Egipto. Las Artes Figurativas Imperio Antiguo

Profesor - Tutor:
Sergio de la Llave Muñoz
Grado en Historia del Arte
HISTORIA DEL ARTE
ANTIGUO EN EGIPTO
Y PRÓXIMO ORIENTE
TEMA 4. LAS ARTES
FIGURATIVAS DEL
IMPERIO ANTIGUO
CÓDIGO 67021017

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para orientar al alumnado sobre los contenidos generales de la asignatura. No se
trata de un resumen de carácter oficial.
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TEMA. 4 LAS ARTES FIGURATIVAS
DEL IMPERIO ANTIGUO
Historia del Arte Antiguo en Egipto y Próximo Oriente
1. La creación de un canon.
Los primeros modelos de la
estatuaria exenta

• En la III Dinastía la arquitectura experimenta un notable desarrollo,
consolidándose los diferentes modelos de construcciones, se van a
realizar en piedra. Potencia edificios y la escultura en bulto redondo en
relieve, ejecutándose efigies exentas que se depositaban en el interior
de las tumbas, así como bajorrelieves con escenas alusivas a su vida
terrenal y a la de ultratumba.
• Las esculturas exentas buscan representar la esencia de los objetos, por
lo que se creó un canon ideal del cuerpo humano representado de pie,
que va a estar vigente durante tres milenios, aplicado en esculturas
bidimensionales y tridimensionales, manteniéndose la proporción entre
las diversas partes del cuerpo.
• La estatuaria exhibe un marcado carácter cúbico, derivado del concepto
de universo y de su ubicación en los muros de templos y tumbas;
encontrándose encerradas en espacios que solamente permitían la
contemplación frontal, en detrimento de sus dos lados laterales.
LA CREACIÓN DE UN CANON. LOS PRIMEROS
MODELOS DE LA ESTATUARIA EXENTA

• Las estatuas individuales de este imperio son casi siempre masculinas con
rasgos juveniles y también en edad más avanzada mostrando gruesos
cuerpos, aludiendo al nivel social alcanzado.
• Normalmente están dispuestas de pie, en otras ocasiones sentadas en
una silla o con las piernas cruzadas como los escribas, llevando en las
manos un bastón u objeto alusivo a su rango.
• En las estatuas femeninas son representadas esbeltas y bellas, en la
plenitud de su juventud, y cuando están en un grupo escultórico junto a
un hombre, su cuerpo refleja la diferencia de masa corporal entre ambos
sexos. Frecuentemente en estos conjuntos se las representa a una escala
menor que la real, abrazando el torso o una pierna del varón,
diferenciándose apenas de la talla de sus hijos.

• Durante esta etapa se estableció un número definido de representaciones
escultóricas exentas para englobar la ilimitada variedad de posturas, las
cuales se componen de dos modelos diferenciados: la estatua sedente y
la estatua de pie en actitud de caminar.
• Existen también variantes del primer tipo, como las estatuas de
escribanos, o combinaciones de ambos modelos en las denominas
tríadas, así como otras imágenes que adoptan otras posturas como los
personajes arrodillados.
• El segundo de ellos crea un arquetipo para la representación del cuerpo
humano que perdurara en la primera fase del arte griego a través de la
imagen masculina del kouros.

• Las representaciones sedentes son de
proporciones compactas y de carácter
estático, al englobarse los contornos
dentro del espacio cúbico definido por la
base y el asiento.
• Este estatismo puede romperse mediante
asimetrías de la colocación transversal de
una de las extremidades superiores,
normalmente cruzada sobre el pecho,
aunque hay ejemplares con ambos brazos
cruzados.

• En las estatuas de pie en actitud de caminar
parten de las imágenes ejecutadas en relieve
y se caracterizan por el impulso de
movimiento, intención de caminar. En las
efigies masculinas el eje vertical se prolonga
desde el pilar dorsal hasta la pierna
derecha, al tiempo que la izquierda se alarga
para dar un paso adelante en el momento
previo al desplazamiento. Esta tensión
entre reposo y movimiento también se
evidencia en la expresión del rostro, y sobre
todo en la disposición de los hombros y
brazos, cuyas manos aparecen con los puños
cerrados sosteniendo una barra corta para
evitar su fragmentación.

• Algunas de representaciones faraónicas se tallan con el puño cerrado
pero horadado en su interior, para permitir la introducción en él de un
centro de madera u otro objeto independiente.
• Las figuras femeninas con actitud de caminar adoptan la misma postura
que las masculinas pero suelen ser de menor tamaño y muestran más
restringido el movimiento y con los pies casi juntos. Mantiene la presencia
imaginaria de un plano vertical que corta el cuerpo por su centro,
dividiéndolo en dos partes iguales conforme al concepto de la ley de la
frontalidad.
• En la estatuaria del Imperio Antiguo están ejecutadas en piedra caliza y se
tallaron para ser pintadas, la estatuaria privada, piedras duras estatuaria
real, mucho más finas y difíciles de tallar. El escultor tiende a ocultar la
espalda del personaje mostrándole sentado en un trono, contra una losa
de piedra o apoyado en una columna, utilizando estos soportes para
disponer inscripciones jeroglíficas que aluden a la identidad del retratado.

DEL IMPERIO ANTIGUO
2. Estatuaria Real y privada

• En la III Dinastía destaca la estatua sedente del faraón
Zoser. Obra de tamaño natural, esculpida en piedra
caliza policromada, destinada a no ser vista. De
carácter cúbico y monumental, presenta formas
cerradas y macizas en las tres caras del bloque que
remiten al arcaísmo.
• Aparece severo y majestuoso, con la cabeza encajada
entre los hombros a causa del peso del tocado, que le
cubre la peluca, y a la barba postiza. En su rostro, de
pómulos salientes y boca fruncida, los ojos ahora
perdidos, eran de cristal de roca, dando un aire
sombrío y distante. El cuerpo está cubierto con la capa
del jubileo, llegándole hasta los anchos pies, y el brazo
derecho lo tiene plegado sobre el pecho con la mano
cerrada, mientras que el izquierdo se extiende sobre el
muslo con la mano abierta.
LA IMAGEN DEL FARAÓN

• La estatuaria de la IV Dinastía atraviesa su mejor época, ofrece un
modelo idealizado manteniendo el parecido con el personaje, al estar
pensada como su sustituto. Las composiciones empiezan a perder la
pesadez en beneficio de una mayor ligereza y naturalidad de las formas,
recibiendo especial atención el rostro, como medio de identificación junto
con la inscripción jeroglífica.
• Esta dinastía nos ha legado obras regias
de tamaño muy variable, la pequeña
Estatua del faraón Keops ejecutada en
marfil o la colosal Esfinge, cuyo cuerpo
tiene forma de león acostado y su
cabeza se cubre con el nemes y el
uraeus, un impresionante retrato a
gran escala

• Las imágenes de diorita, pizarra o basalto
destaca la Estatua sedente del faraón Kefrén,
realizada en diorita pulida. Representa la
apoteosis de la majestad divina en el antiguo
Egipto. Aparece sentado sobre un trono
sostenido por dos leones, cuyo respaldo le llega
hasta los hombros, teniendo los brazos apoyados
sobre los muslos en postura de rígida simetría.
Detrás del tocado, formado por el “nemes”
aparece el dios Horus bajo la forma de halcón
protegiendo la cabeza del faraón, divinidad de la
cual Kefrén es su encarnación. Su cuerpo se viste
con un faldellín corto y plisado, el rostro
adornado con la barba postiza y se muestra
sutilmente sonriente. Es una imagen idealizada,
hierática y serena. Transmite una sensación de
realismo comedido sin plasmar sentimientos.

• Del templo del valle del faraón Micerinos, proceden grupos
escultóricos de gran calidad y belleza, realizados todos en esquisto.
Se conocen con los nombres genéricos de diada y triadas, pervive la
influencia de la tradición clásica. La estatura empareja denominada
Díada de Mikerinos, es una obra inacabada en la que el faraón
aparece con su reina principal, la cual adopta la misma postura
masculina que su esposo. Esculpidas en bulto redondo, se
muestran de frente apoyadas en un pilar central, yuxtaponiéndose
sus cuerpos gracias al abrazo de la reina que ciñe con sus brazos el
tronco del faraón, consigue la plena integración de ambos
personajes. Los rostros, idealizados y distantes, están más
humanizados y la maestría del tratamiento anatómico evidencia el
nivel de perfección alcanzado por los escultores reales.

• Tríadas de Mikerinos, procedentes del templo del valle, realizadas en esquisto.
Primer ejemplo de representación del faraón en compañía de deidades. Son
representaciones frontales, ejecutada en un altorrelieve, en las que los cuerpos
se funden dorsalmente con la losa de esquisto sobre la que se apoyan.
• En la Tríada del Museo del Cairo, el faraón está
tocado con la corona del Alto Egipto, de pie en actitud
de caminar, flanqueado por la diosa Hathor a su
derecha y por una divinidad local a la izquierda.
Ambas le agarran con sus brazos en actitud
protectora. El rostro del monarca porta la barba
postiza y viste un faldellín plisado mostrando un
atlético cuerpo contrastando con la fina anatomía
femenina que se trasluce bajo los ropajes de las
diosas. Los pies de Hathor se separan ligeramente,
tocada con el disco solar entre dos cuernos; mientras
que los de la diosa local están juntos y porta el tótem
distintivo de su provincia sobre la cabeza.

• La Tríada del Museo de Boston, participa la
misma diosa que se encuentra sentada en el
centro de la composición, flanqueada por el
faraón, a quien agarra, y por la deidad de un
nomo del Alto Egipto. Es un audaz intento de
unión entre una figura de pie y otra sentada y
sirvió como modelo a futuras representaciones
de la estatuaria privada de personajes
emparejados. Ambas triadas muestran un
tratamiento más plástico de la forma humana, se
manifiesta en la maestría con que el escultor
reproduce la musculatura de las figuras
masculinas y la suavidad con que se ejecuta las
delicadas formas femeninas bajo sus ceñidas
vestiduras.

• Durante la V y VI Dinastías la estatuaria real
se mantuvo sin grandes variantes. Aun así
mostró una serie de destacadas
innovaciones como la aparición de estatuas
colosales faraónicas y la forma de tallar los
rostros, con la ceja y la línea cosmética
pintada del ojo, que ahora se hacen en
bajorrelieve. De esta etapa destaca la
Cabeza del faraón Userkaf, ejecutada en
esquisto forma parte de su estatua sedente
destinada a ser situada en el templo
mortuorio, su simplificada ejecución y su
gran tamaño transmiten una fuerte
impresión de poder.

• De la dinastía VI se conservan dos expresivas Estatuas
del faraón Pepi I, procedentes del templo de
Hieracómpolis. Ambas imágenes se hallaron una
dentro del tórax de otra. Están huecas y fueron
ejecutadas con planchas de cobre batido, las cuales
se anclaron mediante finos clavos a un núcleo interior
de madera. Se utilizaron materiales como el yeso
dorado para la corona y faldellín, o la piedra calcárea
y la obsidiana para hacer los incrustados de los ojos.
• Existe una Estatua de Pepi I, ejecutada en esquisto donde se le
muestra arrodillado portando una vasija de libación en cada
mano, las extremidades superiores se encuentran liberadas de
sus rellenos de piedra y la postura que adopta el monarca
constituye un nuevo modelo destinado a pervivir.

• Las imágenes de los principales personajes de la corte presentan estereotipadas
las facciones del rosto, evocando rasgos de los personajes regios, característica
que se percibe en el semblante de los extranjeros, atiende más al tipo racial que
al individual. En algunas obras se tiende a individualizar al personaje
representado, especialmente la estatuaria privada.
• El principal material utilizado es la piedra caliza, que se pinta con los colores
convencionales: oscuros para la piel del hombre y más claros para la mujer. Se
incorpora la madera que es más moldeable que la piedra y que permite la
policromía en su acabado.
• En las representaciones masculinas el difunto está sentado en una silla con el
torso desnudo, cruzando un brazo sobre el tronco y apoyando el otro en el muslo
con la mano abierta o cerrada. Las piernas terminan en gruesos tobillos y
grandes pies; mientras que la cabeza que suele ser grande con un detallado
peinado, se sustenta sobre un cuello corto. Las representaciones femeninas son
similares a las masculinas, pero su anatomía se percibe bajo finas vestimentas
con las que se cubren, destacando las joyas y otros detalles que la adornan.
LA ESCULTURA DE LA CORTE

• Estatuas de Rahotep y Nofret. Para ser albergadas en
su tumba de Meidum. Finales de la III Dinastía o
comienzos de la IV. Son representaciones cúbicas de
piedra caliza policromada con los colores
convencionales. Los personajes forman un solo
cuerpo con sus respectivos pedestales y asientos de
respaldo alto. Los brazos y los pies como el mobiliario
derivan del estilo arcaico. Rahotep viste faldellín y
Nofret una túnica ajustada ambos de color blanco.
Los rostros son especialmente expresivos y vivos
gracias a los ojos de cristal de roca que están
encajados en marcos metálicos. La pesadez de las
formas de Nofret está acentuada por la voluminosa
peluca y los sus gruesos tobillos, se atenúa con bellos
detalles ornamentales como la diadema y el collar.
Con inscripciones jeroglíficas alusivas a los títulos y a
los nombres, con un evolucionado tipo de escritura.

• Una gran cantidad de estatuas de la V y
VI Dinastía, de notable calidad estática
se percibe una naturalidad y una
humanidad mayor. Fueron ejecutadas en
piedra calcárea y en madera, más
fácilmente moldeable que las piedras
duras, posibilitaban la rápida ejecución
de pequeños detalles.
• La V dinastía destacan las dos grandes
Estatuas de Ranofer, esculpidas en
piedra caliza pintada. Muestran al
funcionario emergiendo de la losa que
las respalda. Se le representa como un
gran señor con diferentes semblantes, en
una con la cabeza desnuda y atuendo
privado; en la otra ataviado con peluca y
vestimenta cortesana.

• El alto funcionario se representa
escribiendo. Se trata de imágenes
prototípicas, aparecen sentados con las
piernas cruzadas, sujetando generalmente
la hoja de papiro con la mano izquierda y el
cálamo con la derecha. Destacan los
Escribas sentados de los museos del
Louvre y El Cairo. Éste último aparece con
peluca mientras que el primero no la lleva.
Ambos poseen brillantes ojos de cristal de
roca y están pintados convencionalmente
(ocre y crema). Destaca el interés del
escultor por vaciar lo máximo posible el
espacio de piedra entre los brazos y tronco,
aligerando el volumen de la imagen.

• También se tallan esculturas en madera, que posibilita
realizar por separados distintas partes de la figura,
ofreciendo al escultor mayor liberad compositiva. La
mayoría se encuentran recubiertas de yeso pintado y
muestran al dueño de pie en actitud de andar, con ojos
muy realistas encajados en marcos de cobre. Destaca la
imagen del dignatario Kaaper, El Alcalde del Pueblo,
alto dignatario de mediana edad. A pesar de ser frontal,
posee una gran libertad y realismo, al plasmar el
escultor sus rasgos concretos, mostrándole desprovisto
de peluca y vestido con un sencillo y ancho faldellín en
su ambiente cotidiano. En contraposición se encuentra
el otro ejemplar de la tumba de Kaaper, con aspecto y
actitud diferente, se le representa mucho más joven y
delgado, con peluca y faldellín plisado del ambiente
cortesano.

• En el Imperio Antiguo es frecuente
encontrar imágenes colectivas, en piedra
caliza policromadas, son auténticos retratos
familiares. Destaca El enano Seneb y su
familia, Dinastía. VI. En la escena están
integrados ingeniosamente los personajes.
La mujer aparece sentada sobre un banco
corrido, con los pies en el suelo y abrazando
a su esposo, que se sitúa sentado con sus
cortos brazos plegados sobre el pecho y las
piernas cruzadas como los escribas con el fin
de disimular sus anomalía física. También
aparecen los hijos, desnudos y de pie sobre
el pedestal ocupando el lugar donde
deberían estar las piernas de Seneb en un
claro intento de disimular su defecto físico.

• En esta etapa se inicia la producción artesanal de multitud de pequeñas
estatuillas, talladas en piedra y en madera individualmente o por parejas,
destinadas a ser depositadas en las tumbas.
• Figuras masculinas y femeninas que ejecutaban diversas tareas cotidianas para
el difunto, conocidas con el nombre de “sirvientes”, correspondiéndose sus
modelos con los mismos tipos que aparecen reflejadas en las composiciones en
relieve.

DEL IMPERIO ANTIGUO
3. Imágenes para la eternidad.
Los relieves de las tumbas

• Los relieves de las tumbas y templos son obras colectivas en las que interviene
el dibujante trazando el diseño, el grabador esculpiendo las imágenes y el
pintor coloreándolas. Dichos relieves alcanzaron en la V y VI Dinastías sus
formas definitivas.
LA EVOLUCIÓN DE LA TÉCNICA
• Primero el pintor las dibujaba sobre el
muro, perfilando los contornos con tinta
roja o negra en el caso de correcciones.
Más tarde el escultor las tallaba en relieve,
se requería la eliminación de la parte de
piedra que no formaba parte de las mismas
mediante el uso del cincel y del martillo,
los aprendices desbastando las imágenes y
el maestro escultor acabándolas mediante
el pulido de la superficie, dejando los
relieves listos para ser coloreados.

• Los de mayor calidad surgen en la corte menfita. El relieve plano estaba
destinado a decorar oscuros ambientes del interior de templos y tumbas,
mientras que para el exterior se creó una variante técnica conocida como os
nombres de relieve rehundido, relieve en hueco o huecorrelieve. Esta
modalidad la superficie de la piedra se deja sin excavar rebajándose tan solo
una pequeña parte del fondo con objeto de acentuar el contorno de la imagen,
esta no sobresale del plano pétreo primitivo. El perfil de la figura arroja sobre
el muro exterior del edificio una fuerte sombra al incidir en el sol.
LA EVOLUCIÓN DE LA TÉCNICA

• La iconografía de todos estos relieves es muy variada, destacando los temas
regios los relativos a las tareas de gobierno del faraón o a su relación con los
dioses, como objetivo es consagrar para la eternidad su naturalidad divina.
• Entre los primeros sobresalen los concernientes a su coronación, a las
expediciones efectuadas a países extranjeros y los referentes a sus campañas
militares. El monarca reafirma su poder y su soberanía luchando ante los
elementos que producen el caos, bien sean estos simbólicos animales salvajes
o pueblos extranjeros. Estos temas guerreros forman parte, del repertorio
regio y el escultor deja constancia de la capacidad que posee cada soberano de
derrotar a los enemigos de Egipto, repitiéndose las imágenes bélicas con
ligeras variaciones con independencia de la realidad histórica.
ESCENAS Y TEMAS: EL PODER REAL, LA
RELIGIÓN Y LA VIDA PRIVADA

• Las escenas de carácter religioso se muestra al monarca participando en
diversas festividades, en la fiesta del Sed, en compañía de distintas
divinidades, presentándolas ofrendas, identificándose con ellas o bien en
momentos en los que los propios dioses son los que reafirman sus poderes y
su soberanía.
• Los temas en las tumbas de particulares se centran en motivos alusivos a la
vida cotidiana del dueño, como son el oficio o los que haceres a los que se
dedico, lo que acredita su elevada posición social. En estas idealizadas
imágenes, suele representar al difunto en perspectiva jerárquica, ataviado con
vestimentas y objetos alusivos a su escala social, en actitud de caminar y bien
sentado. No suelen aparecer solo sino casi siempre acompañados por sus
familiares y por otras figuras que presentan donaciones y ejecutan sacrificios.
Se hallaban perfectamente codificadas, inscribiéndose en la categoría de
escenas de género, no biográficas, alusivas a los acontecimientos de la vida
cotidiana que llevo el difunto, constituyendo un valioso documento.
ESCENAS Y TEMAS: EL PODER REAL, LA
RELIGIÓN Y LA VIDA PRIVADA

• Relieves pictóricos de las dinastías III y IV
• Las composiciones que decoran el interior de los muros de las tumbas se
distribuyen y ordenan en registros horizontales y verticales, se dibujan,
esculpen y coloran las imágenes, como las inscripciones jeroglíficas. En éstos
las figuras se diseñan conforme a un rígido canon de proporciones y una serie
de convencionalismos compositivos, que se fijan a partir de la dinastía III. Estas
pautas iconográficas se consolidan plenamente a partir de la IV Dinastía. sin
apenas variaciones en etapas posteriores. Entre las normas más destacadas
está el hecho de que los personajes más importantes siempre se ejecutan en
un tamaño mayor al del resto de los participantes. En la ejecución del cuerpo
humano sobresale la colocación de la cabeza, de la pelvis y de las piernas de
perfil, mientras que los hombros el tórax y los ojos se colocan de frente. Esta
combinación da la visión frontal y de perfil, da como resultado la creación de
una postura anatómicamente imposible, sin embargo, no resta realismo a la
imagen creada.
LOS MODOS DE REPRESENTAR

• Las representaciones masculinas y femeninas ofrecen ligeras diferencias con
los roles sociales que desempeña, los hombres muestran solemnidad y mayor
tendencia a la acción, las mujeres ofrecen más estatismo. La piel masculina
se pinta de un intenso color ocre, mientras que la femenina es de un tono
amarillo pálido.
• Durante la III Dinastía las paredes laterales de las capillas de las tumbas se
decoraban con escenas que muestran al dueño y a su esposa recibiendo las
ofendas de parientes y servidores y otros temas de la vida cotidiana.
• A finales de la IV Dinastía la figura del difunto se esculpe de frente, con el
pie izquierdo adelantado, prácticamente en bulto redondo en el umbral de
la falsa puerta, punto central de la capilla donde se depositaban las
ofrendas. Se continuaron representando durante las siguientes dinastías.

• La III Dinastía destacan dos de los once paneles tallados en madera, en las
hornacinas de un pasillo de la Relieves de la tumba de Hesiré. Estos
bajorrelieves han perdido las capas de yeso pintadas. En estos paneles se ve a
Hesiré provisto de los atributos de su autoridad, en uno de ellos sentado ante
la mesa de ofrendas, con una peluca corta rizada y envuelto en una capa,
llevando en la mano derecha los útiles de escriba y en la izquierda un fino
bastón. En el otro relieve se le esculpe de pie, con la pierna izquierda
adelantada, con una larga peluca y una falda corta sujeta con cinturón. El peso
del cuerpo recae sobre ambos pies, que muestran en primer plano el dedo
gordo, llevando en la mano izquierda una larga vara junto con los útiles de
escribe y en la derecha el centro “kherep”, símbolo de poder. El equilibrio en
esta figura hizo que el canon de proporciones empleado en ella fuera
considerado el modelo clásico para este tipo de representaciones. Las dos
escenas se completan con una amplia lista de jeroglíficos, destacando en
ambas composiciones la extrema delicadeza, la fina ejecución técnica y el
realismo de la talla del personaje.

• Los relieves pictóricos de las dinastías V a VI
• Los relieves en este periodo ofrecen una mayor libertad compositiva
manteniendo la calidad artística de dinastías anteriores. Aparece una amplia
variedad temática. En los destinados a decorar las obras regias, destacan las
escenas de ritos de coronación y jubileo junto con otras de ofrendas que realizan
sus sacerdotes y otros cortesanos ante su mesa fúnebre.
• Destaca entre estas escenas los Paneles del
Faraón Sahure, donde aparece el faraón
dedicado al deporte de cazar aves acuáticas
y en escenas de guerra. También destacan
los del Templo solar del faraón Neuserre,
con influencia del culto a Ra, y los Relieves
del templo funerario del faraón Userkaf, con
escenas de naturaleza donde aparecen
varios tipos de aves y plantas de papiro.

• En las tumbas privadas, las escenas aluden a temas de la vida campestre:
participan como aristócratas, controlando las tierras a su cargo o bien
dedicándose a sus actividades predilectas. En otras es frecuente encontrar a
hombres acompañado a sus rebaños o sacrificándolos, otros ocupados en
actividades de pesca o caza, trabajos de recolección u oficios de producción
artesanal, así como portadores de ofrendas y personajes que participan en
escenas de música y baile, estos últimos de finales de la V Dinastía.
• El difunto aparece representado a mayor tamaño y observando la escena
distanciado, participando en deportes regios. También es frecuente encontrar
escenas como el cortejo fúnebre o la presencia del difunto ante la mesa de
ofrendas colmada con los numerosos productos procedentes de sus fincas
que le garantizaban su subsistencia eterna.

• Relieves de la Tumba de Ti, V Dinastía: Exquisitas escenas en las que el dueño de
la tumba aparece provisto de todos los elementos que confirman su posición
social, dirigiendo la caza de hipopótamos o inspeccionando junto con su esposa
las reses destinadas al sacrificio fúnebre. Destacan también los bajorrelieves de
la Mastaba de la princesa Idut, con bellas escenas acuáticas, y los relieves de la
Tumba de Pta-hotep, con escenas de caza de animales ejecutadas con una
incisión más profunda.

• Relieves de la Tumba de Ika, en los paneles de la falsa puerta de madera (fig. 19),
la representación del difunto sigue los modelos de la III Dinastía, tumba del
cortesano Hesire. Relieves de la tumba de Mereruka, VI Dinastía, se puede
observar una pérdida de la calidad artística que caracteriza a las más destacadas
obras del Imperio Antiguo.

DEL IMPERIO ANTIGUO
4. La pintura

• La pintura forma parte de la decoración incluso antes de la aparición de la
escultura, encontrándose las primeras muestras en los vasos cerámicos fúnebres
y en los enterramientos prehistóricos egipcios. La decoración en relieve de las
paredes interiores de las tumbas no habría podido esculpirse de no haber
contado con la presencia del dibujante, trazaba con tinta el contorno de las
distintas imágenes. Estos dibujos los coloraba posteriormente el pintor con
convencionales y simbólicos tonos, sin tener en cuenta el aspecto real de los
mismos. El color cubría no solo los edificios sino también las esculturas exentas,
los bajorrelieves y los objetos pertenecientes a las denominadas artes
decorativas.
• La mayor fragilidad de conservación ha ocasionado que la mayoría de las más
antiguas imágenes no se conserven, son escasos los restos de pintura mural, salvo
los hallados en la cámara funeraria de la Tumba nº 100 en el Alto Egipto. En sus
paredes aparecen escenas de lucha junto a imágenes simples y
esquemáticamente de barcas pintadas con colores planos.
LA PINTURA DEL
IMPERIO ANTIGUO

LA PINTURA DEL
IMPERIO ANTIGUO

• La pintura constituye un medio para crear unas imágenes prototípicas, la
composición, la pureza de las líneas, el juego de los colores y la armonía de las
formas están supeditados a los preceptos religiosos. Las tumbas de altos
funcionarios tebanos aparecen decoradas con imágenes pictóricas, cuya ejecución
resultante económicamente menos gravosa, más fácil de realizar. En el diseño de
las diversas escenas las figuras participan de una serie de pautas compositivas, se
respetaran durante más de tres mil años, son similares a las que el escultor aplica
a las tallas en relieve.
• Desde el punto de vista técnico las imágenes pintadas se disponían sobre un
fondo plano, preparado para recibirlas. Consistía en una capa de enlucido de cal
blanca sobre la que el pintor dibujaba la cuadricula donde las insertaba,
ejecutándolas con pintura de color rojo o negra si corregía. Los colores utilizados
son de procedencia mineral, mezclándolos con un aglutinante y agua en
pequeñas cantidades con objeto de formar una pintura al temple que se adhería
al soporte elegido. La Dinastía XVIII se utiliza la cera de abejas, material que se
convertirá en el componente esencial de los retratos funerarios a la encáustica de
LA PINTURA DEL
IMPERIO ANTIGUO

• Desde el punto de vista técnico las imágenes pintadas se disponían sobre un
fondo plano, preparado para recibirlas. Consistía en una capa de enlucido de cal
blanca sobre la que el pintor dibujaba la cuadricula donde las insertaba,
ejecutándolas con pintura de color rojo o negra si corregía. Los colores utilizados
son de procedencia mineral, mezclándolos con un aglutinante y agua en
pequeñas cantidades con objeto de formar una pintura al temple que se adhería
al soporte elegido. La Dinastía XVIII se utiliza la cera de abejas, material que se
convertirá en el componente esencial de los retratos funerarios a la encáustica de
época romana. Los colores se aplicaban al soporte mediante pinceles vegetales de
diferentes tamaños, estando condicionada su disposición por el simbolismo ritual
y por la finalidad protectora.
LA PINTURA DEL
IMPERIO ANTIGUO

• Los temas pictóricos representados en los santuarios, capillas funerarias y en los
objetos que formaban parte del ajuar funerario se hallaban sometidos a la
aplicación de estrictas normas que determinaban su emplazamiento. Dicha
temática coincide en esencia con la plasmada en los relieves, existiendo escenas
de contenido religioso aparece el faraón en compañía de diversas divinidades, o
bien el difunto en diversas fases del ritual fúnebre. Las escenas de carácter regio
acostumbran a mostrar al monarca a mayor escalada implicado en una acción
participando en enfrentamientos bélicos victoriosos o bien en algún tipo de caza
ritual. Estaban destinados a proteger mágicamente al país. En las escenas de la
vida cotidiana se acostumbra a pintar al propietario de la tumba en actitud
convencional y en una escala siempre superior. Este aparece rodeado de sus
familiares mientras efectúa actividades relacionadas con la caza y con la pesca,
similares a los bajorrelieves, concuerda con su mágico simbolismo. Se disponen
en bandas horizontales superpuestas, separadas mediante una gruesa línea, y se
combinan con escritura jeroglífica, pudiendo aparecer un motivo esencial,
ubicado en un espacio de mayor tamaño y carente de registros horizontales, que
no desequilibra el resto de la composición.
LA PINTURA DEL
IMPERIO ANTIGUO

• IV Dinastía: en las paredes de algunas mastabas es posible encontrar complejas
escenas de ofrendas y de vida campestre. Destaca el friso de Las Ocas de
Meidum, situado en las paredes del corredor de la tumba del principal Nefer
Maat y de su esposa Atet. En composición de simetría divergente aparecen seis
ocas en un campo disponiéndose dos parejas erguidas en el centro y dos aves en
las esquinas que inclinan su cuello para recoger alimento con el pico. De
apariencia naturalista, formaban parte de una escena más compleja en la que los
hijos de Atet tiraban de una red en la que había pájaros acuáticos. Las aves están
perfectamente ejecutadas al temple mediante el empleo de una amplia gama de
colores brillantes aplicados con finas y próximas pinceladas que posibilitan la
gradación matizada de sus bellos plumajes, convirtiendo este friso en una obra
maestra de la pintura de todos los tiempos.
LA PINTURA DEL
IMPERIO ANTIGUO

• De esta misma tumba proceden dos
fragmentos de pared ejecutados con
una refinada técnica de incrustación de
los colores que consistía en la talla en
hueco relieve de las imágenes para
posteriormente rellenarlas con pasta
coloreada. Esta técnica tuvo el
inconveniente de que al secarse la
pintura se desprendía los colores
incrustados, razón por la que terminó
abandonándose en el Imperio Nuevo; se
volvió a utilizar con nuevos materiales.
Los temas representados en estos
fragmentos se realizan con el mundo de
la caza y con el arado de los campos,
formando parte de escenas más amplias
de la vida cotidiana.
LA PINTURA DEL
IMPERIO ANTIGUO

Egipto. Las Artes Figurativas Imperio Antiguo

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