Las grandes empresas de distribución de frutas y hortalizas tienen ventaja financiera sobre las empresas españolas debido a estrategias de financiación como registrarse en Irlanda donde los impuestos son más bajos. También se benefician de los cambios en las divisas al comprar y vender en diferentes monedas, y de retrasar los pagos a proveedores por mucho más tiempo del establecido por ley mientras ellos cobran al contado. Esto deja a los agricultores y pequeños proveedores en desventaja.