Este documento argumenta que la productividad es la clave para generar empleo sostenible. Subsidiar el empleo no es sostenible a largo plazo. En cambio, aumentos permanentes en la productividad impulsan mayores ingresos, utilidades y menor inflación, estimulando la demanda y creación de empleos productivos. La baja productividad en América Latina se debe a fallas de mercado como infraestructura deficiente y trámites burocráticos, así como políticas que dificultan el crecimiento de empresas eficient
1. Empleo?, la productividad es la clave
Al diseñar una política de empleo es fácil equivocarse, pues el trabajo
productivo sólo se genera en el sector privado como consecuencia de las
oportunidades de negocios. Hay fórmulas no sostenibles, como la de otorgar
subsidios a la generación de empleo. Cuando se agotan los recursos de los
auxilios es muy probable que la mayoría de los empleos se vuelvan a perder.
Poco ayudan modelos que condicionan el acceso a un buen entorno para hacer
negocios sólo a aquellos que cumplan con metas de generación de empleo. En
esto es fácil quedarse sin el pan y sin el queso.
¿Qué hacer? Una reciente publicación del BID, titulada La era de la
productividad , enfoca correctamente el tema. Su tesis central es que la causa
básica del bajo crecimiento de América Latina vs. Asia se encuentra en las
menores ganancias en productividad. Incrementos permanentes en la
productividad traen como resultado mayores ingresos para los trabajadores,
más utilidades para las empresas y menores precios para los consumidores.
Estos elementos se combinan a su vez para generar un gran estímulo a la
demanda por bienes y servicios de consumo, así como por nuevos bienes de
capital. Dicha mayor demanda incentiva, por tanto, la expansión de las
empresas y la creación de nuevos empleos. Estos nuevos empleos sí son
productivos y sostenibles, a diferencia de las otras fórmulas mencionadas.
Iniciemos con una clarificación conceptual. Productividad se define como la
eficiencia con la cual se utilizan los factores de producción, capital y trabajo.
Por ello, una mayor producción no sólo se obtiene de acumular más
maquinaria o de enganchar personal adicional o aumentar su calificación.
También proviene de un uso más eficiente de los factores de producción.
El bajo crecimiento en la productividad se debe a un conjunto de fallas de
coordinación en el funcionamiento de los mercados, y a malas políticas
económicas que impiden que las empresas eficientes crezcan y las más
ineficientes desaparezcan. El estudio calcula que sólo usando eficientemente
2. nuestros recursos actuales, sin cambiar la estructura de la economía,
podríamos incrementar el ingreso per cápita de los colombianos en un 50 por
ciento.
Entre las fallas de mercado se encuentra una inapropiada provisión de bienes
públicos, siendo una de las más protuberantes nuestra deficiente
infraestructura vial y las demoras burocráticas en los puertos. Esta situación
lleva a que el envío un contenedor desde Buenos Aires hasta Estados Unidos
pueda costar lo mismo que hacerlo desde Bogotá, con una distancia
significativamente menor. Otro ejemplo son los elevados costos y el tiempo
requerido para hacer cumplir un contrato en Colombia, que duplica los
observados en la mayoría de los demás países de la región. Un tercer ejemplo
es una estructura y administración tributaria compleja y segmentada que es
poco efectiva y costosa de utilizar por las empresas, especialmente las pymes.
En cuanto a políticas económicas gravosas para la productividad y el empleo
están las cargas no salariales a la nómina que dificultan la expansión de las
empresas formales y fomentan la expansión de la informalidad en el país.
Esto a su vez lleva a elevadas tasas de tributación en el sector formal, que de
nuevo perjudican el crecimiento de las empresas más eficientes. Otras
políticas que afectan la productividad son aquellas que en forma
bienintencionada tratan de proteger a los más débiles, pero terminan
aislándolos de la economía formal. Entre estas se cuentan medidas que
debilitan los derechos de los acreedores e impiden el acceso a crédito de
muchas pequeñas empresas o de amplios segmentos de la población al crédito
hipotecario, clave para materializar la demanda por vivienda.
La reducción de la tasa de desempleo exigirá tasas de crecimiento sostenidas
superiores al 5 por ciento anual. Esto no sólo se logra vía inversión y
educación, sino por medio de la innovación y su impacto en la productividad.
Para ello es crítico profundizar el sistema nacional de competitividad por la
vía de alianzas público-privadas en pro de mejoras en el suministro de bienes
públicos e impedir que actúen intereses rentistas en la definición de la política
económica nacional y local. Este es el reto si se quiere generar empleo
sostenible y de calidad.
"Entre las fallas de mercado se encuentra una inapropiada provisión de bienes
públicos, siendo una de las más protuberantes nuestra deficiente
infraestructura vial y las demoras burocráticas en los puertos".