Los orígenes de la probabilidad se atribuyen a Blaise Pascal y Pierre de Fermat en el siglo XVII, aunque Gerolamo Cardano había hecho contribuciones previas. Los fenómenos aleatorios son sucesos con resultados desconocidos, mientras que los determinísticos tienen estados iniciales, procesos y finales conocidos. El espacio muestral de una experiencia aleatoria es el conjunto de resultados posibles.