En este tiempo existen esclavos ¡Son explotados, esclavos del trabajo y esto es en contra de Dios y en contra de la dignidad de la persona humana! La obsesión por el beneficio económico y el eficientismo de la técnica amenaza los ritmos humanos de la vida, porque la vida tiene sus ritmos humanos.
Primera lección: La fe Este pasaje evangélico resalta “el motivo más verdadero de la grandeza de María y de su santidad: el motivo es la fe.
...“la fe es el corazón de toda la historia de María...
Segunda lección: La vida no es un deambular sin rumbolas grandes cosas obradas por Dios en María no tienen que ver solo con ella sino que también “nos tocan profundamente, nos hablan de nuestro viaje por la vida, nos recuerdan la meta que nos espera: la casa del Padre”.
“Es la Eucaristía, que Jesús nos deja con una finalidad precisa: que nosotros podamos convertirnos en una sola una cosa con Él”.
..."El pan es realmente su Cuerpo ofrecido por nosotros, el vino es realmente su Sangre derramada por nosotros”...
Papa Francisco.
2. El Papa Francisco el 10 de agosto, estableció
para cada 1 de septiembre la Jornada Mundial de
Oración por el Cuidado de la Creación, que se
celebrará a partir de este año
igual que se hace en la Iglesia Ortodoxa:
3. “Compartiendo con el amado hermano Bartolomé, Patriarca
Ecuménico, la preocupación por el futuro de la creación y,
acogiendo la sugerencia de su representante, el Metropolita
Ioannis de Pérgamo,
que intervino en la presentación de la Encíclica Laudato si’
sobre el cuidado de la casa común,
4. deseo comunicarles que he decidido instituir también en la
Iglesia Católica la ‘Jornada Mundial de Oración por el
Cuidado de la Creación’, que, a partir del año en curso,
será celebrada el 1 de septiembre,
tal como acontece desde hace tiempo en la Iglesia
Ortodoxa”.
5. “como cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución
para superar la crisis ecológica que está viviendo la
humanidad”.
6. “La crisis ecológica nos llama por tanto a una
profunda conversión espiritual: los cristianos
están llamados a una ‘conversión ecológica, que
implica dejar brotar todas las consecuencias de su
encuentro con Jesucristo
en las relaciones con el mundo que los rodea’.
7. De hecho, ‘vivir la vocación de ser protectores de la obra de
Dios
es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo
opcional
ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana’”.
8. Esta Jornada
“ofrecerá a cada creyente
y a las comunidades una
valiosa oportunidad de
renovar la adhesión personal a
la propia vocación de
custodios de la creación,
elevando a Dios una acción de
gracias por la maravillosa obra
que Él ha confiado a nuestro
cuidado, invocando su ayuda
para la protección de la
creación
y su misericordia por los
pecados cometidos contra el
mundo en el que vivimos”.
9. Que las distintas conferencias episcopales en el mundo
celebren esta Jornada con diversas iniciativas en las que
se involucren sacerdotes, religiosos y laicos; y anima a
que esta ocasión sea también un motivo para estrechar
los lazos ecuménicos con otros creyentes en Cristo.
10. Encomiendo esta iniciativa a
la intercesión de la Virgen
María
y de San Francisco de Asís,
“cuyo Cántico de las
Criaturas mueve a tantos
hombres y mujeres de buena
voluntad a vivir alabando al
Creador y respetando la
creación”.
11. El 12 de agosto dijo en parte de su catequesis:
...Hoy abrimos un pequeño camino de reflexión sobre
tres dimensiones que marcan, por así decir,
el ritmo de la vida familiar: la fiesta, el trabajo y la
oración.
12. Comenzamos por la fiesta. Hoy hablaremos de la fiesta.
Y decimos inmediatamente que la fiesta es un invento de Dios.
Recordamos la conclusión de la narración de la creación, en el Libro
del Génesis que hemos escuchado: «El séptimo día, Dios concluyó la
obra que había hecho,
y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el
séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que
había creado» (2,2-3).
13. Dios mismo nos enseña la importancia de dedicar un tiempo a
contemplar
y a gozar de lo que en el trabajo ha sido bien hecho.
Hablo de trabajo, naturalmente, no sólo en el sentido del arte
manual
y de la profesión, sino en el sentido más amplio: cada acción con la
cual nosotros los hombres y mujeres podemos colaborar a la obra
creadora de Dios.
14. Por lo tanto, la fiesta no es la pereza de quedarse en el sofá o
la emoción de una tonta evasión… No, la fiesta es en primer
lugar una mirada amorosa y grata sobre el trabajo bien hecho;
festejamos un trabajo. También ustedes, recién casados, están
festejando el trabajo de un lindo tiempo de noviazgo: ¡y esto
es bello!
15. Es el tiempo para ver a los hijos, o los nietos, que están
creciendo, y pensar: ¡qué bello! Es el tiempo para mirar
nuestra casa, los amigos que hospedamos, la comunidad que
nos rodea, y pensar: ¡qué buena cosa! Dios ha hecho así
cuando ha creado el mundo. Y continuamente hace así,
porque Dios crea siempre, ¡también en este momento!
16. Puede suceder que una fiesta llegue en circunstancias difíciles y
dolorosas, y se celebra quizá “con un nudo en la garganta”. Y
sin embargo, también en estos casos, pedimos a Dios la fuerza
de no vaciarla completamente.
Ustedes mamás y papás saben bien esto: cuántas veces, por
amor a los hijos, son capaces de apartar las penas para dejar
que ellos vivan bien la fiesta, ¡gusten el sentido bueno de la
vida! ¡Hay tanto amor en esto!
17. También en el ambiente de trabajo,
a veces - ¡sin fallar a los deberes! - nosotros sabemos “filtrar”
alguna
chispa de fiesta: un cumpleaños, un matrimonio, un nuevo
nacimiento, como también una despedida o una nueva
llegada…, es importante.
18. Es importante hacer fiesta. Son momentos de familiaridad
en el engranaje de la máquina productiva: ¡nos hace bien!
19. Pero el verdadero tiempo de la fiesta, suspende el trabajo
profesional,
y es sagrado, porque recuerda que el hombre y la mujer que han
sido hechos
a imagen de Dios, el cual no es esclavo del trabajo, sino Señor,
por lo tanto también nosotros no debemos ser nunca esclavos del
trabajo, sino “señores”.
20. Hay un mandamiento para esto, un mandamiento que se aplica a
todos, ¡ninguno es excluido! Y en cambio sabemos que hay
millones de hombres y mujeres, e incluso ¡niños esclavos del
trabajo!
21. En este tiempo existen esclavos ¡Son explotados, esclavos del
trabajo
y esto es en contra de Dios y en contra de la dignidad de la
persona humana! La obsesión por el beneficio económico y el
eficientismo de la técnica amenaza los ritmos humanos de la vida,
porque la vida tiene sus ritmos humanos.
22. El tiempo del reposo,
sobre todo el dominical,
está destinado a nosotros
para que podamos gozar de
aquello
que no se produce y no se
consume,
no se compra y no se vende.
Y por el contrario vemos que la
ideología
de la ganancia y del consumo
quiere devorar también la fiesta:
y también ésta a veces se reduce
a un “negocio”, un modo para
ganar dinero y gastarlo.
23. Pero ¿es para eso que trabajamos?
La codicia del consumir,
que comporta el desperdicio,
es un virus feo que, entre otros,
nos hace estar más cansados que
antes. Perjudica el verdadero
trabajo,
consume la vida.
Los ritmos desregulados
de la fiesta causan víctimas,
a menudo jóvenes.
24. Finalmente, el tiempo de la fiesta es sagrado porque Dios habita
en modo especial. La Eucaristía dominical lleva a la fiesta toda la
gracia de Jesucristo:
su presencia, su amor, su sacrificio, su hacerse comunidad,
su estar con nosotros… Y es así, como cada realidad recibe su
sentido pleno:
el trabajo, la familia, las alegrías y los cansancios de cada día,
también el sufrimiento y la muerte; todo se trasfigura por la gracia
de Cristo.
25. La familia está dotada de una competencia extraordinaria
para entender, dirigir y sostener el auténtico valor del
tiempo de la fiesta. Pero ¡que bellas son las fiestas en
familia, son bellísimas!
Y en particular del domingo. No es casualidad si las
fiestas en las cuales hay lugar para toda la familia ¡son
aquellas que salen mejor!
26. La misma vida familiar, mirada con los ojos de la fe,
aparece mejor de los cansancios que implican.
Nos aparece como una obra de arte de sencillez,
bella porque no es artificial, no fingida,
sino capaz de incorporar en sí misma todos los aspectos de la vida
verdadera.
27. Nos aparece como una cosa “muy buena”, como Dios dice al final
de la creación del hombre y de la mujer (cfr Gen 1, 31).
Por lo tanto, la fiesta es un valioso regalo de Dios;
un valioso regalo que Dios ha hecho a la familia humana:
¡no la arruinemos! Gracias.
28. El 15 de agosto dijo al presidir el rezo del Ángelus en
ocasión de la
fiesta de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma al
Cielo:
En el Evangelio de hoy aparece el canto del Magnificat, en el
que María,
tras el encuentro con su prima Isabel que también está
embarazada,
29. Primera lección: La fe
Este pasaje evangélico resalta
“el motivo más verdadero de la
grandeza de María y de su santidad:
el motivo es la fe. De hecho Isabel la
saluda con estas palabras:
‘Feliz tú por haber creído que se
cumplirá lo que te fue anunciado de
parte del Señor’”.
30. “la fe es el corazón de toda la historia de María; ella es la
creyente,
la gran creyente; ella sabe –y así lo dice– que en la historia pesa
la violencia
de los prepotentes, el orgullo de los ricos, la arrogancia de los
soberbios”.
31. Sin embargo,
“María cree y proclama que
Dios no deja solos a sus hijos,
humildes y pobres,
sino que los socorre con
misericordia,
con premura, derribando
a los poderosos de sus
tronos,
dispersando a los orgullosos
en las tramas de sus
corazones.
Y ésta es la fe de nuestra
Madre, ¡esta es la fe de
María!”
32. Segunda lección: La vida no es un deambular sin rumbo
las grandes cosas obradas por Dios en María no tienen que
ver solo con ella sino que también “nos tocan
profundamente,
nos hablan de nuestro viaje por la vida, nos recuerdan la
meta que nos espera: la casa del Padre”.
33. “Nuestra vida, vista a la luz de María asunta al Cielo,
no es un deambular sin rumbo, sino una peregrinación que,
aún con todas sus incertidumbres y sufrimientos, tiene una meta
segura:
la casa de nuestro Padre, que nos espera con amor”.
34. Dios, ha dejado en la tierra
“un signo de consuelo
y de segura esperanza”
que tiene un rostro y un nombre
concreto:
“aquel signo tiene un rostro,
aquel signo tiene un nombre:
el rostro radiante de la Madre
del Señor,
el nombre bendito de María,
la llena de gracia,
bendita porque ella creyó en la
palabra del Señor. ¡La gran
creyente!”
35. “Como miembros de la Iglesia, estamos destinados a
compartir
la gloria de nuestra Madre, porque, gracias a Dios, también
nosotros
creemos en el sacrificio de Cristo en la cruz y, mediante el
Bautismo,
somos insertados en este misterio de salvación”.
36. Al finalizar su reflexión y
parafraseando la oración de la
Salve,
pidió a todos rezar para que
“mientras prosigue nuestro camino
sobre esta tierra, ella vuelva
sobre nosotros sus ojos
misericordiosos, nos despeje el
camino, nos indique
la meta, y nos muestre después de
este exilio a Jesús, fruto bendito de
su vientre.
Y decimos juntos:
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!”
37. El 16 de agosto dijo al presidir
el rezo del Ángelus:
“vivir en comunión real con Jesús
sobre esta tierra nos hace
ya pasar de la muerte a la vida.
El cielo comienza
precisamente en esta comunión
con Jesús”.
38. “En estos domingos la Liturgia
nos está proponiendo,
del Evangelio de Juan,
el discurso de Jesús
sobre el Pan de Vida,
que es Él mismo
y que es también el sacramento
de la Eucaristía”
39. El pasaje de hoy “presenta la última parte de ese discurso,
y hace referencia a algunos entre la gente que se escandalizan
porque
Jesús dice: ‘El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida
eterna,
y yo lo resucitaré en el último día’”.
40. “El estupor de los que lo escuchan es comprensible”.
“Ante todo preguntas:
¿qué significa ‘comer la carne y beber la sangre’ de Jesús?,
¿es solo una imagen, una forma de decir,
un símbolo, o indica algo real?”.
41. “Sabiendo que deberá morir sobre la cruz por nosotros, Jesús se
identifica
con aquel pan partido y compartido, y eso se convierte para Él en
el ‘signo’
del Sacrificio que lo espera. Este proceso tiene su culmen en la
Última Cena, donde el pan y el vino se transforman realmente en
su Cuerpo y en su Sangre”.
42. “Es la Eucaristía, que Jesús nos deja con una finalidad
precisa:
que nosotros podamos convertirnos en una sola una cosa
con Él”.
43. “A veces, con respecto a la santa Misa, se siente esta objeción:
‘¿Para qué sirve la Misa?
Yo voy a la iglesia cuando tengo ganas, y rezo mejor solo’”.
“la Eucaristía no es una oración privada o una bella experiencia
espiritual,
no es una simple conmemoración de aquello que Jesús ha hecho
en la Última Cena”.
44. “Decimos, para entender
bien,
que la Eucaristía es
‘memorial’,
o sea un gesto que actualiza
y hace presente el evento de
la muerte y resurrección de
Jesús:
el pan es realmente su
Cuerpo ofrecido por
nosotros,
el vino es realmente su
Sangre derramada por
nosotros”.
45. “La Eucaristía es Jesús mismo que se dona totalmente a nosotros.
Nutrirnos de Él y vivir en Él mediante la Comunión eucarística,
si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida,
la transforma en un don a Dios y en un don a los hermanos”.
46. “Nutrirnos de aquel ‘Pan de vida’ significa entrar en sintonía con
el corazón
de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, sus
comportamientos. Significa entrar en un dinamismo de amor y
convertirnos en personas de paz, personas de perdón, de
reconciliación, de compartir solidario.
Lo mismo que Jesús ha hecho”.
47. “En el Cielo ya nos espera María
nuestra Madre – ayer hemos
celebrado este misterio
(día de la Asunción de María).
Ella nos obtenga la gracia de
nutrirnos de Jesús, Pan de Vida,
siempre con fe”.
48. Concluido el rezo del Ángelus, el Papa Francisco envió hoy
un saludo
a los jóvenes que se han reunido en Turín (Italia) para
participar en la celebración del bicentenario del nacimiento
de San Juan Bosco.
49. “Un saludo especial a los numerosos
jóvenes del Movimiento Juvenil
Salesiano, reunidos en Turín en los
lugares de San Juan Bosco para celebrar
el bicentenario de su nacimiento”.
“Les animo a vivir en la cotidianidad la
alegría del Evangelio,
para generar esperanza en el mundo”.
50. En twitter dijo:
El encuentro con Cristo es capaz de transformar
completamente nuestra vida
51. María es la llena de gracia.
Nos ofrece un refugio seguro en el
momento de la tentación
52. La vida de María nos
muestra que Dios
realiza grandes obras por
medio de los más humildes
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