Memo crítico 1 etica de la evauación desde un enfoque constructivista
1. M E M O C R Í T I C O 1
“La perspectiva ética de la evaluación de los aprendizajes desde un enfoque
constructivista” (Mario Segura Castillo, 2007)
Al momento de referirse al enfoque constructivista del
aprendizaje, automáticamente se nos vienen a la mente la idea de construcción de
conocimiento, desde su perspectiva más amplia en donde el alumno, a partir de lo que
ya conoce va agregando nueva información, sin embargo pocas veces nos referimos a
la arista ética que esto conlleva, en términos de la responsabilidad que debemos
asumir como docentes en este paradigma educativo y mucho menos nos acordamos
de la implicancia que en ello tiene el factor formador de nuestras evaluaciones y sus
respectivas retroalimentaciones, “evaluación para y en el proceso enseñanza
aprendizaje”(Díaz y Hernández, 2002, p. 354), en resumen la evaluación debiera incidir
positivamente en el proceso.
Es verdad que en este sentido, mucho tiene que ver lo rígido
o no del sistema curricular en el que nos estemos desenvolviendo, no obstante a ello, si
hacemos un ejercicio intelectual crítico de nuestro quehacer, quizás nos demos cuenta
que una buena parte del tiempo nuestro foco está en cumplir con las exigencias que
administrativamente nos son impuestas y bastante menos en lo que pareciera ser que
es lo más importante que es conseguir el anhelado aprendizaje.
Una manera de testear si lo estamos haciendo bien o no,
bajo este paradigma, quizás sea re evaluar qué estamos pensando cuando
interpretamos frases como “El estudiante debe ser protagonista de su propio proceso
de conocimiento” citado en el texto analizado, ¿qué estamos haciendo para
conseguirlo? ¿Significará acaso solo atormentar a los alumnos con muchas actividades
que sirven para el cumplimiento de los objetivos que nos fijamos?, ¡pues ellos deben
ser protagonistas y responsables de su propio conocimiento!
Personalmente pienso que necesariamente habrá que hacer
un trabajo arduo para que se produzca ese mágico y significativo aprendizaje, sin
embargo creo que esa labor debe ser compartida, pues sobretodo en la educación
superior y especialmente en la de postgrado pareciera ser que el profesor va perdiendo
responsabilidad a niveles de prácticamente no tenerla.
Finalmente, como ya ha de haber quedado claro, del texto
analizado me llevo un compromiso ético que comparto con otros maestros que lo llevan
marcado a fuego en la piel, profesores que quizás nunca hayan leído un documento
como esté, y pese a ello son los cuatro o cinco que recordamos por toda la vida, pues
ellos de una manera innata entendieron que son co-responsables de los resultados de
sus alumnos. En este orden de ideas quizás sea posible argumentar que resultaría
imposible que un alumno motivado en sus quehaceres y un profesor comprometido no
consigan el éxito.
Segundo Mansilla Andrade
25 de julio de 2013