Luisa de Marillac Animadora de las Cofradías de la Caridad
Messaggio della Consigliera per le Missioni _ 14 settembre 2020 esp
1. Roma, 14 septiembre 2020
Queridas hermanas,
Un afectuoso saludo y augurios de mucho bien
para cada una de ustedes, sus comunidades y sus familias.
Estamos ya a mitad de septiembre. El tiempo pasa
veloz. El mundo aún vive el drama de la pandemia del Covid-
19 y sus consecuencias. Nos auguramos el poder continuar
acogiendo este tiempo como “Historia de salvación”. Conocemos
las dificultades que la pandemia ha traído a tanta gente. Tantas
personas han sido tocadas por la pérdida de sus seres queridos, por
la pérdida de la salud, del trabajo, de la armonía familiar... Tratemos
de infundir esperanza y serenidad a quienes están cerca. Tal vez no
podemos resolver los grandes problemas que afligen la vida de los niños, de los adolescentes, de los
jóvenes y de las familias que nos son confiadas, pero podemos ser corazón, manos, escucha… para
cuantos tienen necesidad. Que ninguno, después de haberse acercado, se aleje de nosotras sin un rayo
de esperanza y una palabra de consuelo...
Quiero darles algunas noticias con respecto al Ámbito de las Misiones: las neo-misioneras
que están en casa con nosotras por ahora son seis, y esperan la posibilidad de un vuelo para partir a
su nuevo destino o para ir a aprender una lengua nueva. El tiempo oportuno será el tiempo de Dios, no
el nuestro! Esta “nueva normalidad” es también un tiempo de formación para salir de nuestros
esquemas, proyectos y asumir la nueva realidad que nos desafía en cada momento.
Las neo-misioneras de la próxima Expedición misionera serán un grupo bello! Llegarán - si
es posible – entre el 2 y el 15 de octubre. Esperamos que puedan llegar a Roma para empezar el
aprendizaje del italiano. La fecha para la celebración del Mandato misionero en Valdocco – Basílica
de María Auxiliadora – todavía no es segura. Probablemente será a finales de marzo o abril de 2021.
Con respecto a las neo-misioneras del grupo 2018-2019, tres de ellas están todavía en los
Estados Unidos y una en Francia en donde continúan el estudio de la lengua. Esperamos que pronto
puedan obtener la Visa para llegar a su destino.
En cuanto a la Video-Conferencia que estaba prevista para el pasado mes de mayo, la hemos
programado y nos estamos organizando para realizarla en los días 15 y 16 de septiembre. Esperamos
con mucha alegría este encuentro con las hermanas Coordinadoras/Referentes inspectoriales del
Ámbito Misiones. Seguramente estas hermanas habrán recibido ya las orientaciones y las
informaciones necesarias para una participación provechosa.
Ahora reemprendamos el camino... En este día, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz,
quisiera proponerles el encuentro con Madre Mazzarello a través de la Carta 63 – escrita desde Nizza
Monferrato en el mes de enero de 1881, a la misionera suor Victoria Cantù. En la carta, la Madre
recomienda a sor Victoria ayudar a las misioneras recién llegadas y la exhorta a vivir la caridad
fraterna y el desprendimiento de si misma.
Un detalle: esta carta, así como las cartas 59, 60, 61 y 62, fueron escritas antes de la partida de
las misioneras de la tercera expedición que dejaron Nizza el 20 de enero, para partir después de
Génova el 3 de febrero de 1881 hacia América del Sur.
Ustedes pueden leer toda la Carta 63, sobre todo porque es muy breve y porque en ella
encontramos una Madre que escribe con el corazón y a partir de su experiencia de vida.
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2. Quisiera detenerme solamente sobre un aspecto de la carta. Madre Mazzarello insiste como
siempre sobre la alegría y sobre la caridad fraterna: «Os recomiendo que consoléis a las nuevas
Americanas, ¡pobrecitas! […] tú, con las otras buenas hermanas, procuraréis que estén alegres, ¿no es
verdad?» «Lo más importante es que vayáis de acuerdo entre vosotras […]; ayudaos siempre como
verdaderas hermanas […] haciéndolo así las cosas irán bien».
La alegría y la caridad, para Madre Mazzarello, no pueden tener “un fundamento diverso de
aquel que ya está puesto, que es Cristo Jesús” (1Cor 3,11).
Escribe Madre Mazzarello: «Procurad siempre ir adelante con el buen ejemplo, viviendo
desprendidas de vosotras mismas, sin buscar adulaciones ni preferencias, antes bien, despreciad esas
tonterías; debemos ser nosotras las primeras en demostrar que nuestro corazón está hecho sólo para
amar al Señor y no atribuirnos el amor a nosotras mismas».
Durante el Ángelus del 2 de julio del 2017, el Papa Francisco - hablando sobre el discurso
misionero del capítulo 10 del Evangelio de Mateo – ofreció una reflexión muy oportuna, que a mi
parecer, refuerza y profundiza cuanto Madre Mazzarello escribió en aquel lejano 1881.
Son palabras del Papa Francisco: «Jesús subraya dos aspectos esenciales para la vida del
discípulo misionero: el primero, que su relación con Jesús es más fuerte que cualquiera otra relación;
el segundo, que el misionero no se lleva a si mismo, sino a Jesús, y por Él, el amor del Padre celeste.
Estos dos aspectos están conectados, porque mientras Jesús está más al centro del corazón y de la vida
del discípulo, este discípulo es más “transparencia” de su presencia».
Veo en estas palabras del Papa Francisco el corazón mismo de Madre Mazzarello que, en su
sencillez, hacía entender a las hermanas cómo nuestro corazón está hecho solamente para amar al
Señor. Si nuestra vida está centrada en Jesús, estaremos en grado de valorizar positivamente todos los
acontecimientos y todas las cosas que son verdaderamente importantes. Cuando Jesús ocupa el centro,
nuestras pequeñas o grandes dificultades se convierten en un trampolín para una vida de coherencia,
de radicalidad y de testimonio evangélico.
Continúa el Papa Francisco: «Es necesario que la gente pueda percibir que para aquel discípulo
Jesús es verdaderamente “el Señor”, es verdaderamente el centro de su vida, el todo de la vida». Y
Madre Mazzarello dirá: «Procurad siempre ir adelante con el buen ejemplo […] debemos ser
nosotras las primeras en demostrar que nuestro corazón está hecho sólo para amar al Señor».
Me parece estimulante terminar este mensaje con las palabras de Madre Mazzarello y las del
Papa Francisco: «No me queda más que recomendaros la caridad, la paciencia, la unión entre todas
vosotras […] Jesús os conserve en su santa gracia y os haga pronto santas». «La Virgen María […]
con su materna intercesión, nos ayude a ser libres y alegres misioneros (misioneras) del Evangelio».
En preparación al CG XXIV oremos juntas: María, Madre del Amor y Virgen Dolorosa, llena
nuestras tinajas con el vino de la coherencia y de la fidelidad. Ayúdanos a hacer de Cristo el único
centro de nuestra vida y misión.
Queridas hermanas, les aseguro mi cercanía y mi oración por sus intenciones. Un fuerte abrazo,
¡siempre en comunión fraterna!
Consejera para las Misiones
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