1. Camino de recuerdos
Jovani Bonilla Elox
Al recorrer el camino que me llevaba hacia la casa del faraute de aquel grupo. Venían
a mi tantos recuerdos de lo que pasamos juntos en esos tiempos de estudiantes.
Ocurría con mucha frecuencia alguna gracejada generalmente de mal gusto de este
amigo tan entrometido. Que a su vez nos ayudaba a entender lo que pasaba pues
tenía mucha eubolia. En alguna ocasión hubo malos entendidos con los compañeros y
el de manera prudente intervenía.
Mi actual trabajo me llevaba por distintos lugares siempre en busca de animales
muy extraños. Ahora al verme en la necesidad de encontrar a un mapurite y una
manucodiata que él conocía. Pase por el bambudal encontrando al paso un hermoso
acahual rodeado por sauco. Al llegar lo primero que vi fue un faralá cubriendo la
mitad de su ventana. Toque a la puerta y al abrirse pude notar el aroma de un rico
hogo. Él se encontraba sentado a la mesa disponiéndose a degustar de esa comida
recién preparada. Pase y platicamos largo rato de lo que habíamos hecho hasta el día
de hoy. Le comente que iba buscando y me hablo de una restinga que se encontraba
cerca. Se levantó de su lugar y dirigiéndose hacia una mesa donde se encontraba una
gradilla. Agarro un pequeño frasco con jarope rojo para la tos del cual tomo dos
cucharadas.
Inmediatamente me hablo de sus muchas dolencias de las articulaciones
producidas por falta de sinovia. En ese momento vino a mí un comentario de mi
abuela que siempre nos decía. Si te duelen las articulaciones toma capsulas de
cartilagíneo y dejaran de molestarte los huesos. De una clavera tomo su abrigo y
salimos hacia ese lugar que me había hablado, caminamos unos treinta y cinco
minutos y llegamos a una hermosa restinga poblada de manucodiata, me dijo que
2. había visto al otro lado un mapurite de buen tamaño y aspecto, que regresara al otro
día y con gusto me acompañaría a buscarlo hasta encontrarlo.