El Papa Francisco reflexiona sobre su reciente visita a Tierra Santa y el Cenáculo, donde se originó la Iglesia. Resalta la importancia de la unidad entre los cristianos, la fraternidad, el servicio y el amor mutuo. También habla sobre la alegría cristiana que surge de la fe y la esperanza a pesar de las dificultades, y la paz interior que da Jesús.
2. El 26 de mayo dijo acerca
del holocausto judío, al
visitar el memorial del Yad
Vashem:
“¿Quién te ha contagiado
la presunción de apropiarte
del bien y del mal?
¿Quién te ha convencido
de que eres dios?
No sólo has torturado y
asesinado a tus hermanos,
sino que te los has
ofrecido en sacrificio a ti
mismo,
porque te has erigido en
dios”…
3.
“En este lugar, memorial de la Shoah,
resuena esta pregunta de Dios: ‘Adán,
¿dónde estás?’”...
esta pregunta “contiene todo el dolor del
Padre que ha perdido a su hijo”. “El Padre –
conocía el riesgo de la libertad; sabía que el
hijo podría perderse… pero quizás ni
siquiera el Padre podía imaginar una caída
4.
Ese grito: "¿Dónde estás?", aquí, ante la
tragedia inconmensurable del Holocausto,
resuena como una voz que se pierde en un
abismo sin fondo…”
5. “Hombre, ¿dónde
estás?
Ya no te reconozco.
¿Quién eres, hombre?
¿En qué te has
convertido? ¿Cómo has
sido capaz de este
horror? ¿Qué te ha
hecho caer tan bajo?
No ha sido el polvo de
la tierra, del que estás
hecho. El polvo de la
tierra es bueno, obra
de mis manos.
6.
No ha sido el aliento de vida que soplé en
tu nariz. Ese soplo viene de mí; es muy
bueno”…
“No, este abismo no puede ser sólo obra
tuya,
de tus manos, de tu corazón…
¿Quién te ha corrompido?
7.
De la tierra se levanta un tímido gemido que pide a
Dios que tenga piedad porque “llevamos la
deshonra en el rostro,
la vergüenza”. “Se nos ha venido encima un mal
como jamás sucedió bajo el cielo. Señor, escucha
nuestra oración,
escucha nuestra súplica, sálvanos por tu
misericordia.
8.
“Hemos pecado contra ti. Tú reinas por siempre.
Acuérdate de nosotros en tu misericordia.
Danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como
hombres, hemos sido capaces de hacer, de
avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber
despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que
tú modelaste del barro,
que tú vivificaste con tu aliento de vida”.
9.
“¡Nunca más, Señor, nunca más!
‘Adán, ¿dónde estás?’.
Aquí estoy, Señor, con la vergüenza de lo
que el hombre, creado a tu imagen y
semejanza,
ha sido capaz de hacer.
Acuérdate de nosotros en tu misericordia”…
10. El 26 de mayo en la
homilía en el Cenáculo
dijo:
“Aquí, donde Jesús
consumó la Última Cena
con los Apóstoles;
donde, resucitado, se
apareció en medio de
ellos; donde el Espíritu
Santo descendió
abundantemente sobre
María y los discípulos.
11. Aquí nació la Iglesia, y nació en salida.
Desde aquí salió, con el Pan partido entre las
manos, las llagas de Jesús en los ojos,
y el Espíritu de amor en el corazón”.
12. “En el Cenáculo, Jesús resucitado, enviado
por el Padre, comunicó su mismo Espíritu a
los Apóstoles y con esta fuerza los envió a
renovar la faz de la tierra. Salir, marchar,
no quiere decir olvidar. La Iglesia en salida
guarda la memoria de lo que sucedió aquí;
el Espíritu Paráclito le recuerda cada palabra,
cada gesto, y le revela su sentido”.
13. “El Cenáculo nos recuerda el servicio, el
lavatorio de los pies, que Jesús realizó, como
ejemplo para sus discípulos. Lavarse los pies
los unos a los otros significa acogerse,
aceptarse, amarse, servirse mutuamente.
Quiere decir servir al pobre,
al enfermo, al excluido, al que resulta
antipático,
14. “El Cenáculo nos recuerda, con la Eucaristía, el
sacrificio.
En cada celebración eucarística, Jesús se ofrece por
nosotros al Padre, para que también nosotros
podamos unirnos a Él, ofreciendo a Dios
nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías y
nuestras penas…, ofrecer todo en sacrificio
espiritual”.
15. “El Cenáculo nos recuerda
la amistad.
"Ya no les llamo siervos
–dijo Jesús a los Doce-…
a ustedes les llamo
amigos".
El Señor nos hace sus
amigos, nos confía la
voluntad del Padre y se
nos da Él mismo. Ésta es
la experiencia más
hermosa del cristiano,
y especialmente del
sacerdote: hacerse amigo
del Señor Jesús. Descubrir
en su corazón
que Él es amigo”.
16. “El Cenáculo nos
recuerda la despedida del
Maestro
y la promesa de volver a
encontrarse con sus
amigos. "Cuando vaya…,
volveré y les llevaré
conmigo, para que
donde estoy yo, estén
también ustedes".
Jesús no nos deja,
no nos abandona nunca,
nos precede en la casa
del Padre y allá nos
quiere llevar con Él”.
17. “Pero el Cenáculo recuerda también la
mezquindad, la curiosidad –"¿quién es el
traidor?"-, la traición.
Y cualquiera de nosotros, y no sólo siempre los
demás,
puede encarnar estas actitudes, cuando miramos
con suficiencia al hermano, lo juzgamos;
cuando traicionamos a Jesús con nuestros
18. “El Cenáculo nos recuerda la comunión, la
fraternidad,
la armonía, la paz entre nosotros. ¡Cuánto amor,
cuánto bien ha brotado del Cenáculo!
¡Cuánta caridad ha salido de aquí, como un río
de su fuente, que al principio es un arroyo y
después crece
19. Todos los santos han
bebido de aquí;
el gran río de la santidad
de la Iglesia siempre
encuentra su origen aquí,
siempre de nuevo, del
Corazón de Cristo,
de la Eucaristía, de su
Espíritu Santo.
20. El Cenáculo, finalmente, nos recuerda el nacimiento
de la nueva familia, la Iglesia, nuestra Santa Madre
Iglesia,
constituida por Cristo resucitado.
Una familia que tiene una Madre, la Virgen María.
21. Las familias cristianas pertenecen a esta gran
familia, y en ella encuentran luz y fuerza para
caminar y renovarse, mediante las fatigas y las
pruebas de la vida. A esta gran familia están
invitados y llamados todos los hijos de Dios de
cualquier pueblo y lengua, todos hermanos e hijos
de un único Padre que está en los cielos.
22. Éste es el horizonte del Cenáculo:
el horizonte del Resucitado y de la Iglesia.
De aquí parte la Iglesia en salida, animada por el
soplo vital del Espíritu. Recogida en oración con
la Madre de Jesús, revive siempre la esperanza de
una renovada efusión del Espíritu Santo: Envía,
Señor, tu Espíritu,
y renueva la faz de la tierra.”
23. El 28 de mayo dijo : …“Recemos por la paz en
Tierra Santa y en todo Medio Oriente”, “Los
invito a todos ahora a rezar juntos, a rezar juntos
a la Virgen, Reina de la Paz, Reina de la unidad
entre los cristianos, la mamá de todos los
cristianos: que Ella nos de paz, a todo el mundo,
y que Ella nos acompañe en este camino de
unidad”.
24. El 28 de mayo refiriéndose
a su encuentro con
Bartolomé I en Tierra Santa
en el Santo Sepulcro, dijo:
…“En aquel lugar donde
resonó el anuncio de la
Resurrección, sentimos toda
la amargura y el sufrimiento
de las divisiones que aún
existen entre los discípulos
de Cristo.
25. Y de verdad esto hace tanto mal, mal al corazón
¡estamos todavía divididos! En aquel lugar donde
precisamente ha resonado el anuncio de la
resurrección, donde Jesús nos da la vida,
¡todavía nosotros estamos un poco divididos!”.
26. “En aquella celebración, cargada de mutua
fraternidad,
de estima y de afecto, percibimos, fuerte,
la voz del Buen Pastor Resucitado,
que quiere hacer de todas sus ovejas un solo
rebaño; sentimos el deseo de sanar las heridas aún
abiertas y proseguir con tenacidad el camino hacia
la plena comunión”.
27. “Una vez más, como lo han hecho los Papas
anteriores,
yo pido perdón por lo que nosotros hemos hecho
para favorecer esta división
y pido al Espíritu Santo que nos ayude a sanar las
heridas que nosotros hemos provocado a los otros
hermanos”.
28. “Todos somos hermanos en Cristo y con el
Patriarca Bartolomé somos amigos, hermanos y
hemos compartido las ganas de caminar juntos, de
hacer todo lo que desde hoy podemos hacer, rezar
juntos, trabajar juntos por el rebaño de Dios,
buscar la paz, custodiar la creación. Tantas cosas
que tenemos en común.
Y como hermanos tenemos que seguir adelante”.
29. El 30 de mayo dijo en su homilía:
“En la vida cristiana hay momentos de temor
y en ellos nos preguntamos si “no sería mejor
bajar un poco el nivel y no ser tan cristianos y
buscar un compromiso con el mundo”,
pero San Pablo –que también tuvo miedo-,
confió en que al final Cristo convertiría sus
sufrimientos en alegría y no se detuvo a pesar
de las persecuciones.
30. Esto,
“nos hace pensar en
nuestros miedos, en
nuestros temores”.
Cristo, también tuvo
miedo y angustia en
Getsemaní y advirtió a
sus discípulos que el
“mundo se alegrará”
por sus sufrimientos,
como sucederá con los
primeros mártires en el
Coliseo.
31. “Y nosotros debemos decirnos la verdad:
no toda la vida cristiana es una fiesta.
¡No toda! Se llora, tantas veces se llora.
Cuando estás enfermo; cuando tienes un problema
en tu familia con un hijo, con una hija, la
esposa, el marido;
32. ves que el sueldo no alcanza hasta fin de mes
y tienes un hijo enfermo; cuando ves que no
puedes pagar la cuota del crédito inmobiliario de
la casa y se deben ir…
33. Tantos problemas, tantos que nosotros tenemos.
Pero Jesús nos dice: ‘¡No tengas miedo!’.
‘Sí, estarán tristes, llorarán y también la gente se
alegrará,
la gente que está contra ti’”.
34. A esto, se suma otra tristeza, que es la que
“nos llega a todos nosotros cuando vamos por un
camino que no es bueno”. Cuando, “por decirlo
sencillamente”, “vamos a comprar la alegría, la
alegría esa del mundo,
esa del pecado. Al final hay un vacío dentro de
nosotros, hay tristeza”. Y ésta “es la tristeza de la
mala alegría”.
En cambio, la alegría cristiana es la
35. “Pero en el momento de la prueba nosotros no la
vemos. Es una alegría que es purificada por las
pruebas y también por las pruebas de todos los
días: ‘Su tristeza se cambiará en alegría’. Pero
cuando vas a lo de un enfermo o a lo de una
enferma que sufre tanto es difícil decir: ‘¡Ánimo!
¡Coraje! ¡Mañana tendrás alegría!’. ¡No, no se
puede decir! Debemos hacerla sentir como la hizo
36. “También nosotros, cuando estamos precisamente
en la oscuridad, que no vemos nada:
‘Yo sé, Señor, que esta tristeza se cambiará en
alegría.
¡No sé cómo, pero lo sé!’. Un acto de fe en el
Señor.
¡Un acto de fe!”.
37. Para comprender cómo la tristeza se transforma
en alegría, Jesús puso el ejemplo de la mujer que
da a luz.
“Es verdad, en el parto la mujer sufre tanto, pero
después, cuando el niño está con ella, se olvida”.
Lo que queda,
por tanto, es “la alegría de Jesús, una alegría
purificada”.
38. Una alegría “escondida en algunos momentos de
la vida, que no se siente en los momentos feos,
pero que viene después: una alegría en la
esperanza”.
Éste “es el mensaje de la Iglesia de hoy: ¡no
tener miedo!”.
39. “Que el Señor nos dé a todos nosotros esta
alegría en la esperanza. Y el signo de que
nosotros tenemos esta alegría en esperanza es la
paz. Cuántos enfermos,
que están en el final de la vida, con los dolores,
tienen esa paz en el alma… Ésta es la semilla de la
alegría, ésta es la alegría en la esperanza, la paz”.
40. “¿Tú tienes paz en el alma en el momento de la
oscuridad, en el momento de las dificultades,
en el momento de las persecuciones,
cuando todos se alegran por tu mal? ¿Tienes paz?
Si tienes paz, tú tienes la semilla de aquella alegría
que vendrá después.
Que el Señor nos haga comprender estas cosas”.
41. El 1 de junio dijo al presidir el rezo del Regina Caeli
frente a la multitud congregada en la Plaza de San
Pedro,
en el Domingo de la Ascención:
“Jesús, cuando va al Cielo, le lleva al Padre un
regalo. ¿Pensaron en esto?
¿Cuál es el regalo que Jesús lleva al Padre? Sus llagas.
Este es el regalo que Jesús lleva al Padre.
Su cuerpo es bellísimo, sin las heridas de la
flagelación,
todo hermoso, pero, ha conservado las llagas”.
42. “Y cuando va al Padre, le dice al Padre:
Mira Padre, éste es el precio del perdón que tú
das. Y cuando el Padre mira las llagas de Jesús,
nos perdona siempre. No porque nosotros somos
buenos, no. Porque Él ha pagado por nosotros.
Mirando las llagas de Jesús el Padre se vuelve más
misericordioso, más grande, ¡eh!”.
43. “Este es el gran trabajo que hace Jesús hoy en el
Cielo. Hacer ver al Padre el precio del perdón, sus
llagas.
¡Qué cosa bella esta eh! No tengas miedo de pedir
perdón. Él siempre perdona. ¡No tengas miedo!
Porque Él mira las llagas de Jesús, mira nuestro
pecado,
44. “Jesús parte, asciende al Cielo, es decir, regresa
al Padre de quien había sido enviado al mundo”.
“Hizo su trabajo, y regresa al Padre. Pero no se
trata de una separación, porque Él permanece
para siempre con nosotros, en una forma nueva.
Con su Ascensión, el Señor resucitado atrae la
mirada de los Apóstoles – y también nuestra
mirada – a las alturas del Cielo para mostrarnos
que la meta de nuestro camino es el Padre”.
45. “Sin embargo, Jesús permanece presente y
operante en las vicisitudes de la historia humana
con la potencia y los dones de su Espíritu; está
junto a cada uno de nosotros: incluso si no lo
vemos con los ojos, ¡Él está! Nos acompaña,
nos guía, nos toma de la mano y nos levanta
cuando caemos”.
46. “Jesús resucitado está
cerca de los cristianos
perseguidos y
discriminados; está cerca de
cada hombre y mujer que
sufre.
¡Está cerca de todos
nosotros!”.
“También hoy, está aquí
con nosotros en la Plaza.
¡El Señor está con nosotros!
¿Ustedes creen esto?”,
“¡El Señor está con
nosotros!
47. “Jesús también está presente mediante la Iglesia,
a la que Él ha enviado a prolongar su misión.
La última palabra de Jesús a los discípulos es la
orden de partir:
‘Vayan, pues, y hagan discípulos a todas las
gentes’.
Es un mandato preciso, ¡no es facultativo!”.
48. La comunidad cristiana,
“es una comunidad ‘en
salida’, una comunidad ‘en
partida’.
Es más: la Iglesia ha nacido
‘en salida’. Y ustedes me
dirán: ¿pero y las
comunidades de clausura? Sí,
también ellas,
porque están siempre ‘en
salida’ con la oración, con
el corazón abierto al
mundo,
a los horizontes de Dios.
¿Y los ancianos, los
enfermos? También ellos,
con la oración y la unión a
las llagas de Jesús”.
49. “A sus discípulos misioneros Jesús les dice:
‘Yo estoy con ustedes todos los días hasta
el fin del mundo’. Solos, sin Jesús,
¡no podemos hacer nada!”.
50. “en la obra apostólica no bastan nuestras
fuerzas, nuestros recursos, nuestras
estructuras, si bien son necesarias. Pero no
bastan. Sin la presencia del Señor y la
fuerza de su Espíritu nuestro trabajo,
aun si bien organizado, resulta ineficaz”.
51. “Y así vamos a decir a la gente quién es Jesús.
Pero yo no quisiera que ustedes se olviden del
regalo que Jesús ha llevado al Padre.
¿Cuál es el regalo? Las llagas. Así. Porque con
estas llagas hace ver al Padre el precio de su
perdón”.
52. “junto a Jesús nos
acompaña María, nuestra
Madre”.
“Ella ya está en la casa
del Padre, es Reina del
Cielo
y así la invocamos en
este tiempo; pero como
Jesús está con nosotros,
es la Madre de nuestra
esperanza”.
53. El 1 de junio luego del rezo del Rosario por la
culminación de mayo, Mes de María, se rezó la
siguiente oración realizada por el Papa Francisco:
54. Virgen y Madre María,
tú que, movida por el
Espíritu, has acogido al
Verbo de la vida en la
profundidad de tu
humilde fe, totalmente
entregada al Eterno,
ayúdanos a decir
nuestro ‘sí’, en la
urgencia más imperiosa
que nunca, de hacer
resonar la Buena
Noticia de Jesús.
55. Consíguenos ahora un nuevo ardor de
resucitados para llevar a todos el Evangelio de
la vida que vence la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos
caminos para que llegue a todos el don de la
belleza que no se apaga.
56. Estrella de la nueva
evangelización,
ayúdanos a resplandecer en
el testimonio de la
comunión, del servicio, de
la fe ardiente y generosa,
de la justicia y del amor
hacia los pobres, para que
la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de
la tierra y ninguna periferia
sea privada de tu luz.
58. El 26 de mayo el Papa Francisco en su discurso al
máximo líder religioso musulmán, dijo:
“…Respetémonos y amémonos los unos a los otros
como hermanos y hermanas.
Aprendamos a comprender el dolor del otro.
Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para
la violencia. Trabajemos juntos por la justicia y
por la paz.
¡Salam!
59. El 26 de mayo en discurso dirigido al presidente
de Israel, Shimon Peres, dijo: ... “Los Lugares
Santos no son museos o monumentos para turistas,
sino lugares donde las comunidades de creyentes
viven su fe, su cultura, sus obras de caridad. Por
eso, se deben salvaguardar para siempre en su
sacralidad, tutelando así no sólo el legado del
pasado, sino también a las personas que los visitan
hoy y que los visitarán en el futuro.
60. …“La construcción de la paz exige sobre todo el
respeto a la libertad y a la dignidad de la persona
humana, que judíos, cristianos y musulmanes
consideran igualmente creada por Dios y destinada
a la vida eterna.
A partir de este punto de referencia que tenemos
en común, es posible proseguir en el empeño por
una solución pacífica de las controversias y los
61. A este respecto, renuevo el deseo de que se
eviten, por parte de todos, las iniciativas y los
actos que contradicen la declarada voluntad de
alcanzar un verdadero acuerdo y de que no nos
cansemos de perseguir la paz con determinación y
coherencia”.
62. “Se debe rechazar firmemente todo lo que se
opone al logro de la paz y de una respetuosa
convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes:
el recurso a la violencia y al terrorismo, cualquier
tipo de discriminación por motivos raciales o
religiosos,
63. la pretensión de imponer el propio punto de vista
en perjuicio de los derechos del otro, el
antisemitismo en todas sus formas posibles, así
como la violencia o las manifestaciones de
intolerancia contra personas o lugares de culto
judíos, cristianos y musulmanes.”
64. El 30 de mayo dijo:
“Debemos constatar con gran dolor que la crisis siria
no ha sido resuelta, es más continua, y existe el
riesgo de acostumbrarse a ella: de olvidar a las
víctimas cotidianas,
los indecibles sufrimientos, los millares de prófugos,
entre los cuales ancianos y niños, que padecen
y a veces mueren por hambre y causadas por la
guerra.
65. Esta indiferencia ¡hace mal!
Una vez más debemos repetir el nombre de la
enfermedad que hoy nos hace tanto mal en el
mundo:
la globalización de la indiferencia”.
66. “el futuro de la humanidad se construye con la paz
y no con la guerra” porque esta
“destruye, mata, empobrece a pueblos y países”.
67. “Pido a todas las partes que, aspirando al bien
común, consientan de inmediato la obra de
asistencia humanitaria y cuanto antes hagan callar
las armas y se empeñen en negociar, poniendo en
primer lugar el bien de Siria, de todos sus
habitantes, también de aquellos que
lamentablemente han tenido que refugiarse y que
tienen el derecho de regresar lo más pronto posible
a la patria”.
68. El 1 de junio dijo: “Con profunda tristeza, rezo
por las víctimas de las tensiones que aún prosiguen
en algunas regiones de Ucrania, así como en la
República Centroafricana. Renuevo mi apremiante
llamamiento a todas las partes implicadas, para que
se superen las incomprensiones y se busque con
paciencia el diálogo y la pacificación”.
69. “que María Reina de la Paz nos ayude a
todos con su intercesión materna.
María Reina de la Paz, ruega por nosotros”.
70. En twitter dijo:
Entablemos una profunda amistad con Jesús:
así podremos seguirlo de cerca
y vivir con Él y para Él.
71. Todo cristiano, en su puesto de trabajo,
puede dar testimonio,
con sus palabras y más aún con una vida
honrada.
72. En los momentos difíciles de la vida, el cristiano
encuentra amparo bajo el manto de la Madre de
Dios.
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