1. ¿Por qué aprender autónomamente en un mundo interconectado?
El aprendizaje autónomo se ha convertido en los últimos años, más que en una opción, en una
herramienta necesaria (por no decir obligatoria), no solo para aprender sino para mantenerse
actualizado, sea cual sea la disciplina, sector o medio en el que nos desenvolvemos día a día, esto
se debe “no solo a la rápida obsolescencia del conocimiento sino, también, la casi inmediata
divulgación y difusión del mismo” (Argüelles, 2010, pág. 88)
La base del aprendizaje autónomo y en lo que se puede resumir este proceso es APRENDER A
APRENDER, para lograr esto se deben desarrollar competencias en diferentes áreas como la
cognitiva, socio afectiva y la motora y habilidades comunicativas tales como: tomar nota, leer
con rapidez y comprensión, desarrollar la habilidad para elaborar preguntas, manejar y
memorizar información, entre otras. Una de las principales capacidades que se debe poseer,
adquirir o aprender a manejar es la AUTORREGULACIÓN es decir “una conciencia de los
procesos que realiza, de tal forma que pueda evaluarlos y establecer planes de mejoramiento
cuando sea necesario, con el fin de que pueda alcanzar con éxito las metas propuestas”
(Argüelles, 2010)
Para iniciar un proceso de aprendizaje autónomo se debe antes enfrentar uno que puede llegar a
resultar más complicado, desaprender o llevar a cabo un proceso de reelaboración y
resignificación, esto nos puede enfrentar a una lucha interna entre lo que, hasta el momento
considerábamos la forma “correcta” de aprender y nuestra voluntad y/o deseo de iniciar un
proceso de aprendizaje autónomo, partiendo del punto de que “la base de la educación, de la
familia, de la sociedad y de la vida misma es el hombre” (Argüelles, 2010) por tanto si queremos
cambiar para ser mejores y vivir mejor, se debe empezar por cambiar al hombre como individuo.
No nos sirve de nada ser conscientes de la importancia y necesidad del aprendizaje autónomo, la
autorregulación, autodirección, o factores de motivación externos si no existe una motivación,
vista como la voluntad interna, motor, deseo o ese “algo” que nos incite y conduzca al
aprendizaje. La actitud que tomemos frente a todos los factores mencionados, hará que el
aprendizaje autónomo sea algo agradable y muy beneficioso o una verdadera tortura de la que
por supuesto no saldremos bien librados.