Este documento analiza cómo la propuesta de "biomímesis" del poeta y filósofo Jorge Riechmann puede entenderse no solo como un principio de actuación ecológica, sino también como un modelo de resistencia que articula toda una política y una poética. Riechmann propone imitar a la naturaleza respetando sus límites y detener un progreso que amenaza con volverse suicida. La naturaleura, al preservar el vacío, posibilita el advenir de lo nuevo como forma de resistencia. En su poesía

5. 188 Luis Rebaza-Soraluz
——, ‘Respuesta a Guillermo Cabrera Infante’, en Lourdes Casal (ed.), El caso Padilla: Margarita García Candeira
literatura y revolución en Cuba. Documentos (Nueva York: Ediciones Nueva
Atlántida, 1972), 64–6.
——, ‘Treinta años después de “Fuera del juego”’, en Heberto Padilla, Fuera de Juego. La naturaleza como modelo de resistencia:
Edición conmemorativa 1968–1998 (Miami: Ediciones Universal, 1998), 7–10. azar, emergencia y voluntarismo en la poesía de
Quesada, Luis M., ‘“Fuera de juego”: A Poet’s Appraisal of the Cuban Revolution’,
Latin American Literary Review 6 (1975), 89–98. Jorge Riechmann
Randall, Margaret, ‘Literary Life in Cuba’, The New York Review of Books (7 November
1968).
Seligmann, Katerina, ‘Singing out of Tune: Revolutionary Dissonances in the Prelude
to the Padilla Af fair’, Pterodáctilo 6 (2009), 1–20.
Unión de Escritores y Artistas de Cuba [UNEAC]. ‘Declaración de la UNEAC’, en Learn to labor, learn to wait.
Heberto Padilla, Fuera de Juego (La Habana: UNEAC, 1968), 5–14. — Henry Wadsworth Longfellow
En 2002, la revista Ínsula dedicaba un monográfico a la siempre contro-
vertida cuestión del compromiso en la poesía reciente en castellano.1 La
palabra ‘resistencia’ aparecía como el estandarte de una serie de poéticas
dispersas, variadas y minoritarias. Jorge Riechmann, Antonio Orihuela,
Méndez Rubio o Enrique Falcón compartían la oposición a un realismo
clausurado que imponía una claudicación anticipada ante el estado de
cosas existente.
Jorge Riechmann se singularizaba por su especial atención a la resis-
tencia ecológica. Hoy tiene ya una consolidada trayectoria como poeta,
filósofo moral y activo militante en el ecologismo sindical. En realidad,
todas sus actividades están relacionadas y no es posible desentrañar sus
posturas en un área al margen del conjunto de sus ref lexiones. Una serie
de nociones actúan como nudos que articulan una resistencia que no es
ni teórica ni política ni poética; si acaso, las tres cosas al mismo tiempo.
Comprehensivamente vital, impregna una serie de aproximaciones a la
realidad (teórica, política, poética) al tiempo que las integra y unifica.
1 Ínsula, ‘Los compromisos de la poesía’, 671–2 (2002). La obra de Riechmann es anali-
zada por Jonathan Mayhew en ‘Jorge Riechmann: Cuestiones de estética política’
(39–41).

6. 190 Margarita García Candeira La naturaleza como modelo de resistencia 191
Esta comunicación pretende esbozar una mirada sobre esa coherencia: en cable, Riechmann trata, mediante la poesía y el pensamiento ecológico, de
particular, examinar el modo en que su propuesta de la ‘biomímesis’ puede devolver a la actividad humana esas raíces con las que vincularla de nuevo
entenderse no sólo como un principio de actuación ecológica obediente a con la naturaleza y el ser.
un imperativo moral, sino como un modelo de comportamiento que arti- Para ello se sirve de la noción de ‘biomímesis’.7 En su diagnóstico de la
cula toda una política y una poética de resistencia. No es difícil ver en esta actual crisis ecológica mundial, Riechmann enfatiza el desencuentro entre
propuesta la puesta en práctica del postulado básico de la ecocrítica, que tecnosfera y biosfera denunciado por Barry Commoner y secunda a éste y
predica un estudio de la relación entre la literatura y el entorno desde una otros8 a la hora de proponer la biomímesis como principio de actuación
perspectiva no-antropocéntrica, así como un esforzado intento por vencer ecológica que garantizaría su futura reconciliación: ‘la economía humana
la inercia que ha mantenido estérilmente separadas las ciencias humanas debería imitar la “economía natural” de los ecosistemas […] a la hora de
de las naturales y que esta tradición denuncia.2 reconstruir los sistemas productivos humanos, con el fin de hacerlos com-
Riechmann parte ya de un principio biológico para ilustrar la idea patibles con la biosfera’.9
misma de resistencia en términos freudianos: la vida (Eros) como resis- Este principio general pronto se encarna en exigencias concretas. Una
tencia o freno a la muerte (Tánatos). Y no vacila en absoluto a la hora de mirada responsable a la naturaleza en su estado actual nos revela, inmedia-
precisar o identificar sus agentes actuales. Con Fromm, la vida es el Eros tamente, la conciencia de sus límites: la biosfera aparece como un espacio
del vínculo, la naturaleza y la poesía; con Marx y Benjamin, la muerte es el cercado que está siendo forzado por un crecimiento material que ya no
capital y la mercancía. ‘La vida es, sencillamente, lo contrario del marketing’, puede soportar. ‘El mundo está lleno’,10 dice Riechmann simplificando
dice en Rengo Wrongo.3 A esta formulación subyace un enfrentamiento las conclusiones terminantes de informes de la ONU acerca del estado
entre el tener (el modo de las cosas) y ser (el modo de lo humano).4 La exhausto de la biosfera.11 Imitar a la naturaleza hoy implica respetar sus
búsqueda desaforada de lo primero al margen de lo segundo ha impulsado límites y detener un progreso que amenaza con volverse suicida: es la idea
al dominio incontrolado de la naturaleza en ese ‘reto impúdico de ciencia de la autocontención. Se impone la tarea de hacer hueco, liberar espacio
sin raíces’5 que ya lamentaba Lorca en 1929 y que los filósofos de Frankfurt
analizaban en su crítica a la razón instrumental.6 Frente a la primacía de
los medios emancipados de los fines, pero también frente a las alternativas 7 La biomímesis garantizaría cinco vías de sustentabilidad básicas: ‘1. Vivir del sol
que propugnan una vuelta (imposible) a una naturaleza inmaculada e into- como fuente energética. 2. Cerrar los ciclos de materiales. 3. No transportar dema-
siado lejos los materiales. 4. Evitar los xenobioticos … 5. Respetar la diversidad’. En
J. Riechmann, ‘Biomímesis. Un concepto esclarecedor, potente y persuasivo para
pensar la sustentabilidad’, El Ecologista 36 (2003), 29–30.
2 Glotfelty y Fromm definen la ecocrítica como ‘an earth-centered approach to literary 8 Riechmann toma el concepto de ‘biomímesis’ de: B. Commoner, El círculo que se
studies’ (xviii) que pretende recuperar el perdido diálogo entre el humanismo y el cierra (Barcelona: Plaza & Janés, 1973), J. Benuys, Biomimicry: Innovation Inspired
estudio científico, en el volumen fundacional de la disciplina dentro de la tradición by Nature (Nueva York: HarperCollins, 2002) y G. Friend, ‘Ecomimesis: copying
estadounidense: C. Glotfelty y H. Fromm (eds), The Ecocriticism Reader: Landmarks ecosystems for fun and for profit’, en http://www.natlogic.com/resources/nbl/v05/
in Literary Ecology (Athens: University of Georgia Press, 1996). n04.html.
3 J. Riechmann, Rengo Wrongo (Barcelona: DVD, 2008), 3. 9 Riechmann, ‘Biomímesis’, 28.
4 E. Fromm, ¿Tener o ser? (México: Fondo de Cultura Económica, 2006). 10 J. Riechmann, Biomímesis (Madrid: Catarata, 2006).
5 F. García Lorca, Poeta en Nueva York (Madrid: Austral, 1993). 11 Es el diagnóstico que se viene repitiendo en Los Límites del Crecimiento, el informe
6 T. Adorno y M. Horkheimer, Dialéctica de la Ilustración, 7ª ed. (Madrid: Trotta, que elaboró el Club de Roma en 1972 a petición de la ONU, el Informe Brundtland
2005); M Horkheimer, Crítica de la razón instrumental (Madrid: Trotta, 2002). (1987) y el Informe de Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (2005).

7. 192 Margarita García Candeira La naturaleza como modelo de resistencia 193
natural. El ‘no llenarlo todo’ vehicula pues, una opción de resistencia global contra todo pronóstico, ‘sucede / la bondad / y relumbra un instante o
que articula una opción de convivencia con los demás seres vivos e implica, dos / entre el oxígeno del porvenir y la madreselva’. La naturaleza ofrece
directamente, una opción de justicia social e igualdad. Además, una econo- ejemplos de otro orden posible que contrarían no sólo la lógica del capi-
mía biomimética y autocontenida evitaría la utilización productivista de la talismo voraz sino también la visión de esta como selva de aniquilación
naturaleza y conduciría a una ‘economía de estado estacionario’ que, pese a que ha sido naturalizada por los discursos del poder. Raymond Williams
las connotaciones de estancamiento, permitiría un control del crecimiento explicaba cómo las ideas sobre la naturaleza eran, en realidad, ideas sobre
material caracterizado por ‘la dinámica evolutiva, el surgimiento continuo el hombre y la sociedad:
de lo nuevo y la diversidad inacabable que enriquece la experiencia’.12
Pero además la biomímesis y la autocontención se relacionan con la The social jungle, the rat race, the territory-guarders, the naked apes: this, bitterly,
was how an idea of man re-entered the idea of nature. A real experience of society
resistencia mediante la idea del hueco o vacío como condición para la emer- was projected, by selective examples, on to a newly alienated nature […] Ideas of
gencia de lo nuevo que de modo genérico se localiza en la base de las políti- nature, but these are the projected ideas of men.15
cas del acontecimiento de Badiou y Derrida; también en ciertas poéticas
cercanas al surrealismo como la de Riechmann. El pájaro de Wrongo, alterego de Riechmann, rompe con esta mani-
La naturaleza, al preservar el vacío, posibilita el advenir y el devenir de pulación de la falacia naturalista, y quiebra el círculo vicioso del capital:
lo nuevo;13 es sede privilegiada del acontecimiento. En El ser y el acontec-
imiento y La ética,14 el filósofo francés Alain Badiou expone su teoría de la Quienes creen
resistencia a partir de la ‘ética de las verdades’. Badiou postula que el estado que en el mundo sólo hay cazadores y presas
contribuyen eficazmente a crear ese mundo abominable
de cosas imperante puede verse quebrado por la emergencia súbita de una donde sólo hay cazadores y presas.
verdad que sucede como suplemento un tanto accidental pero inmanente Pero en el mundo, claro, hay mucho más
a una situación determinada. La conciencia de esa verdad convierte al ser – se decía Wrongo absorto en la belleza
humano en sujeto, y la continuidad – siempre discontinua – de tal condi- de los tres pájaros posados un instante
ción dependerá de su perseverancia en la vivencia y proclamación de esa sobre la antena de la televisión.16
ruptura liberadora que la verdad ha originado: a través de ella se filtra un
reino futuro de lo posible que problematiza el imperio instaurado de lo real, De igual modo, frente a la lógica depredadora, el poeta celebra la irrup-
concebido como panorama inamovible que invita al desaliento. ción del milagro en la noticia de que en Kenia una leona crió a un antílope.
La poesía de Riechmann nos presenta el reino de la naturaleza como Un verdadero acontecimiento que instaura una ‘norma nueva’ y que invierte
el espacio privilegiado de ese acontecimiento que es la resistencia: en él, el imperio de lo existente sobre el de lo posible: ‘Hoy festejamos – dice – lo
nuevo del mundo nuevo / que contra todas las probabilidades probables /
12 Riechmann, ‘Biomímesis’, 31.
13 Esta posibilidad cuestiona una tradición aristotélica que relaciona a la naturaleza con
la completitud y que encuentra su expresión en el axioma ‘La naturaleza aborrece el 15 R. Williams, ‘Ideas of Nature’ en Problems in Materialism and Culture (Londres:
vacío’, alrededor del cual se produjo un intenso debate en la revolución científica del Verso, 1982), 82. Ver también, del mismo autor: El campo y la ciudad (Buenos Aires:
siglo XVII y que cuajaría en el ‘horror vacui’ de cierta estética barroca. Paidós, 2001) y la entrada ‘nature’ en Keywords: A Vocabulary of Culture and Society
14 A. Badiou, La ética (México: Herder, 2004); El ser y el acontecimiento (Buenos Aires: (Londres: Fontana, 1976).
Manantial, 2007). 16 Riechmann, Rengo Wrongo, 29.

8. 194 Margarita García Candeira La naturaleza como modelo de resistencia 195
no cesa un solo instante de nacer’.17 En todas las situaciones, la naturaleza darwiniana desde dos puntos de vista. Por una parte, explica que ciertos
aparece como ejemplo de una resistencia contumaz y efectiva. Se elogia ‘¡el rasgos de un organismo no son sino consecuencia colateral del trabajo
mérito que tiene ser árbol / en una ciudad como Madrid!’18 y se destaca evolutivo, e ilustra esta hipótesis llamando la atención sobre el surgimiento
que ‘En el puerto / las gaviotas aún no comen basura’.19 de los paneles de la iglesia de San Marcos de Venecia como un elemento
No obstante, frente a la irrupción un tanto arbitraria del aconteci- arquitectónico no conscientemente concebido por el arquitecto, sino apa-
miento en Badiou,20 que relegaría a una actitud de pasiva esperanza, en recido como producto secundario del estudiado diseño de los arcos.21 En
la naturaleza de Riechmann el vacío que acoge la emergencia inaudita del segundo lugar, su teoría del equilibrio puntuado se opone al gradualismo
acontecimiento no apunta al milagro gratuito, sino a una contingencia o sosteniendo que la dinámica de la evolución está dominada por largos
azar que pertenece a las leyes del trabajo y de la evolución que la naturaleza periodos de estabilidad que se equilibran después con una fase de rápido y
ejerce constante y voluntariosamente. De ahí se desprende una apreciación drástico cambio.22 La atención de Riechmann a las teorías evolutivas con-
del esfuerzo y de la voluntad que permite una opción resistente activa, de trasta con la fuerte reticencia extendida dentro del humanismo a aceptar
trabajo acechante. el legado darwiniano, basada en el errado prejuicio que lo iguala con un
Frente al determinismo mecanicista evolutivo, Riechmann basa su idea determinismo absoluto que recuperaría un indeseable imperio del destino
del funcionamiento de la naturaleza en dos paradigmas complementarios o la providencia sobre la libertad humana.23
que acogen la intervención constructiva del azar en la emergencia de lo
nuevo. Por un lado, la teoría de sistemas concibe la biosfera en términos
de complejas pautas organizativas en las que existen discontinuidades y 21 S.J. Gould y R.C. Lewontin, ‘The Spandrels of San Marco and the Panglossian
propiedades emergentes que aparecen totalmente desligadas e imprevisi- Paradigm: A Critique of the Adaptationist Programme’ en Proceedings of the Royal
bles partiendo del conjunto anterior, pero que surgen como producto de Society of London 205.1161 (1979), 581–98.
una labor de interacción constante dentro de él. Por otra parte, Riechmann 22 S.J. Gould y N. Eldredge, ‘Punctuated Equilibria: An Alternative to Phyletic
Gradualism’, en T.J.M. Schopf (ed.), Models in Paleobiology (San Francisco: Freeman,
hereda de Stephen Jay Gould y otros científicos afines el énfasis en el papel Cooper and Company), 82–115.
del azar dentro de la evolución, lo que le permite acabar de configurar 23 Glen A. Love constata que ‘Evolution is not popular’ debido a que ha sido ‘wrongly
una apuesta materialista que rechaza al tiempo cualquier arbitrariedad y assumed to confirm determinism’ en G. Love, Practical Ecocriticism (Charlottesville:
cualquier recurso a la trascendencia. Gould revisa la teoría de la evolución University of Virginia Press, 2003), 66. Es una reedición de la vieja disputa clásica,
medieval y renacentista entre fortuna, providencia, azar y sus implicaciones para el
margen de libertad que resta a los hombres. Si en la Antigüedad clásica los avatares
humanos se concebían sometidos a una necesidad cósmica, al comienzo de la era cris-
17 J. Riechmann, Con los ojos abiertos (Madrid: Catarata, 2004), 308. tiana se intenta concilia la omnipotencia divina con la capacidad de juicio y el libre
18 J. Riechmann, El día que dejé de leer El País (Madrid: Hiperión, 1997), 35. albedrío humanos. Los humanistas del siglo XIV defendieron la capacidad de inter-
19 Riechmann, El día que dejé de leer El País, 97. vención humana en su destino como parte de su dignidad, articulando una ref lexión
20 La independencia absoluta entre la situación y el acontecimiento que defiende Badiou sobre la responsabilidad del hombre en los acontecimientos políticos e históricos. Al
ha sido criticada por su posible remisión a la arbitrariedad o a la intervención de una considerar el papel del azar como producto del trabajo, las teorías evolutivas trazan
trascendencia en el milagro, así lo hace Daniel Bensaid en Resistencias. Ensayo de una nueva llamada a la actividad y al compromiso, que Riechmann hereda. Para un
topología general (El Viejo Topo, 2007), 113. Por el contrario, Nick Srnicek deduce de estudio más detallado de las posiciones fundamentales en este debate secular, véase
la obra del primero una política anterior al acontecimiento, en ‘What is to be done? Antonino Poppi, ‘Fate, fortune, providence and human freedom’, en C. Schmitt
Alain Badiou and the pre-evental’, Symposium: Canadian Journal of Continental (ed.), The Cambridge History of Renaissance Philosophy (Cambridge: Cambridge
Philosophy 12.2 (2008), 110–26. University Press, 1996).

9. 196 Margarita García Candeira La naturaleza como modelo de resistencia 197
Además, en esta concepción del azar como motor que coparticipa activa contingente de una evolución que no se apoya en nada previo, en ‘ninguna
y positivamente en el trabajo evolutivo radica el punto de unión esencial con constatación’ u horizonte de espera, sino tan sólo en la actitud de fervoroso
una teoría del acontecimiento que no desliga el milagro de la historia pero voluntarismo que debe acompañar al trabajo evolutivo.
que tampoco lo subordina a su marcha factual y positivista, sino más bien a
una serie de rupturas provocadas por la emergencia de lo nuevo. No resulta Algunos arbustos, algunos árboles se adelantan siempre a la primavera. Almendros,
retamas, ginestas, endrinos, albaricoqueros: vuestra f loración temprana no se apoya en
difícil establecer una conexión con la filosofía de la historia de Derrida ninguna constatación, sino que supone un arriesgado acto de fe, una ferviente apuesta
expuesta en Espectros de Marx. Éste, para rebatir la teleología de discursos para que el acontecimiento finalmente esperado sea. Apuesta donde os lo jugáis
postmodernos como el del fin de la historia, recordaba la lectura marxista todo: alguna helada de marzo ¿no acabará abrasando los audaces brotes expuestos?
de la historia, en especial la anacronía rítmica con que se manifestaban los Uno puede abrevarse en la abstracta sombra dulcísima que proyectáis estos días, tan
acontecimientos revolucionarios, para postular otra historicidad basada nutritivamente. Hay algo de ese voluntarismo irremediable en todas las búsquedas
precisamente en esa frecuencia revolucionaria que configura un tiempo que atina a emprender el ser humano.27
disyuntado, ‘out of joint ’.24 Esta apertura de la historia a la acontecibilidad
Es precisamente ese voluntarismo, que reúne fe y esforzado trabajo, el
enlaza con un mesianismo25 que propugna una ‘espera sin horizontes de
que la naturaleza ofrece como guía para que el hombre pueda también crear
espera’ relacionada con el acecho y el voluntarismo.26
el vacío que posibilite la emergencia de lo inaudito. Si la naturaleza trabaja
Estos puntos de unión entre la concepción de la naturaleza y la filosofía
el milagro, el hombre también debe hacerlo. La idea de que el aconteci-
de la historia expuesta se ponen de manifiesto en ‘Voluntarismo vegetal’:
miento tiene en cuenta el azar, pero que este se halla íntimamente ligado a
el acontecimiento del f lorecer procede por una dislocación de la lógica
la actividad y al trabajo voluntarioso remite en Riechmann a la actividad
temporal progresiva, pero aparece también como consecuencia azarosa o
humana como requisito indispensable del milagro, pero también a una
idea de la naturaleza ya no sólo como espacio privilegiado de esta actividad,
sino como producto de ella. Riechmann emplea la imagen del jardín como
24 J. Derrida, Espectros de Marx (Madrid: Trotta, 1995), 129. metáfora del acontecimiento que representa la integración e intervención
25 Julián Jiménez Hef fernan trata el tema del mesianismo y su relación con la resistencia armónica del hombre en la biosfera. Pero ‘LOS JARDINES’, dice, en contra
en Jorge Riechmann y Antonio Méndez Rubio en ‘Las puertas mal cerradas: intem-
de los postulados de corrientes ecologistas reaccionarias como la deep ecol-
perie y utopía en Riechmann y Méndez Rubio’, Prosopopeya 5 (2006–7), 145–73.
26 Derrida, Espectros, 188. Derrida repasa El 18 Brumario de Luis Bonaparte, donde ogy, ‘SON ONTOLÓGICAMENTE IMPOSIBLES’.28 Deben ser fruto
Marx explica cómo los hombres construyen la historia respondiendo a ciertas heren- del cultivo esmerado. No es casual que el poeta una la imagen del jardín
cias revolucionarias. Cada acontecimiento implica un momento de conjuración del a la del imprevisto advenido, en el verso ‘el jardín de lo inesperado’. Y el
espectro, esa herencia, pero a continuación sigue uno de amnesia y abjuración, medi- milagro de lo inesperado es también un ‘jardín fresquísimo’ que adviene
ante el cual el espectro se transforma en espíritu, se domestica y se anula su potencia como suplemento a los esfuerzos cotidianos y controlados del hombre
revolucionaria. Más que en una revolución pasada, Derrida intuye la necesidad de
localizar al espectro en el porvenir, postulando así su teoría de ‘lo mesiánico sin
sobre el entorno:
mesianismo’ (88), que emplaza a una actitud de apertura y hospitalidad acechante:
‘Abierta, en espera del acontecimiento como justicia, dicha hospitalidad no es abso-
luta más que si vela por su propia universalidad. Lo mesiánico, incluso bajo sus
formas revolucionarias (y lo mesiánico siempre es revolucionario, debe serlo), sería
la urgencia, la inminencia, pero, irreductible paradoja, una espera sin horizonte de 27 J. Riechmann, Conversaciones entre alquimistas (Barcelona: Tusquets, 2007), 103.
espera’, 188. 28 Riechmann, Con los ojos abiertos, 95.

10. 198 Margarita García Candeira La naturaleza como modelo de resistencia 199
uno que apacienta milagros minusválidos, remite ahora a una percepción de la realidad inédita, pero nunca gratuita,
describe una cereza, deletrea un poco de yogur, que abra en el estado de cosas real una fisura por la que se deslice lo posible.
y con todo lo anterior
traza las lindes de un jardín fresquísimo
Y esta tarea también tiene relación con la historia, donde la evolución da
donde pasar la tarde.29 nuevamente resultados inesperados y gratificantes.
Frente a otros referentes enaltecedores acuñados por la tradición,
No es difícil identificar la imagen del jardín ontológicamente imposible Riechmann escoge la figura natural y prosaica del topo para vincularla
y fruto de lo cultivado con las ideas de Williams y Lefebvre. Con su con- con el símbolo escogido por Marx para ilustrar el poder mismo de la resis-
cepto de ‘producción del espacio’, el francés mostraba cómo toda idea del tencia: horada las estructuras de la historia mediante una labor subterránea
espacio era, en contra de la falacia naturalista, una interpretación mediante lenta pero infatigable.33 El topo hace gala de ese voluntarismo congénito
la que el hombre efectuaba una manipulación de éste.30 Examinando las al milagro al combinar un trabajo arduo con la fe inherente a su ceguera:
diversas interpretaciones de la naturaleza en ‘Ideas of nature’, Williams31 ‘los poetas en cambio’, dice, ‘son animales de olfato […] como topos miopes
explicaba que la separación entre el hombre y esta era ya imposible desde el y confusos / excavan galerías husmeando / en busca de algunos vegetales
momento en que el trabajo del primero estaba totalmente imbricado con la comestibles’.34
tierra y hacía de ella ya un producto; cabía tan sólo examinar la calidad de El topo tiene que hallar lo nuevo en un mundo también lleno, el de
ese producto para ref lexionar sobre las condiciones del trabajo realizado. la tierra rígida y compacta del lenguaje esclerotizado, de las calcificaciones
Algo que Riechmann tiene muy en cuenta al prescribir las consignas de creadas y posteriormente naturalizadas por el poder. El lenguaje está lleno,
autocontención y límites: estas son necesarias ya no sólo para preservar, y es necesario higienizarlo. Tanto Badiou como Derrida son conscientes
sino incluso para generar la posibilidad del vacío, de la contingencia o del de los peligros de la totalización y del afán de exhaustividad en el empleo
azar que permita el milagro del acontecimiento: que siga siendo posible el del instrumento lingüístico. Por ello, al poeta-topo se le impone la tarea
jardín.32 de afanarse trabajosamente en el magma de este lenguaje totalizador. Así,
Algo que se pone de manifiesto en la poética. Al poeta le corresponde ‘excava, excava / buscando los huecos que faltan / a lo completo’35 en busca
trabajar y hacer sitio para el vacío: el hueco necesario para crear lo nuevo, que de la verdad depositada en una palabra que, definida como ‘lo abierto’ que
‘acoge’36 y ofrece, por tanto, la hospitalidad que Derrida y Badiou conside-
29 J. Riechmann, Poema de uno que pasa (Valladolid: Fundación Jorge Guillén, 2003),
41. 33 En El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (1852), Marx simboliza en la excavación
30 H. Lefebvre, The Production of Space (Oxford: Blackwell, 1991). continua del topo el poder horadador que la resistencia ejerce en el subsuelo de la
31 Williams, Problems, 78. historia. El topo es un motivo hamletiano había sido objeto de tratamiento filosó-
32 Riechmann se une a las precauciones de la ecocrítica frente al constructivismo extremo fico por Hegel y Nietzsche; posteriormente, Bensaid realiza su estudio Resistencias.
de cierto postmodernismo Aún aceptando que la idea de la naturaleza obedece a Ensayo de topología general partiendo de esta imagen. Negri y Hardt consideran que
una construcción social, existe en ella un componente material y físico irreducible a las excavaciones del topo deben ser sustituidas por las ondulaciones de la serpiente
cualquier construcción, y, además, avisa de que no todas estas construcciones sociales para lucharcontra las mutaciones del capitalismo en la era global (‘Marx’s Mole is
hechas de la naturaleza son igualmente válidas. La controversia que la ecocrítica ha Dead!’ http://www.eurozine.com/articles/2002-02-13-hardtnegri-en.html).
planteado sobre este tema (resumida en Practical ecocriticism) tiene su eco en el 34 Riechmann, Rengo, 60.
debate sostenido, entre Fernando Savater y el propio Riechmann, que este resume 35 Riechmann, Poema, 27.
en el capítulo IV de Un mundo vulnerable (Madrid: Catarata, 2000). 36 Riechmann, Poema, 29.

11. 200 Margarita García Candeira La naturaleza como modelo de resistencia 201
ran necesaria para hacer advenir el acontecimiento, para acoger lo inaudito Desear
y milagroso de una nueva percepción. que siga existiendo el mundo para que siga existiendo
toda la belleza del mundo
Hacer espacio significa, evidentemente, arrinconar y eliminar lo inser- es una ingenuidad
vible. Por ello, una de las vías privilegiadas de acción del topo será la explo-
ración de las contradicciones que alberga el uso naturalizado del lenguaje a la que no renunciamos
para denunciar su carácter falaz. La primera operación es pues, destructiva
o negadora porque el no mantiene abierto el espacio de la posibilidad. En (In
El día que dejé de leer El País, Riechmann escoge este método de cues- genuo significa
etimológicamente
tionamiento mediante collages que, implicando a veces una intervención nacido libre)38
mínima del poeta, denuncian a las claras las malévolas implicaciones de
expresiones totalmente asumidas por el automatismo de la percepción Otra mirada sobre lo real se ha producido: lo posible ha surgido no como
cotidiana. Lo nuevo sucede aquí como descubrimiento de lo inicuo de fruto de la inocencia infantil o de la candidez irresponsable, sino de la
esta: ‘armas inhumanas’.37 misma libertad por la que se resiste.39
Una segunda tarea fundamental recupera la historia ya no solo como El topo también indaga en las raíces de la lengua y la literatura, con
ámbito en el que el topo ejerce su labor perforadora, sino también vin- el mismo objetivo de conseguir una perspectiva nueva que haga primar lo
culándola con la idea, sostenida por el pensamiento de Riechmann en posible sobre lo real. El Mallarmé de Un golpe de dados se combina con la
relación con Gould y Derrida, de que esta alberga la posibilidad del exploración etimológica para demostrar que:
sobresalto de lo nuevo. También en el ámbito del lenguaje la evolu-
ción ofrece resultados inesperados que sugieren nuevas relaciones en Uno que sabe
las que lo real queda desmentido por la perspectiva de lo posible. El que la palabra azar viene del árabe f lor
vía el golpe de dados40
poeta-topo acomete incansable la excavación literal de las raíces de las
palabras mediante la etimología, con el objetivo de encontrar por esa
Si en un momento anterior veíamos cómo el azar estaba incluido en la diná-
vía la novedad de una percepción inédita, más positiva no por proceder
mica de la evolución de la naturaleza, ahora vemos que la evolución de la
de un origen inmaculado sino por ofrecernos una interpretación de la
lengua sigue el mismo paradigma. El lenguaje copia a lo natural dejando que
realidad más adecuada para su transformación. Otra realidad posible se
se filtre el azar entre sus procedimientos: si este pertenecía a la intervención
abre paso cuando el significado dominante, preñado de resignación y
de la naturaleza, ahora vemos que la misma palabra ‘azar’ aparece como
desengaño, es arrinconado por la emergencia de un sentido nuevo que
consecuencia literalmente azarosa de un proceso evolutivo, pues remite
surge inédito como posible, como acicate, como sueño. Al indagar sobre
a una raíz común árabe (‘zahr’) que tuvo dos sentidos simultáneos: f lor y
la palabra ‘ingenuo’:
38 J. Riechmann, Muro con inscripciones (Barcelona: DVD, 2000), 86–7.
39 Este afán por desautomatizar la percepción de lo real como paso previo a su transfor-
mación radical remite a los supuestos surrealistas, de los que Riechmann se distancia
al rechazar un origen inmaculado o un estado edénico recuperable.
37 Riechmann, El día, 82. 40 Riechmann, Poema, 23.

12. 202 Margarita García Candeira La naturaleza como modelo de resistencia 203
una de las caras del dado (aquella en la que estaba pintada la f lor).41 Además pero no como acción gratuita o ligada a una trascendencia sino como ele-
Riechmann está evocando dos momentos de Mallarmé: ‘Un coup de dés mento que debe ser procurado colateralmente por una tarea incansable.
jamais n’abolira le hasard’42 y ‘Je dis: une f leur! et, hors de l’oubli où ma voix Esta consiste en el trabajo productivo controlado y en la indagación en las
relègue aucun contour, en tant que vuelque chose d’autre que les calices sus, estructuras y la historia del lenguaje. Sólo como fruto de esta labor espe-
musicalement se lève, idée même et suave, l’absente de tous bouquets’.43 ranzada puede surgir lo nuevo, lo inesperado, en forma de un advenimiento
La f lor ausente y el azar que una tirada de dados nunca abolirá: el reino de lo posible que contraste con lo existente, al modo de ese ‘pájaro que no
de lo ausente evocado por el lenguaje y el reino de lo siempre presente, el vino y cómo canta’ que celebra Riechmann.44 Pues, como dice Derrida, ‘la
azar, conectados irremisiblemente mediante el vínculo etimológico que el existencia o la esencia presentes no han sido nunca la condición, el objeto
topo descubre en una de esas galerías subterráneas o vasos comunicantes. o la cosa de la justicia’.45
La f lor como ausencia que el azar puede hacer advenir mediante la inves-
tigación lingüística. En su búsqueda de las raíces de las palabras, el topo
descubre el papel del azar que da lugar al poema, sobrevenido también
como descubrimiento (azaroso) de una nueva percepción. Y esta nueva Referencias
percepción origina una grieta en lo real, la palabra azar, para deshabitarla
de cualquier connotación de caos o arbitrariedad y relacionarla, apelando
a la historia de la lengua, con el f lorecimiento de otro sentido posible, ver- Adorno, Theodor, y Max Horkheimer, Dialéctica de la Ilustración (Madrid: Trotta,
dadero y emancipador: el de la palabra ‘f lor’. En el fondo, se trata de la vieja 2005).
aspiración mallarmeana de dar un sentido más puro a las palabras de la tribu Badiou, Alain, La ética (México: Herder, 2004).
despojado de cualquier pretensión elitista, para higienizar un vocabulario Badiou, Alain, El ser y el acontecimiento (Buenos Aires: Manantial, 2007).
Bensaid, Daniel, Resistencias. Ensayo de topología general (El Viejo Topo, 2007).
lleno por las petrificaciones de lo real abriendo las puertas, mediante esa
Benuys, Janine, Biomimicry: Innovation Inspired by Nature (Nueva York: HarperCollins,
tarea de indagación en el lenguaje y su historia, a la dimensión de lo posible 2002).
que (aún) no es. Commoner, Barry, El círculo que se cierra (Barcelona: Plaza&Janés, 1973).
En esa vocación conf luyen naturaleza y resistencia política y poética. Corominas, Joan, Diccionario crítico etimológico castellano e hispano (Madrid: Gredos,
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spondiente a ‘Azar’: ‘No es inverosímil que en árabe mismo designara zahr inicialmente
una de las caras del dado, pues se trata de la misma palabra que en el árabe clásico
significa ‘f lor’, objeto quizá pintado en esa cara’. En J. Corominas, Diccionario crítico
etimológico castellano e hispano (Madrid: Gredos, 1980) 432.
42 S. Mallarmé, Oeuvres complètes (Paris: Gallimard, 1996), 453. 44 Riechmann, Con los ojos abiertos, 146.
43 Mallarmé, Oeuvres complètes, 368. 45 Derrida, Espectros, 195–6.

13. 204 Margarita García Candeira
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