2. El 2 de septiembre, continuando con su catequesis sobre la familia, dijo:
En este último tramo de nuestro camino de catequesis sobre la familia,
dirigimos la mirada al modo en que ella vive la responsabilidad de
comunicar la fe,
de transmitir la fe, sea al interior como al exterior.
3. En un primer momento, nos pueden venir a
la mente algunas expresiones evangélicas
que parecen contraponer los vínculos de la
familia y el seguimiento de Jesús.
Por ejemplo, aquellas palabras fuertes que
todos conocemos y hemos escuchado:
‘El que ama a su padre o a su madre más
que a mí, no es digno de mí; y el que ama a
su hijo o a su hija más que a mí, no es
digno de mí. El que no toma su cruz y me
sigue, no es digno de mí’ (Mt10, 37-38).
4. Naturalmente, ¡Jesús no quiere anular el cuarto mandamiento
con esto! Que es el primer gran mandamiento hacia las
personas. Los tres primeros son en relación a Dios y este en
relación a las personas… ¡es grande!.
5. No podemos pensar que el Señor, después de haber realizado su
primer milagro para los esposos de Caná, después de haber
consagrado el vínculo conyugal entre el hombre y la mujer, después
de haber restituido hijos e hijas a la vida familiar, ¡nos pida ser
insensibles a estos vínculos!
Esa no es la explicación, no.
6. Al contrario, cuando Jesús afirma la primacía de la fe
en Dios, no encuentra una comparación más
significativa que los afectos familiares.
7. Y por otro lado, estos mismos vínculos familiares dentro de la
experiencia de fe y del amor de Dios se transforman, son
“completados” con un sentido más grande y se hacen capaces
de ir más allá de sí mismos, para crear una paternidad y una
maternidad más amplias y para acoger como hermanos
y hermanas también aquellos que están al margen de toda
relación.
8. Un día, a quien le dijo que afuera estaban su madre
y sus hermanos que lo buscaban, Jesús respondió,
indicando a sus discípulos: ‘¡Estos son mi madre y mis
hermanos! Porque el que hace
la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi
madre’
(Mc 3, 34-35).
9. La sabiduría de los afectos,
que no se compran y no se
venden,
es la mejor dote del genio
familiar. Especialmente en la
familia aprendemos a crecer
en aquella atmósfera de la
sabiduría de los afectos. Su
‘gramática’ se aprende allí, de
otra manera es muy difícil
aprenderla. Y es especialmente
este lenguaje a través del cual
Dios se da a entender a todos.
10. La invitación a poner los vínculos familiares en el ámbito
de la obediencia de la fe y de la alianza con el Señor no los mortifica;
al contrario, los protege, los desvincula del egoísmo, los protege del
deterioro,
los lleva a un lugar seguro para la vida que no muere.
11. La circulación de un estilo familiar en las relaciones humanas
es una bendición para los pueblos:
trae nuevamente la esperanza a la tierra.
12. Cuando los afectos familiares se dejan convertir por el testimonio del
Evangelio
se hacen capaces de cosas impensables, que permiten tocar con la mano las
obras de Dios, aquellas obras que Dios realiza en la historia, como aquellas
que Jesús ha hecho para los hombres, las mujeres, los niños que ha
encontrado.
13. Una sola sonrisa milagrosamente arrancada de la
desesperación de un niño abandonado, que vuelve a vivir,
nos explica la acción de Dios
en el mundo más que mil tratados teológicos.
Un solo hombre o una sola mujer, capaces de arriesgar y de
sacrificarse por un hijo de otros y no solo por el propio, nos
explican cosas del amor que muchos científicos no pueden
comprender.
14. Donde están estos afectos familiares brotan estos gestos
del corazón que nos hablan más fuerte que las palabras,
el gesto del amor… esto hace pensar.
15. La familia que responde a la
llamada de Jesús devuelve la
dirección del mundo a la alianza
del hombre y de la mujer con
Dios.
16. Piensen en el desarrollo de este testimonio hoy.
Imaginemos que el timón de la historia (de la sociedad, de la
economía,
de la política) sea entregado –¡finalmente! – a la alianza del hombre
y de la mujer,
para que la gobiernen con la mirada dirigida a la generación que
viene.
Los temas de la tierra y de la casa, de la economía y del trabajo,
¡tocarían una música muy diferente!
17. Si volvemos a dar protagonismo
–a partir de la Iglesia– a la familia que escucha la Palabra de
Dios
y la pone en práctica, nos transformaremos como el vino
bueno de las bodas de Caná, ¡fermentaremos como la levadura
de Dios!
18. En efecto, la alianza de la familia
con Dios está llamada hoy a
contrastar la desertificación
comunitaria de la ciudad moderna.
Pero nuestras ciudades se han
vuelto desertificadas por falta de
amor, por falta de sonrisas.
19. Muchas diversiones, muchas, muchas cosas para perder el tiempo,
para hacer reír, pero falta el amor, especialmente la familia,
¡especialmente la familia! aquel papá, aquella mamá que trabajan y con
los niños…
La sonrisa de una familia es capaz de vencer esta desertificación de
nuestras ciudades
y esta es la victoria del amor de la familia.
20. Ninguna ingeniería económica
y política está en capacidad de sustituir
este aporte de las familias.
El proyecto de Babel edifica rascacielos
sin vida.
El Espíritu de Dios, en cambio,
hace florecer los desiertos
(cfr Is 32, 15).
21. Debemos salir de las torres
y de las bóvedas blindadas de
las élites, para frecuentar de
nuevo las casas
y los espacios abiertos a las
multitudes, abiertos al amor de
la familia.
22. La comunión de los carismas –aquellos dados al Sacramento del
matrimonio y aquellos concedidos a la consagración para el
Reino de Dios–
está destinada a transformar la Iglesia en un lugar plenamente
familiar
para el encuentro con Dios.
23. Vamos adelante en este camino, no perdamos la esperanza,
donde hay una familia con amor, esa familia es capaz de
calentar el corazón de toda una ciudad con su testimonio de
amor.
24. Recen por mí, recemos los unos por los otros, para que
seamos capaces de reconocer y sostener las visitas de
Dios.
El Espíritu traerá el alegre desorden a las familias
cristianas
y la ciudad del hombre saldrá de la depresión. Gracias.
25. El 2 de septiembre también dijo: “en estos días, también en
Extremo Oriente, se recuerda la conclusión de la Segunda
Guerra Mundial. Renuevo mi ferviente oración al Señor de
todos para que,
por intercesión de la Virgen María, el mundo de hoy no
experimente nunca más los horrores y los espantosos
sufrimientos de semejantes tragedias. Pero las experimenta”.
26. “Este es el anhelo permanente de los pueblos,
en particular de los que son víctimas de sangrientos conflictos
en curso:
las minorías perseguidas, los cristianos perseguidos,
la locura de la destrucción”.
27. ...“armas, armas ensangrentadas, bañadas con la sangre de
tantos inocentes ¡Nunca más la guerra! Es el grito apremiante
que,
desde nuestros corazones y de los corazones de todos los
hombres y mujeres de buena voluntad, se eleva al Príncipe
de la paz”.
28. El 6 de septiembre en sus palabras previas al rezo del ángelus, dijo:
El Evangelio cuenta la curación de un sordomudo.
“Aquel sordomudo que fue llevado a Jesús es símbolo del no creyente
que realiza un camino hacia la fe” y su sordera “expresa la incapacidad
de escuchar y de comprender no sólo las palabras de los hombres, sino
también la Palabra de Dios”.
29. San Pablo asegura que “la fe nace por la escucha de la predicación”.
“Lo primero que hace Jesús es llevarle lejos de la muchedumbre:
no quiere dar publicidad al gesto que está a punto de hacer, pero
tampoco quiere que su palabra sea tapada por el ruido de voces y de las
murmuraciones del ambiente”.
30. “La Palabra de Dios que Cristo nos transmite tiene necesidad
de silencio para ser escuchada como Palabra que vuelve a
sanar,
que reconcilia y restablece la comunicación”.
31. Jesús curó al sordomudo tocando su oreja y lengua
y esto es porque “para restaurar la relación con ese hombre
`bloqueado’ en la comunicación, busca primero restablecer
el contacto” y dado que “el milagro es un don de lo alto”,
Jesús implora al Padre.
32. “Dios no es cerrado en sí mismo, sino que se abre
y se pone en comunicación con la humanidad”.
“En su inmensa misericordia, supera el abismo de la infinita
diferencia entre Él y nosotros, y viene a nuestro encuentro”.
33. “Dios se hace hombre: no basta hablarnos mediante la ley
y los profetas, sino que se hace presente en la persona de su
Hijo,
la Palabra hecha carne”.
34. “Jesús es el gran ‘constructor de
puentes’
que construye en sí mismo el gran
puente de la comunión plena con el
Padre”.
35. "Este Evangelio nos habla también de nosotros:
a menudo nosotros estamos replegados y encerrados en
nosotros mismos, y creamos tantas islas inaccesibles e
inhospitalarias.
36. Incluso las relaciones humanas más elementales a veces crean
realidades incapaces de apertura recíproca: la pareja cerrada, la
familia cerrada,
el grupo cerrado, la parroquia cerrada…Y aquello no es de Dios.
Esto es nuestro, es nuestro pecado".
37. "Sin embargo, el origen de nuestra vida cristiana, en el Bautismo,
son propios del gesto y de la palabra de Jesús ‘¡Ábrete!’”.
Al ser curados por Jesús, que es un “gran constructor de puentes”,
“somos insertados en la gran familia de la Iglesia;
podemos escuchar a Dios que nos habla y comunica su Palabra a
cuantos
no la han escuchado nunca o a quien la ha olvidado
y sepultado bajo las espinas de las preocupaciones y de los engaños
del mundo”.
38. Al finalizar el rezo del
Ángelus, dijo:
Ayer sábado en Gerona
(España), “fueron
proclamadas Beatas Fidelia
Oller, Giuseppa Monrabal y
Faconda Margenat,
religiosas del Instituto de
las Hermanas de San José
de Gerona, asesinadas por
la fidelidad a Cristo y a la
Iglesia”.
39. “A pesar de las amenazas e intimidaciones, estas mujeres
permanecieron valerosas en su puesto para asistir a los enfermos,
confiando en Dios”
“su heroico testimonio, hasta la efusión de la sangre, da fuerza y
esperanza a cuantos hoy son perseguidos por motivo de la fe
cristiana y nosotros sabemos que son muchos”.
40. “la Misericordia de Dios viene reconocida a través de nuestras obras,
como nos ha testimoniado la beata Madre Teresa de Calcuta,
de quien hemos recordado el aniversario de su muerte”.
41. Así pues, “frente a la tragedia de decenas de miles de refugiados
que huyen de la muerte por la guerra y por el hambre,
y están de camino hacia una esperanza de vida,
el Evangelio nos llama a ser ‘próximos’ con los más pequeños y
abandonados.
A darles una esperanza concreta”.
42. Que no sólo se les diga “’¡Ánimo, paciencia’!” porque
“la esperanza es combativa con la tenacidad de quien va hacia una
meta segura”.
43. “Por tanto, en la proximidad del Jubileo de la Misericordia,
dirijo una petición a las parroquias, a las comunidades religiosas,
a los monasterios y a los santuarios de toda Europa para expresar la
concreción del Evangelio y acojan una familia de refugiados”.
44. Se trata de “un gesto concreto como preparación al Año Santo”.
“Que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio,
cada santuario de Europa hospede a una familia, comenzando por
mi diócesis de Roma”.
45. “Me dirijo a mis hermanos obispos de Europa, verdaderos pastores,
para que en sus diócesis sostengan esta solicitud mía, recordando
que Misericordia es el segundo nombre del Amor:
‘Todo aquello que hagan a uno solo de estos hermanos
míos más pequeños me lo harán a mí’”.
46. “También las dos parroquias del Vaticano
acogerán en estos días a dos familias de refugiados”.
47. “En estos días, los Obispos de Venezuela y Colombia se han reunido
para examinar juntos la dolorosa situación que se ha creado en la
frontera entre ambos Países. Veo en este encuentro un claro signo de
esperanza”.
48. “Invito a todos, en particular a los amados pueblos venezolano
y colombiano, a rezar para que, con un espíritu de solidaridad
y fraternidad, se puedan superar las actuales dificultades”.
49. En twitter dijo:
Hoy es la Jornada mundial de oración
por el cuidado de la Creación. Recemos y trabajemos.
50. La guerra es madre de toda pobreza,
una gran depredadora de vidas y almas.
51. Si deseas recibir mails,
relacionados con la Iglesia: que
contienen diapositivas, vida de
Santos, Evangelio del Domingo,
etc.
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con el título suscripciones.
Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el
amor a Jesús.