1. ¡Prepárate! en Octubre, no dejes de rezar el Rosario
Hagamos un alto en nuestro diario vivir. Quince minutos tan solo...y con seguridad que el mundo y "nuestro mundo" será
mejor.
Ya pronto empezaremos Octubre y lo celebramos como el mes del rosario.
Rezar el rosario para algunas personas es un tiempo desperdiciado en una
letanía de repetidas oraciones, que en la gran mayoría, están dichas de una
manera distraída y maquinalmente. Pero no es así. El hecho de ponernos a
rezarle ya es un acto de amor a la Madre de Dios. Es una súplica constante y
repetida para pedir perdón y rogarle por nosotros y por todos los hombres en el
presente y también en la hora de la muerte.
Rezar el rosario es meditar en los Misterios de la Vida de Cristo, de suerte que
el rosario es una especie de resumen del Evangelio, un recuerdo de la vida, los
¡Prepárate! en Octubre, sufrimientos, los momentos luminosos y transcendentales y glorificación del
no dejes de rezar el Señor, siempre acompañado de los momentos de grandeza de la Santísima
Rosario
Virgen, su Madre, siendo así una síntesis de su obra Redentora.
Rezar el rosario es un método fácil y adaptable a toda clase de personas, aún las
menos instruidas y una excelente manera de ejercitar los actos más sublimes de
fe y contemplación. El Padrenuestro con el que se empieza cada Misterio es la
oración que Cristo nos enseñó y quienes lo han penetrado a fondo no pueden
cansarse de repetirlo. En cuanto el Avemaría, toda ella está centrada en el
Misterio de la Encarnación y es la oración más apropiada para honrar dicho Misterio. Aunque en el
Avemaría hablamos directamente a la Santísima Virgen e invocamos su intercesión, esa oración es
sobre todo una alabanza y una acción de gracias a su Hijo por la infinita misericordia que nos mostró
al encarnarse en Ella y hacerse hombre para su Misión redentora.
La Santísima Virgen en sus repetidas apariciones , siempre ha sido la súplica más importante que en
sus mensajes nos ha dado. Ella nos ha pedido que recemos el rosario. Ella nos lo pide insistentemente
porque tiene su rezo un GRAN VALOR. Quiere que repitamos una y otra vez la súplica, la alabanza, con
la esperanza puesta en su gran amor por toda la Humanidad.
Tal vez, por lo repetitivo del rezo, como decía Santa Teresa, la "loca de la casa", nuestra mente, se
nos vaya de aquí para allá en pertinaz distracción, pero aún así nuestro corazón y nuestra voluntad
está puesto a los pies de la Madre de Dios, y esas Avemarías son como el incienso que sube en
oscilantes volutas hasta el corazón de nuestra Madre la Virgen Santísima.
Nuestro mundo se está olvidando de rezar. Tenemos fe, creemos en Dios pero no hablamos con El. El
mundo actual, ahora más que nunca, necesita de muchos rosarios.
Hagamos un alto en nuestro diario vivir. Quince minutos tan solo...y con seguridad que el mundo y
"nuestro mundo" será mejor.