1. BAD END NIGHT
Era una de esas noches en las que la luna se teñía de rojo y mostraba su cara más
terrorífica. Sí, era una de esas noches en las que el bosque se llena de sombras, que
parece que los arboles se retuerzan de una extraña y espeluznante manera, y sí, era el
tipo de noches en las que en la mansión se festejaba hasta que saliera el sol, estando
completamente aislada del poblado que había cerca...
En ese mismo poblado había una preciosa niña de pelo largo llamada Anabeth, pero
siempre la dejaban a un lado de todo porque tenía el pelo de un color azul turquesa.
Anabeth estaba siempre sola, le parecían divertidas cosas que a otros les parecían
extrañamente tenebrosas, como por ejemplo, pasear de noche por el bosque. Sí, esa era
una de esas noches en las que Anabeth salía de su casa para ir a pasear por el bosque. Se
oía el sonido de los zapatos de la joven golpear con miedo el suelo. De pronto, Anabeth se
detuvo en seco. Había perdido el rumbo. Se había perdido. La niña, avanzo con mucho
miedo hacia las entrañas de ese interminable bosque. Al fin, por suerte o no, encontró un
edifico enormemente tétrico, que ponía los pelos de punta. La puerta dañada, las ventanas
rotas, las cortinas aterciopeladas...cada detalle daba la impresión de estar sacado de una
película de terror. Anabeth, con las manos temblando, llamo a la puerta. Esta se abrió. Un
joven chico de pelo morado, sonriente y bien vestido estaba detrás de la puerta. -Hola,
¿que necesitas?- Anabeth pensó que era extraño que él no se asustara de su pelo turquesa,
pero bueno, era perfectamente comprensible ya que él tenia el pelo morado. -Perdón por
2. molestar, ¿pero podría quedarme tan solo una noche?- El chico de pelo morado miro a la
chica de pies a cabeza. -Pareces cansada. ¡Vamos, entra! ¡Los señores te esperan!- El joven
volvió a abrir la puerta dejando al descubierto un sala magnifica, en su interior, muebles
lujosos y platos dignos de un rey encima de la mesa. La sorpresa fue de Anabeth cuando
vio que un niño y una niña idénticos de un tamaño minúsculo se acercaban a ella. -
¡Bienvenida!- Dijeron los niños a la vez. -¿Qué sois?- Anabeth parecía aterrada y curiosa a
la vez. -¡Somos gemelos!- Dijo la niña con una voz dulce. -¡Somos muñecos!- Dijo el niño
justo después. Una joven de pelo verde con una bandeja que no mantenía muy bien el
equilibrio apareció detrás suyo, sonriendo. -¿Quieres un té?- La chica consiguió estabilizar
la bandeja con una carcajada sonora. -No, gracias.- Anabeth estaba muy desconcertada. -
Los señores están arriba.- El chico de pelo morado subió unas largas escaleras que daban
vueltas. -¿A qué esperas? ¡Sube!- Anabeth puso un pie en la escalera, que emitió un gemido
ruidoso. Anabeth se asusto, pero enseguida puso otra vez el pie en la escalera y la subió
con cuidado. Los señores la esperaban ansiosos. La niña se sentía entre asustada y
acogida, en ese sitio nadie la discriminaba por el pelo. Los señores eran un hombre de
pelo azul, una mujer de pelo cobrizo, y su hija, de pelo rosa.
Los señores, amablemente la invitaron a unas copas de vino y a festejar, 'hasta el punto de
la locura', a la cual cosa la niñita accedió amablemente con una sonrisa. Bailes y fiestas se
organizaron en honor a la invitada... ¿Su única respuesta? 'Es que es taaan aburrido...'
Después de la gran celebración Anabeth se fue a la cama a descansar. Pasaron los minutos,
las horas... y no veía la mañana. Los muñecos, vigilando, se acercaron a ella poco a poco. -
¿Quieres que...- -...te contemos un secreto?- --¡Tan solo mira al reloj!-- Anabeth se asusto un
poco, así que se escurrió rápidamente hacia una puerta medio abierta. Dentro encontró...
¡Una sala repleta de ataúdes! Anabeth intento gritar con todas sus fuerzas, pero no pudo,
3. sabía perfectamente que se le había quedado la voz pegada al estomago. -Me... ¿Me
queríais matar todo este tiempo?- Fue lo primero que dijo cuando recupero la voz. -No
puedo morir... no quiero morir... ¡Ahahahahahahahaha!- Anabeth se dejo llevar por la
locura. Así es, festejaron hasta el punto de la locura... -Tan solo mira al reloj...- Repetía
una y otra vez. Cuando por fin se encontró delante del reloj, le arrancó las aspas,
rompiendo el cristal, y cortándose las manos y la cara, pero daba igual, solo lo hacía mas
divertido... Cada vez, más y más sangre, riendo sin parar, pintando las paredes de rojo,
escribiendo con sangre las palabras BAD END NIGHT, que significa NOCHE DE MAL FINAL... así
era...
Dicen que todavía si paseas por el bosque de noche, podrás oír a Anabeth reír a carcajadas
dentro de la mansión...
Historia creada por: E.G 6èC
Historia basada en: Bad end nighT – Vocaloid
ESCOLA EL CARME VEDRUNA, MANLLEU.