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Reflexión sobre los paisajes simulados
1.
2. Paisajes simulados Técnicas aplicadas al planeamiento.
María Manso Fernández 2
Índice.
1. El concepto de los paisajes simulados. ................................................... 3
2. La producción de los paisajes simulados. ............................................... 4
2.1 La imagen.......................................................................................... 5
2.2 Intereses intrínsecos en la producción de paisajes simulados........... 6
2.3 Metodologías para producir paisajes simulados. .............................. 6
3. El ejemplo de Eurovegas....................................................................... 10
4. Conclusiones ........................................................................................ 13
5. Bibliografía ........................................................................................... 14
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María Manso Fernández 3
1. El concepto de los paisajes simulados.
“Nos estamos enfrentando a la experiencia de una nueva cultura mediática en la cual
las distancias son cada vez más cortas hasta el punto de hacerse instantáneas. Una
cultura mediática caracterizada por el hecho de que la reproducción de imágenes, con
toda clase de mecanismos, hace que estas dejen de estar vinculadas a un lugar
específico y que fluyan, de forma errática, a lo largo y ancho del planeta” (Solà-
Morales, 1995).
Estas palabras de Solà-Morales nos introducen perfectamente el concepto de paisaje
simulado, que es lo que aquí consideramos un paisaje como producto de la
reproducción de imágenes.
Un paisaje que se simula, es un paisaje que se desvincula de la identidad, de lo
relacional, y de lo histórico de un lugar, dejando de ser una cualidad local del mismo.
Podríamos decir inclusive, que el paisaje simulado, no es un tipo de paisaje, ni
tampoco constituye una característica del mismo, es más bien una negación del
concepto real de paisaje. Pues para ser paisaje tiene que estar ligado al lugar, no es
paisaje solo lo que se ve.
El paisaje resulta de la compleja interacción entre la naturaleza y el hombre, engloba el
pasado pero vive en el presente, contiene atributos físicos pero en relación a valores
asociativos, sociales y económicos.
Es una realidad dinámica en naturaleza, tiempo, sociedad y cultura, pero ligado a un
determinado lugar, con propiedades locales como creadoras y portadoras del paisaje.
La idea de paisaje simulado, se apoya en los estudios de dos autores. Tiene relación
con el concepto del “No lugar” presentado por Marc Augé, y con los paisajes que
Francesc Muñoz denomina “paisajes aterritoriales”.
Por “No lugar”, Marc Augé entiende “un espacio que no puede definirse ni como
espacio de identidad, ni como relacional, ni como histórico.” (1) El No lugar responde a
dos realidades, la de los espacios constituidos con relación, a fines concretos como
pueden ser el ocio o el comercio y la de, la relación que los individuos mantienen con
esos espacios. (2)
Son caracterizados por la transitoriedad y por tanto, no tienen suficiente importancia
para ser considerados como “lugares”. Carecen de la configuración de un espacio, son
circunstanciales, prácticamente definidos por el pasar de los individuos. Donde la
comunicación se realiza de una forma “artificial”.
Por otro lado, Francesc Muñoz introduce la idea de “paisajes aterritoriales”, paisajes
que no pertenecen a ningún lugar, son paisajes que se introducen en un ambiente
distinto al original y pierden toda relación con el.
(1) y (2). AUGÉ, Marc. Páginas 83 y 98 respectivamente. Capítulo 2.”El lugar antropológico” en “Los No
Lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad”. Ed. Gedisa, Barcelona
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Expone como causas de este suceso, que los cambios estructurales en la economía y el
uso de la tecnología, más el desarrollo del transporte y las telecomunicaciones,
generan dispersión en la población, en la producción y en el consumo sobre el espacio,
provocando lo que se puede llamar “desconcentración espacial”. En consecuencia, se
desarrollan nuevos tipos de centralidad urbana que producen Indiferentismo espacial
(3), y esto a su vez, produce paisajes aterritoriales.
El término “indiferentismo espacial” hace referencia a la aparición de semejanzas
morfológicas entre espacios que en el pasado se concibieron como diferentes.
- Por un lado, indiferentismo espacial comparando espacios tipológicos
concretos en ciudades diferentes.
- Por otro, indiferentismo espacial entre áreas con diferentes grados de
urbanización. Encontrando características urbanas en territorios no concebidos
como urbanos.
Generando paisajes como resultado de sucesivos “copiar y pegar” absolutamente
independientes del lugar porque ya, no tienen ninguna obligación de representarlo ni
significarlo; son paisajes ‘desanclados’ del territorio. Es cómo si al hacer muchas
reproducciones de un objeto, la autenticidad del objeto original desapareciera.
Francesc Muñoz, también explica en relación a estas ideas, el concepto de
urbanalización, resultado de la especialización funcional, la segregación de la forma
urbana y la tematización del paisaje, la ciudad experimenta un proceso de
simplificación y banalización que afecta tanto al territorio como a quienes lo habitan.
Define Urbanalización como el “lugar en el cual la imagen ha conseguido la ocupación
total de la vida social. La relación con la imagen no sólo es visible si no que es lo único
visible” (4).
Estos conceptos interactúan generando lo que aquí denominamos “paisajes
simulados”. Y que son el resultado de muchos procesos de renovación urbana.
Los paisajes simulados son el resultado de la interacción entre paisajes aterritoriales
y los No Lugares.
Constituyen paisajes aterritoriales porque se desvinculan de su lugar, se trasladan y
copian de un territorio a otro mediante la reproducción de imágenes; y a su vez, las
imágenes reproducidas constituyen contenedores de ocio y consumo, es decir,
imitan a los “No lugares”, a los espacios de transitoriedad que no pueden
considerarse como “lugares”.
Esta reproducción de imágenes se tematiza y se lleva a cabo mediante metodologías
estandarizadas, y por tanto, estos procesos se simplifican, lo cual aporta más
eficacia a la simulación de los paisajes como imágenes.
(3) MUÑOZ, Francesc. Página 49. Capítulo 2: “La ciudad multiplicada, la ciudad de los territoriantes” en
“Urbanalización. Paisajes comunes, lugares globales”. Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2008.
(4) MUÑOZ, Francesc. Página 189. Capítulo 5: “Banalscapes, los paisajes de la urbanalización” en
“Urbanalización. Paisajes comunes, lugares globales”. Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2008
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2. La producción de los paisajes simulados.
2.1 La imagen.
Los paisajes simulados reproducen las imágenes de paisajes determinados.
La imagen, que constituye parte de un paisaje, es solo la parte visual del mismo, sin
embargo, llegan a confundirse e intercambiar los conceptos en muchas ocasiones.
El paisaje tiene un carácter frágil y vulnerable gracias a su condición visual, a la imagen.
Si queremos definir imagen, nos referimos a la representación figurativa de una cosa,
o bien, a la representación visual que manifiesta la apariencia visual de un objeto real
o imaginario.
Se podría decir que es la representación de una realidad captada a través de los
sentidos. Las imágenes son captadas por nuestra vista, y permanecen allí, o pueden
luego plasmarse sobre un lienzo, o un papel, por ejemplo. Pueden también ser
captadas por una lente óptica o reflejadas en un espejo.
Son entonces, copias de las realidades más o menos fidedignas, ya que no es lo mismo
una foto que un dibujo, que captan sus características esenciales, pudiendo diferir en
sus accidentes.
En términos de paisaje, la imagen es solo la representación más o menos fidedigna del
mismo, pues esta es captada por los sentidos, y por tanto, dependería de la percepción
visual de cada uno, por una parte. Y por otra, por que la imagen solo manifiesta la
apariencia visual del paisaje, no puedo mostrar la interacción entre el hombre y la
naturaleza en ese paisaje, ni sus propiedades locales e intrínsecas.
Por tanto, cuando vemos una fotografía de un paisaje, estamos viendo la imagen de
ese paisaje, pero no el paisaje en si mismo, este no es reproducible ni transportable.
En consecuencia, es importante reconocer que los paisajes que se simulan, los paisajes
de “catálogo”, no son paisajes, son imágenes.
La utilización de la imagen en la producción de paisajes simulados, se debe a su
carácter inmediato. Pues para “producir” paisaje solo se está teniendo en cuenta las
características físicas y formales de fácil lectura y comprensión para la población. Se
busca un paisaje que sea bonito, que sea “atractivo a simple vista”.
Por ejemplo, dentro de una economía globalizada en la que los núcleos urbanos
compiten por atraer turismo y conseguir mayores beneficios económicos, tener una
imagen atractiva de ciudad se ha convertido en primordial. Intentando convertir a la
ciudad en un referente, en una “marca”.
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Lo que conlleva a realizar procesos similares en todas ellas, simulando los mismos
mecanismos y generando imágenes similares, alejadas de las tradiciones locales de
cada ciudad.
2.2 Intereses intrínsecos en la producción de paisajes simulados.
Aclarado que lo que se reproduce no son paisajes si no imágenes, cabe ahora estudiar
porque se despierta tanto interés por la reproducción de determinadas imágenes.
Factores que aportan complejidad al concepto de paisaje, como “la variedad de
agentes implicados en la gestión del paisaje, con distintos objetivos y diferentes
percepciones de la población, desde la gente local, hasta los usuarios y los
demandantes del paisaje” ayudan a que se comercialice con el paisaje, constituyendo
un producto más dentro de la oferta y la demanda.
Por otro lado, el carácter inmediato de la imagen incita a que se utilicen ellas en
representación del paisaje.
Decíamos que por ejemplo, tienen como función, convertir ciudades en referentes,
pues obtener imágenes atractivas de las mismas se ha convertido en algo primordial.
Estos referentes se extienden por todo el mundo, se estandariza lo que es atrayente y
se encasilla lo que no lo es; esto lleva a simular las imágenes de los determinados
paisajes que han “funcionado” en otro lugar.
Como se trata de convertir lugares en referentes, con la gestión de estos paisajes
simulados se pretende mejorar la calidad del turismo, y con ello aumentar el número
de turistas y el número de destinos; y a su vez, generar más espacios atrayentes
reservados al comercio o al entretenimiento.
En definitiva, el objetivo último es favorecer el consumo y aumentar los beneficios
económicos de las distintas ciudades.
Los paisajes simulados se utilizan, por tanto, como “fragmentos de capital acumulado
hecho imagen”.
2.3 Metodologías para producir paisajes simulados.
Los paisajes simulados, es decir, aquellos paisajes que se desvinculan del territorio y
que son la reproducción de una imagen son producidos mediante la estandarización de
criterios morfológicos.
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Se fabrican una serie de imágenes siguiendo metodologías concretas, válidos para cada
actuación, ya que estas son independientes, al igual que su resultado, del lugar en el
que se realizan.
Como comentábamos anteriormente, la intención última es favorecer el turismo, y los
espacios de consumo y ocio. Y por ello, los mecanismos morfológicos para producir
paisaje, también se basan en la lógica del turismo global.
El paisaje simulado en cada intervención, tiene que recoger aquellos atractivos que
invitan a visitarlo, o a participar en ellos. Tiene que reproducir las cualidades que
atraen al usuario de estos espacios.
Por ejemplo, si hablamos de un espacio para el ocio y el entretenimiento, su imagen
tiene que reproducir con exactitud el disfrute que en ellos se puede vivir, o si
hablamos de los paisajes simulados para el uso turístico o derivados del consumo
cultural, estos tienen que plasmar la imagen de ensueño del destino turístico, lo que el
turista desea ver.
Monumentos, playas, cascos históricos, etc., se renuevan con lógicas funcionales del
turismo global. Dando lugar a nuevas infraestructuras para garantizar una buena
accesibilidad y para generar más facilidades a los turistas. Actuando también en el
tejido tradicional de calles y plazas, convirtiéndolo en una parte más del contenedor de
ocio o turismo.
Estos objetivos, llevan a actuar sobre determinados espacios, siguiendo estrategias y
metodologías estandarizadas, que olvidan en el lugar donde se actúa.
Se llega a la confusión entre ciudades (o lugares) y contenedores de consumo y
entretenimiento, dando a los espacios urbanos o rurales un tratamiento como si de un
contenedor de consumo se tratase.
Se transportan características espaciales de los centros comerciales, parques de
atracciones, etc., o bien se realizan directamente simulaciones de estos complejos.
Francesc Muñoz, habla de la manipulación de la historia (5) como uno de los modos
en que se producen estos paisajes simulados, a los que él llama “banalscapes”,
tematizando los espacios en relación a su pasado y a los estilos de vida del pasado.
Expone dos técnicas de manipulación de la historia que tematizan el paisaje:
1. “El romanticismo del consumo”.
Estrategia vinculada a potenciar la nostalgia, entendida esta como un producto de
consumo más. Se trata de pequeños recuerdos del pasado que dotan un espacio de
motivos iconográficos que el visitante espera encontrar. Se recurre a un pasado
idealizado, lo que algunos llaman la “auténtica” esencia urbana.
Un ejemplo son los proyectos de renovación urbana de la ría de Bilbao, tras la
construcción del Guggenheim, que intentan recuperar imágenes anteriores de la
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industrialización intensiva y recuperar la relación natural orgánica con la ciudad
antigua a la que hace referencia.
Ría de Bilbao en la actualidad. Ría de Bilbao en 1968.
2. “Cosmopolitismo brandificado”.
Imitaciones de espacios públicos, entornos comerciales y tipologías edificatorias del
pasado, que muchas veces llevan nombre y apellido de ciudades concretas. El paisaje
que ofrecen las reformas urbanas no es otro que la imagen estandarizada que los tours
turísticos promocionan.
El paisaje es resultado de estrictos requerimientos acordes con la imagen simplificada
que el turista tiene de un espacio histórico determinado. Un ejemplo de esto es el
proyecto de la Villa Olímpica de Barcelona. La celebración de los juegos Olímpicos fue
la excusa para construir un espacio de nueva centralidad y que partió de una
reinterpretación del Ensanche de Cerdá. Se abre la ciudad hacia al mar, tanto visual
como físicamente.
(5) MUÑOZ, Francesc. Página 191. Capítulo 5: “Banalscapes, los paisajes de la urbanalización” en
“Urbanalización. Paisajes comunes, lugares globales”. Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2008
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La consecuencia de seguir estas metodologías es la simplificación de los caminos a
seguir ante una actuación urbanística, ha quedado establecido lo que vende y lo que
atrae, y solo es cuestión de multiplicarlo por todo el territorio.
Se podría concluir que, “las funciones urbanas han cambiado y se han simplificado de
forma temática”.
El resultado es un paisaje con una apariencia que permite su consumo estandarizado
por parte de públicos globales. Mostrando la nueva naturaleza genérica y multiplicada.
En palabras de Michael Sorkin: “La nueva ciudad reemplaza la anomalía y el encanto
de los lugares (locales) con un universal particular, un urbanismo genérico conjugado
sólo con un appliqué” (6)
(6) SORKIN, Michael. Página 233 en “Variaciones sobre un parque temático. La nueva ciudad americana
y el fin del espacio público”. Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2004
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3. El ejemplo de Eurovegas.
Todo estas ideas, las podemos relacionar con un caso concreto que se este
produciendo en la actualidad. Hablamos del proyecto para realizar un complejo similar
a las “Vegas” en España, cuya ubicación se debate entre la ciudad de Madrid y
Barcelona, lo que se ha llamado Las Eurovegas.
Por lo que se conoce a través de los medios, el proyecto supondría la construcción
mínimo de una decena de rascacielos, dentro de un programa de seis casinos, doce
hoteles, nueve teatros y tres campos de golf.
Se promueve este proyecto como un nuevo reclama turístico, que reportaría grandes
beneficios a la ciudad donde se realice.
Por tanto, independientemente del proyecto, su función atiende únicamente a una
lógica de negocio, no a un modelo de ciudad, y en consecuencia con su imposición, se
perdería la identidad de como crece la ciudad en que se sitúe.
A su vez, habría que valorar el impacto medioambiental que produciría un
macrocomplejo de tal envergadura, habría que cuestionarse si es adecuada tal
agresión territorial solo por ocio o entretenimiento.
Teniendo en cuenta solo estos aspectos del medio, podríamos decir que en España, el
marco territorial más apropiado, o mejor dicho más similar a las condiciones
territoriales de Las Vegas, sería el desierto de Los Monegros. Pero queda claro que una
ciudad como Barcelona o Madrid, no son enclaves apropiados para este proyecto, ni
estos ni ningún lugar cercano a un casco urbano.
Decíamos que la intención es simular la ciudad de las Vegas, reduciéndolo a un
macrocomplejo de juego en España. Cabe, por tanto, hacer una reflexión crítica sobre
el paisaje de Las Vegas, ya que es este el que se trata de simular.
Son muchos los expertos que consideran a Las Vegas, el escenario donde se reúnen los
paradigmas de la sobremodernidad, lo que nos viene a recordar las aportaciones de
Marc Augé sobre los No Lugares y la sobremodernidad.
Marc Augé afirma que: “La sobremodernidad es la productora de los No Lugares, es
decir, de espacios que no son en sí mismos ni antropológicos ni que integran los lugares
antiguos; estos, catalogados, clasificados y promovidos a la categoría de “lugares de la
memoria”, ocupan allí un lugar circunscrito y específico” (7). A lo que añade: “la
sobremodernidad impone a las conciencias individuales experiencias y pruebas muy
nuevas de soledad directamente ligadas a la aparición y a la proliferación de los No
Lugares” (8).
(7) y (8). AUGÉ, Marc. Páginas 83 y 97 respectivamente. Capítulo 2.”El lugar antropológico” en “Los No
Lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad”. Ed. Gedisa, Barcelona
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Tras estas afirmaciones, podríamos considerar Las Vegas como un “No lugar”
producido por la sobremodernidad, ya que no es ni un lugar antropológico ni integra
las preexistencias, ni atiende a las características del lugar, únicamente se impone en
él mandando el “lugar” a un segundo plano. Solo constituye una realidad orientada a
una determinada función de ocio y consumo.
También es un paisaje aterritorial según lo define Francesc Muñoz, por varias
cuestiones.
Por un lado, la tematización del paisaje. En Las Vegas, se ha tematizado el paisaje
hasta el extremo, solo hay que ver los templos romanos, las pirámides egipcias o la
reproducción de la Torre Eiffel, construcciones totalmente autistas en relación con el
territorio que repiten los principales monumento o hitos históricos del mundo.
Por otro lado, la especialización funcional y económica del territorio. Las Vegas, y en
general todos los complejos de ocio han plasmado las dinámicas urbanas llevadas a
cabo en las ciudades americanas del s. XX englobando procesos de dispersión y
suburbanización, de especialización funcional, negación del espacio público, prioridad
del vehículo privado y de la segregación social. Y marcando aún más las iniciativas
rompedoras con la urbanidad, haciendo hincapié en procesos de privatización de la
ciudad.
Todo ello con un objetivo claro, desmarcarse de la oferta comercial a través de valores
estéticos desubicados en tiempo y en el espacio, olvidando por completo el lugar
donde se implanta, negando toda herencia geográfica local.
En mi opinión, realizar Eurovegas, es decir, la simulación del proyecto de Las Vegas
negaría doblemente el concepto de paisaje.
Lo niega porque imita, reproduce la imagen de un complejo ya existente en otro
continente en un contexto totalmente diferente, con distintas cualidades territoriales,
distintas leyes y normativas, etc.
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Y por que el complejo de Las Vegas, en si mismo sin ser reproducido, ya constituía un
paisaje simulado, que responde a características sobremodernas de los No Lugares y
atiende a las cuestiones de mayor importancia en los proyectos de renovación urbana
que describen los paisajes aterritoriales.
No hay que olvidar las implicaciones territoriales de Eurovegas, independientemente
de si se realiza en Madrid o Barcelona. Ya que este macrocomplejo es un proyecto
autista y desconectado de la trama urbana.
Hemos querido acercarnos a las normativas catalanas, para hacer aún más concreto
cuál es el dilema. Observamos, que se opone a los “Criterios para el desarrollo del
Programa de planeamiento territorial” que se basa en principios como la compacidad,
la complejidad y la cohesión.
En la introducción de este documento con el título: “3 principios: compacidad,
complejidad y cohesión” acusa a la especialización funcional de la banalización del
paisaje: “en este territorio cada vez más integrado cada lugar-cada municipio, cada
barrio-ha tendido a irse especializando funcionalmente, de manera que, empujados por
su diversa capacidad de competir en el mercado del suelo, los usos residenciales,
comerciales y productivos han tendido a separarse sobre el territorio. De esta
especialización resulta un incremento de las necesidades de movilidad de la población
y, en muchos casos, el empobrecimiento de la vida urbana y la banalización, por
pérdida de diversidad del paisaje “.
En este documento del departamento de Política Territorial y Obras públicas, de la
Generalidad de Cataluña también se reserva una apartado a criterios establecidos ante
el paisaje: “Apartado 3. Preservar el paisaje como valor social y un activo económico
del territorio”.
En estas líneas, se reconoce la importancia creciente del turismo y de cómo objetivos
de imagen de determinados sectores económicos dan al paisaje un valor importante
como activo económico del territorio. Estando muy presentes en la sociedad los
valores estéticos e identitarios del paisaje.
Atañe al planeamiento territorial la obligación de corregir los procesos que afecten a
los valores que les son propios.
E impone que los planes deben establecer condiciones directas e indirectas para la
evolución de los paisajes y señalar estrategias para el mantenimiento o restauración de
aquellos de especial valor.
Por tanto, habría que corregir las intenciones de un proyecto tal como Eurovegas, pues
es un proceso que afecta negativamente a los valores que le son propios al paisaje.
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4. Conclusiones
Los paisajes simulados como reproducción de imágenes que hemos tratado de explicar
a lo largo de este trabajo, son muy habituales en la actualidad como consecuencia de
los proyectos arquitectónicos y urbanísticos recientes, que forman parte de una
estrategia económica más.
No hay que olvidar que un proyecto de hoy, afecta a un paisaje creado en el pasado
pero que esta viviendo en el presente, y su realización puede mantenerlo, o integrarlo,
o también, romperlo e incluso eliminarlo.
Por ello es importante que, al menos, dentro de la intención de un proyectista quede
claro que se entiende por paisaje, y ya que este concepto es ambiguo y variable según
desde donde se mire, lo conveniente es justificar que concepto de paisaje se aplica en
cada caso, en cada proyecto, pero lo que no se puede hacer es ignorarlo.
Hay que intentar que el paisaje pase del lado de las consecuencias, al lado de las
causas. Que se piense en él, y se “utilice” pero sin desanclarlo de su lugar.
Que no se traslade lo que “paisajísticamente” funcione de un lado a otro, por que por el
simple hecho de trasladarlo, de arrancarlo de su lugar, deja de funcionar.
Que el ocio y el consumo busquen su materia prima fuera de la estandarización y la
reproducción del paisaje, que busquen en el paisaje su autenticidad, y se tengan en
cuenta todos los factores que lo definen.
María Manso Fernández.
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5. Bibliografía
- AUGÉ, Marc (1992): Los “No Lugares”: espacios del anonimato. Una antropología
de la sobremodernidad. Ed.Gedisa, Barcelona.
- MUÑOZ, Francesc (2008): Urbanalización: paisajes comunes, lugares globales.
Gustavo Gili, Barcelona.
- SOLÁ-MORALES, Ignasi de y COSTA, Xavier (eds.) (2005): Metrópolis: ciudades,
redes, paisajes. Gustavo Gili, Barcelona.
- MOYA PELLITERO, Ana Mª (2011): La percepción del paisaje urbano. Paisaje y
Teoría, Biblioteca Nueva, Madrid.
- NOGUÉ, Joan –ed.- (2007): La construcción social del paisaje. Biblioteca Nueva,
Madrid.
- GARCÍA VÁZQUEZ, Carlos (2004): Ciudad Hojaldre. Visiones urbanas del siglo XXI.
Gustavo Gili, Barcelona.
- LUNA, Toni & VALVERDE, Isabel –coords.- (2011): Teoría y paisaje: reflexiones
desde miradas interdisciplinares. Observatorio del paisaje de Cataluña (Olot) y
Universidad Pompeu Fabra (Barcelona).
- VÁZQUEZ ROCCA, Álvaro. El vértigo de la sobremodernidad: no lugares, espacios
públicos y figuras del anonimato. Nómadas. Revista crítica de ciencias sociales y
jurídicas.
En relación al caso de Eurovegas:
- Artículos de prensa.
- www.eurovegasno.blogspot.com.es
- www.clubdedebatesurbanos.org
- www.latramaurbana.net