Este cuento trata sobre un rey pacífico que no podía obtener obediencia de sus súbditos. Un mago no pudo crear una poción para esto. Un joven le dio al rey dos conjuros escritos en pergaminos de colores: el primero para pedir algo amablemente y el segundo para despedir a alguien con una sonrisa. Estos conjuros funcionaron y el súbdito obedeció y se fue sonriendo. El joven luego reveló que su verdadera magia venía de la educación y los buenos