El Estado Social transforma las funciones del Estado liberal en el sentido de introducir y ampliar progresivamente el intervencionismo protector, de modo que, como se menciona en el libro de "El Leviatán" del político filósofo inglés Thomas Hobbes, todos los individuos tengamos un bienestar igual o mayor con la existencia del estado. Con el contrato social, existe una cesión voluntaria de poder por parte del individuo hacia el estado, donde se suman los intereses individuales para actuar por un colectivo, y adquirir ventajas comunes. Cabe mencionar que para Hobbes, existe el caso particular donde los individuos se rebelan contra el soberano si el contrato social no se cumple, si en realidad no se está mejor con el estado que sin él, si el pacto se rompe. México ha sido desde el comienzo de su historia moderna un país asistencialista, en donde el estado se ha limitado a tratar de abastecer las necesidades básicas de la población, más sin construir mecanismos beneficiosos a largo plazo. No sólo ha sido incapaz de llevar eficiencia y eficacia a sectores vulnerables, sino que ha privado a los más necesitados de capacidad, autoridad y autonomía para decidir libremente sus propios asuntos. Más aún, se ha generado un clientelismo donde se convierte a los beneficiarios en individuos dependientes de los programas asistencialistas, encadenándose así bajo el control y la regencia de quienes los "protegen".

1. Mexicano Empoderado
El Estado Social transforma las funciones del Estado liberal en el sentido de introducir y
ampliar progresivamente el intervencionismo protector, de modo que, como se menciona en el
libro de "El Leviatán" del político filósofo inglés Thomas Hobbes, todos los individuos
tengamos un bienestar igual o mayor con la existencia del estado.
Con el contrato social, existe una cesión voluntaria de poder por parte del individuo
hacia el estado, donde se suman los intereses individuales para actuar por un colectivo, y
adquirir ventajas comunes. Cabe mencionar que para Hobbes, existe el caso particular donde
los individuos se rebelan contra el soberano si el contrato social no se cumple, si en realidad
no se está mejor con el estado que sin él, si el pacto se rompe.
México ha sido desde el comienzo de su historia moderna un país asistencialista, en
donde el estado se ha limitado a tratar de abastecer las necesidades básicas de la población,
más sin construir mecanismos beneficiosos a largo plazo. No sólo ha sido incapaz de llevar
eficiencia y eficacia a sectores vulnerables, sino que ha privado a los más necesitados de
capacidad, autoridad y autonomía para decidir libremente sus propios asuntos.
Más aún, se ha generado un clientelismo donde se convierte a los beneficiarios en individuos
dependientes de los programas asistencialistas, encadenándose así bajo el control y la regencia
de quienes los "protegen".
¿Son los diputados y senadores, los gobernadores, los expertos en economía y
desarrollo social, incluso hasta el Presidente de la República lo suficientemente capaces para
determinar qué es lo que le conviene más al país y lo que no?, ¿será que ellos saben lo que nos
conviene incluso sin tener completa información para determinar nuestras preferencias?, ¿no
decidimos mejor nosotros para nosotros que alguien más para nosotros?
A finales del pasado mes de marzo el subsecretario de Desarrollo Social y Humano
de la Sedesol a nivel Federal, Ernesto Némer Alvarez, mencionó que la política social
impulsada por el Presidente de la República, Enrique Peña busca transitar del asistencialismo a
la generación de capacidades. Pero aún y con la existencia del vanguardista programa de
transferencias condicionadas conocido como Oportunidades, ¿por qué se sigue priorizando el
llegar hacia cada vez más gente con mayor cantidad de apoyo?, ¿por qué el Gobierno de
Durango presume que con la visita Osorio Chong se recibe apoyo del gobierno federal para
poder llegar a más de 120 mil familias a través del estado con el mencionado programa? Si se
sigue enfatizando que los programas y políticas públicas del estado sean cada vez de mayor
presupuesto y cobertura, se acentuará aún más el asistencialismo mexicano y los beneficiarios
serán aún más dependientes de los actuales ineficaces subsidios.
Sea o no por el bien común, las decisiones del individuo se ven limitadas, volviéndose éste no
sólo dependiente sino también prisionero de lo que es la principal política pública social a
nivel federal, la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Necesitamos un acuerdo bilateral en dónde no sólo los beneficiarios de los programas
renuncien en cierta medida a sus libertades otorgándoselas al estado (al verse sujetos a un
cambio de comportamiento ante los programas condicionados), sino también dónde el estado
tome la responsabilidad del poder otorgado para lograr resolver problemas y alcanzar objetivos
que, con el libre albedrío de los intereses individuales, no podrían alcanzarse.
En una situación donde el bienestar individual no se ve mejorado de forma alguna con la
existencia del estado, y donde la individualidad del ciudadano se ve perjudicada al verse la
independencia de éste condicionada por el gobierno, la misma existencia del contrato social se
pone en duda. Es así que la exigencia de un nuevo comportamiento por parte del gobierno
federal deja de ser un lujo para convertirse en una necesidad, de manera tal que los propios
individuos puedan tener la libertad en sus decisiones y acciones.
El Banco Mundial propone el "Empowerement", o Empoderamiento con el cual
pretende estimular las capacidades individuales o de grupo para tomar decisiones que lleven a
resultados y acciones deseadas. Esto, al crear acciones que construyan activos colectivos e
individuales, así como promover la eficiencia organizacional y el contexto institucional que
gobierna el uso de éstos activos. Existen cuatro ejes: Acceso a la información, inclusión y
participación, rendición de cuentas y capacidad de organización local; donde ya no sólo el
gobierno, sino que el sector privado, una sociedad civil cada vez más organizada, e incluso la
misma gente en situación de vulnerabilidad se ha involucrado a través del empoderamiento.
Ya no es suficiente el que el gobierno federal nos diga que entregó "x" cantidad de
tarjetas "Sin Hambre" para su utilización en tiendas Diconsa. Ahora los ciudadanos
necesitamos empoderarnos al responder preguntas e involucrarnos en cuestiones
fundamentales para nuestra propia libertad como individuos. ¿En dónde se gasta el
presupuesto público y por qué? ¿Qué problemas se pretenden resolver y en qué
medida?¿Cómo me pueden rendir cuentas de manera eficaz y eficiente? ¿Estoy realmente
ahora mejor contigo, gobierno, que sin ti? ¿Podría y debería involucrarme en una política
pública colectiva? ¿Qué puedo hacer para que tú gobierno, funciones mejor?
El mexicano empoderado puede no sólo exigir sino participar en éste gran proyecto
en conjunto, nuestro México.
* Derechos reservados © 2014 por Lic. Roberto Bernal Lee, Economista
Alcanzable Capacidad, Libertad Opcional
Lic. Roberto Bernal Lee Martes 22 de abril de 2014
Durango | Opinión
http://www.elsiglodedurango.com.mx/noticia/507184.mexicano-empoderado.html
Twitter: @Bobby_B_Lee