3. Descripción de la ruta
Es este uno de los paseos favoritos de la gente del pueblo, tanto durante la época invernal, en que se realiza
a primera hora de la tarde, como durante el verano, momento en que se prefiere recorrerlo al atardecer.
También es bueno para paseos en bicicleta, ya que gran parte del recorrido se realiza por el camino del
Canal de Isabel II, totalmente llano dado que mantiene la curva de nivel de los 720 m, y además está exento
de tráfico rodado.
Comenzamos en la Placituela del Cuartel tomando el camino del Guijo en dirección sur. Recorremos así una
de las zonas del pueblo que se ha mantenido con pocos cambios
durante los últimos años, ya que el crecimiento ha ido ganando
terreno a la naturaleza en las otras tres direcciones. Nos
acompañan en los primeros metros dos grandes fincas
aprovechadas para el pastoreo, antaño de ovejas, actualmente de
vacas. A nuestra derecha, un pequeño montículo queda coronado
por el Palomar, con un marco vegetal formado por arizónicas y
pinos resineros, y en cuyos bajos se abre una bodega con
hermosas bóvedas. Al fondo, desde el camino podemos ver la
imponente Sierra de Gredos, enmarcando los más bellos
atardeceres.
A nuestra izquierda, los viñedos nos recuerdan los
usos tradicionales de estas tierras, hoy día cada vez
más escaso en parte debido a las subvenciones que
los agricultores reciben por el arranque de sus cepas
centenarias, lo cual nos entristece no sólo por la
pérdida de la tradición vitivinícola de Navas, sino
también por el riesgo erosivo al que se exponen los
suelos, sobre todo en zonas de ladera. En nuestro
caminar, dejaremos a este lado el camino de
Socancho que recorremos en otra ruta.
La vegetación natural aquí sólo nos muestra
pequeños retazos, como alguna encina joven, zarzas,
retamas, y en los bordes del camino, una hilera de
junco churrero con cantueso, y un elenco de especies medicinales como marrubio, hinojo y cardo mariano.
Entre la fauna, lo más llamativo es el gran número de aves diferentes que podemos ir observando: palomas,
petirrojos, perdices que corretean entre las cepas, urracas, estorninos, alondras, jilgueros, etc.
La urraca ladrona
La urraca, es uno de los córvidos más comunes incluso en el medio
urbano. Criadas desde polluelos suelen ser muy dóciles, aunque es
sabida su afición por los objetos brillantes, como llaves o anillos,
que toman prestados sin ningún recato. En su medio natural
también son capaces de saquear nidos de otras aves en busca de
alimento.
Quizá sean menos conocidas sus dotes como arquitectos pues son
hábiles y cuidadosas construyendo sus nidos. Para ello utilizan
gruesas ramas que recubren por dentro con una pared de barro de
hasta 4 cm de espesor, y por arriba los cierran con una cúpula
sujeta por travesaños.
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4. La perdiz
La perdiz común habita en campiñas rocosas de arbustos y monte bajo
en Europa meridional.
A partir de febrero cada macho asegura las fronteras de su territorio
luchando contra los demás y estableciéndose en parejas. Suelen tener
entre 8 y 13 polluelos. Cuando se ven ante una amenaza suelen salir
corriendo en direcciones opuestas siendo difícil localizarlos hasta que la
madre los vuelve a reunir.
Iniciamos una pequeña subida que nos lleva hasta otro cruce, a unos 875 m,
el del camino del Valle. Frente a él, los Álamos, una de las escasas sombras
que ofrece esta ruta al caminante. Se trata de una olmeda dañada por la
grafiosis que se viene renovando cada 15 años, aproximadamente, lo que
tarda el insecto en volver a infestar el árbol y el hongo que porta en bloquear
el flujo de savia por su interior.
Dos nuevos repechos de escasa importancia nos sitúan en el cruce con el
camino del Canal, a poco menos de 1,2 km del punto inicial. En los últimos
metros hemos podido observar una zona colonizada sobre todo por zarzas,
actualmente muy controladas, rosales silvestres y algún sauce, bajo cuyas
ramas los numerosos conejos excavan sus galerías, formando uno de los
principales vivares de las proximidades de la población. Durante los meses
más calurosos del año, una vez terminada la época de caza, es fácil cruzarse
con muchos de ellos, sobre todo temprano en la mañana o al atardecer. A
nuestra derecha veremos un área en la que se hicieron labores de limpieza y
allanado para construir la Ermita de San Antonio, cuyo proyecto sobre plano
quiere integrar la construcción con el entorno natural y que aún se encuentra en una fase muy temprana de
ejecución, dado que depende de la generosidad de la gente del pueblo fundamentalmente.
Antes de tomar ya dirección oeste por el camino del Canal podemos disfrutar de una bella panorámica de
noreste a suroeste, distinguiendo algunas de
las principales elevaciones de la Sierra de
Guadarrama, como Siete Picos o la Bola del
Mundo, así como otras más cercanas como
las Machotas, relieves graníticos de
Zarzalejo, la Almenara, la cuerda
Verduguera, el Alto de la Parada, las
Cabreras y la Sierra de Gredos. Si
realizamos el itinerario durante los meses
invernales es posible que podamos disfrutar de días claros en los
que las cumbres aparecerán cubiertas de nieve.
En algunas fincas de esta zona podemos apreciar repoblaciones
de pino piñonero, cuyos rodales han ido cobrando espacio en
distintos puntos del pueblo en sustitución de las tierras de cultivo.
Los de la fotografía tenían 4 años.
El camino del Canal nos conduce hacia el oeste terminando en la
Elevación, torre que bombea el agua del embalse de Picadas y que está situada en el cerro Verdugo, al sur.
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5. Nos escoltan durante prácticamente la totalidad del recorrido típicas plantas del encinar madrileño, sobre todo
retama, cantueso, tomillo mejorana, enebro, aulaga y algún que otro escobón. Las encinas no son demasiado
añosas, casi siempre se trata de pies jóvenes que forman pequeños bosquetes en torno a peñascos de
gneises o cuarcitas, o bien de encinas arbustivas o carrascas.
Tras la primera curva encontramos un pequeño rodal de álamo blanco,
inconfundible incluso en invierno por su tronco blanquecino, y
posiblemente la única o una de las pocas muestras de la especie en el
término. Son arbolitos que poco a poco van abriendo el bosquete con
nuevos retoños.
A 1,5 km del inicio de la ruta llegamos a la segunda curva, desde la que la
panorámica es excepcional. Por debajo de nosotros, a la derecha, el
camino del Valle se dirige hacia la urbanización Santa Ana, separado del
otro valle, el del barranco del Fresno, por una pequeña loma. Al noroeste
llegamos a ver la Paramera, alto que pone barrera entre Ávila y nosotros, y
siguiendo hacia el oeste, reconoceremos el valle del río Alberche, frontera
entre Guadarrama y Gredos, así como el de San Martín de Valdeiglesias,
cuyo castillo podremos llegar a distinguir con ayuda de unos prismáticos.
Continuando hacia el sur, cierran nuestra vista Valdeyerno, Valdenoches,
las Labores y el alto de la Mira.
A la vuelta de la tercera curva, la más cerrada, vemos las praderas
con los juncales que delatan ya la presencia del agua, y la antena
en la cima. Más o menos en el km 2 de nuestro itinerario y donde
la curva cambia de dirección, nos adentraremos por una vereda,
cada vez menos visible, que nos conduce al pilón, hoy arreglado,
construido según reza en un letrero en el año 1966.
Más arriba, otra vereda nos lleva hasta el manantial conocido
como Fuente Ruiz, del que durante muchos años todos pudimos
disfrutar, pues el agua era fresca y limpia, aunque ahora una placa
nos advierta de su carácter no potable. Hace unos años estaba
completamente rodeada de juncos, hoy un gran enebro parece
hacer de guardián a su izquierda.
Algo más abajo, hacia
el Canal, dos higueras
nos ofrecerán un
lugar para el
descanso, con unas
maravillosas vistas hacia poniente, y puestas de sol dignas de
ser fotografiadas.
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6. La higuera
Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos;
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
La pobre parece triste
con sus gajos torcidos, que nunca
de apretados capullos viste…
Por eso
cada vez que yo paso a su lado
digo, procurando hacer dulce y alegre mi acento:
“Es la higuera el más bello de los árboles todos del
huerto”.
Si ella escucha,
si comprende el idioma que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa
embriagada de gozo cuente:
¡Hoy a mi me dijeron hermosa!
De Juana de Ibarbourrou
El regreso se plantea aquí precisamente al contrario de la ruta marcada, volviendo sobre nuestros pasos por
el camino y dejando a nuestra izquierda el pilón. El camino,
perdido hace unos años en su primer tramo se encuentra
actualmente ensanchado, con sus paredes de piedra que
dejan a un lado cultivos y a otro, vegetación natural. El
pastoreo, a nuestra izquierda, ha provocado la desaparición de
gran parte de la vegetación herbácea y arbustiva, quedando
una formación abierta con rodales de encina, retama y alguna
mata de cantueso. Es frecuente encontrar bandadas de
perdices y rabilargos en esta zona, a veces, con suerte, vemos
alguna abubilla, junto con otros pajarillos antes mencionados.
Es aquí donde se ha colocado un cartel informativo sobre las
pirámides tróficas de este ecosistema. Recomendamos que os
paréis a leer pues da una explicación inicial de lo que es una
cadena trófica y después habla de la regla del 10 %, según la
cual la energía se va perdiendo a medida que unos animales
van alimentándose de otros.
Al descender, volvemos a situarnos
en el cruce del camino del Canal con
el del Guijo, donde encontramos el
poste indicador del camino, y por el
que regresaremos al pueblo
finalizando así un recorrido de unos 4 km aproximadamente.
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7. El dato de actualización más interesante sobre este itinerario es el que hace referencia a la inclusión de esta
ruta en la red de Sendas de la Comunidad de Madrid, con el apoyo del Consorcio Turístico de la Sierra
Oeste, que la ha publicado en un reciente librito sobre los
pueblos que lo integran y sus elementos de interés, culturales y
naturales. Con motivo de esta publicación se han hecho
algunos arreglos en la fuente, se han colocado algunas señales
y, sobre todo, se ha reabierto el camino, prolongándolo hasta el
que conduce del Guijo a la
urbanización Santa Ana. Este
arreglo, como ocurrió ya
anteriormente en otros caminos
del municipio, ha excedido la
extensión del mismo, cortándose
encinas, retamas y otros arbustos que lo flanqueaban sin ser necesario. La
fuerte pendiente del último tramo hasta la intersección antes mencionada
puede ser un elemento que acelere la erosión y la aparición de regueros.
Mª José Morales
Francisco Navarro
Pilar Hernández
Bibliografía.
• GALÁN CELA, P., R. GAMARRA & J. I. GARCÍA (1998) Árboles y arbustos de
la Península Ibérica e Islas Baleares. Ed. Jaguar. Madrid.
• MORALES, M. J. & F. NAVARRO. (2004) En Ruta: G1-2: La Fuente Ruiz.
Caser@s nº 2. Enero-2004. Excmo. Ayto. Navas del Rey.
• SAUER, F. (1982) Aves terrestres. Ed. Blume. Barcelona.
Mª José Morales, Francisco Navarro y Pilar Hernández | Ruta G1-2: La Fuente Ruiz. Página 7