1. Había una vez dos niños muy aventureros pero más allá de esto, eran especiales, los niños eran
hijosdel hadade la naturalezay junto con sus primos, que eran niños del señor del agua eran los
encargados de distintas tareas del cambio de estaciones. Iván y Sofía opuestos a sus primos
querían que la primavera comenzara con algo espectacular. Por otro lado, Emilia y Eduardo que
estaban hartos de trabajar duro, querían sabotear las estaciones y dejar el mundo en un eterno
invierno.
Durante variosdías Sofía intentabaque se le ocurrierauna idea espectacular y por su parte Emilia
al enterarse del plande susprimos,espiaba a Sofía para evitar a toda costa que continuara con su
plan.EntoncesIvántuvola gran ideade conocerun doble arcoíris.Tenía que visitarlaislacolorida,
y decidieron embarcar al día siguiente. Por la noche Emilia y Eduardo pusieron una posiión para
olvidar todas las ideas y les robaron el cetro arcoíris, a la mañana siguiente, Sofía no podía
recordar lamaravillosaideadel díaanterior.Ivánestabadesesperado, puesto que faltaban pocos
días para el inicio de la primavera. Entonces, siguiendo con la trampa, Eduardo y Emilia les
mandaron un mapa, hacia la isla de las ideas perdidas, puesto que nadie volvía de ese viaje.
Cobyel perro de losgemelos,llevóobedientemente el mapa a Iván y Sofía, ellos se emocionaron
porque por fin podrían encontrar su idea. Prepararon su barco y sus provisiones para emprender
el viaje. Tuvieron muchas dificultades en el viaje, desde grandes tormentas hasta terribles
monstruos.Al llegarala islase sorprendieronde todaslasideasycosasperdidasque había. La isla
era un lugar colorido, en las primeras secciones y conforme para el tiempo las ideas y cosas van
perdiendo color, Iván y Sofía se asustan debido a que son advertidos de un feroz ogro que no
permite que nadie supere sus pruebas, y recupere sus cosas. Los niños encuentran el castillo del
ogro,justoal centrode laisla. Asombrados por la ventana, descubren que hay un pergamino con
sus nombres en él, y se propusieron entrar, aún sabiendo de los rumores de que el ogro se
alimenta de niños curiosos.
Ivánvalientemente propuso una idea, él distraería al ogro mientras Sofía tomaría el pergamino y
huirían en su barco. Y entonces se dispusieron a hacerlo. Iván tocó por la puerta principal del
castillo del ogro, que era una puerta que era diez veces su altura, y un escalofrío recorrió su
espalda, entonces llamó a la puerta, y pacientemente esperó hasta que el ogro, que medía dos
metros, con piel verdosa, facciones gordas y troncas, le abriera la puerta.
– ¿Qué hace por aquí una pequeñacriaturaporaquí? –Preguntóel ogro, esbozando una evidente
2. sonrisa. – Por favor, pasa, pasa.
El ogro abrióla puertae Iván dudosoentróconpasos largos,observandoqué tantas posibilidades
tendría de salir ileso.
– ¿Te ofrezco algo, mi humilde invitado? –Preguntó el ogro mientras se frotaba las manos,
probablemente ansioso por devorar al pobre infante.
– ¿Tienesgalletas? –RespondióIván,dejándose seducirporsus instintosde la niñez, y a la vez con
la idea de distraer al ogro para que su hermana pudiese entrar rápidamente.
– Por supuesto, esto sólo me tomará un segundo… Ya vuelvo. –Dijo el ogro, retirándose de la
habitación con pasos sordos y torpes.
Sofía se deslizóporunade las puertastraserasdel castillo,lascualesnoteníanlamejorprotección
ya que nadie osabamolestaral ogro por sumala famade devorador.Inmediatamente se transladó
a donde se encontraba el pergamino y lo tomó, aunque no contaba con que el ogro pasaba por
ahí, perologróesconderse ypasódesapercibida. Buscó silenciosa a su hermano, y al encontrarlo,
ambos intentaron correr a la salida, pero se encontraron con que la puerta estaba cerrada y la
única opción que conocían, era salir por donde Sofía se había metido.
Corrieron,ytoparoncon la cocina,donde el ogrocalentabauna sopaen laque probablemente los
hermanos tomarían un baño sí no lograban salir. Y ahí vieron una salida, que daba vista su barco.
Intentaron dar pasos lentos y silenciosos, pero fue un intento fallido cuando Sofía pisó una lata
que estabaenel piso,y el ogro al percatarse de ello,leslanzó unos sartenes, y luego unos platos,
peroSofía e Iván eranmuy hábilesylograronesquivarlos,el ogroal quedarse sinherramientas, se
recargó para toma run respiro y ahí fue cuando a Sofía se le ocurrió una brillante idea.
– Ogro, ven con nosotros, ayúdanos a llevar la primavera a los corazones de los hombres, y tu
recompensa serán dos apetitosos niños, acompáñanos. –Dijo Sofía entusiasta. Después de unos
minutos de convencimiento, el ogro aceptó viajar con ellos, y trajo consigo otras ideas perdidas
que podrían ser de utilidad. Al llegar a casa, Iván, Sofía y el ogro, decidieron poner en marcha
aquellasideas, ysusprimos no sabían que estaban de vuelta, y mucho menos esperaban aquella
3. sorpresaque habían traído consigo.Cuandolaprimaverafue unéxito,ytodosloscorazonesde los
hombresse llenaronde coloresy calidez, Iván y Sofía llevaron al ogro con sus primos, y bueno, la
historia se cuenta por sí sola…
FIN.