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¿HAS REALIZADO TUS IDEALES?
Diap 2
NO SÉ….
¿Y TÚ, LOGRASTE TU SUEÑOS?
Diap 3
TAMPOC O LO SÉ… PERO…
POR LOS DOS … TOMA ESTO…
Diap 4
CUENTOS
DE
SIEMPRE
Rosalino Carigi
Original Años 1978 al 2003
VERSIÓN MARZO ????? 2016
Diap 5
DEDICATORIA
Al otro
Diap 6
DEDICATORIA
Al otro
Diap 7
CUENTOS DE SIEMPRE CUENTOS DE SIEMPRE
ÍNDICE
PARA IR A UN CUENTO CLIQUEAR SOBRE SU NOMBRE
No. CUENTO Diap.
INICIO 1
DEDICATORIA 6
PRESENTACIÓN - ESTOS CUENTOS 8
01 El OTRO 9
02 EL SERMÓN 11
03 EL DESPEDIDO 13
04 EL VINTÉN CAÍDO 15
05 EL SOLDADO 17
06 LA LOBA 19
07 LA LEYENDA 21
08 EL GOBERNADOR 23
09 LOS HABANOS 27
10 COLOMBO 31
11 UNIÓN 35
12 LOS LATINOS 39
13 EL HITITA 43
14 EL SOFÁ 47
No. CUENTO Diap.
15 LONGOBARDOS 51
16 LAS PROSTITUTAS 55
17 EL VISITANTE 59
18 EL JABÓN 65
19 HIBERNACIÓN 71
20 JESÚS DE BELÉN 77
21 LOS PRIMEROS 83
22 LAS MONEDAS 91
23 RAYITA 99
24 EL COCHE 109
25 EL DESPEÑADERO 119
26 AGENDA 131
27 LA ISLA 146
28 EL ADIÓS 173
NOTA FINAL XXX
FIN XXX
SE DICE DE MÍ (EL ESCRITOR) XXX
ATENCION
ESTE ES pptx
Sin animaciones
Ni paginas dando vuelta
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
PRESENTACIÓN
Diap 8
Cuentos de Siempre es un libro que resume parte
de los que componían el original de
Cuentos Primitivos para Nuevos Ejecutivos.
Ël cual, por la cantidad de cuentos,
ameritó dividirlo en dos libros.
Muchos de los Cuentos de Siempre
son citados en la vida diaria,
a veces como broma,
o como ejemplo tonto...
y siempre no lo es tanto;
ni como roma ni como tonto.
Otros nacieron de los recuerdos personales y
también de seres que acompañaron en el camino.
Algunos quizás tengan autor ,
mientras otros pertenezcan al más prolífero;
o sea, al señor Anónimo.
Nunca se quiso hacer un plagio.
Sólo se quiso contar unos cuentos de siempre.
Rosalino Carigi
Cuentos de siempre.
Cuentos de antes.
Pasados.
Cuentos de ahora.
Presentes.
Cuentos recogidos.
Verdaderos.
Imaginados.
Oídos.
Vividos...
Que la vida es un cuento.
...oo0oo...
ESTOS CUENTOS
Diap 9
Juntos crecimos, llegamos a hombres,
trabajamos, nos casamos.
Y, mientras él veía en el trabajo, la mujer y la
familia un sueño; yo hacía de ellos el fin, la
realidad, el progreso.
Yo respetaba sus ideas y él respetaba las
mías.
Seguíamos siendo muy parecidos pero, con
el paso del tiempo, íntimamente éramos cada
vez más diferentes.
Sin embargo, un día, sus sueños y mis ansias
tuvieron una finalidad común.
Juntos marchamos a otra tierra, juntos
comenzamos a luchar y vivir en ella.
Él para lograr sus sueños, yo para realizar
mis ideales.
Poco a poco nos fuimos separando.
De vez en cuando, venía a visitarme; me
contaba sus sueños cumplidos a medias, y
escuchaba mis medias realidades.
Finalmente, la obtención del pan de cada día
y la tensión de lograr la seguridad de un
mañana, me hacían sentir incómodo con sus
esporádicas visitas.
Lo conocí desde los primeros años de
nuestra infancia, tal vez mucho antes.
Tanto que parecía que hubiésemos sido
engendrados al mismo tiempo.
Juntos pasamos la niñez, tuvimos los
mismos colegios, los mismos amigos, quisimos
las mismas personas.
Éramos muy parecidos, al punto que nos
confundían en una solo ser. Sin embargo,
éramos dos individuos distintos.
El otro vivía mirando la vida, buscando la
esencia de cada suceso, cada cosa, cada
persona; uniendo recuerdos del pasado,
sentimientos del presente y sueños del futuro.
Yo vivía la realidad, cada hecho, dejando
atrás el pasado, disfrutando el presente, y con
la ambición hacia el futuro.
Imposible, pero esa unión permaneció por
muchos años.
EL OTRO
1 EL OTRO
Todo ser lleva dentro sí a otro diferente
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
(INTRODUCCIÓN)
Diap 10
–¿Has realizado tus ideales? –su voz era del
ayer.
–No sé...
Respondí con mi voz del presente y pregunté
esperanzado:
–¿Y tú, lograste tus sueños?
–Tampoco lo sé... –respondió con melancolía.
Nos sonreímos con una sonrisa indefinida.
Él alargó su brazo y me entregó un montón
de papeles donde se entremezclaban hojas
blancas con amarillentas.
–Toma... –murmuró.
–¿Qué es esto? –dije, mirando desconfiado.
–Algo de sueños, algo de realidad... o, sólo
tiempo.
–¿Y por qué me lo das?
–Por lo que fuimos.
Y, dándose vuelta, se perdió en el pasado.
Por eso, por el otro, por mí,
por lo que fuimos... se escribió este libro.
...oo0oo....
Una tarde estaba yo embriagado de poder,
hipnotizado por el progreso.
Y él salió de las penumbras recordándome
un ideal de nuestra juventud. Lo miré molesto.
Y el otro, viéndome compasivo, se perdió en
el abismo de los años.
El tiempo pasó, años sin acordarme ni saber
nada de él.
Tal vez, allá en el fondo del abismo, él seguía
recordando el pasado, sintiendo el presente y
soñando el futuro.
En tanto, yo sacrificaba muchos ideales para
lograr una realidad.
Una realidad que me demostraba lo efímero de
la vida y qué poco importante es ser importante.
Y una noche, sin yo esperarlo, surgió de las
sombras.
Era como si me viese en un espejo.
La misma imagen envejecida, las mismas
canas, las mismas arrugas, la misma espalda
cargada de años.
Sólo nuestros ojos eran distintos.
Los míos eran severos, vacíos de sentimientos.
Los de él, mansos, llenos aún de sueños.
EL OTRO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL OTRO
Diap 11
–Bienaventurados los poderosos, ellos
conocerán la felicidad.
–Bienaventurados los serviles, ellos
compartirán la riqueza.
–Bienaventurados los viciosos, ellos
conocerán el placer de vivir.
–Bienaventurados los corruptos, ellos
siempre serán necesarios.
–Bienaventurados los indiferentes, porque
ellos son mi pueblo preferido.
–Pero... ¡desgraciados mil veces
desgraciados!.
–Desgraciados los idealistas, ellos serán
atormentados por la incomprensión.
–Desgraciados los soñadores, ellos serán
hundidos en la desesperación.
–Desgraciados los bondadosos, ellos serán
arrastrados en la imbecilidad.
–Desgraciados los justos, ellos se perderán
en su soledad.
–Y desgraciados los sinceros, los que no me
acepten.
–Por siempre desgraciados, ellos... no serán
nada!
Sucedió que un día tomó cuerpo el espíritu
de nuestro siglo.
Y, entrando por la avenida principal de la
ciudad se dirigió al centro, donde le esperaba
anhelante el Comercio, junto a sus dos esclavas:
la Banca y la Industria,.
Su nombre era el Interés.
Nadie le conocía bien, pero todos iban tras
él, pobres y ricos, sobre todo los mediocres de
la clase media.
Subió sobre su altar de cemento.
Miró su paraninfo predilecto:
el Centro Comercial.
Y, dirigiéndose a la multitud, así habló:
–Bienaventurados los hipócritas, ellos
siempre serán superiores.
–Bienaventurados los falsos, ellos nunca
sufrirán por la verdad.
–Bienaventurados los egoístas, ellos serán
los dueños del mundo.
EL SERMÓN
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
2 EL SERMÓN
Los poderosos tienen otra Biblia.
Diap 12
–Id y comprad, vuestro es el futuro;
hipotecadlo.
–Gozad hoy, sembrad mañana.
–Vivid la vida, vivid el presente, vivid el
momento.
–Y, sobre todo, no perdáis vuestra alma: el
Crédito.
–Quien lo perdiese, más le valiera morir mil
veces, ya que sin él, no existe, no ha existido, ni
existirá.
Todos fueron servidos, y todos quedaron
satisfechos...
Y si algo sobraba, era destruido.
Se volvió el Interés hacia el altar y oró:
–Padre Capital, regreso a ti...
Y, elevándose, su unió a su creador.
...oo0oo...
1956 (Adaptación 1999.
LA MULTIPLICACIÓN DE LOS BIENES
Se acercó entonces el Comercio y le murmuró:
–Poderoso Interés, esta gente te ha seguido
por mucho tiempo y siempre tiene necesidades...
Y él, sonriente, contestó en voz baja:
–Llama a la Banca, dile que otorgue más
préstamos, que aumente la tasa y prolongue
aún más el tiempo.
–Llama a la Industria, dile que los haga
producir más, que mejore la apariencia y
reduzca la durabilidad.
–Y, para que todos se sientan dichosos, haz
que suba al estrado la prostituta más hábil, la
Publicidad, para que ella reparta todos esos
dones y les haga sentir imprescindible lo
innecesario.
Volvióse a la multitud con renovada voz:
EL SERMÓN
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL SERMÓN
Diap 13
Se especializaba en montaje de industrias y
maquinarias.
Disfrutaba viendo levantarse los galpones,
sus estructuras metálicas, techos, instalaciones,
colocar las maquinarias, ver que tomaban vida
y funcionaban correctamente.
Pero luego, al finalizar eso, cuando todo
actuaba bajo estándares y producción, él volvía
a ser un mecánico, un ajustador...
Un hombre bueno, más pendiente que las
cosas marcharan bien que del aprecio de los
directores.
Ayer lo despidieron.
Lo llamaron y le dijeron lo que se acostumbra:
Que estaban obligados a reducir personal.
Que agradecían todo lo que había hecho.
Que las puertas siempre estarían abiertas
para él... y le dieron un cheque.
Y él aceptó las palabras con una sonrisa
forzada.
Pero no le dijeron que ya no era necesario,
que ya no les agradaba, que ya tenían alguien
más simpático para sustituirlo.
Ayer despidieron a un compañero.
No era un amigo ni un pariente ni un hermano.
Sólo era un compañero.
Alguien que por años entró y salió de la
empresa junto con nosotros, que compartió el
mismo horario, que dio su trabajo junto con el
de los demás.
También compartía las charlas diarias de
sobremesa y el rato de reunión los viernes de
tardes.
Allí nos contaba de su juventud, de sus
andanzas en bicicleta por los caminos.
Era un hombre que tenía una sonrisa natural
en su rostro, quizás fuese por las arrugas
formadas por el viento de aquellos años cuando
iba inclinado sobre el manubrio.
Ayer lo despidieron. Había encanecido.
Tenía muchos años haciendo cosas. Se sentía
orgulloso de ello. Sabía lo que hacía.
Era un trabajador más. Un compañero.
EL DESPEDIDO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
3 EL DESPEDIDO
Era un hombre bueno que quería a
las bicicletas y a la gente... ¡qué más decir!
(A mi compañero Hontoria.)
Diap 14
Mañana tendrá que pedir permiso para ir
por el camino que él tantas veces hizo andando.
Y no pasará de la recepción, los demás están
trabajando y él puede molestar.
Ayer lo despidieron. Y hubo comentarios.
¿Por qué no se fue enseguida?
Que se veía triste.
¿Cómo no va a estar triste quien se sentía
parte de algo, y ese algo lo aparta?
Le tenemos lástima y deberíamos tenerla de
nosotros.
Él ya es él.
Nosotros somos empleados y sólo tenemos
un empleo.
Que, como una ilusión, un día acabará.
Ayer salió del escenario, ya no actuará más...
los papeles son pocos y sobran actores.
Y, con el tiempo, sin saber en que acto, otros
también dejaremos de actuar.
Y en la vida, como en el teatro, hay que saber
retirarse con dignidad.
Ayer despidieron a un compañero.
Y no se fue enseguida...
porque le faltaba la bicicleta de su juventud.
...oo0oo...
Ayer lo despidieron.
Los demás esbozamos una triste sonrisa
cuando vino a saludar para irse.
Le respondimos con algo de temor de que
nos viesen hablando con él.
Ya se conocía quien era el otro que iba a
sustituirlo.
No sabía de montaje ni de maquinarias.
Pero era agradable con los jefes, y los dejaba
creyendo ser superiores.
En cierta ocasión, como en otras, el viejo
compañero rebatió a un director indicándole la
imposibilidad de lo que exigía.
El jefe se fue molesto. Y el otro le dijo:
–Tú eres tonto. Nunca los contradigas. Yo
siempre les digo lo que ellos desean oír... y
luego hago lo que quiero.
Los demás nos miramos...
Y ése fue quien lo sustituyó.
Ayer despidieron a un compañero.
Ya hablamos de él en pasado. Él trabajaba,
nosotros trabajamos. Él hizo, nosotros hacemos.
Él era, nosotros somos.
Ayer lo despidieron.
Se lo dijeron en la mañana, pero él se quedó
hasta terminar la jornada. Hay gente así.
EL DESPEDIDO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL DESPEDIDO
Diap 15
Un hombre se detiene, la mano prolija entra
en el bolsillo del saco planchado.
Se abren dos manos.
Una pequeña, ansiosa de recibir.
Otra grande, fría de dar.
Se abren y la moneda cae...
La mano pequeña baja, pero un zapato le
gana en su intento y la moneda queda ahí,
aplastada contra la vereda.
Vereda que ve una manita abierta, unos ojos
implorantes, y escucha una suave vocecita
chillona de tristeza:
"¡Démela, señor!".
¿Señor?... Sólo es un pobre hombre que,
apoyado sobre un vintén, se siente dueño del
pedido de un niño.
Levanta el pie; se cree benevolente, orgulloso,
gran señor, señor importante de un vintén...
Y la manita baja y se aferra a la vereda.
Esquina de la ciudad. Esquina de barrio. La
vereda que dobla porque la calle la va a pisar.
Un hombre de papel y ropa vieja mira con
ojos pintados la barra de chiquilines que, de
fuego lo van a llenar.
"Un vintén p'al Juda"...
Miserere de Navidad, botijas sucios, limpios,
dientudos, flacos, gordos, pelados, peinados
con gomina; pero todos, por todas partes se
ponen frente al hombre con su oración:
"Un vintén p'al Juda"...
Y el hombre–ficción se los quita de encima
con una moneda.
Compra su camino con un vintén, sin
acordarse que él también quemó un Judas en
su niñez.
Sin saber, en ese entonces, que luego él sería
un Judas de carne en el juego de la sociedad.
Un niño corre... pantalones rotos, pecoso,
sonrisa amplia, mezcla de cachada y simpatía.
EL VINTÉN CAÍDO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
04 EL VINTÉN CAÍDO
Diap 16
Llenaba la felicidad diaria de un botija.
Satisfacía la necesidad de ayuda de cualquier
mayor.
Era el precio de hacerle el mandado a una
vecina.
O de ir a buscar algo al almacén de la
esquina.
Pero, con él se podía comprar uno de esos
hermosos bochones de vidrio para jugar a la
bolita.
O un chocolatín con figuritas que nos hacían
ver en colores los que nos contaban nuestros
padres de Europa.
Fue una moneda extraordinariamente
importante.
El medio era una moneda que usaban los
muchachos mayores.
Y el real sólo lo usaban nuestros padres.
Pero el vintén no tuvo precio.
Acaso...
¿Se puede comprar la infancia?
...oo0oo...
Esa vereda de la ciudad que quisiera subir
una baldosa hasta los ojos del hombre y
mostrarle, en el polvo, su niñez.
Esa vereda que quisiera parar el muñeco de
trapo y acostar el al muñeco de carne.
Aquél tiene el alma de los niños.
Éste ha perdido la suya.
Y el niño corre feliz, contento; mientras el
Juda ve alejarse un zapato que aún lleva la
marca de un vintén.
...oo0oo...
Año 1955
* EL VINTÉN.
El vintén fue una moneda de dos centésimos,
en la época entre los años 1930 y 1940 que los
botijas tuvieron la suerte de vivir en la Suiza de
América, o sea en el Uruguay.
El vintén fue una moneda ideal.
Pequeña para un hombre, grande para un
niño.
Suficiente para comprar algo. Poco para
sentirse rico.
Despreciable para guardarla. Algo fuerte
para no hacerlo.
EL VINTÉN CAÍDO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL VINTÉN CAÍDO
Imágenes
de un vintén
años 1938 Y 1943
Diap 17
Cruento y feroz fue el primer encuentro,
tanto que Aníbal perdió en ella uno de sus
mejores lugartenientes.
En esos momentos urgía sustituirlo.
Había visto que un soldado, llamado Drábalo,
se destacaba en la lucha por su valentía y que
los demás compañeros iban tras él.
Le dio el mando de una sección explicando la
maniobra a realizar.
Repetirían la táctica efectuada en Cannas,
donde con la caballería habían envuelto a las
fuerzas romanas, triunfando y destrozándolas
por completo.
Se lanzaron al ataque y en principio pareció
que el triunfo nuevamente estaba de su lado,
pero Escipión descubrió la estrategia y desplegó
sus tropas haciéndolas rechazar los rápidos
movimientos de los cartagineses.
Pronto se observó que la victoria pasaría al
bando de los romanos.
Aníbal vio que la división al mando de Drábalo
se desorganizaba, llevando la confusión a toda
la tropa.
Cuando los ejércitos romanos de Escipión se
enfrentaron en Zama con las improvisadas
legiones cartaginesas de Aníbal, fue el
encuentro de dos ejércitos diferentes.
Las tropas de Roma contaban con suministros,
armas, un jefe brillante y eran formadas por
soldados aguerridos.
Pero, lo mejor era que tenían dos grandes
motivos para luchar: su orgullo de ser romanos
y el deseo de vengar las derrotas sufridas en
mano de los púnicos.
En cambio, las huestes cartaginesas estaban
integradas por los habitantes de la ciudad
convertidos de improviso en combatientes. Los
pocos soldados expertos eran los que quedaban
de sus luchas anteriores con los romanos.
Tenían a su favor, también dos cosas:
estaban luchando por su propia tierra y bajo las
órdenes del mejor estratega.
EL SOLDADO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
05 EL SOLDADO
No siempre el más capacitado es el mejor.
Diap 18
Aníbal tuvo que huir, pasando por diferentes
cortes extranjeras y siempre perseguido por los
romanos que en todas partes exigían su entrega.
Los soberanos le permitían fugar antes de
hacerlo, pero finalmente el rey de Bitinia cedió.
Cuando Aníbal se vio cercado por los soldados,
bebió el veneno que llevaba consigo.
En el año 146 a. c. Roma destruyó por
completo a Cartago.
De aquella ciudad sólo quedan cenizas.
Pero Aníbal siempre será recordado como un
gran estratega, el general que más temió Roma.
La historia sería distinta si hubiese ganado la
batalla en Zama.
Y aún se repiten sus palabras por la muerte
de Drábalo luego de haberlo promovido de
soldado a teniente:
–Se perdió un gran soldado... y no su ganó
un gran jefe.
...oo0oo...
Y el ejército de Aníbal fue derrotado.
Cuando vinieron a comunicarle que Drábalo
había muerte valientemente, luchando hasta el
último aliento, rodeado de romanos, Aníbal
murmuró con tristeza:
–Se perdió un gran soldado... y no su ganó
un gran jefe.
::::::
Los romanos impusieron un humillante
tratado de paz a Cartago, y los cartagineses lo
tuvieron que aceptar para que no destruyesen
su ciudad.
Pero Aníbal era demasiado grande para
retirarse a recordar sus hechos militares, como
cuando cruzó con sus elefantes los Alpes y
perdió un ojo en Etruria.
En pocos años ordenó su país y le dio
nuevamente prosperidad.
Los romanos, temerosos de su pericia,
pidieron que les entregaran el tuerto general.
EL SOLDADO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL SOLDADO
Diap 19
Los lobeznos terminaron por apretujarse
contra su madre y, con pequeños quejidos,
lamer sus heridas.
Pero allí también se arrojó su cruel hermano
a morderlos.
La loba tomó la cabeza del cachorro entre
sus fauces, lo sacudió quebrando su cuello y,
como si fuese una presa, lo mantuvo hasta
sentirlo muerto.
Luego, lo arrojó a un lado.
A continuación, lamió a sus otros lobeznos
con ternura.
Al llegar el lobo, el padre, éste regurgitó la
cacería, con lo cual los lobeznos y la loba se
alimentaron.
El macho miró a la hembra, olfateó al
cachorro muerto, lo tomó entre sus dientes y lo
sacó de la madriguera.
Al volver, todos jugaron y se lamieron.
Parecía que el cachorro feroz nunca hubiera
existido.
Hacía varios días que la loba había tenido su
camada.
Los lobeznos comenzaban a retozar alrededor
de ella, empujándose entre si, disputando las
ubres, compitiendo en incruentas escaramuzas.
Un cachorro había salido feroz y mordía a
sus hermanos, revolcándolos continuamente
por la tierra.
Éstos, en principio siguieron lo que parecía ser
un juego pero, al sentirse lastimados buscaron
refugio en su madre.
La loba gruñó y, tomando al cachorro con su
boca, lo alejó de los demás lobeznos, los cuales
tornaron a jugar.
El cachorro feroz varias veces volvió a
atacarlos, ellos a buscar protección, y la escena
de apartarlo se repitió.
LA LOBA
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
06 LA LOBA
La naturaleza es sabia,
el hombre ignorante.
Diap 20
Y él habría llegado a ser un líder cruel.
Porque nuestra sociedad es civilizada...
Y la de la loba, salvaje.
::::::
Si se duda de la diferencia, basta con realizar
un paseo por las comisarías, los cuarteles, las
cárceles, las gerencias, los latifundios, las grandes
industrias, tiendas y comercios, por cualquier
lugar donde haya mandones y mandados.
O mirar la historia desde las primeras tribus
hasta los actuales gobiernos, desde los
babilónicos, egipcios, romanos, chinos, hindúes,
africanos, asiáticos, americanos, por los países,
imperios, por cualquier época donde haya
caudillos y esclavizados, dirigentes y dirigidos.
Y encontraremos que ya sea por miedo, por
comodidad, por afecto a sus criaturas, por
dejarlos llegar a ser líderes, los primeros
abusan y lastiman a los segundos.
Y siempre veremos que falta la actitud de la
loba.
...oo0oo...
Éste es un hecho verídico observado en la
naturaleza.
Si en lugar de haber ocurrido en un clan de
animales, eso hubiera pasado en nuestra
colectividad humana...
¿Qué habría sucedido y cual hubiese sido el
resultado?
La madre seguiría con sus gruñidos, siempre
poniéndolo de lado, y lamiendo cada tanto a las
crías maltratadas.
El padre regresaría cada tarde para entregar
el alimento diario, satisfecho al ver que la
camada estaba completa.
El colectividad protegería al cachorro, tan
solo porque es un cachorro más.
Y… el cachorro continuaría hiriendo y
abusando de sus hermanos.
Los otros hubieran crecido para terminar
siendo animales sumisos que siempre estarían
lastimados.
Aquellos que se hubiesen rebelado, serían los
que estuviesen muertos.
LA LOBA
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LA LOBA
Diap 21
El civilizado conquistador extranjero había
estado por un corto rato hablando con un
salvaje aborigen primitivo.
Tres cualidades que caracterizan a los
naturales nativos y que no necesitan separarse.
Tres cualidades perdidas por el civilizado
conquistador extranjero y que para él deben
separarse.
Luego de estar hablando, el extraño forastero
hizo un pequeño círculo alrededor del natural
nativo.
Y, señalándolo, con sonrisa compasiva, dijo:
–Estás parado sobre lo que tú conoces...
Nada respondió el salvaje aborigen primitivo,
observó el pequeño círculo y siguió mirando
con sus ojos inocentes.
Cuenta la leyenda, y dicen que todos los
cuentos tienen algo de realidad...
Mejor sería decir que la realidad está formada
por la suma de leyendas y cuentos que oímos y
narramos en nuestra vida.
Leyendas con las cuales tratamos de
justificar los sucesos de nuestra existencia y
darle valor a los pensamientos que creemos
deberían ser ideales de la convivencia.
Estamos en un juego de palabras:
Pensamientos, ideales. Convivencia, realidad.
Pero, no divaguemos en lo harto conocido
cotidiano y volvamos a nuestra leyenda.
Cuenta que un día, un civilizado conquistador
extranjero...
Es necesario hacer una mejor puntuación:
extranjero, conquistador, civilizado, y lleno de
vanidad.
LA LEYENDA
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
07 LA LEYENDA
Sólo sé que no sé nada. (Sócrates)
Basado en una leyenda de Polinesia
Diap 22
Desde allí la vista se perdía en el horizonte, y
el horizonte era un enorme círculo concéntrico.
Con su mirada mansa, miró el salvaje
aborigen primitivo al civilizado conquistador
extranjero.
Luego miró el círculo concéntrico del
horizonte.
Y, señalándolo, con sonrisa serena, dijo:
–Estamos parados sobre lo que los dos
desconocemos...
Cuenta la leyenda...
Y todos los cuentos tienen algo de realidad.
...oo0oo...
Mayo de 2001
El extraño forastero se alejó muchos,
muchos y muchos pasos del natural nativo, e
hizo otro gran círculo concéntrico, colocándose
él dentro el mismo.
Y, señalándolo, con sonrisa desdeñosa, dijo:
–Estoy parado sobre lo que yo conozco...
Nuevamente nada respondió el natural
nativo, y observó con asombro el gran círculo.
Pero, con ojos mansos y una mirada llena de
simplicidad, el salvaje aborigen primitivo
indicó al extraño forastero que le siguiera.
Caminaron, caminaron y caminaron... y en
la distancia el pequeño y el gran círculo se
confundieron.
Caminaron hasta llegar a una elevación, y
subieron a la cima de ésta.
LA LEYENDA
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LA LEYENDA
Diap 23
Hay veces que la gente cree sus propias
mentiras.
Y hay veces que se cansa de tanto oírlas
repetir.
::::::
Resultaba incompresible que fuese
candidato.
No era político, ni sindicalista, ni abogado,
ni médico.
Tampoco empresario, hacendado, o
comerciante.
Menos, revolucionario, militar, o de las
fuerzas públicas.
Nunca fue escritor, periodista, ni actor o
cantante.
Sus cualidades no parecían ser de ése ni de
ningún país.
Era honrado, humilde, desinteresado, justo y
humano.
Buen esposo, buen padre, amigo y buen
trabajador.
Respetuoso, comprensivo, amplio, recto e
irreprochable.
Siempre servicial, íntegro, sensato, sencillo y
carpintero.
.
Fueron unas elecciones atípicas en un país
típico.
El país era uno de los tantos donde existen
criminalidad, robos, corrupción, influencias,
explotación, holgazanería, injusticias, venalidad,
vicios, etc.
O sea: Una nación más.
Una nación más con otro pueblo más que
protestaba por esas anormalidades, pero que
hacía uso de ellas cada vez que las necesitaba
para su personal aprovechamiento.
Los políticos y gobernantes se alternaban, o
se sucedían, sin que se modificase el sistema,
aunque en cada elección prometían acabar con
él, y los habitantes volvían a votar sabiendo que
eran las falacias de siempre.
Ese estado llevaba décadas viviendo así.
Sus dirigentes creían que era lo normal, que
cualquier cambio atentaba contra la nación y
provocaba una desestabilización
EL GOBERNADOR
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
08 EL GOBERNADOR
Cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Y cada mujer, el marido que buscó.
(Las Mil y Una Carigiadas... )
Diap 24
Allí la caterva de edecanes, oficiales
militares, ministros, políticos, empresarios,
comunicadores, y demás alcahuetes aduladores,
lo rodearon separándolo del pueblo.
El gobernador se libró de ellos y volvió con la
gente. Fue hasta la plaza, y allí, bajo la efigie del
héroe nacional, sacó un pequeño papel y dijo su
programa de gobierno:
No mataremos.
Respetaremos.
No codiciaremos.
Comprenderemos.
No robaremos.
Trabajaremos.
No mentiremos.
Comunicaremos.
No abusaremos. .
Ayudaremos.
No ocultaremos. .
Escucharemos.
No haremos lo que
no queremos que nos hagan.
Lo que sea para nosotros,
será igual para los demás.
Muchas veces comentaba que se podía y se
debía acabar con la situación de en que se
estaba viviendo.
Que era cuestión de tener la voluntad de
hacerlo y que todos unidos lo podrían lograr.
Un día, un poco en broma y un poco en
serio, lo subieron a un estrado del cual se había
ido el marrullero de turno y se estaba yendo el
público.
Y él simplemente dijo que si lo votaban lo
único que prometía era hacer cumplir las leyes
y que se respetasen las personas.
A la gente le gustó su forma simple de hablar
y lo propusieron como gobernador.
Los políticos rivales desesperaban viendo
que a pesar de los gastos publicitarios en que
incurrían, cada vez el carpintero tenía más
seguidores.
El resultado fue aplastante:
Noventa y seis por ciento de los ciudadanos
votaron.
Setenta y nueve por ciento votó por el
carpintero.
Lo llevaron en andas hasta la gobernación.
EL GOBERNADOR
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL GOBERNADOR
Diap 25
Y daban vivas a cualquier cosa.
Entraron al palacio de gobierno.
El gobernador estaba solo, todos lo habían
abandonado.
Algunos de sus antiguos colaboradores se
encontraban entre la plebe que le gritaba.
Lo golpearon salvajemente.
Luego lo tiraron por el balcón.
Al caer, ya agonizante, otros lo agarraron
arrastrándolo hasta la plaza,
Cuando llegaron al pie del monumento al
héroe nacional, estaba muerto.
Lo abandonaron allí.
En ese momento volvieron a aparecer los
viejos políticos, los demagogos conocidos, los
dirigentes de antes.
De inmediato se improvisaron tribunas, y el
pueblo volvió a oírlos, embelesado, gritando
vítores y consignas.
Con tal programa, al gobernador lo que más
le costó fue lograr un equipo de colaboradores.
Pero, lo consiguió.
Pasaron los meses y, contra todas las
oposiciones, el programa fue avanzando.
Al cumplirse un año, se había terminado la
corrupción, los delitos desaparecieron, la
justicia y el respeto reinaban.
Las personas solucionaban sus problemas,
había paz, seguridad, trabajo.
Todos tenían acceso a los estudios, a la
superación, se triunfaba por mérito y capacidad
propia.
Sin embargo, antes de llegar al segundo año,
el pueblo se levantó en revolución.
La gente invadió las calles gritando desaforada.
Pedían que se fuera el gobernador.
Que se fuera ese carpintero.
Que necesitaban otro gobernante.
EL GOBERNADOR
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL GOBERNADOR
Diap 26
::::::
A los sicólogos les gusta averiguar las causas
normales de los sucesos anormales.
Por eso, realizaron una encuesta general
para averiguar la opinión del público sobre el
gobierno del carpintero y saber la causa de la
revuelta:
Setenta y nueve por ciento de los ciudadanos
respondió.
Noventa y seis por ciento de ellos dijeron lo
mismo.
Los resultados fueron aplastantes:
El gobierno había sido perfecto.
El pueblo estaba aburrido.
::::::
Y aquel gobernador fue olvidado.
...oo0oo...
Abril, 1999
Allí mismo, por aclamación popular, se eligió
un nuevo gobernador y se distribuyeron los
viejos cargos.
No importaba quien se nombrase, todos eran
iguales, todos se conocían, todos eran
ovacionados por la gente.
Al día siguiente se había vuelto a la
normalidad.
O sea: al sistema de antes, el de siempre.
El país volvió a ser uno de los tantos donde
existen robos, criminalidad, corrupción,
influencias, explotación, injusticias, venalidad,
engaños, holgazanería, vicios, etc.
El pueblo volvió a ser otro pueblo más que
protestaba por esas anormalidades, pero que
hacía uso de ellas cada vez que las necesitaba
para su personal aprovechamiento.
Una nación más.
EL GOBERNADOR
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL GOBERNADOR
Diap 27
En premio a ello, Colón agregó a su nombre
un epíteto por su fidelidad y lugar de nacimiento,
una pequeña aldea.
Llamóse entonces:
José Romero, el Fidel de Castrojeriz.
El Fidel debe haberle pedido al capitán algo
más que un resonante título pero sin valor
efectivo.
Sus descendientes guardaban un resquebrajado
folio donde le son otorgadas las tierras a 120
millas del puerto que ambos eligieran y que él
pudiese circundar con el arado en una jornada.
Con Colón eligieron el puerto, pero esa vez
José el Fidel no se adentró, ya que los indios no
eran pacíficos.
Años después hizo valer sus derechos y,
luego de luchar junto a Velázquez contra el
cacique Hatuey, estableció su fundo.
José el Fidel vislumbró el porvenir en la
plantación del cojibá, como llamaban los indios
esa planta, de cuyas hojas hacían un rollo que le
decían tabaco, y el cual fumaban.
En Cuba, a 120 millas antiguas de donde
recaló Colón en su segundo viaje, nace un largo
camino de palmas reales.
Camino que finaliza en el villorrio Crucero
de Castrojeriz y en cuya plaza central existe una
capilla construida en 1523.
De ese pueblito salen otras carreteras y
senderos que se internan en las diferentes
plantaciones de piñas, café, cacao y verduras.
También subsisten algunas de tabaco. Una,
guarda el paso de casi cinco siglos de historia.
Es la heredad de los Castrojeriz, donde viven
Fidel y Félix, decimoctava generación de
primer Fidel que se asentó allí.
Aquel progenitor se llamaba en realidad José
Romero y era un joven y pobre marinero que se
ofreció para ese viaje incierto que iba a hacer
un visionario de nombre Colón.
Pero algo se le contagió del Almirante y fue
uno de los pocos tripulantes que se mantuvo a
su lado cuando los demás se sublevaron
queriendo volver a España.
LOS HABANOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
09 LOS HABANOS
Muchas veces hacer más, es hacer peor.
Lo único que mantuvieron incólume fue que
el primogénito se llamase Fidel y el orgullo
hacia la calidad de sus cigarros.
A mediados del siglo veinte sólo les quedaban
pocas hectáreas de plantación adyacentes a los
galpones y a la casona, donde los dos hermanos
Castrojeriz subsistían con una sencillez que los
confundía entre sus escasos peones.
Junto a ellos sembraban las minúsculas
semillas en los almácigos y, cuando las matas
llegaban a menos de una palma, las
transplantaban a los surcos en los terrenos.
Surcos que hacían con arados de madera para
que no los contaminase ningún residuo de hierro.
Y, siguiendo la tradición de su antecesor,
rotaban y acondicionaban la tierra con arenas,
arcillas, mantillo y abonos naturales.
También los Castrojeriz eran los que
seleccionaban en las sementeras las plantas que
serían dejadas florecer dando las semillas para
la próxima siembra, ellas crecerían en una
ladera y bajo la sombra de vetustos árboles.
Diap 28
Ese fue origen de riqueza y de un vicio de la
humanidad.
A través de esas quince generaciones pasó la
época de la conquista, las luchas con los
aborígenes, su explotación, el colonialismo, la
esclavitud de los negros, los piratas, revoluciones,
guerras, independencia y la república.
El nombre Romero desapareció en poco
tiempo, al igual que los indios siboney, los
taínos y los caribes.
Y el nuevo de Castrojeriz quedó, incluso para
designar el lugar.
Surgieron nuevos cultivos como la caña de
azúcar, el cacao, el maíz, el mango y el café que,
al igual que los esclavos africanos, se enraizaron
en esa tierra formando especies hermosas junto
a los originarios jagüey y palma.
Los descendientes de aquel Fidel fueron como
todos los herederos de conquistadores y pioneros:
algunos tuvieron espíritu de progreso, otros
dilapidaron la heredad, unos fueron
conservadores y otros revolucionarios.
LOS HABANOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LOS HABANOS
Diap 29
En ningún caso permitían el uso de
instrumentos de hierro o acero, ni aglutinantes.
Los cigarros fabricados por sus empleados se
vendían en la tabaquerías con la marca
"Crucero" en cajas de pino, siendo hechos con
la cosecha envejecida un año.
Había otros que los hacían personalmente
Fidel y Félix con sus familiares, de hojas
seleccionadas por ellos, envejecidas mínimo
tres años, e iban en estuches de roble.
Tenían un cintillo con el nombre
"Castrojeriz" bajo una carabela.
Éstos eran buscados por los fumadores
selectos.
::::::
Ambos hermanos tenían un hijo y una hija.
Los de Fidel habían estudiado y graduado en La
Habana.
Pero Félix envió los suyos a prepararse en
Estados Unidos.
El joven Félix recorrió Virginia, volviendo
del norte con un "master" y admirando los
procesos acelerados.
A las sembradas en los surcos las dejaban
desarrollar bajo el velo de delgadas telas de
algodón hasta tener cuatro pies y, antes de la
floración, les quitaban la yema terminal y los
botones para obtener así hojas grandes.
Otros cultivadores cortaban toda la planta al
llegar a los dos meses, pero los Castrojeriz iban
sacando las hojas una a una y a medida que
estaban listas para su recolección.
Las juntaban en racimos, secándolos en los
galpones colgando en largos palos.
Allí controlaban la entrada de aire, la
humedad y, de tanto en tanto, encendían
hogueras con hierbas traídas de las sierras.
A los seis semanas suspendían esto y, como
las hojas estaban quebradizas, las dejaban
absorber algo de humedad para manipularlas.
Después, con viejos expertos, las clasificaban
ya fuesen para la parte interna, para el capillo,
o para la capa. Siendo los únicos que
despalillaban las hojas hasta para la tripa.
Las apilaban y, luego de dejarlas envejecer,
se pasaba a la elaboración de los habanos.
LOS HABANOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LOS HABANOS
Diap 30
Al cerrar el trimestre, el viejo Fidel, viendo el
resultado, observó la ruma de telegramas
pidiendo más remesas, miró a su hijo y le dijo
que enviara un cable a su tío.
El joven sonrió afirmativamente y, luego de
hacerlo, tomó la pila de papeles, fue hasta los
galpones, apagó las tuberías de vapor, encendió
una hoguera con las hierbas de la sierra y arrojó
en ella los pedidos.
Cuentan que los cigarros hechos con el
tabaco que se estaba secando en ese momento,
fue imposible fumarlos.
¿Qué decía el telegrama?...
"Somos la decimoctava generación de José
Romero, el Fidel de Castrojeriz. Si sigues
vendiendo, seremos la última. Vuelve, cuanto
más vendemos más perdemos"
::::::
Es que no siempre haciendo más se obtiene
lo mejor.
...oo0oo...
Sólo pudo convencer a su tío de ampliar el
mercado de ventas, y lo aceptó a regañadientes,
llevando los habanos "Castrojeriz" a las
capitales europeas y americanas.
Fidel y su hijo dejaron que los dos Félix,
padre e hijo, se encargaran de eso, mientras
ellos continuaban al cuidado del fundo y la
entrega de los pedidos.
La demanda fue extraordinaria, cada semana
llegaban más telegramas donde los dos Félix les
urgían más envíos.
Y el joven Fidel, prácticamente obligando a
su padre, tuvo que colocar tuberías de vapor,
usar instrumentos modernos, contratar más
personas, adquirir maquinarias.
Lógicamente para esto necesitaron préstamos
bancarios, más pagos por beneficios sociales,
comisiones a empresas exportadoras, mayores
impuestos y servicios de terceros.
Cuando cerraron el balance del primer mes,
quedaron preocupados, pero el optimismo de
los Félix, los animó.
LOS HABANOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LOS HABANOS
Diap 31
Era el momento que el cura, el sacristán, los
feligreses de la misa de nueve, los empleados del
municipio, y el policía habían estado esperando.
Una nube de palomas lo rodeaba,
desapareciendo el hombre dentro de la misma.
Se deducía que él se paraba y se movía unos
pasos, porque la agitada nube avanzaba.
De pronto, entre las aves surgía una mano
que regaba un montón de granos sobre las
baldosas de la plaza.
Instantáneamente se producía el milagro.
El hombre quedaba solo, de pie, rodeado por
una alfombra viviente de palomas de todos los
colores, sexos y tamaños, que se desplazaban
en pequeños círculos, entre arrullos y gestos de
predomino, mientras picoteaban e iban
engullendo.
Pero era una paz muy corta.
En seguida se levantaban las más voraces
dirigiéndose volando hacia él, obligándolo a
arrojar nuevos puñados de granos.
Llegaba a la plaza a las ocho y media.
Era tan puntual que el sacristán de la iglesia,
al verlo, tocaba las campanas para la misa de
nueve.
Su llegada era precedida por la agitación de
las palomas que se volaban yendo de árbol en
árbol o elevándose hacia el cielo como
queriéndolo ver desde lejos.
Y él aparecía.
Cruzaba la calle e iba adentrándose en la
plaza sonriendo, rodeado de las aves que se
subían a sus hombros, a su gorra, a su morral,
revoloteando sin cesar y disputándose el
derecho de estar sobre él.
Se sentaba en un banco frente a la estatua,
de tal forma que le quedaba a un lado la iglesia
y al otro la casa municipal. Se sacaba el morral
y lo abría.
COLOMBO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
10 COLOMBO
En todas las plazas hay palomas,
y siempre alguien les da de comer...
Diap 32
A mediodía el sacristán tocaba doce
campanadas, el cura se servía el vino, los
empleados del municipio salían contentos de
haber encontrado la hora del almuerzo, el
policía entraba en el hotel de la esquina,
Colombo arrojaba unos puñados de granos, se
sentaba y, sacando un recipiente y una botella
de su morral, almorzaba.
Luego todos dormitaban, el cura y el
sacristán en la iglesia, los empleados en el
municipio, las palomas en los árboles, el policía
en un banco y Colombo en otro.
En el atardecer las horas eran de más
entretenimiento, venían los turistas a mirar, los
niños a los juegos, los enamorados a los bancos
y las viejas a rezar el rosario.
Colombo vendía sus pequeños vasos con
granos, curaba algún pichón lastimado,
limpiaba los picos con moquillo, y daba de
comer a aquellas aves que, expulsadas por sus
compañeras, eran repelidas y picoteadas por
éstas.
Cuando el hombre consideraba que ya era
suficiente, sacaba una pipa colocándola en su
boca.Todos parecían entender la señal, las aves
comenzaban a volver hacia los árboles, los
postes, los cables, o sus nidos.
El cura entraba a dar su misa, el policía
tornaba a su ronda alrededor de la plaza, y los
empleados municipales iban a buscar entre las
carpetas la hora del almuerzo.
Nadie sabía su nombre verdadero. Algunos
le decían el palomero. Otros, el de las palomas.
Y la mayoría, Colombo.
::::::
Siempre quedaban palomas caminado por la
plaza, eran las más experimentadas y por ende
las más gordas. Sabían que la comida y el
espectáculo no habían acabado.
Durante el día vendrían los niños, los turistas,
y hasta los del lugar, quienes comprarían a
Colombo un puñado de granos para arrojarlos y
divertirse viendo como las aves los rodeaban
volando, o sacarse fotografías con ellas encima.
COLOMBO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
COLOMBO
Diap 33
Puso cara de disgusto cuando Colombo
efectuó su espectáculo matinal, pero lo aceptó
al ver que el sacerdote, los empleados y el
público miraba eso con una sonrisa.
A mediodía fue a una fonda, volviendo con
un bocadillo y una botella de agua.
Se sentó frente a Colombo y comió ese frugal
almuerzo.
Fue el único que no dormitó la siesta.
En el atardecer, cuando Colombo, luego del
espectáculo vespertino, ya se marchaba seguido
como siempre por varias palomas, el joven
policía lo acompañó. Los dos habían cumplido
su jornada y sus funciones.
Al llegar a la esquina, vio que algo se movía
dentro del morral de Colombo.
Le ordenó que se detuviese y mostrara el
contenido del saco, el hombre protestó, con lo
cual la actitud del agente se endureció más.
Estaban rodeados por los empleados, por la
gente, por los turistas, hasta el sacristán y el
cura se habían acercado.
Tomaba el morral, se dirigía el centro de la
plaza y las palomas nuevamente formaban una
nube alrededor de él.
Y otra vez todos disfrutaban de un
espectáculo igual al de la mañana. Luego se
echaba el morral al hombro y se marchaba
atravesando por los senderos.
Los empleados se iban para sus casas, el
policía entraba al hotel, las aves volvían a sus
nidos, el sacristán tocaba a ángelus, el cura
escuchaba en el confesionario, y algunas
palomas acompañaban a Colombo hasta la
esquina picoteándole la mochila.
::::::
Esa mañana faltó el policía de siempre.
En su lugar vino uno más joven, al cual se le
notaba el desconocimiento de las costumbres y
la rectitud del novato .
No sólo hacía la ronda alrededor de la plaza,
sino que la atravesaba por las diagonales, iba
por los senderos y miraba a las personas en los
bancos o que transitaban.
COLOMBO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
COLOMBO
Diap 34
Como el hacendado, como el granjero, como
el patrón.
Lo dejaron libre, no es ningún delito matar
palomas.
Y Colombo se fue.
::::::
Ahora el sacristán observa el reloj para
llamar a misa de nueve.
Los empleados entran al municipio sin mirar
la plaza.
El policía hace su ronda aburrido.
Los turistas compran los granos en un
puesto de la esquina.
Algunas veces las palomas revolotean
formando nubes.
Lo hacen por hábito, aunque no haya nadie
adentro.
Colombo nunca volvió.
Dicen que se fue para otra ciudad...
en otra plaza... con otras palomas...
...oo0oo...
Marzo, 1999
El policía abrió el morral. De él sacó dos
palomas muertas y una que aún temblaba en
convulsiones agónicas.
La indignación del público no se hizo esperar.
El representante de la ley se interpuso,
dando protección al hombre y llevándolo para
la comisaría.
Allí, Colombo dijo estar sorprendido por la
conmoción creada respecto a las tres palomas y
que las llevaba diariamente.
Que esa cantidad era para su sustento,
retribución normal por estar pendiente de ellas
y dar sus servicios a la gente.
Que él mantenía, alimentaba y cuidaba a las
palomas.
Como el hacendado con su ganado.
Como el granjero con sus animales.
Como el patrón con su corral.
Que nunca eliminaba las fuertes, las jóvenes,
o las que tuviesen pichones
Que sólo sacrificaba las viejas, las enfermas,
o las débiles.
COLOMBO
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
COLOMBO
Diap 35
Repartidores de leche y del mercado.
Vendedores. Todos llegaban hasta la puerta de
la casa.
Pero, ninguno jamás pasó. El rostro severo
de la mujer los frenaba en la acera.
Logicamente les dijeron el señor Andros y la
señora Giné. No por respeto sino por el
aislamiento. Nadie sabía nada de ellos.
Y ellos no querían saber nada de nadie.
Un día, el hombre no fue a su desconocido
trabajo. La siguiente mañana apareció en el
balcón con la mujer.
Ella tenía en sus brazos una criatura.
Había tenido su hijo.
Extrañó que no hubiese venido ningún
médico, ni partera para asistirla en el parto.
Pero, la gente del lugar lo tomó como otra de
las peculiaridades de esa pareja.
Los vecinos se acercaron para conocer el
bebé. El padre seguía adusto, la madre sólo dijo
que se llamaría Anex.
Y, sin mostrarlo, cerrando postigos, volvieron
a su claustro.
Era una pareja de personas maduras, o sea
que rondaban los cuarenta años.
Y, el embarazo de ella estaba avanzado.
Compraron una casa típica en una zona
suburbana de clase media:
Sencilla, sin jardín, de un piso, una puerta y
un balconcito al frente.
Una vivienda como otras más.
Tanto el hombre como la mujer resultaron
ser muy parcos.
El vecindario sólo pudo aprender sus nombres,
el apellido no fue posible repetir por su difícil
pronunciación.
Él se llamaba Andros, un introspectivo y formal
señor que marchaba temprano a su trabajo y
volvía anocheciendo. Los días festivos lo pasaba
con su señora, sin ir a ningún lado.
El nombre de ella era Giné, seria, de pocas
palabras, sólo salía para ir al almacén de la
esquina. Y, aún eso lo dejó de hacer. Apenas
tuvo teléfono, efectuaba el pedido por éste.
UNIÓN
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
11 UNIÓN
Sólo estamos unidos a un ser:
a nuestra madre. Y por pocos meses.
(Las Mil y Una Carigiadas..)
Diap 36
Jamás iban a ningún lado, ni siquiera a un
parque.
Su vida y su mundo estaban tras los muros de
esa casa.
Pero, los años seguían y con el ellos el
crecimiento del niño.
Llegó el momento que debía ir a la escuela.
La señora sacó a relucir un viejo diploma de
maestra y, gracias a las influencias de su ex-
esposo, Andros, logró que Anex pudiese recibir
clases dadas por ella...
¡ Sin salir de la casa!
Se supo que habían aducido una extraña
enfermedad del niño.
Que sufría de agorafobia congénita.
A los vecinos les pareció un invento, nunca
habían visto entrar un médico por esa puerta ni
visitar la mujer o el niño a un doctor.
Y así, Anex vivió su infancia junto a su
progenitora.
Sin conocer otras personas, sin salir a la calle.
Viendo el mundo exterior desde el entornado
balcón, con su madre a poca distancia de él...
teniéndolo siempre unido a ella.
Ningún cambio trajo el niño. Por lo contrario,
se acentuó el aislamiento.
Giné y Andros dejaron de saludar a todos.
El hombre, aún más hosco, iba y volvía sin
mirar a nadie. Y la mujer, las raras ocasiones
que se asomaba a la puerta o al balcón, siempre
tenía el hijo en brazos, unido a ella.
A las cuatro semanas de nacer Anex, su
padre Andros se marchó del hogar. A partir de
allí aparecía cada fin de mes y, sin entrar a la
casa, entregaba un sobre a la mujer.
El tiempo pasó, y el bebé se hizo niño. Su
madre fue la única que lo vio crecer. Nadie más
pudo observarlo de cerca. Las pocas veces que
Anex aparecía tras la puerta o los postigos del
balcón, estaba junto a él la figura de Giné.
Nunca salía a la acera, nunca compartía con
otros niños, y nunca estaba solo.
Continuamente tenía su madre tomándolo
de la mano, llevándolo pegado a ella.
Ropa, comida, juguetes, todo era pedido por
la señora y por teléfono. Y recibido en la
entreabierta puerta por Giné con Anex, quien
parecía hacer parte de su progenitora.
UNIÓN
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
UNIÓN
Diap 37
En su lugar venía un apoderado a entregar el
sobre mensual... y nunca pasaba de la puerta.
También se dedujo que la señora Giné había
enfermado.
Un anochecer trajeron una silla de ruedas.
Fue dejada a la entrada de la casa... y en la
penumbra desapareció.
Desde entonces, en las raras ocasiones que
atendían a alguien entreabriendo la puerta o el
balcón, se notaba la ya anciana mujer en la silla
rodante y a su hijo empujándola.
La vida siguió su ciclo fuera de esa casa.
Los jóvenes del barrio se casaron, los padres
de ellos se convirtieron en abuelos, una nueva
generación de niños correteaba por las aceras.
Por todas las aceras menos por la de esa casa.
El misterio de lo que sucedía en ella levantaba
un muro invisible.
Allí, hacía treinta años, una mujer había
tenido a su hijo. Y, desde hacía treinta años, lo
único que se sabía era que ella siempre estaba
junto a él... y él unido a ella.
::::::
El tiempo continuó pasando. Esa casa y sus
dos extraños habitantes se convirtieron en una
de las muchas viviendas misteriosas que hay en
todas partes.
La gente evitaba pasar por aquella acera. Se
sabía que detrás de los muros existía alguien
porque desaparecían las botellas de leche
dejadas a diario en el piso del balcón.
Anex llegó a ser un joven alto, así se notaba al
entreabrir la puerta o los postigos de la ventana.
Pero, había heredado la taciturna hostilidad
hacia los demás.
Parco, escudado con la puerta, atendía con
monosílabos a los proveedores que traían lo
pedido. Y, como siempre, junto a él se notaba la
inseparable figura de su madre Giné.
Las muchachas querían conocer a Anex, lo
oculto atrae, pero se convencieron que eso era
imposible. No había forma de verlo fuera de la
casa y sin su madre junto a él.
Los años siguieron pasando. Se supo que el
señor Andros había fallecido.
UNIÓN
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
UNIÓN
Diap 38
El olor a cadáver dominaba aunque los
bomberos habían abierto todas las ventanas.
El rostro de éstos demostraba una insólita
repugnancia para esos hombres fogueados.
Cuando llegaron al dormitorio, los vecinos
comprendieron.
La señora Giné estaba en la cama, acostada,
lívida, fría, muerta. Había sido arreglada con
esmero, con cariño...
A su lado, en el piso, con rictus amargo, en
posición deforme, muerto también, se hallaba
su hijo Anex...
¡Y un cordón los unía!...
¡Un cordón que salía de la madre y llegaba
hasta el vientre del hijo!
¡Un cordón engrosado a través de treinta
años!
El forense dijo que ella había muerto antes.
Y, por el cordón umbilical, intoxicó a Anex.
Es que hay madres que por nunca romper la
unión con su hijo terminan… envenenándolo.
...oo0oo...
::::::
Habían pasado tres días sin que fuese
retirada la botella de la leche del rellano del
balcón. Tampoco en ellos, Anex o su madre
habían efectuado el pedido diario al almacén.
Los vecinos se preocuparon. A pesar del
aislamiento de la mujer y su hijo, hacía treinta
años que vivían allí.
Unos viejos tocaron el timbre, se le oyó
sonar pero, nadie vino a abrir. Algunos
muchachos más audaces gritaron por el fondo
de la casa, les respondió el silencio.
Le dijeron al almacenero que telefoneara a
esa casa. Pero, jamás le habían dado el número
ni aparecía en la guía. Anex y Giné sólo usaban
el teléfono para pedir las cosas.
Se llamó a la comisaría. Vino un agente y los
bomberos. Forzaron los postigos del balcón y
penetraron.
Unos minutos después el policía abrió la
puerta y, con cara de horror, dijo que iba a
buscar el forense. Algunos curiosos, y luego de
tantos años, entraron a esa casa
UNIÓN
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
UNIÓN
Diap 39
Ésta leyenda es un pedazo de la historia de
España...
¿Historia o leyenda?...
Es igual, ambas sólo son cuentos.
::::::
En la prehistoria, los primeros habitantes
vinieron del sur. El estrecho de Gibraltar
entonces formaba un istmo.
Eran salvajes cazadores y cavernícolas.
Miles de años después llegaron por los
Pirineos: ligures, tartesios, iberos celtas,
fenicios, griegos, cartagineses y... los romanos.
Es distintivo del español su altivez.
Eso lo hace inflexible en sus fueros, rey en su
casa y torero frente a la vida.
Roma conquistó con esfuerzo a la península
Ibérica.
Más tarde, la religión cristiana evangelizó a
sus pobladores.
Y, como buenos españoles, se convirtieron
en fanáticos adalides .
Se dice que los latinoamericanos son pueblos
difíciles de gobernar e individuos problemáticos.
Esa es una idea prefijada para justificar las
dictaduras que prevalecieron en América Latina y
la explotación a los pobladores desde la conquista.
Pero es cierto que los latinoamericanos tienen
características comunes que los identifican y
cada vez los hacen más peculiares.
Eso es el resultado de la mezcla sucesiva y
constante de indios, negros, asiáticos, árabes,
europeos del norte y del sur, italianos y, en
forma dominante, los españoles.
Hay que agregar que España no es una
nación, es una recolección de pueblos.
Todos fueron empujados hacia ella.
Y no pudieron seguir por que se caían al agua.
El hallazgo de América les permitió saltar el
océano.
LOS LATINOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
12 LOS LATINOS
Es injusta la molestia de los europeos, hoy ricos,
por recibir la emigración de latinoamericanos
pobres, ignorantes y aventureros.
Sólo le están devolviendo
lo que los europeos, por 500 años, enviaron.
Diap 40
En tanto, los europeos se mantenían en la
noche de la ignorancia, cerrados en fanatismos
religiosos.
La mayoría de las personas eran analfabetas,
sucias, sojuzgadas a un régimen feudal, con
costumbres primitivas.
El resto de España estaba formado por
pequeños reinos que vivían guerreando entre sí
en medio de traiciones y asesinatos.
Sólo les mantenía unidos la misma fe
religiosa y el sueño de una Reconquista contra
los mahometanos.
De esa época la figura más señera es Don
Rodrigo Díaz de Vivar (1040 - 1099), prototipo
del caballero medieval.
El bravo, noble, guerrero, líder, señor
admirado por moros y cristianos.
El Mío Cid (de sidi, señor en árabe).
Su leyenda de integridad es por demás
conocida.
Cuatro siglos después, en un campo de
Trastamara, un personaje sería la antítesis de
esa hidalguía y nobleza
España se volvió una de las provincias más
florecientes de Roma, en lo arquitectónico,
cultural, militar, religioso, y dando grandes
personajes que destacaron en el imperio.
Para aumentar más su mezcla, en el siglo V
fue invadida por las tribus germánicas:
vándalos, godos y visigodos.
Andalucía viene de Vandalucía y Cataluña de
Gothalunia.
Y en el siglo VIII el árabe Tarik cruzó el
estrecho que lleva su nombre (Djebel Tarik:
Gibraltar) iniciando la dominación mahometana
en el sur y la resultante mezcla.
Por ocho siglos los árabes constituyeron allí
un reinado de esplendor, de cultura, de
comodidades civilizadas, de avances científicos,
filosóficos, desarrollo en las artes, astronomía,
matemáticas, con bibliotecas y baños públicos.
A ellos se le debe la astronomía, los números
arábigos, el cero, los cálculos algebraicos, la
medicina investigativa y una infinidad de cosas
e ideas que formaron la base del renacimiento
cultural e intelectual de Europa.
LOS LATINOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LOS LATINOS
Alfonso XI, rey de Castilla y León, llamado el
Justiciero, guerreó contra los moros y los
venció en la batalla del Salado.
En 1348 aprobó el Ordenamiento de Alcalá
de Henares, leyes promulgadas por las cortes
de esos reinos.
Solo tuvo un hijo legítimo, Pedro.
Pero varios bastardos con la sevillana Leonor
de Guzmán, entre ellos Enrique.
Las barraganas siempre existirán junto a los
poderosos.
Al morir Alfonso XI, su hijo legítimo le sucedió
con el nombre de Pedro I.
Su reinado fue acosado por constantes guerras
civiles con sus hermanos bastardos.
Fue tan feroz en castigar sus enemigos que lo
apodaron Pedro, el Cruel.
Su severidad levantó a los nobles en su contra,
y éstos buscaron entre los hermanos espurios
uno a quien proclamar rey, eligiendo a Enrique,
conde de Trastamara.
Se contrataron mercenarios extranjeros. Con
alemanes, ingleses y franceses, formaron las
Compañías Blancas.
Diap 41
Enrique las puso bajo el mando de Bertrán
Du Guesclín, guerrero francés conocido por su
talento militar y fuerza,
En los campos de Montiel lucharon y fueron
derrotados los ejércitos de Pedro I, siendo éste
sitiado en el castillo.
Pedro podía ser llamado el Cruel pero, era
un hidalgo valiente que había luchado junto a
sus hombres, mientras a Enrique lo representaba
un general extranjero.
Desde los torreones del castillo de Montiel se
dirigió a su hermano bastardo con la altivez de
sus ancestros godos:
–Enrique de Trastamara, te desafío a dirimir
por el Juicio de Dios quien es el rey de Castilla
y León.
El silencio dominó el lugar. Hasta los soldados
mercenarios respetaban la hidalguía.
Enrique miró a Bertrán.
Y Pedro repitió con fuerza:
–Enrique, hijo de Leonor. En nombre de
Alfonso, nuestro padre, te reto a duelo singular
por el derecho a la corona.
No contestar ni aceptar era un deshonor.
LOS LATINOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LOS LATINOS
Diap 42
::::::
Colón llegó a América...
Y allí estaban los indios.
Vinieron los conquistadores y los emigrantes.
Algunos eran de la estirpe de Pedro, otros de
la de Enrique.
Los hubo de la hidalgos caballeros, y de la de
Bertrán.
Y una cantidad incalculable de descendientes
de los mercenarios, de los soldados y de los
campesinos, trayendo en su sangre a los
ligures, tartesios, iberos, celtas, fenicios,
griegos, cartagineses, romanos, godos y árabes.
Para completar, Isabel tuvo compasión de
los indios...
Y, sin compasión, trajeron como esclavos a
los negros.
Pero esos ya son otros cuentos.
Esa es la causa de que los latinoamericanos
sean así.
Afortunadamente...
...oo0oo...
–Pedro. Acepto tu desafío, y como retado
elijo el lugar. La lid será en mi campamento de
Trastamara.
El 14 de marzo de 1369 lucharon ambos
hermanos en una tienda, rodeados por los
caballeros.
Enrique fue derribado por Pedro I, y éste se
aprestaba a rematarlo, cuando Bertrán Du
Guesclín entró al ruedo espada en mano,
interponiéndose y pronunciando la frase que
quedó como recuerdo de vileza, traición y felonía:
–Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor.
A causa de esa intervención Pedro I fue
muerto por su hermano bastardo quien tomó el
título de Enrique II,
Era tan débil y liberal que fue llamado: "El
de las mercedes."
Inició una dinastía de reyes innocuos, tanto
que al último le decían Enrique IV, el Impotente.
Al morir éste en 1474, luego de guerras entre
familias, subió al trono su hermana Isabel de
Castilla con su esposo Fernando de Aragón.
LOS LATINOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LOS LATINOS
Diap 43
Una tarde, David se levantó de la cama y,
siguiendo su costumbre, se puso a pasear por la
terraza del palacio.
El viento arrastraba el calor del este, en las
habitaciones los siervos hacían sus faenas, las
esclavas vegetaban en el serrallo, las esposas
intrigaban, y la docena de hijos se celaban.
Lo que demuestra que lo único en lo cual el
rey creía firmemente que debía ser uno solo,
era en su dios.
La terraza parecía un jardín flotante.
Se apoyó en la baranda observando las casas
cercanas al palacio, en las cuales vivían los
funcionarios de la corte.
Vio en un patio a una mujer bañándose, y
esta mujer era muy hermosa.
Hizo preguntar quien era ella.
Le dijeron:
–Es Betsabé, esposa de Urías, el hitita.
Y el rey David envió por la mujer.
El ejército hebreo, bajo las órdenes del general
Joab y de sus capitanes, los treinta valientes del
rey David, se hallaba sitiando a Rabbá.
Uno de esos capitanes era Urías, el hitita, jefe
valeroso, responsable, admirado por sus soldados.
Descendía de las familias originarias que ya
existían en Palestina antes que llegaran las
tribus hebraicas.
Sus ancestros se adaptaron a convivir con el
monoteísmo semítico pero manteniendo,
además de su dominio del hierro y los caballos,
el concepto de rectitud y fidelidad.
::::::
El rey David no marchó esta vez con sus
soldados. Ya no era al jovenzuelo que con una
honda había vencido al torpe gigante filisteo.
Se había convertido en monarca de la nación
hebrea, reuniendo a Israel y Judá, y dominando
las tribus vecinas.
Gobernar es más importante que batallar.
EL HITITA
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
13 EL HITITA
Basado en la Biblia - Reyes Cap. I, V 11 y sig.
Diap 44
David mandó a Joab la orden que le
enviaran a Urías.
::::::
Llegado el hitita al palacio, el rey le preguntó
acerca del general, el ejército y la guerra.
Y él a todo contestaba.
–Anda a tu casa y lávate. –finalmente dijo
David a Urías.
El hitita salió del palacio, y tras él fueron los
regalos y la comida del rey.
Pero Urías no durmió en su casa, lo hizo en
la entrada del palacio, con los demás siervos.
Al día siguiente se lo contaron a David, quien
le dijo:
–¿No llegas tú de un largo viaje? ¿Por qué,
pues, no has ido a descansar a tu casa?
Urías el hitita, ofendido, respondió a David
el rey:
–El Arca e Israel y Judá viven en tiendas. Mi
general Joab y todos los soldados duermen al
raso. ¿E iría yo a mi casa para comer, beber y
acostarme con mi mujer? ¡Por tu alma, te juro
que yo no sería capaz de hacer tal cosa!...
::::::
Betsabé había visto varias veces al rey
paseando por la terraza.
Urías estaba lejos, en el campo de batalla,
fiel a su deber. Respetaba la rectitud de su
esposo, pero él era un hitita, tosco guerrero y
simple en sus ideas, residuos de las creencias
de sus antepasados.
Ella era hebrea, y hermosa.
Los cantares del rey David habían llegado
hasta ella repetidos por las siervas y esclavas
del monarca. Y algunas veces los escuchaba, de
lejos, cantados por el propio rey.
Esa tarde la canícula reverberaba en las
piedras del patio. Bajo el techado de palmas
una ligera sombra daba frescor a los cántaros
de agua. Y Betsabé se bañó allí. Desde la terraza
del palacio podían verla. Sentía calor y lo hizo.
El mensajero dijo que el rey quería verla.
Betsabé fue.
Y el rey se acostó con ella.
Luego Betsabé volvió a su casa. Tiempo
después, dijo a David que estaba encinta.
EL HITITA
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL HITITA
Diap 45
::::::
Cuando Betsabé supo que su marido Urías
había muerto, hizo duelo por él.
Pasado el duelo, David la recogió en su
palacio. Ella fue su mujer y le dio ese hijo, el
cual murió.
Pero Betsabé le dio cuatro hijos más. Fue la
esposa de mayor influencia. Intrigó eliminando
otros herederos, y su hijo Salomón heredó el
reino.
Y no hubo rey más grande.
::::::
El general Joab fue siempre jefe de los
ejércitos del rey.
Asesinó, traicionó y mató a muchos
integrantes de la familia real, inclusive hijos.
Fue el primero en escalar la muralla de Sión.
Capaz de toda infamia por su amo pero sin
valor para enfrentársele.
El rey Salomón, cumpliendo el último deseo
de su padre, David:
Lo condenó a muerte.
–Quédate aquí también hoy. –replicó David.
El rey lo convidó a comer para embriagarlo,
y que fuese a dormir con su esposa Betsabé.
Pero no lográndolo siquiera así, decidió
librarse del hitita. Escribió una carta a Joab, la
cual llevaría el mismo Urías, y donde decía:
“Pon a Urías en el lugar más peligroso del
combate, y retírate para que sea herido y muera.”
Y Urías, el hitita, murió así...
Joab envió un mensajero al rey detallando la
batalla y la muerte del fiel capitán.
El rey David ordenó al mensajero:
–Di a Joab que no se aflija. La espada mata a
unos y otros. Que intensifique la lucha y destruya
la ciudad.
Un gobernante sabe que es lo prioritario.
Faltaba poco para que Rabbá fuese conquistada
y el general Joab envió este servil mensaje al rey:
“Junta al pueblo y ven a tomar la ciudad, no
sea que yo tenga el honor de la victoria.”
Y David lo hizo. Poniendo así otra corona en
su cabeza.
EL HITITA
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL HITITA
Diap 46
Aún hoy día no hay el entusiasmo de buscar
en su ruinas.
Pareciese que a la humanidad no le
interesara algunos pueblos.
Sobre todo los que no fueron
conquistadores.
::::::
Esto sucedió mil años antes que naciera
Jesús.
Pero no es historia antigua.
Dirigentes abusadores, funcionarios serviles,
amantes oportunistas, injusticias, nepotismo...
¿No se ha repetido por siglos y siglos….y
sigue repitiéndose?
Después de tres mil años, aún suenan con
aureola de romanticismo los nombres de
Salomón, David, Betsabé.
Sin embargo a Urías, al admirable Urías el
hitita, ejemplo de nobleza y pundonor, de
fidelidad y deber.
A Urías, quien a pesar de la traición no
retrocede y muere valientemente... nadie lo
recuerda.
...oo0oo
::::::
La casa de David fue una familia minada por
hechos de sangre, incestos, lujuria, fratricidios,
ambiciones, traiciones, opulencia.
Pero, por esas extrañas dualidades que se
dan en oriente, hubo reyes que junto a sus
iniquidades tuvieron excelsas virtudes.
Como David con sus poemas de elevación
espiritual, su misticismo monoteísta y su
obsesión por formar la nación.
O como Salomón dotado de sabiduría,
capacidad organizativa y habilidad diplomática.
Tanto fue lo positivo de esos reyes que, a
pesar de sus grandes defectos, se les idealizó.
Al punto que a Jesús, creador del cristianismo,
se le hace descender de David y Betsabé, de
Salomón.
Y el cristianismo constituyó las bases de la
cultura occidental y la mentalidad del mundo
actual.
El pueblo de los hititas desapareció.
Por cientos de años sus ciudades, cultura,
arte, escrituras, quedaron enterradas bajo el
polvo del tiempo y olvidadas por la historia.
EL HITITA
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL HITITA
Diap 47
–¿Sigues sintiéndote mal? –interviene Heinz.
–Tu cara indica que no estás bien. –dijo Karl.
–Ay, amigos. Lo que he sabido. Qué
desgracia...
–¿Qué es? ¿Qué te ha pasado? ¿Qué
supiste?...
–Ay, qué desgracia...
–Por favor, dilo. Somos tus amigos. Te
ayudaremos.
–Porque son mis amigos, lo diré. Ayúdenme
a pensar.
Los tres amigos quedaron mirándolo.
Franz tragaba saliva, sacudía su cabeza y
tomaba fuerza.
–Hoy, al llegar a casa, ahí mismo en el
recibo, encontré a Olga engañándome con
Schmid en el sofá...
–¿Olga... tu mujer? –dijo, Karl, estupefacto.
–¿Tu amigo Schmid? –exclamó Heinz,
asombrado.
–¿No habrás cometido ninguna locura. –
reflexionó Fritz, pensativo– En momentos
como ése la furia hace perder el control, y luego
uno tiene que arrepentirse.
Seis de la tarde.
En el bar Pequeña Baviera comienzan a
entrar los clientes habituales.
Todos ellos con su rubicundo rostro, cabellos
rubios, y la algarabía típica de su raza.
Pero, desde las tres de la tarde, Franz está
sentado en una mesa del fondo, en un rincón,
apesadumbrado.
Fritz, Heinz y Karl, entran y lo ven.
Los cuatro son buenos compañeros, tanto de
trabajo como de rondas en ese bar.
Se acercaron a él.
El hombre sigue mirando la mesa, la jarra de
cerveza frente a él está caliente, no quiere
levantar la vista.
Sus amigos se sientan en las sillas libres.
Fritz, quien es el que tiene más confianza, le
pregunta:
–¿Qué te pasa Franz? Hoy a las dos de la
tarde te fuiste de la fundición por que te
encontrabas enfermo.
EL SOFÁ
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
14 EL SOFÁ
Si quieres ser feliz como dices...
no analices, no analices,,,.
Joaquín Bartrina (Poeta Catalán
Diap 48
Fritz movió la cabeza, como si no estuviera
de acuerdo. Y, pareciendo el moderador de la
reunión, preguntó:
–¿Tú piensas igual, Heinz?
–No. Para mí el principal culpable es
Schmid. Es un sinvergüenza. Abusó de la
amistad de Franz. Aprovechó que él se
encontraba trabajando y no estaba en la casa.
Engañó la confianza que le dio su amigo. Mujer
es mujer y, sabiéndola camelar, se le conquista.
Pero a un amigo, hay que respetarlo. Tampoco
sé lo que haría. A los hombres así habría que
darles una lección. No sé cual.
Nuevamente Fritz hizo un gesto de
inconformidad.
–Fritz, falta tu opinión. –le indicó Franz.
–Es difícil hallar al verdadero culpable. Mejor
dicho: el responsable. Si una mujer necesita
otro hombre es por que el que tiene no la satisface,
sea en la relación humana o en la sexual. Y si es y
actúa como una ramera, también el responsable
es el hombre que la eligió siendo así.
–No. No hice nada. Volví a cerrar la puerta y
vine para aquí. Ay, amigos... Pienso y pienso, y
no se que hacer.
–Es una situación difícil para opinar; –Fritz
seguía sereno– quizás lo que pudiésemos decir
te lastimaría o te ofendería. Sólo tú puedes
encontrar tu solución a tu problema.
–No me ofenderé. Son mis amigos,
ayúdenme. –los miró a la cara– ¿Que haría
cada uno si estuviera en mi caso?
Los tres apretaron los labios, dudaron.
–Piensen que es a otro que le pasó, –dijo
Franz, hizo una seña al cantinero– y hablen
mientras tomamos cerveza.
–Yo creo que la única culpable es ella. –
comenzó Karl– Ella es una coqueta, infiel y
desagradecida. Tú le diste todo, casa, comida,
buena vida. Y te paga traicionándote. Schmid
es hombre, y cualquier hombre aprovecha si la
mujer se lo facilita. Yo le daría a ella un
escarmiento para toda su vida. Pero ahora no
sé lo que haría.
EL SOFÁ
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL SOFÁ
Diap 49
Fritz se levantó, los otros dos aprovecharon
para irse también.
Franz quedó otra vez solo elucubrando su
problema.
::::::
El día siguiente Franz faltó a su trabajo.
Los compañeros estaban angustiados pero
ninguno quiso acercarse a la casa ni hacer
comentarios sobre lo sucedido.
En la tarde, fueron al bar Pequeña Baviera.
Tampoco estaba allí. Se sentaron en la mesa,
preocupados.
Se acusaban mutuamente de haberlo
inducido a tomar una determinación.
Decían que deberían haber callado.
Como siempre, el más sereno era Fritz.
–Quédense tranquilos. Franz encontrará su
solución. Y verán que es sencilla.
La puerta del bar se abrió estrepitosamente.
Franz entró eufórico, su rostro estaba más rojo
que nunca.
Sudaba.
–¿Estás de acuerdo con Karl? –interrumpió
Franz.
–Déjame continuar. En todos los animales
hay hembras y hay machos. Los machos buscan
las hembras receptivas, y las hembras buscan
los machos dominantes. El hombre es un
animal, un animal que desarrolló la inteligencia
en lugar de garras o colmillos. La parte animal
nos obliga a cumplir con los instintos. Pero, la
parte inteligencia nos hace valorar la amistad y
los sentimientos. Del dominio de una parte
sobre otra dependerá la responsabilidad de
cada hombre.
–¿Por lo que dices ahora, estás de acuerdo
con Heinz?
–No, Franz. Ni con Heinz ni con Karl. Sigo
diciendo que el único que puede encontrar la
solución eres tú. Piensa y, cuando la
encuentres, verás que es sencilla. No busques
que los demás solucionen tu problema, cada
uno lo verá a su manera. Solo tú podrás hallar
el verdadero culpable de lo que encontraste hoy
al llegar a tu casa.
EL SOFÁ
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL SOFÁ
Diap 50
::::::
Este es un viejo cuento.
Muy viejo y muy tonto.
Lo que indica que debe haber sido real.
Pero resumiendo y como dice Humgrand
Penn de Joc en sus Reflexiones:
Un hombre descubre que es engañado por su
mujer con un amigo de él en el sofá.
Si el hombre es inteligente pensará que la
culpa es de él.
Si es irascible, que es de la mujer.
Si es ingenuo, que es del amigo.
Y si es un idiota... o le conviene... que es del
sofá.
::::::
Lo que no es un cuento, sino una cotidiana
realidad, es que los descendientes de Franz se
dedicaron a la política, a la diplomacia o se
especializaron en alta gerencia.
...oo0oo...
Se dirigió a la mesa.
Su mirada brillaba de emoción. Dio un
puñetazo en la tabla y, con firmeza, dijo:
–Encontré la solución. La solución
definitiva.
–Por Dios, Franz. ¿Qué has hecho?
–Ya nunca más me engañará Olga con
Schmid en el sofá. ¡Nunca más!...
–¿Le hiciste algo a tu mujer? –preguntó
Karl, angustiado.
–Oh, no. Fritz me hizo ver que ella no era
culpable.
–¿Le hiciste algo a Schmid? –dijo Heinz,
atemorizado.
–Oh, no. Fritz me hizo ver que él tampoco
era culpable.
Fritz se sentía orgulloso de haber hecho
reflexionar a su amigo pero, como los otros dos,
miró con una pregunta muda a Franz.
Este volvió a pegar sobre la mesa y repitió:
–Ya nunca más me engañará Olga con
Schmid en el sofá. ¡Nunca más!...
–¿Qué fue lo que hiciste? –preguntaron los
tres a coro.
–Boté el sofá.
EL SOFÁ
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL SOFÁ
Diap 51
En los siglos sexto y séptimo Europa era sólo
un triste recuerdo del Imperio Romano, y la
Iglesia un pobre remedo de la palabra de Jesús.
Los bárbaros invadían, se civilizaban y, eran
invadidos por nuevos bárbaros.
Bárbaro significa: extranjero, inculto.
Pero, cuando eran así poseían rectitud y
justicia, primitiva, brutal, íntegra.
Al civilizarse iban perdiéndola, cayendo en
leguleyidades, intrigas, corrupciones propias de
las sociedades asentadas.
Dos pueblos bárbaros legaron su nombre
hasta la actualidad.
Es más fácil dejar un nombre que una
cultura.
Ellos fueron los francos y los longobardos.
Los francos cruzaron el Rin en el siglo quinto
y se hicieron de la Galia desplazando hacia
España a los godos, antiguos bárbaros que
habían dominado a los galos.
Los sucesos entre las personas y los países
sólo son comprensibles recorriendo la historia.
Y la historia de la humanidad nada tiene de
humanidad.
Siempre ha sido el desplazamiento, dominio,
absorción, o aniquilamiento de un pueblo por
otro.
El primero ya culto, estable y civilizado. El
otro, conquistador, bárbaro y fuerte.
Dejando aparte la prehistoria y viendo en
miles de años, egipcios y babilonios tuvieron un
lugar preponderante desplazando pueblos ya
establecidos y menos guerreros.
En el inicio de la civilización grecorromana, los
griegos se impusieron a los primitivos aqueos, y
los rudos romanos a los latinos e italiotas.
En cuanto a los cristianos, impusieron la
religión de Cristo, de bondad y caridad, con los
evangelios en una mano y la espada en la otra.
LONGOBARDOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
15 LONGOBARDOS
En este mundo de entrevero,
hay carreteros que son señores,
y señores que son carreteros..
Diap 52
::::::
Childerico, jefe de los francos, siendo
perseguido por sus enemigos que querían
asesinarlo, se refugió en la corte del rey Basinus
y su esposa Basina.
Pasado el peligro, volvió a su tierra y
comenzó a gobernar.
Al poco tiempo llegaba Basina, quien le dijo
que había abandonado a su esposo y venía para
ser su mujer porque sabía que él era el más
fuerte.
No solo eso, agregó que, si hubiese existido
otro aún más poderoso, con ése hubiera ido.
El matrimonio para ellos debía ser una
especie de rapto y la mujer se sentía orgullosa
de pertenecer al más fuerte.
De esa unión nace Clovis, el gran caudillo
franco.
Clovis, o Clodoveo, al inicio luchó contra la
iglesia de Roma, para luego convertirse y
defenderla.
El emperador cristiano, para atraerlo, le
envió el nombramiento de cónsul y él lo aceptó,
pero se mantuvo en su integridad bárbara.
Como los romanos, apreciaron a los pobladores
y se mezclaron con ellos.
Fueron absorbidos por la cultura galo-romana,
convirtiéndose al cristianismo católico, formando
una nación peculiar.
Y dieron nombre a la Francia actual.
Los longobardos, pueblo de las orillas del
Elba, cruzó el Rin para entrar en Italia el año
568 conquistando la parte norte y central.
Mientras los francos poseían pocos pelos en
la cara, los longobardos los tenían abundantes,
cosa extraña en lo nórdicos.
De allí su nombre: "longas barbas".
Otra diferencia es que despreciaban a los
naturales y no se mezclaron.
Su dominio se caracterizó por privaciones a
los subyugados. Adoptaron la herejía arriana
viviendo en pugna con el papado.
Su reino fue destruido por Carlomagno, rey
franco, en 774; y los restos por Otón I en 961.
Dieron su nombre a Lombardía, región de
Italia. Y sus descendientes, conocidos por su
afición al dinero, a la calle Lombard Street en
Londres, centro de préstamos y capital
LONGOBARDOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LONGOBARDOS
Diap 53
::::::
En el año 568 Alboíno, frente a su horda de
guerreros longobardos y un tropel de 200.000
personas, entraba en Italia.
Se estableció en Pavia y su reino fue una
reunión de ducados casi independientes más
que un estado.
Era pueblos rudos, cada uno celoso de sus
costumbres ancestrales.
Tanto que veinte mil sajones antes de
aceptar las tradiciones longobardas, prefirieron
volver a sus tierras.
Alboíno, siendo joven había matado al
príncipe de los gépidos, Torisendo.
En premio a su valor pidió a su padre el
derecho de sentarse a la mesa de los guerreros.
Pero éste se lo negó, diciéndole que primero
debía ser apadrinado como hijo de armas por
un jefe extranjero.
Y Alboíno va a pedir esto al padre de
Torisendo.
El anciano, fiel a la hospitalidad teutónica, lo
recibe y hasta acepta que se siente en el lugar
del hijo asesinado.
Siendo ya rey supo que el príncipe Brien, de
otra tribu, conspiraba en su contra.
Como estaba en la ciudad Alón, el hermano
de ese príncipe, lo mandó buscar.
Éste consintió en traicionar a Brien.
Y, a los pocos días se presentó con él.
Clodoveo tomó su arma, la francisca, y mató
a los dos con el hacha.
Uno por enemigo y el otro por traidor. Hecha
la traición el traidor no es necesario, repugna.
En otra ocasión, unos cortesanos que le
habían vendido su soberano le reclamaron el
pago en oro. Y él les envió el dinero en
monedas de cobre: Falso con los falsos.
Clodoveo con esos métodos tajantes y la fe
fanática propia del converso, consolidó el poder de
los francos en la Galia y el respeto por la iglesia.
Al morir en el 511, sus cuatros hijos se
dividieron el reino, siendo príncipes incapaces
y sin las cualidades del padre.
Se necesitó trescientos años más de
vicisitudes para que surgiera otro rey franco
brillante, fue Carlomagno.
LONGOBARDOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LONGOBARDOS
Diap 54
Sucesos que dieron origen a Italia, Francia,
Alemania, Austria, Inglaterra, Suiza, España, y
tantas que conforman la civilización europea y
nos llenan de orgullo por su cultura transmitida
a América, África, Australia, Asia.
Seres que fueron nuestros ancestros y
llevamos sus genes.
No debe extrañar el odio entre pueblos vecinos,
ni las atrocidades en nuestras revoluciones y
guerras.
Han pasado quince siglos y todo se mescló
en una confusión de pueblos y religiones.
Por tanto, nada asombra que haya individuos
con aspecto de teutónicos y tengan una cultura
grecorromana, o se vea el caso inverso.
No asombra hallar hombres como Clodoveo
o Alboíno, que formen imperios y tengan
conceptos bárbaros pero íntegros. Ni ver que
quienes los siguen son incapaces o traidores.
Es la continuación de la historia de la
humanidad...
Y la historia de la humanidad nada tiene de
humanidad.
...oo0oo...
Un hermano del muerto se burla de las
polainas de los longobardos diciéndoles que
parecen yeguas, y Alboíno le responde que
pregunte a Torisendo por la clase de coces que
dan esas yeguas.
La reunión sigue entre burlas y retos.
Finalmente el viejo rey, admirando el valor
de Alboíno, aunque sea su enemigo le da las
armas de su propio hijo.
Años después, ya jefe, Alboíno ataca y mata
al príncipe que se había burlado de sus polainas,
se hace una copa con su cráneo y toma por
esposa a Rosamunda, hija del muerto, que debe
servirle el vino en el cráneo de su padre.
Rosamunda se confabula con un amante
quien mata a Alboíno. Después, ella y su
amante mueren envenenados.
No son leyendas de salvajes. Son historias
verídicas de nuestros antepasados, y luego de
aceptar el cristianismo.
Y son hechos que por siglos se repiten
disfrazados bajo los principios de defensa del
estado, de la fe, o de los pueblos.
LONGOBARDOS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LONGOBARDOS
Diap 55
Pero ellas eran jóvenes, recién llegadas a la
pubertad
Sabían que, como otras muchachas, como
las cavernas, como la tierra, serían parte del
botín de los triunfadores.
Y así fue el concluir la lucha.
El jefe, aún con su hacha ensangrentada,
corrió hacia ellas y tomó a Mar.
Ésta sería la preferida hasta que en otra
conquista una nueva joven la desplazase y ella
se volvería una más del serrallo para satisfacer
a los otros líderes.
La horda de guerreros que venía detrás tomó
a Mon, a quien le correspondería un destino
más abyecto.
Yendo de hombre en hombre, sería una de
las tantas mujeres del montón que, para dormir
en una cueva y comer algo, diariamente debía
ofrecerse a cualquiera y esperar ser aceptada
por un cazador.
Nueve mil años antes que naciera Jesucristo.
Los seres humanos son primates que han
aprendido a andar sobre dos piernas y
poseen un cerebro que les hace entender que
es más fácil obtener por la conquista lo que
otros semejantes logran por trabajo y esfuerzo.
Mar y Mon, dos adolescentes cavernícolas,
miran desde atrás de una roca la batalla de los
guerrerosde su tribucontra los de otra invasora.
Las jóvenes veían con preocupación que
los atacantes eran muy superiores.
Su tribu sería vencida, sus hombres muertos,
las viejas y los niños abandonados a las fieras
o deberían ir tras los vencedores en espera de
un gesto de compasión para recoger las sobras.
LAS PROSTITUTAS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
16 LAS PROSTITUTAS
No hay ser que en algún momento,
por un ideal o por interés,
por beneficio o por necesidad,
por educación o por cobardía,
no se haya prostituido.( Gracián Solirio)
Diap 56
::::::
Hace tiempo que Margot no viene a su ronda.
Sorpresivamente esa noche llega en el coche
del chulo.
Viene vestida elegantemente, peinada bien,
parece una dama.
Mónica le dice admirada:
–Estás irreconocible... ¿Qué te ha sucedido?
–Es que he cambiado. Ahora soy prostituta
ejecutiva.
–Déjate de bromas. ¿Qué es eso de prostituta
ejecutiva?
–Que solamente me dedico a los gerentes,
directores, a los ejecutivos. Tengo apartamento
residencial. Allí los llevo. Es que los ejecutivos
son hombres mayores, serios, poderosos.
–Será lo que tú digas, Margot. Pero hombre
es hombre, y prostituta es prostituta... aunque
agregues eso de ejecutiva.
Margot riéndose subió al auto y se fue con su
protector, mientras Mónica trataba de conseguir
un cliente.
::::::
Aproximadamente once mil años después.
Mil novecientos setenta después de Cristo.
Cualquier calle de ésas de cualquier ciudad.
En la penumbra, Margot y Mónica repiten su
ir y venir en busca de un cliente que, por unos
momentos de sexo, engrose la cartera que luego
el proxeneta ha de controlar.
El de Margot es un elegante chulo con lujoso
automóvil, que le agrada estar presentable y
que sus "nenas" vistan bien.
Es conocido en el sórdido mundo de la alta
sociedad.
En cambio el de Mónica es un explotador
grosero, uno hasta que llegue otro más fuerte y
ella cambie de "patrón" y de golpes.
Y es harto conocido por la policía.
Pero ambas saben que para sobrevivir
necesitan de la protección de esos individuos.
Que para comer deben ser aceptadas por algún
hombre, sea cazador, guerrero o simplemente
uno más de los anodinos que pase por allí.
LAS PROSTITUTAS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LAS PROSTITUTAS
Diap 57
Mónica venía hacia ella, sonriendo, con un
tapado de piel igual al suyo.
–¡Mónica! ¿También tú te volviste prostituta
ejecutiva?
–No. Yo soy una de la mayoría. Una
prostituta más.
–¿Entonces no lo conseguiste haciendo uno
de a mil?
–No, mi amiga. Yo lo conseguí haciendo mil
de a uno.
:::::::
Podría pensarse que lo anterior es un
grotesco chiste, pero realmente es una cruel
anécdota dramatizada.
Entre aquellas trogloditas y estas rameras
han existido más de 550 generaciones de
mujeres y hombres.
Años y siglos pasaron y, aún hoy día, cuando
se dice "la primer profesión" la asociamos con
una mujer prostituta.
Pero debería ser con la prostitución, a secas.
Ya que el ser humano, sin distinción de sexo,
desde que se unió en grupos y sociedades ha
hecho uso de ella.
::::::
Ha pasado cerca de un mes.
Noche de lunes. Es difícil conseguir alguien
que pague por sus servicios.
Mónica, apoyada en una columna, ve llegar a
Margot nuevamente en el automóvil.
Viene más distinguida, ropa más cara... y
trae encima un costoso abrigo de piel.
Sale del coche, cual modelo, exhibiéndose a
las pobres rameras caminadoras.
No hay peor enemigo de la mujer que la
propia mujer.
Mónica, humilde, se acerca a ella:
–Margot...¿Cómo lograste conseguir un
abrigo así?
–Tengo un viejo ejecutivo que está loco por
mí. Me hice desear. Cuando tuve el tapado le di
lo que él quería. O sea, que este abrigo lo
conseguí haciendo uno de a mil.
Y riéndose ante la mirada de envidia de su
amiga, se fue.
::::::
Meses después, cuando Margot llegó a la
esquina y bajó del coche, lanzó un grito de
asombro.
LAS PROSTITUTAS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LAS PROSTITUTAS
Diap 58
El que permanece en silencio frente a las
injusticias y abusos con tal de vivir en paz...
¿No se está prostituyendo?
La sociedad insiste que debemos esforzarnos
en ser siempre agradables. Que luego de estar
con nosotros, los demás se sientan satisfechos...
¿No es lo que hacen las prostitutas?
Al exigir en forma tácita a los demás que
actúen para nuestro bienestar...
¿No somos todos algo proxenetas?
En la antigüedad los humanos, fuese por el
hambre o por la fuerza, estaban obligados a
prostituir su personalidad, su capacidad y hasta
su integridad al vencedor de turno.
Y aun siendo humillante, era comprensible.
Actualmente tenemos libertad. No estamos
obligados a vendernos o deshonrarnos.
Pero, sea por convivencia o conveniencia,
debemos aceptar a todos los demás.
Nos prostituimos menos...
pero con más gente.
....oo0oo....
Según un diccionario, prostituirse es:
Venderse, rebajarse deshonrarse a si mismo
en la autoridad, responsabilidad, personalidad,
para lucro propio, interés o bienestar.
Por tanto, cabe preguntar:
El que calla y acepta hechos contrarios a sus
principios porque no quiere perder su posición...
¿No se está prostituyendo?
El que apoya y finge estar de acuerdo para
obtener un beneficio...
¿No se está prostituyendo?
La persona que se arregla para despertar
interés en otra. La que habla suave, aún estando
irritada, para que los otros no se ofendan...
¿No se está prostituyendo?,
La que miente para que no se moleste otro,
la que sonríe para ser simpática...
¿No se está prostituyendo?
El individuo que entrega sin recato su
habilidad, manual o intelectual, para que los
poderosos, explotadores y corruptos lo premien...
¿No se está prostituyendo?
LAS PROSTITUTAS
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
LAS PROSTITUTAS
Diap 59
Hacía poco que había instalado la conexión
para el computador personal en el dormitorio,
haciendo juego con el televisor y el equipo de
sonido.
Compensaba con creces lo invertido en su
colocación.
Apreté una tecla de función y el monitor
evidenció, en un gráfico de colores, los próximos
beneficios.
Fue cuando sonó el carillón de la puerta.
Instintivamente miré el reloj, eran las nueve
de la noche.
No esperaba a nadie, y menos a esa hora tan
inoportuna.
Cualquiera de nuestros conocidos llamaría
previamente por teléfono.
Por tanto, dejé que atendiera el servicio.
Nuevamente sonó la campana.
Entonces recordé que les habíamos dado libre
el fin de semana a los sirvientes.
Molesto, me abroché la bata y fui hacia la
puerta.
El hombre estaba caído sobre la computadora.
Lo sacaron de allí.
Al tocar el monitor desapareció la imagen
que en combinaciones aleatorias desplazaba
líneas de colores por el cristal.
Surgió un escrito.
Extrañó eso, no era normal, ya que él
siempre guardaba los trabajos.
Los presentes leyeron el documento:
::::::
"Me encontraba mirando la pantalla del
procesador donde aparecían las proyecciones
de los negocios.
En forma ordenada sobre la cama se
hallaban el traje y demás cosas que debería
ponerme para la reunión de esa noche en el
club con los socios.
Mi esposa se encontraba de viaje en el
extranjero.
Y mis hijos estarían, cada uno por su lado, en
alguna fiesta con sus amigas y amigos.
EL VISITANTE
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
17 EL VISITANTE
Siempre que ganamos algo, perdemos algo.
Diap 60
Cerré la puerta.
En un instante aquellas palabras me dieron
una realidad. Ilógica realidad, pero cierta.
Era verdad. Ese ser frente a mí, era yo
muchos años atrás, era yo en mi juventud.
–Sí... –murmuré– pero, no es posible.
–¿Por qué no? El que un día, al llegar a una
esquina, tú tomaste por la avenida de los éxitos
y yo seguí por las calles de los sueños, no
significa que yo haya muerto.
Miró alrededor suyo analizando y valorando
cada cosa, los cuadros, las porcelanas, las
esculturas, los muebles, hasta mi ropa.
Luego, continuó:
–La juventud no envejece, se renueva
constantemente. Son los seres los que envejecen
tratando de vivir la vida... Veo que te ha ido
bien.
–No me puedo quejar, –dije con falsa
modestia– pero tuve que luchar mucho para
lograrlo. Y tú... ¿Qué has hecho.
Iba decidido a salir lo más rápido posible de
ese visitante, fuese quien fuese.
Por la mirilla vi la figura pisciforme de un
rostro, el cual sonreía viendo que yo lo
escrutaba por aquel lente.
Su semblante inspiraba confianza, no
recordaba donde lo había visto antes, pero
estaba seguro de haberlo conocido.
Incomprensiblemente, libre de temor abrí la
puerta.
–¿Puedo pasar?
Sin esperar mi respuesta, entró.
Audazmente pasó a mi lado y, con naturalidad,
fue a sentarse en el sillón.
Lo miré asombrado. Era joven, pero en sus
ojos se notaba cierto cansancio. De todo su ser
emanaba una agradable seguridad y confianza
en sí mismo. Volvió a sonreírme.
–¿No me reconoces?...
Moví la cabeza indicando mi duda.
–Deberías recordarme. Soy tu juventud.
EL VISITANTE
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL VISITANTE
Diap 61
–Sí. Tienes razón. Aún las recuerdo. Si eran
buenas o malas no lo sé, pero nacían del amor.
Esa fue otra cosa que me quitaste... el amor.
–Lo que dices es una mentira. Yo amo a los
míos, a mi esposa, a mis hijos. Siempre me
preocupo por ellos para que no les falte nada y
no sufran. Como a mis padres, a quienes cuidé
hasta su muerte y les di hasta su último
momento el bienestar que ellos nunca supieron
tener.
–Eso no es amor. Es responsabilidad.
Me dijo sonriendo con un dejo de tristeza, y
continuó:
–Has olvidado lo que es amor. Sólo se siente,
no se puede medir con lo que se da o lo que se
obtiene. Se siente, nada más.
–Lo que dices son lindas palabras. Y muy
dignas de ti, de la juventud. –comenté irónico–
pero a la hora de sentarse a una mesa, o de
tener que ir a comprar un vestido, ni dan de
comer ni visten a nadie.
–Nada. Tú me quitaste todo.
–¿Qué estás diciendo? ¿Qué te he quitado
yo? ¡Dímelo!...
–No te alteres, a tu edad podría ser peligroso.
Además es la verdad. ¿Quieres saberlo?...
Pensó un instante:
–Lo primero que me quitaste fue la poesía.
–¡Por favor! –repliqué– ese es un pecado de
la juventud, que se redime al madurar. La
poesía para lo único que sirve es para anuncios
comerciales o para refranes. Fíjate que en la
actualidad los poetas ni siquiera riman y, para
triunfar, deben pertenecer a algún grupo político.
–Esa es tu verdad, no la mía; –respondió–
mientras haya sentimientos, mientras haya un
alma con ilusiones, habrá poesía. ¿Acaso, has
olvidado las que escribiste cuando eras joven y
estabas enamorado?
–Naturalmente que las olvidé. Han pasado
tantas cosas y tanto tiempo Sólo tú serías capaz
de recordarlas.
EL VISITANTE
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL VISITANTE
Diap 62
–Es lo contrario. Tú eres porque yo fui. Soy
una parte de tu vida, lo quieras o no. Y la parte
existe sin el todo, pero el todo no puede existir
sin las partes.
–Tu filosofía es barata, pero lógica. –y con
ironía le pregunté– ¿Qué más crees que te
quité?
–La capacidad de llorar.
–No te lo niego. Soy hombre, y a un hombre
que llora nadie lo respeta. Llorar es una
debilidad que se le acepta a las mujeres y a los
niños. Este es un mundo donde los débiles
quedan abajo y los importantes están arriba.
–¿Y es tan importante estar arriba? –me
preguntó con una mirada inocentemente
burlona.
–Desde que existe la humanidad, –sentencié–
ha habido dirigentes y dirigidos, jefes y
subalternos, los de abajo y los de arriba. ¿Tú,
que hubieras preferido ser?
–Lo que soy, tu juventud.
–Quizás... o mejor dicho: seguro. Tú le has
dado todo a los tuyos. Satisfaciste hasta la
mínima pretensión. Pero... ¿Sabes si aún te
ama tu mujer, si tus hijos sienten amor por ti, si
tus padres al morir sintieron que los amabas?
–No sé. ¿Quién puede saberlo?
–Si hubieras amado de verdad, lo sabrías.
Pero lo único que has querido es a tu éxito, tu
triunfo. Por él fuiste sacándome, poco a poco,
uno a uno, todos mis ideales.
–¡Tus ideales! Yo tenía que luchar un mundo
de realidades, de competencia, donde triunfa el
más capaz, el más hábil en sobrevivir. ¡Y me
hablas de tus ideales! Muy hermosos para
decirlos a los demás en una conferencia, pero
inútiles para llevarlos a la realidad.
–Vuelves a ofuscarte, –me miró dulcemente–
no quise venir a molestarte. Pero, eso dice que
aún sientes.
–Es que no me agradan tus recriminaciones.
Además, tú eres porque yo soy. Si no, no
estuvieras aquí.
EL VISITANTE
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL VISITANTE
Diap 63
–No me mientas a mí, –abandonó su mirada
serena– lo que has aprendido con los años es
dejar a otros la carga del error, mientras tomas
para ti la fortuna del acierto. Eres un ejecutivo
respetado, frente a ti nadie ríe. Esa fue una de
las cosas que más sentí, que me sacaras el saber
reír.
–Estás loco. ¿Dirás que no me río? Tengo
fama de ser una persona divertida, simpática y
entretenida.
–Sí. Ríes por obligación, y sonríes por
compromiso.
–Bueno, ya es suficiente... –me sentía
acorralado– dime tu último reclamo y
hablemos de aquellos tiempos.
–Comprendo... –sonrió mientras pensaba–
lo último que me sacaste fue la pasión.
–¿Qué quieres? He envejecido. ¿Pretendes
que sea el mismo que cuando tenía tus años?
Una burlona carcajada llenó la habitación.
Al terminar la misma, mi juventud me
miraba moviendo la cabeza.
–Tú pudiste seguir siendo quien eras, pero
yo tuve que vivir. Y los años no pasan en vano.
–me di cuenta que, sin quererlo hacer, me
estaba justificando frente a él.
–Creo que has olvidado lo hermoso que fue
ser joven. Cuando todas las riquezas las tenías
dentro tuyo, no como ahora que las tienes todas
afuera y no son tuyas.
–¿No son mías? –no pude evitar mi reacción.
–Únicamente somos dueños de nuestros
sentimientos y nuestras ideas. –me dijo
meditando– Como éramos de lo que sentíamos
y pensábamos entonces. Cuando el mundo era
algo lleno de belleza, y de algunas cosas
injustas que queríamos cambiar. Cuando nos
equivocábamos a menudo y nos divertíamos
con ello. También me sacaste eso, la aceptación
de equivocarse.
–Si actualmente pocas veces me equivoco, es
gracias a mi experiencia, –continuaba
defendiéndome– afortunadamente los errores
se quedan en el pasado.
EL VISITANTE
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL VISITANTE
Diap 64
–Tú me lo quitaste todo, –dijo mientras
abría la puerta– pero no podría aceptar nada de
ti. Eres más pobre que yo.
Cerró la puerta tras de sí... y yo quedé solo."
::::::
Cuando hallaron al hombre sobre al
computador hacía horas que había fallecido.
La ropa seguía sobre la cama.
Por el documento pensaron que ese joven
desconocido podía haberlo drogado o alucinado
para robar.
Nada faltaba en la casa ni en la billetera.
La biopsia dio la causa de su muerte:
Había sido un infarto fulminante.
¡Pobre hombre! No importa si llegó a ser rico
y poderoso.
Quizás quiso salir corriendo a buscar su
juventud...
y ya no la pudo encontrar.
...oo0oo...
–No has entendido. Dije la pasión, no el deseo
sexual. La pasión de conocer, de sentir, de
emocionarse. La pasión de sufrir, de angustiarse,
de saber. La pasión de despertar cada día, de
vivirlo sabiendo que es un día más y un día
menos. Esa pasión... La pasión de vivir.
Se levantó del sillón dirigiéndose a la puerta.
Comprendí que tenía muchas cosas más que
reclamarme; pero. ambos sabíamos que ya no
valía la pena.
Él sería siempre mi juventud. Y yo era sólo
un presente.
–Es tarde, –le dije– si quieres puedes quedarte.
Tenemos una habitación para huéspedes... ésta
es tu casa.
Vi que negaba nuevamente con la cabeza,
como si no quisiera hablar más.
Colocó su mano en el picaporte, me miró con
una mueca de despedida. Yo le rogué:
–Quédate. No sé... ¿Puedo ofrecerte algo? Lo
que sea, cualquier cosa... Lo que necesites, dímelo.
EL VISITANTE
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
EL VISITANTE
Diap 65
El monte más cercano lo tenía a setenta
kilómetros, y éste estaba lleno de árboles y sin
ningún metal.
Pero el hombre es así.
Los primeros que llegan a un lugar traen más
imaginación que lógica, de lo contrario no se
aventurarían adentrarse en lo desconocido.
Para completar la paradoja la fábrica se
llamaba Azul y jamás produjo un jabón de ese
color.
Se inició con la elaboración de unas feas,
rústicas, amarillentas y ásperas barras grasosas
y alcalinas que, mientras blanqueaban la ropa,
cuarteaban las manos de las pobres lavanderas.
Esa primera fábrica la fundó Ariom Sdebs,
emigrante de un reino europeo destruido por la
revolución.
Se decía que la había hecho vendiendo las
joyas que pudo salvar en su huida y que ese
difícil nombre no era el verdadero.
Levantó un enorme, feo y bajo galpón con
cerchas de madera y techo en láminas de zinc.
Tan distante, que los obreros tenían que
caminar diez cuadras para llegar allí.
No todas las ciudades y calles tienen nombres
de santos y héroes, otras llevan el de un mito o
de algo conocido.
Pero hay muchas cuyos nombres son extraños,
ilógicos, y hasta ridículos.
Por ejemplo una ciudad que esté junto al
mar y que lleve el nombre de una montaña, una
calle recta y plana que se refiera a algo circular,
un barrio construido en un erial que ostente el
título de una vegetación.
Y eso se dio.
La fábrica de jabón se hallaba un camino
recto que se perdía en el horizonte y conocido
como calle La Curva.
El barrio que surgió alrededor de ella en áridos
y baratos terrenos, fue llamado La Floresta.
Y el barrio se integró a los pocos años a una
bella ciudad bautizada Monte de Oro, que
rodeaba una azul bahía.
EL JABÓN
CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE
18 EL JABÓN
En recuerdo a mis compañeros
de la vieja planta de jabón BAO
Hoy, que se compra todo,
nadie sabe de que están hechas las cosas.
7 siempre par sil
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  • 2. Diap 2 NO SÉ…. ¿Y TÚ, LOGRASTE TU SUEÑOS?
  • 3. Diap 3 TAMPOC O LO SÉ… PERO… POR LOS DOS … TOMA ESTO…
  • 4. Diap 4 CUENTOS DE SIEMPRE Rosalino Carigi Original Años 1978 al 2003 VERSIÓN MARZO ????? 2016
  • 7. Diap 7 CUENTOS DE SIEMPRE CUENTOS DE SIEMPRE ÍNDICE PARA IR A UN CUENTO CLIQUEAR SOBRE SU NOMBRE No. CUENTO Diap. INICIO 1 DEDICATORIA 6 PRESENTACIÓN - ESTOS CUENTOS 8 01 El OTRO 9 02 EL SERMÓN 11 03 EL DESPEDIDO 13 04 EL VINTÉN CAÍDO 15 05 EL SOLDADO 17 06 LA LOBA 19 07 LA LEYENDA 21 08 EL GOBERNADOR 23 09 LOS HABANOS 27 10 COLOMBO 31 11 UNIÓN 35 12 LOS LATINOS 39 13 EL HITITA 43 14 EL SOFÁ 47 No. CUENTO Diap. 15 LONGOBARDOS 51 16 LAS PROSTITUTAS 55 17 EL VISITANTE 59 18 EL JABÓN 65 19 HIBERNACIÓN 71 20 JESÚS DE BELÉN 77 21 LOS PRIMEROS 83 22 LAS MONEDAS 91 23 RAYITA 99 24 EL COCHE 109 25 EL DESPEÑADERO 119 26 AGENDA 131 27 LA ISLA 146 28 EL ADIÓS 173 NOTA FINAL XXX FIN XXX SE DICE DE MÍ (EL ESCRITOR) XXX ATENCION ESTE ES pptx Sin animaciones Ni paginas dando vuelta
  • 8. CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE PRESENTACIÓN Diap 8 Cuentos de Siempre es un libro que resume parte de los que componían el original de Cuentos Primitivos para Nuevos Ejecutivos. Ël cual, por la cantidad de cuentos, ameritó dividirlo en dos libros. Muchos de los Cuentos de Siempre son citados en la vida diaria, a veces como broma, o como ejemplo tonto... y siempre no lo es tanto; ni como roma ni como tonto. Otros nacieron de los recuerdos personales y también de seres que acompañaron en el camino. Algunos quizás tengan autor , mientras otros pertenezcan al más prolífero; o sea, al señor Anónimo. Nunca se quiso hacer un plagio. Sólo se quiso contar unos cuentos de siempre. Rosalino Carigi Cuentos de siempre. Cuentos de antes. Pasados. Cuentos de ahora. Presentes. Cuentos recogidos. Verdaderos. Imaginados. Oídos. Vividos... Que la vida es un cuento. ...oo0oo... ESTOS CUENTOS
  • 9. Diap 9 Juntos crecimos, llegamos a hombres, trabajamos, nos casamos. Y, mientras él veía en el trabajo, la mujer y la familia un sueño; yo hacía de ellos el fin, la realidad, el progreso. Yo respetaba sus ideas y él respetaba las mías. Seguíamos siendo muy parecidos pero, con el paso del tiempo, íntimamente éramos cada vez más diferentes. Sin embargo, un día, sus sueños y mis ansias tuvieron una finalidad común. Juntos marchamos a otra tierra, juntos comenzamos a luchar y vivir en ella. Él para lograr sus sueños, yo para realizar mis ideales. Poco a poco nos fuimos separando. De vez en cuando, venía a visitarme; me contaba sus sueños cumplidos a medias, y escuchaba mis medias realidades. Finalmente, la obtención del pan de cada día y la tensión de lograr la seguridad de un mañana, me hacían sentir incómodo con sus esporádicas visitas. Lo conocí desde los primeros años de nuestra infancia, tal vez mucho antes. Tanto que parecía que hubiésemos sido engendrados al mismo tiempo. Juntos pasamos la niñez, tuvimos los mismos colegios, los mismos amigos, quisimos las mismas personas. Éramos muy parecidos, al punto que nos confundían en una solo ser. Sin embargo, éramos dos individuos distintos. El otro vivía mirando la vida, buscando la esencia de cada suceso, cada cosa, cada persona; uniendo recuerdos del pasado, sentimientos del presente y sueños del futuro. Yo vivía la realidad, cada hecho, dejando atrás el pasado, disfrutando el presente, y con la ambición hacia el futuro. Imposible, pero esa unión permaneció por muchos años. EL OTRO 1 EL OTRO Todo ser lleva dentro sí a otro diferente CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE (INTRODUCCIÓN)
  • 10. Diap 10 –¿Has realizado tus ideales? –su voz era del ayer. –No sé... Respondí con mi voz del presente y pregunté esperanzado: –¿Y tú, lograste tus sueños? –Tampoco lo sé... –respondió con melancolía. Nos sonreímos con una sonrisa indefinida. Él alargó su brazo y me entregó un montón de papeles donde se entremezclaban hojas blancas con amarillentas. –Toma... –murmuró. –¿Qué es esto? –dije, mirando desconfiado. –Algo de sueños, algo de realidad... o, sólo tiempo. –¿Y por qué me lo das? –Por lo que fuimos. Y, dándose vuelta, se perdió en el pasado. Por eso, por el otro, por mí, por lo que fuimos... se escribió este libro. ...oo0oo.... Una tarde estaba yo embriagado de poder, hipnotizado por el progreso. Y él salió de las penumbras recordándome un ideal de nuestra juventud. Lo miré molesto. Y el otro, viéndome compasivo, se perdió en el abismo de los años. El tiempo pasó, años sin acordarme ni saber nada de él. Tal vez, allá en el fondo del abismo, él seguía recordando el pasado, sintiendo el presente y soñando el futuro. En tanto, yo sacrificaba muchos ideales para lograr una realidad. Una realidad que me demostraba lo efímero de la vida y qué poco importante es ser importante. Y una noche, sin yo esperarlo, surgió de las sombras. Era como si me viese en un espejo. La misma imagen envejecida, las mismas canas, las mismas arrugas, la misma espalda cargada de años. Sólo nuestros ojos eran distintos. Los míos eran severos, vacíos de sentimientos. Los de él, mansos, llenos aún de sueños. EL OTRO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL OTRO
  • 11. Diap 11 –Bienaventurados los poderosos, ellos conocerán la felicidad. –Bienaventurados los serviles, ellos compartirán la riqueza. –Bienaventurados los viciosos, ellos conocerán el placer de vivir. –Bienaventurados los corruptos, ellos siempre serán necesarios. –Bienaventurados los indiferentes, porque ellos son mi pueblo preferido. –Pero... ¡desgraciados mil veces desgraciados!. –Desgraciados los idealistas, ellos serán atormentados por la incomprensión. –Desgraciados los soñadores, ellos serán hundidos en la desesperación. –Desgraciados los bondadosos, ellos serán arrastrados en la imbecilidad. –Desgraciados los justos, ellos se perderán en su soledad. –Y desgraciados los sinceros, los que no me acepten. –Por siempre desgraciados, ellos... no serán nada! Sucedió que un día tomó cuerpo el espíritu de nuestro siglo. Y, entrando por la avenida principal de la ciudad se dirigió al centro, donde le esperaba anhelante el Comercio, junto a sus dos esclavas: la Banca y la Industria,. Su nombre era el Interés. Nadie le conocía bien, pero todos iban tras él, pobres y ricos, sobre todo los mediocres de la clase media. Subió sobre su altar de cemento. Miró su paraninfo predilecto: el Centro Comercial. Y, dirigiéndose a la multitud, así habló: –Bienaventurados los hipócritas, ellos siempre serán superiores. –Bienaventurados los falsos, ellos nunca sufrirán por la verdad. –Bienaventurados los egoístas, ellos serán los dueños del mundo. EL SERMÓN CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 2 EL SERMÓN Los poderosos tienen otra Biblia.
  • 12. Diap 12 –Id y comprad, vuestro es el futuro; hipotecadlo. –Gozad hoy, sembrad mañana. –Vivid la vida, vivid el presente, vivid el momento. –Y, sobre todo, no perdáis vuestra alma: el Crédito. –Quien lo perdiese, más le valiera morir mil veces, ya que sin él, no existe, no ha existido, ni existirá. Todos fueron servidos, y todos quedaron satisfechos... Y si algo sobraba, era destruido. Se volvió el Interés hacia el altar y oró: –Padre Capital, regreso a ti... Y, elevándose, su unió a su creador. ...oo0oo... 1956 (Adaptación 1999. LA MULTIPLICACIÓN DE LOS BIENES Se acercó entonces el Comercio y le murmuró: –Poderoso Interés, esta gente te ha seguido por mucho tiempo y siempre tiene necesidades... Y él, sonriente, contestó en voz baja: –Llama a la Banca, dile que otorgue más préstamos, que aumente la tasa y prolongue aún más el tiempo. –Llama a la Industria, dile que los haga producir más, que mejore la apariencia y reduzca la durabilidad. –Y, para que todos se sientan dichosos, haz que suba al estrado la prostituta más hábil, la Publicidad, para que ella reparta todos esos dones y les haga sentir imprescindible lo innecesario. Volvióse a la multitud con renovada voz: EL SERMÓN CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL SERMÓN
  • 13. Diap 13 Se especializaba en montaje de industrias y maquinarias. Disfrutaba viendo levantarse los galpones, sus estructuras metálicas, techos, instalaciones, colocar las maquinarias, ver que tomaban vida y funcionaban correctamente. Pero luego, al finalizar eso, cuando todo actuaba bajo estándares y producción, él volvía a ser un mecánico, un ajustador... Un hombre bueno, más pendiente que las cosas marcharan bien que del aprecio de los directores. Ayer lo despidieron. Lo llamaron y le dijeron lo que se acostumbra: Que estaban obligados a reducir personal. Que agradecían todo lo que había hecho. Que las puertas siempre estarían abiertas para él... y le dieron un cheque. Y él aceptó las palabras con una sonrisa forzada. Pero no le dijeron que ya no era necesario, que ya no les agradaba, que ya tenían alguien más simpático para sustituirlo. Ayer despidieron a un compañero. No era un amigo ni un pariente ni un hermano. Sólo era un compañero. Alguien que por años entró y salió de la empresa junto con nosotros, que compartió el mismo horario, que dio su trabajo junto con el de los demás. También compartía las charlas diarias de sobremesa y el rato de reunión los viernes de tardes. Allí nos contaba de su juventud, de sus andanzas en bicicleta por los caminos. Era un hombre que tenía una sonrisa natural en su rostro, quizás fuese por las arrugas formadas por el viento de aquellos años cuando iba inclinado sobre el manubrio. Ayer lo despidieron. Había encanecido. Tenía muchos años haciendo cosas. Se sentía orgulloso de ello. Sabía lo que hacía. Era un trabajador más. Un compañero. EL DESPEDIDO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 3 EL DESPEDIDO Era un hombre bueno que quería a las bicicletas y a la gente... ¡qué más decir! (A mi compañero Hontoria.)
  • 14. Diap 14 Mañana tendrá que pedir permiso para ir por el camino que él tantas veces hizo andando. Y no pasará de la recepción, los demás están trabajando y él puede molestar. Ayer lo despidieron. Y hubo comentarios. ¿Por qué no se fue enseguida? Que se veía triste. ¿Cómo no va a estar triste quien se sentía parte de algo, y ese algo lo aparta? Le tenemos lástima y deberíamos tenerla de nosotros. Él ya es él. Nosotros somos empleados y sólo tenemos un empleo. Que, como una ilusión, un día acabará. Ayer salió del escenario, ya no actuará más... los papeles son pocos y sobran actores. Y, con el tiempo, sin saber en que acto, otros también dejaremos de actuar. Y en la vida, como en el teatro, hay que saber retirarse con dignidad. Ayer despidieron a un compañero. Y no se fue enseguida... porque le faltaba la bicicleta de su juventud. ...oo0oo... Ayer lo despidieron. Los demás esbozamos una triste sonrisa cuando vino a saludar para irse. Le respondimos con algo de temor de que nos viesen hablando con él. Ya se conocía quien era el otro que iba a sustituirlo. No sabía de montaje ni de maquinarias. Pero era agradable con los jefes, y los dejaba creyendo ser superiores. En cierta ocasión, como en otras, el viejo compañero rebatió a un director indicándole la imposibilidad de lo que exigía. El jefe se fue molesto. Y el otro le dijo: –Tú eres tonto. Nunca los contradigas. Yo siempre les digo lo que ellos desean oír... y luego hago lo que quiero. Los demás nos miramos... Y ése fue quien lo sustituyó. Ayer despidieron a un compañero. Ya hablamos de él en pasado. Él trabajaba, nosotros trabajamos. Él hizo, nosotros hacemos. Él era, nosotros somos. Ayer lo despidieron. Se lo dijeron en la mañana, pero él se quedó hasta terminar la jornada. Hay gente así. EL DESPEDIDO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL DESPEDIDO
  • 15. Diap 15 Un hombre se detiene, la mano prolija entra en el bolsillo del saco planchado. Se abren dos manos. Una pequeña, ansiosa de recibir. Otra grande, fría de dar. Se abren y la moneda cae... La mano pequeña baja, pero un zapato le gana en su intento y la moneda queda ahí, aplastada contra la vereda. Vereda que ve una manita abierta, unos ojos implorantes, y escucha una suave vocecita chillona de tristeza: "¡Démela, señor!". ¿Señor?... Sólo es un pobre hombre que, apoyado sobre un vintén, se siente dueño del pedido de un niño. Levanta el pie; se cree benevolente, orgulloso, gran señor, señor importante de un vintén... Y la manita baja y se aferra a la vereda. Esquina de la ciudad. Esquina de barrio. La vereda que dobla porque la calle la va a pisar. Un hombre de papel y ropa vieja mira con ojos pintados la barra de chiquilines que, de fuego lo van a llenar. "Un vintén p'al Juda"... Miserere de Navidad, botijas sucios, limpios, dientudos, flacos, gordos, pelados, peinados con gomina; pero todos, por todas partes se ponen frente al hombre con su oración: "Un vintén p'al Juda"... Y el hombre–ficción se los quita de encima con una moneda. Compra su camino con un vintén, sin acordarse que él también quemó un Judas en su niñez. Sin saber, en ese entonces, que luego él sería un Judas de carne en el juego de la sociedad. Un niño corre... pantalones rotos, pecoso, sonrisa amplia, mezcla de cachada y simpatía. EL VINTÉN CAÍDO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 04 EL VINTÉN CAÍDO
  • 16. Diap 16 Llenaba la felicidad diaria de un botija. Satisfacía la necesidad de ayuda de cualquier mayor. Era el precio de hacerle el mandado a una vecina. O de ir a buscar algo al almacén de la esquina. Pero, con él se podía comprar uno de esos hermosos bochones de vidrio para jugar a la bolita. O un chocolatín con figuritas que nos hacían ver en colores los que nos contaban nuestros padres de Europa. Fue una moneda extraordinariamente importante. El medio era una moneda que usaban los muchachos mayores. Y el real sólo lo usaban nuestros padres. Pero el vintén no tuvo precio. Acaso... ¿Se puede comprar la infancia? ...oo0oo... Esa vereda de la ciudad que quisiera subir una baldosa hasta los ojos del hombre y mostrarle, en el polvo, su niñez. Esa vereda que quisiera parar el muñeco de trapo y acostar el al muñeco de carne. Aquél tiene el alma de los niños. Éste ha perdido la suya. Y el niño corre feliz, contento; mientras el Juda ve alejarse un zapato que aún lleva la marca de un vintén. ...oo0oo... Año 1955 * EL VINTÉN. El vintén fue una moneda de dos centésimos, en la época entre los años 1930 y 1940 que los botijas tuvieron la suerte de vivir en la Suiza de América, o sea en el Uruguay. El vintén fue una moneda ideal. Pequeña para un hombre, grande para un niño. Suficiente para comprar algo. Poco para sentirse rico. Despreciable para guardarla. Algo fuerte para no hacerlo. EL VINTÉN CAÍDO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL VINTÉN CAÍDO Imágenes de un vintén años 1938 Y 1943
  • 17. Diap 17 Cruento y feroz fue el primer encuentro, tanto que Aníbal perdió en ella uno de sus mejores lugartenientes. En esos momentos urgía sustituirlo. Había visto que un soldado, llamado Drábalo, se destacaba en la lucha por su valentía y que los demás compañeros iban tras él. Le dio el mando de una sección explicando la maniobra a realizar. Repetirían la táctica efectuada en Cannas, donde con la caballería habían envuelto a las fuerzas romanas, triunfando y destrozándolas por completo. Se lanzaron al ataque y en principio pareció que el triunfo nuevamente estaba de su lado, pero Escipión descubrió la estrategia y desplegó sus tropas haciéndolas rechazar los rápidos movimientos de los cartagineses. Pronto se observó que la victoria pasaría al bando de los romanos. Aníbal vio que la división al mando de Drábalo se desorganizaba, llevando la confusión a toda la tropa. Cuando los ejércitos romanos de Escipión se enfrentaron en Zama con las improvisadas legiones cartaginesas de Aníbal, fue el encuentro de dos ejércitos diferentes. Las tropas de Roma contaban con suministros, armas, un jefe brillante y eran formadas por soldados aguerridos. Pero, lo mejor era que tenían dos grandes motivos para luchar: su orgullo de ser romanos y el deseo de vengar las derrotas sufridas en mano de los púnicos. En cambio, las huestes cartaginesas estaban integradas por los habitantes de la ciudad convertidos de improviso en combatientes. Los pocos soldados expertos eran los que quedaban de sus luchas anteriores con los romanos. Tenían a su favor, también dos cosas: estaban luchando por su propia tierra y bajo las órdenes del mejor estratega. EL SOLDADO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 05 EL SOLDADO No siempre el más capacitado es el mejor.
  • 18. Diap 18 Aníbal tuvo que huir, pasando por diferentes cortes extranjeras y siempre perseguido por los romanos que en todas partes exigían su entrega. Los soberanos le permitían fugar antes de hacerlo, pero finalmente el rey de Bitinia cedió. Cuando Aníbal se vio cercado por los soldados, bebió el veneno que llevaba consigo. En el año 146 a. c. Roma destruyó por completo a Cartago. De aquella ciudad sólo quedan cenizas. Pero Aníbal siempre será recordado como un gran estratega, el general que más temió Roma. La historia sería distinta si hubiese ganado la batalla en Zama. Y aún se repiten sus palabras por la muerte de Drábalo luego de haberlo promovido de soldado a teniente: –Se perdió un gran soldado... y no su ganó un gran jefe. ...oo0oo... Y el ejército de Aníbal fue derrotado. Cuando vinieron a comunicarle que Drábalo había muerte valientemente, luchando hasta el último aliento, rodeado de romanos, Aníbal murmuró con tristeza: –Se perdió un gran soldado... y no su ganó un gran jefe. :::::: Los romanos impusieron un humillante tratado de paz a Cartago, y los cartagineses lo tuvieron que aceptar para que no destruyesen su ciudad. Pero Aníbal era demasiado grande para retirarse a recordar sus hechos militares, como cuando cruzó con sus elefantes los Alpes y perdió un ojo en Etruria. En pocos años ordenó su país y le dio nuevamente prosperidad. Los romanos, temerosos de su pericia, pidieron que les entregaran el tuerto general. EL SOLDADO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL SOLDADO
  • 19. Diap 19 Los lobeznos terminaron por apretujarse contra su madre y, con pequeños quejidos, lamer sus heridas. Pero allí también se arrojó su cruel hermano a morderlos. La loba tomó la cabeza del cachorro entre sus fauces, lo sacudió quebrando su cuello y, como si fuese una presa, lo mantuvo hasta sentirlo muerto. Luego, lo arrojó a un lado. A continuación, lamió a sus otros lobeznos con ternura. Al llegar el lobo, el padre, éste regurgitó la cacería, con lo cual los lobeznos y la loba se alimentaron. El macho miró a la hembra, olfateó al cachorro muerto, lo tomó entre sus dientes y lo sacó de la madriguera. Al volver, todos jugaron y se lamieron. Parecía que el cachorro feroz nunca hubiera existido. Hacía varios días que la loba había tenido su camada. Los lobeznos comenzaban a retozar alrededor de ella, empujándose entre si, disputando las ubres, compitiendo en incruentas escaramuzas. Un cachorro había salido feroz y mordía a sus hermanos, revolcándolos continuamente por la tierra. Éstos, en principio siguieron lo que parecía ser un juego pero, al sentirse lastimados buscaron refugio en su madre. La loba gruñó y, tomando al cachorro con su boca, lo alejó de los demás lobeznos, los cuales tornaron a jugar. El cachorro feroz varias veces volvió a atacarlos, ellos a buscar protección, y la escena de apartarlo se repitió. LA LOBA CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 06 LA LOBA La naturaleza es sabia, el hombre ignorante.
  • 20. Diap 20 Y él habría llegado a ser un líder cruel. Porque nuestra sociedad es civilizada... Y la de la loba, salvaje. :::::: Si se duda de la diferencia, basta con realizar un paseo por las comisarías, los cuarteles, las cárceles, las gerencias, los latifundios, las grandes industrias, tiendas y comercios, por cualquier lugar donde haya mandones y mandados. O mirar la historia desde las primeras tribus hasta los actuales gobiernos, desde los babilónicos, egipcios, romanos, chinos, hindúes, africanos, asiáticos, americanos, por los países, imperios, por cualquier época donde haya caudillos y esclavizados, dirigentes y dirigidos. Y encontraremos que ya sea por miedo, por comodidad, por afecto a sus criaturas, por dejarlos llegar a ser líderes, los primeros abusan y lastiman a los segundos. Y siempre veremos que falta la actitud de la loba. ...oo0oo... Éste es un hecho verídico observado en la naturaleza. Si en lugar de haber ocurrido en un clan de animales, eso hubiera pasado en nuestra colectividad humana... ¿Qué habría sucedido y cual hubiese sido el resultado? La madre seguiría con sus gruñidos, siempre poniéndolo de lado, y lamiendo cada tanto a las crías maltratadas. El padre regresaría cada tarde para entregar el alimento diario, satisfecho al ver que la camada estaba completa. El colectividad protegería al cachorro, tan solo porque es un cachorro más. Y… el cachorro continuaría hiriendo y abusando de sus hermanos. Los otros hubieran crecido para terminar siendo animales sumisos que siempre estarían lastimados. Aquellos que se hubiesen rebelado, serían los que estuviesen muertos. LA LOBA CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LA LOBA
  • 21. Diap 21 El civilizado conquistador extranjero había estado por un corto rato hablando con un salvaje aborigen primitivo. Tres cualidades que caracterizan a los naturales nativos y que no necesitan separarse. Tres cualidades perdidas por el civilizado conquistador extranjero y que para él deben separarse. Luego de estar hablando, el extraño forastero hizo un pequeño círculo alrededor del natural nativo. Y, señalándolo, con sonrisa compasiva, dijo: –Estás parado sobre lo que tú conoces... Nada respondió el salvaje aborigen primitivo, observó el pequeño círculo y siguió mirando con sus ojos inocentes. Cuenta la leyenda, y dicen que todos los cuentos tienen algo de realidad... Mejor sería decir que la realidad está formada por la suma de leyendas y cuentos que oímos y narramos en nuestra vida. Leyendas con las cuales tratamos de justificar los sucesos de nuestra existencia y darle valor a los pensamientos que creemos deberían ser ideales de la convivencia. Estamos en un juego de palabras: Pensamientos, ideales. Convivencia, realidad. Pero, no divaguemos en lo harto conocido cotidiano y volvamos a nuestra leyenda. Cuenta que un día, un civilizado conquistador extranjero... Es necesario hacer una mejor puntuación: extranjero, conquistador, civilizado, y lleno de vanidad. LA LEYENDA CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 07 LA LEYENDA Sólo sé que no sé nada. (Sócrates) Basado en una leyenda de Polinesia
  • 22. Diap 22 Desde allí la vista se perdía en el horizonte, y el horizonte era un enorme círculo concéntrico. Con su mirada mansa, miró el salvaje aborigen primitivo al civilizado conquistador extranjero. Luego miró el círculo concéntrico del horizonte. Y, señalándolo, con sonrisa serena, dijo: –Estamos parados sobre lo que los dos desconocemos... Cuenta la leyenda... Y todos los cuentos tienen algo de realidad. ...oo0oo... Mayo de 2001 El extraño forastero se alejó muchos, muchos y muchos pasos del natural nativo, e hizo otro gran círculo concéntrico, colocándose él dentro el mismo. Y, señalándolo, con sonrisa desdeñosa, dijo: –Estoy parado sobre lo que yo conozco... Nuevamente nada respondió el natural nativo, y observó con asombro el gran círculo. Pero, con ojos mansos y una mirada llena de simplicidad, el salvaje aborigen primitivo indicó al extraño forastero que le siguiera. Caminaron, caminaron y caminaron... y en la distancia el pequeño y el gran círculo se confundieron. Caminaron hasta llegar a una elevación, y subieron a la cima de ésta. LA LEYENDA CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LA LEYENDA
  • 23. Diap 23 Hay veces que la gente cree sus propias mentiras. Y hay veces que se cansa de tanto oírlas repetir. :::::: Resultaba incompresible que fuese candidato. No era político, ni sindicalista, ni abogado, ni médico. Tampoco empresario, hacendado, o comerciante. Menos, revolucionario, militar, o de las fuerzas públicas. Nunca fue escritor, periodista, ni actor o cantante. Sus cualidades no parecían ser de ése ni de ningún país. Era honrado, humilde, desinteresado, justo y humano. Buen esposo, buen padre, amigo y buen trabajador. Respetuoso, comprensivo, amplio, recto e irreprochable. Siempre servicial, íntegro, sensato, sencillo y carpintero. . Fueron unas elecciones atípicas en un país típico. El país era uno de los tantos donde existen criminalidad, robos, corrupción, influencias, explotación, holgazanería, injusticias, venalidad, vicios, etc. O sea: Una nación más. Una nación más con otro pueblo más que protestaba por esas anormalidades, pero que hacía uso de ellas cada vez que las necesitaba para su personal aprovechamiento. Los políticos y gobernantes se alternaban, o se sucedían, sin que se modificase el sistema, aunque en cada elección prometían acabar con él, y los habitantes volvían a votar sabiendo que eran las falacias de siempre. Ese estado llevaba décadas viviendo así. Sus dirigentes creían que era lo normal, que cualquier cambio atentaba contra la nación y provocaba una desestabilización EL GOBERNADOR CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 08 EL GOBERNADOR Cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Y cada mujer, el marido que buscó. (Las Mil y Una Carigiadas... )
  • 24. Diap 24 Allí la caterva de edecanes, oficiales militares, ministros, políticos, empresarios, comunicadores, y demás alcahuetes aduladores, lo rodearon separándolo del pueblo. El gobernador se libró de ellos y volvió con la gente. Fue hasta la plaza, y allí, bajo la efigie del héroe nacional, sacó un pequeño papel y dijo su programa de gobierno: No mataremos. Respetaremos. No codiciaremos. Comprenderemos. No robaremos. Trabajaremos. No mentiremos. Comunicaremos. No abusaremos. . Ayudaremos. No ocultaremos. . Escucharemos. No haremos lo que no queremos que nos hagan. Lo que sea para nosotros, será igual para los demás. Muchas veces comentaba que se podía y se debía acabar con la situación de en que se estaba viviendo. Que era cuestión de tener la voluntad de hacerlo y que todos unidos lo podrían lograr. Un día, un poco en broma y un poco en serio, lo subieron a un estrado del cual se había ido el marrullero de turno y se estaba yendo el público. Y él simplemente dijo que si lo votaban lo único que prometía era hacer cumplir las leyes y que se respetasen las personas. A la gente le gustó su forma simple de hablar y lo propusieron como gobernador. Los políticos rivales desesperaban viendo que a pesar de los gastos publicitarios en que incurrían, cada vez el carpintero tenía más seguidores. El resultado fue aplastante: Noventa y seis por ciento de los ciudadanos votaron. Setenta y nueve por ciento votó por el carpintero. Lo llevaron en andas hasta la gobernación. EL GOBERNADOR CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL GOBERNADOR
  • 25. Diap 25 Y daban vivas a cualquier cosa. Entraron al palacio de gobierno. El gobernador estaba solo, todos lo habían abandonado. Algunos de sus antiguos colaboradores se encontraban entre la plebe que le gritaba. Lo golpearon salvajemente. Luego lo tiraron por el balcón. Al caer, ya agonizante, otros lo agarraron arrastrándolo hasta la plaza, Cuando llegaron al pie del monumento al héroe nacional, estaba muerto. Lo abandonaron allí. En ese momento volvieron a aparecer los viejos políticos, los demagogos conocidos, los dirigentes de antes. De inmediato se improvisaron tribunas, y el pueblo volvió a oírlos, embelesado, gritando vítores y consignas. Con tal programa, al gobernador lo que más le costó fue lograr un equipo de colaboradores. Pero, lo consiguió. Pasaron los meses y, contra todas las oposiciones, el programa fue avanzando. Al cumplirse un año, se había terminado la corrupción, los delitos desaparecieron, la justicia y el respeto reinaban. Las personas solucionaban sus problemas, había paz, seguridad, trabajo. Todos tenían acceso a los estudios, a la superación, se triunfaba por mérito y capacidad propia. Sin embargo, antes de llegar al segundo año, el pueblo se levantó en revolución. La gente invadió las calles gritando desaforada. Pedían que se fuera el gobernador. Que se fuera ese carpintero. Que necesitaban otro gobernante. EL GOBERNADOR CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL GOBERNADOR
  • 26. Diap 26 :::::: A los sicólogos les gusta averiguar las causas normales de los sucesos anormales. Por eso, realizaron una encuesta general para averiguar la opinión del público sobre el gobierno del carpintero y saber la causa de la revuelta: Setenta y nueve por ciento de los ciudadanos respondió. Noventa y seis por ciento de ellos dijeron lo mismo. Los resultados fueron aplastantes: El gobierno había sido perfecto. El pueblo estaba aburrido. :::::: Y aquel gobernador fue olvidado. ...oo0oo... Abril, 1999 Allí mismo, por aclamación popular, se eligió un nuevo gobernador y se distribuyeron los viejos cargos. No importaba quien se nombrase, todos eran iguales, todos se conocían, todos eran ovacionados por la gente. Al día siguiente se había vuelto a la normalidad. O sea: al sistema de antes, el de siempre. El país volvió a ser uno de los tantos donde existen robos, criminalidad, corrupción, influencias, explotación, injusticias, venalidad, engaños, holgazanería, vicios, etc. El pueblo volvió a ser otro pueblo más que protestaba por esas anormalidades, pero que hacía uso de ellas cada vez que las necesitaba para su personal aprovechamiento. Una nación más. EL GOBERNADOR CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL GOBERNADOR
  • 27. Diap 27 En premio a ello, Colón agregó a su nombre un epíteto por su fidelidad y lugar de nacimiento, una pequeña aldea. Llamóse entonces: José Romero, el Fidel de Castrojeriz. El Fidel debe haberle pedido al capitán algo más que un resonante título pero sin valor efectivo. Sus descendientes guardaban un resquebrajado folio donde le son otorgadas las tierras a 120 millas del puerto que ambos eligieran y que él pudiese circundar con el arado en una jornada. Con Colón eligieron el puerto, pero esa vez José el Fidel no se adentró, ya que los indios no eran pacíficos. Años después hizo valer sus derechos y, luego de luchar junto a Velázquez contra el cacique Hatuey, estableció su fundo. José el Fidel vislumbró el porvenir en la plantación del cojibá, como llamaban los indios esa planta, de cuyas hojas hacían un rollo que le decían tabaco, y el cual fumaban. En Cuba, a 120 millas antiguas de donde recaló Colón en su segundo viaje, nace un largo camino de palmas reales. Camino que finaliza en el villorrio Crucero de Castrojeriz y en cuya plaza central existe una capilla construida en 1523. De ese pueblito salen otras carreteras y senderos que se internan en las diferentes plantaciones de piñas, café, cacao y verduras. También subsisten algunas de tabaco. Una, guarda el paso de casi cinco siglos de historia. Es la heredad de los Castrojeriz, donde viven Fidel y Félix, decimoctava generación de primer Fidel que se asentó allí. Aquel progenitor se llamaba en realidad José Romero y era un joven y pobre marinero que se ofreció para ese viaje incierto que iba a hacer un visionario de nombre Colón. Pero algo se le contagió del Almirante y fue uno de los pocos tripulantes que se mantuvo a su lado cuando los demás se sublevaron queriendo volver a España. LOS HABANOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 09 LOS HABANOS Muchas veces hacer más, es hacer peor.
  • 28. Lo único que mantuvieron incólume fue que el primogénito se llamase Fidel y el orgullo hacia la calidad de sus cigarros. A mediados del siglo veinte sólo les quedaban pocas hectáreas de plantación adyacentes a los galpones y a la casona, donde los dos hermanos Castrojeriz subsistían con una sencillez que los confundía entre sus escasos peones. Junto a ellos sembraban las minúsculas semillas en los almácigos y, cuando las matas llegaban a menos de una palma, las transplantaban a los surcos en los terrenos. Surcos que hacían con arados de madera para que no los contaminase ningún residuo de hierro. Y, siguiendo la tradición de su antecesor, rotaban y acondicionaban la tierra con arenas, arcillas, mantillo y abonos naturales. También los Castrojeriz eran los que seleccionaban en las sementeras las plantas que serían dejadas florecer dando las semillas para la próxima siembra, ellas crecerían en una ladera y bajo la sombra de vetustos árboles. Diap 28 Ese fue origen de riqueza y de un vicio de la humanidad. A través de esas quince generaciones pasó la época de la conquista, las luchas con los aborígenes, su explotación, el colonialismo, la esclavitud de los negros, los piratas, revoluciones, guerras, independencia y la república. El nombre Romero desapareció en poco tiempo, al igual que los indios siboney, los taínos y los caribes. Y el nuevo de Castrojeriz quedó, incluso para designar el lugar. Surgieron nuevos cultivos como la caña de azúcar, el cacao, el maíz, el mango y el café que, al igual que los esclavos africanos, se enraizaron en esa tierra formando especies hermosas junto a los originarios jagüey y palma. Los descendientes de aquel Fidel fueron como todos los herederos de conquistadores y pioneros: algunos tuvieron espíritu de progreso, otros dilapidaron la heredad, unos fueron conservadores y otros revolucionarios. LOS HABANOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LOS HABANOS
  • 29. Diap 29 En ningún caso permitían el uso de instrumentos de hierro o acero, ni aglutinantes. Los cigarros fabricados por sus empleados se vendían en la tabaquerías con la marca "Crucero" en cajas de pino, siendo hechos con la cosecha envejecida un año. Había otros que los hacían personalmente Fidel y Félix con sus familiares, de hojas seleccionadas por ellos, envejecidas mínimo tres años, e iban en estuches de roble. Tenían un cintillo con el nombre "Castrojeriz" bajo una carabela. Éstos eran buscados por los fumadores selectos. :::::: Ambos hermanos tenían un hijo y una hija. Los de Fidel habían estudiado y graduado en La Habana. Pero Félix envió los suyos a prepararse en Estados Unidos. El joven Félix recorrió Virginia, volviendo del norte con un "master" y admirando los procesos acelerados. A las sembradas en los surcos las dejaban desarrollar bajo el velo de delgadas telas de algodón hasta tener cuatro pies y, antes de la floración, les quitaban la yema terminal y los botones para obtener así hojas grandes. Otros cultivadores cortaban toda la planta al llegar a los dos meses, pero los Castrojeriz iban sacando las hojas una a una y a medida que estaban listas para su recolección. Las juntaban en racimos, secándolos en los galpones colgando en largos palos. Allí controlaban la entrada de aire, la humedad y, de tanto en tanto, encendían hogueras con hierbas traídas de las sierras. A los seis semanas suspendían esto y, como las hojas estaban quebradizas, las dejaban absorber algo de humedad para manipularlas. Después, con viejos expertos, las clasificaban ya fuesen para la parte interna, para el capillo, o para la capa. Siendo los únicos que despalillaban las hojas hasta para la tripa. Las apilaban y, luego de dejarlas envejecer, se pasaba a la elaboración de los habanos. LOS HABANOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LOS HABANOS
  • 30. Diap 30 Al cerrar el trimestre, el viejo Fidel, viendo el resultado, observó la ruma de telegramas pidiendo más remesas, miró a su hijo y le dijo que enviara un cable a su tío. El joven sonrió afirmativamente y, luego de hacerlo, tomó la pila de papeles, fue hasta los galpones, apagó las tuberías de vapor, encendió una hoguera con las hierbas de la sierra y arrojó en ella los pedidos. Cuentan que los cigarros hechos con el tabaco que se estaba secando en ese momento, fue imposible fumarlos. ¿Qué decía el telegrama?... "Somos la decimoctava generación de José Romero, el Fidel de Castrojeriz. Si sigues vendiendo, seremos la última. Vuelve, cuanto más vendemos más perdemos" :::::: Es que no siempre haciendo más se obtiene lo mejor. ...oo0oo... Sólo pudo convencer a su tío de ampliar el mercado de ventas, y lo aceptó a regañadientes, llevando los habanos "Castrojeriz" a las capitales europeas y americanas. Fidel y su hijo dejaron que los dos Félix, padre e hijo, se encargaran de eso, mientras ellos continuaban al cuidado del fundo y la entrega de los pedidos. La demanda fue extraordinaria, cada semana llegaban más telegramas donde los dos Félix les urgían más envíos. Y el joven Fidel, prácticamente obligando a su padre, tuvo que colocar tuberías de vapor, usar instrumentos modernos, contratar más personas, adquirir maquinarias. Lógicamente para esto necesitaron préstamos bancarios, más pagos por beneficios sociales, comisiones a empresas exportadoras, mayores impuestos y servicios de terceros. Cuando cerraron el balance del primer mes, quedaron preocupados, pero el optimismo de los Félix, los animó. LOS HABANOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LOS HABANOS
  • 31. Diap 31 Era el momento que el cura, el sacristán, los feligreses de la misa de nueve, los empleados del municipio, y el policía habían estado esperando. Una nube de palomas lo rodeaba, desapareciendo el hombre dentro de la misma. Se deducía que él se paraba y se movía unos pasos, porque la agitada nube avanzaba. De pronto, entre las aves surgía una mano que regaba un montón de granos sobre las baldosas de la plaza. Instantáneamente se producía el milagro. El hombre quedaba solo, de pie, rodeado por una alfombra viviente de palomas de todos los colores, sexos y tamaños, que se desplazaban en pequeños círculos, entre arrullos y gestos de predomino, mientras picoteaban e iban engullendo. Pero era una paz muy corta. En seguida se levantaban las más voraces dirigiéndose volando hacia él, obligándolo a arrojar nuevos puñados de granos. Llegaba a la plaza a las ocho y media. Era tan puntual que el sacristán de la iglesia, al verlo, tocaba las campanas para la misa de nueve. Su llegada era precedida por la agitación de las palomas que se volaban yendo de árbol en árbol o elevándose hacia el cielo como queriéndolo ver desde lejos. Y él aparecía. Cruzaba la calle e iba adentrándose en la plaza sonriendo, rodeado de las aves que se subían a sus hombros, a su gorra, a su morral, revoloteando sin cesar y disputándose el derecho de estar sobre él. Se sentaba en un banco frente a la estatua, de tal forma que le quedaba a un lado la iglesia y al otro la casa municipal. Se sacaba el morral y lo abría. COLOMBO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 10 COLOMBO En todas las plazas hay palomas, y siempre alguien les da de comer...
  • 32. Diap 32 A mediodía el sacristán tocaba doce campanadas, el cura se servía el vino, los empleados del municipio salían contentos de haber encontrado la hora del almuerzo, el policía entraba en el hotel de la esquina, Colombo arrojaba unos puñados de granos, se sentaba y, sacando un recipiente y una botella de su morral, almorzaba. Luego todos dormitaban, el cura y el sacristán en la iglesia, los empleados en el municipio, las palomas en los árboles, el policía en un banco y Colombo en otro. En el atardecer las horas eran de más entretenimiento, venían los turistas a mirar, los niños a los juegos, los enamorados a los bancos y las viejas a rezar el rosario. Colombo vendía sus pequeños vasos con granos, curaba algún pichón lastimado, limpiaba los picos con moquillo, y daba de comer a aquellas aves que, expulsadas por sus compañeras, eran repelidas y picoteadas por éstas. Cuando el hombre consideraba que ya era suficiente, sacaba una pipa colocándola en su boca.Todos parecían entender la señal, las aves comenzaban a volver hacia los árboles, los postes, los cables, o sus nidos. El cura entraba a dar su misa, el policía tornaba a su ronda alrededor de la plaza, y los empleados municipales iban a buscar entre las carpetas la hora del almuerzo. Nadie sabía su nombre verdadero. Algunos le decían el palomero. Otros, el de las palomas. Y la mayoría, Colombo. :::::: Siempre quedaban palomas caminado por la plaza, eran las más experimentadas y por ende las más gordas. Sabían que la comida y el espectáculo no habían acabado. Durante el día vendrían los niños, los turistas, y hasta los del lugar, quienes comprarían a Colombo un puñado de granos para arrojarlos y divertirse viendo como las aves los rodeaban volando, o sacarse fotografías con ellas encima. COLOMBO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE COLOMBO
  • 33. Diap 33 Puso cara de disgusto cuando Colombo efectuó su espectáculo matinal, pero lo aceptó al ver que el sacerdote, los empleados y el público miraba eso con una sonrisa. A mediodía fue a una fonda, volviendo con un bocadillo y una botella de agua. Se sentó frente a Colombo y comió ese frugal almuerzo. Fue el único que no dormitó la siesta. En el atardecer, cuando Colombo, luego del espectáculo vespertino, ya se marchaba seguido como siempre por varias palomas, el joven policía lo acompañó. Los dos habían cumplido su jornada y sus funciones. Al llegar a la esquina, vio que algo se movía dentro del morral de Colombo. Le ordenó que se detuviese y mostrara el contenido del saco, el hombre protestó, con lo cual la actitud del agente se endureció más. Estaban rodeados por los empleados, por la gente, por los turistas, hasta el sacristán y el cura se habían acercado. Tomaba el morral, se dirigía el centro de la plaza y las palomas nuevamente formaban una nube alrededor de él. Y otra vez todos disfrutaban de un espectáculo igual al de la mañana. Luego se echaba el morral al hombro y se marchaba atravesando por los senderos. Los empleados se iban para sus casas, el policía entraba al hotel, las aves volvían a sus nidos, el sacristán tocaba a ángelus, el cura escuchaba en el confesionario, y algunas palomas acompañaban a Colombo hasta la esquina picoteándole la mochila. :::::: Esa mañana faltó el policía de siempre. En su lugar vino uno más joven, al cual se le notaba el desconocimiento de las costumbres y la rectitud del novato . No sólo hacía la ronda alrededor de la plaza, sino que la atravesaba por las diagonales, iba por los senderos y miraba a las personas en los bancos o que transitaban. COLOMBO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE COLOMBO
  • 34. Diap 34 Como el hacendado, como el granjero, como el patrón. Lo dejaron libre, no es ningún delito matar palomas. Y Colombo se fue. :::::: Ahora el sacristán observa el reloj para llamar a misa de nueve. Los empleados entran al municipio sin mirar la plaza. El policía hace su ronda aburrido. Los turistas compran los granos en un puesto de la esquina. Algunas veces las palomas revolotean formando nubes. Lo hacen por hábito, aunque no haya nadie adentro. Colombo nunca volvió. Dicen que se fue para otra ciudad... en otra plaza... con otras palomas... ...oo0oo... Marzo, 1999 El policía abrió el morral. De él sacó dos palomas muertas y una que aún temblaba en convulsiones agónicas. La indignación del público no se hizo esperar. El representante de la ley se interpuso, dando protección al hombre y llevándolo para la comisaría. Allí, Colombo dijo estar sorprendido por la conmoción creada respecto a las tres palomas y que las llevaba diariamente. Que esa cantidad era para su sustento, retribución normal por estar pendiente de ellas y dar sus servicios a la gente. Que él mantenía, alimentaba y cuidaba a las palomas. Como el hacendado con su ganado. Como el granjero con sus animales. Como el patrón con su corral. Que nunca eliminaba las fuertes, las jóvenes, o las que tuviesen pichones Que sólo sacrificaba las viejas, las enfermas, o las débiles. COLOMBO CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE COLOMBO
  • 35. Diap 35 Repartidores de leche y del mercado. Vendedores. Todos llegaban hasta la puerta de la casa. Pero, ninguno jamás pasó. El rostro severo de la mujer los frenaba en la acera. Logicamente les dijeron el señor Andros y la señora Giné. No por respeto sino por el aislamiento. Nadie sabía nada de ellos. Y ellos no querían saber nada de nadie. Un día, el hombre no fue a su desconocido trabajo. La siguiente mañana apareció en el balcón con la mujer. Ella tenía en sus brazos una criatura. Había tenido su hijo. Extrañó que no hubiese venido ningún médico, ni partera para asistirla en el parto. Pero, la gente del lugar lo tomó como otra de las peculiaridades de esa pareja. Los vecinos se acercaron para conocer el bebé. El padre seguía adusto, la madre sólo dijo que se llamaría Anex. Y, sin mostrarlo, cerrando postigos, volvieron a su claustro. Era una pareja de personas maduras, o sea que rondaban los cuarenta años. Y, el embarazo de ella estaba avanzado. Compraron una casa típica en una zona suburbana de clase media: Sencilla, sin jardín, de un piso, una puerta y un balconcito al frente. Una vivienda como otras más. Tanto el hombre como la mujer resultaron ser muy parcos. El vecindario sólo pudo aprender sus nombres, el apellido no fue posible repetir por su difícil pronunciación. Él se llamaba Andros, un introspectivo y formal señor que marchaba temprano a su trabajo y volvía anocheciendo. Los días festivos lo pasaba con su señora, sin ir a ningún lado. El nombre de ella era Giné, seria, de pocas palabras, sólo salía para ir al almacén de la esquina. Y, aún eso lo dejó de hacer. Apenas tuvo teléfono, efectuaba el pedido por éste. UNIÓN CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 11 UNIÓN Sólo estamos unidos a un ser: a nuestra madre. Y por pocos meses. (Las Mil y Una Carigiadas..)
  • 36. Diap 36 Jamás iban a ningún lado, ni siquiera a un parque. Su vida y su mundo estaban tras los muros de esa casa. Pero, los años seguían y con el ellos el crecimiento del niño. Llegó el momento que debía ir a la escuela. La señora sacó a relucir un viejo diploma de maestra y, gracias a las influencias de su ex- esposo, Andros, logró que Anex pudiese recibir clases dadas por ella... ¡ Sin salir de la casa! Se supo que habían aducido una extraña enfermedad del niño. Que sufría de agorafobia congénita. A los vecinos les pareció un invento, nunca habían visto entrar un médico por esa puerta ni visitar la mujer o el niño a un doctor. Y así, Anex vivió su infancia junto a su progenitora. Sin conocer otras personas, sin salir a la calle. Viendo el mundo exterior desde el entornado balcón, con su madre a poca distancia de él... teniéndolo siempre unido a ella. Ningún cambio trajo el niño. Por lo contrario, se acentuó el aislamiento. Giné y Andros dejaron de saludar a todos. El hombre, aún más hosco, iba y volvía sin mirar a nadie. Y la mujer, las raras ocasiones que se asomaba a la puerta o al balcón, siempre tenía el hijo en brazos, unido a ella. A las cuatro semanas de nacer Anex, su padre Andros se marchó del hogar. A partir de allí aparecía cada fin de mes y, sin entrar a la casa, entregaba un sobre a la mujer. El tiempo pasó, y el bebé se hizo niño. Su madre fue la única que lo vio crecer. Nadie más pudo observarlo de cerca. Las pocas veces que Anex aparecía tras la puerta o los postigos del balcón, estaba junto a él la figura de Giné. Nunca salía a la acera, nunca compartía con otros niños, y nunca estaba solo. Continuamente tenía su madre tomándolo de la mano, llevándolo pegado a ella. Ropa, comida, juguetes, todo era pedido por la señora y por teléfono. Y recibido en la entreabierta puerta por Giné con Anex, quien parecía hacer parte de su progenitora. UNIÓN CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE UNIÓN
  • 37. Diap 37 En su lugar venía un apoderado a entregar el sobre mensual... y nunca pasaba de la puerta. También se dedujo que la señora Giné había enfermado. Un anochecer trajeron una silla de ruedas. Fue dejada a la entrada de la casa... y en la penumbra desapareció. Desde entonces, en las raras ocasiones que atendían a alguien entreabriendo la puerta o el balcón, se notaba la ya anciana mujer en la silla rodante y a su hijo empujándola. La vida siguió su ciclo fuera de esa casa. Los jóvenes del barrio se casaron, los padres de ellos se convirtieron en abuelos, una nueva generación de niños correteaba por las aceras. Por todas las aceras menos por la de esa casa. El misterio de lo que sucedía en ella levantaba un muro invisible. Allí, hacía treinta años, una mujer había tenido a su hijo. Y, desde hacía treinta años, lo único que se sabía era que ella siempre estaba junto a él... y él unido a ella. :::::: El tiempo continuó pasando. Esa casa y sus dos extraños habitantes se convirtieron en una de las muchas viviendas misteriosas que hay en todas partes. La gente evitaba pasar por aquella acera. Se sabía que detrás de los muros existía alguien porque desaparecían las botellas de leche dejadas a diario en el piso del balcón. Anex llegó a ser un joven alto, así se notaba al entreabrir la puerta o los postigos de la ventana. Pero, había heredado la taciturna hostilidad hacia los demás. Parco, escudado con la puerta, atendía con monosílabos a los proveedores que traían lo pedido. Y, como siempre, junto a él se notaba la inseparable figura de su madre Giné. Las muchachas querían conocer a Anex, lo oculto atrae, pero se convencieron que eso era imposible. No había forma de verlo fuera de la casa y sin su madre junto a él. Los años siguieron pasando. Se supo que el señor Andros había fallecido. UNIÓN CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE UNIÓN
  • 38. Diap 38 El olor a cadáver dominaba aunque los bomberos habían abierto todas las ventanas. El rostro de éstos demostraba una insólita repugnancia para esos hombres fogueados. Cuando llegaron al dormitorio, los vecinos comprendieron. La señora Giné estaba en la cama, acostada, lívida, fría, muerta. Había sido arreglada con esmero, con cariño... A su lado, en el piso, con rictus amargo, en posición deforme, muerto también, se hallaba su hijo Anex... ¡Y un cordón los unía!... ¡Un cordón que salía de la madre y llegaba hasta el vientre del hijo! ¡Un cordón engrosado a través de treinta años! El forense dijo que ella había muerto antes. Y, por el cordón umbilical, intoxicó a Anex. Es que hay madres que por nunca romper la unión con su hijo terminan… envenenándolo. ...oo0oo... :::::: Habían pasado tres días sin que fuese retirada la botella de la leche del rellano del balcón. Tampoco en ellos, Anex o su madre habían efectuado el pedido diario al almacén. Los vecinos se preocuparon. A pesar del aislamiento de la mujer y su hijo, hacía treinta años que vivían allí. Unos viejos tocaron el timbre, se le oyó sonar pero, nadie vino a abrir. Algunos muchachos más audaces gritaron por el fondo de la casa, les respondió el silencio. Le dijeron al almacenero que telefoneara a esa casa. Pero, jamás le habían dado el número ni aparecía en la guía. Anex y Giné sólo usaban el teléfono para pedir las cosas. Se llamó a la comisaría. Vino un agente y los bomberos. Forzaron los postigos del balcón y penetraron. Unos minutos después el policía abrió la puerta y, con cara de horror, dijo que iba a buscar el forense. Algunos curiosos, y luego de tantos años, entraron a esa casa UNIÓN CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE UNIÓN
  • 39. Diap 39 Ésta leyenda es un pedazo de la historia de España... ¿Historia o leyenda?... Es igual, ambas sólo son cuentos. :::::: En la prehistoria, los primeros habitantes vinieron del sur. El estrecho de Gibraltar entonces formaba un istmo. Eran salvajes cazadores y cavernícolas. Miles de años después llegaron por los Pirineos: ligures, tartesios, iberos celtas, fenicios, griegos, cartagineses y... los romanos. Es distintivo del español su altivez. Eso lo hace inflexible en sus fueros, rey en su casa y torero frente a la vida. Roma conquistó con esfuerzo a la península Ibérica. Más tarde, la religión cristiana evangelizó a sus pobladores. Y, como buenos españoles, se convirtieron en fanáticos adalides . Se dice que los latinoamericanos son pueblos difíciles de gobernar e individuos problemáticos. Esa es una idea prefijada para justificar las dictaduras que prevalecieron en América Latina y la explotación a los pobladores desde la conquista. Pero es cierto que los latinoamericanos tienen características comunes que los identifican y cada vez los hacen más peculiares. Eso es el resultado de la mezcla sucesiva y constante de indios, negros, asiáticos, árabes, europeos del norte y del sur, italianos y, en forma dominante, los españoles. Hay que agregar que España no es una nación, es una recolección de pueblos. Todos fueron empujados hacia ella. Y no pudieron seguir por que se caían al agua. El hallazgo de América les permitió saltar el océano. LOS LATINOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 12 LOS LATINOS Es injusta la molestia de los europeos, hoy ricos, por recibir la emigración de latinoamericanos pobres, ignorantes y aventureros. Sólo le están devolviendo lo que los europeos, por 500 años, enviaron.
  • 40. Diap 40 En tanto, los europeos se mantenían en la noche de la ignorancia, cerrados en fanatismos religiosos. La mayoría de las personas eran analfabetas, sucias, sojuzgadas a un régimen feudal, con costumbres primitivas. El resto de España estaba formado por pequeños reinos que vivían guerreando entre sí en medio de traiciones y asesinatos. Sólo les mantenía unidos la misma fe religiosa y el sueño de una Reconquista contra los mahometanos. De esa época la figura más señera es Don Rodrigo Díaz de Vivar (1040 - 1099), prototipo del caballero medieval. El bravo, noble, guerrero, líder, señor admirado por moros y cristianos. El Mío Cid (de sidi, señor en árabe). Su leyenda de integridad es por demás conocida. Cuatro siglos después, en un campo de Trastamara, un personaje sería la antítesis de esa hidalguía y nobleza España se volvió una de las provincias más florecientes de Roma, en lo arquitectónico, cultural, militar, religioso, y dando grandes personajes que destacaron en el imperio. Para aumentar más su mezcla, en el siglo V fue invadida por las tribus germánicas: vándalos, godos y visigodos. Andalucía viene de Vandalucía y Cataluña de Gothalunia. Y en el siglo VIII el árabe Tarik cruzó el estrecho que lleva su nombre (Djebel Tarik: Gibraltar) iniciando la dominación mahometana en el sur y la resultante mezcla. Por ocho siglos los árabes constituyeron allí un reinado de esplendor, de cultura, de comodidades civilizadas, de avances científicos, filosóficos, desarrollo en las artes, astronomía, matemáticas, con bibliotecas y baños públicos. A ellos se le debe la astronomía, los números arábigos, el cero, los cálculos algebraicos, la medicina investigativa y una infinidad de cosas e ideas que formaron la base del renacimiento cultural e intelectual de Europa. LOS LATINOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LOS LATINOS
  • 41. Alfonso XI, rey de Castilla y León, llamado el Justiciero, guerreó contra los moros y los venció en la batalla del Salado. En 1348 aprobó el Ordenamiento de Alcalá de Henares, leyes promulgadas por las cortes de esos reinos. Solo tuvo un hijo legítimo, Pedro. Pero varios bastardos con la sevillana Leonor de Guzmán, entre ellos Enrique. Las barraganas siempre existirán junto a los poderosos. Al morir Alfonso XI, su hijo legítimo le sucedió con el nombre de Pedro I. Su reinado fue acosado por constantes guerras civiles con sus hermanos bastardos. Fue tan feroz en castigar sus enemigos que lo apodaron Pedro, el Cruel. Su severidad levantó a los nobles en su contra, y éstos buscaron entre los hermanos espurios uno a quien proclamar rey, eligiendo a Enrique, conde de Trastamara. Se contrataron mercenarios extranjeros. Con alemanes, ingleses y franceses, formaron las Compañías Blancas. Diap 41 Enrique las puso bajo el mando de Bertrán Du Guesclín, guerrero francés conocido por su talento militar y fuerza, En los campos de Montiel lucharon y fueron derrotados los ejércitos de Pedro I, siendo éste sitiado en el castillo. Pedro podía ser llamado el Cruel pero, era un hidalgo valiente que había luchado junto a sus hombres, mientras a Enrique lo representaba un general extranjero. Desde los torreones del castillo de Montiel se dirigió a su hermano bastardo con la altivez de sus ancestros godos: –Enrique de Trastamara, te desafío a dirimir por el Juicio de Dios quien es el rey de Castilla y León. El silencio dominó el lugar. Hasta los soldados mercenarios respetaban la hidalguía. Enrique miró a Bertrán. Y Pedro repitió con fuerza: –Enrique, hijo de Leonor. En nombre de Alfonso, nuestro padre, te reto a duelo singular por el derecho a la corona. No contestar ni aceptar era un deshonor. LOS LATINOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LOS LATINOS
  • 42. Diap 42 :::::: Colón llegó a América... Y allí estaban los indios. Vinieron los conquistadores y los emigrantes. Algunos eran de la estirpe de Pedro, otros de la de Enrique. Los hubo de la hidalgos caballeros, y de la de Bertrán. Y una cantidad incalculable de descendientes de los mercenarios, de los soldados y de los campesinos, trayendo en su sangre a los ligures, tartesios, iberos, celtas, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, godos y árabes. Para completar, Isabel tuvo compasión de los indios... Y, sin compasión, trajeron como esclavos a los negros. Pero esos ya son otros cuentos. Esa es la causa de que los latinoamericanos sean así. Afortunadamente... ...oo0oo... –Pedro. Acepto tu desafío, y como retado elijo el lugar. La lid será en mi campamento de Trastamara. El 14 de marzo de 1369 lucharon ambos hermanos en una tienda, rodeados por los caballeros. Enrique fue derribado por Pedro I, y éste se aprestaba a rematarlo, cuando Bertrán Du Guesclín entró al ruedo espada en mano, interponiéndose y pronunciando la frase que quedó como recuerdo de vileza, traición y felonía: –Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor. A causa de esa intervención Pedro I fue muerto por su hermano bastardo quien tomó el título de Enrique II, Era tan débil y liberal que fue llamado: "El de las mercedes." Inició una dinastía de reyes innocuos, tanto que al último le decían Enrique IV, el Impotente. Al morir éste en 1474, luego de guerras entre familias, subió al trono su hermana Isabel de Castilla con su esposo Fernando de Aragón. LOS LATINOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LOS LATINOS
  • 43. Diap 43 Una tarde, David se levantó de la cama y, siguiendo su costumbre, se puso a pasear por la terraza del palacio. El viento arrastraba el calor del este, en las habitaciones los siervos hacían sus faenas, las esclavas vegetaban en el serrallo, las esposas intrigaban, y la docena de hijos se celaban. Lo que demuestra que lo único en lo cual el rey creía firmemente que debía ser uno solo, era en su dios. La terraza parecía un jardín flotante. Se apoyó en la baranda observando las casas cercanas al palacio, en las cuales vivían los funcionarios de la corte. Vio en un patio a una mujer bañándose, y esta mujer era muy hermosa. Hizo preguntar quien era ella. Le dijeron: –Es Betsabé, esposa de Urías, el hitita. Y el rey David envió por la mujer. El ejército hebreo, bajo las órdenes del general Joab y de sus capitanes, los treinta valientes del rey David, se hallaba sitiando a Rabbá. Uno de esos capitanes era Urías, el hitita, jefe valeroso, responsable, admirado por sus soldados. Descendía de las familias originarias que ya existían en Palestina antes que llegaran las tribus hebraicas. Sus ancestros se adaptaron a convivir con el monoteísmo semítico pero manteniendo, además de su dominio del hierro y los caballos, el concepto de rectitud y fidelidad. :::::: El rey David no marchó esta vez con sus soldados. Ya no era al jovenzuelo que con una honda había vencido al torpe gigante filisteo. Se había convertido en monarca de la nación hebrea, reuniendo a Israel y Judá, y dominando las tribus vecinas. Gobernar es más importante que batallar. EL HITITA CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 13 EL HITITA Basado en la Biblia - Reyes Cap. I, V 11 y sig.
  • 44. Diap 44 David mandó a Joab la orden que le enviaran a Urías. :::::: Llegado el hitita al palacio, el rey le preguntó acerca del general, el ejército y la guerra. Y él a todo contestaba. –Anda a tu casa y lávate. –finalmente dijo David a Urías. El hitita salió del palacio, y tras él fueron los regalos y la comida del rey. Pero Urías no durmió en su casa, lo hizo en la entrada del palacio, con los demás siervos. Al día siguiente se lo contaron a David, quien le dijo: –¿No llegas tú de un largo viaje? ¿Por qué, pues, no has ido a descansar a tu casa? Urías el hitita, ofendido, respondió a David el rey: –El Arca e Israel y Judá viven en tiendas. Mi general Joab y todos los soldados duermen al raso. ¿E iría yo a mi casa para comer, beber y acostarme con mi mujer? ¡Por tu alma, te juro que yo no sería capaz de hacer tal cosa!... :::::: Betsabé había visto varias veces al rey paseando por la terraza. Urías estaba lejos, en el campo de batalla, fiel a su deber. Respetaba la rectitud de su esposo, pero él era un hitita, tosco guerrero y simple en sus ideas, residuos de las creencias de sus antepasados. Ella era hebrea, y hermosa. Los cantares del rey David habían llegado hasta ella repetidos por las siervas y esclavas del monarca. Y algunas veces los escuchaba, de lejos, cantados por el propio rey. Esa tarde la canícula reverberaba en las piedras del patio. Bajo el techado de palmas una ligera sombra daba frescor a los cántaros de agua. Y Betsabé se bañó allí. Desde la terraza del palacio podían verla. Sentía calor y lo hizo. El mensajero dijo que el rey quería verla. Betsabé fue. Y el rey se acostó con ella. Luego Betsabé volvió a su casa. Tiempo después, dijo a David que estaba encinta. EL HITITA CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL HITITA
  • 45. Diap 45 :::::: Cuando Betsabé supo que su marido Urías había muerto, hizo duelo por él. Pasado el duelo, David la recogió en su palacio. Ella fue su mujer y le dio ese hijo, el cual murió. Pero Betsabé le dio cuatro hijos más. Fue la esposa de mayor influencia. Intrigó eliminando otros herederos, y su hijo Salomón heredó el reino. Y no hubo rey más grande. :::::: El general Joab fue siempre jefe de los ejércitos del rey. Asesinó, traicionó y mató a muchos integrantes de la familia real, inclusive hijos. Fue el primero en escalar la muralla de Sión. Capaz de toda infamia por su amo pero sin valor para enfrentársele. El rey Salomón, cumpliendo el último deseo de su padre, David: Lo condenó a muerte. –Quédate aquí también hoy. –replicó David. El rey lo convidó a comer para embriagarlo, y que fuese a dormir con su esposa Betsabé. Pero no lográndolo siquiera así, decidió librarse del hitita. Escribió una carta a Joab, la cual llevaría el mismo Urías, y donde decía: “Pon a Urías en el lugar más peligroso del combate, y retírate para que sea herido y muera.” Y Urías, el hitita, murió así... Joab envió un mensajero al rey detallando la batalla y la muerte del fiel capitán. El rey David ordenó al mensajero: –Di a Joab que no se aflija. La espada mata a unos y otros. Que intensifique la lucha y destruya la ciudad. Un gobernante sabe que es lo prioritario. Faltaba poco para que Rabbá fuese conquistada y el general Joab envió este servil mensaje al rey: “Junta al pueblo y ven a tomar la ciudad, no sea que yo tenga el honor de la victoria.” Y David lo hizo. Poniendo así otra corona en su cabeza. EL HITITA CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL HITITA
  • 46. Diap 46 Aún hoy día no hay el entusiasmo de buscar en su ruinas. Pareciese que a la humanidad no le interesara algunos pueblos. Sobre todo los que no fueron conquistadores. :::::: Esto sucedió mil años antes que naciera Jesús. Pero no es historia antigua. Dirigentes abusadores, funcionarios serviles, amantes oportunistas, injusticias, nepotismo... ¿No se ha repetido por siglos y siglos….y sigue repitiéndose? Después de tres mil años, aún suenan con aureola de romanticismo los nombres de Salomón, David, Betsabé. Sin embargo a Urías, al admirable Urías el hitita, ejemplo de nobleza y pundonor, de fidelidad y deber. A Urías, quien a pesar de la traición no retrocede y muere valientemente... nadie lo recuerda. ...oo0oo :::::: La casa de David fue una familia minada por hechos de sangre, incestos, lujuria, fratricidios, ambiciones, traiciones, opulencia. Pero, por esas extrañas dualidades que se dan en oriente, hubo reyes que junto a sus iniquidades tuvieron excelsas virtudes. Como David con sus poemas de elevación espiritual, su misticismo monoteísta y su obsesión por formar la nación. O como Salomón dotado de sabiduría, capacidad organizativa y habilidad diplomática. Tanto fue lo positivo de esos reyes que, a pesar de sus grandes defectos, se les idealizó. Al punto que a Jesús, creador del cristianismo, se le hace descender de David y Betsabé, de Salomón. Y el cristianismo constituyó las bases de la cultura occidental y la mentalidad del mundo actual. El pueblo de los hititas desapareció. Por cientos de años sus ciudades, cultura, arte, escrituras, quedaron enterradas bajo el polvo del tiempo y olvidadas por la historia. EL HITITA CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL HITITA
  • 47. Diap 47 –¿Sigues sintiéndote mal? –interviene Heinz. –Tu cara indica que no estás bien. –dijo Karl. –Ay, amigos. Lo que he sabido. Qué desgracia... –¿Qué es? ¿Qué te ha pasado? ¿Qué supiste?... –Ay, qué desgracia... –Por favor, dilo. Somos tus amigos. Te ayudaremos. –Porque son mis amigos, lo diré. Ayúdenme a pensar. Los tres amigos quedaron mirándolo. Franz tragaba saliva, sacudía su cabeza y tomaba fuerza. –Hoy, al llegar a casa, ahí mismo en el recibo, encontré a Olga engañándome con Schmid en el sofá... –¿Olga... tu mujer? –dijo, Karl, estupefacto. –¿Tu amigo Schmid? –exclamó Heinz, asombrado. –¿No habrás cometido ninguna locura. – reflexionó Fritz, pensativo– En momentos como ése la furia hace perder el control, y luego uno tiene que arrepentirse. Seis de la tarde. En el bar Pequeña Baviera comienzan a entrar los clientes habituales. Todos ellos con su rubicundo rostro, cabellos rubios, y la algarabía típica de su raza. Pero, desde las tres de la tarde, Franz está sentado en una mesa del fondo, en un rincón, apesadumbrado. Fritz, Heinz y Karl, entran y lo ven. Los cuatro son buenos compañeros, tanto de trabajo como de rondas en ese bar. Se acercaron a él. El hombre sigue mirando la mesa, la jarra de cerveza frente a él está caliente, no quiere levantar la vista. Sus amigos se sientan en las sillas libres. Fritz, quien es el que tiene más confianza, le pregunta: –¿Qué te pasa Franz? Hoy a las dos de la tarde te fuiste de la fundición por que te encontrabas enfermo. EL SOFÁ CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 14 EL SOFÁ Si quieres ser feliz como dices... no analices, no analices,,,. Joaquín Bartrina (Poeta Catalán
  • 48. Diap 48 Fritz movió la cabeza, como si no estuviera de acuerdo. Y, pareciendo el moderador de la reunión, preguntó: –¿Tú piensas igual, Heinz? –No. Para mí el principal culpable es Schmid. Es un sinvergüenza. Abusó de la amistad de Franz. Aprovechó que él se encontraba trabajando y no estaba en la casa. Engañó la confianza que le dio su amigo. Mujer es mujer y, sabiéndola camelar, se le conquista. Pero a un amigo, hay que respetarlo. Tampoco sé lo que haría. A los hombres así habría que darles una lección. No sé cual. Nuevamente Fritz hizo un gesto de inconformidad. –Fritz, falta tu opinión. –le indicó Franz. –Es difícil hallar al verdadero culpable. Mejor dicho: el responsable. Si una mujer necesita otro hombre es por que el que tiene no la satisface, sea en la relación humana o en la sexual. Y si es y actúa como una ramera, también el responsable es el hombre que la eligió siendo así. –No. No hice nada. Volví a cerrar la puerta y vine para aquí. Ay, amigos... Pienso y pienso, y no se que hacer. –Es una situación difícil para opinar; –Fritz seguía sereno– quizás lo que pudiésemos decir te lastimaría o te ofendería. Sólo tú puedes encontrar tu solución a tu problema. –No me ofenderé. Son mis amigos, ayúdenme. –los miró a la cara– ¿Que haría cada uno si estuviera en mi caso? Los tres apretaron los labios, dudaron. –Piensen que es a otro que le pasó, –dijo Franz, hizo una seña al cantinero– y hablen mientras tomamos cerveza. –Yo creo que la única culpable es ella. – comenzó Karl– Ella es una coqueta, infiel y desagradecida. Tú le diste todo, casa, comida, buena vida. Y te paga traicionándote. Schmid es hombre, y cualquier hombre aprovecha si la mujer se lo facilita. Yo le daría a ella un escarmiento para toda su vida. Pero ahora no sé lo que haría. EL SOFÁ CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL SOFÁ
  • 49. Diap 49 Fritz se levantó, los otros dos aprovecharon para irse también. Franz quedó otra vez solo elucubrando su problema. :::::: El día siguiente Franz faltó a su trabajo. Los compañeros estaban angustiados pero ninguno quiso acercarse a la casa ni hacer comentarios sobre lo sucedido. En la tarde, fueron al bar Pequeña Baviera. Tampoco estaba allí. Se sentaron en la mesa, preocupados. Se acusaban mutuamente de haberlo inducido a tomar una determinación. Decían que deberían haber callado. Como siempre, el más sereno era Fritz. –Quédense tranquilos. Franz encontrará su solución. Y verán que es sencilla. La puerta del bar se abrió estrepitosamente. Franz entró eufórico, su rostro estaba más rojo que nunca. Sudaba. –¿Estás de acuerdo con Karl? –interrumpió Franz. –Déjame continuar. En todos los animales hay hembras y hay machos. Los machos buscan las hembras receptivas, y las hembras buscan los machos dominantes. El hombre es un animal, un animal que desarrolló la inteligencia en lugar de garras o colmillos. La parte animal nos obliga a cumplir con los instintos. Pero, la parte inteligencia nos hace valorar la amistad y los sentimientos. Del dominio de una parte sobre otra dependerá la responsabilidad de cada hombre. –¿Por lo que dices ahora, estás de acuerdo con Heinz? –No, Franz. Ni con Heinz ni con Karl. Sigo diciendo que el único que puede encontrar la solución eres tú. Piensa y, cuando la encuentres, verás que es sencilla. No busques que los demás solucionen tu problema, cada uno lo verá a su manera. Solo tú podrás hallar el verdadero culpable de lo que encontraste hoy al llegar a tu casa. EL SOFÁ CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL SOFÁ
  • 50. Diap 50 :::::: Este es un viejo cuento. Muy viejo y muy tonto. Lo que indica que debe haber sido real. Pero resumiendo y como dice Humgrand Penn de Joc en sus Reflexiones: Un hombre descubre que es engañado por su mujer con un amigo de él en el sofá. Si el hombre es inteligente pensará que la culpa es de él. Si es irascible, que es de la mujer. Si es ingenuo, que es del amigo. Y si es un idiota... o le conviene... que es del sofá. :::::: Lo que no es un cuento, sino una cotidiana realidad, es que los descendientes de Franz se dedicaron a la política, a la diplomacia o se especializaron en alta gerencia. ...oo0oo... Se dirigió a la mesa. Su mirada brillaba de emoción. Dio un puñetazo en la tabla y, con firmeza, dijo: –Encontré la solución. La solución definitiva. –Por Dios, Franz. ¿Qué has hecho? –Ya nunca más me engañará Olga con Schmid en el sofá. ¡Nunca más!... –¿Le hiciste algo a tu mujer? –preguntó Karl, angustiado. –Oh, no. Fritz me hizo ver que ella no era culpable. –¿Le hiciste algo a Schmid? –dijo Heinz, atemorizado. –Oh, no. Fritz me hizo ver que él tampoco era culpable. Fritz se sentía orgulloso de haber hecho reflexionar a su amigo pero, como los otros dos, miró con una pregunta muda a Franz. Este volvió a pegar sobre la mesa y repitió: –Ya nunca más me engañará Olga con Schmid en el sofá. ¡Nunca más!... –¿Qué fue lo que hiciste? –preguntaron los tres a coro. –Boté el sofá. EL SOFÁ CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL SOFÁ
  • 51. Diap 51 En los siglos sexto y séptimo Europa era sólo un triste recuerdo del Imperio Romano, y la Iglesia un pobre remedo de la palabra de Jesús. Los bárbaros invadían, se civilizaban y, eran invadidos por nuevos bárbaros. Bárbaro significa: extranjero, inculto. Pero, cuando eran así poseían rectitud y justicia, primitiva, brutal, íntegra. Al civilizarse iban perdiéndola, cayendo en leguleyidades, intrigas, corrupciones propias de las sociedades asentadas. Dos pueblos bárbaros legaron su nombre hasta la actualidad. Es más fácil dejar un nombre que una cultura. Ellos fueron los francos y los longobardos. Los francos cruzaron el Rin en el siglo quinto y se hicieron de la Galia desplazando hacia España a los godos, antiguos bárbaros que habían dominado a los galos. Los sucesos entre las personas y los países sólo son comprensibles recorriendo la historia. Y la historia de la humanidad nada tiene de humanidad. Siempre ha sido el desplazamiento, dominio, absorción, o aniquilamiento de un pueblo por otro. El primero ya culto, estable y civilizado. El otro, conquistador, bárbaro y fuerte. Dejando aparte la prehistoria y viendo en miles de años, egipcios y babilonios tuvieron un lugar preponderante desplazando pueblos ya establecidos y menos guerreros. En el inicio de la civilización grecorromana, los griegos se impusieron a los primitivos aqueos, y los rudos romanos a los latinos e italiotas. En cuanto a los cristianos, impusieron la religión de Cristo, de bondad y caridad, con los evangelios en una mano y la espada en la otra. LONGOBARDOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 15 LONGOBARDOS En este mundo de entrevero, hay carreteros que son señores, y señores que son carreteros..
  • 52. Diap 52 :::::: Childerico, jefe de los francos, siendo perseguido por sus enemigos que querían asesinarlo, se refugió en la corte del rey Basinus y su esposa Basina. Pasado el peligro, volvió a su tierra y comenzó a gobernar. Al poco tiempo llegaba Basina, quien le dijo que había abandonado a su esposo y venía para ser su mujer porque sabía que él era el más fuerte. No solo eso, agregó que, si hubiese existido otro aún más poderoso, con ése hubiera ido. El matrimonio para ellos debía ser una especie de rapto y la mujer se sentía orgullosa de pertenecer al más fuerte. De esa unión nace Clovis, el gran caudillo franco. Clovis, o Clodoveo, al inicio luchó contra la iglesia de Roma, para luego convertirse y defenderla. El emperador cristiano, para atraerlo, le envió el nombramiento de cónsul y él lo aceptó, pero se mantuvo en su integridad bárbara. Como los romanos, apreciaron a los pobladores y se mezclaron con ellos. Fueron absorbidos por la cultura galo-romana, convirtiéndose al cristianismo católico, formando una nación peculiar. Y dieron nombre a la Francia actual. Los longobardos, pueblo de las orillas del Elba, cruzó el Rin para entrar en Italia el año 568 conquistando la parte norte y central. Mientras los francos poseían pocos pelos en la cara, los longobardos los tenían abundantes, cosa extraña en lo nórdicos. De allí su nombre: "longas barbas". Otra diferencia es que despreciaban a los naturales y no se mezclaron. Su dominio se caracterizó por privaciones a los subyugados. Adoptaron la herejía arriana viviendo en pugna con el papado. Su reino fue destruido por Carlomagno, rey franco, en 774; y los restos por Otón I en 961. Dieron su nombre a Lombardía, región de Italia. Y sus descendientes, conocidos por su afición al dinero, a la calle Lombard Street en Londres, centro de préstamos y capital LONGOBARDOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LONGOBARDOS
  • 53. Diap 53 :::::: En el año 568 Alboíno, frente a su horda de guerreros longobardos y un tropel de 200.000 personas, entraba en Italia. Se estableció en Pavia y su reino fue una reunión de ducados casi independientes más que un estado. Era pueblos rudos, cada uno celoso de sus costumbres ancestrales. Tanto que veinte mil sajones antes de aceptar las tradiciones longobardas, prefirieron volver a sus tierras. Alboíno, siendo joven había matado al príncipe de los gépidos, Torisendo. En premio a su valor pidió a su padre el derecho de sentarse a la mesa de los guerreros. Pero éste se lo negó, diciéndole que primero debía ser apadrinado como hijo de armas por un jefe extranjero. Y Alboíno va a pedir esto al padre de Torisendo. El anciano, fiel a la hospitalidad teutónica, lo recibe y hasta acepta que se siente en el lugar del hijo asesinado. Siendo ya rey supo que el príncipe Brien, de otra tribu, conspiraba en su contra. Como estaba en la ciudad Alón, el hermano de ese príncipe, lo mandó buscar. Éste consintió en traicionar a Brien. Y, a los pocos días se presentó con él. Clodoveo tomó su arma, la francisca, y mató a los dos con el hacha. Uno por enemigo y el otro por traidor. Hecha la traición el traidor no es necesario, repugna. En otra ocasión, unos cortesanos que le habían vendido su soberano le reclamaron el pago en oro. Y él les envió el dinero en monedas de cobre: Falso con los falsos. Clodoveo con esos métodos tajantes y la fe fanática propia del converso, consolidó el poder de los francos en la Galia y el respeto por la iglesia. Al morir en el 511, sus cuatros hijos se dividieron el reino, siendo príncipes incapaces y sin las cualidades del padre. Se necesitó trescientos años más de vicisitudes para que surgiera otro rey franco brillante, fue Carlomagno. LONGOBARDOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LONGOBARDOS
  • 54. Diap 54 Sucesos que dieron origen a Italia, Francia, Alemania, Austria, Inglaterra, Suiza, España, y tantas que conforman la civilización europea y nos llenan de orgullo por su cultura transmitida a América, África, Australia, Asia. Seres que fueron nuestros ancestros y llevamos sus genes. No debe extrañar el odio entre pueblos vecinos, ni las atrocidades en nuestras revoluciones y guerras. Han pasado quince siglos y todo se mescló en una confusión de pueblos y religiones. Por tanto, nada asombra que haya individuos con aspecto de teutónicos y tengan una cultura grecorromana, o se vea el caso inverso. No asombra hallar hombres como Clodoveo o Alboíno, que formen imperios y tengan conceptos bárbaros pero íntegros. Ni ver que quienes los siguen son incapaces o traidores. Es la continuación de la historia de la humanidad... Y la historia de la humanidad nada tiene de humanidad. ...oo0oo... Un hermano del muerto se burla de las polainas de los longobardos diciéndoles que parecen yeguas, y Alboíno le responde que pregunte a Torisendo por la clase de coces que dan esas yeguas. La reunión sigue entre burlas y retos. Finalmente el viejo rey, admirando el valor de Alboíno, aunque sea su enemigo le da las armas de su propio hijo. Años después, ya jefe, Alboíno ataca y mata al príncipe que se había burlado de sus polainas, se hace una copa con su cráneo y toma por esposa a Rosamunda, hija del muerto, que debe servirle el vino en el cráneo de su padre. Rosamunda se confabula con un amante quien mata a Alboíno. Después, ella y su amante mueren envenenados. No son leyendas de salvajes. Son historias verídicas de nuestros antepasados, y luego de aceptar el cristianismo. Y son hechos que por siglos se repiten disfrazados bajo los principios de defensa del estado, de la fe, o de los pueblos. LONGOBARDOS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LONGOBARDOS
  • 55. Diap 55 Pero ellas eran jóvenes, recién llegadas a la pubertad Sabían que, como otras muchachas, como las cavernas, como la tierra, serían parte del botín de los triunfadores. Y así fue el concluir la lucha. El jefe, aún con su hacha ensangrentada, corrió hacia ellas y tomó a Mar. Ésta sería la preferida hasta que en otra conquista una nueva joven la desplazase y ella se volvería una más del serrallo para satisfacer a los otros líderes. La horda de guerreros que venía detrás tomó a Mon, a quien le correspondería un destino más abyecto. Yendo de hombre en hombre, sería una de las tantas mujeres del montón que, para dormir en una cueva y comer algo, diariamente debía ofrecerse a cualquiera y esperar ser aceptada por un cazador. Nueve mil años antes que naciera Jesucristo. Los seres humanos son primates que han aprendido a andar sobre dos piernas y poseen un cerebro que les hace entender que es más fácil obtener por la conquista lo que otros semejantes logran por trabajo y esfuerzo. Mar y Mon, dos adolescentes cavernícolas, miran desde atrás de una roca la batalla de los guerrerosde su tribucontra los de otra invasora. Las jóvenes veían con preocupación que los atacantes eran muy superiores. Su tribu sería vencida, sus hombres muertos, las viejas y los niños abandonados a las fieras o deberían ir tras los vencedores en espera de un gesto de compasión para recoger las sobras. LAS PROSTITUTAS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 16 LAS PROSTITUTAS No hay ser que en algún momento, por un ideal o por interés, por beneficio o por necesidad, por educación o por cobardía, no se haya prostituido.( Gracián Solirio)
  • 56. Diap 56 :::::: Hace tiempo que Margot no viene a su ronda. Sorpresivamente esa noche llega en el coche del chulo. Viene vestida elegantemente, peinada bien, parece una dama. Mónica le dice admirada: –Estás irreconocible... ¿Qué te ha sucedido? –Es que he cambiado. Ahora soy prostituta ejecutiva. –Déjate de bromas. ¿Qué es eso de prostituta ejecutiva? –Que solamente me dedico a los gerentes, directores, a los ejecutivos. Tengo apartamento residencial. Allí los llevo. Es que los ejecutivos son hombres mayores, serios, poderosos. –Será lo que tú digas, Margot. Pero hombre es hombre, y prostituta es prostituta... aunque agregues eso de ejecutiva. Margot riéndose subió al auto y se fue con su protector, mientras Mónica trataba de conseguir un cliente. :::::: Aproximadamente once mil años después. Mil novecientos setenta después de Cristo. Cualquier calle de ésas de cualquier ciudad. En la penumbra, Margot y Mónica repiten su ir y venir en busca de un cliente que, por unos momentos de sexo, engrose la cartera que luego el proxeneta ha de controlar. El de Margot es un elegante chulo con lujoso automóvil, que le agrada estar presentable y que sus "nenas" vistan bien. Es conocido en el sórdido mundo de la alta sociedad. En cambio el de Mónica es un explotador grosero, uno hasta que llegue otro más fuerte y ella cambie de "patrón" y de golpes. Y es harto conocido por la policía. Pero ambas saben que para sobrevivir necesitan de la protección de esos individuos. Que para comer deben ser aceptadas por algún hombre, sea cazador, guerrero o simplemente uno más de los anodinos que pase por allí. LAS PROSTITUTAS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LAS PROSTITUTAS
  • 57. Diap 57 Mónica venía hacia ella, sonriendo, con un tapado de piel igual al suyo. –¡Mónica! ¿También tú te volviste prostituta ejecutiva? –No. Yo soy una de la mayoría. Una prostituta más. –¿Entonces no lo conseguiste haciendo uno de a mil? –No, mi amiga. Yo lo conseguí haciendo mil de a uno. ::::::: Podría pensarse que lo anterior es un grotesco chiste, pero realmente es una cruel anécdota dramatizada. Entre aquellas trogloditas y estas rameras han existido más de 550 generaciones de mujeres y hombres. Años y siglos pasaron y, aún hoy día, cuando se dice "la primer profesión" la asociamos con una mujer prostituta. Pero debería ser con la prostitución, a secas. Ya que el ser humano, sin distinción de sexo, desde que se unió en grupos y sociedades ha hecho uso de ella. :::::: Ha pasado cerca de un mes. Noche de lunes. Es difícil conseguir alguien que pague por sus servicios. Mónica, apoyada en una columna, ve llegar a Margot nuevamente en el automóvil. Viene más distinguida, ropa más cara... y trae encima un costoso abrigo de piel. Sale del coche, cual modelo, exhibiéndose a las pobres rameras caminadoras. No hay peor enemigo de la mujer que la propia mujer. Mónica, humilde, se acerca a ella: –Margot...¿Cómo lograste conseguir un abrigo así? –Tengo un viejo ejecutivo que está loco por mí. Me hice desear. Cuando tuve el tapado le di lo que él quería. O sea, que este abrigo lo conseguí haciendo uno de a mil. Y riéndose ante la mirada de envidia de su amiga, se fue. :::::: Meses después, cuando Margot llegó a la esquina y bajó del coche, lanzó un grito de asombro. LAS PROSTITUTAS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LAS PROSTITUTAS
  • 58. Diap 58 El que permanece en silencio frente a las injusticias y abusos con tal de vivir en paz... ¿No se está prostituyendo? La sociedad insiste que debemos esforzarnos en ser siempre agradables. Que luego de estar con nosotros, los demás se sientan satisfechos... ¿No es lo que hacen las prostitutas? Al exigir en forma tácita a los demás que actúen para nuestro bienestar... ¿No somos todos algo proxenetas? En la antigüedad los humanos, fuese por el hambre o por la fuerza, estaban obligados a prostituir su personalidad, su capacidad y hasta su integridad al vencedor de turno. Y aun siendo humillante, era comprensible. Actualmente tenemos libertad. No estamos obligados a vendernos o deshonrarnos. Pero, sea por convivencia o conveniencia, debemos aceptar a todos los demás. Nos prostituimos menos... pero con más gente. ....oo0oo.... Según un diccionario, prostituirse es: Venderse, rebajarse deshonrarse a si mismo en la autoridad, responsabilidad, personalidad, para lucro propio, interés o bienestar. Por tanto, cabe preguntar: El que calla y acepta hechos contrarios a sus principios porque no quiere perder su posición... ¿No se está prostituyendo? El que apoya y finge estar de acuerdo para obtener un beneficio... ¿No se está prostituyendo? La persona que se arregla para despertar interés en otra. La que habla suave, aún estando irritada, para que los otros no se ofendan... ¿No se está prostituyendo?, La que miente para que no se moleste otro, la que sonríe para ser simpática... ¿No se está prostituyendo? El individuo que entrega sin recato su habilidad, manual o intelectual, para que los poderosos, explotadores y corruptos lo premien... ¿No se está prostituyendo? LAS PROSTITUTAS CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE LAS PROSTITUTAS
  • 59. Diap 59 Hacía poco que había instalado la conexión para el computador personal en el dormitorio, haciendo juego con el televisor y el equipo de sonido. Compensaba con creces lo invertido en su colocación. Apreté una tecla de función y el monitor evidenció, en un gráfico de colores, los próximos beneficios. Fue cuando sonó el carillón de la puerta. Instintivamente miré el reloj, eran las nueve de la noche. No esperaba a nadie, y menos a esa hora tan inoportuna. Cualquiera de nuestros conocidos llamaría previamente por teléfono. Por tanto, dejé que atendiera el servicio. Nuevamente sonó la campana. Entonces recordé que les habíamos dado libre el fin de semana a los sirvientes. Molesto, me abroché la bata y fui hacia la puerta. El hombre estaba caído sobre la computadora. Lo sacaron de allí. Al tocar el monitor desapareció la imagen que en combinaciones aleatorias desplazaba líneas de colores por el cristal. Surgió un escrito. Extrañó eso, no era normal, ya que él siempre guardaba los trabajos. Los presentes leyeron el documento: :::::: "Me encontraba mirando la pantalla del procesador donde aparecían las proyecciones de los negocios. En forma ordenada sobre la cama se hallaban el traje y demás cosas que debería ponerme para la reunión de esa noche en el club con los socios. Mi esposa se encontraba de viaje en el extranjero. Y mis hijos estarían, cada uno por su lado, en alguna fiesta con sus amigas y amigos. EL VISITANTE CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 17 EL VISITANTE Siempre que ganamos algo, perdemos algo.
  • 60. Diap 60 Cerré la puerta. En un instante aquellas palabras me dieron una realidad. Ilógica realidad, pero cierta. Era verdad. Ese ser frente a mí, era yo muchos años atrás, era yo en mi juventud. –Sí... –murmuré– pero, no es posible. –¿Por qué no? El que un día, al llegar a una esquina, tú tomaste por la avenida de los éxitos y yo seguí por las calles de los sueños, no significa que yo haya muerto. Miró alrededor suyo analizando y valorando cada cosa, los cuadros, las porcelanas, las esculturas, los muebles, hasta mi ropa. Luego, continuó: –La juventud no envejece, se renueva constantemente. Son los seres los que envejecen tratando de vivir la vida... Veo que te ha ido bien. –No me puedo quejar, –dije con falsa modestia– pero tuve que luchar mucho para lograrlo. Y tú... ¿Qué has hecho. Iba decidido a salir lo más rápido posible de ese visitante, fuese quien fuese. Por la mirilla vi la figura pisciforme de un rostro, el cual sonreía viendo que yo lo escrutaba por aquel lente. Su semblante inspiraba confianza, no recordaba donde lo había visto antes, pero estaba seguro de haberlo conocido. Incomprensiblemente, libre de temor abrí la puerta. –¿Puedo pasar? Sin esperar mi respuesta, entró. Audazmente pasó a mi lado y, con naturalidad, fue a sentarse en el sillón. Lo miré asombrado. Era joven, pero en sus ojos se notaba cierto cansancio. De todo su ser emanaba una agradable seguridad y confianza en sí mismo. Volvió a sonreírme. –¿No me reconoces?... Moví la cabeza indicando mi duda. –Deberías recordarme. Soy tu juventud. EL VISITANTE CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL VISITANTE
  • 61. Diap 61 –Sí. Tienes razón. Aún las recuerdo. Si eran buenas o malas no lo sé, pero nacían del amor. Esa fue otra cosa que me quitaste... el amor. –Lo que dices es una mentira. Yo amo a los míos, a mi esposa, a mis hijos. Siempre me preocupo por ellos para que no les falte nada y no sufran. Como a mis padres, a quienes cuidé hasta su muerte y les di hasta su último momento el bienestar que ellos nunca supieron tener. –Eso no es amor. Es responsabilidad. Me dijo sonriendo con un dejo de tristeza, y continuó: –Has olvidado lo que es amor. Sólo se siente, no se puede medir con lo que se da o lo que se obtiene. Se siente, nada más. –Lo que dices son lindas palabras. Y muy dignas de ti, de la juventud. –comenté irónico– pero a la hora de sentarse a una mesa, o de tener que ir a comprar un vestido, ni dan de comer ni visten a nadie. –Nada. Tú me quitaste todo. –¿Qué estás diciendo? ¿Qué te he quitado yo? ¡Dímelo!... –No te alteres, a tu edad podría ser peligroso. Además es la verdad. ¿Quieres saberlo?... Pensó un instante: –Lo primero que me quitaste fue la poesía. –¡Por favor! –repliqué– ese es un pecado de la juventud, que se redime al madurar. La poesía para lo único que sirve es para anuncios comerciales o para refranes. Fíjate que en la actualidad los poetas ni siquiera riman y, para triunfar, deben pertenecer a algún grupo político. –Esa es tu verdad, no la mía; –respondió– mientras haya sentimientos, mientras haya un alma con ilusiones, habrá poesía. ¿Acaso, has olvidado las que escribiste cuando eras joven y estabas enamorado? –Naturalmente que las olvidé. Han pasado tantas cosas y tanto tiempo Sólo tú serías capaz de recordarlas. EL VISITANTE CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL VISITANTE
  • 62. Diap 62 –Es lo contrario. Tú eres porque yo fui. Soy una parte de tu vida, lo quieras o no. Y la parte existe sin el todo, pero el todo no puede existir sin las partes. –Tu filosofía es barata, pero lógica. –y con ironía le pregunté– ¿Qué más crees que te quité? –La capacidad de llorar. –No te lo niego. Soy hombre, y a un hombre que llora nadie lo respeta. Llorar es una debilidad que se le acepta a las mujeres y a los niños. Este es un mundo donde los débiles quedan abajo y los importantes están arriba. –¿Y es tan importante estar arriba? –me preguntó con una mirada inocentemente burlona. –Desde que existe la humanidad, –sentencié– ha habido dirigentes y dirigidos, jefes y subalternos, los de abajo y los de arriba. ¿Tú, que hubieras preferido ser? –Lo que soy, tu juventud. –Quizás... o mejor dicho: seguro. Tú le has dado todo a los tuyos. Satisfaciste hasta la mínima pretensión. Pero... ¿Sabes si aún te ama tu mujer, si tus hijos sienten amor por ti, si tus padres al morir sintieron que los amabas? –No sé. ¿Quién puede saberlo? –Si hubieras amado de verdad, lo sabrías. Pero lo único que has querido es a tu éxito, tu triunfo. Por él fuiste sacándome, poco a poco, uno a uno, todos mis ideales. –¡Tus ideales! Yo tenía que luchar un mundo de realidades, de competencia, donde triunfa el más capaz, el más hábil en sobrevivir. ¡Y me hablas de tus ideales! Muy hermosos para decirlos a los demás en una conferencia, pero inútiles para llevarlos a la realidad. –Vuelves a ofuscarte, –me miró dulcemente– no quise venir a molestarte. Pero, eso dice que aún sientes. –Es que no me agradan tus recriminaciones. Además, tú eres porque yo soy. Si no, no estuvieras aquí. EL VISITANTE CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL VISITANTE
  • 63. Diap 63 –No me mientas a mí, –abandonó su mirada serena– lo que has aprendido con los años es dejar a otros la carga del error, mientras tomas para ti la fortuna del acierto. Eres un ejecutivo respetado, frente a ti nadie ríe. Esa fue una de las cosas que más sentí, que me sacaras el saber reír. –Estás loco. ¿Dirás que no me río? Tengo fama de ser una persona divertida, simpática y entretenida. –Sí. Ríes por obligación, y sonríes por compromiso. –Bueno, ya es suficiente... –me sentía acorralado– dime tu último reclamo y hablemos de aquellos tiempos. –Comprendo... –sonrió mientras pensaba– lo último que me sacaste fue la pasión. –¿Qué quieres? He envejecido. ¿Pretendes que sea el mismo que cuando tenía tus años? Una burlona carcajada llenó la habitación. Al terminar la misma, mi juventud me miraba moviendo la cabeza. –Tú pudiste seguir siendo quien eras, pero yo tuve que vivir. Y los años no pasan en vano. –me di cuenta que, sin quererlo hacer, me estaba justificando frente a él. –Creo que has olvidado lo hermoso que fue ser joven. Cuando todas las riquezas las tenías dentro tuyo, no como ahora que las tienes todas afuera y no son tuyas. –¿No son mías? –no pude evitar mi reacción. –Únicamente somos dueños de nuestros sentimientos y nuestras ideas. –me dijo meditando– Como éramos de lo que sentíamos y pensábamos entonces. Cuando el mundo era algo lleno de belleza, y de algunas cosas injustas que queríamos cambiar. Cuando nos equivocábamos a menudo y nos divertíamos con ello. También me sacaste eso, la aceptación de equivocarse. –Si actualmente pocas veces me equivoco, es gracias a mi experiencia, –continuaba defendiéndome– afortunadamente los errores se quedan en el pasado. EL VISITANTE CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL VISITANTE
  • 64. Diap 64 –Tú me lo quitaste todo, –dijo mientras abría la puerta– pero no podría aceptar nada de ti. Eres más pobre que yo. Cerró la puerta tras de sí... y yo quedé solo." :::::: Cuando hallaron al hombre sobre al computador hacía horas que había fallecido. La ropa seguía sobre la cama. Por el documento pensaron que ese joven desconocido podía haberlo drogado o alucinado para robar. Nada faltaba en la casa ni en la billetera. La biopsia dio la causa de su muerte: Había sido un infarto fulminante. ¡Pobre hombre! No importa si llegó a ser rico y poderoso. Quizás quiso salir corriendo a buscar su juventud... y ya no la pudo encontrar. ...oo0oo... –No has entendido. Dije la pasión, no el deseo sexual. La pasión de conocer, de sentir, de emocionarse. La pasión de sufrir, de angustiarse, de saber. La pasión de despertar cada día, de vivirlo sabiendo que es un día más y un día menos. Esa pasión... La pasión de vivir. Se levantó del sillón dirigiéndose a la puerta. Comprendí que tenía muchas cosas más que reclamarme; pero. ambos sabíamos que ya no valía la pena. Él sería siempre mi juventud. Y yo era sólo un presente. –Es tarde, –le dije– si quieres puedes quedarte. Tenemos una habitación para huéspedes... ésta es tu casa. Vi que negaba nuevamente con la cabeza, como si no quisiera hablar más. Colocó su mano en el picaporte, me miró con una mueca de despedida. Yo le rogué: –Quédate. No sé... ¿Puedo ofrecerte algo? Lo que sea, cualquier cosa... Lo que necesites, dímelo. EL VISITANTE CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE EL VISITANTE
  • 65. Diap 65 El monte más cercano lo tenía a setenta kilómetros, y éste estaba lleno de árboles y sin ningún metal. Pero el hombre es así. Los primeros que llegan a un lugar traen más imaginación que lógica, de lo contrario no se aventurarían adentrarse en lo desconocido. Para completar la paradoja la fábrica se llamaba Azul y jamás produjo un jabón de ese color. Se inició con la elaboración de unas feas, rústicas, amarillentas y ásperas barras grasosas y alcalinas que, mientras blanqueaban la ropa, cuarteaban las manos de las pobres lavanderas. Esa primera fábrica la fundó Ariom Sdebs, emigrante de un reino europeo destruido por la revolución. Se decía que la había hecho vendiendo las joyas que pudo salvar en su huida y que ese difícil nombre no era el verdadero. Levantó un enorme, feo y bajo galpón con cerchas de madera y techo en láminas de zinc. Tan distante, que los obreros tenían que caminar diez cuadras para llegar allí. No todas las ciudades y calles tienen nombres de santos y héroes, otras llevan el de un mito o de algo conocido. Pero hay muchas cuyos nombres son extraños, ilógicos, y hasta ridículos. Por ejemplo una ciudad que esté junto al mar y que lleve el nombre de una montaña, una calle recta y plana que se refiera a algo circular, un barrio construido en un erial que ostente el título de una vegetación. Y eso se dio. La fábrica de jabón se hallaba un camino recto que se perdía en el horizonte y conocido como calle La Curva. El barrio que surgió alrededor de ella en áridos y baratos terrenos, fue llamado La Floresta. Y el barrio se integró a los pocos años a una bella ciudad bautizada Monte de Oro, que rodeaba una azul bahía. EL JABÓN CUENTOS DE SIEMPRECUENTOS DE SIEMPRE 18 EL JABÓN En recuerdo a mis compañeros de la vieja planta de jabón BAO Hoy, que se compra todo, nadie sabe de que están hechas las cosas.