Se acerca el momento de la pasión. Jesús está en Jerusalén con sus discípulos y pronuncia clarísimamente el tercer anuncio de su muerte. ¿Qué pensaban los discípulos en ese instante? ¿Se les encogía el corazón sólo de pensar en Jesús torturado, escarnecido, insultado, como decían los antiguos profetas?
Contrariamente a todo esto los apóstoles se enredan en una discusión egoísta sobre quién será el primero en el Reino de los Cielos.
El que quiera ser el primero, que sea el último. Jesús ama a los humildes, a los sencillos, a los que son como niños.
Un abrazo y que Dios nos bendiga.
Luis J. Balvín Díaz
1. Primera Lectura: del libro de Jeremías (18,18-20):
Salmo Responsorial: Sal 30,5-6.14.15-16
R/. Sálvame, Señor, por tu misericordia
Evangelio: san Mateo (20,17-28):
Tercer anuncio de la Pasión
Miércoles de la 2ª semana de Cuaresma
Vivamos estos días de preparación para la
Semana Santa esta virtud de la sencillez y la
humildad.
Autor: José Fernández de Mesa | Fuente: Catholic.net
2. Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (18,18-20):
Dijeron: «Venid, maquinemos contra
Jeremías, porque no falta la ley del
sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el
oráculo del profeta; venid, lo heriremos con
su propia lengua y no haremos caso de sus
oráculos.»
Señor, hazme caso, oye cómo me acusan.
¿Es que se paga el bien con mal, que han
cavado una fosa para mí? Acuérdate de
cómo estuve en tu presencia, intercediendo
en su favor, para apartar de ellos tu enojo.
¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !
3. Salmo 30,5-6.14.15-16
R/.Sálvame, Señor, por tu misericordia
Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás, R/.
Oigo el cuchicheo de la gente,
y todo me da miedo;
se conjuran contra mí
y traman quitarme la vida. R/.
Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: «Tú eres mi Dios.»
En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.
4. Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,17-28):
En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a
los Doce, les dijo por el camino: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el
Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y
lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él,
lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará.»
Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para
hacerle una petición.
Él le preguntó: «¿Qué deseas?»
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu
derecha y el otro a tu izquierda.»
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz
que yo he de beber?»
Contestaron: «Lo somos.»
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no
me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi
Padre.»
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero
Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan
y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser
grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero
entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha
venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por
muchos.»
¡Es palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
5. Oración
Jesús, permite que esta meditación me lleve a crecer
en el amor, especialmente en este tiempo en que la
Iglesia me invita a contemplar el gran sacrificio que
implicó mi redención. Guía mi oración, ilumíname
para que no sólo comprenda, sino que viva, en todo
y con todos, la caridad.
Petición
Te suplico, Jesús, que nunca permitas que sea
indiferente a tus innumerables muestras de amor.
6. Meditación
Jesús va de camino hacia Jerusalén y anuncia por tercera vez,
indicándolo a los discípulos, el camino a través del cual va a llevar a
cumplimiento la obra que el Padre le encomendó: es el camino del don
humilde de sí mismo hasta el sacrificio de la vida, el camino de la
Pasión, el camino de la cruz. Y, sin embargo, incluso después de este
anuncio, como sucedió con los anteriores, los discípulos manifiestan
toda su dificultad para comprender, para llevar a cabo el necesario
"éxodo" de una mentalidad mundana hacia la mentalidad de Dios. En
este caso, son los dos hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, quienes
piden a Jesús poder sentarse en los primeros puestos a su lado en la
"gloria", manifestando expectativas y proyectos de grandeza, de
autoridad, de honor según el mundo. Jesús, que conoce el corazón del
hombre, no queda turbado por esta petición, sino que inmediatamente
explica su profundo alcance: "No sabéis lo que pedís"; después guía a
los dos hermanos a comprender lo que conlleva seguirlo. (Benedicto
XVI, 20 de noviembre de 2010).
7. Reflexión
Se acerca el momento de la pasión. Jesús está en Jerusalén con sus discípulos
y pronuncia clarísimamente el tercer anuncio de su muerte. ¿Qué pensaban los
discípulos en ese instante? ¿Se les encogía el corazón sólo de pensar en Jesús
torturado, escarnecido, insultado, como decían los antiguos profetas?
Contrariamente a todo esto los apóstoles se enredan en una discusión egoísta
sobre quién será el primero en el Reino de los Cielos. Si bien la discusión es
originada por las palabras de la madre de Santiago y Juan, el pensamiento de
quién de ellos estaría más cerca de Jesús en su Reino se albergaba en el
corazón de cada uno de ellos. También en ocasiones nosotros, en el momento
en que Cristo quiere decirnos algo importante o darnos una gracia especial, nos
enredamos en nuestros pensamientos egoístas, y no escuchamos todo aquello
que Jesús quiere decirnos.
El que quiera ser el primero, que sea el último. Jesús ama a los humildes, a los
sencillos, a los que son como niños. El que es sencillo nunca desea el primer
puesto para sí, sino para los demás. Vivamos estos días de preparación para la
Semana Santa esta virtud de la sencillez y la humildad para que Cristo vea en
nuestros corazones la ternura de un niño. Preparémonos de esta manera para
la Pasión del Señor, y no como lo hacían los apóstoles movidos por sus
pensamientos egoístas.
8. Propósito
Dar a Cristo un «sí» generoso y dedicar un tiempo
semanal para trabajar por la Iglesia.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, qué fácilmente puedo caer en pensar que
dado que no mato, no robo, no hago conscientemente el
mal, tengo derecho a privilegios. Qué insensato puedo ser
al acercarme a la oración con una actitud de superioridad,
de exigencia. Gracias por mostrarme que no es ése el
camino cierto del amor. Eres mi Dios, mi hermano, mi
amigo, mi mejor amigo, que me ofreces la plenitud.
Ayúdame a estar siempre abierto a tu gracia y servir a mis
hermanos en tu Iglesia.