Las tecnoadicciones consisten en una dependencia excesiva del uso de la tecnología que limita la libertad individual. Se manifiestan a través de la tolerancia, la abstinencia y la necesidad de gratificación instantánea. Entre los signos de alerta se incluyen cambios físicos, de conducta y en el contexto escolar. Los factores de riesgo son personales, familiares y sociales, mientras que los factores de protección incluyen buena autoestima y apoyo familiar y social.
2. ¿Qué son?
Consisten en una inclinación desmedida respecto al
uso de las tecnologías, que llega a limitar la libertad
del individuo debido a la gran dependencia que
provocan.
3. ¿Cómo se manifiestan?
Aparece la “tolerancia”: hay un deseo intenso, un ansia o
necesidad incontrolable e imperiosa de actividad en torno a las
TIC, de manera que cada vez se necesita más tiempo de
conexión para obtener el mismo nivel de bienestar.
Aparece la “abstinencia”: malestar, irritabilidad, inquietud…
ante la ausencia de contacto o conexión con las TIC.
Aparece la necesidad de “gratificación instantánea” y de
aprobación social: necesitamos conectarnos ya para realizar la
actividad y el hacerlo refuerzo de alguna manera nuestra
posición social y nuestra relación con los demás.
Aparece un descuido o deterioro en nuestras actividades
habituales (escolares, laborales, personales, domésticas…)
4. Signos de alerta
Cambios físicos y emocionales: alteraciones en el
estado de ánimo, más irascibilidad, ansiedad,
aumento de la agresividad, pérdidas o ganancias de
peso, alteraciones en el sueño…
Cambios de conducta/sociales: en los hábitos
alimenticios, horarios de sueño y descanso, salidas
con los amigos, ocio y tiempo libre…
Cambios en el contexto escolar: calificaciones
inferiores, dificultades de concentración, olvidos de
tareas, trabajos o exámenes…
5. Factores de riesgo
Personales: impulsividad, búsqueda de sensaciones,
intolerancia a estímulos displacenteros, carencias
afectivas, pobre cohesión familiar, pobres relaciones
sociales…
Familiares: entorno rígido, autoritario o demasiado
permisivo
Sociales: aislamiento, falta de amistades, pocas
habilidades sociales…
6. Factores de protección
Personales: buena autoestima, habilidades sociales,
estrategias eficaces de resolución de problemas,
atribución causal personal, buen manejo de las
emociones…
Escolares: educación que potencia valores prosociales
Familiares: buen ambiente comunicativo y afectivo que
haga que el menor no tenga que recurrir a Internet para
sentirse “alguien”, entendido, comprendido, valorado…
Imposición de normas y límites. Buenos modelos
parentales.
Sociales: red de amigos.
7. ¿Qué puedes hacer?
Imponerte una limitación de momentos y horarios (por
ejemplo, nunca antes de tal hora… nunca después de tal
hora…, nunca más de una hora seguida…, nunca más de tres
días por semana…)
Respeta los horarios de sueño, comidas, obligaciones
domésticas y tareas escolares.
Busca actividades alternativas: lectura, deportes…
Mientras trabajas desconéctate de redes sociales o mensajería
instantánea
Si quieres comprobar tus niveles reales de consumo de
Internet, registra tus actividades y los tiempos de conexión.