2. Temas a tratar hoy :
1. Los Apóstoles, transmisores del Evangelio.
2. La inspiración de la Sagrada Escritura.
3. La verdad de la Sagrada Escritura.
4. La “lectura orante” de la Sagrada Escritura.
5. La Palabra de Dios y la Eucaristía.
6. La “Lectura orante” explicada por Benedicto XVI
3. Los Apóstoles transmisores del
Evangelio
•lo que había revelado para salvación de todos los
pueblos
•Se conservara para siempre íntegro y fuera
transmitido a todas las edades”.
“Dios quiso
que:
•Mandó a los Apóstoles predicar a todos los
hombres el Evangelio
•Como fuente de toda verdad salvadora y de toda
norma de conducta, comunicándoles así los bienes
divinos : el Evangelio prometido por los profetas,
que El mismo cumplió y promulgó con su boca
Cristo nuestro
Señor,
plenitud de la
revelación:
4. Los Apóstoles, transmisores del
Evangelio
Este mandato se cumplió
fielmente: los Apóstoles,
con su predicación,
sus ejemplos,
sus instituciones
Transmitieron de palabra
lo que habían aprendido
de las obras y palabras de
Cristo
y lo que el Espíritu Santo
les enseñó
Los mismos Apóstoles y
otros de su generación
pusieron por escrito el
mensaje de la salvación
inspirados por el Espíritu
Santo (VAT II, DV 7).
5. La inspiración de la Sagrada
Escritura
La revelación que se
contiene en la Sagrada
Escritura ha sido puesta por
escrito bajo la inspiración
del Espíritu Santo.
Por eso, se afirma que todos
los libros de la Biblia tienen
a Dios por autor, es decir,
están “inspirados” por Él.
6. La inspiración de la Sagrada
Escritura
Ello no obsta para que,
en la composición de los
libros sagrados, Dios se
valiese de unos hombres
elegidos por él, que se
conocen con el nombre
de “hagiógrafos”.
Estos hombres tenían
una cultura, una lengua
y unas facultades
propias.
Dios se valió de ellos
para que pusiesen
por escrito, según
sus capacidades,
todo lo que Dios
quería que
conociésemos para
nuestra salvación.
En este sentido, se
puede decir que ellos
son también
verdaderos autores
de los libros
sagrados.
7. La verdad de la Sagrada Escritura
“Como todo lo que afirman los hagiógrafos, o autores inspirados,
lo afirma el Espíritu Santo, se sigue que los Libros sagrados
enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad que Dios
hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra” (DV 7).
8. Usos en el tiempo
No podemos pretender
encontrar en la Sagrada
Escritura verdades de tipo
científico.
Además, hay que tener en
cuenta que la cultura de
aquellos escritores sagrados
era muy diferente de la
nuestra.
Por eso, “para comprender exactamente lo
que el autor propone en sus escritos, hay que
tener muy en cuenta
•los modos de pensar,
•Expresarse,
• Narrar
•Que se usaban en tiempo del escrito, y también
las expresiones que entonces más se solían
emplear en la conversación ordinaria” (DV 12).
9. La “lectura orante” de la Sagrada
Escritura
Como conclusión del
Sínodo de obispos sobre
la Palabra de Dios en la
vida y en la misión de la
Iglesia, el 30 de
Septiembre de 2010, el
Papa Benedicto XVI
publicó una Exhortación
Apostólica con el título
de “Verbum Domini”.
10. “Verbum Domini”
En ella podemos leer
esta invitación a leer
asiduamente la Sagrada
Escritura
“El Sínodo ha vuelto a
insistir más de una vez
en la exigencia de un
acercamiento orante al
texto sagrado como
factor fundamental de la
vida espiritual de todo
creyente, en los
diferentes ministerios y
estados de vida, con
particular referencia a la
Lectio Divina
11. Coloquio con Dios
En efecto, la Palabra de Dios
está en la base de toda
espiritualidad auténticamente
cristiana /.../
Como dice san Agustín:
• «Tu oración es un coloquio con
Dios.
• Cuando lees, Dios te habla;
• Cuando oras, hablas tú a Dios».
12. La Palabra de Dios y la Eucaristía
Se pertenecen
tan íntimamente
que no se puede
comprender la
una sin la otra:
La Palabra de Dios
se hace
sacramentalmente
carne en el
acontecimiento
eucarístico.
La Eucaristía
nos ayuda a
entender la
Sagrada
Escritura,
Así como la
Sagrada
Escritura, a su
vez,
Ilumina y
explica el
misterio
eucarístico.
13. . La “Lectura orante” explicada
por Benedicto XVI
• ¿Qué dice el texto bíblico en sí mismo?
• Sin este momento, se corre el riesgo de que
el texto se convierta sólo en un pretexto para
no salir nunca de nuestros pensamientos.
1) “se comienza con
la lectura (LECTIO)
del texto, que suscita
la cuestión sobre el
conocimiento de su
contenido auténtico:
• ¿Qué nos dice el texto bíblico a nosotros?
• Aquí, cada uno personalmente, pero también
comunitariamente, debe dejarse interpelar y
examinar, pues no se trata ya de considerar
palabras pronunciadas en el pasado, sino en
el presente.
2) Sigue después la
meditación
(MEDITATIO) en la
que la cuestión es:
14. LECTURA,MEDITACIÓN,ORACIÓN
Y COMPENPLACIÓN.
•¿Qué decimos nosotros al Señor
como respuesta a su Palabra?
•La oración como petición,
intercesión, agradecimiento y
alabanza, es el primer modo con el
que la Palabra nos cambia.
3) Se llega sucesivamente al
momento de la oración
(ORATIO), que supone la
pregunta:
•¿Qué conversión de la mente, del
corazón y de la vida nos pide el
Señor?...
4) Por último, la “lectio
divina” concluye con la
contemplación
(CONTEMPLATIO), durante
la cual aceptamos como don
de Dios su propia mirada al
juzgar la realidad, y nos
preguntamos:
15. PROCESO ..LECTIO DIVINA
Conviene recordar,
además, que la LECTIO
DIVINA no termina su
proceso hasta que no se
llega a la
acción (ACTIO), que
mueve la vida del creyente
a convertirse en don para
los demás por la caridad”.