Este documento analiza la visión del desarrollo científico y tecnológico en Venezuela y cómo su difusión puede transformar la producción social y reducir la brecha entre países desarrollados y subdesarrollados. Argumenta que el desarrollo científico actual acrecienta esta brecha al crear una desventaja en conocimiento para los países más pobres. Propone que se debe fomentar una cultura científica a nivel regional que valore la investigación y promueva el talento humano, de modo que el conocimiento científico benefic
1. ensayo la visión del desarrollo científico y tecnológico angie silvana luis_ok
1. REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD RAFAEL BELLOSO CHACIN
VICERECTORADO DE INVESTIGACION Y POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS MENCION GERENCIA
ENSAYO
LA VISIÓN DEL DESARROLLO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO
PRESENTADO POR LOS DOCTORANTES:
PRESENTADO A.
DRA. KARINA VILLALOBOS ORTEGA
MARACAIBO, VENEZUELA
2016
2. LA VISIÓN DEL DESARROLLO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO
A través de los años el hombre ha presentado un cambio radical en su nivel de
vida; los conocimientos que él ha logrado acumular y aplicar ha sido para su
beneficio que ha cambiado radicalmente su modo de vivir. Existe una notable
diferencia entre el hombre de hace unas cuantas décadas y el hombre moderno,
tal diferencia se ha dado por el desarrollo de la ciencia que está estrechamente
relacionada con las innovaciones tecnológicas. Las necesidades
de ciencia y tecnología en nuestro país ya no se satisfacen con la enseñanza a los
estudiantes como se verifica una ley científica o cómo usar determinado equipo y
maquinaria que resultara obsoleta un futuro próximo; en nuestros tiempos el
preparar gente capaz de pensar y entender los principios básicos de la ciencia y
técnica es fundamental para que no le detengan las dificultades que presenten e,
incluso que pueda desarrollar nuevos procedimientos, en cualquiera que sea su
campo de trabajo. (Ramos, C. 2010)
El desarrollo científico y tecnológico es uno de los factores más influyentes en
la sociedad contemporánea, en tal grado que la globalización mundial, sería
impensable sin el avance de las fuerzas productivas que la ciencia y
la tecnología han hecho posibles en la actualidad. Es cierto que la ciencia y la
tecnología nos proporcionan grandes beneficios, cuando se utiliza en función del
desarrollo de los pueblos, para beneficio de los países y la humanidad toda; pero
cuando este desarrollo es utilizado por las fuerzas reaccionarias trae consigo
impactos negativos muchas veces impredecibles, como es en el caso de
las guerras.
(Rivera, R. 2010)
El desarrollo científico y tecnológico podría definirse como el proceso
autogenerado, acumulativo y sostenido de capacitación de la respectiva sociedad
para incorporar, asimilar, adaptar, copiar, apropiar y aplicar conocimientos y sus
3. correspondientes tecnologías en materia de ciencia, tecnología e innovación. Por
tanto no se trata simplemente de la introducción y apropiación mecánica de
conocimientos y habilidades, sino de generar en la sociedad una carga crítica de
vocaciones, destrezas, capacidad creadora individual y colectiva, así como el
correspondiente reconocimiento social de las actividades científicas y
tecnológicas. Todo esto por la vía del desarrollo del talento humano, la
movilización consiente, deliberada y participativa de la sociedad, el reconocimiento
y la exaltación de los valores profesionales y éticos de quienes se dedican a los
quehaceres de la ciencia y la tecnología, y el compromiso ético y político de poner
tales conocimientos y destrezas al servicio de la nación y la sociedad y por esta
vía de la humanidad. (Morín, E. 2001)
Consecuentemente, y en razón de esta trascendental y compleja función, este
desarrollo científico y tecnológico está íntimamente relacionado, al menos, con
ocho objetivos y procesos principales:
El desarrollo del talento humano y, por esta vía, contribuir a la realización
personal de los seres humanos, tanto individual como colectivamente.
La liberación de los potenciales y capacidades creativas individuales y
colectivas en materia científica y tecnológica.
La solución, por la vía del conocimiento científico y tecnológico, de los
problemas críticos de la respectiva sociedad y la elevación de la calidad de
vida de la población;
La incorporación y el aprovechamiento de los recursos naturales,
económicos y humanos al desarrollo regional y nacional
La agregación de valor a la producción de bienes y servicios y, por esta vía,
el incremento del ingreso nacional y de la población y, y por tanto, del
desarrollo económico del país
La elevación de la competitividad de dicha producción en los mercados
nacionales e internacionales.
4. La satisfacción de las expectativas de la sociedad nacional en el campo de
la cultura tecno-científica que caracteriza a la civilización contemporánea.
Y,
A través de los anteriores objetivos contribuir al progreso de toda la
humanidad
Gráfico 1: Arquitectura del desarrollo científico y tecnológico.
Tomado de Utria, 2004
5. Todo lo anterior localizado en el presente y el futuro inmediato y teniendo en
cuenta las tendencias de avance de la ciencia y la tecnología en el país y el
mundo. Estos procesos y sus respectivos eventos y factores confluentes podrían
ilustrarse mediante una ruta crítica como la que aparece en el Gráfico 1:
Arquitectura del desarrollo científico y tecnológico.
La Cultura Científica y Tecnológica
Esta cultura podría definirse como una atmósfera cultural y una actitud social
propensa al desarrollo de la ciencia y la tecnología, expresada en valores
socioculturales, actitudes, motivaciones, aptitudes, expectativas, reconocimiento y
valoración social de los científicos e innovadores propios y foráneos, los
productores interesados en la innovación de sus propios procesos productivos; así
como la correspondiente nueva y racional cosmovisión que refleje todo ese
proceso de cambio social.
Su ámbito básico y funcional es la sociedad nacional y debe formar parte de la
vida de la nación y sus regiones. Además debe ser el resultado consiente de un
propósito nacional o también de un largo proceso histórico de acumulación de
conocimientos y experiencias tecnológicos. De ahí que todo esfuerzo encaminado
a generarla en el país y sus regiones y departamentos resulte de muy difícil logro
si la nación en su conjunto no cuenta con esta cultura. Por eso en el último siglo
los países que lograron avances importantes y decisivos en materia científica y
tecnológica comenzaron por construir dicha cultura, como en los bien conocidos
casos de la ex Unión Soviética, Japón, Corea, Taiwán, China y demás “tigres” y
“tigrillos” del Pacífico asiático. Por su parte los países que llegaron a dicho siglo
con avances acumulativos en este campo como buena parte de los europeos y
los Estados Unidos lo lograron porque ya habían acumulado los elementos
básicos de esta cultura a lo largo de siglos anteriores. Por eso, como ya ha sido
afirmado, no puede ser improvisada, ni decretada, ni inducida artificialmente.
Tampoco puede ser “regionalizada” en forma artificiosa. Ella debe impregnar la
mente y la sensibilidad de la comunidad y pasar a ser parte de su vida cotidiana, y
6. en este desempeño debe constituirse en el terreno abonado que requieren la
ciencia, la tecnología y la innovación para fructificar. (Benoit, Godin. 1999).
Esta cultura de ciencia y tecnología constituye la base más promisoria de todo
desarrollo científico y tecnológico en un escenario territorial dado y su respectiva
sociedad; y este desarrollo la amplia y profundiza, generándose así un círculo
vicioso que se traduce en impulsos crecientes, no sólo para el progreso científico y
tecnológico, sino también para el desarrollo social, económico y político en
general. Esta cultura de ciencia y tecnología involucra otros conceptos conexos de
interés, como la alfabetización científica y tecnológica, la ética científica y
tecnológica, y el compromiso político científico y tecnológico; y atañe a todas las
ciencias y tecnologías, incluidas las sociales, las biológicas, las físicas, las de la
tierra, las de los asentamientos humanos y todas las demás.
Las Dinámicas Locales de Desarrollo Científico y Tecnológico
Las dinámicas locales de desarrollo científico y tecnológico deben traducirse en
vocaciones, habilidades, iniciativas y procesos concretos de interés profesional y
destrezas investigativas; y luego concretarse en actividades científicas de
individuos, grupos y centros académicos y de empresas interesados en el
conocimiento científico puro, el conocimiento tecnológico y la aplicación de uno o
ambos en la producción de bienes y servicios mediante la innovación. Es decir,
debe generar un verdadero proceso de cambio social en el plano del
conocimiento, la investigación y la innovación tecnológica. Estas dinámicas suelen
comenzar a surgir embrionariamente mediante individuos aislados y pequeños
círculos profesionales interesados en conocimientos específicos, ejercicios
didácticos de profesores y estudiantes, trabajos académicos de grado e
investigación, propósitos empresariales de mejoramiento de la productividad y la
competitividad por parte de empresarios dinámicos, y otros procesos y factores
conexos. Como resultado de estas dinámicas locales surgen sucesivamente los
investigadores aislados, los centros académicos, las “alianzas estratégicas” de
científicos y empresarios y los grandes centros integrados de desarrollo científico y
7. tecnológico, ya reseñados. Para que estas dinámicas prosperen y se consoliden
es necesario estimularlas, orientarlas y apoyarlas desde el Estado-Nación, desde
centros científicos consolidados y regiones vecinas más avanzadas en este
campo, o desde instituciones y empresas nacionales y extranjeras. Y es aquí en
donde las políticas y programas nacionales encuentran su mejor campo de acción,
y en donde el proceso de la “regionalización” de la ciencia, la tecnología y la
innovación adquiere lugar y sentido. (Rutherford Aris, H. Ted Davis y Roger H.
Stuever. 1995)
La Regionalización de las Políticas Nacionales de Ciencia y Tecnología
La “regionalización” de las políticas nacionales de ciencia, tecnología e innovación
(C&T/I) podría ser entendida, en general, como el conjunto articulado y coherente
de esfuerzos y objetivos institucionales de Colciencias y el resto del Sistema
Nacional de Ciencia y Tecnología para promover, generar, acelerar y consolidar el
desarrollo científico y tecnológico en los departamentos del país y sus respectivos
municipios. Es decir, promover el surgimiento a niveles regional y local de una
dinámica sociocultural, política e institucional en pro de la ciencia, la tecnología y
la innovación tecnológica. Todo ello en función de las políticas nacionales del
sector y teniendo en cuenta objetivamente el estadio de desarrollo general de los
respectivos departamentos y municipios y su potencialidad y capacidad para
desencadenar y consolidar en forma autosostenida actividades científicas y
tecnológicas. También debe incluir la articulación, la comunicación de doble vía y
la participación directa de las regiones en las actividades de Colciencias y el resto
del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCT).
En el presente la función de la “regionalización” y, por tanto, su objetivo y su gran
desafío es llevar la cultura de la ciencia y la tecnología a las regiones y
departamentos e inducirlos hacia la economía del conocimiento. El reto
complementario es hacerlos competitivos en la economía globalizada del
conocimiento. Para tales propósitos las políticas y programas de “regionalización”
deben partir de las siguientes premisas: (Banco Mundial. 2003).
8. Los actores principales del desarrollo científico y tecnológico son los estudiantes,
los trabajadores y los empresarios. Los demás la familia, la escuela, las
universidades, los centros investigativos, las instituciones promotoras y
administradoras, las políticas gubernamentales son sólo facilitadoras.
Sin una cultura de la ciencia y la tecnología que inspire e impulse a toda la
comunidad regional es muy difícil que fructifiquen los esfuerzos de generar
investigadores científicos e innovadores tecnológicos. Quizá se logren algunos
efectos aislados e individualizados, pero no la gran masa crítica de destrezas y
capacidades creativas que involucra el desarrollo científico y tecnológico.
La importación de tecnología no es suficiente. Es necesario que exista
previamente el desarrollo del talento humano, el cual se expresa en educación,
destrezas y capacidad creadora. Sin esta condición las regiones se tornan cada
vez más dependientes.
La inversión extranjera directa en tecnología sin dicho talento humano genera en
las regiones sólo economías de enclave y mayor dependencia externa.
La brecha de competitividad que separa a las regiones subdesarrolladas de las
industrializadas no sólo es de tecnología sino, fundamentalmente, de voluntad
política, educación y destrezas.
En primer lugar, lo que debe buscar la “regionalización” es promover en los
departamentos y regiones del país el desarrollo científico y tecnológico, mediante
la generación de dinámicas socioculturales individuales y colectivas de valoración,
interés y motivación en el tema de la ciencia y la tecnología, así como el
desencadenamiento de procesos de aprendizaje, ejercicio profesional y
académico y organización institucional en dichos campos. En este propósito la
“regionalización” tiene que vérselas fundamentalmente con personas y
organizaciones de personas: Investigadores, profesores, estudiantes, empresarios
9. interesados en la innovación tecnológica universidades, centros académicos
involucrados en la ciencia y la tecnología; así como con una comunidad cuyos
valores actitudes, motivaciones, expectativas y cosmovisiones sean favorables al
progreso de la ciencia y la tecnología. Esta insoslayable circunstancia obliga a una
focalización de los esfuerzos de dicha “regionalización” de índole humana y social
y no territorial.
Teniendo en cuenta que en este documento se analiza la visión del desarrollo
científico y tecnológico, bajo la premisa de que es necesario la difusión del
conocimiento para la transformación productiva social de los países en desarrollo,
pues contrario a lo que se piensa, acerca de que el desarrollo científico y
tecnológico cierra la brecha entre el desarrollo y el subdesarrollo, lo que sucede es
que se acrecienta esa brecha, porque además de la diferencia en pobreza también
se crea una desventaja en conocimiento que impide garantizar mejores niveles de
competitividad en los pueblos subdesarrollados.
Según Insulza (2005) entonces Secretario de la Organización de los Estados
Americanos, los avances sin precedentes del conocimiento científico y tecnológico
de los últimos siglos continúan incrementándose, con el gran potencial de mejorar
la calidad de vida de la población del mundo y con profundas implicaciones para la
economía global. La experiencia a través de los años ha demostrado que es
impensable desligar el desarrollo socioeconómico y cultural de un país de sus
avances en ciencia y tecnología, o de su aplicación para resolver sus problemas
más importantes.
A pesar de estas posibilidades, sólo parte de la población del mundo se ha
beneficiado de los avances de la ciencia y tecnología y de la mejora de la calidad
de vida. El aumento de la pobreza en el mundo, pone en evidencia que las
estrategias de desarrollo no han tenido los resultados deseados. Por ello, resulta
crucial que tanto los países grandes y pequeños, como los ricos y pobres se
valgan de la ciencia, la tecnología y la innovación como elementos sustantivos
10. para sus estrategias de desarrollo, de reducción de la pobreza y de construcción
de la Sociedad del Conocimiento (Insulza, 2005).
Tratándose de la Visión del desarrollo científico y tecnológico, el mejor ejemplo
que se podría presentar, corresponde a la visión que de Colombia se presenta en
el documento Visión Colombia 2019, II Centenario, realizado con el fin de
fundamentar el crecimiento y el desarrollo social en la ciencia, la tecnología y la
innovación, se propuso la siguiente visión:
Colombia hacia el 2019 tendrá un desarrollo humano, social y económico
cimentado en la producción, difusión y uso del conocimiento, que será un
elemento fundamental para la producción y la competitividad internacional y la
prevención y solución de problemas nacionales y regionales (Mineducación, 2009)
El crecimiento económico, el desarrollo humano y el bienestar social se sustentan
en la capacidad de las naciones para generar, usar y adaptar el conocimiento. En
el mundo actual, los países han comprendido que el desafío consiste en lograr una
mayor agregación de valor y conocimiento en procesos de producción y, para ello,
la ciencia, la tecnología y la innovación son indispensables (Mineducación, 2009).
Al margen de su enorme potencial para contribuir a la transformación productiva
de las sociedades, el conocimiento derivado de actividades científicas y
tecnológicas permite disponer de instrumentos idóneos para abordar problemas
que van más allá de lo meramente económico y para abarcar también otros
ámbitos como el social y el cultural. En lo social, la ciencia y la tecnología pueden
emplearse para enfrentar problemas en áreas tales como la salud, la pobreza, la
equidad y la sostenibilidad ambiental; así como para generar contribuciones para
la solución de conflictos. Esto sin contar con su potencial para la generación de
empleos más productivos que eleven los niveles de ingresos y permitan que una
creciente proporción de la población mejore su nivel de vida. Por su parte, en lo
cultural, la educación científica y tecnológica puede contribuir a la formación de
ciudadanos libres, críticos, deliberantes, creativos y emprendedores
(Mineducación, 2009)
11. La visión planteada, así como las estrategias para alcanzar las metas propuestas,
se fundamentan en cuatro principios básicos de acción (Mineducación, 2009):
1. La ciencia, la tecnología y la innovación contribuyen sustancialmente a
incrementar los estándares de vida de la sociedad y a generar riqueza y progreso
económico sostenido
El crecimiento económico sustentado en la exportación de materias primas sin la
incorporación de valor no ha sido la vía para salir del atraso y la dependencia. La
experiencia de los países que han logrado avances importantes en dicho frente ha
puesto en evidencia la importancia de hacer una profunda transformación de sus
aparatos productivos, y así asegurar procesos sostenidos de innovación
tecnológica. En esos países la política pública se ha caracterizado por una firme
decisión de incorporar el conocimiento a la producción tradicional -y a nuevos
sectores de media y alta tecnología- dirigidos hacia los mercados nacionales e
internacionales. Lo anterior ha permitido consolidar círculos virtuosos de
desarrollo, en los cuales la modernización tecnológica tiene impactos positivos
sobre la productividad y la competitividad, lo que contribuye, a su vez, a la
dinámica del desarrollo y del empleo.
De igual forma, la ciencia y la tecnología cuentan con un importante potencial para
contribuir al desarrollo de políticas sociales y, en general, a los procesos de toma
de decisiones en todos los niveles tanto en el sector público como en el privado.
2. La creación y consolidación de capacidades humanas es un factor esencial
para construir una sociedad y una economía del conocimiento.
La creación y consolidación del capital humano y el desarrollo de la tecnología
son, hoy por hoy, el factor más importante en el desarrollo de las economías. Las
diferencias en la posibilidad de generar riqueza entre los países ya no se explican
por los recursos naturales y su abundancia, sino por la acumulación de capital
humano y social intangible, capaz de dinamizar su potencial innovador.
Este capital intangible está constituido, entre otros rubros, por inversiones en
formación, capacitación, instrucción, actividades de I+D, información y
12. coordinación; es decir, por inversiones consagradas a la producción, la
conservación y la transmisión del conocimiento. También, y de manera importante,
por inversiones que popularicen y difundan el conocimiento y su apropiación social
por grupos cada vez mayores y, en general, por todas las inversiones dedicadas a
la creación y circulación del conocimiento.
3. En la política de promoción de la ciencia, la tecnología y la innovación,
deben participar activa y coordinadamente los generadores, mediadores y
usuarios de conocimiento.
La sociedad del conocimiento es aquella en la cual cada individuo y cada
organización construyen su propia capacidad de acción, a través de procesos
sistemáticos de adquisición y desarrollo de conocimiento. Esto, a su vez, permite a
los actores organizarse de tal forma que puedan contribuir a procesos de
aprendizaje social. Para avanzar hacia este modelo de sociedad, además de
canales de comunicación eficientes, es necesaria la voluntad de los actores
involucrados en los procesos de generación, comprensión, validación y uso del
conocimiento. Sin ellos no es posible lograr la apropiación social de dicho
conocimiento.
Con esto adquiere relevancia el hecho de que el desarrollo de capacidades
nacionales en ciencia y tecnología no es una tarea exclusiva de investigadores e
ingenieros en laboratorios científicos, sino también una responsabilidad en la que
todos los miembros de la sociedad tienen parte.
4. La promoción de actividades científicas y tecnológicas por parte del Estado
se debe orientar a la comprensión, prevención y solución de problemas nacionales
y a dinamizar el desarrollo de las regiones.
La sociedad colombiana enfrenta complejos retos en los ámbitos económico,
social, político y cultural, que exigen el desarrollo y fomento de capacidades y
condiciones para que sus integrantes puedan afrontar las nuevas situaciones.
Para esto es necesario que la generación de conocimiento científico y tecnológico
atienda las necesidades y problemas actuales, teniendo en cuenta las
13. potencialidades -recursos naturales- y vocaciones de la región (Mineducación,
2009).
Finalmente a tres años de que se cumpla la visión colombiana en cuanto al
desarrollo de la ciencia y la tecnología son pocos los avances que se han
obtenido, y es que sin inversión y sin gestión del conocimiento ni la producción ni
el desarrollo social tendrán crecimiento, los índices de desempleo, desigualdad e
informalidad continuarán creciendo.
14. REFERENTES BIBLIOGRÀFICOS
Banco Mundial. (2003). Aprendizaje Permanente en la Economía Global del
Conocimiento. Editorial Alfaomega Colombiana S.A., Bogotá Colombia.
Benoit Godin. (1999). Les Usages Sociaux de la Culture Scientifique. Les Presses
de l’Universite Laval. Saint-Nicolas, Québec, Canadá.
Insulza (2005) Prefacio: Ciencia, tecnología ingeniería e innovación para el
desarrollo. Una visión para las Américas en el siglo XXI. Disponible en:
file:///C:/Users/Yudi/Downloads/esp_web_ok.pdf
Ministerio de Educación, (2009) 2019 Visión Colombia II centenario, fundamentar
el crecimiento y el desarrollo social en la ciencia, la tecnología y la innovación.
Propuesta para discusión.
Morin, Edgard. (2001). Introducción al Pensamiento Complejo. Gedisa Editorial.
Barcelona
Rivera Ruben (2010). El Desarrollo Científico Tecnológico, la Primera y Segunda
Guerra Mundial.
Rutherford Aris, H. Ted Davis y Roger H. Stuever (1995): Resortes de la
Creatividad Científica. Ensayos sobre fundadores de la ciencia moderna. Fondo de
Cultura Económica. México
Utria, Rubén D. (2004). La Regionalización de las Políticas y Programas
Nacionales de Ciencia y Tecnología. Colciencias, Oficina de regionalización.
Bogotá, Colombia.