Este documento discute la interculturalidad crítica y cómo promover la formación de ciudadanos en una democracia intercultural. Argumenta que el multiculturalismo mantiene las diferencias culturales desde una posición de privilegio y que la escuela debe reconocer a estudiantes de otras culturas. También dice que la interculturalidad crítica implica desarrollar subjetividades sensibles a la violación de derechos y acciones contra la exclusión por clase, discapacidad, sexo, etnia o género.