Este estudio resume los resultados del análisis de la enfermedad articular degenerativa (EAD) y los cambios entesiales (CE) en seis colecciones óseas prehispánicas del noroeste de Sudamérica. Se observó una gran variedad de perfiles y frecuencias de EAD y CE entre las colecciones, aunque también algunas tendencias similares en colecciones de ambientes parecidos. Los resultados de EAD y CE no siempre coincidieron, lo que podría indicar que responden a diferentes tipos de actividad física. La
http://osteopatias.net ¿Sabía que en la estructura de su cuerpo se guarda el secreto para mantener la buena salud? Descubra cómo los osteopatas pueden leer sus signos
Factores de riesgo de lesión isquiosural y aspectos a tener en cuenta en su p...Fernando Farias
En la actualidad, las lesiones de isquiosurales están cobrando mucha relevancia en deportes como
fútbol, atletismo, rugby…, tanto a nivel amateur como profesional, y no sólo por la lesión en sí, que
ya condiciona la funcionalidad, sino también por su tiempo de recuperación y su alto porcentaje de
recaídas. En este post, así como en posteriores, intentaremos analizar cuáles son los factores de
riesgo más determinantes de padecer una rotura de fibras y qué aspectos debemos tener en cuenta
para intentar prevenir dichas lesiones.
Osteotomía de Fulkerson más injerto óseo tricortical (efecto Maquet) en el manejo de la artrosis patelofemoral grado IV asociado a mal alineamiento patelofemoral grado IV: cohorte retrospectiva
El cap clínic del Servei de Geriatria i Cures Pal·liatives, José Manuel Cancio, ha participart en la sessió “Fractures i fragilitat”, exposant els nous tractaments en la fractura per fragilitat del El II Congrés virtual de la Sociedad Española de Geriatria i Gerontología celebrat del 2 al 4 de juny, sota el lema “2021: Nuevos retos para el envejecimiento”
Osteotomía de Fulkerson más injerto óseo tricortical (efecto Maquet) en el ma...Felipe Afanador Cortés
Osteotomía de Fulkerson más injerto óseo tricortical (efecto Maquet) en el manejo de la artrosis patelofemoral grado IV asociado a mal alineamiento patelofemoral grado IV: cohorte retrospectiva
Resultados funcionales de pacientes con reconstrucción crónica de lesiones ai...Felipe Afanador Cortés
Introducción: Los procedimientos quirúrgicos para la reconstrucción del ligamento cruzado pos- terior (LCP) aislados y combinados han demostrado resultados modestos que requieren más investigación. El objetivo del estudio fue evaluar los resultados funcionales del tratamiento quirúrgico de las lesiones crónicas aisladas y combinadas del LCP.
Sarcopenia is not yet a common diagnosis, its relevance is linked to the direct relationship among lessening of the corporal and appendicular lean mass and aging process, which result not only in the frailty syndrome, but also in metabolic syndrome, as well and complications of comorbidities i.e. diabetes, and in the cardiovascular system. The relevant cells in muscle are not only the myocytes, but fibroblastes as well. So, in order to act favorably on the homeostasis process, it is showed by the literature together with exercise, the utility of compounds such as betahydroxy- betamethyl butyrate, and hydrolyzed collagen.
Uno de los problemas más comunes en Salud Pública son las alteraciones musculoesquéleticas, que aparecen en forma de álgias musculares, provocadas normalmente por el hábito de mantener malas posturas, que desde muy temprana edad se adoptan de manera inconsciente1.
Las alteraciones de la columna vertebral, representan actualmente un problema de Salud Pública en general, debido a su alta incidencia, su poder invalidante, el elevado índice de absentismo laboral que genera y los altos costes sociales. Las alteraciones más frecuentes son las de raquis con un 24,9% de isquiosurales cortos, 18,7% de hiperlordosis, un 9,3 de escoliosis estructuradas y 6,4% de hipercifosis1.
En el estudio de Jones y cols. (2004) efectuado con 500 escolares entre 10 y 16 años, la prevalencia media de vida del dolor lumbar es 40,2%, aunque menor que en los adultos, es alta en los adolescentes. Además, el 13,1% experimento dolor lumbar recurrente con consecuencias discapacitantes, el 23,1% visito al medico, el 30,8% disminuyo la actividad física y el 26,2% falto al colegio debido al dolor lumbar2
Se han realizado estudios con la finalidad de encontrar causas y motivos por los que desde muy temprano aparecen dolores de espalda no específicos, y actuar en consecuencia desde la prevención.
En base a los resultados y conclusiones de este tipo de estudios se han diseñado y aplicado programas educacionales con el objetivo de prevenir álgias musculares, así como normativas para la prevención de las mismas mediante la ergonomía (ISO-5970). El contenido de la mayor parte de los programas preventivos se centra en la recogida y el transporte de objetos, aunque encontramos trabajos que incluyen también otras conductas de riesgo para la espalda, como sentarse para comer o estudiar, o el uso adecuado de la mochila para el transporte del material escolar3.
http://osteopatias.net ¿Sabía que en la estructura de su cuerpo se guarda el secreto para mantener la buena salud? Descubra cómo los osteopatas pueden leer sus signos
Factores de riesgo de lesión isquiosural y aspectos a tener en cuenta en su p...Fernando Farias
En la actualidad, las lesiones de isquiosurales están cobrando mucha relevancia en deportes como
fútbol, atletismo, rugby…, tanto a nivel amateur como profesional, y no sólo por la lesión en sí, que
ya condiciona la funcionalidad, sino también por su tiempo de recuperación y su alto porcentaje de
recaídas. En este post, así como en posteriores, intentaremos analizar cuáles son los factores de
riesgo más determinantes de padecer una rotura de fibras y qué aspectos debemos tener en cuenta
para intentar prevenir dichas lesiones.
Osteotomía de Fulkerson más injerto óseo tricortical (efecto Maquet) en el manejo de la artrosis patelofemoral grado IV asociado a mal alineamiento patelofemoral grado IV: cohorte retrospectiva
El cap clínic del Servei de Geriatria i Cures Pal·liatives, José Manuel Cancio, ha participart en la sessió “Fractures i fragilitat”, exposant els nous tractaments en la fractura per fragilitat del El II Congrés virtual de la Sociedad Española de Geriatria i Gerontología celebrat del 2 al 4 de juny, sota el lema “2021: Nuevos retos para el envejecimiento”
Osteotomía de Fulkerson más injerto óseo tricortical (efecto Maquet) en el ma...Felipe Afanador Cortés
Osteotomía de Fulkerson más injerto óseo tricortical (efecto Maquet) en el manejo de la artrosis patelofemoral grado IV asociado a mal alineamiento patelofemoral grado IV: cohorte retrospectiva
Resultados funcionales de pacientes con reconstrucción crónica de lesiones ai...Felipe Afanador Cortés
Introducción: Los procedimientos quirúrgicos para la reconstrucción del ligamento cruzado pos- terior (LCP) aislados y combinados han demostrado resultados modestos que requieren más investigación. El objetivo del estudio fue evaluar los resultados funcionales del tratamiento quirúrgico de las lesiones crónicas aisladas y combinadas del LCP.
Sarcopenia is not yet a common diagnosis, its relevance is linked to the direct relationship among lessening of the corporal and appendicular lean mass and aging process, which result not only in the frailty syndrome, but also in metabolic syndrome, as well and complications of comorbidities i.e. diabetes, and in the cardiovascular system. The relevant cells in muscle are not only the myocytes, but fibroblastes as well. So, in order to act favorably on the homeostasis process, it is showed by the literature together with exercise, the utility of compounds such as betahydroxy- betamethyl butyrate, and hydrolyzed collagen.
Uno de los problemas más comunes en Salud Pública son las alteraciones musculoesquéleticas, que aparecen en forma de álgias musculares, provocadas normalmente por el hábito de mantener malas posturas, que desde muy temprana edad se adoptan de manera inconsciente1.
Las alteraciones de la columna vertebral, representan actualmente un problema de Salud Pública en general, debido a su alta incidencia, su poder invalidante, el elevado índice de absentismo laboral que genera y los altos costes sociales. Las alteraciones más frecuentes son las de raquis con un 24,9% de isquiosurales cortos, 18,7% de hiperlordosis, un 9,3 de escoliosis estructuradas y 6,4% de hipercifosis1.
En el estudio de Jones y cols. (2004) efectuado con 500 escolares entre 10 y 16 años, la prevalencia media de vida del dolor lumbar es 40,2%, aunque menor que en los adultos, es alta en los adolescentes. Además, el 13,1% experimento dolor lumbar recurrente con consecuencias discapacitantes, el 23,1% visito al medico, el 30,8% disminuyo la actividad física y el 26,2% falto al colegio debido al dolor lumbar2
Se han realizado estudios con la finalidad de encontrar causas y motivos por los que desde muy temprano aparecen dolores de espalda no específicos, y actuar en consecuencia desde la prevención.
En base a los resultados y conclusiones de este tipo de estudios se han diseñado y aplicado programas educacionales con el objetivo de prevenir álgias musculares, así como normativas para la prevención de las mismas mediante la ergonomía (ISO-5970). El contenido de la mayor parte de los programas preventivos se centra en la recogida y el transporte de objetos, aunque encontramos trabajos que incluyen también otras conductas de riesgo para la espalda, como sentarse para comer o estudiar, o el uso adecuado de la mochila para el transporte del material escolar3.
Temprana Complejidad Funeraria en la Costa Norte de Chile. Origen, Desarrollo, Funcionalidad y Relevancia Antropológica
Early Funerary Complexity on Chile’s Northern Coast. Origin, Development, Functionality and Anthropological Relevance
Francisco Rothhammer
El Contexto Sociohistórico de las Investigaciones de Samuel K. Lothrop en el Delta del Paraná, Argentina
The Socio-Historical Context of Samuel K. Lothrop’s Research in the Paraná Delta, Argentina
Mariano Bonomo y Máximo Farro
Diapresentatie van de 4e lezing in de minicursus over de Kelten, gegeven door Erwin Claes, organisatie: Amarant vzw
Belangrijke Opmerking: als gevolg van het gebruik van een MacBook (Apple) kan het zijn dat meerdere foto's niet zichtbaar zijn. Mijn excuses hiervoor...
INFORME DE DEFINICIÓN DE HITOS Y/O MEDIDAS DE ADMINISTRACIÓN Y SEGUIMIENTO DE...cgroportunidadestrategica
El presente documento contempla todos aquellos aspectos (insumos, procesos, resultados e impacto) que se deben contemplar en el marco de la ejecución de todas aquellas actividades y obtención de productos derivados de la implantación del Sistema de Aseguramiento Electrónico – SAE, y contempla desde la estructuración del indicador y la elaboración de la hoja de vida, hasta la implementación y seguimiento del mismo. Además, con esto se pretende hacer un aporte al ejercicio del seguimiento y control de la gestión de procesos de implantación de soluciones tecnológicas, al convertirse en un instrumento que suministre a la Contraloría General de la República - CGR, información oportuna, veraz y objetiva que le sirva como elemento válido para ejercer el control y el proceso de retroalimentación a procesos de este tipo.
Using DEM to investigate ball milling power draw, load behaviour and impact e...Méschac-Bill Kime
Discrete element method modelling (DEM) has proven over many years to be a powerful tool for studying particulate systems within the mineral processing industry. DEM simulations were conducted to investigate the power draw, load behaviour and impacts energy profile of an experimental ball mill under different milling conditions. The variables that were regarded are mill rotational speed (% critical speed), ball size (mm), and lifter face angle (°). The DEM simulation results indicated that the grinding efficiency would be enhanced by use of 45° lifter face angle, 30 mm ball diameter and 80 % critical speed. The findings of this research work can be useful in guiding actual ball milling tests involving an ore sample.
Articulo Osteología Antropológica, restos óseos humanosTeodoro Chivata
Registros de Teodoro Chivatá, 2015.
La identificación de las características principales de restos óseos humanos, hace parte fundamental de los estudios que tienen como objeto, describir la historia natural de aquellos individuos que ya no existen en la actualidad pero que sin importar el paso del tiempo, han dejado evidencia suficiente para contarnos quienes eran y por qué lo eran. Para este tipo de estudios se han establecido diferentes parámetros que permiten determinar con precisión aspectos como el patrón racial, el sexo, la dieta, enfermedades, entre otros factores que pueden llegar a generar modificaciones en la estructura ósea y por tanto ilustrar hechos ambientales y culturales que actuaron sobre cada individuo. En este estudio se realizaron diferentes análisis orientados principalmente a evaluar y caracterizar el patrón racial, el sexo, la estatura, la lateralidad de los huesos largos e índices cráneo-faciales a partir de diferentes restos óseos como cráneos, pelvis y huesos de las extremidades; estos análisis permitieron observar que cada individuo, para el caso de cráneos y pelvis, cuenta con un patrón racial y sexual que no siempre es del 100%. Es importante mencionar que al realizar este tipo de análisis, el patrón morfológico total de un grupo determinado, debe ser definido por la valoración de su estatus filogenético y taxonómico basado "no en la comparación de los caracteres individuales, es decir, vistos éstos uno por uno, sino en la consideración del patrón total que ofrecen en combinación analizar las relaciones existentes con grupos vecinos", estimar el grado de afinidad o semejanza a través de la evaluación cuantitativa de sus relaciones taxonómicas (Le Gros Clark, W. E. 1976). Por ejemplo, la comparación directa de los caracteres morfológicos y métricos del cráneo que más diferencia a poblaciones relacionadas estrechamente en un marco geográfico, pone de manifiesto la historia del poblamiento y migración de ese territorio. (Alexeev, 1979).
Palabras clave: osteología, antropología, filogenia, ambiente
Presentación para el TFG. La exposición debía ajustarse al tiempo que nos habian marcado, 10 minutos. Las referencias bibliográficas, estan ordenadas según el número que aparece en el trabajo escrito que se puede consultar en http://www.slideshare.net/santipellefisio/tfg-santiago-pellejero
El tutor de este trabajo fue Santos Caudevilla Polo
Perspectivas en Diagnóstico y Tratamiento de osteoartrosis.pptAlejandroMeloFlorin
La osteartrosis es la dolencia más frecuente del aparato osteoarticular. Se asocia con comorbilidad como HTA, diabetes, depresión. Cuando ocurre en articulaciones que cargan peso como cadera y rodilla, se asocia a mortalidad, bien por sedentarismo, bien por efectos adversos secundarios a la artroplastia. El tratamiento farmacológico se divide en dos grandes clases, el tratamiento modificador sintomático y el tratamiento modificador de la enfermedad. Es importante el tratamiento en etapas tempranas para tener mayor ventana de oportunidad terapéutica. Los modificadores estructurales se evalúan por cambios evitados en el estrechamiento del espacio articular, medido con radiografías estandarizadas y cargando peso; recientemente se ha propuesto la disminución de reemplazos articulares como medida de impacto. Dentro de los medicamentos con modificación estructural, hay evidencia a favor de sulfato cristalino de glucosamina producido en forma patentada como medicamento (no como suplemento dietario), con condroitina sulfato, con diacereína.
Distribución y Frecuencia de Nódulos de Schmörl en la Columna Vertebral de Poblaciones Prehispánicas de Arica: ¿Indicadores de la Carga Laboral?
Frequency and Distribution of Schmörl’s Nodes in the Spine of Prehispanic Arica Populations: Evidence of Work Load on the Vertebral Column?
Mario Henríquez y Bernardo Arriaza
Los estudios sobre joyería indígena de Patagonia han privilegiado las colecciones procedentes de Araucanía (centro-sur de Chile), considerando en menor escala la producción platera de la vertiente oriental de los Andes en el siglo diecinueve. Este artículo pre- senta los resultados obtenidos del estudio de los aros de plata reunidos en 1896 por Henry de La Vaulx en la toldería del cacique Valentín Saygüeque (1830-1903), famoso por el tesoro monetario y platero acumulado antes de su derrota militar en 1882, cuan- do encabezaba un grupo de orígenes mixtos huilliche, pehuenche, pampa y tehuelche que controlaba el “País de las Manzanas” (provincia de Neuquén, Argentina). El análisis formal, tecnológico y físico-químico de la colección conservada en el Musée du quai Branly de Paris ofrece una primera síntesis sobre una producción platera contextualizada geográfica y cronológicamente, así como criterios analíticos para la datación de la joyería indígena.
El trabajo aborda las epistemes decoloniales como prácticas antagónicas al estado de relaciones (inter)culturales impuestos por la colonialidad. A partir de un análisis semiótico aplicado a dos obras del pensamiento mapuche, se propone la dimensión epistémico decolonial como basal en su organización de sentidos, comprendiendo que son sistemas de conocimientos en oposición a las formas de dominación que desde el mundo moderno-colonial se han ejercido en desmedro del pueblo mapuche. Se concluye proponiendo que este tipo de epistemes contribuyen a re-escribir la interculturalidad, construyendo, así, un nuevo marco de convivencia humana.
El poder en las ciudades coloniales latinoamericanas ha sido representado como “blanco” y “masculino”. Por medio de este texto nos aproximaremos a las transformaciones experimentadas en las representaciones raciales, de clase y género en la ciudad de Cuenca (Ecuador) a partir del análisis comparativo de la elección de las reinas y cholas cuencanas, en un contexto social marcado por la reivindicación del mestizaje cultural.
Presentamos los resultados de un estudio exploratorio y cualitativo acerca de las transformaciones agrarias y los conflictos hídricos que han emergido en las últimas tres décadas entre localidades históricamente agrícolas y grandes empresas mineras en el norte de Chile. Investigamos en tres casos de estudio: Quillagua (comuna María Elena, Región de Antofagasta), Peine (comuna San Pedro de Atacama, Región de Antofagasta) y Los Loros (comuna Tierra Amarilla, Región de Atacama). A partir del discurso de los entrevistados, efectuamos una reconstrucción histórica de los cambios centrándonos en tres dimensiones interrelacionadas que permiten abordar el problema: características de las actividades agropecuarias, presencia y vínculos con la minería, y situación de los recursos hídricos.
El análisis antracológico realizado en el sito de El Caño (provincia de Coclé, Panamá) nos permite hacer una primera aproximación a las posibilidades que este tipo de análisis arqueobotánico proporciona para el estudio de las sociedades de jefatura, y específi- camente de sus contextos funerarios. La identificación de los recursos leñosos utilizados, y el establecimiento de hipótesis acerca de su posible función en relación con el ritual mortuorio, es fundamental para poder profundizar en la comprensión del ritual y de la gestión de los recursos realizada por las jefaturas en el istmo de Panamá.
El presente trabajo examina variaciones dietéticas asociadas a diferencias de estatus al interior de comunidades jerarquizadas utilizando indicadores de patología oral. En los Andes Centrales, a pesar de la existencia comprobada de profundas divisiones sociales, la etnohistoria sugiere pocas diferencias dietéticas durante periodos tardíos, pero los datos bioarqueológicos que sustenten esta afirmación son escasos. Se analizaron 145 individuos exhumados del cementerio Los Pinos del valle de Huaura, costa central peruana (ca. 1200-1300 d.C.). Este conjunto de individuos fue clasificado en tres grupos de estatus social de acuerdo con la riqueza en ofrendas de los entierros. En dicha muestra se estudiaron 14 indicadores de patología oral. Los resultados muestran que todos los individuos de Los Pinos, independientemente de su grupo de estatus, estaban expuestos a una dieta considerablemente cariogénica y exhiben un patrón de lesiones común en el que predominan caries oclusales y una altísima proporción de caries cervicales (que parece estar estrechamente asociada al consumo de chicha), remanentes radiculares y abundantes pérdidas dentales en vida (con una mayor propensión en mujeres). Los datos de patología oral sugieren que el estatus social no condicionó el consumo diferenciado de carbohidratos y confirman el carácter extendido del hábito de coqueo en todos los grupos sociales, con un ligero predominio en individuos masculinos de estatus superior.
Se presenta el análisis zooarqueológico de los restos de guanacos (Lama guanicoe) recuperados de la ocupación Arcaica Tardía del sitio MAU085, emplazado en el valle de Mauro, Norte Semiárido chileno. Este análisis tuvo por objetivo entender la organización espacial del sitio, el cual corresponde a un campamento de cazadores-recolectores orientado al procesamiento de animales, entre otras actividades. El conjunto de análisis realizados apunta a una ocupación no estival y reiterada del sitio desde el 3.200 hasta los 2.500 años a.p., con una organización espacial relacionada a actividades de procesamiento, descarte y transporte principalmente de guanacos, junto a la confección y preparación de artefactos líticos de apropiación.
Presentamos los resultados de la investigación arqueológica de un sitio fechado hacia el Holoceno Medio en los Andes del Norte Semiárido de Chile. La escasez de este tipo de evidencias pone de relieve la importancia de dar cuenta cabal del contexto estudiado y los conjuntos ahí recuperados. Las características del sitio como una estación de tareas de tipo avistadero hacen que Techo Negro se integre de forma significativa al conjunto de información regional disponible y permite confrontarla con el actual estado de algunos modelos de ocupación que incluyen la distribución diferencial de sitios y los cambios ambientales a escala de milenios.
Este trabajo discute la secuencia de desarrollo histórico prehispánico en el Norte Semiárido de Chile a partir del estudio de las dinámicas espaciales y temporales de las ocupaciones humanas en la cuenca hidrográfica del río Limarí. A partir del estudio de asentamientos, materiales depositados en colecciones y arte rupestre se observa una secuencia de transformaciones y desarrollo desde el Arcaico Temprano hasta el período Incaico que diverge de lo tradicionalmente planteado para la región, reconociéndose ritmos de cambios sociales diferenciales dentro de la misma zona, especialmente en relación con la tradicional asociación entre incorporación de cerámica y la constitución de un modo de vida agrícola. La incorporación del arte rupestre permite articular sus características espaciales y representacionales con procesos más amplios, discutiéndose las relaciones establecidas entre dinámi- cas y cambios sociales con los flujos de información que producen las representaciones rupestres y sus respectivas audiencias.
En las últimas décadas los arqueólogos han tendido a examinar la problemática Tiwanaku fuera del núcleo altiplánico, principal- mente en términos de acceso a recursos y/o complementariedad ecológica y religiosa, entre un centro y su periferia. Sin embargo, dominados por las ideas de Estados o imperios, estas reconstrucciones adolecen de reduccionismo económico e iconográfico, en perjuicio del entendimiento de los fenómenos políticos andinos. Dentro de esta problemática, retomamos la relación entre Tiwanaku y San Pedro de Atacama a partir de un nuevo estudio de la cerámica negra pulida de los cementerios de Solcor y Coyo, en razón del carácter fundacional que Le Paige y Tarragó le imprimieron a esta alfarería para abordar el impacto altiplánico en la región. Este análisis, en conjunto con la reciente evidencia bioarqueológica obtenida por este equipo y otros, nos permiten repensar este vínculo y avanzar hacia la compresión de una realidad social mucho más dinámica, heterogénea y desigual.
Será hasta la Vuelta de Año: Bailes Chinos, Festividades y Religiosidad Popular en el Norte Chico.
Rafael Contreras Mühlenbrock y Daniel González Hernández. Primera edición. Edición Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile, Santiago, 2014
La identificación de las comunidades a partir de la organización socioespacial de su territorio es un interés clásico, pero no menos problemático de los estudios regionales en arqueología. Dentro del contexto andino, el problema es particularmente dificultoso debido a la flexibilidad de escala demográfica e identitaria del concepto vernáculo de ayllu tal como aparece en las fuentes etno- históricas y etnográficas, así como por el hecho de la paradigmática espacialidad discontinua e interdigitada del poblamiento de los territorios descritos por las mismas fuentes.
El análisis del poblamiento prehispánico tardío (siglo XI a siglo XVI d.C.) del valle del Apurímac (Cusco, Perú) es una oportunidad para contribuir en esta discusión a partir de informaciones inéditas referentes a la estructura territorial de las comunidades aldeanas asentadas en uno de los más profundos valles interandinos ubicado al pie de la cordillera de Vilcabamba. El estudio combina análisis espacial, ecología cultural, arqueología del paisaje y analogía etnográfica para proponer una lectura multifactorial y multiescalar de los patrones de asentamiento prehispánicos. A escala local, el estudio pone en evidencia un tipo de red de asentamientos re- currente que podría corresponder al esquema socioespacial de comunidad aldeana. A escala regional, el estudio muestra, desde una perspectiva bottom-up, la heterogeneidad del poblamiento del valle, el mismo que ilustra la compleja situación geopolítica expresada por las fuentes etnohistóricas sobre este espacio territorial intermedio vecino al corazón del Tawantinsuyu. Desde el punto de vista teórico, los datos permiten desarrollar una reflexión acerca de los fundamentos territoriales de las comunidades aldeanas prehispánicas tardías.
Los estudios sobre la presencia de límites sociales o de diferentes sociedades y poblaciones en el humedal del Paraná inferior (Argentina) fueron siempre inferidos a partir de la base material del registro arqueológico, ya sea por diferencias estilísticas o bien por la presencia/ausencia de ciertas características arqueológicas materiales. El presente trabajo tiene como objetivo complementar dichos estudios mediante el análisis de rasgos epigenéticos craneofaciales. Para esto se analizaron 39 indivi- duos provenientes, por un lado, del norte y sur del Paraná Guazú y, por el otro, de los subsectores ambientales denominados Planicies inundables y Delta inferior. Los resultados obtenidos muestran diferencias estadísticamente significativas entre estas dos últimas unidades ambientales, dadas por la presencia de la foramina infraorbital múltiple y del hueso wormiano epiptérico entre los individuos de Planicies inundables y su completa ausencia entre aquellos del Delta inferior. Estos resultados, si bien preliminares, son un gran avance para la arqueología regional, ya que es la primera vez que la existencia de diferencias bio- lógicas puede ser interpretada como la coexistencia de diferentes sociedades a través de análisis que exceden la comparación intrarregional de la variabilidad artefactual.
La presente investigación explora el grado de estrés sistémico al que estaban sometidas las poblaciones de San Pedro de Atacama durante los períodos Medio e Intermedio Tardío mediante el análisis de cortisol en el cabello de restos humanos de estos períodos. Los niveles similares de cortisol encontrados en los individuos de San Pedro de Atacama y en individuos actuales sugieren que, si bien las condiciones ambientales y sociales de las poblaciones prehispánicas fueron muy distintas a las actuales, la población prehispánica en San Pedro de Atacama no estaba sometida a niveles de estrés sistémico mayores que la actual, posiblemente debido a la larga historia de ocupación en la región que permitió que dichas poblaciones se adaptaran a sus condiciones particulares. Los niveles de cortisol de los individuos analizados del período Medio mostraron una tendencia a ser menores que los del Intermedio Tardío, congruente con las diferencias en la calidad de vida sugeridos por marcadores osteológicos y con los cambios culturales y ambientales asociados a ambos períodos. Aunque diversos factores pueden afectar los niveles de cortisol encontrados en muestras arqueológicas, este marcador muestra el potencial para complementar los resultados obtenidos sobre las poblaciones de San Pedro de Atacama utilizando otros enfoques.
El artículo explora la vinculación entre las condiciones de vida que enfrentan los y las inmigrantes en la ciudad de Santiago, con las formas de habitar que ellos mismos despliegan en un espacio público específico: una esquina ubicada en el centro histórico y cívico de la ciudad de Santiago, en la que los migrantes concurren cotidianamente a buscar trabajo y compartir con los connacionales. Se sostiene que estas formas de vivir y habitar la esquina se vuelven modos de vivir el proyecto migratorio, en un contexto de sobre- vivencia cotidiana donde el trabajo alcanza máximos niveles de precarización. El encuentro, reconocimiento y apropiación de un lugar público posibilita el desarrollo de procesos identitarios que configuran un “nosotros” que se desarrolla a partir de procesos de diferenciación, los que a su vez revierten estigmatizaciones y reafirman posiciones de poder dentro de la propia comunidad de migrantes. De este modo se sostiene que la generación de identidades colectivas se construye a partir de las formas de habitar el lugar y de los procesos de distinción que se generan respecto de la población local y respecto de la propia comunidad de migrantes.
Este artículo se propone contribuir, desde la antropología de la educación y la etnografía escolar, al debate sobre la formación de niños mapuches e indígenas en contexto escolar a partir del caso de una escuela rural en la región de la Araucanía, que se define en el discurso de sus profesores como “no intercultural”. Esta escuela particular subvencionada se ha apropiado del espacio escolar para un proyecto de “educación mapuche” vinculado a un proyecto político de autodeterminación. En este trabajo se argumenta que, pese a los discursos anti-interculturales y esencialistas, la escuela se configura como una comunidad de práctica donde conviven elementos y mundos de significados diferentes en una lógica bicultural. Esta convivencia bicultural junto con la predominancia del modelo escolar tradicional, representan un bagaje formativo significativo para los niños que hace de contrapeso al trabajo de concientización sobre el ser mapuche. Se reflexiona sobre la funcionalidad de una visión esencialista de la cultura mapuche para el empoderamiento social y político y se sugiere que el esencialismo cultural podría ser más perjudicial que beneficioso para el logro de este valioso proyecto formativo.
El objetivo de este trabajo es analizar el papel que las bebidas fermentadas tuvieron en las celebraciones a partir del punto de vista de la etnobotánica histórica, es decir, teniendo en cuenta como los indígenas mocovíes asentados en San Javier se relacionaban con las especies vegetales de su entorno y cómo estas eran utilizadas y concebidas durante las fiestas. Las celebraciones indígenas afianzaban los lazos de la sociedad al mismo tiempo que establecían la reproducción de la misma, la toma de decisiones y las alianzas políticas. Estos festejos fueron denominados “borracheras” en las fuentes escritas por misioneros, cronistas y viajeros, ya que el consumo de bebidas fermentadas que se llevaba a cabo durante estas festividades intimidaba a los europeos, quienes veían en el mismo el origen y la pervivencia de males como la lujuria, el ocio y la violencia. Las nociones negativas que los europeos asociaban a estas celebraciones hicieron que se las buscara desterrar, en particular, en el contexto de las reducciones jesuitas pues representaban un espacio para cuestionar el orden que los europeos intentaban implementar.
Los 300 años que median entre 1550 y 1850 d.C. constituyen una gran incógnita respecto del devenir del trabajo de metales indígena en la Araucanía. Para abordar esto se definen dos tradiciones de trabajo de metales: la El Vergel y la Platería Mapuche. La primera corresponde a tiempos prehistóricos y es la existente hacia 1550 d.C., y la segunda alcanza su esplendor desde 1850 d.C. Los registros arqueológico (material) e histórico (escrito y gráfico) son usados para acceder al período entre estas dos fechas. Este a su vez fue evaluado siguiendo cuatro ejes: materias primas, piezas, individuos y contextos. Se plantea que ocurrió (a) un progresivo desplazamiento desde una tecnología mayormente basada en cobre a una casi exclusivamente en plata, y (b) un recambio completo de la morfología de las piezas manufacturadas. Sin embargo, las piezas metálicas continúan siendo usadas casi solo por mujeres. Por último, ocurre una tan alta valorización de la Platería Mapuche, que se imposibilita su incorporación en los contextos funerarios y se desvalorizan los adornos en cuentas. El devenir del trabajo de metales de tiempos históricos es así testimonio de los profundos cambios políticos, sociales y económicos que experimenta la sociedad indígena, desde la llegada europea hasta su incorporación al estado chileno.
En este trabajo se presentan los resultados de una investigación sobre el asiento de mineral de Pan de Azúcar (sur de Pozuelos, Puna de Jujuy, Argentina), desarrollada en el marco de un proyecto más amplio sobre minería y metalurgia colonial en la región. Se detallan las menciones que sobre Pan de Azúcar hallamos en las fuentes escritas, las evidencias arqueológicas registradas en el campo, y los resultados de los análisis arqueométricos realizados sobre ellas. La explotación del yacimiento se habría iniciado a principios del siglo XVII y continuado de forma intermitente a lo largo de todo el período colonial, generando un poblado que no alcanzó la relevancia de otros centros mineros cercanos, pero que se destaca en el contexto del sur de Pozuelos en relación con la ocupación contemporánea, de carácter básicamente rural y sin acceso a bienes foráneos de raigambre europea.
El fracaso de los enfoques semiológicos aplicados al arte rupestre tiene su origen en el intento de atribuirle un carácter fonémico, es decir, la reducción de la expresión visual a su contenido o expresión verbal. En tanto que la mayoría de los casos rupestres el significado es inaccesible, es claro que el punto de partida debe necesariamente descansar en el significante. En el presente artículo exploramos en una nueva vía de análisis, que apela a un lenguaje intersemiótico que se nutre tanto de la semiótica como de la arqueología. Fundados en este diálogo o arqueosemiótica, consideramos aquí los estilos de arte rupestre como un sistema, como una configuración de significantes distintivos organizados en relaciones, vínculos que constituyen una estructura visual culturalmente significativa. Estas soluciones definen la arquitectura de modos de ver determinados histórica y socialmente, arreglos que distinguen a dos estilos de pintura rupestre de la región atacameña que nos sirven de casos de estudio: los estilos Confluencia (Formativo Temprano 4.000-2.400 a.p.) y Cueva Blanca (Formativo Tardío 2.400-1.600 a.p.).
Más de Chungara Revista de Antropología Chilena (20)
La mycoplasmosis aviar es una enfermedad contagiosa de las aves causada por bacterias del género Mycoplasma. Esencialmente, afecta a aves como pollos, pavos y otras aves de corral, causando importantes pérdidas económicas en la industria avícola debido a la disminución en la producción de huevos y carne, así como a la mortalidad.
Modonesi, M. (coord.) - La revolución pasiva [2021].pdf
Chungara Vol 46.1 - p - 153
1. Volumen 46, Nº 1, 2014. Páginas 153-169
Chungara, Revista de Antropología Chilena
ENFERMEDAD ARTICULAR DEGENERATIVA Y
CAMBIOS ENTESIALES EN SEIS COLECCIONES ÓSEAS
PREHISPÁNICAS DEL NOROCCIDENTE DE AMÉRICA
DEL SUR
DEGENERATIVE JOINT DISEASE AND ENTHESEAL CHANGES
IN SIX PRE-COLUMBIAN SKELETAL COLLECTIONS FROM
THE NORTHWEST OF SOUTH AMERICA
Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda1,2 y Olivier Dutour3,4
La enfermedad articular degenerativa (EAD) y los cambios entesiales (CE) fueron estudiados en seis colecciones óseas prehispánicas
del noroeste deAmérica del Sur con el objetivo de aportar al debate sobre las relaciones entre estos indicadores y la actividad física,
así como al conocimiento sobre las condiciones de vida de los pueblos prehispánicos de la región. Se estudiaron tres series del
altiplano central de Colombia (Soacha, Marín y Tunja-UPTC), dos series de Panamá (Panamá Viejo y Sitio Sierra) y una colección
de la costa central peruana (Ancón 1). El uso de una metodología estandarizada permitió la comparación directa de frecuencias y
perfiles de EAD y de CE. Se observó una importante variedad de perfiles y de frecuencias en las diferentes colecciones óseas, pero
también algunas tendencias similares en colecciones de ambientes semejantes. Se observó una falta de correspondencia entre los
resultados de la EAD y de los CE que podría indicar que, a pesar de que tienen una etiología multifactorial, podrían ser respuestas
a diferentes tipos de actividad: una actividad repetitiva podría relacionarse más con la EAD, mientras que una actividad que incluya
cargas pesadas podría relacionarse más con los CE.
Palabras claves: actividad física, paleoepidemiología, osteoartritis, entesopatías, marcadores óseos de actividad, MSM,
bioarqueología.
Degenerative joint disease (DJD) and entheseal changes (EC) were studied in six Pre-Hispanic skeletal collections from the nor-
thwest of South America, in order to give insight both into their relationship with physical activity and into life conditions in this
region during Pre-Columbian times. Three series from the highlands of Colombia (Soacha, Marín and Tunja-UPTC), two series
from Panama (Panamá Viejo and Sitio Sierra) and one from the Central Coast of Peru (Ancón 1) were analyzed for this study.
The use of a standardized methodology allowed direct comparisons between the frequencies and the profiles of DJD and EC. An
important variability in profiles and frequencies was observed between series. However, it was also possible to observe several
similar trends in series from analogous environments. There is a mismatch between results from DJD and EC which may indicate
that, despite having a multi-factorial aetiology, they may respond to different types of physical activity: repetitive activity would
be more related to DJD, while activities involving heavy loads would be more connected with EC.
Key words: Physical activity, paleoepidemiology, osteoarthritis, enthesopathies, musculoskeletal stress markers, MSM,
bioarchaeology.
1 Unité d’Anthropologie Bioculturelle-UMR 7268, Université de la Méditerranée/CNRS/EFS, Marseille, Francia, 13344.
clarosepul@gmail.com
2 Programa deAntropología, Facultad de Humanidades, Universidad del Magdalena, Santa Marta, Magdalena, Colombia, 47004.
Dirección postal: Calle 24A 75-10. Modelia, Bogotá, Colombia.
3 École Pratique des Hautes Études-Laboratoire de Paléoanthropologie-UMR 5199/PACEA/CNRS/Université de Bordeaux 1
Talence, Francia, 33405. dutour27@gmail.com
4 Department of Anthropology, University of Toronto, Toronto, ON, Canada, M5S 2S2.
Recibido: julio 2013. Aceptado: octubre 2013.
La relación entre la enfermedad articular
degenerativa-EAD, también llamada osteoartrosis, y
la actividad física ha sido discutida en antropología
por más de treinta años.Algunos investigadores han
mostrado una conexión entre la EAD y un estilo de
vida exigente desde el punto de vista biomecánico
(Bridges 1991, 1992; Cope et al. 2005; Crubézy et al.
2002; Jurmain 1977; 1980; 1990; Jurmain y Kilgore
1995; Klaus et al. 2009; Larsen 1987; Lieverse et al.
2007; Lovell y Dublenko 1999; Molnar et al. 2011;
Ortner 2003; Peyron 1986; Resnick 2002; Rogers y
Waldron 1995; Rogers et al. 1987; Ubelaker 1989;
1989; Waldron 1997; Walker y Hollimon 1989;
Watkins 2012). Sin embargo, algunos otros han
2. Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda y Olivier Dutour154
encontrado una fuerte correlación entre la EAD
y la edad (Bourke 1967; Jurmain y Kilgore 1995;
Molnar et al. 2011); considerándola como simple
consecuencia del proceso de envejecimiento y de
la bipedación característica del ser humano, en
particular cuando se observa sobre la columna
vertebral (Knüsel et al. 1997).
La EAD es la degeneración del cartílago y del
hueso articular, es asimétrica y pluriarticular, no
inflamatoria, crónica y causa la deformación de la
articulación asociando pérdida y formación ósea
(Bourke 1967; Dutour y Ardagna 2005; Resnick
2002; Rothschild 1997). La EAD es multifactorial, se
relaciona con la edad, el sexo, el trauma, la genética,
el bipedalismo, la obesidad, la nutrición, el estrés
biomecánico y la actividad física (Bridges 1992;
Campillo 2001; Cunha 2003; Goodman y Martin
2002; Goodman et al. 1984; Jurmain 1977, 1980;
Jurmain y Kilgore 1995; Larsen 1987; Malgosa
2003; Ortner 2003; Peyron 1986; Resnick 2002;
Robledo et al. 1993; Rogers y Dieppe 1994; Rogers
yWaldron 1995; Rogers et al. 1987; Ubelaker 1989;
Weiss y Jurmain 2007).
La EAD es frecuentemente observada en restos
óseos de sitios arqueológicos de gran antigüedad,
pero produce consecuencias socioeconómicas aún
en la actualidad, como incapacidad para laborar,
hospitalización, invalidez de corta y larga dura-
ción, cirugías, entre otras (Bridges 1992; Cohen y
Armelagos 1984; Goodman y Martin 2002; Jurmain
y Kilgore 1995; Kjeken et al. 2004; Ortner 2003;
Peyron 1986; Rogers y Dieppe 1990; Thillaud
1992; Waldron 1997; Weiss y Jurmain 2007). La
paleoepidemiología de la EAD ha sido estudiada en
varias colecciones óseas de Norteamérica (Bourke
1967; Bridges 1991, 1992; Dabbs 2011; Jurmain
1977, 1980, 1990, Jurmain y Kilgore 1995; Ortner
1968; Walker y Hollimon 1989; Watkins 2012;
Woo y Sciulli 2011), Europa (Berato et al. 1990;
Crubézy et al. 2002; Molnar et al. 2011; Rogers y
Dieppe 1994; Rogers et al. 1997; H. Waldron 1991,
1997; T. Waldron 1992, 1997) y Asia (Baker et al.
2012; Cope et al. 2005; Eshed et al. 2010; Inoue
et al. 2001; Lieverse et al. 2007). Sin embargo, las
diferencias en las metodologías utilizadas dificultan
la comparación de los resultados. El estudio de la
paleoepidemiología de la EAD es muy reciente
en colecciones óseas de América del Sur (Arrieta
y Mendonça 2011; Klaus et al. 2009; Pechenkina
y Delgado 2006; Ponce 2010; Rojas-Sepúlveda
et al. 2008).
Loscambiosentesiales(CE)(HendersonyAlves-
Cardoso 2013; Jurmain y Villotte 2010; Villotte y
Knüsel 2013), llamados tradicionalmente marcadores
óseos de actividad (MOA) y musculoskeletal stress
markers (MSM), son modificaciones producidas en
los sitios de inserción y origen de los músculos y
los tendones. En antropología se han estudiado los
marcadores de estrés ocupacional, los cuales incluyen
los marcadores de estrés musculoesquelético y los
marcadores de robustez (Jurmain y Villotte 2010;
Kennedy 1998; Santos et al. 2010). En torno a los
CE, se ha dado una activa discusión entre inves-
tigadores en los últimos años, en particular en lo
que respecta a la terminología y las metodologías
de estudio (Henderson y Alves-Cardoso 2013;
Jurmain y Villotte 2010; Villotte y Knüsel 2013).
Los marcadores óseos de actividad se han definido
como lesiones óseas localizadas en los sitios de
inserción de los músculos y los tendones, causados
por su prolongada hiperactividad (Dutour 1986); o
como las marcas producidas por los músculos, los
ligamentos o los tendones cuando se insertan en el
hueso (Hawkey y Merbs 1995). Sin embargo, el
término “cambio entesial” (entheseal change) ha
sido propuesto recientemente por ser más genérico
y más neutral para designar a las alteraciones de
las entesis observadas en material óseo (Jurmain
y Villotte 2010), teniendo en cuenta que dichos
cambios pueden ser originados por varias causas
y no solamente por la actividad física. Si bien la
actividad es solo uno de esos factores, el estudio de
estos marcadores ha sido interesante porque ofrece
la oportunidad de acercase al uso de un músculo,
ya que la plasticidad del hueso responde al estrés
muscular por medio de un cambio morfológico
(Hawkey 1998; Hawkey y Merbs 1995; Jurmain y
Villotte 2010; Kennedy 1998; Mariotti et al. 2004;
2007; Molnar 2006; 2008; Munson Chapman 1997;
Oumaoui et al. 2004; Peterson 1998; Robb 1998;
Santos et al. 2010; Steen y Lane 1998; Stirland 1998;
Villotte 2008;Weiss 2003a; 2004;Wilczak 1998). Si
un sitio de inserción está bajo estrés con frecuencia,
el número de capilares se aumenta en el periostio, lo
cual estimula la remodelación de osteones, produ-
ciendo una hipertrofia ósea y una inserción muscular
rugosa (Hawkey y Merbs 1995; Munson Chapman
1997). El aumento de los capilares resulta del en-
grosamiento del diámetro de las fibras musculares
por la producción de miofibrillas, mitocondrias y
retículo sarcoplásmico (Steen y Lane 1998). Los CE
han sido estudiados principalmente para reconstruir
3. 155Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente…
los estilos de vida en el pasado en Europa (Crubézy
et al. 2002; Havelková et al. 2011; Molnar 2006,
2008; Molnar et al. 2011; Niinimäki 2011; Palfi y
Dutour 1996; Robb 1994, 1998; Stefanović y Porčić
2011; Stirland 1998; Villotte 2006, 2008; Villotte
et al. 2010), Norteamérica (Lovell y Dublenko 1999;
Munson Chapman 1997; Steen y Lane 1998; Weiss
2003b, 2004, 2007; Weiss et al. 2012),Asia (Baker
et al. 2012; Eshed et al. 2004; Peterson 1998),
África (Churchill y Morris 1998; Dutour 1986) y
recientemente, en América del Sur (Acosta 2012;
Ponce 2010). Diversos aspectos metodológicos con
respecto al registro de la información y al tratamiento
estadístico, así como a los factores que influyen en
la presencia de los CE han sido objeto de discusión
durante las últimas décadas (Cardoso y Henderson
2010; Churchill y Morris 1998; Hawkey y Merbs
1995; Henderson y Alves-Cardoso 2013; Jurmain
y Villotte 2010; Mariotti et al. 2004, 2007; Molnar
et al. 2011; Niinimäki 2011; Robb 1998; Santos
et al. 2010; Stefanović y Porčić 2011; Stirland 1998;
Villotte 2006, 2008; Villotte et al. 2010; Villotte y
Knüsel 2013; Weiss 2003b, 2004, 2007; Weiss et al.
2012; Wilczak 1998).
Este estudio busca contribuir a la interpretación
de la información sobre poblaciones del pasado con
respecto a la enfermedad articular degenerativa
y los cambios entesiales. De esta manera, busca
aportar al debate sobre la relación entre actividad
física, EAD y CE.
Materiales y Métodos
La EAD y los CE fueron estudiados en seis
colecciones óseas prehispánicas: Soacha (en algunos
casos referida como Soacha Portoalegre, Partalegre
o Portobelo), Marín y Tunja-UPTC (también co-
nocida como Cercado grande de los Santuarios) en
Colombia; PanamáViejo y Sitio Sierra en Panamá;
yAncón 1 en Perú (Figura 1, Tablas 1 y 2).Aquellos
individuos de las colecciones que tuvieran un estado
de conservación aceptable y fueran mayores de 15
años fueron incluidos en el estudio.
Un observador (Rojas-Sepúlveda) realizó el
registro completo de la información con el fin de
evitar errores interobservador. El sexo y la edad de
los individuos fueron estimados siguiendo métodos
antropológicos convencionales (Brothwell 1965;
Figura 1. Colecciones óseas estudiadas.
Skeletal series studied.
4. Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda y Olivier Dutour156
Tabla 1. Información sobre las colecciones estudiadas en Colombia.
Information about the series studied in Colombia.
Soacha1 Marín Tunja-UPTC2
Ambiente Altitud: 2565 msm.
Temperatura: 13°C.
Rico en recursos
Altitud: 2600 msm.
Temperatura: 12-14°C.
Lacustre
Altitud: 2800 msm.
Temperatura: 13°C.
Rico en recursos
Cultura Muisca de Bogotá (Sur) Muisca de Boyacá (Norte) Muisca de Boyacá (Norte)
Cronología del sitio 700-1600 d.C. 700-1600 d.C. I-XVIII d.C.
Cronología colección XI-XIII d.C. XIII-XIV d.C. VIII-XVIII d.C.
Número de tumbas 133 43 285
Actividades de
subsistencia
Agricultura, caza, pesca,
manufactura, recolección,
minería, comercio
Agricultura, caza, pesca,
recolección, manufactura
Manufactura, caza, pesca,
comercio, agricultura
Sistema político Confederación de cacicazgos,
poder religioso y político
Confederación de cacicazgos,
poder religioso y político
Confederación de cacicazgos,
poder religioso y político.
Sistema social Estratificación social. Colección
integrada por gente del común y
guerreros
Estratificación. Contextos
funerarios no típicos de la zona
muisca
Probable estratificación
Estudios
bioantropológicos
(Martínez 2005; Rodríguez
1994, 1999; Rojas-Sepúlveda
2005; Rojas-Sepúlveda et al.
2008)
Gonzalo Correal y Hernando
José Umaña (Boada 1987,
1988; Martínez 2005)
(Álvarez y Rodríguez 2001;
Rodríguez 2006).
Estado de conservación Buen estado general Buen estado general Estado aceptable
Efectivo estudiado 91 individuos 41 individuos 99 individuos
1En algunos casos referida como Soacha Portoalegre, Portalegre o Portobelo; 2También conocido como Cercado grande de los Santuarios.
Tabla 2. Información sobre las colecciones estudiadas en Panamá y en Perú.
Information about the series studied in Panamá and Peru.
Panamá Perú
Panamá Viejo Sitio Sierra Ancón 1
Ambiente Altitud: 0 msm. Bosque tropical.
Recursos Marinos. Inundaciones
por el fenómeno de El Niño
Altitud: 300 msm. Bosque
tropical. Recursos Marinos.
Variaciones por el fenómeno de
El Niño
Altitud: 0 msm. Recursos
Marinos. Suelo árido.
Inundaciones por el fenómeno
de El Niño
Cultura Gran Darién (Cuevas) Gran Coclé Huaura y Chancay
Cronología del sitio 1420-490 a.p. 530 -1460 d.C.
IX-XV d.C.
400 a.C.-600 d.C. 2500 a.C.-1534 d.C.
Cronología colección 1420-490 a.p. 530-1460 d.C.
IX-XV d.C.
40 d.C-350 d.C. I-IV d.C. Horizonte Medio. 600-1000 d.C.
VII-XI d.C.
Número de tumbas 65 24? Misión 1950-1953: 875 tumbas
Actividades de
subsistencia
Agricultura, pesca, recolección
de moluscos, manufactura
Pesca, caza, agricultura,
comercio, manufactura
Comercio, pesca, recolección de
moluscos
Sistema político Cacicazgos Cacicazgos Actividad militar
Sistema social Probable estratificación Probable estratificación, la
colección es de gente del común
Estratificación, la colección es
de gente del común
Estudios
bioantropológicos
(Martín et al. 2009) (Norr 1991; Nowàcka 1989) (Rhode y Benfer 2006; Rojas-
Sepúlveda y Dutour 2009;
Slovak 2007).
Estado de conservación Mala conservación Buena conservación Buena conservación
Efectivo estudiado 18 individuos 19 individuos 116 individuos
5. 157Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente…
Buikstra y Ubelaker 1994; Isçan et al. 1984; Isçan
et al. 1985; Suchey y Brooks 1988; White y Folkens
2000). Las anomalías óseas fueron observadas
(Larsen 1987; 1999; Ortner 2003; Thillaud 1992,
1994) con el fin de descartar aquellos individuos
que presentaran signos de DISH (Diffuse idiopathic
skeletal hiperostosis), espondilitis anquilosante o
trauma de gran proporción (Benjamin et al. 2006;
Dutour 1992; Hawkey y Merbs 1995).
Se registró el estado de conservación de cada una
de las articulaciones (completa: más del 75% de la
articulación observable; suficientemente completa:
50-75%; incompleta: 25-50%; muy incompleta:
menos del 25%; y no observable). Se observaron
de manera macroscópica las diferentes manifesta-
ciones de la EAD: osteofitos (Nathan 1962; Rogers
y Waldron 1995), labiación (Rogers et al. 1987;
Rojas-Sepúlveda et al. 2008), eburnación (Bridges
1992; Ortner 2003; Rogers y Waldron 1995; Rogers
et al. 1987; Rothschild 1997) y porosidad (Rothschild
1997). Dichas manifestaciones se registraron por
medio de códigos relacionados con la expresión
de la manifestación (Jurmain 1990; Nathan 1962;
Rojas-Sepúlveda et al. 2008): de 0 (ausente) a 3
(extrema) (Rojas-Sepúlveda et al. 2008).
Los CE fueron observados en los sitios de
inserción u origen de músculos o ligamentos
descritos en la Tabla 3. Se utilizó la metodología
propuesta por Hawkey y Merbs (1995), en la cual
se definen tres categorías: el marcador de robustez
(rugosidad), la lesión causada por estrés (porosidad
hasta una laguna) y la exostosis osificante. Cada
una de ellas se codificó de 0 (expresión ausente)
a 3 (expresión fuerte). El código no observable se
utilizó cuando el sitio de inserción no era visible.
Los marcadores de robusticidad y las lesiones por
estrés son un continuum (Hawkey y Merbs 1995),
los códigos variaron entonces de 0 a 6. Ya que las
exostosis osificantes se relacionan con trauma, no
fueron consideradas. Este método es simple, ha
sido utilizado en muchos estudios (Eshed et al.
2004; Lovell y Dublenko 1999; Molnar 2006,
2008; Molnar et al. 2011; Munson Chapman 1997;
Niinimäki 2011; Peterson 1998; Steen y Lane 1998;
Weiss 2003b, 2004) y produce niveles aceptables
de error de observación (Hawkey y Merbs 1995).
Si bien otras propuestas han visto la luz (Henderson
y Alves-Cardoso 2013; Jurmain y Villotte 2010;
Mariotti et al. 2004, 2007; Santos et al. 2010;Villotte
2008; Villotte et al. 2010; Villotte y Knüsel 2013;
Weiss 2007), es muy reciente que se comienza a dar
una aproximación hacia un consenso (Henderson
y Alves-Cardoso 2013; Villotte y Knüsel 2013).
La información sobre EAD fue totalizada por
área anatómica: hombro, codo, muñeca, mano, ar-
ticulación coxofemoral, rodilla, tobillo, pie (Larsen
et al. 1995, según la Tabla 2 de Klaus et al. 2009),
la articulación temporomandibular (Jurmain 1990)
y las costillas. Si alguna de las manifestaciones
consideradas (exceptuando la porosidad aislada)
estaba presente en la articulación observada, la
EAD fue registrada como positiva para toda la
articulación (Rojas-Sepúlveda et al. 2008), y se
asignó el código más alto.
Tabla 3. Sitios de origen e inserción para observación de CE.
Observed sites for EC.
Elemento óseo Sitios observados
Clavículas
Origen del músculo pectoral mayor
Inserción del músculo trapecio
Fijación del ligamento costoclavicular
Húmeros
Inserción del músculo pectoral mayor
Inserción del músculo gran dorsal
Inserción del músculo deltoides
Ulnas
Inserción del músculo tríceps braquial
Inserción del músculo braquial
Radios Inserción del músculo bíceps braquial (fibrocartilaginosa)
Fémures
Inserción del músculo glúteo máximo
Origen del músculo vasto lateral
Origen del músculo vasto medial
Origen del músculo gastrocnemio
Tibias Origen del músculo sóleo
6. Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda y Olivier Dutour158
Las frecuencias o prevalencias de EAD y de CE
fueron calculadas teniendo en cuenta solo el número
de individuos que tuvieran la articulación o el sitio
(de inserción u origen) observable (Waldron 1994,
2009). El numerador “n” correspondió al número
de individuos registrados como positivos para el
elemento anatómico (articulación o sitio de inserción
u origen), y el denominador “N” correspondió al
número de individuos para los cuales el elemento
anatómico era observable (Rojas-Sepúlveda 2009;
Rojas-Sepúlveda et al. 2008).
Las frecuencias de CE fueron calculadas para
cada sitio (de inserción u origen). Si bien al reco-
lectar la información se asignaron códigos de 0 a
6 con respecto a los CE, siguiendo la metodología
de Hawkey y Merbs (1995), algunos resultados
preliminares mostraron que las frecuencias obte-
nidas al considerar los códigos 1 y 2 incluían casi
la totalidad de la muestra, lo cual no permitía ver
diferencias entre grupos (Rojas-Sepúlveda 2009);
por dicha razón, los análisis contemplan sólo los
códigos 3, 4, 5 y 6.
Con el fin de establecer las diferencias entre
los grupos, se aplicó el test de Chi cuadrado. Para
valores esperados menores a 5 se utilizó el test
exacto de Fisher.
Se realizó un análisis por clasificación je-
rárquica con el fin de ordenar las colecciones en
grupos de acuerdo con las frecuencias de EAD y de
CE, teniendo en cuenta ambos indicadores, luego
solamente la EAD y al final, los CE. Esto permi-
tió observar la similitud entre las colecciones que
conformaron un mismo grupo. Para estos análisis
por clasificación jerárquica se aplicó el método de
Ward y las distancias euclidianas. Las estadísticas
se realizaron utilizando el software R 2.8.1.
Resultados
La composición de las colecciones estudiadas
se presenta en la Figura 2. Nótese la baja proporción
de individuos de más de 45 años.
Las Tablas 4 y 5 presentan las frecuencias de
EAD y de CE. Se observa una gran variabilidad en
Figura 2. Composición de las muestras por edad y sexo.
Age and sex composition of the samples.
7. 159Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente…
Tabla 4. Prevalencia de la EAD por lado.
DJD prevalence by side.
Sistema articular
Soacha Marín Tunja-UPTC
Izq. Der. Izq. Der. Izq. Der.
n/N % n/N % n/N % n/N % n/N % n/N %
Temporomandibular 8/75 10,67 7/78 8,97 15/37 40,54 8/37 21,62 6/46 13,04 5/50 10,00
Esternoclavicular 3/42 7,14 3/40 7,50 2/23 8,70 4/24 16,67 1/40 2,50 1/42 2,38
Hombro 8/68 11,76 7/68 10,29 1/36 2,78 1/37 2,70 11/57 19,30 15/61 24,59
Codo 11/62 17,74 9/64 14,06 7/38 18,42 9/35 25,71 9/66 13,64 13/68 19,12
Muñeca 5/50 10,00 6/51 11,76 7/37 18,92 6/32 18,75 3/54 5,56 5/54 9,26
Mano 9/36 25,00 7/37 18,92 6/27 22,22 9/28 32,14 1/22 4,55 6/32 18,75
Cadera 18/71 25,35 19/75 25,33 3/33 9,09 3/34 8,82 5/65 7,69 4/67 5,97
Rodilla 4/66 6,06 7/69 10,14 3/36 8,33 3/36 8,33 4/53 7,55 10/59 16,95
Tibiofibular 0/23 0,00 0/27 0,00 0/25 0,00 2/23 8,70 2/30 6,67 0/29 0,00
Tobillo 4/67 5,97 3/66 4,55 6/34 17,65 5/34 14,71 3/65 4,62 3/65 4,62
Pie 15/40 37,50 18/37 48,65 16/31 51,61 15/29 51,72 7/22 31,82 8/28 28,57
Sistema articular
Panamá Viejo Sitio Sierra Ancón 1
Izq. Der. Izq. Der. Izq. Der.
n/N % n/N % n/N % n/N % n/N % n/N %
Temporomandibular 0/9 0,00 0/8 0,00 1/9 11,11 2/10 20,00 4/93 4,30 4/93 4,30
Esternoclavicular 0/2 0,00 0/3 0,00 1/5 20,00 0/4 0,00 9/74 12,16 10/75 13,33
Hombro 1/8 12,50 3/6 50,00 3/11 27,27 3/10 30,00 45/95 47,37 50/97 51,55
Codo 1/11 9,09 2/9 22,22 3/12 25,00 4/12 33,33 35/100 35,00 47/101 46,53
Muñeca 0/5 0,00 0/4 0,00 0/7 0,00 1/6 16,67 27/92 29,35 26/77 33,77
Mano 2/4 50,00 2/4 50,00 2/5 40,00 4/9 44,44 15/38 39,47 15/41 36,59
Cadera 1/8 12,50 1/8 12,50 2/11 18,18 3/10 30,00 40/101 39,60 38/101 37,62
Rodilla 2/5 40,00 1/5 20,00 3/15 20,00 2/14 14,29 53/102 51,96 50/104 48,08
Tibiofibular 0/1 0,00 0/2 0,00 0/2 0,00 0/5 0,00 7/96 7,29 6/98 6,12
Tobillo 2/5 40,0 2/6 33,33 0/11 0,00 1/11 9,09 22/98 22,45 23/102 22,55
Pie 2/5 40,0 1/3 33,33 4/9 44,44 4/8 50,00 34/43 79,07 32/44 72,73
Izq. lado izquierdo; Der. lado derecho; n: número de casos positivos, N: número de elementos observables.
las frecuencias y perfiles de EAD y de CE en las
colecciones estudiadas. Los individuos deAncón 1
en la costa peruana presentan las frecuencias más
altas de EAD en ocho de las 11 áreas articulares
observadas. Los individuos de las colecciones
muiscas del altiplano colombiano (Marín, Soacha
y Tunja-UPTC) presentan las frecuencias más altas
de CE. En el caso de la colección Marín, siete
de los 14 sitios de inserción u origen observados
presentan las frecuencias más elevadas. Como se
puede observar en las Tablas 6 y 7, son múltiples
las diferencias altamente significativas entre las
frecuencias de los indicadores en las colecciones
estudiadas. En general, a partir de los resultados,
para EAD, las diferencias entre las frecuencias
son significativas cuando las colecciones muiscas
(Soacha, Marín y Tunja-UPTC) se comparan entre
sí, pero en particular cuando estas se comparan con
la colección Ancón 1 (Tabla 6). En el caso de los
CE, las diferencias son altamente significativas
cuando se comparan las frecuencias al interior de
las colecciones muiscas y también cuando estas se
comparan con la colección de Ancón 1 (Tabla 7).
Los árboles muestran que las colecciones muis-
cas se ubican juntas tanto cuando se incluyen en el
análisis las frecuencias de la EAD, como cuando se
incluyen las frecuencias de los CE, como cuando
se incluyen las frecuencias de la EAD y de los CE
juntas (Figura 3).
Discusión
Estos resultados muestran una importante
variabilidad entre las frecuencias y los perfiles de
la EAD y de los CE en las seis colecciones óseas
estudiadas. Sin embargo, hay similitudes entre las
colecciones que vienen de ambientes parecidos y
que presentaban sistemas de explotación similares.
8. Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda y Olivier Dutour160
La variabilidad tanto en las frecuencias como
en los perfiles de EAD ha sido expuesta como ar-
gumento para apoyar la relación entre la actividad
física y la EAD (Bridges 1992).Ambos indicadores
tienden a estar más presentes en el lado derecho
que en el izquierdo, lo cual también ha ayudado
a probar una relación positiva entre la EAD y la
actividad física (Jurmain 1977, 1980; Ortner 1968),
argumentos que podrían equipararse para los CE.
En los resultados obtenidos se observa una
falta de concordancia entre las frecuencias de la
EAD y de los CE. Las colecciones en las cuales se
presentaron las frecuencias más altas de EAD no
presentaron las frecuencias más altas de CE. Sin
embargo, el análisis de clasificación jerárquica
formó grupos de las colecciones provenientes de
ambientes similares, lo cual permitió comprender
que los resultados eran coherentes y que podrían
ser explicados.
Si bien ambos indicadores se relacionan con
múltiples factores, vale la pena reflexionar en forma
breve sobre el papel del que ha sido considerado uno
de los más importantes. La edad suele relacionarse
con la EAD (Bourke 1967; Bridges 1992; Jurmain
1977, 1980; Jurmain y Kilgore 1995; Molnar et al.
2011), y con los CE (Cardoso y Henderson 2010;
Tabla 5. Prevalencia de los CE por lado.
EC prevalence by side.
Sitio ins/orig
Soacha Marín Tunja-UPTC
Izq. Der. Izq. Der. Izq. Der.
n/N % n/N % n/N % n/N % n/N % n/N %
C. pectoral mayor 2/54 3,7 5/54 9,26 0/26 0,00 2/30 6,67 1/42 2,38 0/53 0,00
C. costoclavicular 21/57 36,84 28/57 49,12 10/28 35,71 14/31 45,16 18/54 33,33 23/56 41,07
C. trapecio 14/65 21,54 15/67 22,39 13/33 39,39 9/32 28,13 1/60 1,67 1/55 1,82
H. pectoral mayor 39/73 53,42 37/75 45,33 22/41 53,66 28/39 71,79 33/73 45,21 34/3 46,58
H. gran dorsal 5/71 7,04 7/69 10,14 8/29 27,59 8/29 27,59 10/64 15,63 8/59 13,56
H. deltoides 13/74 17,57 14/77 18,18 11/39 28,21 14/39 35,9 20/74 27,03 22/74 29,73
R. bíceps braquial 2/63 3,17 1/62 1,61 12/34 35,29 18/37 48,65 22/70 31,43 21/72 29,17
U. tríceps braquial 0/35 0,00 0/38 0,00 1/28 3,57 0/33 0,00 1/59 1,69 1/59 1,69
U. braquial 3/63 4,76 3/66 4,55 2/33 6,06 2/38 5,26 4/76 5,26 5/74 6,76
F. glúteo máximo 34/67 50,75 30/67 44,78 28/39 71,79 26/40 65 28/74 37,84 27/72 37,5
F. vasto medial 10/76 13,16 6/79 7,59 11/41 26,83 10/41 24,39 13/78 16,67 13/76 17,11
F. vasto lateral 12/77 15,58 13/80 16,25 12/40 30 11/40 27,5 9/77 11,69 7/76 9,21
F. gastrocnemio 7/56 12,5 9/61 14,75 0/17 0,00 0/14 0,00 20/54 37,04 16/53 30,19
T. sóleo 11/67 16,42 11/64 17,19 7/39 17,95 6/37 16,22 11/67 16,42 9/68 13,24
Sitio ins/orig
Panamá Viejo Sitio Sierra Ancón 1
Izq. Der. Izq. Der. Izq. Der.
n/N % n/N % n/N % n/N % n/N % n/N %
C. pectoral mayor 0/8 0,00 0/5 0,00 1/10 10,00 0/8 0,00 3/43 6,98 1/44 2,27
C. costoclavicular 1/3 33,33 2/3 66,67 2/4 50,00 4/4 100,00 45/91 49,45 48/91 52,75
C. trapecio 1/8 12,5 2/9 22,22 1/12 8,33 0/12 0,00 7/94 7,45 2/92 2,17
H. pectoral mayor 3/12 25,00 1/13 7,69 1/13 7,69 2/15 13,33 18/101 17,82 12/102 11,76
H. gran dorsal 0/1 0,00 0/2 0,00 0/0 0,00 0/0 0,00 4/50 8,00 2/51 3,92
H. deltoides 3/13 23,08 2/11 18,18 2/14 14,29 1/15 6,67 37/101 36,63 42/102 41,18
R. bíceps braquial 3/8 37,5 4/8 50,00 2/12 16,67 2/13 15,38 26/95 27,37 29/96 30,21
U. tríceps braquial 0/9 0,00 0/9 0,00 0/10 0,00 0/10 0,00 0/78 0,00 0/81 0,00
U. braquial 0/11 0,00 0/10 0,00 0/13 0,00 2/16 12,5 3/97 3,09 4/97 4,12
F. glúteo máximo 3/8 37,5 2/9 22,22 6/15 40,00 5/13 38,46 52/106 49,06 49/108 45,37
F. vasto medial 1/10 10,00 1/10 10,00 1/16 6,25 0/17 0,00 21/108 19,44 22/107 20,56
F. vasto lateral 1/10 10,00 0/10 0,00 1/16 6,25 0/17 0,00 19/108 17,59 20/107 18,69
F. gastrocnemio 0/2 0,00 0/1 0,00 0/2 0,00 0/5 0,00 7/95 7,37 9/97 9,28
T. sóleo 1/7 14,29 2/8 25 1/11 9,09 1/13 7,69 22/103 21,36 23/103 22,33
Izq. lado izquierdo; Der. lado derecho; n: número de casos positivos, N: número de elementos observables; C: clavícula; H: húmero;
R: radio; U: ulna; F: fémur; T: tibia.
9. 161Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente…
Tabla 6. Resultados de Chi cuadrado, comparación de la frecuencia de la EAD en los miembros superiores e inferiores
(diferencias altamente significativas).
Chi square results, comparisons of DJD prevalence in upper and lower body (highly significant differences).
Colecciones comparadas EAD en miembros superiores EAD en miembros inferiores
Soacha/Marín Temporomandibular I (χ²=13,550; P =0,000) Cadera D (χ²=3,958; P =0, 047)
Soacha/Tunja-UPTC Hombro D (χ²=4,646; P =0,031)
Cadera I (χ²=7,531; P =0,006)
Cadera D (χ²=9,775; P =0,002)
Soacha/Panamá Viejo Hombro D (P =0,029)
Soacha/Ancón 1
Hombro I (χ²=22,895; P =0,000)
Hombro D (χ²=30,086; P =0,000)
Codo I (χ²=5,606; P =0,018)
Codo D (χ²=18,424; P =0,000)
Muñeca I (χ²=6,947; P =0,008)
Muñeca D (χ²=7,921; P =0,005)
Rodilla I (χ²=37,660; P =0,000)
Rodilla D (χ²=27,015; P =0,000)
Tobillo I (χ²=8,141; P =0,004)
Tobillo D (χ²=9,929; P =0,002)
Pie I (χ²=14,808; P =0,000)
Pie D (χ²=4,933; P =0,026)
Marín/Tunja-UPTC
Temporomandibular I (χ²=8,204; P =0,004)
Hombro I (P =0,025)
Hombro D (χ²=8,076; P =0,004)
Marín/Panamá Viejo
Temporomandibular I (P =0,021)
Hombro D (P =0,006)
Marín/Sitio Sierra
Hombro I (P =0,035)
Hombro D (P =0,026)
Marín/Ancón 1
Temporomandibular I (χ²=27,856; P =0,000)
Temporomandibular D (P =0,005)
Hombro I (χ²=22,783; P =0,000)
Hombro D (χ²=27,105; P =0,000)
Codo D (χ²=4,652; P =0,031)
Cadera I (χ²=10,627; P =0,001)
Cadera D (χ²=9,977; P =0,002)
Rodilla I (χ²=21,004; P =0,000)
Rodilla D (χ²=17,956; P =0,000)
Pie I (χ²=6,197; P =0,013)
Tunja-UPTC/Panamá Viejo Tobillo I (P =0,038)
Tunja-UPTC/Sitio Sierra Cadera D (P =0,043)
Tunja-UPTC/Ancón 1
Hombro I (χ²=12,064; P =0,001)
Hombro D (χ²=11,238; P =0,001)
Codo I (χ²=9,315; P =0,002)
Codo D (χ²=13,341; P =0,000)
Muñeca I (χ²=11,799; P =0,001)
Muñeca D (χ²=10,553; P =0,001)
Mano I (χ²=8,692; P =0,003)
Cadera I (χ²=20,382; P =0,000)
Cadera D (χ²=21,525; P =0,000)
Rodilla I (χ²=29,590; P =0,000)
Rodilla D (χ²=15,681; P =0,000)
Tobillo I (χ²=9,572; P =0,002)
Tobillo D (χ²=9,714; P =0,002)
Pie I (χ²=13,952; P =0,000)
Pie D (χ²=13,512; P =0,000)
Sitio Sierra/Ancón 1
Rodilla I (P =0,026)
Rodilla D (P =0,021)
Pie I (P =0,048)
I: izquierdo, D: derecho. Fisher en cursiva.
Kennedy 1998; Mariotti et al. 2004; Molnar 2006;
Molnar et al. 2011; Niinimäki 2011; Robb 1998;
Stirland 1998; Villotte 2008; Villotte et al. 2010;
Weiss 2003b, 2004, 2007;Weiss et al. 2012;Wilczak
1998), pero en este estudio la edad no sesga los resul-
tados, ya que las colecciones no presentan números
significativos de individuos de más de 45 años. Se ha
encontrado que los CE se correlacionan de manera
significativa con la edad cuando el nivel de estrés
físico del grupo es bajo, pero la correlación es mucho
menos clara cuando el nivel de estrés físico es alto
(Havelková et al. 2011); se han reportado diferencias
entre las frecuencias de grupos de individuos de 20
a 50 años, pero no entre grupos de individuos de
más de 50 años (Havelkonvà et al. 2011), es decir,
que antes de los 50 años, estos indicadores muestran
claramente la influencia de la actividad física. Un
estudio realizado sobre esqueletos de edad, sexo y
ocupación conocidos muestra que las diferencias de
las prevalencias de CE entre grupos con diferentes
actividades observadas en el lado derecho y en el
lado izquierdo son más importantes antes de los 50
años (Villotte et al. 2010).
Por otro lado, se evitaron sesgos al excluir
del estudio individuos que presentaban trauma
significativo, malformaciones congénitas, DISH
(Diffuse idiopathic skeletal hiperostosis) o espon-
dilitis anquilosante.
10. Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda y Olivier Dutour162
Tabla 7. Resultados Chi cuadrado, comparaciones de la frecuencia de CE, miembros superiores e inferiores
(diferencias altamente significativas).
Chi square results, comparisons of EC prevalence in upper and lower body (highly significant differences).
Col. Comp. CE 3+4+5+6 en miembros superiores CE 3+4+5+6 en miembros inferiores
Soacha/
Marín
H. pectoral mayor D (χ²=7,242; P =0,007)
H. gran dorsal I (P =0,009)
H. deltoides D (χ²=4,437; P =0,035)
R. bíceps braquial I (P =0,000)
R. bíceps braquial D (χ²=33,055; P =0,000)
F. glúteo máximo I (χ²=4,498; P =0,034)
F. glúteo máximo D (χ²=4,107; P =0,043)
F. vasto medial D (χ²=6,589; P =0,010)
Soacha/
Tunja-UPTC
C. trapecio I (χ²=11,667; P =0,001)
C. trapecio D (χ²=11,216; P =0,001)
R. bíceps braquial I (χ²=17,898; P =0,000)
R. bíceps braquial D (χ²=18,431; P =0,000)
F. gastrocnemio I (χ²=8,937; P =0,003)
F. gastrocnemio D (χ²=3,946; P =0,047)
Soacha/
Panamá Viejo
H. pectoral mayor D (χ²=6,553; P =0,010)
R. bíceps braquial I (P =0,009)
R. bíceps braquial D (P =0,000)
Soacha/
Sitio Sierra
H. pectoral mayor I (χ²=9,277; P =0,002)
H. pectoral mayor D (χ²=5,333; P =0,021)
Soacha/
Ancón 1
C. trapecio I (χ²=6,657; P =0,010)
C. trapecio D (χ²=16,590; P =0,000)
H. pectoral mayor I (χ²=24,384; P =0,000)
H. pectoral mayor D (χ²=25,321; P =0,000)
H. deltoides I (χ²=7,607; P =0,006)
H. deltoides D (χ²=10,792; P =0,001)
R. bíceps braquial I (χ²=15,207; P =0,000)
R. bíceps braquial D (χ²=20,025; P =0,000)
F. vasto medial D (χ²=5,975; P =0,015)
Marín/
Tunja-UPTC
C. trapecio I (P =0,000)
C. trapecio D (P =0,000)
H. pectoral mayor D (χ²=6,542; P =0,011)
R. bíceps braquial D (χ²=4,037; P =0,045)
F. gastrocnemio D (P =0,016)
F. glúteo máximo I (χ²=11,781; P =0,001)
F. glúteo máximo D (χ²=7,801; P =0,005)
F. vasto lateral I (χ²=5,994; P =0,014)
F. vasto lateral D (χ²=6,687; P =0,010)
F. gastrocnemio I (P =0,002)
Marín/
Panamá Viejo
H. pectoral mayor D (χ²=16,242; P =0,000) F. glúteo máximo D (P =0,028)
Marín/
Sitio Sierra
C. trapecio D (P =0,047)
H. pectoral mayor I (χ²=8,529; P =0,003)
H. pectoral mayor D (χ²=14,995; P =0,000)
H. deltoides D (P =0,043)
R. bíceps braquial D (χ²=4,435; P =0,035)
F. glúteo máximo I (χ²=4,696; P =0,030)
F. vasto medial D (P =0,026)
F. vasto lateral D (P =0,024)
Marín/
Ancón 1
C. trapecio I (χ²=18,789; P =0,000)
C. trapecio D (P =0,000)
H. pectoral mayor I (χ²=18,509; P =0,000)
H. pectoral mayor D (χ²=50,031; P =0,000)
H. gran dorsal I (P =0,026)
H. gran dorsal D (P =0,004)
R. bíceps braquial D (χ²=3,974; P =0,046)
F. glúteo máximo I (χ²=5,960; P =0,015)
F. glúteo máximo D (χ²=4,500; P =0,034)
Tunja-UPTC/
Panamá Viejo
C. trapecio D (P =0,050)
H. pectoral mayor D (χ²=6,913; P =0,009)
Tunja-UPTC/
Sitio Sierra
C. costoclavicular D (P =0,036)
H. pectoral mayor I (χ²=6,496; P =0,011)
H. pectoral mayor D (χ²=5,688; P =0,017)
Tunja-UPTC/
Ancón 1
H. pectoral mayor I (χ²=15,336; P =0,000)
H. pectoral mayor D (χ²=26,610; P =0,000)
F. gastrocnemio I (χ²=20,426; P =0,000)
F. gastrocnemio D (χ²=10,790; P =0,001)
Panamá Viejo/ Ancón 1 C. trapecio D (P =0,039)
Sitio Sierra/
Ancón 1
H. deltoides D (χ²=6,700; P =0,010) F. vasto medial D (P =0,041)
Col. Comp.: Colecciones comparadas. I: izquierdo, D: derecho. C: clavícula, H: húmero, R: radio, F: fémur. Fisher en cursiva.
11. 163Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente…
Figura 3. Árboles resultado de la clasificación jerárquica.
Clusters.
12. Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda y Olivier Dutour164
En cuanto a la genética, su influencia es
importante en términos de severidad de EAD
(Weiss y Jurmain 2007), mas no sobre su mera
presencia (frecuencia). La genética, sin embargo,
ha sido considerada como un factor importante
en la EAD sobre partes anatómicas específicas:
las rodillas, las articulaciones coxofemorales y la
columna vertebral (Jiménez y Dharmavaram 2009;
Weiss y Jurmain 2007). Al mismo tiempo, Weiss
y Jurmain (2007) consideran que en contextos
prehispánicos la influencia del factor genético
podría haberse visto reducida, ya que el impacto
de la actividad pudo haber sido alto. Asimismo,
consideran que el peso no debió haber producido
efectos significativos en las frecuencias de la EAD
en poblaciones premodernas (Weiss y Jurmain
2007). El peso podría influenciar especialmente la
EAD en regiones anatómicas específicas, como las
rodillas (Rogers y Dieppe 1994). En este estudio,
las frecuencias halladas de EAD en las rodillas no
son particularmente altas.
Por las razones antes expuestas, la actividad
física podría tener la influencia más importante
en los indicadores observados en las colecciones
óseas estudiadas aquí.
Según Benjamin et al. (2006), la combinación de
factores mecánicos y biomecánicos es la causa más
aceptada de los cambios entesiales (“entesopatías”
en el texto). La observación simultánea de estos
marcadores, EAD y CE, beneficia la interpretación
de los resultados. Como se ha mencionado, las
colecciones con las frecuencias mayores de EAD
no muestran frecuencias elevadas de CE (Ancón
1), y viceversa (Marín). A pesar de esta aparente
falta de concordancia entre los indicadores, los
árboles de clasificación permitieron observar que las
colecciones se agrupaban de manera coherente, las
colecciones muiscas de tierras altas de Colombia,
con medios y sistemas de explotación de recursos
análogos, formaron grupos aparte en los árboles.
A partir de los resultados obtenidos y la dis-
cusión precedente, la falta de correspondencia
entre la EAD y los CE podría ser explicada por
el nivel de actividad física y las cargas portadas
por los individuos estudiados. De esta manera,
la EAD y los CE pueden responder a diferentes
tipos de actividad: actividades más repetitivas
sin cargas pesadas podrían producir más EAD
que CE, cargando de manera más significativa el
sistema articular que el sistema periarticular; y las
actividades intensas que incluyen cargas pesadas
producen hipertrofia muscular y sobrecarga de las
entesis.Villotte (2008), al estudiar colecciones óseas
de sexo, edad y ocupación conocidas considera que
la simple repetición del movimiento no influencia
de manera significativa los CE, mientras que el
transporte de cargas pesadas es un factor clave.
Stefanović y Porćič (2011) muestran que el tipo
de actividad influencia la expresión de los CE.
Por otro lado, los CE podrían aparecer como
una respuesta adaptativa a la sobrecarga del sistema
musculoesquelético, actuando como protección
contra la EAD. Esto es respaldado por estudios que
muestran que el entrenamiento de fuerza intensa
en individuos en edad prepuberal y adolescentes
puede protegerlos contra las lesiones, ya que ayuda
a consolidar los músculos y las articulaciones
(Costill y Wilmore 2006). Además el entrena-
miento físico produce un cartílago más grueso
y más flexible, un aumento del área de contacto
entre las articulaciones y un crecimiento en la
sustancia intercelular de los tejidos conjuntivos y
del volumen de los tendones y de los ligamentos
(Åstrand y Rodahl 1994). Knüsel (1993) sugirió
el rol “protector” de la robustez contra la EAD,
dando una nueva interpretación a los resultados
de Bridges (1991); sin embargo, luego de la res-
puesta de Bridges (1993), la hipótesis no volvió
a ser formalmente discutida.
Por otro lado, teniendo en cuenta que los
muiscas vivieron entre los 2.500 y 2.800 metros
sobre el nivel del mar, donde la hipoxia está pre-
sente, y que las colecciones muiscas revelaron las
frecuencias más elevadas de CE, se podría con-
siderar la altitud como otro factor en los estudios
de CE. Esta hipótesis no ha sido considerada en
estudios bioarqueológicos previos; sin embargo,
requiere mayor investigación puesto que los estu-
dios relacionados con la hipertrofia muscular en
individuos residentes a gran altura son muy escasos
(Costill y Wilmore 2006; Green y Sutton 2001).
Un estudio realizado con tres hombres Quechua
(3.300 metros sobre el nivel del mar) demostró
que las fibras musculares cambiaron su vocación,
y que la adaptación a la hipoxia crónica favorece
la disminución del potencial metabólico anabólico
y el aumento del anaeróbico (Rosser y Hochachka
1993). Sin embargo, aún es poco claro si esto se
relaciona con una adaptación genética o con una
respuesta individual.
13. 165Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente…
Conclusión
Una metodología para la recolección de datos
y el tratamiento de los mismos permitió la compa-
ración directa de las frecuencias y de los perfiles de
la EAD y de los CE. Una importante variabilidad de
perfiles y de frecuencias fue observada, así como
algunas similitudes entre colecciones óseas de medios
similares y de sistemas de explotación de recursos
análogos, junto con su respectivo agrupamiento
en los árboles. Esto, unido a la tendencia mayor
de los indicadores hacia el lado derecho, apoya
la relación entre EAD, CE y actividad física. Se
propone que el tipo de actividad influencia de dife-
rentes maneras los dos marcadores estudiados: una
actividad repetitiva podría tener una influencia más
importante en la EAD, mientras que las actividades
relacionadas con cargas pesadas y con la hipertrofia
podrían influir más en los CE. La actividad física de
tipo intenso realizada desde la adolescencia puede
generar una respuesta adaptativa contra la EAD.
Las comparaciones realizadas entre poblaciones
de diferentes ecosistemas sugieren que la altitud
debería ser tomada en cuenta como un nuevo factor
para los estudios de CE.
Agradecimientos: Los autores agradecen
a la Doctora Emma Rabino-Massa (Università
di Torino); al Doctor José Vicente Rodríguez
(Universidad Nacional de Colombia); al Doctor
Henri Duday (CNRS-Université de Bordeaux-1);
y al Doctor Jean Michel Viton (Université de
la Méditerranée); por sus importantes observa-
ciones. Asimismo, a los curadores del material
estudiado, en Colombia: a Patricia Ramírez
del Instituto Colombiano de Antropología e
Historia; a la Profesora Helena Pradilla del Museo
Arqueológico deTunja de la Universidad Pedagógica
y Tecnológica de Colombia. En Panamá: al Doctor
Juan Guillermo Martín del Patronato Panamá
Viejo y al Doctor Richard Cooke del Smithsonian
Tropical Research Institute. En Perú: al Museo
Nacional de Arqueología, Antropología e Historia
del Perú-MNAAHP, especialmente a la anterior
directora del Departamento de Restos Humanos,
arqueóloga Elsa Tomasto. El Ministerio Francés de
la Educación Superior y la Investigación financió
el trabajo por medio de una beca doctoral para el
primer autor. Los autores agradecen a los evalua-
dores anónimos del artículo, quienes le aportaron
mucho con sus oportunas sugerencias.
Referencias Citadas
Acosta, M. 2012. Una mirada a los marcadores óseos de acti-
vidad: aproximación al periodo Temprano (340 a.C.-440 d.C.)
del valle geográfico del río Cauca. Revista Colombiana de
Antropología 48:169-187.
Álvarez, B. y J.V. Rodríguez 2001. Estudio osteométrico de
los restos óseos del Cercado grande de los Santuarios, Tunja,
Boyacá. En Los Chibchas: adaptación y diversidad en los Andes
orientales de Colombia, editado por J.V. Rodríguez, pp. 207-
216. Universidad Nacional de Colombia-Colciencias, Bogotá.
Arrieta, M. y O. Mendonça 2011. Enfermedad degenerativa
articular y uso del cuerpo en Rincón Chico 21 (Santa María,
Catamarca). RevistaArgentina deAntropología Biológica 13:3-17.
Åstrand, P.O. y K. Rodahl 1994. Précis de Physiologie de
l’Exercice Musculaire. Traducido por J.-R. Lacour y D. Duizabo.
Tercera edición. Masson, Paris.
Baker, O., H. Duday y O. Dutour 2012. Marqueurs osseux
d’activités physiques: étude du squelette appendiculaire d’une
population nabatéo-romaine (Syrie du Sud). Bulletin et Mémoires
de la Société d’Anthropologie de Paris 24:131-151.
Benjamin, M., H. Toumi, J. Ralphs, G. Bydder, T. Best y S.
Milz 2006. Where tendons and ligaments meet bone: attachment
sites (‘entheses’) in relation to exercise and/or mechanical load.
Journal of Anatomy 208:471-490.
Berato, J., O. Dutour, J. Williams, H. Zakarian y P. Acquaviva
1990. Epidémiologie des affections rhumatismales dans une
population antique. Etude de la Nécropole du Haut-Empire de
Saint-Lambert (Fréjus,Var). Revue du Rhumatisme 57:397-400.
Boada,A.M. 1987. Marín, un asentamiento indígena en elValle
de Samacá (Boyacá). Boletín de Arqueología-FIAN 2:27-44.
1988. La deformación craneana en Marín: un sitio del
Valle de la Laguna (Samacá-Boyacá). Revista de Antropología
Universidad de los Andes IV:129-141.
Bourke, J.B. 1967.A review of the paleopathology of the arthritic
disease. En Diseases in Antiquity, editado por D. Brothwell yA.T.
Sandison, pp. 352-370. Charles C. Thomas, Springfield, Illinois.
Bridges, P. 1991. Degenerative joint disease in hunter-gatherers
and agriculturalists from the southeastern United States. American
Journal of Physical Anthropology 85:379-391.
1992. Prehistoric arthritis in theAmericas. Annual Review
Anthropology 21:67-91.
1993. Reply to Dr Knüsel. American Journal of Physical
Anthropology 91:526-527.
Brothwell, D. 1965. Digging up Bones.The Excavation,Treatment
and the Study of Human Skeletal Remains. Oxford University
Press, London.
14. Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda y Olivier Dutour166
Buikstra, J. y D. Ubelaker 1994. Standars for Data Collection
from Human Skeletal Remains.ArkansasArcheological Survey
Research Series Nº 44, Arkansas.
Campillo, D. 2001. Introducción a la Paleopatología. Bellaterra,
Barcelona.
Cardoso, F.A. y C. Henderson 2010. Enthesopathy formation
in the humerus: data from known age-at-death and known
occupation skeletal collections. American Journal of Physical
Anthropology 141:550-560.
Cohen, M. y G. Armelagos (eds.) 1984. Paleopathology at the
Origins of Agriculture. Academic Press Inc, Orlando.
Cope, J., A. Berryman, D. Martin y D. Potts 2005. Robusticity
and osteoarthritis at the trapeziometacarpal joint in a BronzeAge
population from Tell Abraq, United Arab Emirates. American
Journal of Physical Anthropology 126:391-400.
Costill, D. y J. Wilmore 2006. Physiologie du Sport et de
l’Exercice: Adaptations Physiologiques à l’Exercice Physique.
Traducido por A. Delamarche, P. Delamarche, C. Groussard y
H. Zouhal. Cuarta edición. De Boeck Université, Bruxelles.
Crubézy, É., J. Goulet, J. Bruzek, J. Jelinek, D. Rougé y B.
Ludes 2002. Epidemiology of osteoarthritis and enthesopathies
in a European population dating back 7700 years. Joint Bone
Spine 69:580-588.
Cunha, E. 2003. Aproximación paleopatológica a algunas
enfermedades reumáticas. En Paleopatología la Enfermedad
no Escrita, editado por A. Isidro y A. Malgosa, pp. 209-220.
Masson, Barcelona.
Churchill, S. yA. Morris 1998. Muscle marking morphology and
labour intensity in prehistoric khoisan foragers. International
Journal of Osteoarchaeology 8:390-411.
Dabbs, G. 2011. Health status among prehistoric Eskimos from
Point Hope,Alaska. American Journal of Physical Anthropology
146:94-103.
Dutour, O. 1986. Enthesopathies (Lesions of Muscular Insertions)
as indicators of the activities of Neolithic Saharan populations.
American Journal of Physical Anthropology 7:221-224.
1992. Activités physiques et squelette humain: le difficile
passage de l’actuel au fossile. Bulletin et mémoires de la Société
d’Anthropologie de Paris n.s.t. 4. (3-4):233-241.
Dutour, O. y Y. Ardagna 2005. La paléopathologie humaine.
En Objets et Méthodes en Paléoanthropologie, editado por O.
Dutour, J.-J. Hublin y B. Vandermeersch, pp. 315-341. Comité
de travaux historiques et scientifiques, Paris.
Eshed, V., A. Gopher, E. Galili y I. Hershkovitz 2004.
Musculoskeletal Stress Markers in Natufian hunter-gatherers
and Neolithic farmers in the Levant: the upper limb. American
Journal of Physical Anthropology 123:303-315.
Eshed, V., A. Gopher, R. Pinhasi e I. Hershkovitz 2010.
Paleopathology and the origin of agriculture in the Levant.
American Journal of Physical Anthropology 143:121-133.
Goodman, A. y D. Martin 2002. Reconstructing health profiles
from skeletal remains. En The Backbone of History: Health and
Nutrition in the Western Hemisphere, editado por R. Steckel y
J. Rose, pp. 11-60. Cambridge University press, Cambridge.
Goodman, A., D. Martin y G. Armelagos 1984. Indicators of
stress from bone and teeth. En Paleopathology at the Origins of
Agriculture, editado por M. Cohen y G. Armelagos, pp. 14-38.
Academic Press, Orlando.
Green, H. y J. Sutton 2001. The effects of altitude on skeletal
muscle. En High Altitude: An Exploration of Human Adaptation,
editado por T. Hornbein y R. Schoene, pp. 443-493. Marcel
Dekker Inc, New York.
Havelková, P., S. Villotte, P. Velemínský, L. Poláček y M.
Dobisíková 2011. Enthesopathies and activity patterns in the Early
Medieval Great Moravian population: evidence of division of
labour. International Journal of Osteoarchaeology 21:487-504.
Hawkey, D. 1998. Disability, compassion and the skeletal record:
using musculoskeletal stress markers (MSM) to construct an
osteobiography from Early New Mexico. International Journal
of Osteoarchaeology 8:326-340.
Hawkey, D. y C. Merbs 1995.Activity-induced Musculoskeletal
Stress Markers (MSM) and subsistence strategy changes
among ancient Hudson Bay Eskimos. International Journal of
Osteoarchaeology 5:324-338.
Henderson, C. y F.Alves-Cardoso 2013. Special issue entheseal
changes and occupation: Technical and theoretical advances and
their applications. International Journal of Osteoarchaeology
23:127-134.
Inoue, K., S. Hukuda, Z. Yang, M. Nakai, K. Katayama, T.
Ushiyama, Y. Saruhashi, J. Huang, A. Mayeda, I. Cattedu y
C. Obry 2001. Prevalence of large-joint osteoarthritis in Asian
and Caucasian skeletal populations. Rheumatology 40:70-73.
Isçan, M.Y., S.R. Loth y R.K. Wright 1984. Age estimation
from the rib by phase analysis: white males. Journal of Forensic
Sciences 29:1094-1104.
1985.Age estimation from the rib by phase analysis: white
females. Journal of Forensic Sciences 30:853-863.
Jiménez, S. y Dharmavaram 2009. Genetic aspects of familial
osteoarthritis. Annals of Rheumatic Diseases 53:789-797.
Jurmain, R. 1977. Stress and the etiology of osteoarthritis.
American Journal of Physical Anthropology 46:353-366.
1980. The pattern of involvement of appendicular degene-
rative joint disease. American Journal of Physical Anthropology
53:143-150.
1990. Paleoepidemiology of a central California prehis-
toric population from CA-ALA-329:II. Degenerative Disease.
American Journal of Physical Anthropology 83:83-94.
Jurmain R. y L. Kilgore 1995. Skeletal evidence of osteoarthri-
tis: a paleopathological perspective. Annals of the Rheumatic
Diseases 53:443-450.
Jurmain, R. y S.Villotte 2010. Terminology. Entheses in medical
literature and physical anthropology: a brief review (online).
(http://www.uc.pt/en/cia/msm/MSM_terminology3 (12 julio 2012).
Kennedy, K. 1998. Markers of occupational stress: conspectus and
prognosis of research. International Journal of Osteoarchaeology
8:305-310.
Kjeken, I., H. Dagfinrud, B. Slatkowsky-Christensen, P.
Mowinckel, T. Uhlig, T. Kvien y A. Finset 2004. Activity
15. 167Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente…
limitations and participation restriction in women with hand
osteoarthritis: patients’ descriptions and associations between
dimensions of functioning. Annals of the Rheumatic Diseases
64:1633-1638.
Klaus, H., C.S. Larsen y M. Tam 2009. Economic intensification
and degenerative joint disease: Life and labor on the postcontact
North Coast of Peru. American Journal of Physical Anthropology
139:204-221.
Knüsel, C. 1993. On the biomechanical and osteoarthritic diffe-
rences between hunter-gatherers and agriculturalists. American
Journal of Physical Anthropology 91:523-527.
Knüsel, C., S. Göggel y D. Lucy 1997. Comparative Degenerative
Joint Disease of the vertebral column in the Medieval Monastic
Cemetery of the Gilbertine Priory of St. Andrew, Fishergate,
York, England. American Journal of Physical Anthropology
103:481-495.
Larsen, C.S. 1987. Bioarchaeological Interpretations of Subsistence
Economy and Behavior from Human Skeletal Remains. En
Advances in Archaeological Method and Theory Volume 10,
editado por M. Schiffer, pp. 339-445.Academic Press, Orlando.
1999. Bioarchaeology: Interpreting Behavior from the
Human Skeleton. Cambridge University Press, Cambridge.
Lieverse,A.,A.Weber,V. Bazaliiskiy, O. Goriunova y N. Savel’ev
2007. Osteoarthritis in Siberia’s Cis-Baikal: skeletal indicators
of hunter-gatherer adaptation and cultural change. American
Journal of Physical Anthropology 132:1-16.
Lovell, N. yA. Dublenko 1999. Further aspects of fur trade life
depicted in the skeleton. International Journal of Osteoarchaeology
9:248-256.
Malgosa, A. 2003. Marcadores de estrés ocupacional. En
Paleopatología La Enfermedad no Escrita, editado por I. Llorens
y A. Malgosa, pp. 221-237. Masson, Barcelona.
Mariotti, V., F. Facchini y M. Belcastro 2004. Enthesopathies-
Proposal of a standardized scoring method and applications.
Collegium Antropologicum 28:145-159.
2007. The study of entheses: proposal of a standardised
scoring method for twenty-three entheses of the postcranial
skeleton. Collegium Antropologicum 31:291-313.
Martín, J., J. Rivera-Sandoval y C. Rojas-Sepúlveda 2009.
Bioarqueología. Su aporte al Proyecto Arqueológico Panamá
Viejo. Canto Rodado 4:117-144.
Martínez, I. 2005.Variabilidad en el altiplano. El caso de la estatura
en Soacha y Marín. Revista de Estudiantes de Arqueología:39-47.
Molnar, P. 2006. Tracing Prehistoric activities: musculoskeletal
stress marker analysis of a Stone-Age population on the island
of Gotland in the Baltic Sea. American Journal of Physical
Anthropology 129:12-23.
2008. Patterns of physical activity and material culture on
Gotland, Sweden, during the Middle Neolithic. International
Journal of Osteoarchaeology 20:1-14.
Molnar, P., T. Ahlstrom y I. Leden 2011. Osteoarthritis and
activity-an analysis of the relationship between eburnation,
musculoskeletal stress markers (MSM) and age in two Neolithic
hunter-gatherer populations from Gotland, Sweden. International
Journal of Osteoarchaeology 21:283-291.
Munson Chapman, N. 1997. Evidence for Spanish influence
on activity induced musculoskeletal stress markers at Pecos
Pueblo. International Journal of Osteoarchaeology 7:497-506.
Nathan, H. 1962. Osteophytes of the vertebral column. The
Journal of Bone and Joint Surgery 44 A(2):243-268.
Niinimäki, S. 2011. What do muscle marker ruggedness scores
actually tell us? International Journal of Osteoarchaeology
21:292-299.
Norr, L. 1991. Nutritional Consequences of Prehistoric Subsistence
Strategies in Lower Central America. Tesis doctoral, University
of Illinois, Urbana.
Nowàcka, E. 1989. Osteología de la muestra de esqueletos de
Sitio Sierra. Manuscrito en posesión del autor.
Ortner, D. 1968. Description and classification of degenerative
bone changes in the distal joint surfaces of the humerus. American
Journal of Physical Anthropology 28:139-156.
2003. Identification of Pathological Conditions in Human
Skeletal Remains. Academic Press, San Diego.
Oumaoui, I., S. Jiménez-Brobeil y P. Souich 2004. Markers of
activity patterns in some populations of the Iberian peninsula.
International Journal of Osteoarchaeology 14:343-359.
Palfi, G. y O. Dutour 1996. Activity-induced skeletal markers
in historical anthropological material. International Journal of
Anthropology 11:41-55.
Pechenkina, E. y M. Delgado 2006. Dimensions of health and
social structure in the early intermediate period cemetery atVilla
El Salvador, Peru. American Journal of Physical Anthropology
131:218-235.
Peterson, J. 1998.The Natufian hunting conundrum: spears, atlats,
or bows? Musculoskeletal and armature evidence. International
Journal of Osteoarchaeology 8:378-389.
Peyron, J. 1986. Osteoarthritis the epidemiologic viewpoint.
Clinical Orthopaedics and Related Research 213:13-19.
Ponce, P. 2010. A Comparative Study of Activity-Related Skeletal
Changes in 3rd-2nd Millenium BC Coastal Fishers and 1st
Millenium AD Inland Agriculturalists in Chile, South America.
Tesis doctoral. Durham University, Durham.
Resnick, D. (ed.) 2002. Diagnosis of Bone and Joint Disorders.
Cuarta edición. WB Saunders Company, Philadelphia.
Rhode, M. y R. Benfer 2006. Proyecto de Investigación.Análisis
de antropología física de 35 esqueletos correspondientesAncón
I (Zona Alta o Miramar). Manuscrito en posesión del autor.
Robb, J. 1994. Skeletal signs of activity in the Italian metal
ages: methodological and interpretative notes. Human Evolution
9:215-229.
1998. The interpretation of skeletal muscle sites: a statistical
approach. International Journal of Osteoarchaeology 8:363-377.
Robledo, B., G. Trancho y D. Campillo 1993. Factores de estrés
ambiental en el hueso coxal: frecuencia de osteoartrosis en una
población medieval española. Actas del II Congreso Nacional
de Paleopatología, pp. 327-331, editado por J. Villalain y C.
Gómez. Asociación Española de Paleopatología, Valencia.
Rodríguez, J.V. 1994. Perfil paleodemográfico muisca. El caso
del cementerio de Soacha, Cundinamarca. Maguaré 10:7-36.
16. Claudia Mercedes Rojas-Sepúlveda y Olivier Dutour168
1999. Los Chibchas: Pobladores Antiguos de los Andes
Orientales.Aspectos Bioantropológicos. Colciencias-Universidad
Nacional de Colombia, Bogotá.
2006. Las Enfermedades en las Condiciones de Vida
Prehispánica de Colombia. Universidad Nacional de Colombia.
Facultad de Ciencias Humanas. Departamento deAntropología,
Bogotá.
Rogers, J. y P. Dieppe 1990. Skeletal palaeopathology and the
rheumatic diseases: where are we now? Annals of the Rheumatic
Diseases 49:885-886.
1994. Is tibiofemoral osteoarthritis in the knee joint a new
disease? Annals of the Rheumatic Diseases 53:612-613.
Rogers, J., L. Shepstone y P. Dieppe 1997. Bone formers: os-
teophyte and enthesophyte formation are positively associated.
Annals of the Rheumatic Diseases 56:85-90.
Rogers, J. y H. Waldron 1995. A Field Guide to Joint Disease
in Archaeology. John Wiley and Sons Ltd, Chichester.
Rogers, J., T. Waldron y P. Dieppe 1987. Arthropaties in pa-
laeopathology: The basis of classification according to most
probable cause. Journal of Archaeological Science 14:179-193.
Rojas-Sepúlveda, C. 2005. Palepatología de Columna Vertebral
con Énfasis en Estrés Ocupacional. Colección Ósea Muisca,
Cementerio de Soacha (Colombia). Tesis para optar al título
de Antropóloga, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
2009. Relations Homme-Environnement en Amérique du
Sud Précolombienne. Approche Paléoépidémiologique de la
Maladie Articulaire Dégénérative et des Marqueurs Osseux
d’Activités chez des Populations Anciennes des Régions Andines
Septentrionnales et Panaméennes. Tesis doctoral, Université de
la Méditerranée, Marseille.
Rojas-Sepúlveda, C., Y. Ardagna y O. Dutour 2008.
Paleoepidemiology of vertebral degenerative disease in a Pre-
Columbian Muisca series from Colombia. American Journal of
Physical Anthropology 135:416-430.
Rojas-Sepúlveda, C. y O. Dutour 2009. Première évaluation
paléoépidémiologique d’une série ostéoarchéologique de la Côte
Centrale Péruvienne: Le site d’Ancón I. Bulletin et Mémoires
de la Société d’Anthropologie de Paris 21:113-139.
Rosser, B. y P.W. Hochachka 1993. Metabolic capacity of muscle
fibers from high-altitude natives. European Journal of applied
Physiology 67:513-517.
Rothschild, B. 1997. Porosity: a curiosity without diagnostic
significance. American Journal of Physical Anthropology
104:529-533.
Santos,A.L., F.Alves-Cardoso, S.Assis y S.Villotte 2010. The
Coimbra workshop in Musculoskeletal Stress Markers (MSM):
an annotated review (online). http://www.uc.pt/en/cia/msm/
MSM_terminology3 (12 julio 2012).
Slovak, N. 2007. Examining Imperial Influence on Perú’s Central
Coast: Isotopic and Cultural Analyses of Middle Horizon Burials
at Ancón. Tesis doctoral, Stanford University, Stanford.
Steen, S. y R. Lane 1998. Evaluation of habitual activities among
twoAlaskan Eskimo populations based on musculoskeletal stress
markers. International Journal of Osteoarchaeology 8:341-353.
Stefanović, S. y M. Porčić 2011. Between-group differences
in the patterning of musculo-skeletal stress markers: avoiding
confounding factors by focusing on qualitative aspects of
physical activity. International Journal of Osteoarchaeology
23:94-105.
Stirland, A. 1998. Musculoskeletal evidence for activity: pro-
blems of evaluation. International Journal of Osteoarchaeology
8:354-362.
Suchey, J.M. y S.T. Brooks 1988. Skeletal age Determination
Based on the Male os Pubis. Ponencia presentada en 12th
International Conference of Anthropological and Ethnological
Sciences, Zagreb.
Thillaud, P. 1992. El diagnóstico retrospectivo en paleopatolo-
gía. Munibe (Antropologia-Arkeologia) Sociedad de Ciencias
Arazandi, San Sebastian España Suplement 8:81-88.
1994.LesionsOsteo-Archeologiques:RecueiletIdentification.
Kronos B.Y. Editions, Sceaux.
Ubelaker, D.H. 1989. Human Skeletal Remains. Excavation,
Analysis, Interpretation. Segunda edición,Taraxacum,Washington.
Villotte, S. 2006. Connaissances médicales actuelles, cotation
des enthésopathies: nouvelle méthode. Bulletins et Mémoires
de la Société d’Anthropologie de Paris 18:65-85.
2008.EnthésopathiesetActivitésdesHommesPréhistoriques.
Recherche Méthodologique etApplication aux Fossiles Européens
du Paléolithique Supérieur et du Mésolithique. Tesis doctoral,
Université de Bordeaux 1, Bordeaux.
Villotte, S., D. Castex, V. Couallier, O. Dutour, C. Knüsel y D.
Henry-Gambier 2010. Enthesopathies as occupational stress
markers: evidence from the upper limb. American Journal of
Physical Anthropology 142:224-234.
Villotte, S. y C. Knüsel 2013. Understanding Entheseal Changes:
Definition and life course changes. International Journal of
Osteoarchaeology 23:135-146.
Waldron, H. 1991. Prevalence and distribution of osteoarthritis
in a population from Georgian and early Victorian London.
Annals of the Rheumatic Diseases 50:301-307.
1997. Association between osteoarhritis of the hand and
knee in a population of skeletons from London. Annals of the
Rheumatic Diseases 56:116-118.
Waldron T. 1992. Osteoarthritis in a Black Death Cemetery in
London. International Journal of Osteoarchaeology 2:235-240.
1994. Counting the Dead: the Epidemiology of Skeletal
Populations. John Wiley and Sons Ltd, Chichester.
1997. Osteoarthritis of the hip in past populations.
International Journal of Osteoarchaeology 7:186-189.
2009. Paleopathology. Cambridge University press, New
York.
Walker, P. y S. Hollimon 1989. Changes in osteoarthritis
associated with the development of a maritime economy
among Southern California Indians. International Journal of
Anthropology 4:171-183.
Watkins, R. 2012.Variation in health and socioeconomic status
within the W. Montague Cobb skeletal collection: Degenerative
17. 169Enfermedad articular degenerativa y cambios entesiales en seis colecciones óseas prehispánicas del noroccidente…
joint disease, trauma and cause of death. International Journal
of Osteoarchaeology 22:22-44.
Weiss, E. 2003a. Effects of rowing on humeral strength. American
Journal of Physical Anthropology 121:293-302.
2003b. Understanding muscle markers: aggregation and
construct validity. American Journal of Physical Anthropology
121:230-240.
2004. Understanding muscle markers: lower limbs. American
Journal of Physical Anthropology 125:232-238.
----2007. Muscle markers revisited: activity pattern reconstruc-
tion with controls in a Central California Amerind Population.
American Journal of Physical Anthropology 133:931-940.
Weiss, E., L. Corona y B. Schultz 2012. Sex differences in
musculoskeletal stress markers: problems with activity pattern
reconstruction. International Journal of Osteoarchaeology
22:70-80.
Weiss, E. y R. Jurmain 2007. Osteoarthritis revisited: A
contemporary review of aetiology. International Journal of
Osteoarchaeology 17:437-450.
White, T. y P. Folkens 2000. Human Osteology. Segunda edición.
Academic Press, San Diego.
Wilczak, C. 1998. Consideration of sexual dimorphism, age, and
asymmetry in quantitative measurements of muscle insertion
sites. International Journal of Osteoarchaeology 8:311-325.
Woo, E. y P. Sciulli 2011. Degenerative Joint Disease and social
status in the Terminal Late Archaic Period (1000-500 B.C.) of
Ohio. International Journal of Osteoarchaeology 23:529-544.