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Todos sabemos que los conceptos lógico-matemáticos están presentes constantemente en nuestras
vidas, no son simplemente una actividad típicamente escolar, esto es, que no sólo se lleva a cabo en la
escuela, sino que los conceptos se van haciendo y utilizando de forma informal y continuada.
Considero que los maestros de Educación Infantil debemos tener claro que el desarrollo lógico-
matemático avanza a lo largo de la vida, el niño desde muy pequeño conoce la realidad a través de la
percepción y la manipulación, referida en principio a objetos individuales, entre los cuales establece
relaciones muy simples (por ejemplo, cuando son bebés perciben que un biberón y un sonajero son objetos
que se pueden chupar). Posteriormente es capaz de agrupar objetos, primero de forma espontánea y luego
según criterios subjetivos (los que le gustan y los que le disgustan).
Esta interacción entre los niños, sus iguales, los adultos, el medio y los materiales la llevan a
cabo de manera natural y espontánea a través de la observación, la experimentación y la exploración,
características éstas de la metodología vivencial que debemos poner en práctica en las aulas de Educación
Infantil.
Este curso siendo tutora de una clase de 3 años, me he dado cuenta que los alumnos de mi clase
saben clasificar a partir de criterios más objetivos y convencionales (objetos rojos, juguetes, etc,..) y que las
primeras taxonomías se basan en atributos perceptibles de los objetos, tales como el color o la forma. Sin
embargo, algunos niños no son capaces de volver a integrar todos los elementos en una sola clase más
amplia: por ejemplo si han separado los cuadrados rojos y los azules, no son capaces de volver a reunirlos
con el criterio de que son cuadrados.
A lo largo de este primer trimestre, hemos ido trabajando en la clase las relaciones de equivalencia,
tales como mayor que o menor que, a partir de las cuales se aprende a ordenar y realizar series (objetos
ordenados por su tamaño...). Las relaciones de equivalencia iniciales tienen como referentes el color, la
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forma, el tamaño y la cantidad. Aprovechando la fiesta del otoño, hemos clasificado castañas hechas con
foamy para la ocasión, en las fotos que adjunto se puede observar lo trabajado en la clase:
Desde la asamblea, pasando lista, contando los niños que están en casa y en clase, o con juegos
manipulativos hemos ido reconociendo la noción intuitiva de cantidad (muchos, pocos,...) que fundamentará
la adquisición posterior de la noción de número.
Al mismo tiempo, hemos ido adquiriendo las nociones topológicas básicas (arriba, abajo, delante,
detrás, dentro, fuera...), que serán la base de los conocimientos geométricos posteriores. Y, cercanas a
aquéllas, soy consciente de que mis alumnos comenzarán a construir determinadas nociones temporales. En
Halloween realizamos unas simpáticas arañas con las siluetas de las manos y jugamos a ponerlas delante y
detrás, en las siguientes fotos se deja constancia de ello.
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Creo que los niños necesitan trabajar sobre cosas reales: demandan juegos, construcciones, bolas
para ensartar, maderitas de distintos colores, formas y tamaños, vehículos, cocinas y alimentos de juguete,
pelotas, cajas, etc.
Para llegar a la consecución de los OBJETIVOS DEL ÁREA DEL ENTORNO REFERENTES A
LA LÓGICO-MATEMÁTICA que nos marca la LOE, soy consciente que desde el aula tengo que trabajar
situaciones que vayan desde lo más concreto a lo más abstracto, empezando con actividades vivenciales,
con el propio cuerpo, para seguir con actividades con objetos. Por último tendremos que trabajar las
actividades grafo-simbólicas.
Para ayudar al niño a construir la realidad y su desarrollo lógico-matemático es importante que le
planteemos actividades que estén de acuerdo a su edad, para que las pueda realizar con éxito sin ayuda
de un adulto, en caso contrario pueden llegar a la frustración, o si son excesivamente fáciles al aburrimiento.
No obstante, considero que tampoco hay que evitar plantear al niño actividades que entrañen un
paso más, es decir, que le planteen una pequeña dificultad, ya que una vez superadas, habrán sido motivo de
crecimiento y maduración, Vigotsky en su teoría del andamiaje, acuña el término de Zona de desarrollo
próximo (ZDP). En la siguiente foto se puede observar como unos niños tienen adquirida la noción de
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cantidad y otros juegan a encajar las piezas del puzle de números sin más, sin atender a la asociación de
número y cantidad.
Jaime Martínez Montero, creador del Algoritmo ABN (Abierto Basado en Números), señala que en
el desarrollo del pensamiento matemático tiene que prevalecer la aritmética mental y la manipulación de
materiales. Coincido con este método ya que desde esta perspectiva se considera que hay que trabajar 1º
Manipulativamente, 2º Oralmente, 3º la Simbología gráfica y 4º pasar a lo Abstracto (adjunto foto de una
ficha). Es abierto porque no hay una única manera de acceder a los conceptos, cada uno lo hace como puede
y cuando está preparado. Es basado en números, ya que el número conserva el valor que tiene, está siempre
contextualizado.
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Siendo consciente del teorema “Todo lo que no se evalúa, se devalúa” y de forma más concreta, de
acuerdo con una concepción cognitiva del proceso de E-A, a la hora de evaluar creo que no nos debemos
centrar exclusivamente en los contenidos, sino que en ese proceso de evaluación se tiene que ir ampliando a
otros elementos:
a) Evaluación de procesos.
Éstos nos proporcionarán una imagen de las verdaderas aptitudes matemáticas del niño evitando
confundir falsos éxitos y falsos fracasos.
b) El papel del error en el aprendizaje.
Creo que a menudo, los errores no son ilógicos sino que responden a la aplicación de ciertas reglas
que, aunque no sean correctas, implican la posesión de una determinada competencia lógico-matemática.
c) Conceptos informales, conocimientos previos.
La evaluación de este aspecto se basa en otro principio fundamental del enfoque cognitivo. Este no
consiste en un proceso de incorporación de datos, reglas, etc. a una mente en blanco, sino que implica un
diálogo (implícito o explícito) entre los conocimientos previos del alumno y los nuevos que trato de
enseñarle como maestra. Incluso cuando los niños se incorporan por primera vez al sistema educativo,
poseen ya un amplio repertorio de conocimientos matemáticos informales. De ahí la importancia de valorar
cuáles son esos conocimientos previos e informales.
d) Tipo de enseñanza de apoyo llevada a cabo hasta el momento: el repaso.
A lo largo de la historia educativa se suele emplear el repaso y la práctica repetida para subsanar errores
cometidos por los alumnos, y se ha demostrado que estas actividades pueden no ser eficaces para corregir
este tipo de dificultades e, incluso, puede favorecer el proceso contrario, rechazo de la tarea.
Por ello, propongo que en Educación Infantil, el trabajo matemático debe girar en tono a tres
procedimientos:
Observar: consiste en buscar sistemáticamente las características de un objeto o situación y
expresarlas. Conviene tener a mano lo que se quiere expresar, y hacerlo según un cierto orden (por ejemplo,
decir primero lo que se ve; después tocarlo para saber si pesa o no, si es rugoso o liso...). Es importante
hacer intervenir otros sentidos cuando sea necesario (oído, olfato, gusto), así como expresar lo observado,
sea verbalmente o mediante un dibujo.
Relacionar: consiste en establecer comparaciones entre dos cosas a partir de alguna característica
observada. En un primer momento, es necesario tener presentes las cosas que va a relacionarse, si bien
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podemos considerar que la relación trasciende la mera caracterización perceptiva de los objetos, para
constituirse como una actividad mental del aprendiz.
Resolver problemas: implica el uso flexible de acciones combinadas buscando las más adecuadas
para un propósito concreto.
El tema que acabo de exponer, resulta de especial relevancia para nuestra labor educativa en la
Educación Infantil. Gracias a una adecuada intervención en el área lógico-matemática alcanzaremos un
desarrollo integral y armónico de todas las capacidades, considerando en todo momento al niño como un ser
bio-psico-social.
Todos estos tipos de actividades de lógico-matemática que he detallado a lo largo del documento
conducen a considerar un nuevo papel de los maestros y los alumnos en la acción educativa, en el que el
alumno es el protagonista de sus aprendizajes, el maestro es miembro de un equipo educativo y lo que
se requiere es primordialmente un trabajo de cooperación y participación, siendo éste un facilitador-
mediador de los aprendizajes de los alumnos.
Por último me gustaría citar a Daniel Goleman para añadir un matiz a todo lo que he estado
comentando en este tema. Éste nos dice que “las personas tenemos dos mentes, una que piensa y otra que
siente”, de ahí la importancia de trabajar en el aula la expresión de los sentimientos y el estado anímico
como reflejo de la vida interna de las personas para así lograr el desarrollo integral en nuestros alumnos.