El problema principal que encontraron los estudiantes fue el uso excesivo de unicel, un material no biodegradable que tarda hasta 100 años en desaparecer. Propusieron cambiar el unicel por utensilios de plástico reutilizables para generar menos basura. Lograron comprometer a los estudiantes a devolver los utensilios a depósitos instalados, beneficiando la escuela, comunidad y medio ambiente al reducir contaminación y prolongar vida útil de rellenos sanitarios.