Los dólmenes son monumentos megalíticos funerarios construidos con grandes piedras que datan de entre los milenios IV y III a.C. Estos incluyen túmulos de tierra que cubren cámaras funerarias poligonales o rectangulares accesibles a través de pasillos o corredores. Los dólmenes albergaban inhumaciones sucesivas y se cree que también servían como centros de culto y marcas territoriales.