por mediación de la Iglesia.
11. QUIENES RECIBEN EL
SACRAMENTO
*Hay un mínimo de requisitos para aquellas
personas que reciben los sacramentos.
*Los que se acercan al sacramento no
necesitan entender todo lo relacionado a la
historia y a la teología de ese sacramento
en la Iglesia Católica.
*Necesitan acercarse al sacramento por su
libre voluntad. Tambien necesitan una
comprensión básica de lo que realiza el
sacramento.
*Hay dos excepciones o casos especiales,
que tienen que ver con la disposición del
receptor. : en el bautismo de niños los
padre llevan libremente a sus hijos y, de
hecho, su fe es la que en gran parte
justifica el Bautismo de sus niños. En la
unción de los enfermos dada a una
persona inconsciente es la fe de la familia.
12. *Ni el niño pequeño, ni el adulto en
estado de coma han puesto
barreras u obstáculos para la
recepción del sacramento.
*La debilidad humana, incluso la
incapacidad para entender lo que
Dios realiza a favor nuestro o para
responder a tal acción, no impide
que El nos conceda su gracia y
amor.
*Recordemos que la materia y la
forma apropiada, la intención del
ministro y la disposición del
receptor son requisitos mínimos
que deben tomarse en cuenta para
que la Iglesia reconozca esa
acción particular como uno de sus
sacramentos.
13. El poder de los símbolos y las
palabras sacramentales:
La preocupación en torno a los gestos, símbolos y
palabras apropiadas para los sacramentos nos
recuerdan que esos elementos son importantes
en nuestras celebraciones sacramentales.
Debemos cuidar que los símbolos y gestos
sacramentales claramente expresen lo que
señalan.
Las palabras más importantes del rito sacramental
son las que constituyen la forma. Estas palabras
pronunciadas son las que dan forma y significado
a las “palabras visibles” de los símbolos y gestos.
“…ninguna rito sacramental puede ser modificado
o manipulado a voluntad del ministro o de la
comunidad. “ (CIC 1125)
Los sacramentos no “pertenecen” a un ministro en
particular o a una comunidad de manera
exclusiva; pertenecen a la Iglesia, porque son sus
acciones.