RECODIFICACION COSMICA

Eva-Maria Mora
RECODIFICACIÓN
CÓSMICA
La nueva medicina energética
Traducción de Jorge Rus Sánchez

ISBN de su edición en papel: 978-84-414-3623-7
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su
transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación
u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede
ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal)
Título original: Cosmic Recoding-Die Neue Energiemedizin,
© 2015. Eva-Maria Mora
© 2015. Ansata Verlag, una división de Verlagsgruppe Random House GmbH, Múnich, Alemania.
Diseño de la cubierta: © Carlos Melcón
© De la traducción: Jorge Rus Sánchez
© 2016. Editorial EDAF, S.L.U., Jorge Juan 68. 28009 Madrid (España) www.edaf.net por acuerdo con Agencia
Literaria Ute Körner, S.L.U., Barcelona
Primera edición en libro electrónico (epub): abril 2016
ISBN: 978-84-414-3648-0 (epub)
Conversión a libro electrónico: Midac Digital

Para mi madre,
para mi hijo,
para mi familia terrenal,
para mi familia luminosa.
Con mucho amor y agradecimiento.

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Índice
Prefacio
Introducción
PARTE I
La ciencia cósmica de los milagros
¿Qué es la recodificación cósmica?
Códigos cósmicos – Información luminosa del cosmos
El sistema energético del organismo de las personas nuestro ordenador biológico
Viajes de exploración hacia el mundo invisible de la energía
Viaje 1: empezamos
¿Qué vemos en realidad?
Adelantados a su tiempo
Viaje 2: la cueva silenciosa
Bienvenido al holograma
La historia de Tom
Telepatía y ciencia
Internet cósmico
Viaje 3: por fin online
Protección mediante cortafuegos energéticos
Viaje 4: eres el cosmos
PARTE II
Evaluación del campo energético
El campo energético de las personas
Autoanálisis de la falta de energía
Trastornos y contaminación del campo energético
Viaje 5: el guante dorado
Muros energéticos
La historia de Larissa
Limpieza del campo energético a través de la respiración
Viaje 6: el puente hacia el cosmos
Sensibilidad en la punta de los dedos – los cuatro Mudras
La importancia energética de la glándula pineal

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PARTE III
Mejora de vida - la fuerza de los pensamientos
Los deseos son bloqueos
Aladino y la lámpara maravillosa
Viaje 7: la alfombra mágica
Estructuras cristalinas como almacén de información
Comunicación celular a través de la luz
Viaje 8: un mar de luz y de energía
Ondas de luz e hipercomunicación
La historia de Silvia
Memoria celular y transferencia genética
Renovación celular y orgánica
La historia de Christian
La conciencia de las células y el poder del alma
Medicina energética espiritual y ayuda luminosa
Viaje 9: en unisonancia con el alma
Conciencia cósmica – base de datos cósmica
Viaje 10: el cosmos – Stairway to Heaven
PARTE IV
Recodificación cósmica en la práctica
El comienzo
La ducha de energía liberadora
Localizar y eliminar las causas de origen
El efecto diapasón
La visión
Una sorpresa positiva
La recodificación cósmica en tres pasos
Primer paso: decodificar y eliminar
Segundo paso: enfocar y resetear
Tercer paso: descarga y recodificación
Formas de expresar el código personal de conciencia
Comentarios de los clientes
Una semana de prácticas con la recodificación cósmica
Día 1 – La resolución
Día 2 – Salir de la matriz
Día 3 – La libre elección
Día 4 – Un nuevo camino

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Día 5 – Integrar los códigos cósmicos
Día 6 – La nueva visión
Día 7 - Yo soy amor. Yo soy la luz
La clave de la buena salud
Las claves más importantes de la RCC para una buena salud
La clave del amor en pareja
Las claves más importantes de la RCC para una vida en pareja llena de amor
La clave para la libertad económica
Las claves más importantes de la RCC para obtener la libertad económica
La clave del éxito permanente en todos los ámbitos de la vida
Las claves más importantes de la RCC para el éxito permanente
La clave para la auténtica libertad
Las claves más importantes de la RCC para la auténtica libertad
Recodificación cósmica independientemente del tiempo y del espacio
Los siete pasos para su preparación
Los siete pasos para el viaje de exploración conjunto
RCC turbo – Aumento de las vibraciones para los alimentos y el agua
Obtención de las esencias alquímicas con la recodificación cósmica
Bibliografía
Sobre la autora
Datos de interés

«Mi cerebro es solo un receptor, en el universo hay un núcleo de donde
obtenemos el conocimiento, la fuerza y la inspiración. No he penetrado
en los secretos de este núcleo, pero sé que existe».
Nikola Tesla

S
Prefacio
i alguien me hubiera dicho hace años que hoy iba a estar haciendo lo que hago,
escribir libros, impartir cursos por todo el mundo, comunicarme a diario con el
mundo espiritual y con mi marido (instruido como chamán y mi «Winnetou»
particular), instalada en Arizona…, nunca lo habría creído, aunque haya pasado ya
mucho tiempo desde que preparé mi alma para este camino.
Crecí en Alemania con juguetes americanos de mi madrina neoyorquina. Fui al
colegio en dicho país y pasé posteriormente una época estupenda como estudiante de
intercambio en los Estados Unidos. Realicé la doble licenciatura de Ciencias
Económicas y Estudios Americanos en Alemania, España y los Estados Unidos y,
finalmente, obtuve un trabajo estupendo como consultora internacional.
Cuando tenía 33 años, mi vida dio un giro decisivo. Mi hijo tenía por entonces seis
meses y me sonreía de modo que podían verse las pequeñas puntas blancas de sus
dos dientes de leche. Naturalmente, a cualquier madre le encanta la risa de su bebé y
le devuelve la sonrisa. Desgraciadamente, yo no era capaz de reír. Lo único que me
quedaba eran los gemidos. Ya no tenía fuerzas, mis pilas estaban agotadas, me dolía
todo el cuerpo. Ni siquiera unas vacaciones en el lago me ayudaban. Perdía peso por
momentos, no era capaz de pensar con claridad, no comía, no dormía y me dolían
todos los músculos. Tenía temblores y me sentía fatal.
Cuando finalmente me hice análisis de sangre y me dieron los resultados, el doctor
me dijo: «Si sigue usted así, le quedan unas cuatro semanas de vida», todo mi mundo
se vino abajo. No quería morir y me negaba a aceptar aquel veredicto mortal. Quería
cambiar mi vida por completo y encontrar el camino hacia la curación. En mi
aflicción hice lo que muchos hacen: buscar ayuda y quedarme bloqueada. Recé y
pedí consejo para seguir adelante y vivir. He encontrado este camino lleno de
enseñanzas y les estoy agradecida de todo corazón a mis maestros espirituales y
terrenales por la ayuda prestada.

A lo largo del año puedo inspirar y ayudar a miles de personas a encontrar su propio
camino. Estoy muy agradecida por ello. Una vez que supe quién soy realmente, y con
el amor y apoyo de mi familia terrenal y espiritual, tuve fuerzas para conseguir
muchas cosas que, al principio, me parecían imposibles.
Hoy, mi hijo es un joven maravilloso. Su carisma, su voz y su música son celestiales.
Posee una risa conmovedora como nunca antes y, hoy, puedo devolverle felizmente y
agradecida la sonrisa.

¿S
Introducción
Yo no predigo el futuro.
Yo muestro cómo las personas pueden crearlo por sí mismas.
e ha esforzado usted por llegar a ser verdaderamente feliz? ¿Ha asistido a
seminarios espirituales y realizado cursos de formación siempre con la
esperanza de que una vez concluidos por fin pueda conseguirlo? ¿Por qué siente
entonces esa tristeza latente a pesar del tiempo y el dinero que ha empleado para
lograr esa felicidad?
La respuesta es muy sencilla: mientras permanezca en el mundo de la ilusión, en la
matriz codificada, la búsqueda continuará. Mientras siga siendo consciente de las
ataduras, nunca será capaz de echar a volar como una mariposa de colores. En tanto
se identifique con la materia y no con el ser luminoso que usted es, no podrá ejercer
ninguna influencia creativa sobre la materia, sobre su realidad. No obstante, tampoco
es culpa suya que hasta ahora nadie le haya explicado cómo puede usted modelar
favorablemente su propia vida de forma consciente.
Este libro le da la oportunidad de levantar el velo y pasar del mundo de los síntomas
al mundo de las causas. Usted mismo puede llegar hasta él mediante códigos
cósmicos luminosos, así como a través de una nueva forma de entender las
enfermedades y otras ilusiones. Toda persona tiene la capacidad de curar y puede
fomentar de forma activa y consciente el proceso curativo en su propio organismo.
Se trata de la nueva medicina energética, que es la mejor para nuestro bienestar.
Mientras realiza los ejercicios y aplica la recodificación cósmica, usted puede
curarse a sí mismo, su organismo, su sistema de energía y, con ello, cambiar su
entorno. Su familia, sus amigos, la Tierra y el cosmos pueden beneficiarse, así, de
una energía positiva, ya que todo, sin excepción alguna, está relacionado con todo.
Sin embargo, antes de empezar, al igual que para aprender a conducir es necesario
aprender la teoría y realizar algunas horas de prácticas. En las tres primeras partes
del libro explico una serie de principios básicos y relaciones que son nuevas. Por
favor, preste mucha atención a estos pasajes también, y sobre todo, cuando se trate
de nociones científicas. Constantemente se introducen casos reales, para que nos
relajemos en la lectura. Hay diez viajes de exploración que sirven para la expansión

de la conciencia y que pueden compararse a las primeras horas en una autoescuela,
¡son importantísimas!
Leer la parte práctica (Parte IV) y pretender aplicarla de manera inmediata sería
como ponerse a conducir sin haberse subido antes a un coche nunca. No es
recomendable ni tampoco factible. Si usted, como lector, tal vez tiene la sensación
de ser un completo novato, de estar, por así decirlo, «en pañales» en cuanto a
conciencia espiritual, será un verdadero placer tenerle con nosotros en este viaje.
Iremos despacio, paso a paso, con paciencia y cariño. Usted mismo decide el ritmo,
los pasos de este aprendizaje; las experiencias energéticas a lo largo de este camino
han sido cuidadosamente seleccionadas por mí y por mis ayudantes espirituales, y
guían a los lectores con paciencia, confianza y trabajo hacia el éxito personal.
Los requisitos para el éxito ya los trae consigo, pues, al igual que todo ser vivo,
usted tiene un alma que, en mayor o menor medida, es capaz de escuchar. Su alma es
una fuente de energía y amor, un tesoro precioso que la mayoría de las personas
todavía no han sabido encontrar. En la búsqueda de este tesoro, las personas, a
menudo, se topan en su camino hacia el exterior con el mundo espiritual y material.
También la búsqueda de ayuda, que nos lleva hasta consejeros terrenales, ángeles y
otros soportes espirituales, constituye siempre una búsqueda hacia el exterior.
Como quizá ya sepa, hace tiempo que trabajo con ángeles para ayudar a mis clientes
y a los participantes en mis seminarios a lo largo de su camino. Desde mi punto de
vista, este camino es siempre una senda luminosa hacia el poder de uno mismo.
Cuando un niño está aprendiendo a correr, se le coge de la mano, pero luego se le
suelta para que pueda hacerlo solo. Uno no lo lleva siempre del brazo, porque
entonces lo hace dependiente. Los ángeles me han conferido una clara tarea al
enseñarme la recodificación cósmica. La recodificación cósmica es el camino hacia
el interior. Lleva hasta allí donde está escondido el tesoro. Mis ayudantes
espirituales son los que han inspirado este libro, así como el CD Cosmic Recoding –
Das Praxisprogramm (recodificación cósmica – programa de prácticas) que lo
acompaña (disponible en algunos formatos).
Los ángeles quieren demasiado a las personas como para hacer que estas dependan
de ellos. Naturalmente, siempre están a nuestro lado listos para ayudarnos, pero no
quieren tomar la responsabilidad de nuestras vidas ni manipularnos en absoluto.
Algunos lectores de mis anteriores libros tal vez se pregunten por qué escribo tan
poco sobre ángeles en este libro. Esa es la idea. Los ángeles me han dicho que ha
llegado la hora de dejar de utilizarlos como «rueda de apoyo». Hay quien, cuando no

logra algo o no alcanza la curación, considera mucho más cómodo decir: Los
ángeles no han querido… ¿De qué sirve que tengamos libre albedrío? ¿De qué sirve
el asombroso poder de nuestra alma si no lo utilizamos? Una de las tareas de los
ángeles es la de recordarnos que somos creaciones divinas.
Con la recodificación cósmica esta conciencia creadora vuelve a despertar. La
sensación de espacio y tiempo ya no importa. Uno se encuentra en el presente
atemporal. El espacio en el sentido terrenal se difumina. La recodificación cósmica
tiene lugar en otra dimensión más allá del tiempo y del espacio. Uno se halla en el
momento único en el que puede realmente ser: en el presente. En este momento la
conciencia tiene acceso a información almacenada del «pasado». Los códigos de
información, que fueron guardados en ese tiempo anterior debido a un
acontecimiento, se transforman gracias al poder del alma. Para ello, uno viaja hasta
el supuesto pasado aun antes de que surja la causa o de que tenga lugar dicho
acontecimiento. De este modo se modifica el presente. Esto también explica la
curación espontánea y los milagros.
Si tomamos como ejemplo un guiso que se ha quemado, la alteración del presente
implicaría retroceder en el tiempo, tanto como sea necesario, hasta descargar nueva
información. Quizá tengamos que cambiar los ingredientes del guiso, la intensidad
del fuego, el tiempo de cocción o aquello que ha llevado a que se produzca ese
accidente. Cuando hayamos realizado esta transferencia de información, no habrá
guiso quemado alguno. Sencillamente, ha funcionado. Gracias a Dios, no
necesitamos tener en mente todos los detalles que afectan a nuestro complejo
organismo. Nuestra alma forma parte de un campo infinito e inteligente de energía
que ya conoce todas las respuestas.
También podemos ir hacia el «futuro» con nuestra conciencia.

En lugar de usar una energía temerosa, puede realizarse con confianza,
autoconciencia y fe en el poder creador de uno mismo. Usted mismo configura su
futuro a través de la descarga de códigos luminosos con la recodificación cósmica
que le hace completamente feliz.
El logo de Recodificación Cósmica es un código que también estaré encantada de
descifrarle. A primera vista, el código se asemeja a un 8. Se trata de una cifra
sagrada que representa la renovación y, a su vez, la infinidad. También simboliza la
integración de todos los contrastes y todas las posibilidades de manifestación. Tanto
en la parte superior como en la inferior, el 8 del logo tiene una abertura. Puede
seguir infinitamente con la mirada el recorrido del 8 o un momento, bien en el futuro
en la parte superior o bien detenerse en el pasado en la parte inferior. La entrada
mentalmente hacia el cosmos, por el contrario, está emplazada en el centro del 8,
donde brilla la estrella. Ese es el centro de poder, ahí es donde tiene lugar la
recodificación cósmica. La coincidencia de ambos círculos para formar el 8
simboliza el acto de la creación, la unión de la energía masculina y femenina. No
obstante, el logo no solo muestra un 8, sino también un corte en la doble hélice del
ADN, donde se almacena, como si fuera un código, toda la información que actúa
sobre el organismo y en todas las células. Dicha información antigua puede
cambiarse mediante nuevos códigos luminosos y actúa desde el centro hacia el
círculo del 8 así como sobre el círculo temporal. El logo es sencillo, la
recodificación cósmica es sencilla y, no obstante, su eficacia es maravillosa.
La recodificación cósmica es apropiada para la autoterapia. Es un regalo del cielo

con el cual podemos descubrir nuestro propio tesoro interior. Sin embargo, también
hay personas que, debido a su formación, están capacitadas para acompañarnos
como entrenadores de recodificación cósmica (RCC-coach). No supone una
contradicción. A lo largo del tiempo que trabajé como consultora de gestión me di
cuenta de que los directivos y empresarios de más éxito siempre tenían un entrenador
personal competente. Al principio, el RCC-coach ayuda a sus clientes a establecer
contacto con su propia alma y los acompaña en este proceso de conocimiento. Luego,
los conduce a través del proceso de los tres pasos (véase Parte IV) y se asegura de
que la conciencia de la persona vibre en la frecuencia que esta realmente necesita. El
RCC-coach tiene la misma función que un diapasón. Ayuda al cliente a ajustar la
sintonización de los deseos de su corazón cumplidos.
En la práctica un RCC-coach ayuda en los procesos de cambio, tanto personales
como laborales, entre los que se encuentran también los procesos curativos. El RCC-
coaching, al contrario que el coaching tradicional, funciona sobre los niveles de
energía «invisibles». Un RCC-coach puede acompañar al cliente durante todo el día,
tanto en su vida familiar como en el trabajo. El objetivo de esto es facilitar que la
persona haga de su hasta ahora «vida normal» su «vida ideal». Aun cuando no todos
los clientes son capaces de imaginar un paraíso en la tierra, esto es algo
absolutamente posible y, además, independiente de la situación de partida. El RCC-
coach ayuda al cliente a sintonizarse con su paraíso personal.
En función de los antecedentes, un RCC-coach también puede colaborar en el
entorno empresarial y organizativo, sobre todo, cuando se trata de solucionar
estructuras encalladas que terminan «quemando» a las personas, llevando a empresas
a la bancarrota o a que un sistema de organización se desplome. Nada es imposible
si se cambia la conciencia y la frecuencia vibratoria.
Mi propia conciencia y frecuencia vibratoria han cambiado a lo largo de la
redacción de este libro y de haber vivido los procesos energéticos de la RCC. Lo
crea o no, yo también sufría bloqueos a la hora de escribir, que tuve que superar para
mis dos tesis anteriores. Solía sentarme durante horas frente a la página en blanco,
conteniendo las lágrimas una y otra vez debido al estrés por los exámenes. Muchos
años más tarde, cuando mi editorial me preguntó si quería escribir un libro, al
principio, me sentí extrañada y estresada. Cada vez que me encargaban un libro
aparecía de nuevo el estrés, porque era consciente de que antes de empezar a
escribirlo ya se habría mandado el catálogo a las librerías anunciándolo. Gracias a
la recodificación cósmica todo esto ha cambiado. Con los nuevos códigos
luminosos, he adquirido nuevas experiencias. Mucho de lo que va a leer aquí está

escrito con independencia del tiempo y del espacio. Por tanto, es posible que a
medida que avance su lectura pierda el sentido del tiempo y que en algunos pasajes
de estas páginas flote de forma ingrávida en el cosmos. Eso es bueno. Si es usted un
lector activo, su conciencia cambiará notablemente. Le deseo mucho éxito en la
búsqueda de su tesoro interior. ¡Descubra lo valioso y único que es usted en
realidad!*
* El libro que tiene en sus manos hace mención a un CD, cuyo contenido aparece en estas páginas explicado
detenidamente. (N del E.)

M
uchas personas conocen la sensación que sobreviene cuando se está en unos
grandes almacenes sosteniendo en la mano algo que uno desea mucho y surge la
angustiosa pregunta: ¿De verdad me lo puedo permitir?
Lo mismo le sucedía a Rosalinde, de 75 años. Había ido a la ciudad para comprarse
un par de guantes, un gorro y una bufanda para el invierno en su tienda favorita. Se
probó un par de guantes rojos, le venían de primera. También el cálido gorro del
mismo tono le quedaba bien. Le encantaban los colores fuertes. Le daban un tono
alegre a los grises y fríos días invernales. Rosalinde es una persona muy alegre y
positiva; realiza con frecuencia las meditaciones de luz de mis CDs y ha asumido su
propia responsabilidad para poder tener una buena salud. Ella vive sola, se ocupa de
sí misma y solo se permite algunos gastos personales extraordinarios
ocasionalmente. Durante las compras de ese día también descubrió una maravillosa
bufanda. Era del mismo color rojo que los guantes y el gorro, y parecía
superagradable. «100% cachemir», ponía la etiqueta. «¡Guau!», pensó, «Esta es justo
la bufanda, ¡y qué suave!». Se puso frente al espejo y se observó con las tres prendas
desde todos los ángulos. Ella suele reírse de esos que piensan que las abuelas deben
vestir con colores grises. Se siente genial de rojo. Pero en el espejo también se veía
el precio: 49,90 euros. Para Rosalinde, con su humilde pensión, esto era mucho
gasto, pues tenía previsto gastar ese dinero en comida. Entonces comenzó un diálogo
interior: «Realmente, ¿necesito esta bufanda? Ya tengo otra azul. ¿Me lo puedo
permitir? Es mucho dinero. Tal vez sea la última bufanda que me compre en mi vida.
¿Qué debería hacer?». Dejó la bufanda y se dirigió hacia la caja tan solo con el
gorro y los guantes. Sin embargo, a mitad de camino, se dio media vuelta porque
sintió que estaría muy triste si no se la compraba. La bufanda roja de cachemir era
para ella como un juguete resplandeciente con el que un niño se entusiasma en
Navidad. De repente, lo supo: «¡Me lo merezco!». De modo que llevó felizmente la
bufanda junto al resto de compras a la caja. Cuando la cajera pasó el código de
barras de la bufanda, en el marcador de la caja apareció 19,90 euros. Rosalinde
pensó por un momento que se trataba de un error, ya que en la etiqueta no ponía nada

de un descuento. Pero pronto se vio que no se trataba de ningún error. Pagó y se
alegró inmensamente por el regalo: guantes, gorro y bufanda de color rojo y buena
lana para todo el invierno.
Stefan estaba estudiando con una beca en los Estados Unidos. Una vez al año, con el
dinero que ganaba trabajando con un empleo para estudiantes, se permitía hacer un
viaje a Berlín, donde su madre vivía sola. Siempre estaba escaso de dinero y quería
que esto cambiara. Al cabo de poco tiempo iba a lograr influir en su propia realidad
mediante la ley de la atracción.
Cuando por fin había pasado los controles de seguridad del aeropuerto, notó en su
nariz el aroma a café recién hecho. El día antes del vuelo había dormido muy poco y
apenas había comido. Un buen café con leche parecía tentador, pero costaba casi
siete dólares y era tan caro como un pequeño almuerzo. Stefan meditó para sí: «Tal
vez algún día tenga mucho dinero. Entonces no tendré que renunciar a nada. Hmm,
ese café huele bien…». Mientras esperaba en la zona de embarque a que llamaran a
los pasajeros se consoló, pensando que pronto le ofrecerían café en el avión, aunque
claro, no un caramel macchiato. Ese día había mucho trajín y pocos asientos libres
en la sala de espera, de modo que Stefan no estaba sentado junto a su puerta, sino en
la de al lado, donde ya había comenzado el embarque de otro vuelo. En el último
minuto llegó una mujer con un café en la mano, pero estaba claro que no había
pensado en el simpático hombre que, entretanto, había cuidado de su equipaje de
mano. Le dijo: «Por fin está usted aquí», se lo entregó y corrió hacia la pasarela. La
mujer iba cargada con un ordenador, un café caliente y una gran maleta de mano, y
escuchó cómo la azafata decía su nombre por megafonía y la instaba a ocupar su
asiento cuanto antes, ya que quedaba muy poco para el despegue. La mujer se giró,
vio a Stefan allí esperando y, de repente, le preguntó: «¿Quiere usted mi café? Llego
tarde, debo subir inmediatamente al avión y no puedo con todo. No le he dado ni un
sorbo. Tenga, por favor, cójalo, es un caramel macchiato». Stefan se quedó un poco
desconcertado, pero lo aceptó agradecido y la mujer se marchó en dirección al
avión.
Alice, la perrita de Sabine, estaba enferma. Nadie sabía por qué de repente había
dejado de comer y solo quería estar echada sobre su manta en un rincón. Tenía dos
años, era un labrador con un pelo maravilloso que, sin embargo, desde hacía un par
de días ya no brillaba. Además, Alice parecía tener problemas para mantener el
equilibrio. Sabine la llevó al veterinario, que no pudo encontrar nada. La dueña no
tenía conocimientos de medicina, pero estaba convencida de que el amor es la mejor
receta que existe. Decidió no darle a Alice la habitual comida para perros, sino

cocinarle algo especial. Escogió ingredientes frescos y los preparó con mucho amor.
Tomó la botella con la que le servía el agua a su perra y la apretó contra su pecho
durante unos dos minutos. De este modo le aportaba todo su amor antes de echarla en
el cuenco del animal. ¡Y funcionó! Al cabo de tres días Alice se levantó una mañana
de nuevo como si nunca hubiese estado enferma, corrió hacia la puerta y se puso a
ladrar alegremente porque quería salir a pasear. Sabine consideró esto un milagro
porque ella está convencida que los milagros son posibles.
Ferdinand tenía cáncer de esófago y metástasis en el hígado. En agosto, el médico le
dio tan solo unas pocas semanas de vida. Pero Ferdinand era tan terco como
perseverante. En su empresa, hacía años que había alcanzado todos los objetivos de
ventas y era conocido en todo el sector por su dureza en las negociaciones. En esta
ocasión tampoco quería dar su brazo a torcer. Él negoció con su propio organismo y
le ordenó a su sistema inmunitario que hiciera todo lo necesario para volver a estar
sano. Cada día le hablaba a su hígado y a los demás órganos. «Lo conseguiremos»,
motivaba al equipo de su propio cuerpo. «No nos daremos por vencidos, viviremos,
en cualquier caso, hasta Navidades y entonces conseguiremos una gratificación por
Navidad». Toda la familia de Ferdinand conocía la fuerza con la que este exitoso
empresario era capaz de motivar, y su lema: ¡nunca rendirse! Con un claro objetivo
en mente, mes a mes, iba mejorando. Celebró unas maravillosas Navidades junto a
su familia y todos obtuvieron los prometidos regalos. Sus empleados consiguieron la
gratificación y él mismo se concedió, para asombro de todos, un nuevo deportivo.
Celebró su victoria, entre otras cosas, con una botella de vino tinto que vació en
Nochebuena. Frente a la puerta esperaba el nuevo deportivo plateado; sencillamente
irresistible. Había aviso de nevada, pero a Ferdinand le dio igual. Ni su familia, ni
el alcohol, ni el temporal lo detuvieron. Salió a toda velocidad. Demasiado rápido,
como luego estableciera la Policía cuando investigó las causas del accidente.
Ferdinand estampó su deportivo contra un árbol y murió allí mismo. En la autopsia
se vio que el cáncer de esófago había desaparecido y en el hígado apenas se
apreciaban minúsculos tumores encapsulados con los que podría haber vivido
durante muchos años.
El estribillo de una canción que se escuchaba mucho en mi juventud trataba sobre
milagros que se dan una y otra vez y que hoy o mañana pueden ocurrir. Pero en lugar
de esperar y desear en secreto que sucedan hoy o mañana (y tal vez acabar
decepcionados), le hago la siguiente pregunta: ¿No tiene mucho más sentido aprender
la ciencia de los milagros y aplicarla a diario y de forma consciente en todas las
facetas de la vida?

En las historias que acaba de leer las personas han logrado milagros (más o menos
grandes) gracias a su experiencia. Cómo se llega a ellos es algo que nadie sabe. No
son, por tanto, situaciones que se puedan repetir sin más, sino que son un misterio del
azar.
Un elevado número de personas piensa que tiene buena o mala «suerte» y que cuando
algo no sale bien es «porque no tenía que ser». Algunos, como el empresario
Ferdinand, tal vez saben que el pensamiento puede influir sobre la realidad, pero en
su caso fueron los pensamientos inconscientes y limitados que entraron en juego los
que, finalmente, le condujeron al mortal accidente.
La mayoría de la gente no sabe que el 95 por ciento de los pensamientos son
controlados según los planes del subconsciente, que es como una fuerte corriente
marina. Aun cuando usted piense de forma positiva, si no rema con vigor e ímpetu
para alcanzar la isla de ensueño, no tiene ninguna posibilidad de llegar hasta allí si
una fuerte corriente actúa sobre el barco. El subconsciente crea en las personas día a
día, exactamente, aquello a lo que tienen miedo, porque no son capaces de
concentrarse en algo distinto. Tampoco saben que este control del subconsciente se
ejerce por medio de códigos, y que estos pueden cambiarse mediante la
recodificación cósmica.
Con mucho gusto le explicaré cómo, gracias a la recodificación cósmica, se pueden
conseguir milagros de forma consciente y, a decir verdad, en todos los ámbitos de la
vida. En su caso, el primero ya ha sucedido, ya que tiene en sus manos los
fundamentos científicos y las indicaciones prácticas para conseguir la manifestación
consciente de los milagros. No es cuestión de suerte. Se ha ganado el derecho a
conseguir todo aquello que le pide su corazón. Y para hacer que esto sea posible, le
recomiendo que siga los pasos de este libro y que aplique con regularidad el
programa de recodificación cósmica de mi CD, que también aparece en este libro.

|
L
¿Qué es la recodificación cósmica?
La medicina del futuro se basará en el control de la energía del cuerpo
Profesor William Tiller, Universidad de Stanford,
ganador del Premio Nobel de Física
a recodificación cósmica (RCC) ofrece la posibilidad de hacer los llamados
«milagros» y de convertir la vida en la Tierra en un juego sin fronteras. Así era el
juego de la vida al comienzo de la creación para todas las almas, hasta que se
desnaturalizó y las personas levantaron en sus corazones y sus mentes muros basados
en el miedo. La recodificación cósmica es una medicina energética integral capaz de
eliminar esos muros y que puede emplearse en todas las facetas de la vida. Actúa
muy rápido y de forma duradera, ya que, a fin de cuentas, las células de nuestro
organismo, al igual que todo lo que nos rodea en el cosmos, es información. Esta
información está almacenada en forma de códigos que nosotros podemos cambiar
con nuestra conciencia. Mediante la modificación consciente de los códigos de las
células es posible, por ejemplo, aumentar la vibración energética del organismo y
hacer que el patrón de interferencia responsable de que enfermemos pase a estimular
la salud. La recodificación cósmica puede, por tanto, emplearse para la
autocuración. Nuestra conciencia, la energía de nuestra alma, nuestro propio poder
creador, juega aquí el papel principal.
La modificación de nuestras propias codificaciones y, con ello, la de la frecuencia
vibratoria energética, es comparable a la afinación de un instrumento musical. Con
ella se modifica automáticamente todo aquello con lo que la «persona instrumento»
está en unisonancia. Cuando una persona está «desafinada» puede manifestar, por
ejemplo, frustración, enfado o estrés, acabar cayendo enferma o tener problemas
económicos, ser infeliz en sus relaciones, etc. Cuando la «afinación» es buena,
cuando la alegría, el buen humor y la sensación de felicidad predominan, vive en
sintonía con la salud y el amor. La recodificación cósmica revoca la falta de
afinación y se ocupa de encontrar una frecuencia vibratoria positiva y agradable.
Para ciertas enfermedades, puede ser necesaria una reactivación de información sana
original seguida de un reinicio (el restablecimiento de la codificación original del
ADN de las células del organismo que, con el paso del tiempo, ha cambiado, por

ejemplo, debido al estrés). En la medicina ortodoxa se sigue un enfoque parecido
para el tratamiento de distintas enfermedades cancerígenas del sistema
hematopoyético (leucemias), pero tiene graves efectos secundarios en el cuerpo. Por
anticipar la diferencia: la nueva medicina energética (RCC) no tiene ningún efecto
secundario, no produce dolores, no ocasiona elevados gastos y apenas conlleva
riesgos.
Para tratar una leucemia, los médicos matarán todas las células cancerígenas
mediante quimioterapia y, de este modo, restablecerán el sistema inmune del cliente
a su origen. La consiguiente activación de la información sana original, algo así
como las células madre, permite su utilización como modelo para la nueva formación
de células, libres ya de la información errónea que condujo a la aparición del
cáncer.
Pero la pregunta más importante aún no se ha hecho: ¿De dónde proviene la
información errónea que llega a las células? Mientras esta cuestión permanezca sin
respuesta y no se produzca ningún cambio decisivo en la codificación luminosa (el
modelo cuántico) del cliente, seguirán apareciendo células enfermas y las
posibilidades de sobrevivir al cáncer serán escasas.
Con la recodificación cósmica lo primero que se lleva a cabo es una suave
decodificación energética. Luego se generan nuevos códigos luminosos que
armonizan a la persona en cuestión con la información y la vibración energética de
su modelo. La vibración energética se potencia y, con ello, se fortalece el sistema
inmunitario. El conocido médico y científico doctor Deepak Chopra lo explicaba así
en una ponencia a la que asistí: «El modelo para el cuerpo físico es la estructura del
cuerpo cuántico. Las enfermedades se producen en este cuerpo cuántico antes de que
se manifiesten en el cuerpo físico. En tanto la enfermedad no sea eliminada del
cuerpo cuántico (el modelo cuántico), el organismo seguirá reconstruyéndose junto al
tumor».
La nueva medicina energética (RCC) actúa, precisamente, ahí: en el cuerpo cuántico
o campo energético, o como usted prefiera llamarlo. La información errónea y las
mutaciones se corrigen suavemente y, por tanto, la información beneficiosa para la
salud puede actuar positivamente en forma de códigos luminosos.
El tratamiento con RCC no solo se ocupa de la información del ADN de los genes,
sino también del entorno. Es posible que el cliente deba adaptar su estilo de vida a
las nuevas vibraciones. La influencia de nuestro entorno, de nuestras experiencias,

pensamientos y sentimientos en el comportamiento de los genes se denomina en el
lenguaje técnico epigenética. El biólogo celular e investigador de la Universidad de
Stanford, doctor Bruce Lipton, ha contribuido decisivamente con los revolucionarios
resultados de sus investigaciones en el campo de la epigenética a terminar para
siempre con el patrón de pensamiento: «Eso es heredado, la culpa es de los genes».
Cuando nos vimos en 2007 tras su ponencia en la conferencia Celebrate Your Life en
Phoenix, Arizona, Bruce me contó que, según su experiencia, el estrés es la causa del
95 por ciento de las enfermedades y dolencias. También me explicó lo que sucede
exactamente cuando padecemos este mal:
Cuando estamos sometidos a esta gran presión, nuestro cuerpo segrega las hormonas
del estrés: la cortisona y la adrenalina. Algunas personas se vuelven adictas a esto y
crean una y otra vez nuevas situaciones de estrés o buscan mayores desafíos para
poder experimentar un «chute» de adrenalina. Los desencadenantes también pueden
ser emociones negativas que se reviven cada día porque uno se ha vuelto adicto a
ellas, aunque, en el fondo, uno no desearía vivirlas de nuevo. El llamado estrés
«positivo» viene acompañado de la segregación de sustancias corporales similares a
las que se producen al realizar deportes extremos o al incurrir en riesgos
deliberados (como adelantamientos imprudentes a máxima velocidad en la
autopista).
Esto, naturalmente, hace que nos preguntemos cómo de positivos son los efectos de
este tipo de estrés en realidad. En las situaciones de estrés la energía que se origina
fluye, principalmente, hacia las piernas y los brazos, ya que son los encargados de
«luchar» y hacer frente al causante del estrés, o bien de salir corriendo y alejarse
(lucha o huida). El torso y otros órganos del cuerpo se quedan desatendidos. Los
síntomas típicos de esta desatención son dolores de estómago, desórdenes
digestivos, sobrepeso, etc. El cuerpo consta de innumerables células que, en teoría,
se interrelacionan entre sí de forma armoniosa. Cuando este no es el caso, se generan
focos de enfermedades y crisis.
También la depresión y los cambios de humor pueden tener su origen en el estrés.
Cuando se da una situación prolongada de estrés, el cerebro manda señales a la
médula ósea para reducir el envío de monocitos. Estas células llegan hasta el
cerebro, se acumulan allí en los vasos sanguíneos y provocan hinchazo-nes (en la
corteza cerebral frontal, las amígdalas cerebrales y en el hipocampo) que originan
comportamientos angustiosos. Con estrés, las células dejan de crecer, curar y
reparar, y pierden, con ello, su capacidad de inmunidad frente a las enfermedades.
Bajo estrés, las células no pueden seguir absorbiendo alimentos, minerales y

vitaminas. Finalmente, esto provoca una carencia de energía en las células y se
produce un «apagón eléctrico» que también se describe como un síndrome de
borout. Asimismo, sometidos a estrés, la retirada de los productos tóxicos de
desecho ya no se realiza correctamente.
Hasta ahí la información que conseguí de Bruce Lipton. Imagínese qué aspecto
tendría su casa si el servicio de recogida de basuras no funcionara durante semanas,
meses o, incluso, años. ¿Cómo se siente al pensar en esto? Ahora, por favor,
deténgase y observe: ¿Cómo de lleno está su cubo de la basura/estrés?
¡Aquí podemos cambiar algo! Ya que no somos las «pobres víctimas» de nuestros
genes, sino los maestros de nuestro destino. Podemos desarrollar nuestra conciencia
en base de ello y llevar una vida liberada.
La identificación de la fuente del estrés, la raíz de todos los males, así como de las
causas energéticas de las dolencias y su transformación con la RCC y el método
QEH Quantum-Engel-Heilung® (curación cuántica con ángeles) es mi especialidad.
Los problemas psíquicos y de salud radican en una frecuencia energética destructiva
cuyo origen no se encuentra en el organismo físico. Por eso yo no trabajo con la
energía en el ámbito corporal para conseguir el objetivo deseado. El método QEH ha
sido desarrollado por mí, y se practica en todo el mundo; se basa en las conclusiones
de la física cuántica. En resumen, en este método los ángeles y otros seres luminosos
no corporales actúan sobre los bloqueos y los campos energéticos causantes de la
enfermedad de mis clientes. En otras palabras: cuando dos sistemas vibran en
distintas frecuencias, el poder de la resonancia se ocupa de que la energía de uno de
los sistemas se transmita al otro (véase mi libro Quantum-Engel-Heilung, pág. 16 y
sig.). La transformación y la curación tienen lugar porque la química del organismo
se ve influida por el campo cuántico. Espacio y tiempo no son importantes aquí, ya
que trabajamos energéticamente sobre el nivel cuántico, es decir, con la información
que existía previamente a que apareciera el problema.
Las causas de las enfermedades o «fuentes de estrés» se corresponden con campos
energéticos, energías emocionales, programas del subconsciente y patrones de
energía que pueden ser modificados. Mediante la sustitución de patrones de energía
perjudiciales por otros afectuosos y beneficiosos para la salud se pueden conseguir
resultados maravillosos. Esto es algo que han podido experimentar personalmente
mis clientes y los clientes de los cientos de profesionales a los que he formado. Por
ello estaré siempre infinitamente agradecida. La recodificación cósmica es el último
descubrimiento de la medicina energética. La RCC se basa en los códigos luminosos

y beneficiosos del cosmos y es muy poderosa, a la vez que rápida y sencilla, de
forma que puede ser aplicada conforme a su conciencia dirigida por uno mismo.
Con la RCC también es posible activar la codificación luminosa del ADN y, de esta
manera, actuar positivamente sobre la información que contienen las células
obteniendo así, rápidamente, el resultado deseado. De esta manera, el código
luminoso adecuado actúa sobre nuestras células de igual modo que el código de
números correcto hace que se abra una caja fuerte.
La recodificación cósmica puede aplicarse a todos los sistemas energéticos
(relaciones, familia, proyectos, negocios, organizaciones, etc.) y en todos los seres
vivos para cambiar las estructuras disfuncionales y eliminar la información
perjudicial. Las aplicaciones son infinitas, porque todo lo que fue creado está
formado por energía que lleva cierta información y carga eléctrica. La nueva
codificación (recodificación) y modificación de esta energía fundamental es la que
hace posible eliminar los problemas y volver a estar en resonancia con la frecuencia
energética deseada, como la salud, el amor, la fortuna, la alegría, el bienestar, el
éxito y la auténtica libertad.
Todos los procesos de nuestro organismo se basan en impulsos de energía que son
coordinados como información de sustancias corporales, programas y circuitos. Al
igual que en un ordenador, en el organismo y en cualquier sistema puede haber
problemas, por ejemplo, los virus informáticos y los troyanos, que se cuelan en
nuestro sistema y nos hacen la vida más difícil. El software de las personas consta,
al igual que nuestro «circuito cerrado», de un patrón de pensamiento y de programas
subconscientes que se combinan con energía emocional y que pueden restringir e
incluso incapacitar nuestro funcionamiento, agotarnos o llevarnos finalmente hasta un
decaimiento en todas las facetas de la vida.
Necesitamos una limpieza y una transformación energética del ordenador biológico
humano (del cuerpo cuántico o energético), un nuevo software potente, un
cortafuegos, un antivirus y un acceso ilimitado a internet, a la base de datos cósmica,
al campo energético positivo del que poder actualizar y descargar para ser capaces
de funcionar correctamente en todos los aspectos de forma competente. De este modo
lograremos vivir con todo nuestro potencial libres de trastornos.
Todos los sistemas energéticos interactúan consciente o inconscientemente con la
base de datos cósmica o «internet espiritual», como yo lo llamo. Es invisible y
ofrece infinitas posibilidades de comunicación y obtención de información: para

obtener lo que uno necesita o deshacerse de lo que uno no desea para navegar,
establecer contactos y muchas cosas más. Hoy en día resulta sencillísimo y casi todo
el mundo sabe navegar por internet. ¡Pero no siempre fue así!
«Internet espiritual» es algo que muchos todavía no son capaces de entender. Estas
personas aún no tienen acceso, bien porque hasta ahora no lo han necesitado o bien
porque no intuyen el uso personal que podrían obtener. No conocen ni las
posibilidades que ofrece el sistema ni a los compañeros e ingenieros de software
energéticos u otros ayudantes a los que en este libro denomino médicos energéticos
espirituales. Las personas sin experiencia no son capaces de recibir de forma clara
los vídeos e imágenes de este internet espiritual. Las posibilidades de aplicación y
el ámbito de empleo de la medicina energética les resultan, ciertamente,
desconocidas. Esto cambiará, ya que cuando uno ha abierto su conciencia por
primera vez a la recodificación cósmica (RCC) es muy fácil de aprender.

|
L
Códigos cósmicos – Información luminosa del cosmos
Hay tres clases de personas: aquellas que ven, aquellas que ven lo que se les muestra y aquellas que no ven
Leonardo da Vinci
os códigos cósmicos son información luminosa almacenada que proviene del
cosmos, y de la que surgen patrones de vibración energética. Estos patrones de
vibración son beneficiosos para la salud de las personas, pero algunos también
son responsables de que nos pongamos enfermos. ¿Qué significado y qué efectos
tienen los códigos cósmicos?
Para poder contestar a esta pregunta, hay que partir primero de la base de que el
cosmos es un organismo de información interactivo. La respuesta, que cada
individuo da, depende también de la concepción personal que uno tenga del cosmos.
Hace siglos había numerosos defensores de que la Tierra era plana y el Sol giraba
alrededor de ella. Quien pensara lo contrario era castigado o tenía que guardarse
para sí sus descubrimientos por temor a represalias como le sucedió, por ejemplo, a
Galileo Galilei.
Para comprender los códigos cósmicos se necesita cierta curiosidad y una mente
abierta. Lo ideal sería que uno tuviese el deseo de experimentar por sí mismo la
recodificación. Los diversos viajes de exploración y los ejercicios prácticos de este
libro le brindan la primera oportunidad. Por favor, deshágase también de cualquier
idea preconcebida y de cualesquiera otras limitaciones. Como lector activo, usted
puede iniciar un proceso de transformación y concienciación. Pruébelo.
Hay conocidos científicos que tienen distintas teorías sobre el cosmos y el universo.
Rupert Sheldrake habla de campos morfogenéticos y del universo creativo, Ilya
Prigogine de campos inestables y David Bohm de cierto orden que predomina en el
cosmos. Los pioneros de la física cuántica Erwin Schrödinger, Werner Heisenberg,
Niels Bohr y Wolfgang von Pauli sabían que todos los electrones están unidos entre
sí a la vez, aunque pasaron por alto el significado espiritual y medicinal que esto
tiene para el cuerpo humano y otros sistemas de energía, así como la existencia de
los códigos cósmicos. Con todo el respeto hacia el trabajo de los científicos, hay que
decir que, incluso hoy en día, no todo lo que existe y lo que ha existido es medible o

demostrable. A aquellos a los que, pese a todo, tratan de buscar «evidencias» de los
códigos cósmicos, me gusta llevarlos a dar un pequeño paseo a través del arte
moderno.
Con su pintura posimpresionista el artista francés Paul Cézanne tendió un puente
entre el arte de finales del siglo XIX y el de principios del XX. Picasso y Matisse lo
llamaban su «padre artístico». Cézanne y Van Gogh eran conocidos en los círculos
artísticos porque sus cuadros se basaban en un código cósmico. Este código es un
almacén de información capaz de unir a un individuo con el cosmos, y estos pintores
lo experimentaron en forma de creación continua. Los datos cósmicos fluyen a través
de la mano del pintor hasta un campo de colores que se expresa sobre el lienzo. Las
energías, es decir, los códigos del cosmos, están vivas, decía Cézanne. Él se refería
al color como el lugar donde el cerebro y el universo se encuentran*. Para poder
experimentar verdaderamente la manera de actuar de estos códigos cósmicos
deberíamos primero, a su vez, reducir al mínimo la parte racional de nuestro
cerebro. Estaré encantada de suministrarle datos a su cerebro, igual que se alimenta
a cucharadas a un niño pequeño. Confíe en mí; también en esto tengo mucha
experiencia.
La siguiente excursión se adentra en el fascinante mundo de la trilogía Matrix. Si
todavía no la ha visto, no lo demore más. Conmoverá mucho a su subconsciente y le
ayudará a recordar sus conocimientos originales. La película muestra cómo nuestro
mundo está formado por códigos de información. Nada es materia sólida. Ni la silla
sobre la que estoy sentada mientras escribo este libro ni el vaso de agua que toco
cuando me tomo un descanso.
Toda la materia es energía… La materia no existe.
Albert Einstein
¿Me sigue usted cuando le digo que sus dedos, su cuerpo, su coche, su casa y todo lo
que usted ve y puede tocar no es sino una proyección formada por energía cuyo
código de información interpreta su cerebro? Yo creo que sí, ya que, de otro modo,
no estaría leyendo este libro.
En la película Matrix, Morfeo le dice a Neo: «Estás aquí porque sabes algo. Aunque
lo que sabes no lo puedes explicar, pero lo percibes. Ha sido así durante toda tu
vida. Algo no funciona en el mundo. No sabes lo que es, pero ahí está como una
astilla clavada en tu mente y te está enloqueciendo. Esa sensación te ha traído hasta
mí».

Aun cuando perciben que hay algo que no funciona en el mundo y buscan respuestas,
muchas personas se preguntan por qué siempre dan vueltas en círculos y no son
capaces de encontrar el camino. La percepción de la mayoría de las personas está
tan manipulada y limitada por los pensamientos y las ideas (códigos de control) que
estas, simplemente, aceptan el juego de la sociedad «normal» y sus mecanismos de
control; es decir, solo funcionan. Muchos no son conscientes de que se encuentran en
una matriz de información energética que alimenta con códigos al subconsciente,
pero no con amor como se alimenta a un niño, sino con la intención de volverlo
dependiente en provecho suyo y de provocar enfermedades. Deshágase de todas las
supuestas normas, responsabilidades y obligaciones, y tírelas al cubo de la basura, al
menos durante un tiempo. Tome la decisión de salir de la matriz que le rodea, al
menos mientras lee este libro.
¿Qué es en realidad la matriz? Morfeo se lo explica así a Neo:
«Matrix nos rodea. Está por todas partes incluso ahora, en esta misma habitación.
Puedes verla si miras por la ventana o al encender la televisión. Puedes sentirla
cuando vas a trabajar, cuando vas a la iglesia, cuando pagas tus impuestos. Es el
mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad».
«¿Qué verdad?».
«Que eres un esclavo, Neo. Igual que los demás, naciste en cautiverio, naciste en una
prisión que no puedes ni oler ni saborear ni tocar. Una prisión para tu mente».
La matriz funciona porque la información, que normalmente podría ser decodificada
por las personas, es reemplazada por otra información que pasa a percibirse como
una presunta realidad. Yo abro la puerta a mis lectores y a los participantes en mis
seminarios de esos pensamientos limitados y les acompaño en el viaje hacia el
mundo de la energía de los códigos cósmicos. Para ello trabajo junto a seres de luz
que ofrecen su ayuda en la búsqueda de respuestas. Sin embargo, cuándo y hasta
dónde nos adentramos por esa puerta es algo que tiene que decidir cada uno.
Cuando comprendemos los códigos cósmicos nos damos cuenta de que,
normalmente, no somos capaces de verlos con nuestros ojos físicos. Se trata de
energía luminosa. Con nuestros ojos solo percibimos una ínfima parte del espectro
electromagnético, la luz visible. El intervalo de longitud de onda de luz que
percibimos con los ojos abarca entre 380 y 780 nanómetros, esto se corresponde con
384 y 789 terahercios. Nuestro cuerpo, sencillamente, no tiene receptores para

muchas otras frecuencias y formas de energía. Sin embargo, están presentes.
Volviendo a los científicos: se parte de la base de que el espectro electromagnético
solo constituye el 0,005 por ciento de la materia del universo. El resto del universo
es definido por los científicos como materia oscura o energía oscura. Hablan de
oscura porque no la pueden ver. Para hacérselo más sencillo, hablo aquí de universo
visible e invisible al igual que distingo entre seres corporales y no corporales. De la
misma manera, no solo hay un universo, sino muchos universos infinitos, galaxias,
realidades, mundos, posibilidades… Conciencia ilimitada.
Nosotros, como conciencia y energía, somos piezas de un todo. Al igual que una
radio o televisión que, en principio, puede recibir cientos de señales, nosotros
tampoco percibimos toda la información que se envía en distintos rangos de
frecuencia, a pesar de que esté ahí en la misma realidad. Solo accedemos a esta
información si la decodificamos, y para ello necesitamos una clave.
Lo mismo sucede con los códigos cósmicos. Si no somos capaces de oscilar con
ellos, por ejemplo, porque estamos sujetos a los programas de la matriz terrestre, no
percibimos la información. En el coche solo escuchamos la emisora de tráfico si
dicha emisora está sintonizada en la radio. Cuando comemos algo que ha sido
recalentado, lo único que sabemos de la alta frecuencia vibratoria del microondas es
que, tras un par de minutos, la comida está caliente. La frecuencia de radiación del
móvil solo la percibimos porque, de repente, suena.
Los códigos cósmicos de los que le hablo son la información de origen que, por
ejemplo, tiene como resultado que la materia se haya desarrollado de una cierta
forma o de que la energía actúe de cierto modo. Los códigos son un patrón de ondas
compuestos por el modelo cuántico origen de la creación.
En los años 70 el matemático francés Benoît Mandelbrot estaba convencido de que
existe una clave para el código de la vida. Él pensaba que había descubierto un
principio fundamental: «A menudo, las estructuras naturales se ramifican en
subestructuras cada vez más finas que, en esencia, solo se diferencian en el tamaño».
Estas estructuras que se repiten se denominan estructuras fractales.
LA NATURALEZA SE REPITE A SÍ MISMA SIGUIENDO UN CÓDIGO
CÓSMICO
El principio de repetición se utiliza también en la ingeniería informática así como en
la industria del cine. Antes había que colocar una cámara en un helicóptero para

filmar un entorno que luego, en el proceso de producción, se dibujaba fotograma a
fotograma para dar la impresión de un paisaje fantástico. Esto ha cambiado con la
llegada de los efectos digitales. Gracias al descubrimiento de la geografía fractal de
Mandelbrot, en la industria del cine los ordenadores se encargan de dividir una
imagen, por ejemplo, en innumerables triángulos pequeños que luego repiten muchas
veces. El espectador lo único que ve cuando la película está acabada es el conjunto
del paisaje realista, de la erupción del volcán, etc.
Respire hondo y expulse el aire tres veces. Deje que su mente se relaje. El cerebro
tiende a buscar de forma automática lo que los códigos cósmicos han formado.
Tampoco tendría sentido buscar en la televisión la voz que nos habla del tiempo y
que no solo nos dice que va a llover, sino también por qué va a volver a hacerlo.
Me acuerdo muy bien de una serie de televisión de cuando yo era niña que se
llamaba Catweazle. Catweazle era un mago y hechicero de la Edad Media, que
viajaba en el tiempo hasta el año 1969. Aterrizaba en el «mundo moderno» y, entre
otras cosas, le resultaba fascinante algo que aparecía en todos los episodios: el
interruptor de la luz. Le encantaba accionarlo para encender y apagar, y se
entusiasmaba cuando la habitación, de repente, se iluminaba. ¡Guau!, pensaba, y lo
llamaba el «truco eléctrico».
Cuando se trata de medicina energética, la conciencia de muchas personas todavía se
encuentra en la Edad Media. Será fascinante cuando experimentemos juntos la
eficacia de los códigos cósmicos y, de repente, la luz ilumine la oscuridad.
* Véase Leonardo, vol. 24, núm. 2, 1991, págs. 119-121.

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E
El sistema energético del organismo de las personas -
nuestro ordenador biológico
l cuerpo humano es una especie de sistema informático biológico que se regula
por sí mismo y es capaz de sanar. El sistema inmunitario es como el programa de
desfragmentación de un ordenador. Las desviaciones de información se detectan y
reparan con enorme rapidez, y el cuerpo se cura.
La información que hay en las células de nuestros órganos contiene las instrucciones
para su continua reproducción siguiendo siempre el mismo esquema. Los medios de
almacenamiento y procesamiento de esta información son el ADN y ARN. Cuando la
información se modifica, es decir, los códigos genéticos dejar de estar bien,
aparecen las enfermedades y los daños en los órganos. Las alteraciones en los
códigos pueden producirse, por ejemplo, debido a la intrusión de virus. El sistema
inmunitario humano, al igual que el cortafuegos de un ordenador, tiene que impedir
que se introduzcan virus antes de que la información de las células se corrompa.
Para ello es necesario que el sistema informático biológico tenga experiencia en la
manipulación de estos virus. Cuando no es así, no hay ninguna información que
ofrezca protección y esto puede acarrear consecuencias fatales. Es posible construir
esta protección energéticamente y fortalecerla mediante los códigos cósmicos, pero
de una forma distinta a la que quizá usted supone, ya que esta no viene de fuera.
Primero, uno debe saber que el cuerpo físico humano está en permanente contacto
con el sistema energético del cuerpo. El sistema energético del cuerpo funciona
como una antena hipersensible y es capaz de percibir una gran cantidad de
frecuencias que están codificadas según distintos códigos y que también son
enviadas por el sistema.
Todos nosotros percibimos el envío de estas energías, por ejemplo, en forma de
irradiaciones humanas. Dependiendo de lo sensible que sea nuestro propio sistema,
podemos decodificar la señal enviada y percibirla como imágenes o emociones. La
irradiación puede resultarnos agradable o desagradable. En primer lugar, percibimos
a través de nuestros cinco sentidos y reaccionamos a nivel corporal. Por ejemplo,
sentimos si alguien tiene miedo o está triste o alegre, y llamamos a esta capacidad

compasión o empatía. Vemos, olemos, escuchamos, palpamos, degustamos y nos
movemos en el pequeño espectro que describimos antes del mundo visible que
vivimos cada día. Esta realidad cotidiana es energía decodificada que fluye por el
universo en forma de energía. Nuestra experiencia subjetiva es una interpretación de
estas ondas de energía. La mayoría de las personas piensa que vive en un mundo
físico, pero este no existe. La base de nuestro universo no es física. Se parece más a
un holograma, una construcción de información energética que se recibe codificada y
luego se decodifica en la medida que nuestro sistema energético del cuerpo es capaz.
Se puede comparar con internet. No estamos locos si podemos ver los códigos del
cosmos en imágenes y demandar cierta información. Muchos de nosotros lo hacemos
a diario cuando entramos en la red y vemos ahí imágenes. Todo el mundo es capaz
de sintonizar su sistema energético y su cuerpo físico con la señal de internet
cósmico. Solo hace falta tener conciencia para ello. Lo que aquí llamo conciencia es
como un campo de energía infinito formado por códigos cósmicos, un lenguaje de luz
que uno puede percibir. La conciencia está presente en todos nosotros, aun cuando
uno no crea en ello.
La conciencia se transforma y se expande con el paso del tiempo, y lo mismo sucede
con la comprensión del sistema energético de las personas. Hay innumerables libros
de todas las épocas y culturas que describen y explican el sistema energético del
cuerpo. Las opiniones aquí también están divididas, aunque con el paso de los siglos
parece que hay un consenso sobre la existencia de un sistema de chakras. Los
chakras son centros de energía sutiles que se corresponden con distintas zonas del
cuerpo físico. En la mayoría de las representaciones del sistema de chakras se
observan siete principales (I. Ingle, II. Hipogastrio, III. Plexo solar, IV. Corazón, V.
Cuello, VI. Frente, VII. Punto más alto de la cabeza/coronilla). Hace diez años yo
también expliqué en un libro la función de este sistema de chakras. Son muy pocos
los terapeutas y curadores energéticos que poseen la clarividencia suficiente para
percibir con nitidez estos centros de energía. Pero algunos sí poseen la suficiente
experiencia con ellos como para demandar directamente información almacenada y
traducir las distintas señales luminosas del lenguaje de luz de los chakras.
Algunos autores hablan de un sistema de doce chakras, con cinco de ellos situados en
el exterior del cuerpo físico, algunos bajo los pies y otros por encima de la cabeza.
Se da, sin duda, un paso en la buena dirección cuando sectores de la población
«menos receptivos» llegan a la conclusión de que las personas no están formadas
solo por materia terrenal. Que sea la india, la china, la tántrica o la del moderno
sistema de chakras la interpretación más correcta es algo que a la recodificación

cósmica le resulta indiferente, ya que está basada en un nuevo paradigma
holográfico.
Una analogía para el debate sobre los chakras sería la de pelearse por ver cuál es la
mejor página web de juegos sin comprender en realidad el juego o siquiera
manejarlo. La apariencia de una página web puede modificarse si el programador
cambia los códigos y, por tanto, el programa con el que se elabora la web, y además
elimina los virus que tal vez hayan dañado el código de origen.
Mi trabajo diario con las personas que buscan ayuda me ha llevado a recorrer una
etapa de conciencia. Naturalmente, me he ocupado mucho del sistema de chakras,
pero para llegar al origen de una enfermedad, de un bloqueo energético o de
cualquier otro síntoma, uno tiene que mirar más a fondo: en la información de origen,
en el código de luz responsable de aquello con lo que nos encontramos en el nivel
físico o también en el nivel energético. El significado original de la palabra chakra
es «rueda». Desde un punto de vista clarividente se trata de una rueda de luz que da
vueltas con distintos rangos de frecuencia, de donde, a su vez, resulta la conocida
asignación de colores.
El sistema energético del cuerpo también es definido como un cuerpo de luz. En los
libros antiguos que he podido leer, a menudo se distingue entre el cuerpo mental, el
cuerpo emocional, el cuerpo etéreo, el cuerpo espiritual y otros. De igual modo
sucede con las descripciones de los distintos cuerpos energéticos o capas que rodean
al cuerpo físico como una muñeca rusa y forman el aura. Los colores de esta aura
pueden verse con una cámara Kirlian, lo que contradice el antiguo dicho: «Todo lo
que puedo ver existe, y lo que no puedo ver, no existe».
Lo que los fotógrafos del aura no suelen decir muy a menudo es que sus colores
cambian constantemente. A veces con tanta rapidez como se cambia de canal con el
mando a distancia. Lo que «vemos» como una imagen varía; sobre todo, cuando
experimentamos distintas emociones. La emoción es «energía en movimiento». En la
imagen del aura solo vemos fotografiado un instante.
Cuando trabajo con mis clientes, percibo la información de origen, los códigos
cósmicos o el lenguaje de luz, si prefiere llamarlo así. No hay ninguna diferencia ni
ninguna separación entre el cuerpo físico y el sistema energético del cuerpo. Podría
decirse que un campo con códigos interactúa con otros campos. En mi conciencia no
existe realmente esta distinción, sino tan solo un campo único con distintas
frecuencias vibratorias del que yo misma formo parte. Es comparable a un océano

que tiene olas grandes, medianas y pequeñas.
Este campo se encuentra simultáneamente en todas las dimensiones y direcciones del
tiempo. El famoso chamán de Zulú, Credo Muttwa, lo llama «la cueva silenciosa
donde el pasado, el presente y el futuro se vuelven uno». En este campo no existe un
espacio real, sino que uno lo crea con su propia conciencia; yo lo hago a menudo. Yo
lo denomino la sala de curas visual, en la que se encuentra el cliente mientras recibe
el tratamiento energético y experimenta la transformación energética. Tampoco
existe, como ya se ha dicho, un tiempo lineal, y por eso podemos desplazarnos con la
conciencia a una vida anterior cuando detectamos que es útil para resolver algún
bloqueo energético. Es como ver una película que fue rodada hace muchos años. Es
posible que alguno de los actores ya haya fallecido. (La muerte también es un
concepto de la antigua conciencia.) Estas películas antiguas podemos verlas en el
presente. No existe otro tiempo, aun cuando muchas veces nos dejemos vencer por
esta ilusión. El mayor estrés se crea cuando las personas viven en otra fase de
tiempo.
Con los participantes de los seminarios hemos realizado un ejercicio en el marco de
la búsqueda de la verdad. Debían elegir el tiempo en el que permanecen con más
frecuencia. Para ello la clase se dividía mediante líneas invisibles en tres «zonas de
tiempo»: pasado, presente y futuro. Era interesante ver cómo algunos (aquellos con
un pronunciado sentimiento de culpa que no eran capaces de resolver por sí
mismos), con sus pensamientos y emociones, finalmente, se situaban en la zona
correspondiente al pasado. Estaban continuamente sometidos a estrés y
experimentaban una sensación de autorreproche, aun cuando la experiencia
traumática en cuestión hubiera ocurrido muchos años atrás. El grupo que se situaba
en el futuro tenía mucho miedo; miedo, duda, incertidumbre. Se preguntaban
constantemente si les sucedería algo malo, si atravesarían una crisis financiera o si
perderían su puesto de trabajo, lo que sería de su pareja… Podría enumerarles aquí
todas las clases de miedo, pero prefiero ahorrarles el listado, por motivos
energéticos.
Es mucho más importante que, llegados a este punto, haga una breve pausa
y respire profundamente. Si lo desea, póngase de pie y mediante líneas
imaginarias divida la habitación en la que se encuentra en tres zonas de
tiempo. Elija de forma espontánea e intuitiva una de ellas, colóquese allí y
experimente a través de sus sentimientos y pensamientos dónde pasa usted
la mayor parte del tiempo.

Los resultados con nuestros participantes mostraban que el tercer grupo siempre
parecía saltar una y otra vez de las experiencias del pasado a las posibilidades
inciertas del futuro. Esto es porque se encontraban bajo una gran presión. Algunas
personas se sienten confundidas ante situaciones de estrés y no son capaces de tomar
una decisión. Su ordenador biológico se dirige peligrosamente rápido hacia una
sobrecarga producida por el estrés.
Aparentemente, ninguno de los participantes se encontraba únicamente en el
presente, en el que se dan los únicos momentos sin estrés en la conciencia. Los niños
y los animales, por lo general, no padecen estrés porque toman los códigos de
información de su entorno (epigenética). Por lo demás, viven sin estrés en el
denominado presente desde el que el pasado y el presente se contemplan bajo un
prisma distinto. Pero no es mi intención confundirlos. Algunos de nosotros
preferimos que el tiempo sea una ilusión.
En mis tratamientos con RCC a los clientes que sufren de estrés ocasionado por el
tiempo se les aplica un procedimiento que tiene un efecto similar al del programa de
desfragmentación de un ordenador. Gracias a él se sitúan de nuevo en un momento de
no estrés en la conciencia, y el sistema inmunitario puede retomar su tarea
autocurativa. Este programa de RCC posee asimismo una vibración especial con la
frecuencia energética del amor.

|
P
Viajes de exploración hacia el mundo invisible de la
energía
ara comprender la recodificación cósmica, así como su trasfondo y sus posibles
aplicaciones, es necesario echar un vistazo en el, para la mayoría de las personas,
invisible mundo de la energía. Allí se habla un lenguaje perceptible mediante
todos los sentidos al que yo llamo «energiano» y cuyos fundamentos comparto en mis
seminarios. Existen muchos métodos para estudiar un idioma extranjero tan común
como el inglés, el italiano o el portugués. Se puede aprender el vocabulario de
memoria, empollarse las reglas gramaticales y afanarse siguiendo un orden (la
mayoría de las veces con escasos resultados), o realizar un viaje al país en cuestión
y permanecer receptivo ante todo lo que allí se dice o se comparte de cualquier otra
manera. Es divertido y, normalmente, conduce al aprendizaje más adecuado. Le
invito a que realice el primer viaje de exploración hacia el invisible mundo de la
energía.
Viaje 1: empezamos
En este viaje de exploración, para ayudarnos a visualizar, usaremos: gafas energéticas, un dispositivo de detección
y un limón.
Imagínese que le envío una limusina a su casa para que lo recoja. Usted se pone
sus gafas energéticas y se sube a ella. Enseguida se da cuenta de que no está usted
solo sentado allí dentro. A su lado hay un ser no corpóreo. Usted está sorprendido
de poder verle. Tiene dos alas transparentes y fluorescentes, y una mirada que
irradia amor. Al instante se encuentra usted muy a gusto con este compañero. Sin
embargo, percibe que ha habido antes muchos otros viajeros en el vehículo.
Cuando enciende el dispositivo de detección, siente la energía de los pasajeros
que tiene en frente. Ha habido también una pequeña e impaciente muchacha. Ella
deseaba llegar lo más rápido a su destino. También ha habido un pequeño perro
que pertenecía a los anteriores pasajeros; está acurrucado y duerme. Usted mira
por la ventanilla y ve campos y praderas, y luego una pequeña iglesia situada
junto a un cementerio. Siente que la muchacha se había bajado allí y había
visitado a su abuela, con la que ha podido hablar, a pesar de que hace años que

está en el cielo.
Su compañero de viaje se muestra muy comprensivo y sabe que pronto llegarán a
un arcoíris. Mira por la ventanilla y se alegra al ver sus colores radiantes y
transparentes. Cada color tiene un mensaje y le susurra algo. El rojo dice: no
debe usted preocuparse, todo va bien. Está usted a salvo. El naranja dice: no está
solo. El amarillo tiene una respuesta para todas sus preguntas y le alivia la
presión interior de tener que hacer algo. El verde le llega directamente al corazón
y usted se siente como si le hubieran tocado levemente en el punto donde aún le
duele. El azul turquesa es el color que despierta en usted una sensación agradable
y que le permite deshacerse de su miedo latente. El siguiente rayo del arcoíris es
violeta y le estimula de forma muy intensa, tanto, que la limusina ahora se detiene
y usted se baja junto a su compañero de viaje. Después de dar un par de pasos ve
una gran puerta dorada. Lee lo que hay escrito con grandes letras:
BIENVENIDOS AL MUNDO DE LA ENERGÍA. Es como si la puerta le dijera:
Aquí hablamos de «tú» y no de un modo tan formal, pero sea siempre respetuoso.
¿La puerta habla? ¿O se trata de la percepción de mi propia voz interior?
En cualquier caso, resulta acogedor y atrae tu interés. Pasas a través de ella y
dejas el equipaje que traías en la limusina, que se marcha para no regresar.
Cuando te sumerges por primera vez en el emocionante y maravilloso mundo de la
energía ya no hay vuelta atrás. De algún modo, existe todo lo que conoces, pero a
la vez resulta nuevo y emocionante. ¿Es posible que la silla también me esté
hablando? ¿Puede ser que aquella planta me haya deseado buenos días? ¿O son
todo imaginaciones mías?
Los olores también son extremadamente perceptibles y estimulantes. Te acuerdas
del limón que traías y lo sacas del bolsillo. En la superficie del limón hay escritos
unos signos o algo parecido, como impresos. Y cuando lo observas con atención te
das cuenta de que el limón es, en realidad, una bola de energía que te envía
mensajes: cómeme, estoy maduro. Tu compañero de viaje asiente con la cabeza y te
da un cuchillo. Sabes, sin necesidad de palabras, que ete stás obligando a cortar
el limón en dos mitades, y así lo haces. Le das una mitad a tu acompañante y la
otra te la quedas tú. El zumo del limón salpica y huele muy ácido. No obstante,
tienes ganas de hincarle el diente a la fruta, y lo haces. Saborea el zumo en tu
boca, es fresco y amargo, dice tu acompañante. Sigues saboreándolo un poco más y
empiezas a segregar saliva, que te tragas con valentía. Es sorprendente lo real
que es tu experiencia en el mundo de la energía. La intensidad con la que lo
percibes, así como con qué y con quién te comunicas. Es como si todo fueran

señales que puedes sintonizar. Son impulsos de luz ante los que reaccionas y que
entiendes automáticamente. ¡Guau! Aquí empieza una parte apasionante de tu
vida. Te has involucrado en una aventura, has abierto la puerta de tu conciencia y
realizado una excursión por el mundo de la energía, con el que cada día que pase
te irás sintiendo más familiarizado. De algún modo te das cuenta ahora de que
todo sucede al mismo tiempo. Tienes este libro en la mano y todavía sigues en otro
mundo en el que te encuentras muy a gusto. Quieres conocerlo mejor, al igual que
a sus habitantes, y estás decidido a permanecer más tiempo.
Te invitan a que bebas un elixir que abrirá más puertas en tu interior y que es, al
mismo tiempo, medio de limpieza para eliminar todo aquello que está ligado a los
profundos recuerdos que han hecho tu vida difícil. Ves el gran recipiente con el
elixir de color verde dorado. Te llenan un cáliz… o me lo estoy imaginando todo,
un fugaz pensamiento. Sientes el cáliz que acabas de coger. El contenido se llama
el elixir de la vida y te ayuda a recordar el tiempo en el que era posible
comprender y hablar el lenguaje codificado energiano. También lo percibes
telepáticamente y es atemporal. Tan pronto como tienes una pregunta obtienes la
respuesta. Ya no hay especulaciones. Te das cuenta de que el cáliz de tu mano
puede cambiar de forma y color. Basta con que lo pienses para darle el impulso, y
entonces parece como si fuese blando como mantequilla y se transforma en un
vaso alargado…
Ahora estás entusiasmado y quieres seguir jugando con tu pensamiento: ¿qué hago
con esta taza de café en la mano? Y de repente ves la forma de una taza de café con
una gran asa y su contenido. Piensas en todas las formas que podrías realizar en
este mundo de infinitas posibilidades. No cabe duda de que quieres permanecer un
rato más. De todos modos, resulta un poco inquietante e insólito que, de repente,
puedas ver todo lo que existe y que no haya separación entre las cosas de este
mundo. Cuando te concentras y observas con atención, cambian los colores y las
formas de todo lo que hay; de la energía que te rodea y que eres tú.
¡Vaya susto! Querías mirar, como de costumbre, la hora en tu reloj de pulsera. Te
das cuenta de que tu brazo es prácticamente transparente, como si estuviese
compuesto de pequeñas partículas que brillan. Lo que ves es una especie de
boceto de tu brazo que se puede atravesar y que sigue los impulsos de tus
pensamientos. Ahora sí que he ido un poco lejos, piensas. Pero permaneces,
continúas tu viaje de exploración y tu acompañante parece que se ríe un poco
hacia sus adentros, ya que a todos lo que vienen aquí por primera vez les pasa lo
mismo. No se trata de un sueño. Es el mundo real, un campo de energía

holográfico que se mueve y con el cual interaccionas. ¿Sigues siendo el lector de
un libro? ¿O eres en realidad un visitante en este mundo? Eres ambas cosas, dice
tu saber interior inmediatamente, y continúas adelante. Llegas junto a un árbol,
un gran manzano. Al acercarte te das cuenta de que hay pequeñas partículas de
luz que ascienden por la corteza del árbol y conversan entre sí. Todo está vivo,
todo fluye e interacciona. Esto te divierte mucho y estimula tu curiosidad.
Toma asiento, por favor, escuchas decir al árbol que, para tu sorpresa, se ha
convertido en una silla de madera y, no obstante, sigue siendo un árbol. También
eso puede suceder a la vez. Te sientas en esta cómoda silla y de repente escuchas
una suave melodía. Es el cosmos que canta una antiquísima canción que existe
desde el principio de los tiempos. Te conmueve, hace que todo oscile y tus células
parecen vibrar. Resuenan en armonía con la canción del cosmos. Al igual que el
viento circula entre las hojas, la vibración de esta canción cósmica circula a
través de tu cuerpo, que es energía. Hay mucho espacio entre las células, y ahora
sientes el viento cósmico, la vibración cósmica en todas las células de tu cuerpo.
Ha sido un placer tenerte con nosotros, escuchas en un mensaje rebosante de amor,
nunca quisimos hacerte daño. Ha llegado el momento de comprender que todo lo
que has sentido era una ilusión o un sueño. Estás aquí y, al mismo tiempo, en
todas partes.
Permaneces sentado en la silla y cierras los ojos. Al momento te encuentras en
una vida anterior. Una vida en la naturaleza donde todas las piedras te hablaban
y ayudaban cuando, de niño, te acercabas a la senda y buscabas el camino a casa.
Allí no existía la sensación de soledad, sino únicamente un estado de profunda
seguridad y absoluta confianza. Todo era inmortal.
Unos pensamientos más allá te acuerdas de la vejez. También esta era
momentánea, como una estación del año que sabemos que pasará, al igual que
sabemos que la nieve no permanecerá siempre sobre las montañas cuando el sol
de primavera la derrita. Ahora puedes sentir el sol y seguir viajando a través de
un tiempo llamado infinidad.
¿Por qué estoy aquí?, te preguntas. ¿Qué significa todo esto? No hay una respuesta
sencilla a esta pregunta. Es un pensamiento inherente a la humanidad. La energía
de la aceptación de todo lo que existe te susurra ahora al oído con tranquilidad.
Por fin puedo ser es la conciencia, que te concede un descanso del razonamiento
terrenal.

¿Hace mucho que estoy aquí? ¿Cómo he llegado hasta aquí? También son preguntas
que demuestran que tu cerebro aún puede seguir descansando. Seguiréis
avanzando en el viaje por el mundo de la energía. La primera lección continúa
actuando en tu subconsciente. No hace falta que la dirijas, sabe seguir sola. No
hay olvido ni vuelta atrás una vez que ha empezado el viaje de la conciencia.
Sientes un profundo descanso porque te ha ido bien. La energía de este otro
mundo te ha relajado. Ya puedes cerrar el libro y descansar. Tómate un descanso
y deja que todo actúe sobre ti. Tu acompañante te conduce de vuelta al mundo
consciente de los seres vivos que aún no han despertado. Shhh, no hagas ruido.
Solo los valientes encuentran el camino hasta este mundo, a pesar de que la
entrada está ahí mismo. ¡Gracias por haberte despertado! Nos volveremos a ver,
dice tu acompañante y pasa a través de ti. También él es un código que has
decodificado. Solo así podías percibirlo. Descansa…
¿Qué vemos en realidad?
Ahora que acaba de regresar de un viaje de exploración y ha visto muchas cosas,
seguro que le interesa saber cómo funciona la percepción humana. En su viaje por el
mundo de la energía usted ha visto a través del llamado «tercer ojo», que es el que le
ha permitido entrar en el cosmos.
¡Felicidades! Ya no hace falta que asista a ningún seminario más para que alguien
abra su tercer ojo. (¡Ay!) Estos eventos pertenecen afortunadamente al pasado. La
apertura del tercer ojo es un puro proceso de la conciencia que usted acaba de
realizar. La alta vibración energética de su compañero de viaje ha hecho más fácil
este proceso.
Con nuestros ojos físicos podemos percibir, como ya hemos apuntado antes, solo un
pequeño espectro de las frecuencias luminosas y energéticas. Esto no significa, ni
mucho menos, que todos veamos lo mismo, aun cuando se trate de algo que se
encuentra en el espectro visible de nuestros ojos. Y, ya que estamos con el tema de
las vibraciones y la percepción humana, me gustaría añadir que tampoco escuchamos
realmente con los oídos. Este órgano reacciona únicamente a estímulos acústicos
(ondas sonoras) que hacen vibrar el tímpano. Estas vibraciones se traducen en el
oído interno como impulsos electromagnéticos que luego son reenviados a través del
nervio auditivo hasta el centro auditivo del cerebro (el lóbulo temporal). Ahí es
donde se origina la primera percepción de un ruido o sonido. Si se estimula está
región del cerebro con impulsos electromagnéticos, que igualmente pueden tratarse

de códigos cósmicos, es posible «escuchar» el lenguaje de luz. De igual modo, en el
cerebro de una persona se pueden producir emociones sintéticas como el miedo,
mediante señales de frecuencia. Es importante protegerse de esta clase de
frecuencias.
Adelantados a su tiempo
En todas las épocas ha habido artistas, escritores, científicos, profetas y sanadores
que estaban adelantados a su tiempo. Galileo Galilei, Leonardo da Vinci, Nikola
Tesla, Mahatma Gandhi, el doctor Martin Luther King, John Lennon o Michael
Jackson son algunos de ellos. Desgraciadamente, muchas de estas personas
privilegiadas fueron ignoradas en vida o, incluso, asesinadas porque a sus
contemporáneos les faltaba la conciencia necesaria para comprender su genialidad,
siquiera en cierta medida. La gran mayoría no era capaz de «entender» el arte, las
ideas, las tesis o las reivindicaciones de estos precursores, lo que, a menudo,
condujo a que se burlasen de ellos, los despreciaran, los torturaran e, incluso, los
mataran. La Edad Media fue una época especialmente negativa para los pensadores
poco convencionales, que, a menudo, acababan junto a sus libros y notas en la
hoguera de la Inquisición. Solo porque veían lo que otros no eran capaces de ver. La
misma institución llevó a cabo un proceso contra Galileo Galilei en 1633 y este tuvo
que retractarse de su teoría heliocéntrica. Desde entonces hasta el fin de sus días
vivió bajo la atenta mirada de dicho tribunal. No fue hasta pasados 359 años (en
1992) cuando el Vaticano lo rehabilitó oficialmente.
Hoy en día existen otras medidas modernas para castigar a los precursores y niños
de luz (Lichtkinder) de nuestra época, por ejemplo, mediante camisas de fuerza e
instituciones en las que son ingresados. Algunos de ellos, simplemente, desaparecen
con facilidad. La única finalidad que persiguen es ayudar de verdad a los seres vivos
que buscan socorro y fijar la nueva conciencia para el bienestar de todos. ¿Siente
usted una resonancia en su corazón? Seguro que usted también es un adelantado a su
tiempo, de otro modo no estaría leyendo este libro.
¿Cómo puede ser que alguien se adelante realmente a su tiempo? ¿De dónde
provienen las nuevas ideas, descubrimientos e informaciones?
Provienen de la «cueva silenciosa», un campo donde existen todas las posibilidades
de la eternidad y al que podemos acceder siempre que lo deseemos. Las
posibilidades son códigos cósmicos que uno puede imaginarse como ondas, si nunca
antes los ha visto, aunque, en realidad son parte de la conciencia y carecen de forma.

En cuanto las vemos reconocemos las vibraciones y cuando las observamos más
detenidamente descubrimos partículas pequeñas, como letras de un lenguaje de luz.
La información de esta luz y energía codificada establece una resonancia con el
destinatario. A partir de estas partículas se forman conocimientos que, al sumar la
energía de otro observador, crean algo nuevo. Lo que nosotros llamamos una idea es
algo que primero se decodifica, luego se desarrolla y posteriormente se escribe. Tal
vez se trate de un libro o de una pieza de música, tal vez sea un cuadro, un nuevo
concepto o una medicina. En el cosmos todo existe ya. Solo se forma «de nuevo», y
esto se produce mediante la inmersión de la conciencia en la cueva silenciosa. Allí
puede percibirse la información, ser decodificada y manifestarse luego como
realidad holográfica.
Viaje 2: la cueva silenciosa
En este viaje de exploración, para ayudarnos a visualizar, usaremos: un tobogán rojo.
Cierra los ojos e imagínate un tobogán de color rojo. Los recuerdos de la infancia
de un precioso parque infantil hacen que aflore de inmediato una sensación de
felicidad y despreocupación. Tu ser adulto va desapareciendo y te sientes como un
niño que solo desvía su atención ante los juegos y las vivencias.
Ahora, estás sentado sobre el tobogán que, hoy, es especialmente largo. Te pones
en movimiento y comienzas a descender. Hay muchas curvas que aumentan la
diversión, y te olvidas del mundo exterior. Entonces, llega un túnel. Pasas a través
de él y cada vez hay más silencio. Al final del túnel caes sobre un nido acolchado de
plumas blancas. Te echas y te sientes protegido. Te das cuenta de cómo el silencio
impregna la acogedora cueva. Por fin, puedes relajarte y descansar.
Ahora percibes un interruptor mediante el cual puedes desactivar definitivamente
la influencia del mundo exterior. También descubres el regulador de los
pensamientos y del reloj interno. Estás conectado al sistema asociado a la matriz
cotidiana. Respira profundamente y cierra los ojos.
Al cabo de un ratito ves una señal luminosa que se aproxima hacia ti de una forma
fascinante. La percibes como ondas que vibran o hilos de luz. Parece como si
buscaran a alguna pareja con la que poder unirse y tomar una nueva forma. Se
unen y vuelven a soltarse. Observas el baile cósmico de esta señal luminosa. Si te
agrada y así lo sientes en tu corazón, aparecerán nuevas partes y bailarán para ti.
Hermosas y ligeras, hasta que forman un pequeño montón, y parece surgir una

materia brillante. Las señales luminosas no saben en qué deben convertirse. Eso
puedes decírselo tú. (En este punto comienza el proceso de manifestación, que es
diferente en cada viaje a la cueva silenciosa.)
Tal vez envías el deseo de felicidad desde tu corazón. Entonces, ves cómo se forma
una figura holográfica. Se mueve en tres dimensiones ante tus ojos espirituales y
parece que se acerca hacia ti. Sin que puedas reconocerla con exactitud, desata en
ti emociones. Es como si te tocase el corazón. La figura está formada por
innumerables partículas de luz; códigos que tienen la misma vibración que la
felicidad y que influyen en tu propio campo energético. Ahora escuchas una voz
que te dice: yo soy tú. En este momento las partículas de luz de esta figura en tres
dimensiones echan a volar a millares dentro de tu sistema y se unen con tu campo
energético. Es como si la figura en 3-D se hubiera multiplicado y fuera ahora
como un fractal en cada una de las células.
Todas tus células bailan al ritmo de la frecuencia de la felicidad. No te resistas,
respira de nuevo profundamente y expulsa el aire. Es como si pudieras respirar el
olor de la felicidad y sintieras su hormigueo sobre la piel. Te tumbas en tu cueva
silenciosa y experimentas con todos tus sentidos lo que los códigos de felicidad te
transmiten.
Tras una eternidad atemporal en la que has estado ocupado observando al tiempo
que no hacías nada, percibes de nuevo a tu compañero de viaje. Está a tu lado y te
sonríe. Veo que eres afortunado, dice de buen grado. Eres afortunado, repite por
segunda vez, y asiente con la cabeza. Y tú le contestas telepáticamente sin querer
hablar: soy afortunado. Simplemente se trata de tu nueva frecuencia vibratoria.
Vuelves a conectar el interruptor con el mundo exterior. Esta vez te has
convertido en el emisor. Tus señales de felicidad son cada vez más altas e
intensas. Es hora de salir de tu cueva silenciosa. Despacio y con cuidado vuelves
hacia atrás como en una cinta transportadora. Todo tu campo de conciencia envía
las señales de felicidad como códigos de información en el lenguaje de luz. Tu
cuerpo físico te recibe como conciencia, y te percatas de que eres uno con él. La
curación tiene lugar cuando te conviertes en la frecuencia vibratoria de la
felicidad. Soy afortunado, es tu señal. Todo lo que está en resonancia en el cosmos
con este estado de conciencia se extrapolará a tu vida. No tienes que esperar a
que suceda. Ya está ahí.
Bienvenido al holograma

En su libro El universo holográfico Michael Talbot explica y demuestra cómo todo
lo que percibimos de forma consciente es una realidad holográfica. El doctor Walter
Schempp, que, entre otras cosas, investiga la tomografía por resonancia magnética y
ha descubierto el holograma cuántico, concluye en el marco de sus estudios que los
recuerdos de una persona, en realidad, no se archivan en el cerebro.
La memoria holográfica se almacena, más bien, como un patrón de ondas en una
especie de vacío físico de forma parecida a como sucede en el mundo de la
informática y de la comunicación cuando guardamos nuestros datos en la «nube» y no
en el disco duro de nuestro ordenador. De este modo, tenemos acceso a ellos
independientemente del tiempo y del espacio.
La recodificación cósmica es un ejemplo del método del nuevo paradigma
holográfico, según el cual, nuestro cosmos en conjunto no es más que un enorme
holograma. Se trata, más bien, de una recopilación de frecuencias electromagnéticas
y, con la RCC, podemos decodificar más niveles de la realidad.
Mediante el llamado análisis de Fourier, el cerebro humano decodifica sus propios
canales de entrada y detecta, según el canal, un número limitado de frecuencias
electromagnéticas que es capaz de evaluar. Fourier fue un matemático con cuya
fórmula estoy segura de que no podría hacerles más felices. En lugar de eso se la
explicaré usando unos sanos batidos verdes cuya receta puede descifrar
posteriormente si así lo desea. Si una vez listo descompusiéramos el batido con un
sistema de filtros adecuado (cerebro), podríamos analizar qué compuestos incorpora
y en qué cantidades están presentes, lo que nos permitiría obtener la receta. Para
volver a elaborar el batido lo pondríamos todo de nuevo en la batidora. Esto es algo
que nuestro cerebro hace con suma facilidad. Todo cerebro tiene su propio sistema
de filtros. Percibe una porción de la propia «realidad» que cada persona crea y que
es una realidad decodificada formada por muchos mundos paralelos. Todo lo que
vemos es información, un código cósmico en forma de ondas. Solo cuando somos
capaces de decodificarla, esta información se convierte en una realidad perceptible
para nosotros.
¿Se acuerda de que nosotros percibimos las señales codificadas como un televisor y
que estas se vuelven visibles cuando encendemos el aparato? Comprender el hecho
de que somos, junto a todo lo demás que existe, un holograma es algo que no resulta
sencillo. Le recomiendo que no discuta sobre esto con su familia durante las
próximas vacaciones. Si la tía Berta descubre que durante los últimos 80 años no ha
sido más que un holograma vestido con ropa de persona y que todas sus vivencias,

buenas y malas, no eran sino la proyección de un espectáculo de tiempo y espacio,
puede que del susto deje caer al suelo la taza de café que, en realidad, no está ahí.
No todo el mundo ha alcanzado la unidad de conciencia. Esta conciencia no tiene
nada que ver con la sabiduría que da la edad. Al contrario. A menudo, los que la
tienen son los jóvenes que aún conservan una mentalidad abierta, que es lo
importante, antes de que las normas de la sociedad bloqueen su visión.
No obstante, para la curación es indispensable que aceptemos nuestros propios
defectos y que modifiquemos los sistemas de creencias a ellos ligados.
Desgraciadamente, todavía se desconoce en gran medida la posibilidad de renovar y
rejuvenecer nuestro cuerpo con otros códigos/información. Lo cierto es que el 98 por
ciento de los átomos que hay en el cuerpo y los órganos que estos forman se renueva
constantemente. Todos nosotros vivimos en un proceso constante de nacimiento y
muerte. El doctor Deepak Chopra manifestó bien alto su creencia en que la muerte y
la vejez no son más que una ilusión, un aparente abandono de nuestro cuerpo
holográfico.
La historia de Tom
Hace mucho tiempo que tengo conocimiento del sistema de filtros de nuestro
cerebro. Y, dado que muchos de los participantes en mis seminarios desean poder
ver a los seres de luz del mundo espiritual, lo explico el primer día. Como muy
tarde, el segundo día de la formación en QEH el 95 por ciento de los participantes ya
son capaces de hacerlo. Con frecuencia, los patrones de pensamiento y los
programas del subconsciente ocultaban la percepción de los seres espirituales.
Mediante las meditaciones de luz y las técnicas de respiración se inicia el proceso
de filtración y se decodifica la información que está bloqueada. Sin embargo, ya le
digo que no existe una realidad objetiva. Las personas tienen distintas vivencias y,
por tanto, distintas percepciones de su conciencia.
La historia de Tom, que cuenta Michael Talbot en su libro El universo holográfico,
me ha ayudado a admitir la percepción del universo holográfico. Reproduciré aquí la
experiencia con mis propias palabras:
En una fiesta que organizaba el padre de Michael había un hipnotizador para
entretener a los invitados. Un voluntario llamado Tom deseaba entrar mediante la
hipnosis en una especie de estado de trance. La sugestión del hipnotizador era que
Tom, cuando se despertara, no fuera ya capaz de percibir a su propia hija, que se
encontraba en la misma habitación. Le pidió a la hija de Tom, que estaba sentada

en una silla, que se imaginara lo mismo con su padre, cuyos ojos la miraban
directamente al vientre. Cuando el hipnotizador despertó a Tom, este seguía bajo
hipnosis y sin saber que le habían sugestionado y, muchos menos, para qué. Solo
los presentes y su hija lo sabían. El hipnotizador le preguntó a Tom si podía ver a
su hija en la habitación. Él negó, ya que era incapaz, a pesar de estar frente ella.
Luego, el hipnotizador tomó un objeto en la mano, se colocó detrás de la hija y
sostuvo el objeto a la altura de su espalda. Le preguntó a Tom: «¿Puedes ver lo
que tengo en la mano?». «Sí», respondió él, «un reloj». «¿Puedes también
reconocer la inscripción que hay grabada en él?». Para asombro de todos, Tom
leyó lo que había grabado en el reloj mientras su hija estaba ante sus narices y, en
teoría, le tapaba la vista.
Si el mundo estuviera formado por materia sólida y densa y no por ondas de energía
codificadas esto sería imposible. El cuerpo de la hija y todo lo que en apariencia es
sólido en este universo es información en forma de ondas. La «asombrosa» historia
de Tom puede explicarse fácilmente: en tanto una información, es decir, un código en
forma de ondas no sea decodificado y, con ello, llevado al holograma, la conciencia
no es capaz de ver, ni siquiera con buena vista, lo que en realidad hay en el espectro
de la luz visible.
Con su sugestión, el hipnotizador implantó una especie de cortafuegos, un programa
codificado en la conciencia de Tom, que le impedía reconocer cierto campo
energético en forma holográfica, es decir, percibir a su propia hija. Dado que la
«hija codificada» había sido borrada momentáneamente del holograma, ella no
estaba en medio y Tom podía ver lo que había escrito en el reloj sin problemas. En
el mundo que Tom experimentó en ese momento su hija no estaba. El cortafuegos
inducido bajo la hipnosis impedía que Tom decodificara el código de información
«hija».
Entonces, ¿todo es posible? ¿Tiene usted conocimiento de que la percepción de las
personas está manipulada mediante hipnosis en masa? ¿Se le ocurre dónde sucede
esto a diario? ¿Va usted a comprar solo? ¿Navega en internet? ¿Ve usted la
televisión? ¿Cómo puede usted saber qué es real y qué no?
Y mientras lee este libro, ¿todo se presenta sin más ante usted y no tiene ninguna
pregunta? Entonces debería hacer como en los juegos de mesa y retroceder de nuevo
hasta la casilla de salida.
Para poder entender la recodificación cósmica y emplearla para su autocuración y la

mejora de su propio mundo debe usted comprender que el mundo físico, con todos
sus problemas, no es real. Todo es una ilusión. Se trata de información que sus
sensores de percepción se encargan de decodificar.
¿Estamos realmente aquí?
Telepatía y ciencia
Algunas personas persiguen resultados concretos y se alegran cuando algo funciona,
aunque no sepan exactamente cómo. Yo, por ejemplo, estoy contenta si mi coche es
fiable y puedo viajar con él a donde desee. Otros quieren saber con exactitud, se
hacen mecánicos o ingenieros de máquinas y quedan fascinados con los detalles de
un motor. Yo, al contrario que ellos, me alegro cuando no tengo que meter la cabeza
debajo de un capó.
Algo parecido me sucede con la telepatía. La aplico a diario y funciona, sobre todo,
con las personas que están cerca de mí. Con esto, en principio, me basta. En la
comunicación energética con los seres de luz la telepatía es la forma de
entendimiento habitual.
No obstante, hay escépticos y personas que quieren saberlo todo con exactitud. A
estas personas seguro que les interesará saber que, mientras escribo este libro,
científicos de Harvard en colaboración con el neurocientífico Giulio Ruffini (de
Starlab Barcelona) están informando de un éxito en la investigación de la telepatía.
Por primera vez han podido determinar con instrumentos de medición que es posible
comunicarse de un cerebro a otro sin que haya un contacto físico entre las personas
objeto de la experimentación. El mensaje fue enviado por una persona en los Estados
Unidos a otra en Francia, y para la prueba se utilizaron instrumentos
electromagnéticos. El mensaje se tradujo a números binarios (1 y 0), es decir, ¡se
convirtió en un código! Este código se transmitió mediante una técnica llamada
transcranial magnetic simulation (simulación magnética craneal). Las pulsaciones
magnéticas producían actividad cerebral que en la percepción periférica del
destinatario parecían destellos de luz y que, luego, se convertían nuevamente en
palabras. Alvaro Pascual-Leone, profesor de Neurología en la Universidad de
Harvard, habla de una prueba científica innovadora de la telepatía.
Yo también me alegro de este resultado, aunque desde mi punto de vista la
transmisión de información tiene éxito en forma de códigos del campo cuántico, en el
llamado tiempo cero del hiperespacio. Al verdadero entendimiento también se le

puede llamar hipercomunicación. El emisor dirige una información desde el nivel
de la materia (una imagen o una palabra), que él ha tomado a través de los órganos
de sus sentidos, hacia su conciencia en el nivel energético. Toda forma de conciencia
y, naturalmente, cualquier persona tiene acceso a este nivel, a este campo. En este
nivel de conciencia todo es una sola cosa, sin delimitaciones. No existe, por tanto,
ningún cortafuegos. El destinatario recupera la información en el nivel energético y
lo vuelve a dirigir, por ejemplo, hacia el cerebro situado en el nivel de la materia.
El campo nos está esperando. Cómo nos comuniquemos con él resulta determinante,
ya que este reacciona a ello. Para mí, resulta evidente que la telepatía funciona entre
personas que se encuentran separadas (temporal y espacialmente), entre personas y
animales, entre seres de luz, seres de la naturaleza y todo lo que existe. Esto no es
nuevo. Los pueblos indígenas hablaban hace ya miles de años de la tela de araña a
través de la cual todos nosotros estamos conectados y podemos comunicarnos. Yo la
llamo internet cósmico.
Es hora de redescubrir este campo con sus códigos cósmicos y de cambiar de forma
consciente el propio mundo como cada uno desee. Esto puede suceder de inmediato.
Nuestra conciencia influye en el cambio que se da en el estado material a una
velocidad inimaginable. Todas las personas informan permanentemente al campo
energético creando, así, la realidad en la que viven.
Si lo que quieres es encontrar los secretos del universo,
piensa en términos de energía, frecuencia y vibración.
Nikola Tesla

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