1. Rocío Guisado Cordón. Práctica número 1- 17/05/2013
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RESUMEN:
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.
TAREA INDIVIDUAL.
Rocío Guisado Cordón.
2º de Primaria A.

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1. REDUCIR LA BRECHA DIGITAL: UN NUEVO DESAFÍO.
La brecha digital, ocasionada por diversas razones, es ante todo un problema de acceso a las
infraestructuras. Esta brecha digital lleva consigo la brecha cognitiva, que guarda relación con
los obstáculos educativos, culturales y lingüísticos de las tierras que han quedado confinadas
en los márgenes de la mundialización, y observan internet como una realidad inalcanzable y
extraña a la vez.
Si se desea construir una sociedad del conocimiento, se deben solucionar de forma urgente
todas las disparidades tecnológicas existentes. La UNESCO debe proponer políticas que tenga
como objeto la reducción de la brecha digital y como consiguiente la brecha cognitiva, por lo
tanto la UNESCO ha enunciado cuatro principios para orientar las políticas destinadas a este
ámbito. Los cuatro principios son: acceso universal a la información, libertad de expresión,
diversidad cultural y lingüística y educación para todos.
A pesar de la pretensión de una sociedad mundial de la información, gracias a las redes, sigue
existiendo una geografía de red, que coincide con la geografía del desarrollo, concluyendo así
que el desarrollo y el alcance están íntimamente unidos, aunque existan disparidades debido a
causas económicas.
Por lo tanto “reducir la brecha digital es un objetivo prioritario si queremos que las nuevas
tecnologías contribuyan al desarrollo y propicien el surgimiento de auténticas “sociedades del
conocimiento””
Para llevar a cabo esta ardua tarea de mundialización de la red, no es suficiente únicamente el
apoyo de los gobiernos nacionales, sino que resulta de suma importancia la colaboración de
asociaciones, entidades e instituciones.

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2. Las nuevas tecnologías de la información y del conocimiento, construyendo una
sociedad del conocimiento.
Si la difusión de las nuevas tecnologías acelera el desarrollo de las sociedades del
conocimiento, la contribución de las tecnologías de la información y comunicación más
antiguas como el libro, la radio o la televisión herciana será también determinante en este
proceso.
Las “antiguas” y las nuevas tecnologías de la información no se sustituyen, sino que las
segundas complementan a las primeras y colaboran con ellas para la difusión de
conocimientos.
3. La nueva sociedad del conocimiento.
Al escuchar sociedad del conocimiento cabe pensar que la única sociedad en la que ha
existido conocimiento propiamente dicho es en la actual, y esto no es así. Tomemos como
ejemplo las primeras sociedades del conocimiento como los letrados del antiguo Egipto o los
mandarines de la China Imperial, estas sociedades tenían una serie de conocimientos que se
cultivaban en el secreto. Pero el nuevo reto, la nueva concepción de conocimiento, va más
allá, estas sociedades del conocimiento tiene como objeto la participación mundial (y para ello
se deben erradicar las brechas existentes), el derecho a un acceso libre a la información y al
saber. Este derecho a la información cobra gran importancia para la construcción de una
verdadera sociedad del conocimiento a nivel mundial.
4. Libertad de expresión.
La libertad de expresión no se puede considerar como un principio exclusivamente político, ya
que tiene hondas repercusiones económicas y sociales que la convierten en un instrumento
especialmente útil para el desarrollo. Desde el punto de vista de la construcción de las
sociedades del conocimiento una promoción efectiva de la libertad de expresión en la
sociedad mundial de la información puede contribuir a resolver un número considerable de
problemas políticos, por ejemplo la censura, las manipulaciones de la información con fines
políticos o el riesgo de una generalización de la vigilancia. También puede contribuir a
solucionar problemas económicos mediante la prevención de las hambrunas, la reducción de
la brecha digital o la lucha contra las desigualdades en el desarrollo. La libre circulación de
informaciones y contenidos puede también coadyuvar a la sensibilización del público, ya sea
en cuestiones de salud pública o en materia de prevención de desastres.

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Hoy en día, y tras los progresos jurídicos consagrados en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos en 1948 y la era del ciberespacio, la libertad de expresión es una libertad
positiva, que se basa en la espontaneidad y la autonomía de cada sujeto libre.
La libertad de expresión adquiere gran importancia en sociedades actuales, pero las
sociedades emergentes de conocimiento deben ir más allá y hacer hincapié en un aspecto
particular de este principio: la libertad de información, entendida como el derecho a acceder a
datos en posesión de los poderes públicos, y obtener una información periódica sobre las
iniciativas de estos.
A pesar de considerarse la libertad de expresión como un pilar básico para la construcción de
las sociedades del conocimiento, es necesario destacar que la libertad de expresión podía
entrar, en algunos casos, en conflicto con otros derechos o principios universales. Por ello
existen diferentes visiones acerca de una libertad de expresión “controlada”, o
completamente libre. Por un lado la visión que defiende que la libertad de expresión debe ser
libre, y por lo consiguiente, no se le pueden poner limitaciones razonables (ya que existirán
discrepancias a la hora de la consideración de lo razonable y lo irrazonable). En otra línea se
encuentra la postura que considera que la libertad de expresión debe existir junto a una
responsabilidad correlativa.
Sea lo que fuere es innegable considerar que la libertad de expresión es un poderoso vector
para el desarrollo humano en cuanto a su poder de abertura a nivel mundial al saber y a la
información. De ahí que es importante preservar este derecho y protegerlo allí donde se
desee erradicarlo, porque la libertad de expresión y la libre circulación de la información se
constituyen como los pilares para la construcción de una sociedad del conocimiento.
Si bien las nuevas tecnologías impulsan los cambios sociales, sólo podrán convertirse en una
promesa de desarrollo para todos mediante una alianza de la libertad de expresión, el
conocimiento, los principios democráticos y el ideal de justicia, que son los cimientos de la
Constitución de la UNESCO. Poniendo la voluntad necesaria, las sociedades del conocimiento
podrían hacer que esta promesa se convirtiera en realidad.

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5. Economía del conocimiento.
La economía del conocimiento describe una etapa particular del desarrollo del sistema
capitalista, basada en el conocimiento, que sucede a una fase de acumulación del capital
físico. Tal como Marx ya había predicho, parece ser que el conocimiento es el nuevo sustituto
de la fuerza de trabajo y la riqueza depende cada vez más del nivel general de la ciencia y del
progreso de la tecnología, más que del trabajo y los beneficios cuantificables. Es decir, y
como ya se ha citado en el texto anteriormente, las sociedades de conocimiento son
esencialmente sociedades de redes y sociedades de lo inmaterial, en detrimento de las
riquezas materiales.
A pesar del cierto optimismo que pueda despertar esta teoría, existen ciertos postulados que
mitigan este optimismo, siendo esencialmente esta economía del conocimiento un factor más
(e importante) para separar de forma más distante los países emergentes y los países en
desarrollo, siendo para estos últimos cada vez más complejo alcanzar a los primeros.
6. La memoria y la creatividad en la sociedad del conocimiento.
Las nuevas tecnologías han introducido (junto a las formas clásicas de almacenamiento del
conocimiento) nuevos soportes de almacenamiento con capacidades que parecen ilimitadas y
se caracterizan por una gran facilidad de acceso. Es por ello que la memoria se considera cada
vez más una función material, automatizada y artificial. Cabe pensar entonces que este
cambio en la facultad de memorización puede llevar consigo la disminución del esfuerzo
individual en la memorización.
Por otro lado, esta memoria digitalizada puede conllevar a la pérdida de diversidad de las
culturas cognitivas, por ello es necesario que las técnicas digitales sean una herramienta de
transferencia de conocimientos, pero no sustitutivas de todas las plataformas anteriores de
conocimiento.

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Otro de los problemas asociados a conservar el conocimiento en internet, es el carácter
efímero del mismo, que puede llevar a un “Alzheimer digital”, es decir pérdida rápida de
conocimientos de gran interés sin preocupación por las generaciones venideras. Es por ello,
que internet puede convertirse en un instrumento de vital importancia para la construcción de
sociedades del conocimiento, como para construir una sociedad de la diversión, sin
conocimientos seguros.
En cuanto a la creatividad, es preciso destacar que la rapidez con la cual algo descubierto se
transmite a toda la sociedad conlleva a la creación de una cultura que se construye basándose
más en el modelo de la creatividad y la renovación, que en el modelo de la permanencia ya la
reproducción. Por ello, las sociedades del S XXI deben afrontar el desafío de armonizar la
cultura de la innovación con una visión a largo plazo
La creatividad es el recurso natural (y renovable) distribuido por todo el mundo y solo exige
protección e incentivos para expresarse. Por ello es necesario que la construcción de una
sociedad del conocimiento tenga como característica básica la potenciación de la creatividad,
que es en definitiva y a mi parecer, la única herramienta válida para la construcción e
investigación de conocimientos.