17 falopia par sil

Cuento de
Rosalino Carigi
Escrito Septiembre 2018 a Enero 2019
a la edad de 89 años
FALOPIA
UNA ISLA IGNOTA
Diap 1

DEDICATORIA
A TODAS LAS ÁFALOS
Diap 2

Diap 3
FALOPIA
UNA ISLA IGNOTA

Diap 4
UNA ISLA IGNOTA UNA ISLA IGNOTA
INICIO ……………………. …… 1
DEDICATORIA ……………. … 2
UNA ISLA IGNOTA ………. … 3
OCÉANO PACÍFICO ………. .. 5
NEMO… NADIE …………. ….. 7
LOS NOMBRES ……………. …. 8
LOS LOGOS ………………. …. 10
LA ISLA ……………………. …. 12
LA PLAZA …………………. …. 15
LA HISTORIA …………. ……. 19
LAS COLUMNAS ……………. 23
LOS SERES ……………………. 26
LAS ÁFALOS …………………. 28
LOS MANANTIALES ………. 31
LA ALERTA ………….…. …… 33
TSUNAMI ……………………. . 36
NUNCA EXISTIÓ ………. …... 39
DICEN DE MI. (El Autor) …... 43
FINAL …………..……………… 45
ÍNDICE CAPÍTULOS
INICIO (Océano Pacífico) …… 1
ISLA IGNOTA ……..………. … 3
PUNTO NEMO ...…………. ….. 7
FALOPIA (cartografía) …... …. 9
PARQUE DEL PENE ……... …. 15
OLA GIGANTE Y BARCO …. 35
NUNCA EXISTIÓ (ecuador) … 42
FALOPIA …...…..…………….. 45
ÍNDICE IMÁGENES

Diap 5
El océano Pacífico es el mayor océano de
la Tierra.
Ocupa la tercera parte de su superficie.
Cubre un área de 155 557 000 km².
De norte a sur mide más de 15.000
kilómetros desde el mar de Bering en el
Ártico, hasta el mar de Ross y la Antártida.
De este a oeste tiene su mayor anchura
(del orden de 19.800 km) a 5 grados de
latitud norte, desde la costa de Colombia
hasta Indonesia (estrecho de Malaca).
El Pacífico contiene de 25.000 a 30.000
islas (más que todos los demás océanos
juntos), casi todas las cuales están ubicadas
al sur de la línea ecuatorial.
Posee el punto más bajo de la superficie
terrestre, la fosa de las Marianas, con una
profundidad de 11.034 metros.
El Pacífico se comunica con el océano
Atlántico a través de tres vías: el estrecho
de Magallanes y el pasaje de Drake, y la
artificial del canal de Panamá.
OCÉANO PACIFICO
El primer europeo en verlo desde la
orilla americana fue Vasco Núñez de
Balboa, quien, tras cruzar el istmo de
Panamá, tomó posesión de sus aguas en
nombre de España el 25 de septiembre de
1513, y le nombró Mar del Sur.
Años después, Fernando de Magallanes,
en su expedición al circundar la tierra, lo
llamó Pacífico al hallar aguas tranquilas.
El fondo del océano Pacífico es bastante
uniforme, con profundidad media de 4270
metros. Pero posee picos submarinos de
cimas planas, llamados seamounts.
El oeste del lecho tiene montañosos arcos
que emergen en islas, o profundas fosas
junto a la plataforma continental.
La cordillera este, con un ancho de 3000
km, tiene unos 3 km sobre el suelo marino.
Los tsunamis, los tifones, los huracanes,
la actividad sísmica y volcánica golpean a
manudo las islas de este océano y los
litorales continentales
El océano Pacífico no hace honor a su
nombre.
Érase una isla en el Océano Pacifico...
OCÉANO PACÍFICO

Diap 6
::::::
El extracto anterior se puede hallar en un
buscador cibernético.
Y, como todo resumen es fácil y simple
para satisfacer a la mayoría, mejor sería
decir que es facilista y simplista.
Reduce el tiempo de buscar y razonar.
El tiempo que debería usar el buscador.
El buscador humano y pensante.
Ahora todo se valora por el corto plazo
en llegar al resultado. No lo que se busca
ni el procedimiento ni el resultado, sino el
corto plazo en que se hizo.
Pasa a otro plano si lo obtenido es cierto
o no, realidad o mito, hipotético o verificado.
Lo importante es que se encontró rápido y
que el buscador (persona)quede satisfecho.
Aún más si viene adjunta una fotografía
o cita de alguien renombrado. Quizás por
aquello que "Una imagen vale por mil
palabras" o "La maestra lo dijo“.
Sin pensar que actualmente cualquier
imagen se puede editar y que muchas cosas
que nos enseñaron estaban equivocadas.
OCÉANO PACIFICO
::::::
Dejemos los circunloquios históricos y de
costumbres. Cada época tuvo sus valores y
su forma de valorarlos. Aunque, a veces,
parecen contradictorios entre ellos.
El Océano Pacífico no solamente es el
más grande. Es el más antiguo.
Y el único, cuando la primer gota de agua
cayó sobre la tierra. Según los científicos
eso sucedió hace 4.000 millones de años
Agua que fue llenando las profundidades y
formando las costas de lo que algunos
llamarían: Pangea, Panotia, u otras más.
Agua que entró en las separaciones de
esas masas continentales, al ir derivando
entre ellas, y formó otros océanos y mares,
Hoy es el océano más grande, el que
tiene más islas, desde las ínfimas coralinas
hasta la enorme australiana.
Tantas son que no se pueden contar ya
que unas surgen y otras desaparecen ya
sea por los volcanes o por los maremotos.
Islas desconocidas que algunos marinos
llaman: Ignotas.
OCÉANO PACIFICO

¿Julio Verne… seria alienígena?.
Reflexiones de Humgrand Penn d Joc
NEMO… NADIE
NEMO… NADIE
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¿Qué es el punto Nemo?
Es el polo de inaccesibilidad oceánica, el
lugar del mar más lejos de cualquier costa.
La más próxima está a 2.688 kilómetros.
Tanto es así que los astronautas de la
Estación Espacial Internacional que orbita
a 410 km sobre la Tierra pasan más cerca.
Pocas rutas marítimas cruzan por esa
zona, y en su cielo escasas veces se ve un
avión. Es el centro de una circunferencia de
16.900 km sin tierra a la vista.
El punto Nemo se halla en el océano
Pacífico en las coordenadas: 48 ° 52.6’S 123
° 23.6’W. Allí la profundidad es de 3.700 m
No asombra que el “punto más alejado”
esté en el océano más grande, pero si en
uno que tiene más de 25000 islas
La corriente mantiene la temperaturas a
5,8 Cª y esta es la zona del océano con
menos actividad biológica.
El Punto Nemo es un lugar desolado.
PUNTO NEMO - 48 ° 52.6’S 123 ° 23.6’W.
ISLA IGNOTA: DESCONOCIDO
Cuentan los viejos marineros que existió
una isla en un meridiano próximo, no
recuerdan si unos grados al sur o al norte
del ecuador,
Ese ecuador que en el océano Pacífico
puede ser manso y paradisíaco por días
enteros y de pronto cambiar en terribles
tormentas con olas altísimas,
Una isla que nadie había visto, una
ISLA IGNOTA.

Diap 8
El nombre es algo que nos ponen
sin siquiera consultarnos…
LOS NOMBRES…
Un buque del Armada del grupo vencedor
recorría el océano, controlando cada isla
para su paz, y finalizando esa guerra.
¿Cuál guerra?... Cualquiera… La historia de
la humanidad es la historia de sus guerras.
¿Cuál paz?.... Otra cualquiera. Paz es el
período de preparación entre dos guerras.
¿Cuál vencedor?... Alguno de los dos…
O ninguno. Muchas veces gana el que
pierde y viceversa.
¿Cuál Océano?... Definido: El Pacífico.
¿Cuál isla?... ¡Desconocida! … ¡No aparecía
en el plano cartográfico!... ¡Pero existía!
Ahí estaba, frente a los ojos de todos y
del científico adjunto a la armada. Aunque
las coordenadasdecían que solo había agua.
Un principio absoluto de toda nación es
que sus militares nunca se equivocan.
La isla no estaba en el mapa militar, pero
existía.
LOS NOMBRES…
Sin embargo su existencia oficial solo lo
podía autorizar el alto mando.
Y el comandante militar decidió:
El error era del cartógrafo anterior.
Había que tomar posesión de la isla.
Todos los comandantes son iguales.
Pero ese océano, a pesar que tiene más
de 30.000 islas no tiene dos iguales. Ni los
geógrafos coinciden en la cantidad de islas.
Todos los días se descubre una nueva, o
surge otra del fondo del mar, o desaparece
una bajo el agua.
Las hay solitarias, o superpobladas, las hay
inhabitables, algunas son solo atolones, otras
son enormes.
Una es un continente.
Ya que un continente solo es una isla
grande.
Lo que importa a las naciones, sobre
todo a las vencedoras, es poseer más tierra
y el correspondiente mar territorial.
Por tanto el cartógrafo se dispuso a
cumplir la orden del comandante militar.

Diap 9
A medida que acercaban a la isla notaron
que el arrecife que la rodeaba era enorme,
tenía varios kilómetros de ancho.
Pero, la profundidad del océano señalaba
3.900 m. Era como si la isla, aún lejana,
estuviese sobre un abrupto acantilado.
Un perpendicular “seamounts”.
La laguna interior que rodeaba la isla era
de aguas límpidas y azules, eso indicaba
que estaba conectada con el mar.
En la isla había abundante vegetación y
se podían ver seres en su playa interior.
Pero el comandante militar solo anotó
que la isla era demasiado pequeña para una
pista de aterrizaje y que la costa resultaba
peligrosa por ser propensa a los naufragios.
E hizo su decisión desde el barco:
Se tomaba posesión de la isla.
Se señalaría en las cartas militares.
No se pondría aun en los mapas civiles.
Se haría una cartografía rápida de la isla
Se le daba el nombre clave de:
Isla Ignota.
LOS NOMBRES…LOS NOMBRES…
Así que, luego de navegar alrededor de la
isla para que el científico tomase sus datos,
el buque de la armada siguió su destino.
Con la paz, la isla volvió a perderse en la
inmensidad del Océano Pacífico y la apatía
burocrática del ser humano.
Solo quedó una vieja carpeta que, algún
curioso al abrirla y ver el dibujo, ironizaba:
–¡Debería llamarse con otro nombre!
Alguien, alguna vez, agregó ese nombre
más arriba.
Y… había puesto uno más acertado.

Diap 10
Hay dos épocas en que los científicos son
importantes: En la guerra y en la paz.
Siempre están al servicio de alguien. A
menudo, de una Universidad. Y a veces de
los militares. Y las dos se benefician.
Los científicos ganan poco, solo gastan
en sus proyectos y no son envidiosos.
Todos se conocen y hablan entre ellos de
sus ideas, sin importar el idioma, el color,
la religión, la nacionalidad… si la gente no
los entiende, o los políticos los aparten.
¿Alguien ha visto un científico en algún
cargo Público?
Cada tanto se reúnen y hacen viajes. Le
dicen Misiones para que no suene a paseo.
Una Universidad quiso hacer una misión
donde fuesen sus científicos.
Los militares vieron la oportunidad de
ser necesarios. Hacía décadas que no
tenían una guerra. Y recordaron aquella
Isla Ignota.
LOS LOGOS…
Si no hubieran existido el latín y el griego…
‘¿con que se darían postín los científicos?
LOS LOGOS… La Armada suministró un buque con los
equipos científicos más modernos. Siempre
hay presupuesto para las fuerzas armadas
Para ostentar el control también puso la
tripulación, el capitán y el cartógrafo.
Cosas de la vida, este era descendiente
del primero que dibujó la isla.
La universidad aportó los científicos.
Uno por cada especialidad. En eso tuvo
problemas. Antes solo había dos o tres:
Investigadores, exploradores, inventores.
Pero eso fue en los siglos de Leonardo y
Humbold. Hoy a esa gente la llaman con
una palabra casi despectiva: Polimata.
Sabían de todo pero no tenían título de
nada.
Einstein, el "cerebro" más inteligente de
nuestra época solotuvo el de Bibliotecario.
Pero los tiempos cambian… y los
valores.
Y la Universidad envió un Paleontólogo,
un Biólogo, un Antropólogo, un Geólogo,
un Oceanólogo, un Vulcanólogo, un
Arqueólogo un Sociólogo… y una docena
de “logos” más en otras diversas ciencias

Diap 11
También iba un Médico gerontólogo por
la edad de la mayoría de los científicos. Y
un familiar del decano, el Sicólogo…
No es "Piscisólogo", ni el que estudia los
peces, que en ese caso se dice Ictiólogo.
Y cada grupo llevaba sus ignorados.
La armada tenía a los marineros, los
"todólogos"· que tanto limpiaban la sentina
del barco como lo hacen navegar.
Los científicos poseían al "Paleólogo", el
que sabe de idiomas antiguos. Un solitario.
¿Quién va a hablar con alguien que solo
conoce palabras que ya no significan nada?
Lejos estaban de imaginar que iba ser el
científico más necesario en las isla.
Y partieron hacia la isla, donde todavía
los mapas decían que solo había agua
Abrieron la carpeta.
Y tuvieron una sorpresa.
En el amarillento papel estaba el colorido
dibujo de ella pero… el viejo cartógrafo no
había escrito las coordenadas.
El nuevo, el nieto, vio el nuevo nombre,
la forma de la isla, y sonrió socarrón.
Él, como su ancestro, era un adjunto:
–Se le olvidó acotarla. –dijo al capitán–.
Él me contaba que era cerca del ecuador y
en la misma latitud del Punto Nemo.
–¡El Punto Nemo aún no se conocía en
esa época! –replicó el comandante.
–Pero mi abuelo vivió para saber de él.
Puedo estimar la posición de la isla por la
ubicación de las coordenadas en la carta.
–¡Hágalo, entonces!
Y se retiró mirando con ironía hacia el
técnico del GPS.
El cartógrafo fue hasta las pantallas del
control cibernético. Habló con quienes las
operaban, y bromeó con ellos.
Hicieron un barrido con el satélite entre
la isla “Te pito o te henua” y el ecuador.
Y… sobresaliendo sobre la superficie del
mar, bajo las nubes, surgió la isla ignota
con su peculiar forma
El cartógrafo anotó las cotas que estaban
al pie de la pantalla y fue a informar.
Según la bitácora, habían hallado la isla
buscada.
LOS LOGOSLOS LOGOS

Diap 12
LA ISLA
El primero en ver América fue Rodrigo de Triana.
El descubrimiento se le atribuyó a Colón.
Y el nombre es por uno que la dibujó.
REFLEXIONES DE HUMGRAND PENN DE JOC
El buque enfiló proa hacia la isla. Era
una mañana en la que el Océano Pacifico
honraba su nombre.
La brisa refrescaba a los científicos que
se habían reunido cerca del capitán. Éste
preguntó en broma al cartógrafo
–¿Está seguro que vamos bien?
–Son datos del satélite… –respondió el
joven– y ese no se equivoca.
–No lo afirme tanto. En el Ponto Nemo
hay muchos satélites y estaciones orbitales
sepultadas en el mar por tener fallos.
–Por más perfectas que quieran hacerlas,
son cosas hechas por el hombre. –opinó el
paleólogo– Y si el creador tiene defectos, lo
creado los tendrá.
–El aire salado nos puso filósofos.
–O quizás el saber que estamos llegando
a destino
Y en el horizonte se notaba una pequeña
mancha
La mancha fue creciendo hasta ser una
tropical isla.
La rodeaba una enorme barrera coralina,
y se veía, a lo lejos, una plácida laguna en
cuyo centro se hallaba la vegetación.
Los científicos se habían agolpado en la
borda, mientras el capitán la contorneaba
en busca de un lugar don echar anclas.
No lo encontró, era como si la barrera de
coral termina abrupta y perpendicular en
el océano. En tanto los aparatos marcaban
casi 4000 metros de profundidad.
Decidió detener el buque en la parte que
halló coral bajo agua y allí ancló.
Fue hasta lo científicos y, a pesar que no
tenía autoridad sobre ellos, les dijo:.
–El helicóptero irá a sobrevolar la isla y
ver la actitud de los nativos. Sería bueno
que fuesen el paleólogo y el cartógrafo.
Vio la cara de molestia de algunos viejos,
estaba pidiendo a los dos más jóvenes.
–¿Teme algo? –preguntó el geólogo.
–Nunca se sabe. Estamos invadiéndolos.
Y el piloto salió con los elegidos.
LA ISLA

Diap 13
Nada desconcierta más que ver que lo
que nos parece normal deja de serlo.
Los nativos estaban vestidos solamente
con una saya atada a la cintura y que les
llegaba hasta la rodilla.
¡Pero la falda estaba abierta delante y
dejando a la vista sus atributos sexuales!
¡Los jóvenes los mostraban libremente,
los mayores los llevaban colgados por una
cinta y los ancianos portaban el escroto en
una bolsa! ¡Y todos sin perturbarse!
Los isleños estaban fuera del círculo de
piedras mirándoles con asombro.
El paleólogo fue hacia los aborígenes.
Ellos cerraron fila y cada uno tomó una
piedra. Pedro musitó unas palabras y se
echó para atrás humildemente.
Uno de los ancianos murmuró algo.
De inmediato alguien fue y volvió con
una saya y la puso sobre las piedras rojas.
El paleólogo se desnudó, se vistió con la
saya y… dejó a la vista sus atributos.
Todos los aborígenes tocaron sonoras
caracolas festejando lo sucedido.
LA ISLA
El piloto tomó altura para que pudiesen
tener una visión general de la isla.
Juan, el cartógrafo, nieto del primero que
la dibujó, sonrió al ver que asemejaba un
pene apuntando hacia el Sur –Sur oeste.
Entre tanto Pedro, el paleólogo, buscaba
en la frondosa y tropical vegetación signos
de la civilización que la habitaba.
El piloto bajó a pocos metros recorriendo
sus playas buscando un lugar donde parar.
Cada vez que lo intentaba hacer, salían a
su encuentro los nativos, estos se ponían
debajo y le señalaban la punta de la isla.
Lo hacían sin belicosidad, pero… no le
dejaban bajar. Y piloto fue a esa punta…
que tenía forma de glande.
Se asombró al encontrar allí un círculo
marcado por piedras rojas y paró en él.
–No pensé que tuviesen un helipuerto –
exclamó el piloto.
–Quizás sea para otras finalidades. –dijo
Pedro– Quedamosentre ellos y… el océano.
En ese momento se acercaba un grupo
de los habitantes.
LA ISLA

Diap 14
Y, marcharon escoltados por los nativos.
El piloto fue a buscar los otros. Volvió
con el Biólogo, el Paleontólogo, el antropólogo
William y el arqueólogo, el viejo Archi.
Archi y William bajaron y se pusieron
rápido las sayas mostrando sus atributos.
Los otros dos lo hicieron algo cohibidos.
Y todos fueron acompañados a la isla.
Encontraron al paleólogo charlando con
Tos-Op en el idioma de éste. Y les explicó:
–Es un lenguaje fácil. Además, Tos-Op es
el historiador de ellos.
Se les acercó un viejo nativo y dijo algo.
–Quiere saber si hay Seres más ancianos
que Archi y lo felicita por honrar a Falup.
–¿Falup es su Dios? –preguntó Archi.
Pedro tradujo. Y el viejo nativo exclamó:
–¿Dios?... ¿Qué "cosa" es dios?...
Se fue y volvió con una ruana igual a la
suya. La colocó a Archi y sentenció algo.
–Dice que eres el más viejo de los Seres
de otra isla. –tradujo Pedro– Te invita a
estar con él en la reunión de los Ancianos.
–Ni al decano darían tal honor. –rio.
LA ISLA
El paleólogo comprendió que había sido
aceptado, y señaló la saya y a Juan.
Pronto trajeron otras, poniéndolas sobre
las piedras pero, no entraban en el círculo.
El cartógrafo también se desnudó y se
vistió con la falda igualmente, pero el
piloto prefirió volver al helicóptero,.
Uno de los ancianos, que se distinguían
por llevar en los hombres una especie de
ruana pequeña, habló a un nativo.
Éste fue hacia el paleólogo, en tanto los
demás se abrían bordeando un camino.
Se notaba que le tenían cierto respeto.
El aborigen, mediante señas, invitó al
visitante a salir del círculo y acompañarle.
Cuando Pedro salió de allí, el nativo se
señaló pronunciando su nombre: Tos-Op..
El paleólogo hizo igual, diciendo: Pedro.
Tos-Op se colocó de frente, lo tomó de
los hombros, le miró serio el pubis y dijo:.
–Falup Jeta Te-Ur Res.
Pedro comprendió que ese era su saludo,
e hizo y repitió lo mismo.
–Falup Jeta Te-Ur Res.
LA ISLA

Diap 15
PARQUE DEL PENE (COREA DEL NORTE) (Ímag. Adapt. R. C. 2018)

Diap 16
LA PLAZA
Era un plaza con un monumento
De alguien perdido en el tiempo…
Old-Up, el viejo nativo, los guío a través
del sendero desde el círculo de piedras a la
isla cruzando la laguna interior.
Iba hablándole a Archie, quien debía
girar para que Pedro le tradujese.
–¿Por qué me dice Arx-Up? –preguntó el
arqueólogo.
–Acaba de nombrarte componente de los
ancianos. Es un homenaje a Falup. Todos
lo nombres propios terminan en p. Cuando
son niños en Ip, si son de jóvenes en Ep, de
mayores en Ap, y los ancianos en Up.
–El de tu amigo Tos-Op finaliza en Op…
–El Op lo tienen reservado para Seres
con conocimientos especiales, de categoría.
Y él es el historiador de Falopia.
–O sea, es un doctorado. –rio Arx-Up.
Todos rieron, lo que le causó asombro.
–¿Me entendieron? –temió el viejo
–Tal vez. Son muy inteligentes… –dijo el
paleólogo–aunque pensemos lo contrario.
Ya habían llegado los demás científicos,
y se pusieran las sayas abiertas adelante.
Y, por la edad, la mayoría agradeció en
silencio que estuviera también la cinta para
colgar el pene a la cintura.
Ahora estaban todos llegando a la plaza
principal sita en la punta de la isla, o sea la
que asemejaba el glande.
La plaza se hallaba más alta que el resto
del terreno y tenía alrededor manantiales
con lagunas que drenaban en riachuelos.
Era un paisaje lujurioso tropical, pero la
sorpresa fue el subir la rampa a la plaza.
En el centro de ella dominaba un enorme
y perfecto falo de piedra gris con testículos
y en posición apuntando al sur.
Tras el mismo lo acompañaban tres falos
pequeños, negros y erectos verticalmente.
Y para completar la plaza rodeaba este
centro un círculo de estilizados penes de
piedra ocre llenos de grabados
Los visitantes no salían de su asombro,
pero para los nativos era de lo más normal,
los niños jugaban entre todo eso.
LA PLAZA

Diap 17
En efecto, en una de las columnas, o
falos laterales, había dos nativos jóvenes
grabando algo luego de lo ya escrito.
–Son mis “continuadores" –explicó Tos-
Op– Están grabando en la piedra la llegada
de ustedes. Ya también fui como ellos con
el otro historiador. En Falopia cada Ser hace lo
que más le gusta y aprende de otro Ser.
–¿Y tú que haces ahora? –preguntó Pedro.
–Reviso que sea la verdad. Los jóvenes
tienden a ser emotivos. Y los Ancianos me
dejaron ahora como Narrador.
–O sea, para que eches cuentos. –bromeó
el paleólogo ya sintiéndose amigo.
–Cuentos. Historia. ¿Cuál es la diferencia? –
y se contestó– En quien lo escribe, en quien lo
lee, en quien lo narra, en quien lo oye… y en el
momento. Hace unos días, ¿Hubieras pensado
que estaríasen una plaza con falos de piedra?
–Jamás. Ni en Falopia, una isla ignota.
–Ignota para ustedes, para nosotros
existe hace más de 10. 000 años. Una isla
donde no comprendemos el concepto de Dios,
pero damos importancia al de los Seres.
LA PLAZA
El geólogo fue al centro de la plaza,
junto al falo principal, y solicitó:
–Pregúntales si me permiten tocarlo y
ver de qué roca está hecho.
Pedro iba a traducir cuando Tos-Op ya
estaba respondiendo:
–No necesitas permiso. Son estatuas. Las
estatuas son cosas Inertes. Y lo inerte es de
todos y todos lo pueden tocar.
–Extraordinarios… –dijo el geólogo–
ellos y la roca. Esta es de origen espacial.
Un meteorito que tomó esta peculiar forma
reproduciendo todos los detalles.
–¿Y los tres falos que lo acompañan?
–Esos son hechos después en granito
negro por seres humanos…
–Disfrutas con lo que estás haciendo. –lo
felicitó el paleólogo– Solo falta que digas
que son estas columnas que nos rodean.
–Son falos estilizados de diorita color
crema que tienen inscripciones que podrán
estudiar Archie y el antropólogo.
–Es la historia de 7.000 años de Falopia –
acotó Tos-Op– Que seguimos escribiendo.
LA PLAZA

Diap 18
Todos miraron admirados a Tos-Op.
Éste seguía con su serenidad ancestral. Y
él continuó hablando en la plaza:
–Con mucho gusto narraré la historia de
Falopia. A todos los Seres nos llega una
edad donde queremos saber cómo fueron
los Seres de donde vinimos para poder
decírselo a los Seres que nos seguirán.
Sin que nadie les avisase, desde la playa
y la espesura tropical, empezó a surgir una
gran cantidad de niños y jóvenes que iban
a sentarse cerca del narrador para oírlo.
–¡Qué ansia de saber! –musitó Arx-Up.
–¡O que buen narrador debe ser! –agregó
el paleólogo Pedro.
–Veo muchos niños, muchos jóvenes, y a
los mayores y a los Ancianos. De alguna
forma deben reproducirse. –inquirió el
biólogo–¿Dónde están las mujeres?
–¿Mujeres?... –preguntó sin comprender
Tos-Op– ¿Qué significa "mujeres"?
El biólogo, creyendo que hablaba en
broma, le diseñó una en la tierra.
–¡Ah!... áfalos. Están con los animales.
LA PLAZA
El arqueólogo Archi, quien había venido
hablando con el Anciano Old-Up, se acercó
diciendo algo en falopio.
Todos los nativos lo vieron asombrados
y luego rieron. Pedro le comentó:
–Se asombran de tu deseo en hablar en
su idioma. Pero se ríen porque dijiste que
Old-Up ordenaba a Tos-Op que contase la
historia de Falopia. Aquí nadie ordena,
siempre pide al otro si quiere hacerlo.
–Extraordinario… Así que la decisión de
hacer algo está en quien es pedido y no en
quien lo pide…¿y como hacen los jefes?
–En Falopia no existe el concepto de Jefe
–intervino Tos-Op– A los ancianos se les
respeta por sus años, pero no ordenan. Y a
los niños se les dice lo que es bueno hacer,
pero nunca se les ordena. Todos en la isla
son iguales: jóvenes, mayores, ancianos.
–¿Y a que edad comienzan a ser Jóvenes?
–pregunto curioso el biólogo.
–Es cuando, no a que edad. Es cuando
tienen la primera eyaculación natural. Es
cuando ya pueden pasar el Ser a otro Ser.
LA PLAZA

Diap 19
Sonaron las caracolas. Era la forma de
aplaudir de los aborígenes de Falopia.
–Quisiera que me aplaudieran así mis
alumnos en la Universidad. –dijo Archie.
Tos-Op se sentó al pie de la columna y
comenzó a leer:
–"Dicen" que esta isla antes eran tres
que estaban cercanas y nadie las habitaba.
"Dicen" que con los años se juntaron y en
sus playas nacieron palmas con cocos.
–¿Las palmas no las trajo Falup? –dijo el
narrador haciéndose el ignorante.
–¡No!... –se rieron los niños– Los cocos
vienen flotando en el mar. Y Falup no
había llegado todavía.
–Ah… es cierto, –y Tos-Op continuó–
"Dicen" que del sur vinieron en canoas los
Kan-Ib, unos individuos repugnantes.
En la plaza había un silencio profundo.
–¿Por qué eran repugnantes? – inquirió.
–Porque practicaban la Sodomía.
Dijo con asco un joven. Y otro agregó
–Traían Áfalos prisioneras, las violaban,
maltrataban y al final… se las comían.
LA HISTORIA
Tos-Op, fue hacia la primera columna en
diorita de las que rodeaban la plaza.
Para los nativos era normal que tuviesen
forma de un erecto falo vertical. Y para los
científicos visitantes ya era más interesante
descifrar lo que había grabado en el fuste.
Apoyándose en éste, pregunto al joven
público que llenaba el lugar. Hasta había
niños montados a caballo sobre la parte
pene de la estatua espacial.
–¿Dónde escribimos nuestra historia?
–¡En las columnas! –exclamaron.
–¿Cuántos años tiene Falopia?
–¡Diez mil! –gritaron los más chicos.
–¿Cuántos años tiene esta columna?
–¡Siete mil! –volvieron a gritar,
–¿Qué pasó con los otros tres mil?
Se puso de pie uno de los que llamaban
"continuadores" de la historia y explico:
–Están escritos también en esa columna
Pero como fueron contadas por ancianos
Seres, cada frase empieza con "Dicen".
LA HISTORIA
La historia la cuentan los vencedores
y la escriben los que quedan vivos…

Diap 20
LA HISTORIA
El narrador aguardó que el escalofrío
recorriese al auditorio infantil. Los demás
ya lo habían escuchado antes. Y siguió:
–"Dicen" que un día, en el cual los Kan-
Ib repugnantes estaban en su orgía, desde
el cielo cayó una enorme cantidad de rocas
matando a muchos de ellos y destrozando
las canoas. "Dicen" que parecía una lluvia
de bolas de fuego sobre la Isla y el mar.
–Fue una lluvia de meteoritos. –afirmó el
geógrafo en voz baja a sus colegas.
–"Dicen" que una de esas rocas llegó sin
fuego, y cayó… –y Tos-Op, haciéndose el
ignorante, pregunto– ¿Dónde cayó?
–¡Aquí... en esta plaza! –grito un niño de
los que estaban montados a caballo en el
falo de la estatua– ¡Y yo estoy sobre ella!
Siempre hay algún niño más inquieto
que los demás, y todos los mayores rieron.
–"Dicen" que cuando dejaron de caer rocas
del cielo surgió del este una canoa empujada
por el viento. En la canoa venían árboles,
animales… –el narrador calló un instante–
Y era guiada por un Ser llamado …
–¡¡Falup!!... –exclamó la muchedumbre.
LA HISTORIA
Tos-Op fue caminando hasta otra de las
columnas con forma de falo y preguntó:
–Debo seguir leyendo aquí… ¿por qué?
Uno de los ·"continuadores" lo explicó:
–Porque no hay más "dicen". Comienza
la historia. La comenzó a escribir Falup en
esa columna. –al joven se le llenó la voz de
orgullo– Falup fue el primer historiador.
–Así es. –confirmó Tos-Op, y sonriendo
agregó– "Dice" Falup…
Todos largaron la carcajada en la plaza.
Enseñaba humildad. Y comenzó a leer;
–Desde su canoa, Falup vio salir de entre
las palmas de la costa a tres Seres negros
perseguidos por los repugnantes Kan-Ib.
Estos les arrojaban lanzas, pero los Seres
corrieron sobre el arrecife y se lanzaron al
mar sin importarles los monstruos.
–Los tres Seres nadaron hasta la canoa de
Falup y él les ayudó a subir. Le contaron de
las repugnantes sodomías. Mostraron que
los Kan-Ib les habían sacado los testículos.
Poseían el Ser, pero no podían sembrar
otros Seres. Se ofrecieron de esclavos. Falup
compasivo no aceptó. Serían sus ayudantes.

Diap 21
Había mucho más escrito en la columna
pero Tos-Op pasó a la siguiente:
–Falup fue hasta su barca y bajó lo que
traía con sus tres ayudantes negros, que se
llamaban… –simuló no recordar,
–¡Lem-Nij, Sag-Nij y Lab-Nij!... –gritaron
con alegría los niños más chicos.
Del grupo de los ancianos se adelantaron
tres que portaban ruanas color negro y les
sonrieron. Eran los actuales representantes.
–Plantaron los árboles, –siguió– muchas
árboles de frutas, y muchas raíces y granos
que servían para comer. También Falup
envió sus ayudantes a calmar el temor de
los animales áfalos ocultos en la otra parte
de la isla. Pasaron varias lunas. Las áfalos
habían sangrado su interior varias veces.
No quedaba simiente de los Kan-Ib. Y solo
había un Ser para dar Seres.: Falup.
–Y Falup se sintió solo. Trajo a una áfalo
cada noche con él. Y copuló. Y eran siete.
Y a todas trato bien. Y las áfalos incubaron
dentro. A las 10 lunas parieron. Pero no
todos eran Seres. También venían áfalos,
LA HISTORIA
Esta vez tocaron profundo las caracolas.
–Falup navegó alrededor de la isla. –dijo
el narrador– Los Kan-Ib tenían todas las
canoas destrozadas, pero seguían con sus
hábitos repugnantes. Horrorizado vio que
desde la selva traían una áfalo y, luego de
empalarla, la ponían al fuego para comer.
Tos-Op calló ante los ojos de espanto.
–Con la lluvia de piedras, las áfalos y los
otros animales habían huido. Fue tanto el
horror sentido por Falup que se dirigió a
la punta de las piedras rojas y desembarcó.
–Falup y sus tres ayudantes cruzaron.
Vieron esa roca que había llegado desde el
cielo. Se pusieron sayas de hojas. Falup,
como honor a la piedra, dejo fuera sus
atributos de Ser. Los tres Seres negros se
cohibieron por su falta de escroto. Pero
Falup dijo que también ellos tenían el Ser.
Y entraron a la Isla. Y vencieron a los a
los Kan-Ib. Los llevaron hasta las piedras
rojas. Les cortaron y quemaron los falos. Y
a sus dueños los echaron al mar para que
fuesen devorados por los monstruos.
LA HISTORIA

Diap 22
Y Falup siguió sembrando más árboles,
enseñando más, copulando más y dando el
Ser a otros Seres en Falopia.
Los Seres falopianos crecieron cuidados
por los Nij, se hicieron Jóvenes, sembraron
nuevos Seres en las áfalos… y aprendieron
a ser Mayores. Y Falup, viendo eso, pensó:
Los Seres son Seres. Tienen Falo. Ningún
Ser puede mandar a otro Ser. Todos son
respetables, todos son iguales.
Las áfalos son animales. No tienen falo.
Nadie puede maltratarlas. Son respetables.
Dentro ellas se siembran los nuevos Seres.
Y todos pertenecemos al Todo. Las Cosas
y la Energía. Lo Vivo y lo Inerte. La luna, el
sol, la tierra y sus islas, las estrellas… todo.
Solo hay algo más poderoso que el Todo.
Es el tiempo… y nadie sabe que es
Falup fue a otra columna. Grabó en ella
de lo aprendido con los falopios, con las
áfalos, con el tiempo.
Luego reparó si vieja barca.
Se subió a ella. Y como llegó, se fue…
LA HISTORIA
Y vieron que todos, los nuevos Seres y
las nuevas áfalos, estaban unidas por un
cordón a una bolsa sangrienta.
Las animales áfalos rompían el cordón y
le hacían un nudo junto al nacido. Y nadie
les había enseñado. Luego se pusieron los
nacidos sobre el pecho. Y nadie les había
enseñado. Y Falup, viendo eso, opinó:
Los Seres son Seres. Tienen falo. Pero no
pueden formar Seres sin las áfalos.
Las áfalos son animales. No tiene falo.
Pero dentro de ellas se forman los Seres
Los seres no hacen cosas de animales.
Los animales no hacen cosas de los Seres.
Desde entonces viven en partes distintas
de la isla. Y desde entonces los ayudantes,
los tres Nij, separan, traen y cuidan los
nuevos Seres con los Seres. Y dejan las
nuevas áfalos con las áfalos
–Somos los descendientes de esos Seres.
De ellos tenemos el Ser. –agregó– Pero
también tenemos la marca de formarnos
dentro un animal, de una áfalo… ¿y es?
Y todos se señalaron el ombligo.
LA HISTORIA

Diap 23
El grupo de extranjeros y nativos estaba
bajo la sombra de las palmeras.
–Gracias por el almuerzo. Rica carne –
dijo Archi y bromeó– Espero que no haya
sido de áfalo… como les dicen: animales.´
–Lo son, no tienen falo. –afirmó Old-Up–
No son Seres, pero las respetamos. Dentro,
les dejamos la simiente de nuevos Seres. Y
gozamos con eso si aceptan. –rio– Deben
ser sabrosas. Los Kan-Ib las comían. Para
nosotros es mejor pasar la noche con una.
Todos sonrieron con picardía. Y Archie,
el arqueólogo se atrevió a preguntar:
–¿Falup fue uno solo o hubo muchos?
Old-Up le miró, se quitó la ruana que lo
identificaba como Anciano, la dobló, se
abanicó con ella… y respondió:
–¿Importa eso?... ¿Uno?... ¿Muchos?...
¿Ninguno?... ¿O, fue un viajero que llegó a
la isla Falopia y se puso el nombre Falup?...
¿O, él se llamaba Falup y llamó a la isla
Falopia?... O, algunos grabaron lo que está
en las columnas y por miles de años nos
sirvieron de guía.
LAS COLUMNAS
Tos-Op dejó de leer en la columna. Poco
a poco los niños y mayores fueron dejando
la plaza. El narrador se aproximó con una
sonrisa a los científicos, indicando:
–Es la hora del almuerzo, van a comer.
– Se van porque dejaste de narrar… –lo
felicitó Archi– ¡Vaya final de un Génesis!
–No es el final, –dijo Tos-Op– quedan
varias columnas con la historia de Falopia.
Los jóvenes las leerán luego y los mayores
de tanto oírlas la saben de memoria. Si
quieren… les comentaré de las columnas
sobre las áfalos y de nuestras costumbres…
–Con mucho gusto lo haremos. –rio el
paleólogo– Pero, nunca te vi hablar tanto…
–Debe ser por el hambre que tengo…
Todos largaron la carcajada. Se acercó el
anciano Old Up y dijo algo en falopio:
–Nos invita a almorzar en su cabaña.
Tradujo Pedro. Pero Tos-Op, agregó:
–En Falopia no existe el posesivo. La
cabaña y el almuerzo son de todos.
Eran columnas con forma de falo…
LAS COLUMNAS

Diap 24
Llegaron los continuadores de Lem-Nij,
Sag-Nij y Lab-Nij. Los primeros habían
sido los tres negros ayudantes de Falup.
Previamente los jóvenes y mayores del
grupo se movieron dejándoles los mejores
lugares a la sombra y frescura.
El afecto y respeto con que los trataban
era extraordinario. Y ellos lo aceptaban.
–Debe haber muchos que quieren ser sus
"continuadores" –dijo Pedro, el paleólogo.
–Cuando son niños, sí. –respondió Sag-
Nij girando su estola negra– les limpiamos
el pupú, le damos de comer, les enseñamos
a caminar… los criamos para ser Seres.
–Pero cuando crecen, ya son menos los
quieren eso. –agregó Lem-Li meditando–
Piensan en las otras misiones que tenemos.
–Y al decidir, pocos eligen ser nuestros
"continuadores" –concluyó Lab-Ni, serio–
–Los Nij existían antes que los Seres. –
dijo con respeto el anciano Old-Up.
–Estamos cuando nacen, cuando crecen,
y cuando mueren. –musitaron los tres– Y
nuestra misión es hacer lo que dijo Falup.
LAS COLUMNAS
–Eres sabio Old-Up. –dijo el paleólogo.
–¿Sabio?... ¿Qué significa eso? –inquirió.
–Que tiene los conocimientos profundos
adquiridos por la experiencia o estudio. –
definió como un loro el sicólogo.
Viendo la cara de asombro del anciano
ante tales palabras, Pedro le simplificó:
–Que conoces mucho por tu vida…
–Ah… –rio el anciano– que soy viejo.
–Esa es una muestra de tu sabiduría; te
ríes de ti mismo. No todos pueden hacerlo.
–¿Por qué no? En Falopia uno elige ser lo
que quiere ser. Elegí ser narrador y alguien
me enseñó, como yo enseñé a Tos-Op.
Los dos narradores se vieron con cariño.
–Debe ser triste llegar a viejo habiendo
sido lo que no gustaba ser. –siguió– Y más
por la razón de tener algo. Eso no pasa en
Falopia, donde todo es de todos.
–Mi Ser es solo mío. –señaló su pene a la
vista– Pero como Ser soy de todos los Seres
de Falopia. Eso lo pueden explicar los
Nij… –sonrió– ellos sí son "sabios"
Los tres ancianos se acercaban.
LAS COLUMNAS

Diap 25
Los científicos quedaron admirados. Y el
Anciano, indiferente, dijo:
–Continúa Lab-Ni, te escuchamos.
–Ah…–el Nij meditó– la primera Misión,
la que pidió Falup a sus tres ayudantes…
castigar por la repugnante sodomía.
–¿Aún deben hacerlo? –inquirió Pedro.
–Cada tanto, sí. Debe ser el Animal que
cada Ser tiene. Cuando dos Falopios son
hallados así; los llevamos a los Ancianos,
ellos consultan a todos los Seres y son
condenados como los Kan-Ib… Y, como
nuestros tres antecesores, cumplimos esa
Misión. Los llevamos al círculo de piedras
rojas. Y, sin tocarles sus sucios falos, se los
cortamos y echamos al fuego hasta volver
cenizas. A ellos los arrojamos al mar para
que sean devorados por los monstruos
–¿Y luego? –preguntó Archie.
–Pasamos un mes reflexionando. Falup
también dijo: Ningún Ser matará otro Ser.
–Ustedes no los matan, lo hacen los
monstruos del mar, los tiburones.
El silencio de los Nij fue la respuesta.
LAS COLUMNAS
–¿Quieren narrar todo lo que hacen a
nuestros visitantes? –les pidió Tos-Op
–Con gusto, –sonrió Lab-Ni– pero "todo"
es largo… son muchas misiones.
El biólogo se atrevió a preguntar:
–Noto que usan a menudo la palabra
"misión". ¿Son las leyes de aquí?
Tos-Op se apresuró a responder:
–En Falopia no hay leyes. Nos guía lo
escrito en las columnas. Sin embargo lo
pedido por Falup es "Misión Básica". Y los
ancianos los encargados de hacer cumplir.
–¿Básica?... –se asombró Pedro
–Sí… porque las primeras las escribió
Falup en la base de la columna para que las
viésemos desde pequeños.
–Entonces… ¿son inmutables?
–En el Todo –dijo el anciano Old-Up– a
cada instante todo cambia y el Todo sigue
igual. Falup era un Ser, y ningún Ser es
infalible. Lo que hoy es verdad, mañana
puede no serlo. Con el mismo cincel que se
graba se puede borrar lo grabado… y se
puede grabar algo diferente.
LAS COLUMNAS

Diap 26
Corrió un frio helado entre los falopios.
Para ellos era una pregunta absurda.
La respuesta de Sag-Nij fue tajante.
–Muchos. El principal es ser posesivo. La
prueba es que la áfalo de inmediato a librar
un Ser quiere ponerlo a beber de su ubre.
–Es lo natural… –musito el biólogo.
–En los animales. –sentenció Sag-Nij, ya
serio– Por eso las áfalos discuten entre ellas
por cualquier cosa. En los Seres no. Todo
es de todos. Y así los hacemos crecer.
El biólogo iba porfiar otra vez pero se
interpuso Pedro el paleólogo.
–¿Tienen otros animales con ubres como
las áfalos? –preguntó evitando el choque.
–Solo las cabras. Todas las mañanas y las
tardes, las áfalos ya infértiles nos dan esa
lecha mezclada con las de las áfalos y miel
para los pequeños que hacemos crecer.
–¿Ordeñan a las áfalos?.. –bromeó Pedro.
–Las ordeñan las áfalos más viejas. Los
Seres solo tocamos a las áfalos fértiles para
cupular y crear más Seres
–Y ambos gozar… –ironizó Old-Up.
LOS SERES
–Y tú, Sag-Nij… ¿qué misión te gustaría
narrarnos? –cortó el silencio, Old-Up.
–La de hacer crecer a los Seres. –lo dijo
de tal forma que no se supo si preguntaba
o afirmaba.
–Ah… la de cada Ser… sigue, por favor.
–Cuando Falup pidió a los tres negros
ayudantes que cuidaran a los nuevos Seres
fue simple. –suspiró pensativo– Solo había
siete animales áfalos y todas eran fértiles,
solo había uno para copularlas… y los tres
ayudantes eran eunucos.
–Pero, aunque la simiente puesta dentro
de ellas era de un Ser, ellas formaban tanto
un Ser como parían otro animal áfalo.
Viendo el peligro que significa eso, Falup
pidió separarlos. Los Seres deben criarse
con los Seres y los animales con animales.
Y los Seres deben separarse de inmediato
del animal áfalo para crecer como Seres.
–Perdón, respetable anciano. –preguntó
el biólogo– ¿Cuál es el peligro que un Ser
sea criado por una áfalo?
Ser o no ser…
LOS SERES

Diap 27
–¿Y luego que sucede con los niños?
–Crecen. Pero siempre hay más niños. Y
los otros se hacen jóvenes. Piensan. Dudan.
Creen que lo saben todo. Y… nos olvidan.
–No nos olvidan, –intervino Lab-Nij con
cariño– Cuando llegan a mayores vuelven
a acordarse de nosotros.
–Imposible olvidar a quien te crio. –fue
la afirmación de todos los mayores.
–¿Qué sucede si surge el amor entre un
Ser y una "áfalo"? –inquirió el biólogo
–¿Amor?... ¿Que es amor? –dijo Old-Up
–Que los dos quieran vivir aparte, solos,
y cupular entre ellos. –aclaró el paleólogo.
–Ah… posesión. En Falopia todo es de
todos. La isla. Las cosas. Las áfalos… Todo.
–Debe ser difícil criar a los niños sin ser
posesivos. –seguía inquisitivo– ¿Y si dos
Seres quieren copular la misma áfalo?
–Ninguno de los dos la tendrá. Lo hará
con un tercero. Y… si quiere. La que acepta
es la áfalo, el Ser tan solo se lo pide.
–Asombroso…pero, natural. –fue el
simple comentario del biólogo.
LOS SERES
–Sigue narrando esa misión, Sag-Nij.
–Cuando son pequeños es sencilla, las
áfalos mayores lo quitan enseguida de la
áfalo formadora, atan su cordón umbilical,
lo lavan y nos lo dan. De ahí en adelante
hay que limpiarles los excrementos, darles
de comer, mimarlos, cuidarlos. Son niños.
Tienen hambre de comida, de juegos, de
aprender. Creen. Crecen. Y van haciéndose
Seres hijos de todos los Seres.
–No comprendo lo último. –dijo Pedro.
–Los primeros Seres eran resultado de la
copulación de Falup con las siete primeras
áfalos. Pero, al crecer ellos hubo más áfalos
fértiles y más Seres para copular. –explicó
Tos-Op– Y Falup, para evitar la posesión,
dispuso que cada noche, cada Ser llevase a
una áfalo distinta para copular.
–Exacto. –confirmó Sag-Nij– Ningún Ser
sabe en que áfalo dejó su simiente. Ni una
áfalo puede saber que Ser lo hizo.
–¿No saben quiénes son progenitores?
–Todos somos descendientes de Falup y
de todos los Seres
LOS SERES

Diap 28
El paleólogo volvió a repetir la pregunta.
–Imposible. –aseguró el Nij– Las áfalos
podrán ser hermanas, madre e hija, pero
nunca serán amigas. Siempre se sentirán
rivales. Está en su naturaleza animal.
–Parece conocerlas bien. – ironizó Pedro.
–Solo un poco más que los otros falopios.
Los Nij vamos todos los días a buscar el
alimento de los niños que hacemos crecer.
Y al envejecer, charlamos más con las
áfalos ancianas que lo preparan.
–¿Ustedes tienen que ser eunucos como
los tres primeros ayudantes de Falup?
La carcajada fue general ante la broma.
–¡No!... –rio Lem-Nij– Somos Seres como
cualquier otro. Nos gusta copular. Debe
haber sido muy triste para los primeros
estar cerca de siete áfalos y ser castrados.
–Noto cierto respeto hacia las áfalos
–Hasta Falup lo tuvo. Grabó toda una
columna para cómo tratarlas y cuidarlas.
Creemos que son animales a que les falta
algo, cuando en realidad tienen más
–¿Más?... ¿Cómo es eso?...
LAS ÁFALOS
Quedaba por narrar Lem-Nij.
Señalándole, Old-Up murmuró a Pedro:
–Somos de la misma "camada", nacimos
el mismo día, nos criaron los mismos Nij
de esos años… somos viejos amigos.
–¿Amistad?... ¿Qué significa amistad? –
bromeó el paleólogo imitando al anciano.
–El sentimiento más grande que une a
dos Seres. –fue la serena respuesta– Viril y
masculino por naturaleza.
–¿Las áfalos no pueden ser amigas?
–Preguntémosle a él… –e inquirió– Lem-
Nij… ¿Te gustaría narrarnos de otra
misión? ¿La que tienen con las áfalos?
–Sabía que guardabas eso para mí. –
respondió el otro anciano– Lo haré con
gusto y en recuerdo de aquellos años en
que tú no eras un Up ni yo un Nij, sino dos
muchachos que había que buscar en las
copas de las palmeras de la playa.
Todos rieron. Era algo común que hacían
los niños.
LAS ÁFALOS
Amigo es aquel a quien nunca hace falta
preguntarle donde estaba cuando lo necesitábamos.

Diap 29
Mientras para los aborígenes resultaba
eso normal, el paleólogo vio la expresión
rara de sus compañeros científicos.
–¿Siempre las áfalos han estado en esa
zona aparte? –preguntó desviando el tema.
–Huyeron de los Kan-Ib para allí cuando
cayeron las rocas desde el cielo. –respondió
Lem-Nij– Y se quedaron en esa lugar de la
isla, que parece un pubis, luego que Falup
terminara con los repugnantes.
–¿Hay algo que las mantenga separadas?
–No. Nada. Ninguna barrera. Solo las
separa dos manantiales, un arroyuelo, y
una plaza donde todas las noches van las
fértiles a buscar un Ser que las pida como
compañía de esa noche. Pero a la mañana
siguiente todas retornan a sus cabañas. Son
más dóciles que las cabras que, cuando se
escapan, tenemos que correrlas a su lugar.
La carcajada de los nativos fue enorme.
–Dijo: "fértiles"… ¿Cuántos tipos hay?
–Las cachorras que son las pequeñas, las
fértiles que les viene la luna, la infértiles
que se les fue para siempre, y las ancianas.
LAS ÁFALOS
–Sí. No tienen falo. Tampoco escroto… –
y Lem-Nij comenzó a enumerar– Pero,
tienen dos ubres, una ranura donde recibir
el pene, un interior para dejar la simiente,
y en él una bolsa donde desarrollar nuevos
Seres o nuevas áfalos… –y siguió– Eso sin
contar que tienen la piel más suave, el pelo
más largo, las curvas más marcadas… Y
disfrutan más cuando están copulando
El erotismo se sentía en el ambiente.
–Ah… las áfalos, las áfalos –continuó
Lem-Nij narrando– Ellas nos entregan a la
vida, y ellas nos reciben en la muerte.
–¿Por qué? –murmuro el biólogo
–Porque al nacer nos entregan para que
nos críen como Seres, y al morir les damos
el cuerpo para que lo pongan con otros
residuos en la formación de abono.
–¿No entierran sus muertos? –preguntó
asombrado el paleólogo.
–¿Por qué desperdiciar un despojo bajo
tierra? –sentenció el anciano– Tanto Seres
como animales, somos mientras estamos
vivos. Al morir nos volvemos un resto más.
LAS ÁFALOS

Diap 30
–¿Las que ya por su edad son infértiles
no van a la plaza para ser solicitadas como
compañeras de esa noche?
–Sí, van. Solo que como tienen más años
están sentadas en vez de andar caminando
frentes a los Seres. –y completó– No solo
eso, son las preferidas por los Mayores.
–Por la libido, deberían ser las jovencitas
las preferidas por los Mayores y Ancianos.
–opinó el biólogo con cierta malicia.
–¿Libido? –preguntó Lem-Nij– Ustedes
usan palabras extrañas. Aquí, aprendimos
que los mejores frutos son los sembrados
teniendo ambos entre 20 y 35 años.
–Semilla vieja no da buen fruto. –recordó
el refrán, Pedro– ¿Las áfalos usan la misma
vestimenta que los Seres?
–Las áfalos usan las sayas cerradas atrás
y adelante pero abiertas a los costados
–Eso debe ser para que no se vea cuando
les viene la luna. –opinó Pedro
–O más bien para mostrar sus caderas y
piernas, y las elijan para copular. –dijo
Lem-Nij y otra vez la risa fue general
LAS ÁFALOS
–¿Hablan las áfalos? –inquirió el biólogo.
–Demasiado. Pero, la mayoría de ellas se
queda calladita luego de copular.
Esta vez la risa fue general.
–¿Cuánto dura su fertilidad?
–Depende de cada áfalo. Puede empezar
a los diez o doce años y terminar a los 40 o
50. Pero hay algunas que a los 8 son fértiles
y tienen cuerpo formado, como otras que
con dieciséis aún son cachorras. También
hay las que con 65 siguen siendo fértiles.
–Es usted todo un experto en áfalos. –rio
el biólogo– Se nota que las conoce.
–No sé qué significa "experto". Solo sé
que he vivido, y que cuanto más vivo, más
aprendo de los otros Seres y animales.
Se oyó un sonido. El paleólogo trataba
de sonar una caracola como aplauso.
–Seres, hombres… Áfalos, mujeres…
falo, identidad… luna, menstruación…–
dijo el biólogo– infértiles, menopausia…
diferentes palabras, mismos significados.
–Pero para ellos con distintos valores. –
agregó Pedro.
LAS ÁFALOS

Diap 31
–¿Las áfalos también tienen ese hábito? –
preguntó el inquisitivo biólogo.
–Igual... Son animales pero no, sucias.
–¿De dónde sacan el jabón?
–Estamos en una isla. Tenemos plantas
saponarias, frutos y esponjas. Sobre todo
los Seres, que llevamos los atributos a la
vista, debemos lavarlos bien y ponerles
aceites protectores. –detalló Tos-Op.
–Vaya lección de cosmética. –rio Pedro–
Me imagino que las áfalos usarán aceites
perfumados luego del baño del atardecer.
–Es lo natural. Parece estar uno rodeado
de flores cuando va a pedir que pase una la
noche contigo.
–Veo que usas poco la palabra "copular"
¿hay algo más?...
–Copular es lo normal… el estar juntos
es el algo más…
El biólogo se fue. Tos-Op el narrador y
Pedro el biólogo se pusieron de pie.
–¿Nunca se te ocurrió que las áfalos
también podían ser Seres? –musitó Pedro.
–No tienen Falo. –fue la respuesta.
LOS MANANTIALES
–Queridos Ip… He narrado… –concluyó
Lem-Nij empezando a enderezarse.
Todos sonrieron En el grupo no había en
ningún Ip, o sea niño, pero lo habían sido,
y muchos criados por esos ancianos.
–Además, –siguió– atardece. Es la hora
del baño en los manantiales. Y los ancianos
debemos ir antes porque el camino se nos
hace más largo cada día.
–Si tienen otras preguntas –y miró a los
científicos jóvenes– pueden hacérselas a
Tos-Op, el narra muy bien. Los esperamos
en los manantiales. Vamos, Ancianos,
Vamos, Old-Up. Trae contigo a Arx-Up.
Y poco a poco se fueron los Ancianos
Up, los Mayores Ap y los jóvenes Ep.
–¡Qué importancia le dan al bañarse en
la tarde! –se admiró Pedro.
–Todos los días nos reunimos los Seres
para bañarnos juntos antes de desayunar.
Y hacemos lo mismo en el atardecer –les
explicó Tos-Op– Está grabado en las
columnas. Además. es bueno en este clima.
LOS MANANTIALES
Del agua surgió la vida.

Diap 32
Iban ya adentrándose en la isla cuando
Tos-Op le preguntó:
–¿Quieres acompañarnos al baño de la
tarde y luego pedirle a alguna áfalo su
compañía para pasar la noche? Siempre
hay cabañas libres. Aquí nada tiene dueño.
–Lo primero, sí. Lo segundo. prefiero no.
Tarde a temprano me iré. Y no me gustaría
dejar abandonada a una áfalo sembrada
con un Ser o una cachorra mía.
Tos-Op lo miró y pensativo le dijo:
–La amistad es algo más que la similitud
en la forma de pensar. Hay cosas de ti que
no comprendo pero respeto. Y siento que
tú no comprendes muchas cosas de mí.
–Pero… –siguió– Puedes pedírselo a una
infértil. Ninguna te rechazaría. Lo nuevo
les atrae. Y si luego resulta fértil y lo hace
formar… recuerda que en Falopia todo es
de todo y nada es de nadie. El nuevo ser
seria otra criatura más de la isla
–No sé. Hay algo que me dice que no lo
haga… Pero, vamos a conocer las áfalos
Y las conoció. Y durmió con una.
LOS MANANTIALES
Para desviar el tema, Pedro le pregunto:
–¿Por qué la zona de la isla donde están
las áfalos es más verde?
–Porque es como ellas, es más fértil. No
está grabado en ninguna columna. Falup
no lo escribió, pero ellas rotan los cultivos.
Quizás lo copiaron de los ciclos de la Luna,
Quizás del periodo de las propias áfalos.
Pero por miles de años ellas lo han hecho.
–Dividieron esa zona en cuatro partes. –
siguió– A una lo tienen en reposo y abono,
luna oculta. A otra en siembra, luna
creciente. La siguiente, fructificando, luna
llena. Y la última en recolección, luna
menguante. Al otro año rotan el orden.
–¿Y aun así las llaman "animales?
–No. Son animales porque no tienen falo.
–No lo puedo comprender.
–Y yo no puedo comprender que ustedes
den importancia al norte cuando la luna y
las estrellas salen por el este y la tierra gira
para allí… Falup vino del este.
–Hasta el sol gira hacia el este. –dijo
meditativo Pedro.
LOS MANANTIALES

Diap 33
El paleólogo se encontraba hablando con
Tos-Op, el falopio conocedor de historia y
narrador, cuando llegó el helicóptero.
El piloto bajó corriendo y les grito:
–¡Suban, suban rápido!... ¡Nos vamos!...
Recibimos la alerta de un gran tsunami
acercándose… Voy a buscar a los otros,
–Ven conmigo enseguida –dijo el
paleólogo al nativo– Debemos dejar la isla.
Este le miró con una sonrisa plena de
eternidad.
–Ningún falopio se irá. Váyanse ustedes.
Y pronto. Falup nos transmitió el Ser aquí.
Y nosotros lo hemos hecho por muchos
siglos a otros falopios. Siglos en que han
llegado varias olas gigantes.
–Pero muchos morirán.
–Todo llega, todo pasa, todo nace, todo
muere. –siguió sereno el nativo– Pero
siempre habrá Seres en alguna parte. Falup
entregó el Ser a todo el mundo. La prueba
es que ustedes vinieron de otra isla.
LA ALERTA
Cuando se llega a ser,
ya no importa tanto ser...
LA ALERTA
Pedro, el paleólogo le oía admirado de la
paz que mostraba el falopio. Y éste siguió:
–Si ahora la ola gigante hace desaparecer
a Falopia… otra, en otra parte surgirá… y
Falup irá también allí a transmitir el Ser.
Volvió el piloto. Tal como lo había dicho
Tos-Op, ningún falopio se marchaba y
despedían a los científicos con serenidad.
El paleólogo fue hasta el nativo.
Se miraron de frente, Se tomaron de los
hombros mutuamente. Bajaron la vista
hacia la pelvis. Se miraron los falos y
murmuraron:
–Falup proteja tu Ser.
Era el saludo de los falopios.
El científico subió al helicóptero junto a
los suyos y volaron al buque. Desde el aire
miró reflexivo la forma peculiar de la isla.
Falopia.
Una isla donde pensaban diferente,
donde tenían otros valores; donde, como
en todas partes, podían estar equivocados.
Pero… donde el Ser era importante.

Diap 34
Cuando el helicóptero trajo los últimos
científicos que estaban en la isla, la nave ya
había subido anclas y se alejaba de la costa.
El fragor de los marineros corriendo por
la cubierta recogiendo y afirmando todas
las cosas era impresionante.
La modorra tropical había desaparecido.
Los científicos, tácitamente, sin importar
la especialidad, o que alguien lo pidiese, se
dirigieron directo al puente de mando.
Allí se puso cada uno tras el oficial o
marino responsable de cada instrumento o
pantalla de información.
Sabían recabarla y utilizarla sin molestar
a los responsables de ellas. Sin embargo el
sismólogo no pudo contenerse y exclamó:
–Se originó en el sur, en la placa de
Nazca. Otra subducción. El tsunami llegará
en pocas horas a Oceanía y Asia.
El científico informaba como si estuviese
dando una clase. El oficial a cargo sonrió a
pesar de la angustiosa circunstancia.
En ese momento entró el capitán
Ya no era otro comandante mas de la
Armada. En su lugar había un lobo de mar.
Se dirigió al primer oficial:
–Aseguren todo lo que esté en cubierta.
Cierren todas las compuertas. Pongan los
portalones delante las ventanas.
–Lo acaban de hacer, capitán.
–Que otro grupo controle si lo hizo el
primero. Y un tercero que revise otra vez.
–Si, señor. –dijo algo molesto el oficial.
–Lo que hace flotar a un barco es el mar.
–afirmó el capitán– Y lo que lo hace hundir
es un descuido. Un simple agujero, un mal
capitán, una orden mal dada.
–Disculpe, capitán. –respondió el oficial
sonrojado. Y para disimular indicó:
–Rumbo Norte – Norte Este.
–No. Rumbo Sur – Sur Este.
–Pero…. así vamos hacia el tsunami…
–Tiene razón … pero al mar se le respeta,
no se le tiene miedo.
–Y en el mar se puede lidiar mejor con
un tsunami. –murmuró el sismólogo.
LA ALERTALA ALERTA

Diap 35

Diap 36
TSUNAMI
Del agua mansa líbreme Dios…
que de la brava me libro yo
(Viejo dicho)
TSUNAMI
–¿Cuánto falta para encontrarnos con la
ola? –inquirió el capitán.
–Una hora. –le respondió el técnico
El comandante miró al paleólogo, al
sismólogo y al cartógrafo. Y les dijo:
–Salgamos afuera a disfrutar del mar.
Todos lo vieron extrañados que lo
pidiera en esas circunstancias y a ningún
oficial.
Salieron
–¡Que tranquilidad! –comentó Pedro,
–La paz antes de la tormenta. –murmuró
el comandante respirando el fresco aire
–Si no me hallase en el océano diría que
el agua está más baja. –opinó el cartógrafo.
–Y lo está. –le confirmó el sismólogo– Es
lo normal al acercarse una ola, sobre todo
en la costa y en la plataforma continental.
–¿Por eso nos dirigimos hacia el Punto
Numo? –preguntó Pedro.
–Por eso. –rio el lobo de mar– Y porque
cuando era joven me gustaba surfear.
Y agregó oteando el horizonte:
–Allá se acerca nuestro amigo. Volvamos
adentro con los muchachos.
–¿Por qué los dejó solos en un momento
tan crítico?
–Si uno se aferra al timón cuando se está
a punto de zozobrar, es seguro que uno y
el barco se hundan. Hay que darles
libertad para que piensen y decidan. Nadie
quiere hundirse. Y el barco, menos.
–¿En cuantos tsunami ha estado?
–Este es el cuarto. Nada más que antes
los llamábamos maremotos. Y perdí la
cuenta de los tifones, ciclones y tormentas.
–Los maremotos son producidos por
terremotos en el fondo del mar. –sentenció
el sismólogo –Los tsunamis son grandes
desplazamientos verticales de agua.
El cartógrafo sonrió y dijo reflexionando:
–Con toda esa experiencia debería ser
Almirante.
–Hay muchos barcos y pocos
Almirantes. A unos los manejan los
capitanes, a los otros la política. Entremos
a la cabina.

Diap 37
TSUNAMITSUNAMI
–¡Caballeros!... –exclamó el capitán al
entrar al puente– Guarden en los cajones
todo lo que tienen suelto. Si los asientos
no están atornillados al piso, llévenlos al
fondo de la cabina. Dentro unos instantes
llegará la ola… es una ola mas… una ola un
poco mas alta… ¡Y pasaremos sobre ella!
–¡Oye grumete!... –y se dirigió al oficial
mas joven– Tú me vas a ayudar. De ahora
en adelante solo quiero que me indiquen a
cuentos nudos vamos y la altura de la ola.
¡Dame con el cuarto de máquinas!
–Conectado. –dijo poniendo el altavoz.
–¡Escucha bien, pata de palo!... –gritó–
Quiera todas la máquinas a “todo vapor”.
Pase lo que pase, siempre a “todo vapor”
Se oyó la risa del otro veterano. Hacía
décadas que no se usaba el vapor.
–No te preocupes, capitán. –bromeó el
jefe de máquinas– Saldrá tanto humo de la
chimenea que hasta la “cotorra” que llevas
en el hombro se asustará… y… Suerte.
–Gracias, fogonero… No dejaré que te
mojes. –Eran dos viejos lobos de mar
El capitán se dirigió al frente y ordenó:
–Timón y piloto manual.
Era temprano pero el aire se oscureció.
Estaban delante del tsunami.
–Proa directa a la ola. Timón en la vía.
El capitán solo miraba adelante, a la
pared de agua que levantaba frente a él,
El buque comenzó a levantarse de proa.
Todas las cosas sueltas rodaban hacia atrás.
–¡Mas velocidad!... ¡Grumete, proa
siempre adelante!...¡Hay que remontar la
ola!... ¡Debemos pasar la cresta!... ¡No
dejemos que rompa sobre nosotros!...
El barco subía por la erecta pared de
agua. A veces parecía quedar estático.
En la cabina lo único que se oía era la
voz del oficial indicando los nudos y la del
técnico diciendo la altura de la ola.
Hubo un instante en que sintieron como
si colgaran en el aire… el puente giró… la
luz del sol iluminó… de nuevo estaban con los
pies en el piso… y les dobló las piernas el
impacto del barco entrando en el mar.
¡Seguían a flote!

Diap 38
TSUNAMITSUNAMI
–¡Felicitaciones grumete!... Ha llevado su
barco hasta el lomo de la ola. Bajemos
suavemente por él. Dentro unos instante
vendrá la segunda. Ésta será más ancha y
más baja. Primer oficial, tome el mando.
–Vaya surfeada. –dijo el cartógrafo–
Subió hasta los 82 metros.
–Es mérito de la nave que se niveló sin
partirse. Oficial, el reporte de daños.
–Cuarto de comunicaciones, normal.
Santa Bárbara, normal. Cubierta, perdimos
el helicóptero. Puente, normal. Maquinas…
el jefe quiere hablar con usted.
Pusieron nuevamente el altavoz:
–Oye, Capitán Garfio… la próxima vez
que decidas cambiar la horizontalidad me
avisas antes. Aquí esta todo normal, pero
los mecánicos siguen buscando sus cajas en
el fondo del cuarto.
Todos largaron la risa. Se acercaron el
volcanólogo y un técnico.
–Las pantallas y los gráficos indican un
terremoto donde se encontraba la isla y el
surgimiento de un volcán cercano a ella.
–Bueno. –ordenó el capitán– Vayamos a
ver a ver que sucedió en la isla ignota.
El comandante volvió a dejar el puente
de mando y se dirigió a la proa. Llevaba
un rato allí cuando se acercó el paleólogo.
–Es terrible la cantidad de muertos por
el tsunami en las costas de Asia y en las
islas del Pacífico. –comentó el científico.
–Los noticieros tendrán tema por varios
días. Siempre atrae la destrucción. Y más si
es causada por la Naturaleza… –y siguió:
–Pero, usted no vino para hablarme de
eso… Usted también lo presiente…
–Sí… creo que nunca más volveré a ver
la isla y a sus seres.
–Mire el mar. –indicó el viejo marino –
Ahora parece un lago. Por algo Magallanes
lo llamó Pacifico. Y hace poco casi nos
hunde. Es enorme la cantidad de muertos y
destrucción que ha causado. Sin embargo,
de él surgió la vida.
–Bueno, vayamos a ver si queda algo de
la historia de la isla. –dijo el paleólogo.
–O de su cuento. –concluyó el capitán.

Diap 39
NUNCA EXISTIÓ
Triste es recordar que no fue.
Y más, que pudo haber sido.´
NUNCA EXISTIÓ
Fueron remontando hacia la isla, hacia el
norte. Allá arriba, cerca del ecuador, de
donde habían partido no hacía mucho.
Eso es un decir, en el universo no existe
ni arriba ni abajo.
Solo tenemos el este porque por allí sale
la Luna y el Sol, y no es el sol el que sale
sino la tierra que gira en ese sentido.
En la marina hay que saber que babor es
la parte izquierda, y estribor la derecha,
viendo siempre hacia la proa de la nave.
¿A que viene esto? A nada.
En la mañana siguiente el buque detuvo
sus máquinas en un tranquilo mar.
–Estamos sobre las coordenadas de la
Isla Ignota. –dijo al capitán al paleólogo–
Solo hay agua. Los aparatos indican una
meseta de rocas en la profundad.
–No queda nada… –musitó el científico.
–O nunca existió… –agregó el marino.
Ambos se miraron con comprensión.
Se aproximaron el volcanólogo y otros
científicos.
–¿Podemos llegar hasta el nuevo volcán
cerca del atolón Ducie en las Isla Pitcairn?
–¿Quieren declarar su descubrimiento? –
se burló el capitán– Es muy tarde. Ya lo
hizo el gobierno de Pitcairn.
–Solo nos interesa estudiar la isla y el
volcán. Ver su crecimiento. No es común
una isla de ese tipo en estas latitudes.
–Nadie ha preguntado de Falopia- –dijo
con amargura el paleólogo– Y ahora nos
encontramos detenidos sobre donde estuvo
–¿Desapareció? –preguntó el geólogo y
sentenció– Tsunamis, terremotos, volcanes
en erupción, islas que surgen, otras que
desaparecen… Todo característico de
placas tectónicas desplazándose. Y hemos
podido ser testigos de eso.
–¡Que afortunados que somos! –ironizó
el capitán– Pero, la misión científica debe
continuar. Vamos, vamos a ver la nueva
isla volcánica. Desde aquí se ve su fumarola.
–Del volcán llamado Falup... –musitó el
paleólogo.

Diap 40
NUNCA EXISTIÓNUNCA EXISTIÓ
Nadie sabe cuándo lo decidieron. Pero,
luego de tomar los datos científicos del
volcán, el buque de la misión se detuvo
donde había estado Falopia.
Todos se reunieron a popa: tripulación,
oficiales, científicos, técnicos… todos.
Alguien dijo algo… y todos estuvieron
de acuerdo… y todos volvieron a sus puestos.
El buque lanzó tres lúgubres toques de
sirena, reanudó la marcha y en el puente
de mando se oyó la orden del capitán:
–Rumbo a puerto de origen… la misión
terminó… no encontramos la Isla Ignota. –
se le tomó la voz– Falopia nunca existió.
Una ventaja de la cibernética es que
cualquier información se puede encontrar
rápido… y rápido hacer desaparecer.
Cuando llegaron a puerto nada había de
la mítica isla, ni un registro de lo sucedido
en esos días. Todo se refería al tsunami y a
la nueva isla volcánica en el Pacifico
Y de eso era lo único que se hablaba en el
puerto, en la Armada y en la Universidad.
Luego, hasta eso dejó de ser novedad.
Los científicos retornaron a sus anodinos
puestos en la Universidad.
El buque fue llevado a total revisión y se
le montó instrumentos aún más modernos.
La tripulación y la oficialidad se repartió
en otras naves de la Armada.
Al capitán lo felicitaron públicamente…
y se colocó una nota en su legajo indicando
que por su actitud frente al tsunami había
puesto en riesgo a la nave y a los científicos.
Le dieron el mando de un guardacostas.
Se jubiló. Suele hallársele en los bares
cerca del puerto con su amigo el jefe de
máquinas "pata de palo" contando a las
meseras como surfearon una ola gigante.
El "grumete" llegó a capitán. Una línea lo
contrató para conducir sus cruceros por el
ecuador y las islas del Océano Pacifico.
Cuando pasa por donde dicen que estuvo la
Isla Ignota detiene el buque… hace tocar
tres veces la sirena… y reanuda el viaje.
Nadie se atreve a preguntar el por qué.

Diap 41
NUNCA EXISTIÓNUNCA EXISTIÓ
Cierta tarde, un profesor de paleología,
se despidió de sus escasos alumnos… y
nunca más se supo de él.
En cuanto al cartógrafo, nieto de aquel
otro que se le ocurrió dibujar una isla
donde solo había agua, debe andar por
algún lado ofreciéndose de adjunto.
Aquella isla volcánica siguió creciendo,
la naturaleza la rodeó de hermosas playas
y tropicales selvas.
Y, como es natural, de tiburones… y de
hoteles de lujo con piscinas.
La isla se llama Falup. Nadie sabe quien
le dio ese nombre.
La vida continuó y continuará.
El tsunami pasó a la historia como otro
más, alguien escribió una novela sobre él y
otro hizo una película basada en ella.
La Universidad tardó años en hacer otra
Misión, fue por una razón mas científica…
y con menos científicos.
La Armada suministró un buque con los
mejores equipos, personal técnico idóneo…
y con un Almirante.
Y en los bares de los puertos del Océano
Pacífico los viejos marin0s siguen contando
de una Isla Ignota.
Y eso es mucho decir, ya que ese océano
cubre un área de 155 557 000 km², tiene
más de 30. 000 islas y su enorme costa es
algo imposible de determinar
Hay quienes llaman a esa isla Falopia.
Algunos dicen que está cerca del ecuador.
Y otros cuentan que tiene forma peculiar.
Los más viejos narran que allí solo es Ser
el que tiene falo, el cual lo llevan con honor
a la vista, camina en dos pies, piensa, y
puede transmitir el Ser.
Una isla donde todo lo que no tiene vida
es Cosa, si la tiene y está quieto lo dicen
Planta, y si se mueve lo llaman Animal.
No tienen religión ni creen en dioses.
Solo que son algo más en el Universo.
Pero… muchos afirman que esa isla es
un mito. Que los científicos demostraron
que nunca existió. Que Falopia solo es…
Otro cuento de viejos marineros.

Diap 42

Soy otro ejemplo de los criados durante los años
treinta y cuarenta en la República Oriental del
Uruguay.
República que sembró en aquellos niños,
principios que los harían críticos despiadados
consigo mismo y con los demás.
De 1925 a 1938, en la gran huida de Europa,
llegaron al Cerro seres de diferentes pueblos,
religiones, sueños, odios.
Venían todos con ideales de un futuro mejor.
Ideales que fueron transmitidos a los niños,
sentados en las baldosas de las veredas, por viejos
frustrados del marxismo, socialismo, fascismo,
comunismo, por italianos, armenios, judíos, rusos,
alemanes, polacos, gallegos, catalanes.
Y que nos dejaron una mezcla incongruente de
ideas
Asistí a la escuela Checoslovaquia, laica y del
estado, y así mismo pertenecí a un grupo de la
iglesia católica parroquial.
Me gustó ser aprendiz de todo, desde zapatero
remendón a monaguillo, y sin beneficio alguno. Sólo
por conocer.
Completé mi educación en el Liceo Bauzá, el hoy
derruido de la avda. Agraciada. Tuvimos profesores
que nos enseñaron normas, y otros a pensar... y
dudar de las verdades absolutas.
Estando aún vivo, creo innecesario que otro escriba
sobre mí. Se justificaría si fuese joven y precisase un
panegírico. Y, afortunadamente, ya no me afecta esa
enfermedad.
Trataré de ser justo y escueto, cosa difícil cuando se
habla de uno mismo.
Nombre: Rosalino David Carigi Aquilini.
Apodos: Titi (Uruguay). Catire (Venezuela)
Seudónimo: Gracián Solirio (anagrama)
Nacido el: 28 de marzo de 1929.
En: Fornacci di Barga, Lucca, Toscana, Italia.
Nacionalidad: Italiano y Venezolano.
Profesión: Téc. Industrial Metal Mecánico, Hornos
y Esmalte. Plantas Electrodomésticos.
Vida laboral: Dibujante, Proyectista, Jefe, Gte. de
Planta, Jubilado.
Estado: Casado con María Teresita Delgado San
Martín.
Hijos: Juan Pablo, María Leticia, María Esther
El 13 de octubre de 1931, teniendo dos años y
medio, vine con mis padres a Montevideo. Y viví hasta
mis 25 años en la Villa del Cerro, barrio emblemático.
SE DICE DE MÍ
DICEN DE MI
(EL AUTOR)
Diap 43

Expresando ese sentimiento, emulaba una canción:
–Ni soy de aquí, ni soy de allá…
Y alguien me corrigió:
–¿No será que es de aquí y de allá? Usted es un
extrañero no un extranjero. El que se forma en un lado
y hace su vida en otro, será un extrañero en ambos.
Porque cuando esté en una parte extrañará la otra.
Hoy, viejo, miro hacia atrás y no me arrepiento de
ningún instante vivido. Son mi vivencia.
Fui un niño tímido, observador, retraído, y
solitario.
Fui un joven rebelde, inquieto, inconforme y
soñador.
Fui un hombre introvertido, irascible, estricto e
idealista.
Soy un viejo agnóstico, impaciente, nostálgico y
bohemio.
Y ahora, a mi edad, solo queda… lo que fui.
Y lo viví a mi manera
…oo0oo….
Rosalino Carigi
Septiembre de 2013
Nota: “Se Dice de Mí” se copió del libro
“LOS DONES DEL AYER”
Una de las pocas cosas a la que quisiera volver, es al
Liceo Bauzá en 1945 y en segundo año “C” del turno
vespertino.
En 1957 me marché tras un sueño a Venezuela.
Fueron cincuenta años allí. Toda una vida.
Mi vida.
Viví los mejores años de dos grandes países,
el Uruguay y Venezuela.
Tuve la felicidad de vivir sus progresos.
Y la fortuna de no hacerme rico.
Tuve la tristeza de vivir sus decadencias.
Y la suerte de no volverme ruin.
Ayudé a abrir el camino de la industria, del esmalte
y del progreso.
Tuve la dicha de enseñar a usarlo...
y la amargura de ser usado en él.
En el 2008 volví al Uruguay.
El tiempo todo lo cambia.
El Uruguay que encontré no es el que dejé.
La Venezuela que dejé no es la que encontré.
Pero los que yo viví, nunca me los podrán cambiar.
Nunca me los podrán quitar.
Por que al Uruguay que me formó, y la Venezuela
donde me desarrollé, los llevo en mí.
Los dos me dieron todo. Y yo me di todo a ellos.
SE DICE DE MÍSE DICE DE MÍ
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17 falopia par sil

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