2. Las causas que pueden originar una complicación a partir de una otitis media crónica son múltiples, y
es la confluencia de varios factores ambientales, unidos a la infección, la que las desencadena.
Un mismo agente infeccioso puede, dependiendo de las condiciones ambientales, generar una
complicación en unos oídos y no en otros; estos factores son: la configuración anatómica, la
existencia o no de colesteatomas y la edad.
3. Las complicaciones se dividen en petromastoides e intracraneales.
En el adulto, el colesteatoma es la principal causa de complicaciones; en los niños, lo son las otitis
medias agudas y subagudas.
Los anaerobios son gérmenes identificados con mayor frecuencia en los casos de colesteatoma,
pudiendo también encontrarse Bacteroides fragilis o Proteus.
En los niños, el patógeno más habitual de la meningitis de origen otógeno es Haemophilus influenzae
tipo B.
4. FACTORES PREDISPONENTES
1. El colesteatoma, con mayor incidencia de erosión ósea por las enzimas osteolíticas y por la presión
directa sobre el hueso, que facilitan el desarrollo de fístulas.
2. Las cavidades quirúrgicas con infección persistente.
3. los factores anatómicos (seno lateral, erosión del laberinto, osteítis del peñasco o erosión del
acueducto de Falopio), que favorecen que una infección acantonada lesione por vecindad las
diferentes estructuras.
4. Edad, ya que los niños existe una menor resistencia de las paredes, son las principales circunstancias
que favorecen la presencia de complicaciones.
5. TRATAMIENTO
Su objetivo es erradicar la infección y eliminar los tejidos destruidos o en mal estado.
La primera actitud terapéutica será con penicilina resistente a la penicilinasa, cefalosporina de
tercera generación y metronidazol, u otra que cubra de igual forma el espectro microbiano.
7. MASTOIDITIS
Un absceso subperióstico, generalmente lateral, que en algunos
casos puede llegar a afectar a los espacios cervicales.
La evolución de esta complicación ha cambiado desde que
aparecieron los antibióticos, y hoy se encuentra sobre todo como
consecuencia de una infección latente que puede aparecer pasadas
2 semanas del comienzo del cuadro de sobreinfección de la otitis
crónica.
Son más frecuentes en los niños que en los adultos, en los que
conllevan, generalmente, la presencia de colesteatoma.
8. Hay dolor latente y una importante exacerbación del mismo al presionar la
punta de la mastoides (signo de Caliceti) o el trago (signo de Vacher).
Las pruebas complementarias muestran la presencia de leucocitosis.
La libre evolución del proceso puede originar otras complicaciones:
petrositis, parálisis facial, laberintitis, meningitis o abscesos.
TRATAMIENTO
Aunque el tratamiento puede hacerse de forma médica, también indicada
la cirugía si persisten los factores desencadenantes especialmente si existe
colesteatoma.
9. LABERINTITIS
Aparece como consecuencia de una infección purulenta del oído medio provocan supuración del laberinto y
una posible meningitis debido a las características anatómicas del oído interno.
1. Laberintitis Serosa Se les atribuye un origen viral y no suelen producir complicaciones
meningocraneales.
2. Laberintitis Supuradas Son una complicación grave de OMC en las que las vías de comunicación son
las fístulas perilinfáticas; en el cual hay una supuración activa del oído interno.
La clínica consiste en supuración, vértigo agudo y cofosis.
Tratamiento Laberintitis Tanto si el cuadro se controla, de forma programada, como si no, como urgencia,
hay que realizar cirugía.
El objetivo de la intervención será limpiar el oído y localizar la fístula por la que ha pasado la infección al oído
interno, que a menudo se encuentra en el conducto semicircular externo.
10. PETROSITIS
La primera descripción corresponde a Gradenigo en su trabajo 1904
Hay afectación en la punta del peñasco.
La tríada de Gradenigo consiste en otorrea, dolor retroorbitario homolateral y parálisis del VI
par; no obstante, esta última puede no aparecer.
La RM con contraste es la prueba diagnóstica más fiable.
TRATAMIENTO
Además del tratamiento antibiótico es necesario realizar una mastoidectomía radical extensiva
al ápex petroso.
11. PARALISIS FACIAL
El colesteatoma es la causa más común de parálisis facial otógena, causándola en el 80 % de los
casos.
En otros casos puede ser secundaria a una supuración y provocar destrucción del nervio en un 6%.
Ante la aparición de una parálisis facial en un lactante o niño pequeño se debe valorar la causa más
frecuente, como es la existencia de una otitis media.
La evacuación de las secreciones mediante un drenaje quirúrgico a través del tímpano habitualmente
lo resuelve.
Tratamiento Paralisis Facial Si el origen de la parálisis ha sido una infección, se eliminan las
granulaciones que envuelvan al nervio facial, evitando incidir el perineuro.
Si la causa es un colesteatoma, se realiza una mastoidectomía.
13. MENINGITIS
Una complicación que aparece sobre todo en niños como consecuencia de un cuadro agudo o
subagudo, aunque también puede encontrarse en adultos con otitis crónica y colesteatoma.
Los gérmenes más habituales en los niños son Haemophilus influenzae B y Streptococcus pneumoniae.
La clínica consiste en otorrea, hipoacusia que puede ser neurosensorial uni o bilateral en los niños,
debiéndose realizar un estudio de imagen para descartar una malformación de Mondini, fiebre y signos
meníngeos.
En los adultos puede haber normoacusia, o más frecuentemente, hipoacusia conductiva o mixta,
otorrea, fiebre y signos meníngeos con vómitos, rigidez de nuca y, posteriormente, deterioro
neurológico.
14. El análisis del LCR es de gran utilidad.
TRATAMIENTO
Son necesarios un tratamiento antibiótico inmediato, así como una mastoidectomía para limpiar todos los
tejidos de granulación.
15. ABSCESO EXTRADURAL
Se trata de una acumulación purulenta entre el hueso y la meninge que provocaría síntomas
neurológicos si llegara a adquirir gran tamaño como: hipertensión craneal, vómitos,
obnubilación, edema de papila.
El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagen, siendo más eficaz la RM.
16. ABSCESO SUBDURAL
Es el absceso más común de entre los secundarios a las otitis crónicas.
Produce irritación directa del córtex cerebral, por lo que su sintomatología
consiste en déficits neurológicos de rápido desarrollo y pérdida de conciencia.
La RM es el medio diagnóstico de elección, pues permite diferenciarlo del edema
de un hematoma subdural.
Es Útil hacer cultivos mediante punción lumbar.
Los gérmenes más frecuentes son Streptococcus, Staphylococcus aureus,
Enterobacter y, en ocasiones, anaerobios.
Tratamiento
Además de la antibioticoterapia, es necesario realizar una mastoidectomía,
revisando los sectores de duramadre afectados.
17. ABSCESO CEREBRAL Y CEREBELOSO
Los cerebrales habitualmente asientan en el lóbulo temporal y pueden ser
de difícil diagnóstico
En la actualidad, la tasa de mortalidad es del 20 %.
El absceso cerebeloso da síntomas antes que el cerebral, por lo que puede
ser diagnosticado en un estadio más precoz.
Hay pérdida del tono muscular, ataxia y adiadicocinesia.
El diagnóstico se establece mediante RM, que permite localizarlo y realizar el
diagnóstico diferencia
18. 1. Primer estadio de irritación descenso de la temperatura o fiebre con
escalofríos, somnolencia, cefalea, malestar y dificultad para
concentrarse, resolviéndose en unos días.
2. Segundo estadio se forma el absceso, sin clínica aparente durante
semanas.
3. Tercer estadio se caracteriza por el crecimiento del absceso, lo que
origina signos de irritación focal, según su localización, o pérdida de
consciencia.
4. Cuarto estadio se debe a la ruptura del absceso que puede verter su
contenido hacia los ventrículos o a los espacios subaracnoideos,
generalmente con un desenlace mortal.
TRATAMIENTO
Primero es necesario administrar antibioticoterapia e intervenir
rápidamente tanto en el foco otológico como en el drenaje del absceso y
corregir el cuadro neurológico para realizar la cirugía otológica
posteriormente.
19. TROMBOFLEBITIS DEL SENO LATERAL
Los procesos de tromboflebitis a este nivel pueden ser asintomáticos o, por el contrario, originar
importantes signos de toxemia con fiebre en picos, escalofríos, dolor en la región temporal y, en
ocasiones, inflamación retroauricular en el sector de la vena emisaria mastoidea (signo de Griesinger).
También puede haber hipertensión endocraneal.
El diagnóstico se realiza mediante RM.
TRATAMIENTO
La mayoría de veces pasa inadvertida y sin tratamiento, pero en muchos casos hay además hipertensión
endocraneal, será preciso realizar cirugía con exclusión del seno lateral, apertura del mismo y extirpación
del trombo.
20. HIDROCEFALIA OTOGENA
Se trata de un aumento de la presión intracraneal como consecuencia de una infección de oído,
tras haberse descartado meningitis y abscesos.
La clínica consiste en adormecimiento y cefaleas en un paciente con otorrea.
El diagnóstico se realiza mediante RM.
TRATAMIENTO
Exige cirugía mastoidea con eliminación de los tejidos de granulación. Además de la
antibioticoterapia, está indicada la administración de prednisona y manitol u otros agentes,
como tiopental.
21. TRAUMATISMOS
DEL CONDUCTO
AUDITIVO
EXTERNO
• Son simplemente lesiones
erosivas, desgarros o heridas
producidas por instrumentos
de variada naturaleza, o por
cuerpos extraños.
• Hisopo mas frecuente
22. La utilización de piercing está
motivando la aparición de
queloides y deformaciones
del pabellón auricular de difícil
tratamiento
23. 1. Las fracturas del conducto auditivo externo pueden asociarse a las fracturas de
la base del cráneo, disimuladas por su sintomatología más grave, o ser
independientes y simular una de éstas como consecuencia de la otorragia
concomitante, debida al hundimiento de la pared del conducto auditivo externo
(CAE) por pulsión e invasión por el cóndilo maxilar
2. El tratamiento puede limitarse a la remodelación del conducto mediante un
molde de gasa lubricada o una esponja reabsorbible.
24. Un golpe sobre el pabellón auricular puede
producir la acumulación de sangre entre
cartílago y pericondrio.
25. TRAUMATISMOS DEL
OÍDO MEDIO
Las lesiones traumáticas del oído medio pueden afectar a la membrana
timpánica o a las diversas estructuras que constituyen la caja del tímpano y
los elementos que contiene, bien por acción directa o bien por acción
indirecta
26. Traumatismos del tímpano
La acción traumática directa:
Suele ser la más recuente.
Se produce por la introducción de un cuerpo sólido (bastoncillos, agujas, lapiceros, etc.) en
la profundidad del conducto, impactando con el tímpano y perforándolo.
27. Acción indirecta:
se produce como consecuencia de la compresión o descompresión del
aire contenido en el CAE (detonación, zambullida, bofetón,
etc.), produciendo un desgarro o el estallido timpánico.
29. El tratamiento debe ir precedido de una cuidadosa limpieza del conducto y
de la administración tópica y general de antiinflamatorios y antibióticos.
Si la recuperación espontánea no se produce, se recurrirá a la resolución
quirúrgica de las secuelas a partir de la 10 semana.
30. Lesiones de la cadena
osicular
La disyunción de la cadena osicular puede producirse de muy
variadas formas:
• La luxación incudoestapedial es la más frecuente.
• La luxación o ruptura de la apófisis larga del yunque, a la que se suele
asociar la fractura de las ramas del estribo.
• La fractura del cuello del martillo.
31. • Estos procesos se manifiestan por una hipoacusia de conducción de intensidad
variable, que no se recupera después de la cicatrización timpánica.
• La timpanometría tiene un valor insustituible en el diagnóstico de la
disyunción de la cadena con tímpano íntegro, apreciándose un trazado elevado
o abierto en la curva timpanométrica por hiperelasticidad.
• El tratamiento consistirá en la restauración quirúrgica de las lesiones mediante
reposiciones interposiciones o columelizaciones.
32. FRACTURAS
DEL HUESO
TEMPORAL
Las fracturas del hueso temporal son las
más frecuentes de las producidas en la
base del cráneo (30%).
Los accidentes de circulación son la causa
más común; los accidentes de trabajo, las
heridas de guerra, etc., son menos
frecuentes.
33. Tipos de fracturas
Existen básicamente tres
tipos de fracturas:
• Fracturas longitudinales
• Timpánicas
• Extralaberínticas 70-80%
Son las fracturas transversas o
intralaberínticas puras, más graves que las
anteriores, pero menos frecuentes (15-20
%).
Son las fracturas mixtas o
timpanolaberínticas, que suelen
apreciarse en grandes traumatizados, y en
las que la lesión afecta tanto al oído medio
como al oído interno.
34. Manifestaciones clínicas
• Generalmente hay un cuadro neurológico común a todos los traumatismos
craneoencefálicos, que comprende síntomas externos
• heridas del cuello cabelludo
• heridas faciales
• Epistaxis
• Alteraciones del nivel de consciencia
35. En las fracturas extralaberínticas o longitudinales:
• En las que se afecta el oído medio
dejando indemne el laberinto, el síntoma más
llamativo es la otorragia.
• Equimosis mastoideas y retroauriculares.
• Dislaceración timpánica.
• Otolicuorrea
El tratamiento es quirúrgico en los casos de larga
duración o ante el riesgo de infección
36. La hipoacusia de transmisión: se produce
como consecuencia de lesiones del sistema de
conducción, la simple acumulación de sangre
en el conducto auditivo externo, la perforación
timpánica o el hemotímpano.
La hipoacusia puede manifestarse como mixta.
La parálisis facial suele aparecer en un 20% de
las fracturas longitudinales; suele ser de
aparición tardía e incompleta, con
recuperación total en la mayoría de los casos.
Estas parálisis se producen por afectación del
nervio en el conducto de Falopio, por compresión
debida a edema o hematoma, o por infecciones
o lesión directa por esquirlas óseas.
37. Tratamiento
El tratamiento inicial debe ir dirigido a la atención neurológica y
neuroquirúrgica. El tratamiento de la parálisis facial, tanto de aparición
inmediata como tardía, conlleva un período de observación, debido al gran
porcentaje de recuperaciones espontáneas, adoptando un tratamiento
médico conservador que determinará ulteriores actuaciones según la
evolución.
38. La antibioticoterapia de elección (tras antibiograma) se utilizará en los
grandes traumatismos y en las fracturas abiertas o con lesiones asociadas,
posibles fuentes de infección.
Los esteroides se utilizan como elemento antiinflamatorio (edema cerebral,
parálisis facial).
39. TRAUMATISMO
ACÚSTICO AGUDO
El traumatismo acústico agudo es una lesión exclusivamente auditiva
producida por la exposición coclear a un ruido muy intenso que puede
actuar durante breves instantes, como una detonación, o de forma continua
o intermitente durante unas horas, como la proximidad a un altavoz o a un
silbido de escape de gas.
41. Tratamiento
La única prevención es la utilización de tapones intracanaliculares o cascos,
como medida personal o el aislamiento ambiental, como medida de grupo;
no obstante, una vez instaurada la pérdida auditiva no existe un tratamiento
eficaz.
42. Barotraumatismo
Es el conjunto de manifestaciones clínicas que aparecen en el oído como
consecuencia de la exposición a variaciones relativamente lentas
y sostenidas de la presión ambiental y atmosférica, en caso de vuelos, o
líquida, en caso de inmersiones.
43. Manifestaciones
clínicas
Los síntomas que aparecen son:
• Otalgia aguda e intensa de algunas horas de
duración;
• Sensación de taponamiento, que puede
durar varios días;
• Acúfenos
• vértigo suave y/o desequilibrio fugaz.
• En los senos se produce un dolor intenso y
brusco en la región superficial del seno afectado
o en el interior del cráneo
44. En casos especialmente violentos, al cuadro
anterior se puede añadir un desgarro o
explosión timpánica y, acaso, de la membrana
de la ventana redonda con lesión directa del
oído interno y del laberinto posterior (fístula
laberíntica), lo que añade hipoacusia
neurosensorial, vértigo intenso e incluso
pérdida de consciencia.
45. Tratamiento
El tratamiento debe ser preventivo, evitando someter a situaciones de
cambio de presión a las personas acatarradas o con patologías
tubotimpánicas
Frecuentes. Los analgésicos, los antiinflamatorios y los vasoconstrictores
nasales y, eventualmente, los antibióticos o la timpanocentesis,
pueden proporcionar alivio.
46. ACCIDENTES POR INMERSIÓN
Se trata de enfermedades profesionales de
los buzos, o deportivas en los submarinistas,
que aparecen durante las maniobras de
ascenso, cuando éste se realiza demasiado
rápido o cuando se ha estado mucho tiempo
en profundidad.
47. Fisiopatología
El mecanismo patogénico se encuentra
relacionado con la disolución hiperbárica de los
gases en los líquidos tisulares y orgánicos, y la
liberación del nitrógeno en forma gaseosa junto con
otros gases disueltos por efecto de la
descompresión. Esto puede ocasionar
una intoxicación neurológica («borrachera de los
buceadores») o incluso embolias gaseosas
por liberación de burbujas aéreas en el interior de la
microvascularización terminal del cerebro o del oído
interno.
49. Tratamiento
El tratamiento se basa en el uso de corticoides y vasodilatadores en
perfusión endovenosa, oxigenoterapia y utilización de cámara
hiperbárica, fundamentalmente. La evolución, como en cualquier embolia
gaseosa, puede ser leve y alcanzar una pronta recuperación, o dejar
secuelas permanentes, e incluso causar la muerte.
50. Blast
Son todas aquellas lesiones provocadas sobre el organismo (en este
caso, sobre el aparato auditivo) Por efecto de la exposición a una
onda explosiva, que induce la aparición de un frente de presión positiva,
brusco e intenso, que se amortigua rápidamente, pero al que le
sucede una nueva onda de presión negativa para, posteriormente,
recuperar presiones ambientales normales
51. Manifestaciones clínicas
El «blast» produce deterioros similares a los del traumatismo acústico agudo:
• Luxaciones y fracturas osiculares
• Perforación o estallido timpánico,
• Fístulas laberínticas por rotura de la membrana redonda o avulsión estapedial,
lesiones por conmoción,
• Hemorragia y destrucción de estructuras nerviosas, tanto del órgano de
Corti como del órgano del equilibrio.
52. Tratamiento
El tratamiento de las lesiones del oído interno es similar al referido para el
traumatismo acústico agudo, mientras que el de las lesiones del oído medio
y externo se basa en la limpieza aséptica y seca, y el posterior sellado del
CAE con una gasa seca o impregnada en pomada antibiótica para prevenir
la infeción.
53. Los antiinflamatorios y los antibióticos se emplean como profilaxis de
las infecciones rinofaríngeas. Posteriormente se procede al cierre de la
posible fístula laberíntica y a la reconstrucción timpanoosicular, según las
lesiones.