1. Elizabeth
CAPÍTULO 1
Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sabe. Ha oído que mañana
será su entierro. Pero aquello no quiere decir nada, además no todo es
igual y ya no está pendiente en el tiempo. Quizá haya sido ayer.
Harold fue a desayunar con su hijastra, si asi la puede llamar. . Esta
echo un asco el imbécil. Odia verlo.
-Ya Harold… deja de mirarme - dice Elizabeth
-¿Por qué? ¿Te asusto? ¿Acaso te gusto? - pregunta con voz burlona.
-Matate. Así como mataste a mi madre.
-¿cuántas veces debo repetirte que yo no lo hice?- pregunta ya
cansado de oír eso. Encima tuvo que escucharlo en el entierro de su
difunta esposa.
Elizabeth se levanta y se dirige a su habitación.
Ella sabe que Harold lo había hecho, él había matado a su madre.
Ya que era una mujer que paraba viajando por trabajo a muchos
lugares sin importar lo lejos que estén y desgraciadamente en unos de
esos viajes conoció a Harold.
Preferiría que se hubiera enamorado de alguien de su edad, y no de
alguien que podría ser su hijo.
En pocas palabras, Harold es un bueno para nada, que solo goza de
las riquezas que su madre le podía dar. Y ahora que está muerta, el
imbécil despilfarra el dinero como si fuese suyo.
Lo odia con todas sus fuerzas.
-Elizabeth, baja a cenar- Harold la llama con cierta ternura de un
padre.
Como siempre Elizabeth pasa de él y se coloca sus audífonos. Quizás
algo de música le relajara.
Pasados unos minutos se introduce en las melodías de una de sus
canciones favoritas.
Su mente no puede asimilar la pérdida.
Justo ayer estaba conversando con la persona que más amó en el
mundo. Se reían mientras afuera de aquella cafetería, la lluvia hacía de
las suyas.
Era un dia triste pero con la sonrisa de su madre se iluminaba…
2. -Te extraño tanto…- su voz suena casi inaudible. Sus ojos le arden y las
lágrimas amenazan con salir.
- ¿Elizabeth? - tocan la puerta de su habitación.
-LÁRGATE- gritó con furia- TÚ MATASTE A MI MADRE.
-QUE YO NO LA MATE, ELIZABETH- la voz de harold se igualó al tono
de la chica- POR DIOS, DEJA DE ACUSARME DE ALGO QUE NO HICE.
- ERES UN ESTUPIDO, TU QUERIAS SU DINERO, QUERÍAS QUEDARTE
CON SU VIDA.
Harold hace caso omiso a la adolescente de 17 años y sale del cuarto.
Está harto de ella.
Si Diana no le hubiera consentido con todos los regalos que le traía
cada vez que viajaba, quizás aprendería a conseguir las cosas sola y
no dependería tanto.
Cuando llega a la primera planta de la gran casa de Diana, observa a
su alrededor y se siente orgulloso de que todo es suyo.
Tenía claras las cosas cuando conoció a Diana; ella buscaba una
pareja para no quedarse sola a sus 48 años y él necesitaba dinero
para seguir su carrera en la universidad.
Aunque de por medio debería soportar la idea de que la mujer con la
que se involucraria, traía consigo una ‘’mascota’’ renegona, engreída,
dramática y muchos malos adjetivos para la querida: Elizabeth.
-ERES UN MALDITO….- Elizabeth no se quedaría con las palabras en la
boca, pero antes de que su mano impactara con la mejilla de Harold, el
actuó con una rapidez sorprendente…
-Ni lo pienses, niñita- la mira con esos ojos intimidantes, mientras que
con una mano le aprieta su pequeña muñeca que hacía instantes
intentó darle una bofetada.
-Te odio…- susurro.
Harold podía sentir su respiración agitada. Se veia mas bonita de
cerca. Sus mejillas estaban sonrojadas por la ira, sin embargo parecía
tan
En un arranque de locura, Harold quiso intentar algo....
Sabe que está mal, sobretodo si es con la hija de la mujer que fue su
pareja.
Sin pensarlo dos veces, acerca su rostro al de ella.
3. -¡¿ PERO QUÉ TE PASA MALDITO IDIOTA?!- esta vez la mano de
Elizabeth impacta en el cachete del hombre que tiene adelante.
CAPÍTULO 2
3 meses después…
-MÍRAME- ordena Harold haciendo que su voz retumbe por toda la
casa.
-DEJAME- Elizabeth haciendo esfuerzos inútiles intenta escapar de los
brazos fuertes del chico por el que nunca se imaginó sentir algo.
Hace meses lo culpaba de haber matado a su madre y ahora es un
caos de sentimientos.
-Acaso quieres eso…-los ojos brillantes de Harold miran a la asustada
cara de Elizabeth.
-¿Que?-susurra algo fastidiada.
-Dejarte, sabes que puedo hacerlo. Ya te dije, no me importa nada.
-Siempre dices lo mismo, pero nunca te vas. Siempre vuelves.
Detesta esto. Detesta que una adolescente de 17 años pueda despertar
ciertas emociones en el.
Hace 3 meses creyó que todo quedaría ahí. Pero Elizabeth
constantemente tenía pesadillas con su madre.
No le dejaban dormir sus quejidos…
-Elizabeth, hey, despierta- le tocó la cara que estaba empapada de
sudor- Elizabeth, Eli, hey…
-No me dejes, no me dejes- suplicaba entre sueños.
- Tranquila, estoy aquí. Despierta- Harold intento quitar de su cabeza
la escena en donde casi la besa. Esta sería otra oportunidad que la
vida le da.
-Abrazame- fue lo último que dijo Elizabeth esa noche. ya que sus
labios se silenciaron con los labios de Harold. Y su cuerpo dejó de
temblar tras el fuerte abrazo que le dio.
4. Ese beso lo condenó. La chica que tenía al frente lo había capturado,
no solo por su belleza sino por su manera de ser. Conocía su lado malo,
pero al conocer su lado frágil...le encanto.
Sin embargo, no puede estar con ella. No puede. El no es el indicado.
La quiere, pero no...puede.
-Habla de una vez, Harold- entrecierra los ojos desafiante.
Es un imbécil. Siempre lo fue. Aunque le haya hecho una montaña rusa
de emociones en su interior, no deja de ser un imbécil. Y ella...ella una
estúpida por enamorarse...¿enamorada? ¿de verdad lo esta?
Hay muchas cosas sueltas...no puede enamorarse de Harold. No ahora
que ya lo denunció ante la policía.
Las investigaciones y los cuestionarios no tardaran en llegar, y ella
tendrá que declarar.
-No te dejare, Elizabeth- suena decidido.
-No te creo
-No espero que lo hagas, simplemente no te dejare porque yo también
tengo derecho de estar acá. Esta es mi casa.
-¡¿COMO SE TE OCURRE DECIR ESO?!¡¿QUÉ TE PASA, ESTÚPIDO?!- con
sus pequeñas manos lo empuja amenazante.
- Esta es mi casa Elizabeth. Las cosas que tuvimos hace semanas, son
posadas y no se volverán a repetir.
El dolor y odio que siente Elizabeth en estos momento es tan grande
que es capaz de golpear a Harold hasta dejarlo inconsciente.
Pensó que cambiaría su pensamiento arribista que tenía, pero se
equivocó.
-Lárgate, no te quiero ver- sin mirarlo se va y deja culmina toda
conversación con el.
-A donde vas- la sujeta del brazo y la mira con ojos que la traen loca- A
donde sea que vayas, siempre te encontraré. Así que ni se te ocurra
pasar de mi, Elizabeth. Tu eres mia.
Esas palabras la hieren. ¿Porque es así, entonces? ¿Porque no admite
que la quiere?
Han pasado muchas cosas juntas esos 3 meses, aun lo recuerda como
si hubiese sido ayer.
-No quiero Harold…- le dice mientras él saca el coche del garaje.
Luego se baja y se dirige hacia la chica que se fue metiendo en su
cabeza como en su corazón.
5. La contempla por un segundo, para luego agarrarla de los hombros y
abrazarla.
-¿Porque no quieres ir? Debes salir de la casa- habla mientras toda la
fragancia de su cabello inunda sus fosas nasales.
-Está bien- dice Elizabeth y se dirige al asiento del copiloto.
Esos días no podrá volverlos a vivir y solo se quedara con el sabor de
sus labios en la mente.
CAPÍTULO 3
1 semana después…
¿Por que tenia que llegar ese dia? Ella no lo quería, si solo hubieran
hablado las cosas y lo arreglaban, tu hecho todo para detener la
demanda que había puesto ante la policía.
Aunque el es inocente. Lo sabe.
Ya no puede seguir así. Ella lo quiere y él se comporta como un
completo idiota. Es que el es malo para su vida.
Ya en la tarde, Elizabeth se encuentra en su habitación sentada en su
cama y sus manos no pueden estar quietas. Los nervios le ganan.
La policía llegaría en cualquier momento y no sabe lo que pasara.
Sin embargo, tiene claro una cosa: odia a Harold, pero a la vez lo
quiere con locura.
Pensó que cambiaría, pensó que le haría ser una persona con
aspiraciones de ser mejor. Pero no, el solo piensa en él y su bienestar
económico.
¿Porque me enamore?¿Porque despertó en mí sentimientos tan fuertes?
¿Porque me quiere con él pero a la vez me dice que no quiere hacerme
daño? No entiendo…
-Ven, preciosa- dice Harold estirando un brazo hacia su chica. Si, es su
chica- Quiero enseñarte algo
-Vamos- sonríe mientras que sus cabellos finos le tapan su cara. Y el sol
del atardecer hace que su gran melena marrón brille tan
hermosamente.
Juntos caminan hacia una gran roca, detrás de esta, hay una laguna
con muchas flores de distintos colores. Es un paisaje precioso.
Elizabeth contempla la vista asombrada. Harold la abraza por detrás y
le susurra:
6. -Este será nuestro lugar a partir de hoy. Te quiero- le da un suave beso
en la mejilla.
-Yo tambien te quiero
El sonido del timbre saca de sus pensamientos a Elizabeth y un
escalofrío pasa por su cuerpo.
Llegaron.
Baja lo más deprisa posible. Sin embargo al llegar al último escalón,
Harold está abriendo la puerta.
-Buenas tardes, tengo órdenes de aprehensión contra el joven Harold…
-¡No!- involuntariamente una voz femenina capta la atención de todos.
-Señorita, solo acatamos órdenes.
No puede creer que ella mismo puso la denuncia y ahora ella misma
deberá retirarla. De todos modos, el no hizo nada.
La joven intentó convencer a los policiales que no se lo llevaran, pero
todas sus súplicas fueron en vano.
Ya en el horrible lugar donde se ven todas esas cosas de
investigaciones,tienen en un cuarto pequeño-como una especie de
estudio de grabación-Harold está sentado y encima de él, hay una luz
tenue, que le da un aire de misterio.
Un policía ingresa al cuarto y comienza a hablarle.
Elizabeth sin saber que cosas le dice, puede notar que no es bueno. La
expresión de su… lo que sea, lo dice todo…
En eso, comienza a hablar y sus facciones se tornan firmes.
El policía golpea la mesa con un puño, causando un sobresalto de
parte de la joven que ve desde afuera todo lo que ocurre.
Después de varios minutos, el policía sale de aquella habitación y
escribe en un cuaderno algo. Luego mira a Elizabeth.
-Él lo hizo.