El documento habla sobre el mes de septiembre como el mes de la Biblia. Explica que tanto católicos como evangélicos han establecido septiembre como este mes, cada uno por sus propias razones relacionadas a santos y traducciones bíblicas importantes. También proporciona detalles sobre cómo diferentes países celebran el Día de la Biblia a finales de septiembre. Finalmente, invita a los lectores a participar en una feria bíblica el 29 de septiembre para conocer y entender mejor la Biblia.
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E D I T O R I A L
BARRIO JUAN XXIII—CALLE 6 DE JUNIO NO. 0344 TEL. 664-2325— EMAIL redentor@cosset.com.bo — PADRES MISIONEROS REDENTORISTAS — TARIJA -BOLIVIA
Tarija,8 Septiembre
de 2013
Volumen 1, no. 12
Año de la Fe:
MES DE LA BIBLIA
¿Por qué Septiembre
es el mes de la
BIBLIA?
Nos revela las verda-
des necesaria
para conocer y
amar a Dios
Estamos llamados a
vivir el Evangelio
con el poder del
Espíritu Santo
La tradición y la
escritura constitu-
yen el depósito
sagrado de la
Palabra de Dios.
Contenido:
¿Porqué septiembre
elmesdelaBiblia?
1
¿Qué eslaBiblia? 2
Recomendaciones
paraleerlaBiblia
2
Ordenaseguirpara
leerlaBiblia
3
EncíclicaFidesEtRatio 3
Propuestasparaescu-
charlaPalabra
4
Credo niceno-
constantinopolitano 4
Hermanos y hermanas…
¿POR QUÉ SEPTIEMBRE ES EL MES DE LA BIBLIA?
Tanto católicos como evangélicos han establecido el mes de Septiembre como mes de la Biblia cada uno
con sus razones:
Para nosotros los católicos es el mes de la Biblia porque el 30 de septiembre es el día de San Jerónimo, el
hombre que dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia al latín. Nació en Dalmacia, cerca del
año 340 y murió en Belén el 30 de septiembre de 420. San Jerónimo tradujo la Biblia del griego y el hebreo
al latín.
La traducción al latín de la Biblia hecha por San Jerónimo, llamada la Vulgata (de vulgata editio, 'edición
para el pueblo'), ha sido hasta la promulgación de la Neo-vulgata en 1979, el texto bíblico oficial de la
Iglesia católica romana.
Los evangélicos, celebran el mes de la Biblia porque el 26 de septiembre de 1569 se terminó de imprimir la
primera Biblia traducida al español por Casiodoro de Reina llamada "Biblia del Oso". Se llamaba así
porque la tapa de esta Biblia tenía un oso comiendo miel desde un panal. Esta traducción, que
posteriormente fue revisada por Cipriano de Valera, dio origen a la famosa versión "Reina Valera".
Del "Mes de la Biblia" se desprende "el Día de la Biblia" el cual es conmemorado en varios países, aunque
en distintas fechas:
En Argentina (cuarto domingo de septiembre), no está institucionalizado por ley dicho día, sino que
sólo se celebra por entidades religiosas en un ambiente ecuménico.
En Chile aún no se aprueba por el gobierno la oficialización de un "Día de la Biblia", aunque ya
existen propuestas que se están tramitando en el congreso para hacer que este día se lleve a cabo
el último domingo de septiembre de cada año.
En Perú igualmente lo celebran el día 30 de septiembre, con una Eucaristía en la sede de la
Conferencia Episcopal Peruana; comparten un momento de oración con los representantes de otras
confesiones religiosas presentes en el país como la Iglesia Ortodoxa, Anglicana y Evangélica, entre
otras
Y en Bolivia lo celebramos el último domingo del mes de septiembre como una sola Iglesia Católica
y esta mas enmarcado dentro un ámbito religioso. Varias Diócesis organizan talleres, seminarios,
encuentros, cursos, etc. e incluso existe una oficina que se encarga de animar y preparar el material
necesario para celebrar esta fecha con alegría.
Queridos hermanos nuestra Parroquia, siempre con el afán de resaltar el “AÑO DE LA FE”, esta
organizando un feria bíblica para el día domingo 29 de septiembre a partir de la 9:00 de la mañana. Donde
se realizaran diferentes juegos bíblicos para el conocimiento y entendimiento dinámico de la Biblia.
Los invitamos a todos ustedes, durante este mes de la biblia, a realizar la LECTIO DIVINA a nivel personal,
familiar y de grupo, y participar de la feria bíblica el 29 de septiembre. Bendiciones para todos.
P. Carlos Alberto Urquizu Perez C.Ss.R
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SEPTIEMBRE
MES DE LA BIBLIA
Preguntas y Respuestas
¿Qué es la Biblia?
La palabra "Biblia" viene del griego y significa "libros". Es el
conjunto de Libros Sagrados llamados también "Sagradas
Escrituras" (Mateo 21,42; Hechos 8,32) que contienen la
Palabra Viva de Dios y narran la "Historia de
Salvación" (como Dios nos salva). Nos revela las verdades
necesarias para conocerle, amarle y servirle.
La Biblia se divide en dos partes: Antiguo Testamento
(antes de Cristo) y Nuevo Testamento (plenitud de la
promesa en Cristo). "Testamento" significa "alianza" y se
refiere a las alianzas que Dios pactó con los Israelitas en el
Antiguo Testamento y la nueva y definitiva alianza que
Dios hizo con los hombres en la Sangre de Jesucristo.
¿Por qué decimos que la Biblia es revelación de Dios?
Revelación" significa darse a conocer. A través de todas
las palabras de la Sagrada Escritura, Dios dice sólo una
palabra, su Verbo único (Jesucristo), en quien Él se dice
en plenitud (Heb 1,1-3). Por esta razón, la Iglesia ha
venerado siempre las Sagradas Escrituras como venera
también el Cuerpo del Señor. La Iglesia, guiada por el
Espíritu Santo, determinó los libros de la Biblia y los
reconoció como revelación divina.
Dios es el autor de la Sagrada Escritura. Las verdades
reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la
Sagrada Escritura, se iluminaron por inspiración del
Espíritu Santo. Dios inspira a sus autores humanos: actúa
en ellos y por ellos. Da así la seguridad de que sus escritos
enseñan sin error la verdad salvífica.
¿Quién escribió la Biblia?
La Biblia es la Palabra de Dios, su autor es Dios que
escribe por medio de los autores humanos. Muchos de los
libros llevan el nombre del autor, otros, como los primeros
libros, llevan nombre según sus costumbres o contextos.
¿Cuando se escribió la Biblia?
Fue un largo proceso que comenzó unos 1300 años antes
de Jesucristo. El último escritor fue San Juan aproximada-
mente el año 100 d.c.
¿Porque la Iglesia nos exhorta a leer la Biblia?
La Iglesia no cesa de presentar a los fieles el Pan de vida
que se distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del
Cuerpo de Cristo. En la Sagrada Escritura, la Iglesia
encuentra sin cesar su alimento y fuerza, porque, en ella,
no recibe solamente una palabra humana, sino lo que es
realmente: la Palabra de Dios (Tes. 2,13). En los Libros
Sagrados, el Padre que está en el cielo sale
amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar
con ellos.
Es tan grande el poder y la fuerza de la Palabra de Dios,
que constituye sustento y vigor de la Iglesia, firmeza de fe
para sus hijos, alimento del alma, fuente límpida y perenne
de vida espiritual.
Recomendaciones para leer la Biblia
1) Orar al Espíritu Santo para recibir su luz y
entendimiento.
2) Leer con humildad, no pretendiendo tenerlo ya todo
entendido.
3) Interpretar según la Iglesia. La humildad exige que
se pregunte y estudie.
4) Leer la Biblia con frecuencia para beber más de la
fuente.
5) Leer con el fin de amar y obedecer más a Dios y
amar mas al prójimo
6) No buscar en la Biblia ciencia natural sino un
mensaje espiritual.
¿Cómo buscar un pasaje en la Biblia?
La Biblia se divide en libros, capítulos y versículos.
Ejemplo: Juan 3, 16 significa: el Evangelio de Juan,
capítulo 3, versículo 16.
Puedes buscar el libro en el índice. Entonces, habiendo
encontrado el libro, busca el capítulo y finalmente el
versículo.
¿Qué libros nos revelan la vida y enseñanzas de Jesús?
La vida y enseñanzas de Jesús fueron transmitidas por los
Apóstoles por medio de dos vías:
a) Por la Tradición que recoge el
mensaje comunicado primero
oralmente.
b) Por las Sagradas Escrituras
procedentes de los Apóstoles que
componen los libros del Nuevo
Testamento, en especial en los
cuatro Evangelios los cuales
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fueron escritos por Mateo, Marcos,
Lucas y Juan. ("Evangelio"
significa "buena noticia" porque
Jesús Es la Buena Noticia).
Estamos llamados a vivir el
Evangelio con el poder del Espíritu
Santo. Así hicieron los santos.
Todos estamos llamados por Dios
a ser santos.
Si tengo la Biblia, ¿para qué necesito la Iglesia?
Necesitamos también a la Iglesia porque: La Iglesia es el
Cuerpo de Cristo, instituido por el mismo Jesucristo para
salvarnos. No podemos guiarnos solos: "Ninguna profecía
de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia" (2
Pedro 1, 20). La Iglesia, como madre y maestra, es la
auténtica intérprete y formadora a través de sus pastores.
Aceptar y vivir esta verdad requiere humildad. (Lee en la
Biblia: Hechos 2, 42; 2 Timoteo 4, 1-5. )
¿Qué orden se debe seguir para leer la Biblia ?
Sin quitar la inspiración para recurrir a cualquier parte de la
Biblia en cualquier momento, se puede establecer algún
orden que ayude en el mayor entendimiento. Hay varias
opciones.
1. Seguir por orden las etapas de la historia de
la salvación: del Antiguo al Nuevo Testamento.
Ventajas: Es una lectura que nos lleva progresivamente
por la Historia de Salvación.
Inconvenientes: Es un camino muy largo para llegar al
Evangelio que es "la plenitud de la revelación". Se
encuentran secciones difíciles de leer y de menos
importancia que los Evangelios.
2. Leer primero el Nuevo Testamento y pasar
luego al Antiguo.
Ventajas: Con la lectura del Evangelio, el lector entra
inmediatamente en contacto con la persona de Cristo, su
vida y su doctrina; y percibe luego, en los demás escritos
del Nuevo Testamento, el desarrollo y profundización de la
fe y de la moral cristiana, gracias a las luces del Espíritu
Santo dado en Pentecostés..
Después vendrá la lectura del Antiguo Testamento que es
la preparación, querida por Dios en vista de la Nueva
Alianza.
Inconvenientes: Este método no permite constatar
suficientemente que el Nuevo Testamento es la plenitud de
realización de las promesas hechas en el Antiguo, que el
Nuevo Testamento se enraíza en el Antiguo y que éste
sirve para "iluminarlo y explicarlo".
3. Lectura combinada de Antiguo y Nuevo Testa-
mento.
Ventajas: Se pueden escoger los principales libros que nos
ofrecen una enseñanza fundamental y después ir a los
demás.
Inconveniente: Si no se tiene cuidado podrían olvidarse
algunos libros o escoger lo que más nos guste y no lo que
Dios quiere enseñarnos. Este inconveniente puede
vencerse si se advierte el
peligro
De la Encíclica Fides
et ratio
Capítulo V. No. 55 (parcial)
"Tampoco faltan rebrotes
peligrosos de fideísmo, que no
acepta la importancia del conocimiento racional y de la reflexión
filosófica para la inteligencia de la fe y, más aún, para la
posibilidad misma de creer en Dios. Una expresión de esta
tendencia fideísta difundida hoy es el « biblicismo », que tiende a
hacer de la lectura de la Sagrada Escritura o de su exégesis
(estudio-reflexión) el único punto de referencia para la verdad.
Sucede así que se identifica la palabra de Dios solamente con la
Sagrada Escritura, vaciando así de sentido la doctrina de la
Iglesia confirmada expresamente por el Concilio Ecuménico
Vaticano II.
La Constitución Dei Verbum, después de recordar que la Palabra
de Dios está presente tanto en los textos Sagrados como en la
Tradición, afirma claramente: « La Tradición y la Escritura
constituyen el depósito sagrado de la Palabra de Dios, confiado a
la Iglesia. Fiel a dicho depósito, el pueblo cristiano entero, unido a
sus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólica ». La
Sagrada Escritura, por tanto, no es solamente punto de referencia
para la Iglesia. En efecto, la « suprema norma de su fe » proviene
de la unidad que el Espíritu ha puesto entre la Sagrada Tradición,
la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia en una
reciprocidad tal que los tres no pueden subsistir de forma
independiente.
No hay que infravalorar, además, el peligro de la aplicación de
una sola metodología para llegar a la verdad de la Sagrada
Escritura, olvidando la necesidad de una exégesis más amplia
que permita comprender, junto con toda la Iglesia, el sentido
pleno de los textos. Cuantos se dedican al estudio de las
Sagradas Escrituras deben tener siempre presente que las
diversas metodologías hermenéuticas se apoyan en una
determinada concepción filosófica. Por ello, es preciso analizarla
con discernimiento antes de aplicarla a los textos sagrados."
(Juan Pablo II, Fides et ratio, 14 de Setiembre de 1998)
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Septiembre mes de la Biblia
Propuestas para meditar la Palabra de Dios
1. La lectura diaria de los textos bíblicos litúrgicos es
una excelente ayuda para profundizar en la Palabra de Dios.
De esta manera nos unimos a toda la Iglesia que ora al Padre
meditando los mismos textos. También nos acostumbramos a
una lectura continuada de la Biblia, donde los textos están
relacionados y lo que leemos hoy continua con lo de mañana.
La lectura diaria de los textos (para lo cual Liturgia Cotidiana es
una excelente herramienta) constituye una "puerta segura" para
escuchar a Dios que nos habla en la Biblia.
2. - ¿Has leído alguna vez un Evangelio entero "de
corrido"? Es muy interesante descubrir la trama de la vida de Jesús escrita por cada
evangelista. Muchos detalles y relaciones entre los textos que cada evangelista utiliza
quedan al descubierto cuando uno hace una lectura continuada. Este mes es propicio para
ofrecerle a Dios este esfuerzo. Te recomendamos la lectura del evangelio de Marcos. No es
muy largo, en unas horas se puede leer. A de éste los otros (Mateo y Lucas) lo siguen en el
esquema general. Por lo tanto es una muy buena "puerta de entrada" al mensaje de Jesús.
3. La oración con los salmos. Es otra posibilidad para poner en práctica este mes (y
tal vez iniciar un hábito necesario y constructivo). Los mismos recogen la oración del pueblo
de dios a lo largo de casi mil años de caminata del pueblo de Israel. Nos acercan la voz del
pueblo que ora con fe, y la palabra de Dios, que nos señala esta manera de orar para
acercarnos y escuchar sus enseñanzas. En los salmos podemos encontrar una inmensa
fuente de inspiración para la oración. Hay salmos que nos hablan de la alegría, de las
dificultades y conflictos, de la esperanza, del abatimiento, del dolor, de la liberación y la
justicia, de la creación, de la misma Palabra de Dios (salmo 118, el más largo de todos).
Aprender a rezar con los Salmos es una "puerta siempre abierta" para el encuentro con el
Dios de la Vida.
4. La lectura orante de la Palabra, realizada en comunidad, nos pone en sintonía con
la voluntad de Dios. Es un ejercicio clave para el crecimiento en la fe. La fuerza de la
comunidad nos alienta para encontrar en los textos la fuerza del Espíritu. Todos aprendemos
juntos y nos enriquecemos con el aporte de cada uno. Existen muchos métodos de lectura
orante. Simplificando al máximo podemos decir que los siguientes cuatro pasos son los más
comunes:
Lectura
Meditación
Oración
Compromiso
La lectura orante siempre desemboca en un desafío para vivir. La Palabra de Dios nos
desafía a seguir los pasos de Jesús y cambiar nuestra vida.
La lectura orante, practicada en comunidad, es una "puerta-espejo" que nos interpela y nos
ayuda a discernir cómo vivir y practicar su Palabra en nuestros días.
Para finalizar, los católicos durante el mes de septiembre debemos dedicarlo al conocimiento
y divulgación de los textos bíblicos, ya que quien se llame cristiano tendría que conocer la
historia de la salvación y la Palabra de Dios, interpretadas auténtica y fielmente por el
Magisterio de la Iglesia.
La Biblia, para todas las denominaciones cristianas, contiene la Revelación y es, como todo
libro sagrado, la fuente del conocimiento y el compromiso de vida en lo referente a la fe.
Creo en un sólo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres, y
por nuestra salvación bajo del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de María, la Virgen, y se
hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según
las Escrituras, y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para
juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe
una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo Bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén